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No es económico realizar equipos y sistemas con grados de seguridad tales que permitan
soportar sobretensiones excepcionales. Se admite que aún en un material bien
dimensionado puedan producirse fallas y el problema es entonces limitar su frecuencia
teniendo en cuenta un criterio económico basado en costo y continuidad del servicio. La
coordinación de la aislación está esencialmente basada en limitar el riesgo de falla, en
lugar de fijar a priori un margen de seguridad. La coordinación del aislamiento intenta
encontrar un justo equilibrio entre la fiabilidad de los materiales, desde el punto de vista
dieléctrico, por una parte y de su dimensionamiento, y por tanto su costo, por la otra
parte.
La aislación puede ser externa, en aire atmosférico o de superficies en contacto con la
atmósfera sometidas a la influencia de condiciones atmosféricas, polución, humedad, etc.,
interna, sólida, líquida o gaseosa, protegida de la influencia atmosférica, Una aislación
tiene capacidad de regeneración cuando después de una descarga disruptiva recupera
íntegramente sus características aislantes.
La coordinación empieza con el cálculo de las sobretensiones (de maniobra, temporales y
atmosféricas) que someten a esfuerzo el aislamiento; a partir de este dato, los niveles de
aislamiento pueden ser determinados por los métodos convencionales o por métodos
estadísticos.
Generalmente tener unas distancias de fuga altas debido a la contaminación ambiental no
implica amentar el nivel de aislamiento del equipo, pero algunas veces los fabricantes,
para tener las distancias de fuga especificadas y no tener que cambiar su diseño
normalizado, ofrecen equipos con niveles de aislamiento o de tensión nominal superiores.
La selección entre estos dispositivos, los cuales no proporcionan el mismo grado de protección,
depende de varios factores como por ejemplo la importancia del equipo a proteger, las
consecuencias de una interrupción del servicio, etcétera.
Un punto importante es que la tensión producida a través de las terminales del apartarrayos en
cualquier instante, antes y durante su operación, debe considerarse en la determinación de sus
características de protección.
Apartarrayos auto valvulares del tipo resistencia no lineal con entrehierros en serie.
b) El nivel de protección de impulso por rayo que se toma es el mayor de los valores
siguientes:
- Tensión máxima de arqueo con forma de onda de impulso 1.2/50 µs. - Tensión máxima
residual a una corriente específica. La evaluación del nivel de protección da un valor
aproximado aceptable. Para mayor información de la protección de frente de onda con
apartarrayos véase la norma IEC 60099-7.
C) Características de protección relacionadas con sobretensiones de frente lento.
El nivel de protección de un apartarrayos para impulsos por maniobra es la tensión
máxima por arqueo para las formas de impulso normalizadas en la publicación IEC 60099-7
subcláusula 8.3.5.
Si el apartarrayos contiene entrehierros activos, la tensión total del apartarrayos para
descargas por maniobra es proporcionada por el fabricante debido a que puede ser mayor
que la tensión de arqueo.
La selección de los pararrayos que protegen a las líneas de alta tensión se debe realizar siguiendo
el siguiente procedimiento:
Para poder comparar las sobretensiones temporales de distinta amplitud y duración que puede
aparecer en la red a fin de valorar la capacidad del SOTERRAMIENTO PARCIAL DE LA LINEA
ELÉCTRICA DC 132 kV .
Para redes de mayor tensión nominal se utilizan pararrayos de 10 o 20 kA aplicando los mismos
criterios.
coordinación), puede ser muy superior debido al efecto de ondas viajeras y reflexiones por cambio
de impedancia característica en el punto de conexión de la línea aérea con el equipo o material
protegido (cable aislado, transformador, etc.). Consecuentemente la tensión soportada de
coordinación, Ucw, depende de la distancia al pararrayos, o lo que es lo mismo, depende del
tiempo que el rayo tarda en llegar desde el pararrayos al aislamiento que protege.
Para la protección contra sobretensiones por rayo, generalmente se aplican apartarrayos con las
corrientes de descarga nominal siguientes:
Cuando las corrientes que pasan por los apartarrayos son mayores que la corriente de descarga
nominal esperada, tiene que asegurarse que la tensión residual correspondiente todavía
proporcione un límite de sobretensión adecuada. Las características de protección del
apartarrayos dependen de la forma de onda de la sobretensión real en sus terminales. Para
apartarrayos tipo resistencia no lineal con entrehierros en serie, la característica de descarga se
debe tomar en cuenta, y después de la descarga, la longitud del apartarrayos (IA en la figura 3)
tiene que agregarse a la longitud de las conexiones. En apartarrayos de óxido de metal el tiempo
de reacción del material por sí mismo puede ser despreciable y la longitud del apartarrayos puede
agregarse a las conexiones. La tensión en el equipo a proteger depende fuertemente de la forma
de onda y amplitud de la descarga incidente y de la configuración de la subestación y equipo. La
distancia de separación entre el equipo a proteger y el apartarrayos reduce la eficiencia de este
último. De hecho, cuando el apartarrayos está separado del objeto a proteger, está sujeto a una
sobretensión que excede el nivel de protección del apartarrayos.
pendiente de la sobretensión incidente entre el número de líneas. Sin embargo, se enfatiza que el
número de líneas debe corresponder al número mínimo que razonablemente permanece en
servicio tomando en cuenta las salidas durante las tormentas de rayos. La estimación obtenida con
esta fórmula puede no ser conservadora, cuando las limitaciones dadas antes no se observan; su
aplicación debe hacerse con cuidado.
El método planteado por la IEC realiza el cálculo de fallas en las líneas de distribución
determinando los diferentes parámetros que influyen, a través de herramientas computacionales,
las cuales permiten establecer la topología de la red y realizar el cálculo ya sea de manera
determinista o estadísticamente, disminuyendo las estimaciones que podrían aumentar el error en
el cálculo de las salidas de la línea de distribución, sin embargo el acceso al recurso de una
herramienta computacional, la complejidad de este, el tiempo que puede tardarse en la
realización de este cálculo hacen que este método se vea opacado por otros métodos de fácil
aplicación a pesar de un desviación de resultados.
El ejemplo tipo de la norma tiene como resultado 27.5 fallas/100km/año, en comparación a este
resultado obtenido, se puede decir que este se encuentra dentro del rango de fallas dado por el
método estadístico, por lo que se podría considerar como base para futuros cálculos, debido a la
cercanía del resultado, respecto al caso particular de la línea tipo de la IEEE, por lo que se propone
para trabajos futuros, no dejar de lado la verificación de los resultados a través de otros métodos.
El criterio principal para la selección del método fue la simplicidad al momento de la aplicación y
que agregado a esto la cercanía a los resultados obtenidos a través de otros métodos sea
aceptable, como se pudo contemplar en el capítulo 4, el resultado del cálculo realizado a través
del método estadístico se encontraba coherente al dado por el método de Montecarlo de la IEEE.
Es por ello que se selecciona el MÉTODO ESTADÍSTICO, ya que cumple con el criterio de selección y
no se requiere una costosa inversión para aplicarlo, debido a que no se necesita un cálculo
computacional para implementar el modelo de integración numérica.
La IEEE 1410 establece el método de Rusck como un procedimiento simplificado el cual, utiliza el
modelo Electrogeométrico para determinar el flameo por tensiones inducidas. Los resultados
entre ambos métodos aceptados por la IEEE son cercanos, por lo que el método de la IEEE
solucionado a través del modelo Electrogeométrico es una buena alternativa para estimar el
número de salidas de la línea.