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Crítica de la cultura y sociedad 1

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mundo mejor el arte también sería mejor. Esto es la perspectiva de los


pintores de hotel. Se podría mostrar que todos los rasgos escandalosos
del arte moderno contienen una crítica al arte tradicional, que cada for-
ma desfigurada desenmascara a la forma demasiado ters~ ,que está col-
gada de las paredes de nuestros museo~, que cada negacion de los ob-
jetos afecta a su reduplicación la~datona; e.n pocas palabras.: 9ue el arte
moderno se deshace de la esencia afirmativa del arte tradIclOnal por-
que la considera una mentira, una ideol~gía. Quien se t.iene que av~r-
gonzar de esto no es el arte moderno, smo lo falso antiguo. Lo~ pm-
tores de hotel tienen razón: el arte moderno no es inocuo. Quien lo Resumen sobre la industria cultural
ha experimentado ya no puede soportar l? .i~ocuo. El arte ~odern? se
opondrá mejor al reproche de que está dirigido por los manager SI no
permite que marchite la fuerza de oponerse.

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Critica de la cultura y sociedad 1 Resumen sobre la industria cultural 297
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para la industria cultural, parece inofensiva. Pero lo fundamental no
son ni las masas ni las técnicas de comunicación, sino el espíritu que
se les insuíla, la voz de su amo. La industria cultural abusa de la consi-
deración a las masas para duplicar, consolidar y reforzar la mentalidad
de éstas, a la que se presupone dada e inmutable. Se excluye todo lo
que podría modificar esta mentalidad. Las masas no son la mc::4i,da
de la industria cultural, sino su ideología, igual que la industria cul-
ñüpüdríaeXtsfÍY'srrrnsead.a'j?f'ara a las ma§as.
.cancÍas culturales se rigen, como Brecht y Suhrkamp ya di-
jeron hace tmnt;;1iO'S," por elpr!5éíPioa~ su usó:-n<lp'orsucünteñí-
d~l' su <:"OE!lgura~. L~~axis de la i!ldustria cultural traslada el fUP-
tivo Tel beneficio a las obras eSEirituales. Cuando éstas eran unas
meYéañaascon ras que sus autore~e ganaban la vida en el mercado,
ya tenían algo de eso. Pero sólo buscaban el beneficio de manera indi-
recta, a través de su esencia autónoma. Lo~nuevo'cn~la.indust-ri~-cul-
tural -es la primací~inrnediata Y patente.-dd. efecso, cal~ulado exacta-
mente-en sus.productos.más típicos. La autonomía-de las obras de arte,
que nunca dominó por completo y siempre estUYO,.entremezclada.con
el efecto, es eliminada tendencialm-ente por la industria.::<;w.tural,con. o
sin la voluntadt-consciente··de los,qu~m.3ildan. Éstos son tanto órga-
nos ejecurores como potentados. Económicamente están o estaban bus-
cando nuevas posibilidades de empleo del capital en los países más desa-
rrollados. Las posibilidades antiguas son cada vez más precarias debido
al mismo proceso de concentración que hace posible la industria cul-
tural como un dispositivo omnipresente. La cultura, que por su pro-
pio sentido nunca fue complaciente con los seres humanos, sino que
siempre protestó contra las situaciones endurecidas en que ellos viven,
los trató de este modo con honor, mientras que los degrada una vez
más cuando se asimila por completo a ellos y se integra en las situa-
ciones endurecidas. Uifóbra:s"espirituales ~el·es.tilo·.dela indusuia.;:ul-
turat-Yél"'flO"'-Sotl"también<mer.eancias, sino-que-·son·~ercancías~Y:.!l~~
más. Este desplazamiento- cuantitativo es tan grande.que_da,J.ugai"~OS
fenómenos x:ompletamente- nuevos·.-Finalmenre; l~:i::industria-cultillal
ya no necesita~perseguir-directamente los íntereses.ecoflÓmiGos,:q~..es
por .donde empezó. Éstos se han-objetivado en su,ideol()gía~¡
se han independisado de la obligación -de vendcl'>las-mercaneías-cul
rurales, que así y todo hay qne"consumir. La industria cultural se de-
dica entonces.a las.p.ubtic relations, a establecer una good will, sin to-
" 4 ~.
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de modo tecnológico-racional. Por tanto, también aquÍ las inversiones rango. Mezclar lo estético con su escoria comunicativa no restablece la
equivocadas son considerables rovocan. ~n lo sectores u~ h medida correcta del arte (en tanto que algo social) frente a la presun-
~I o superados por nuevas técnicas unas cnSIS que rara vez meJoran ta arrogancia de los artistas, sino que defiende a algo que tiene unas
la situaCIón . consecuencias sociales funestas. La importancia de la industria cultu-
.:oonGepte--a récnica-de la indnstria-cultural es e ismo-que el ral en la vida anímica de las masas no nos dispensa (y menos aún a una
de-las obras de arte s610 por-cuanto- respecta al nombre. Éste se refie- ciencia que se considera pragmática) de reflexionar sobre su legitima-
re a la organización de la cosa.ia su lógica>i~ter~a. Por .el c?,ntrario, la ción objetiva, sobre su en-sí, sino que nos obliga a llevar a cabo esta
técnica de la industria cultural, que es una tecruca de difusión }"'ae re- reflexión. Tomar la industria cultural tan en serio como corresponde
produccién.ruecanica es lQCa;.6u.J;G.&a-.La
industria cultur~ tiene a su función incuestionada significa tomarla en serio críticamenre, no
su respaldo ideol6gico en que evita cuidadosamente la coherencia pl~- someterse a su monopolio.
