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No resulta exagerado decir que Buenaventura Báez y Pedro Santana constituyeron

la dupla de mayor alternancia en el poder en un periodo de tiempo tan corto como los
diecisiete años de la Primera República. Santana fue el primer presidente constitucional
de la república Dominicana. Luego de cumplido su primer período presidencial, debió
retirarse y dejar en el cargo un Consejo de Estado que posteriormente fue asumido por
Manuel Jimenes.

Sin embargo, antes de que este cumpliera un año de gobierno, y con la excusa de la
llegada de una nueva invasión haitiana, Santana retomó el cargo presidencial. En
momento en el que santana consideraba oportuno apartarse del poder, quizás para
aparentar que era un candidato democrático, decidió colocar a uno de sus mejores
amigos. Colocó a Buenaventura Báez. Sin embargo, santana no contaba con lo adictivo
que resulta el poder.

Báez se enamoró del poder. Se sintió atraído por la oportunidad de ser la persona má
importante del país. Por lo tanto, Báez y santana se separan porque tenía deseos
comunes que no podían compartir. Ambos querían ser presidentes y sólo había u cargo
como ese en el país. Da hí en adelante la dinámica fue que mientras uno ocupaba la
presidencia el otro era exiliado, y sólo regresaba cuando lograba un complot con
quienes le apoyaban en el país.

Este intercambio de poder, entre dos ambiciosos del control absoluto y de las riquezas
que ello significaba, terminó en la retoma por parte de Santana hacia 1858. Esta vez su
última vez como presidente, pues en 1861 decidió anexar el país a España y murió
tiempo después. Estos dos personajes escenificaron dos figuras de vital importancia para
que el país lograra todo lo contrario a lo que como república debía haber logrado en
estos primeros diecisiete años de ensayo. Llevaron a la quiebra de instituciones,
personas adineradas y sobre todo del Estado. Ello hasta el punto de que la quiebra se
expandiera por todo el país y se reflejara en todos los sectores socioeconómicos. 

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