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CULTURA EMPRESARIAL

La cultura de la empresa es el conjunto de formas de actuar, de sentir y de pensar que se


comparten entre los miembros de la organización y son los que identifican a la empresa
ante los clientes, proveedores y todos los que conocen de su existencia. Sus normas, sus
valores, sus hábitos. Es, en definitiva, lo que es la empresa.

Toda empresa tiene su propia cultura que la diferencia de las otras, es el rasgo diferenciador
con respecto a la competencia. Aunque las empresas sean del mismo sector, tienen distintas
formas de pensar y actuar así como de sentir, no tienen las mismas estrategias ni los
mismos objetivos ya que no tienen la misma cultura de empresa.

El trabajador, cuando entra en la empresa no sólo debe conocer la cultura empresarial, de la


que se va informando ya sea explícitamente y por medio de la observación, sino también
que se tiene que adaptar a ella. Es una parte tan importante de la empresa ya que mientras
todo va evolucionando y la empresa crece, el personal cambia, los objetivos pueden
cambiar o crecer, pero la cultura de la empresa permanece por encima de todo. Es algo
inamovible.

La cultura de la empresa es la parte fundamental que determina las funciones y acciones


que realizan los miembros de la empresa, las funciones generales de la empresa. Es la base
sobre la que actúan la empresa y todos sus miembros, y nace desde los comienzos de la
empresa, incluso antes, cuando su creador ha diseñado toda la estrategia y el plan de
empresa.

1. Concepto de cultura empresarial


La cultura empresarial se puede definir como “el conjunto de normas, de valores y de
formas de pensar que caracterizan el comportamiento, posicionamiento del personal en
todos los niveles de la empresa, el estilo de dirección, la forma de asignar los recursos, la
forma de organizar la esa corporación, así como la imagen de la empresa”, según explican
Leyva Granados y Yuliana Azucena en su trabajo Desarrollo de una cultura empresarial
contra el paradigma de las agencias publicitarias.
En este sentido, la cultura empresarial recoge el ADN de la compañía, es decir, la
personalidad de la organización, reflejando las características que la distinguen del resto de
entidades. Como apunta Stephen Robbins en Essentials of Organizational Behavior, la
cultura empresarial “designa un sistema de significado común entre los miembros, que
distingue a una organización de otra”; o como señala Elena Granell en Éxito gerencial y
cultura: retos y oportunidades en Venezuela, se trata de “aquello que comparten todos o
casi todos los integrantes de un grupo social (…), esa interacción compleja de los grupos
sociales de una empresa que está determinada por los valores, creencias, actitudes y
conductas“.

Por su parte, Idalberto Chiavenatto, autor de Introducción a la teoría general de la


administración, la cultura empresarial es “un proceso planificado de modificaciones
culturales y estructurales, que visualiza la institucionalización de una serie de tecnologías
sociales, de tal manera que la organización quede habilitada para diagnosticar, planificar e
implementar esas modificaciones con asistencia de un consultor”.

2. Elementos de la cultura empresarial


Para poder diseñar un modelo de cultura empresarial, los directivos deben tener en cuenta
diversos elementos.

En este sentido, Edgar Shein, en su obra Organizational Culture and Leadership, estructura


-de un modo teórico- este pilar de las compañías en tres niveles:

 Los supuestos inconscientes: se refieren a las creencias y consideraciones que de la


empresa tienen las personas, es decir, el cómo ven los demás la compañía.
 Los valores: incluyen los principios, normas y modelos que deben regir el
comportamiento de los miembros de la entidad.
 Los artefactos: relativos a los resultados que consigue la organización a través de
la acción.

No obstante, la composición de la cultura de empresa más seguida en la actualidad es la


formulada por Stephen Robbins, quien indica que este elemento organizacional está
conformado por siete factores que, combinados, dan lugar a ese ADN o personalidad de la
compañía:

 La autonomía individual: el nivel de delegación, independencia y participación


que exista en la organización.
 La estructura: las reglas y normas que rigen el funcionamiento de la organización
y el grado de supervisión o control que se ejerza sobre su cumplimiento.
 El apoyo: la mayor o menor relación interpersonal entre los superiores y los
empleados.
 La identidad: se trata del sentido de pertenencia, es decir, la forma en que los
miembros de la empresa conciben a la misma como un conjunto global, y no por
áreas o de forma individual.
 El reconocimiento: el sistema de reparto de los premios dentro de la plantilla en
función del desempeño.
 La tolerancia al conflicto: el modo que tenga la organización de afrontar las
posibles controversias que puedan surgir en su seno.
 La tolerancia al riesgo: según el espíritu innovador y creativo que se implante en
la entidad.

