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Deporte como alternativa para la canalización y evaluación de descontroles

temperamentales

Durante esta “pausa reflexiva mundial” tal vez muchas personas han realizado todo tipo
de postres, han invertido su energía en la cocina, una manera de pasar el tiempo, y han canalizado
la energía realizando una tarea sencilla pero que requiere concentración, planificación, paciencia y
cariño. Si no son de los que han descubierto sus artes culinarias, seguramente hayan realizado más
ejercicio que en toda su vida. Y de lo más variado. Han sido demasiadas horas en casa y, en
muchas ocasiones, hay que cansarse, buscar un lugar donde la mente no piense. Y el ejercicio ha
sido ese lugar canalizador de energía, desestresante y hasta calmante.

Nada mejor que ver una buena clase de boxeo, de fitness, o de CrossFit. Como no se
quiere se desperdicie ese nuevo hábito que se ha iniciado, sería interesante que continuaras
practicando deporte, a cualquier hora del día, para cuidar la salud.

De allí que a continuación se presentan algunos Beneficios para la salud al hacer deportes:

 El deporte “contribuye a un buen equilibrio inmunitario”, explica el profesor Daniel Camus


del instituto Pasteur de Lille, miembro de la Comisión Especializada en Enfermedades
Infecciosas y Emergentes, de hecho, se afirma que si un individuo se mueve repercute en
su sistema inmunitario. Además, “el deporte aumenta el nivel de glóbulos blancos y
anticuerpos en sangre”, añade el experto.
 Practicar deporte cinco veces por semana reduce en un 43% el número de días de
resfriado y dos días después de un entrenamiento medio los anticuerpos aumentan.
 La actividad física favorece el bienestar psicológico en general y ayuda a canalizar la
energía; mejora la respiración ya que a largo plazo la capacidad respiratoria incrementa y
en consecuencia mejoran las actividades físicas relacionadas con la vida cotidiana.
 El deporte es un buenísimo canalizador para el estrés, ya que durante el ejercicio físico, el
organismo genera la producción de hormonas llamadas endorfinas, las cuales nos
proporcionan una sensación de bienestar.
 El deporte fortalece el corazón y regula la tensión: durante el entrenamiento, en el
descanso, el corazón palpita lentamente y se fatiga menos.
 La práctica de una actividad física regular proporciona un óptimo funcionamiento del
sistema cardiovascular, la tensión arterial disminuye y mejora de la circulación sanguínea;
mejora la flexibilidad y la elasticidad ayudando a prevenir las lesiones y las enfermedades;
fortalece la estructura ósea a través del movimiento de contracción de los músculos sobre
los huesos, de esta forma el impacto ayuda a solidificar estos últimos; facilita el desarrollo
y el cuidado de los músculos, ofreciendo más agilidad; aporta beneficios para la piel, ya
que mejora la calidad y la firmeza, así como la circulación sanguínea y proporciona una
mayor cantidad de oxígeno; además, mejora la concentración y desarrolla la confianza.
 El deporte ayuda a superarse, respetarse, y el mejorar el autocontrol.
 Favorece la conciliación del sueño y la mejor calidad del mismo.
 Favorece la digestión.
 Ayuda a luchar contra el sobrepeso, ayuda a la quema de grasas y calorías.
 Es un medio de socialización.
 La práctica de una actividad deportiva de una hora, dos o tres veces por semana,
incrementa la esperanza de vida; reduce problemas reumáticos y contribuye a estabilizar
algunas patologías.
 Los ejercicios respiratorios durante el ejercicio físico ayudan a mantener un control de la
respiración.

El deporte y el Control de las Emociones

A cada estado del alma le corresponde una actividad física que ayudará a controlarlo con
suavidad. Por ejemplo, la cólera nos da ganas de golpear con el puño, el miedo corta la
respiración, la tristeza provoca las lágrimas, la amargura hace pensar…

Toda agitación del alma modifica el ritmo cardíaco, la respiración, la actividad muscular y
cerebral, exactamente como el deporte. Razón por la cual, cuando una persona se ve sumergida
en cierta negatividad, el ejercicio físico puede ayudar a encontrar el equilibrio.

