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la aventura urbana de
américa latina
cumplir en cada momento; el de la parti- legislativo, pero cedió la del poder judi-
cipación de sus elites, su gobierno; el de cial a Sucre; en Nicaragua, la solución a
los roles y tensiones que han mantenido una disputa entre León y Granada con-
como parte de los conjuntos mayores a cluyó con la elección de una tercera fuera
los que han pertenecido; el del impacto de la discordia, Managua; y en Argentina,
de fondo que ha tenido el liberalismo aunque no lograron construir una ciudad
como programa asumido en el siglo xix. nueva, neutra, estratégicamente ubicada
para restar poder a Buenos Aires y aliviar
El punto de arranque es principio y tam- las disputas, encontraron una opción
bién fin. No resulta paradójico, dice el intermedia, al crear no una nueva capital
autor, “que el imperio español hubiera nacional, pero sí una provincial, La Plata.
nacido y comenzara a morir de la misma
manera: en sus cabildos”. Lo que siguió Otro tema que sobresale en distintos
fue la búsqueda de un nuevo modelo apartados y que merece subrayarse es el
político; por tanto, una guerra de elites, de la fundación de ciudades. Como las
pero también una guerra de ciudades, una que resultaron de la conquista y primera
disputa por la organización del espacio y, colonización en los siglos xvi y xvii
además, una redefinición del papel que fueron tantas y casi siempre exitosas,
le correspondía al municipio. Cuando se ha tendido a olvidar que la crea-
la monarquía hispana entró en crisis en ción de asentamientos urbanos ha sido
el bienio decisivo 1808-1810, muchas un acto permanente: en el siglo xviii
ciudades importantes quisieron asegurar fueron fruto de las reformas y políticas
el control de la región que dominaban, de reordenamiento y control territorial;
tratar de ser independientes, lo que plan- en el xix, hacer nación era también
teaba una configuración espacial opuesta poblar; y en el xx, cuando las fronteras
a la que se había mantenido en los siglos alcanzaron definición, no cesaron las
anteriores y opuesta también a la que necesidades económicas que llevaron a
exigirían las nuevas naciones. formar nuevas ciudades. En Colombia,
“cerca de la mitad de las actuales cabe-
En esta línea, una historia que aquí se ceras municipales (…) tienen menos de
cuenta es la de las múltiples opciones y 200 años”; en Chile, “unas 26 ciudades
decisiones resultantes de la lucha entre importantes” fueron fundadas durante
ciudades por la obtención de la capi- el siglo xix; en Argentina: Resistencia,
talidad; en México, esta nunca estuvo La Plata, Neuquén y muchas otras resul-
seriamente en duda, pero sí en casi todas taron de los flujos migratorios y, como
partes: en Brasil, las elites cafetaleras de en Brasil y en todas partes, de las nuevas
São Paulo disputaron seriamente la cen- explotaciones económicas.
tralidad a Río de Janeiro; en Ecuador,
Quito mantuvo la capitalidad, aunque El estudio de lo que José Luis Romero
Guayaquil la superaría en dinamismo bautizó como “ciudad burguesa” (la del
económico y demográfico; en Honduras, final del siglo xix) y Mejía hace suyo,
las oligarquías regionales de Tegucigalpa conduce a una de las preguntas más inte-
vencieron a las de Comayagua; en Bolivia resantes sobre la historia de la ciudad:
se optó por dividir competencias: La Paz ¿quién la construye?, ¿quién orienta sus
mantuvo las sedes del poder ejecutivo y transformaciones?, ¿cuándo y por qué
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“Una y muchas ciudades”, uno de los die- aceptó en los círculos urbanos, cada vez
ciocho apartados que componen el libro, más burgueses, que la ausencia de civi-
traza un cuadro impresionista, un reco- lidad era sinónimo de ruralidad”.
rrido amplio y lúdico por las ciudades
latinoamericanas de todos los tamaños Después, las poblaciones con un umbral
entre 1824 y la mitad del siglo. El autor de población menor han sido clasificadas
cumple su propósito, retratar una época, como algo diferente a la ciudad, imagen
un tiempo de aparente estancamiento, dual fortalecida por miradas sucesivas.
de ciudades envejecidas, víctimas de la Roto ese muro artificial, tales pobla-
ruina de los países que se estaban tra- ciones resultan integrales, no ajenas al
tando de construir, donde, sin embargo, mundo urbano, del cual han formado
se olían vientos de cambio, “renovadas parte por su economía y por su posición
posibilidades” para el capitalismo adi- política, como dos niveles de una misma
vinadas por los foráneos. Más que eso, realidad: el territorio, “un entramado
y sin contar la dificultad de confiar y social en el que un arriero del siglo xix
leer adecuadamente las disímiles des- o un transportador del siglo xx lleva
cripciones, se obtiene un ejercicio inte- desde y hacia el pueblo las mercancías
resante de reconstrucción –sobre todo que produce el capitalismo en cualquier
por la representatividad de los lugares parte del mundo; un armazón político
descritos– a partir de dieciséis crónicas, en el que un juez y el notario, además del
memorias y/o diarios de viajeros. alcalde y el policía, representan al Estado
y sus instituciones…”. La idea es desde
Otro gran tema que recorre las páginas luego sugerente y las argumentaciones,
apunta a un replanteamiento útil del junto con otras en el mismo sentido que
concepto de ciudad: América Latina ha recientemente ha producido la historio-
sido desde hace mucho un “territorio grafía, apuntan a un replanteamiento
urbano”, con “modos de vida urbanos”. fructífero para pensar las ciudades.
Se trata de mostrar, a contracorriente de
una imagen arraigada, que entre ciudad Expositiva y argumentalmente, el texto
y campo las diferencias son solo por la tiene la virtud de la coherencia, una
complejidad de las actividades que se línea clara que quiere entender el lugar
llevan a cabo en ellas, y no por la calidad de las ciudades en sus realidades gene-
o por el número de sus habitantes. rales. De esta suerte, se arriba por la vía
de la historia a otra conclusión que hace
La raíz del equívoco se halla a finales tiempo está en el aire: las instituciones
del siglo xviii: el liberalismo colocó al de gobierno, que han estado sujetas a
individuo como sujeto de la vida social los jalones y contradicciones de los pro-
y política; nació la necesidad de discutir yectos monárquicos, republicanos y del
los asuntos públicos, en espacios públicos avance del capitalismo, no corresponden
que antes no había, y se impuso el a los escenarios que hoy se plantean.
hombre público; los Estados nacionales Quizá una ventaja del mirador histórico
y el naciente capitalismo formaron un es llamar la atención sobre la muy larga
“urbanita”, que se veía a sí mismo como condición de indefinición del muni-
alguien civilizado, ordenado, trabajador; cipio, condenado así –en los regímenes
“y por este camino, rápidamente se federalistas como en los centralistas– a
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Gerardo Martínez
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora, Ciudad de México, México
E-mail: gerardo.mexcol@gmail.com