3. Tipos de cultura empresarial

Siguiendo con este último autor, la cultura empresarial se puede clasificar, en virtud del
calado, en:

 Fuerte: en estas compañías, los valores y normas establecidas son aceptados y


seguidos con firmeza y son tenidos en cuenta durante la toma de decisiones en
cualquier nivel organizacional.
 Débil: en estos casos, por el contrario, los miembros de la entidad no asumen estos
valores, sino que los conciben pautas impuestas, sin que existan alineación entre
capital humano y organización.
Junto a esta división, Jeffrey Sonnenfeld también propone diferentes tipos de cultura
empresarial en función de los criterios que se ofrezcan a la plantilla para seguirla:

 Cultura de fortalezas: está relacionada con la búsqueda seguridad en el puesto


laboral, como ocurre en las pymes.
 Cultura de club: en este caso, la antigüedad es un factor muy importante y se
asienta sobre criterios de compromiso y lealtad, como en el Ejército.
 Cultura de academia: la capacidad técnica y los conocimientos son valorados
mediante promociones y se impulsa un ambiente tranquilo y estable, como una
universidad.
 Cultura de equipo de béisbol: se da importancia a la capacidad de innovación y al
talento con incentivos por productividad.

Por su parte, Terrence Deal y Allan Kenedy, en Corporate Cultures: The Rites and Rituals
of Corporate Life, dividen la cultura empresarial según el origen de la tensión y la
respuesta dada por los equipos, diferenciando entre:

 La cultura del proceso: se da en aquellas empresas que no asumen riesgos y en las


que hay escaso feedback entre sus integrantes, como puede ser una entidad
financiera o un ayuntamiento.
 La cultura del trabajo duro: se fomenta la acción, ya que hay una alta carga de
trabajo, y el desarrollo colaborativo con una retroalimentación constante e
inmediata, como puede ocurrir en un restaurante.
 La cultura del macho/tipo duro: el riesgo en estas empresas es alto, buscando la
inmediatez de las acciones, pero también disponen de los conocimientos para
afrontarlo, con la posibilidad de que aparezcan individualismos, como es el caso de
empresas de inversión bursátil.
 La cultura de la excelencia: se produce también un alto riesgo, debido a que no se
pueden conocer de forma inmediata los resultados de las acciones, por lo que se
basa en una toma de decisiones sistemática y planificada, como en una empresa
farmacéutica.

Por último, Gareth Jones, en Teoría organizacional y cambio, realiza la


siguiente clasificación:

 Cultura profesional: en empresas que apuestan por personal experto y


especializado, capaz de hacer frente a tareas no rutinarias con frecuencia.
 Cultura burocrática: registra una gran complejidad de las funciones y se adquiere
mano de obra especializada conforme se hacen más laboriosas las tareas.
 Cultura de producción: utiliza tecnología para estandarizar los puestos laborales y,
por tanto, emplean personal menos cualificado.

4. Para qué sirve la cultura empresarial

Según Stephen P.Robbins, la cultura empresarial asume los papeles de diferenciación de


una empresa con las demás, transmitir el sentido de identidad a sus miembros, facilitar la
generación de compromiso que el propio interés individual y aumentar la estabilidad del
sistema social.

Hablando de la cultura de la empresa no debemos olvidar la misión, la visión y los valores


de la empresa, tres conceptos muy importantes a tener en cuenta. Tampoco debemos
olvidar las clasificaciones que pueden existir basándose en la cultura de la empresa, como
la Clasificación de Jeffrey Sonnenfeld, Tipología de R. Deal y A. Kennedy, etc. Es un
término muy importante que debe ser estudiado a fondo, pero sobre todo que cuando un
trabajador entra en una empresa se empapa de su cultura desde el primer día.

5. ¿Cuáles son las funciones de la cultura empresarial?

Además de las clásicas funciones de la cultura empresarial, que son cohesión,


identificación, diferenciación y motivación, todas ellas referidas a la parte más interna de la
organización, hoy en día, podríamos decir que tiene una función añadida y es aprovecharla
para la comunicación corporativa y conseguir así una total transparencia en el mercado que
pueda afianzar la relación y fidelidad del cliente.
Básicamente, es trasladar al campo de la empresa de hoy en día la realidad del antiguo
dependiente de tienda, el cual, conseguía clientes no solo por sus productos y su buen
servicio, sino también por su simpatía y la buena relación que mantenía con el cliente. Así,
las grandes compañías y ecommerces que no pueden tener a una única persona como
referente, puede trasladar a través de ella esa relación de confianza con el cliente.

Bibliografía
Academia de consultores. (2016). http://www.academiadeconsultores.com. Obtenido de
http://www.academiadeconsultores.com:
http://www.academiadeconsultores.com/cultura-empresarial/

Gestion.org. (2018). https://www.gestion.org. Obtenido de https://www.gestion.org:


https://www.gestion.org/cultura-empresarial/

Oliveras, E.-F. (2017). https://blog.grupo-pya.com. Obtenido de https://blog.grupo-pya.com:


https://blog.grupo-pya.com/cultura-empresarial-concepto-tipos-componentes/

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