Una emoción es algo bastante fugaz. Sin embargo, cuando se instala de forma
permanente, deja de jugar su papel de alarma y se convierte en un estado de humor, y luego en
algo temperamental. Muchos de los comportamientos, ya sea que se trate de tomar una decisión
o de hablar con desconocidos, están regidos por la tristeza, la cólera, el miedo o la amargura,
estados del alma que es importante saber canalizar.

El interés por el deporte es ante todo fisiológico. La actividad física consume cortisol, la
hormona del estrés, evitando que esta no consuma a la propia persona. A su vez, produce
endorfinas, las hormonas del bienestar que nos permiten sentirnos bien y evitar que las
emociones negativas tomen el control de nuestras vidas. Igualmente, la actividad física ofrece
valores que se deben adoptar para mejorar el estado del espíritu. Hacer pasar la energía de la
emoción por el cuerpo permite dejarle expresarse sin buscar forzosamente tener que dominarla.
Después, se puede observar desde otro ángulo y darle sentido.

Conviene moverse con un espíritu "de plena conciencia": desarrollando una cierta acuidad
gestual se abre otro canal de expresión para transformar la vida emocional. Conviene identificar la
emoción dominante que controla el temperamento y disfrutar del buen tiempo para probar una
actividad física bien adaptada: la que empuja más allá de los límites para alcanzar la realización
personal.

Tampoco conviene olvidar de estar atentos al placer que esta puesta en movimiento
ofrece: buen humor, bienestar físico, estima de uno mismo, creatividad, sociabilidad.

La Tristeza

Forzarse a no estar tristes es indispensable para recuperar el sabor de la vida, pero más
vale estar acompañados por alguien de confianza para no sentirse desfasados en una atmósfera
lúdica, puesto que podría causar hastío.

Es recomendable pasar a la acción y al contacto, puesto que la tristeza tiene tendencia a


engendrar inmovilidad y repliegue sobre uno mismo. No se trata de ponerse en activo, sino más
bien de forzarse a entrar en el juego, y dejarse llevar por la sonrisa comunicativa de los demás.
Una actividad que permite aceptar la imperfección y el reparto de responsabilidades será
beneficiosa para quien tiene tendencia a refugiarse en la depresión y despreciarse.

Sin duda alguna, la práctica del deporte es una buena forma de aliviar las emociones. Por
eso, ante cualquier malestar emocional estás a tiempo de salir a correr, nadar, bailar... en pocas
palabras: la actividad mejora tu salud, no solo física sino también emocional.

La Ira

La ira es un estado experiencial de naturaleza afectivo-subjetivo, que varía en intensidad


desde la irritación leve, el enfado moderado, hasta la furia o la rabia intensa y que tiene lugar
cuando se percibe que se ha impedido la consecución de los propios objetivos o metas o ha
ocurrido algo injusto de manera inmerecida (Deffenbacher, 1996; Deffenbacher & McKay, 2000.

La ira es un estado emocional que varía en intensidad desde la irritación leve, a la furia y la
rabia intensa. Al igual que otras emociones, se acompaña de cambios fisiológicos y
biológicos. Cuando nos enfadamos, nuestro ritmo cardíaco y presión arterial suben, al igual que
nuestros niveles hormonales como el de la adrenalina y la noradrenalina.

La ira puede ser causada tanto por eventos externos como internos. Podemos estar
enfadados con una persona específica (como un compañero de trabajo o un supervisor) o por una
situación (un atasco de tráfico, un vuelo cancelado), pero nuestra ira también puede ser causada
por preocupaciones de nuestros problemas personales. Los recuerdos de acontecimientos
traumáticos también pueden desencadenar sentimientos de ira en cualquier momento.

La ira puede ser suprimida y luego convertida o redirigida. Esto sucede cuando dejamos de
pensar en ella y nos centramos en aquello positivo. El objetivo es inhibir o suprimir la ira y
convertirla en un comportamiento más constructivo . 

Diferentes actividades deportivas, así como las simples herramientas de relajación, como


la respiración profunda y las imágenes relajantes, pueden ayudar a calmar los sentimientos de
enojo.

