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Caracas, 27 de enero de 2021.

U.E. Agustiniano Cristo Rey


2do. Año A
Alumna: Andreína Higuera # 16
Materia: GHC

¿Cómo influye El Renacimiento político en las


monarquías absolutistas?
    
Para dar respuesta a esta interesante interrogante, debemos tener claro, ante
todos, qué es El Renacimiento, así como qué es el Absolutismo, desde el punto
de vista histórico

El Renacimiento: es el nombre dado en el siglo XIX a un amplio movimiento


cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue
un periodo de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna.
Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también
se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.

El absolutismo: es una doctrina política que afirma que el rey es el único con


poder para crear leyes. El rey ejerce el poder sin restricciones, ya que le viene
de Dios. Esta es la doctrina política que impera en la mayoría de los países
europeos. En el siglo XVI se forman tres grandes países absolutistas,
Inglaterra, Francia y España.
Partiendo de este panorama histórico y con base a lo visto en nuestra
formación y estudios, podríamos decir que El Renacimiento fue una época en
la que el sentido de renovación política se sintió como una necesidad, ya que
es el resultado de la aparición de nuevas ideologías que rechazan el sentido
del Estado y del poder medieval, como el Humanismo, y se impone una nueva
clase social, la burguesía, que será quien impulse esa ideología. Esta
burguesía es principalmente mercantil, y aunque es capitalista, continúa
aceptando la posición social que ocupa.

Entonces sin duda alguna la influencia de El Renacimiento marca la transición


hacia un nuevo período, ya que representa un amplio movimiento cultural
donde se producen cambios significativos en las artes, las ciencias, la política,
la filosofía y la religión. El enfoque central del renacimiento está en el ser
humano como centro del pensamiento occidental, se desarrolla el humanismo
medieval, donde se combina el racionalismo y el naturalismo.

Los antecedentes históricos del Renacimiento cabe situarlos en la decadencia


del mundo medieval ocurrida a lo largo del siglo XV, por diversos factores:
crisis religiosa, social, económica, cultural y social. Frente a esta decadencia,
los principales centros académicos europeos buscaron regenerarse a través
del retorno a los valores de la cultura clásica grecorromana. A su vez, comenzó
a fraguarse una nueva sociedad.

Contamos con destacados pensadores políticos de la Edad Moderna, como lo


fueron: Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro, Lutero, Calvino, Maquiavelo, Hugo
Grocio, Thomas Hobbes, John Locke, Montesquieu, Rousseau, David Hume,
Burke, Thomas Paine, Jeremy Bentham, James Mill o Herbert Spencer.

En esta nueva sociedad se valora más la virtud cívica que la caballeresca o


contemplativa, el talento personal (fuese en los negocios, la ciencia o el arte)
que el rancio abolengo.

La construcción del estado moderno significó para los países de Europa la


transformación de una sociedad que había estado conformada por feudos
dispersos en los territorios, hacia una autoridad monárquica apoyada por los
burgueses para concentrar el poder y establecerse como un estado absolutista.
Así mismo, se destacan las contribuciones de los grandes pensadores que
sientan las bases de conceptos importantes para el desarrollo de la política en
la edad moderna, tales como: virtud republicana, soberanía, estructura del
estado, diplomacia y extraterritorialidad.
Este cambio de paradigma encarnó una nueva forma de pensar y de vivir, se
trasciende del pesimismo y milenarismo medievales al optimismo del
humanismo renacentista, lo que permitió un mayor crecimiento que se refleja
en importantes descubrimientos, y el desarrollo de las artes, filosofía,
arquitectura, y ciencia. De esta manera, el nuevo paradigma permitió redefinir y
proponer nuevos enfoques políticos, tales como: la soberanía sustentada en el
pueblo, el control y la división de poderes en el estado, la separación de la
iglesia con el estado, el pacifismo, el respeto a la libertad, la libertad de
pensamiento y el estado igualitario.
Uno de los aspectos que más puedo rescatar de esta época, son los valores
éticos más profundos, como la libertad, el amor o la justicia, adquieren durante
el Renacimiento su mayor expresión. Entendiéndose que el hombre decide
enfrentarse a la vida con optimismo e ilusión, aprovechando cada momento de
su corta existencia, filosofía que hoy día cobra una profunda reflexión. Durante
este célebre periodo, el hombre afianzó su interés hacia el conocimiento.
Este era abordado a través del estudio y la observación, mediante los cuales se
obtuvo una idea más clara del funcionamiento del planeta. 
Al dejar atrás el influjo del teocentrismo, la razón adquirió una importancia
nunca antes vista. Durante el Renacimiento, se defendió la idea de una
explicación lógica y científica para cualquier suceso o fenómeno. Desarrollando
al mismo tiempo el pensamiento racional que representa actualmente al ser
humano.
Toda esta gama de conocimientos de la historia, permite entender mejor
nuestro presente, y por ende forjar un futuro mejor, recatando experiencias y
valores útiles para dar cabida a una nueva realidad. De toda situación de crisis
pueden nacer mejores oportunidades que nos permita evolucionar como
sociedad. Que así sea!

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