2do. Año A Alumna: Andreína Higuera # 16 Materia: GHC
¿Cómo influye El Renacimiento político en las
monarquías absolutistas?
Para dar respuesta a esta interesante interrogante, debemos tener claro, ante todos, qué es El Renacimiento, así como qué es el Absolutismo, desde el punto de vista histórico
El Renacimiento: es el nombre dado en el siglo XIX a un amplio movimiento
cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue un periodo de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
El absolutismo: es una doctrina política que afirma que el rey es el único con
poder para crear leyes. El rey ejerce el poder sin restricciones, ya que le viene de Dios. Esta es la doctrina política que impera en la mayoría de los países europeos. En el siglo XVI se forman tres grandes países absolutistas, Inglaterra, Francia y España. Partiendo de este panorama histórico y con base a lo visto en nuestra formación y estudios, podríamos decir que El Renacimiento fue una época en la que el sentido de renovación política se sintió como una necesidad, ya que es el resultado de la aparición de nuevas ideologías que rechazan el sentido del Estado y del poder medieval, como el Humanismo, y se impone una nueva clase social, la burguesía, que será quien impulse esa ideología. Esta burguesía es principalmente mercantil, y aunque es capitalista, continúa aceptando la posición social que ocupa.
Entonces sin duda alguna la influencia de El Renacimiento marca la transición
hacia un nuevo período, ya que representa un amplio movimiento cultural donde se producen cambios significativos en las artes, las ciencias, la política, la filosofía y la religión. El enfoque central del renacimiento está en el ser humano como centro del pensamiento occidental, se desarrolla el humanismo medieval, donde se combina el racionalismo y el naturalismo.
Los antecedentes históricos del Renacimiento cabe situarlos en la decadencia
del mundo medieval ocurrida a lo largo del siglo XV, por diversos factores: crisis religiosa, social, económica, cultural y social. Frente a esta decadencia, los principales centros académicos europeos buscaron regenerarse a través del retorno a los valores de la cultura clásica grecorromana. A su vez, comenzó a fraguarse una nueva sociedad.
Contamos con destacados pensadores políticos de la Edad Moderna, como lo
fueron: Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro, Lutero, Calvino, Maquiavelo, Hugo Grocio, Thomas Hobbes, John Locke, Montesquieu, Rousseau, David Hume, Burke, Thomas Paine, Jeremy Bentham, James Mill o Herbert Spencer.
En esta nueva sociedad se valora más la virtud cívica que la caballeresca o
contemplativa, el talento personal (fuese en los negocios, la ciencia o el arte) que el rancio abolengo.
La construcción del estado moderno significó para los países de Europa la
transformación de una sociedad que había estado conformada por feudos dispersos en los territorios, hacia una autoridad monárquica apoyada por los burgueses para concentrar el poder y establecerse como un estado absolutista. Así mismo, se destacan las contribuciones de los grandes pensadores que sientan las bases de conceptos importantes para el desarrollo de la política en la edad moderna, tales como: virtud republicana, soberanía, estructura del estado, diplomacia y extraterritorialidad. Este cambio de paradigma encarnó una nueva forma de pensar y de vivir, se trasciende del pesimismo y milenarismo medievales al optimismo del humanismo renacentista, lo que permitió un mayor crecimiento que se refleja en importantes descubrimientos, y el desarrollo de las artes, filosofía, arquitectura, y ciencia. De esta manera, el nuevo paradigma permitió redefinir y proponer nuevos enfoques políticos, tales como: la soberanía sustentada en el pueblo, el control y la división de poderes en el estado, la separación de la iglesia con el estado, el pacifismo, el respeto a la libertad, la libertad de pensamiento y el estado igualitario. Uno de los aspectos que más puedo rescatar de esta época, son los valores éticos más profundos, como la libertad, el amor o la justicia, adquieren durante el Renacimiento su mayor expresión. Entendiéndose que el hombre decide enfrentarse a la vida con optimismo e ilusión, aprovechando cada momento de su corta existencia, filosofía que hoy día cobra una profunda reflexión. Durante este célebre periodo, el hombre afianzó su interés hacia el conocimiento. Este era abordado a través del estudio y la observación, mediante los cuales se obtuvo una idea más clara del funcionamiento del planeta. Al dejar atrás el influjo del teocentrismo, la razón adquirió una importancia nunca antes vista. Durante el Renacimiento, se defendió la idea de una explicación lógica y científica para cualquier suceso o fenómeno. Desarrollando al mismo tiempo el pensamiento racional que representa actualmente al ser humano. Toda esta gama de conocimientos de la historia, permite entender mejor nuestro presente, y por ende forjar un futuro mejor, recatando experiencias y valores útiles para dar cabida a una nueva realidad. De toda situación de crisis pueden nacer mejores oportunidades que nos permita evolucionar como sociedad. Que así sea!