Agresividad

El término agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que pueden


manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los gestos o
expresiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación. La palabra agresividad
procede del latín, en el cual es sinónimo de acometividad. Implica provocación y ataque.

Albert Bandura, reconocido psicólogo que ha centrado sus estudios en teorías


conductuales-cognitivas, (2014), propone que la agresividad es una conducta aprendida, es decir,
que es observada, interpretada y reproducida por un individuo tomando como ejemplo a un otro.

Dice en el documento, que Bandura argumenta que si las personas son sometidas a
situaciones de frustración, se obtiene cada vez una respuesta diferente, entonces: “los sujetos
aprenden, se someten, son creativos, evasivos, depresivos, etc. No todos responden de forma
agresiva ante una frustración, por lo que se tiene que aprenden de algún modo” (pág. 21).

Con eso, y teniendo en cuenta lo indicado en las teóricas activas, es posible aventurarse a
decir que la agresividad se presenta en el hombre como una consecuencia de la combinación de
conductas innatas, y sistemas aprendidos del exterior, partiendo de la posición inicial de que la
agresividad se encuentra inmersa en el genoma humano, teniendo un gran efecto en la forma de
relacionarse con los demás seres.

Ventajas a nivel conductual del ejercicio deportivo

Sobre las ventajas del ejercicio físico para combatir las diferentes alteraciones
emocionales, es necesario considera que, a nivel de conducta, en un proceso depresivo cualquier
actividad que supone un cambio, empieza con un esfuerzo inmenso y un nivel de satisfacción muy
bajo, por lo que se tiende a evitarlas. “No soy capaz de ir a cenar con mis amigos. Me cuesta un
trabajo enorme ir a la ducha, arreglarme y saber que tengo que ir allí y poner buena cara. Es mejor
que no vaya. Al fin y al cabo a nadie le apetece cenar con alguien como yo en este estado. Ya he
llamado poniendo una excusa, ahora me siento mejor.
Emocionalmente se siente tristes, sin energía, apáticos. –Me siento indefensa, no quiero
seguir estando triste, quiero recuperar mi vida, pero no sé cómo hacerlo.
En esto el deporte se convierte en agente fundamental facilitador del cambio en la
depresión. Hacer ejercicio fuera de casa, algo distinto a seguir aislado, algo que por otro lado está
bien visto social y personalmente, que hace romper el círculo vicioso del no puedo y me quedo en
la cama o en el sofá, que saca del “encierro depresivo”. –No tengo ningunas ganas, pero si falto
perjudico a mi grupo. Iré y haré lo que pueda.

Asignación 2.-

1.- Mencione y explique seis (6) ejercicios deportivos:

Dos (2) para controlar la tristeza

Dos (2) para controlar la ira

Dos (2) para controla la depresión

Cada ejercicio debe llevar. Nombre, objetivo, descripción.


Referencias Bibliográficas

 Balagué, G., Blasco, T., Capdevila, L., Cruz, J., García-Mas, A., Palmi, J., Portero, P., Riera, J.
& Roca, J. (1997) Psicología del deporte. Editorial Síntesis, S.A. Madrid, España.
 Bilbao, M., Techio, E. & Páez, D. (2007) Felicidad, cultura y valores personales: estado de la
cuestión y síntesis meta-analítica. En: Periódicos Electrónicos en Psicología, Revista de
psicología (Lima) – 25 (2) Diciembre de 2007, Perú.
 Carrasco, D., Carrasco D. & Carrasco, D. (2014) Psicología del Deporte. En: Universidad
Politécnica de Madrid, I.N.E.F.
 Cayuela, J. (1997): Los efectos sociales del deporte: ocio, integración, socialización,
violencia y educación [artículo en línea]. Barcelona: Centre d’Estudis Olímpics UAB.
Consultado el: 10/02/16
 Chertok, A. (Septiembre, 2009) Desarrollo y tratamiento de los comportamiento agresivos
Enfoque cognitivo-conductual. Conferencia dictada en la Sociedad de Psiquiatría del
Uruguay, Montevideo, Uruguay. Recuperado en: www.psicologiatotal.com

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