na de sus técnicas en los productos. Vive parasitariamenre de la técni- Entre los intelectuales que quieren resignarse a este fenómeno y que
ca extraartística de la producción de bienes materiales, sin tomar .en intentan combinar sus reservas frente a la cosa con el respeto a su po-
cuenta ni la obligación que su objetividad significa para la figura 10- der es habitual un tono de tolerancia irónica, suponiendo que no ha-
traartística ni la ley formal de la autonomía estética. El resultado es la yan convertido la regresión en un nuevo mito del siglo xx. Dicen que
mezcla, esencial para la fisiognomía de la industria cultural, e~tre str~am.- ya sabemos qué debemos pensar de todo eso, de las novelas ilustradas
lining, dureza y precisión fotográficas (por una parte) y residuos indi- y de las películas a medida, de las series familiares de televisión y de
vidualistas, entusiasmo y romanticismo racionalizado (por otra parte). los bit-paradas, del horóscopo y de los consejos psicológicos del perió-
Si aceptamos la definición de la obra de arte tradic~on~ mediante el dico; que todo esto es inofensivo y además democrático porque obe-
<;l§, mediante la presenCla de algo no presente (Ben~am]O).IQ que ~- dece a la demanda, que primero ha sido encauzada. También dicen que
fi e a la industria cultural es que no contra one estnctamente al pnn- todo esto es muy beneficioso porque difunde informaciones, consejos
ci io aurático go di erente, S100 ue conserva e au~a en ~scom 0- y modos de comportamiento liberadores. Ahora bien, las informacio-
sicióii como una me a. e este mo o se convence 1OmedIatame!1te nes son (como explica cualquier estudio sociológico sobre algo tan ele-
d~7Jdad ideoló i . mental como el grado de información política) pobres o irrelevantes,
--'Los políticos culturales y los sociólogos suelen decir que no hay que los consejos que se extraen de las manifestaciones de la industria cul-
subestimar a la industria cultural, pues es muy importante para la for- tural son banales o algo peor y los modos de comportamiento son des-
mación de la consciencia de sus consumidores: hay que tomarla en se- vergonzadamente conformistas.
rio dejando de lado la arrogancia cultural. En efecto, la industria cul- La engañosa ironía de la relación de los intelectuales adaptados
tural es importante porque es un momento del espíritu imperante hoy. con la industria cultural no se limita a ellos. Cabe suponer que la cons-
Quien, por escepticismo hacia lo que la industria cultural introduce ciencia de los consumidores está escindida entre la diversión obliga-
en los seres humanos, ignorara su influencia sería ingenuo. Pero la .ex- toria que la industria cultural les prescribe y una duda en sus bene-
hortación a tomarla en serio es inaceptable. Por respeto a la función ficios ni siquiera oculta. La frase de que el mundo quiere ser engañado
social de la industria cultural, cuestiones incómodas, como la de la ca- es más verdadera hoy que nunca. La gente no sólo cree cualquier pa-
lidad, la de la verdad o falsedad y la del rango estético de sus produc- traña que le proporcione placer, sino que acepta incluso los engaños
tos, son excluidas de la «sociología de la comunicación». Al.crítico se que conoce; cierran los ojos y aceptan con una especie de autodes-
le reprocha que se atrinchera tras un esoterismo arrogante. Pn~ero ha- precio lo que les sucede, que saben por qué ha sido fabricado. Sin
bría que analizar el doble sentido de «i.~portante», que se ha 10filtry confesárselo, intuyen que su vida les resultará completamente inso-
do sin que nos demos cuenta. La función de una cosa, aunque afeq~e portable en cuanto no puedan aferrarse a unas satisfacciones que en
a la vida de innerncrables personas, no es una garantía de su proplO realidad no 10 son.
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Resumen sobre la industria cultural 301
Crítica de la cultura y sociedad 1
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a los desconcertados y les presenta unos conflictos que ellos han de con-
La defensa más atrevida de la industria cultural ensalza como fac-
~nd~r c?n los suyos, de modo que resuelve los conflictos sólo en apa-
tor de orden a su espíritu, al que podemos considerar tranquilamente
nencia, igual que en su propia vida apenas se podrían resolver. En los
una ideología: la industria cultural-dicen- da a las personas en un mun-
productos de la industria cultural los seres humanos tienen problemas
do presuntamente caótico algo así como criterios de orientación, y esto
sólo para que los superen graCIaSalos representanteSde un co 'ectívO
es loable. Pero la industria cultural destruye ]o que ellos creen que pre-
Don a oso y s·ea:dIiieran con armonía vana a esa enerafiCiad cu as exi-
serva. El cine en colores acaba con la vieja posada agradable más que
~ias11al51an perc! 1 o como incom atibles con sus intereses. P';;;:
las bombas: destroza hasta su imago. Un pueblo no puede sobrevivir a
esto, la industria cultur~ ha e~do unos esquemas 9.ue seextien-
su elaboración en las películas que lo ensalzan, y todo lo inconfundi-
ble de lo que esas películas se alimentan acaba pareciéndose a lo demás.
c:leIl' asta __ os tan le'anos al conce to' c';;mo a música de enmte- ,I

