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ACTO DEL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR 1

1º DE MAYO. DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR.

I) GLOSAS
Entrada de la Bandera de ceremonias
Celebramos hoy el día del trabajador en honor de aquellas silenciosas personas que con su trabajo
abnegado, dan vida a este mundo.
En nuestra bandera se encuentran todos esos rostros anónimos pero importantes que con su día a día
hace de este suelo una Patria y de esta patria un hogar.
Ella es el símbolo del trabajo y los sueños de todos. Recibimos a las banderas de ceremonias
portada por:
Bandera Nacional
Abanderado: …………………………………………..
1er escolta …………………………………………….
2do escolta: ……………………………………………
Bandera provincial
Abanderado: …………………………………………..
1er escolta …………………………………………….
2do escolta: ……………………………………………

Himno Nacional
Oh juremos con gloria morir! Esas palabras no tienen sentido si no se ha muerto en cada día en el
trabajo cotidiano entregando lo mejor de uno en aquello más simple y a veces invisible a todos.
Entonemos las estrofas del himno nacional prometiendo mejorar nuestra actitud en el trabajo y el
estudio de cada día.

Retiro de la Bandera
Vuelve victoriosa pero sin dejar de hacer presente su mensaje. No hay ni habrá pueblo en la historia
que no se levante trabajando. Despedimos a la bandera de ceremonia.

Palabras alusivas
El hombre con su trabajo domina no sólo la tierra sino también el campo del saber, lo deportivo y
toda la vida haciendo de esta vida una vida más humana.
Para referirse a la fecha escucharemos las palabras del profesor …………………………..

Poesía (al final del archivo)


Las artes no dejan de ser parte del trabajo del hombre y a la vez un modo de expresión magnífico de
su capacidad para trabajar la materia.
Escuchemos ahora un poema al obrero por un alumno de ………….

Despedida
Uno de los efectos del trabajo es la paz. La paz de aquellos que viven en sociedad sabiéndose
constructores de un mundo que necesita más manos y menos ojos de crítica.
Lamentablemente a veces se opaca el trabajo porque se ve solo lo que se hace mal. Cambiemos la
actitud y comencemos a levantar la paz con aquellos que nos rodean a base de unir esfuerzos de
bien. Muchas gracias.
ACTO DEL DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR 2

II) PALABRAS ALUSIVAS


Prof.: Fabián Brandalise
“EL hombre fue hecho para que trabajara” tal es la sentencia que encontramos desde el origen
del hombre. Pero debemos preguntarnos, ya que el tiempo desfigura las cosas, qué es el trabajo en
la vida del ser humano que camina sobre la faz de la tierra.
Hoy en día, el trabajo es tomado como algo de significados muy opuestos. Unos por un lado lo
consideran un castigo y así vemos hombres y mujeres saludables y llenos de vida que se quejan por
la tarea que a diario que realizan. Otros, tristemente cada día más, ven en el trabajo algo que no les
está permitido; un derecho cada vez más negado, algo, podríamos decir casi inaccesible.
No obstante, es necesario precisar algunas cosas para no caer en ninguno de los dos extremos.
En primer lugar el trabajo jamás puede ser considerado un castigo. Lo que sí es un castigo es la
forma en la que se realiza: las condiciones inhumanas, el cansancio propio de cada tarea, las
contradicciones cotidianas, etc. Pero ciertamente el trabajo –actividad exclusivamente humana- es
una de las cosas que nos separa del resto de los animales ya que estos no poseen la capacidad de
mejorar con su actividad el medio que los rodea. Por el contrario, el hombre, realizando su trabajo
cada día con mayor perfección, se mejora a sí mismo, mejora a la sociedad y se eleva, si cabe el
término, cada vez más.
A través de su trabajo, el hombre, al dominar los metales, la tierra y las diversas áreas del saber
humano se va haciendo cada vez más señor de sí mismo como así también señor de la sociedad en
la que vive.
El trabajo, pues, concede al hombre la posibilidad de elevarse por encima de la cotidiana
materialidad de las cosas hasta gobernarlas según su inteligencia, su voluntad y su propia libertad.
En segundo lugar, es cierto que nuestra sociedad cuenta cada vez más con un amplio grupo de
personas desocupadas y subocupadas; pero es necesario, nos parece, hacer una aclaración capital
sobre este punto. Esto es que “todo trabajo, por pequeño que sea, si es honesto, dignifica y eleva al
hombre”.
Al decir todo trabajo, debemos aclarar que la labor dignifica si es honesta. Si no, por más
empeño que se ponga y horas que se le dedique, si no es honesto, no es trabajo.
Cuando decimos “todo trabajo” también debemos hacer memoria de esas personas que deben
contentarse con labores mínimas, temporarias, de ingresos insuficientes o que no están de acuerdo
con sus ambiciones personales.
Pero lo importante no es “qué trabajo se realice” sino “cómo se lo realiza”. Cuando decimos
“cómo”, hacemos referencia a la forma de hacerlo; es decir, con responsabilidad, con dedicación,
con mayor perfección a medida que pasan los días y los años.
Alguien dijo una vez que “no hay pequeñas cosas sino hombres que las empequeñecen”.
Teniendo en cuenta esto, ¿quién diría que es poco importante la tarea de un ama de casa? ¿ de una
celadora? ¿de un albañil? ¿de un barrendero? ¿de un vendedor ambulante?¿de un changarín?…
Nuestras felicitaciones a todos ellos en este día.
¿Podríamos decir que es mejor el trabajo de un médico irresponsable que el que realiza con
dedicación y amor un simple obrero? Seguramente que no. El primero tendrá el juicio de su
conciencia, de los hombres y de Dios que le reprocharán por siempre el mal ejercicio de su
profesión. El obrero; pobre, humilde, pero que pone todo su empeño cada día tendrá la recompensa
de saberse dueño de sí, constructor de una sociedad más justa y a la vez un premio eterno por
cumplir con las aparentes pequeñas cosas de cada día.
“Está en lo que haces y has lo que debas” dice un sabio español. Nos toca a nosotros
perfeccionar cada día nuestra labor, hacer que otros la valoren correctamente y bregar para que las
estructuras sociales permitan al hombre elevarse a través de lo más cotidiano.
Que cada uno, quizá a su manera, eleve a Dios una plegaria pidiendo por todos aquellos a los que
se les niega este don precioso: el de transformar el mundo mediante lo más simple, lo más humano,
lo más dignificante y a la vez lo menos reconocido.
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III) POESÍAS

A) ODA AL OBRERO

Obrero que vives día a día


tu actividad de torno y de hierro,
mientras tu cabeza teje
modestos ensueños.

Tus hijos te esperan ansiosos


y tu esposa, inquieta siempre,
desea que vengas, el primero;
ella sabe esperar,
nunca hay reproche en su lenguaje austero.

Conoce a fondo tus problemas,


conoce tu trabajo intenso,
sabe que tu quisieras lo mejor para ellos,
también que pones tus músculos de acero
al servicio del amado suelo.

Que anhelas que solo la Paz y el trabajo


reinen eternos,
que la dicha de tu hogar sea el espejo
del gozo de la patria , entero.

Obrero que vives día a día


tu actividad de torno y de hierro,
no hay bajo el cielo nada más bello
que estos, tus sueños.

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