mmlento, ue lan e unos-;óblemas rítmicos ue en se Ul a se re-


..J...()..Qii~se
PQdí-d: . - -a- : ,~) ~m&qlJ.Q.iÍ-' , ~.re-
si~~im.li~~iánoY"'banFse;.e.n.la -idea",d6-U~da--GO- súelvenson el triunfo de la arteJmen d 1 f9111l?~ -
Los-defensores- no-le-llevaran-la COmr1lT-ra abiertamente a-Platón
rrecta,: no~en"la;--mefa"'e~t~neia <lascategMÍas;C-0nVé!flciúnaIes ~J;
cuando...diGe..que.,I(\)"9!i(}.ltlS,¡a:l~bjetivamflnte,
en ~í,.,¡¡,p...p,ll~decSer
bue-
den.con que laJ.ndustú;vcukumba-dDrna,la'existcmcia hacen''COmÜ's' la
n~rdadt:m,cSJ:!b.j,~~nte._paFa"'¡,~ersonas, Lo que-fa -industria
vida correcta. ya_existiera:~ 6Sai.;aategor-ía5'fueraFt~umedida. Si,lDs"wo-
cultural-nas, presenra.no, son.indicaciones para l-a.:victatfeH'l' ni' n 'arte
gados de la.indusecia cwtural:'repliean\queésta.ono-tños ofreee-arte-esro
nuezo deJa.,r-esponsa.Qilidad,moral,d>ino--instrucciones para-obedecer a
na:;ideología>-que--inten«Ntludi-r la-respo nsabi:lidad~pol'.aq uello de
al~o .tras .Ias.que.se.escondcnsunos intereses.m t¡y:< pox.entes;-:, La confo r-
lo que elnegosio vive..l:Jnavileza"uEPSe--vuelve"meje>r cuando reconoce
~mda~ue..&lLa,propagal'efuerzala."autoridad-crega. Si juzgáramos la
'"que~s. industria cultu~al, t~ ~omo corresponde a su posición en la realidad y
No sirve de nada apelar al orden si no lo determinamos en con-
tal como ella ~ce e~~lf, no P?r su propia sustancialidad y lógica, sino
creto, apelar a la difusión de las normas si éstas no se acreditan en la
por su efe~to, SIanalizaramos ngurosamente aquello a lo que la industria
, cosa o ante la consciencia. Un orden vinculante objetivamente, como
cultural sle~pre apela, el potencial de este efecto habría que tomarlo
ése del que nos hablan tanto porque no lo tenemos, no está justifica-
muy en seno. Se trata del fomento y la explotación de la debilidad del
do si no se acredita en sí mismo y frente a las personas, y esto es lo que
yo a la q~e la sociedad. actual (con su concentración de poder) conde-
no hace ningún producto de la industria cultural. Lus conceptos de or-
na a sus Impotentes miembros, Su consciencia retrocede más aún. No
den que la industria cultural p.ropaga son los del statu quo. Son afir-
es casualidad que en América se pueda oír decir a unos cínicos pro-
mados sin crítica, sin análisis, sin dialéctica, aun ue a no sean sus-
duct?:es de películas que sus productos están pensados para el nivel de
tallcl es para nin una de las personas que tienen ue aceptarlos. El
los nlDOSde once años. De este modo intentan convertir a los adultos
im eratlvo cate órico e a m ustna c tur no t' co
en niños de once años.
lª-~bertad, a diferencia del imperativo categórico de Kant. Dice así:
~~a:-&O-..Se.ha..demQstrad0,-iHef-ttt;abl~meat~me.diaote..w;lª,jn-
«Acomó ate, aun ue no ser.asLqué;..acomódate a lo q¡.¡.eexiste )' a lo..
vestigación exacta el efeete-eegresivo de. los .producros.de la industria
u~-roaos iensan co rdIe" o d oder la omni resencia de lo que
cultnrak.unos exp~rimemos fantasiosos podrían hacerlo mejor deloque
existe». Mediante la ideolo ía de la industria cultural la ad t ción sus-
les gusrarfa a los interesados..En todo caso.vse puede- suponer-sin re-
tjt!l e a a consciencia: el orden que brote de ella nunca será confron-
paros que gota 'a gota-se, cava-la-piedra, pues-el-sistema de la iadustria.,
tado ni con o ue é dice'"ser ni con los intereses re es de las erso-
_cultural ~odea a las masas;'apenas- tolera, la divergencia-y-ejercita sin ce- ~ '\
'~~I.Q_~1 ¡d~o 00 es ~Q.&.mismo bueno. Sólo el orden correcto s~
.los ,mlsm~s esqtte.mas.de>Gomportauuemo. Sólo la desconfianza pro-\;: , )
.bueno. ue la industria cultural no s~ preocupe or esto,gue el2,gle

1~:::~:~,_q~dl~~~~
fundamente mconsclente de las masas, el último residuo de la diferencia
~l;~den -~
in abstracto,
.- _. _ •.. ~_..~
da testimonio so o ¿lifu:¡potencia yfa fálsedad

in:::"l\r~:~
Z¡::J e~el arte y la reahdad empinca en su espmtu, exphca que toaosno
.•.-
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v9D y acepten el mundo tal como la industria cultural se lo presenta.


Aunque los mensa' es de la industria cultural fueran tan inocuos como
ss... ce innumerables veces no lo son, como las películas que mediante
una caractenzación típica se suman a los arafues contra los mtelectuaIes
l
úITon tan populares hoy), la actitud que a industria cultural provo-
ca-es cualqUier cosa menos mocua. El hecho de ue un astróI~
c~mien e a sus lectores que un a etermma o sean prudentes al co~n-
ducir su coche no es malo para nadie, pero sí lo es el embrutecimiento
que enCierra a pretensi n e ue e conse' o v' i o ca a ía (y por tan-
to U~i o necesita una señ e as estrellas. Necrología de un organizador
La ependencia y la esclavitud de las personas, el punto de fuga de
la industria cultural, no se podrían describir más fielmente que como Cuando de un muerto se dice que es insustituible, por lo gene-
hizo aquel americano que en un experimento dijo que las miserias de ral se está ocultando que ya ha sido sustituido. El fervor del recuer-
la época actual se acabarían si la gente siguiera a personalidades céle- do sirve de pretexto para la praxis presurosa que deja de lado al di-
bres. El sucedáneo de satisfacción que la industria cultural les propor- funto porque la vida tiene que seguir adelante. La sociedad comete
ciona a las personas al causarles la agradable sensación de que el mun- por segunda vez con él la injusticia que la muerte comete con cada
do está en el orden que ella les sugiere les engaña sobre la felicidad en persona. El trabajo útil que hacía el difunto también pueden hacer-
la que les hace creer. E~o_globaL.de..~dustúa-~cult.w:al,..es-eLde lo otros; todos están de acuerdo en este punto, y esto es una acusa-
una-anti-IlusfraGión;'"OOmo.HorkheimerJ·Y-f~jimos,~e~l.laJa.Jlus- ción contra la organización de la vida y contra el concepto de utili-
tración-éel do minio""téenic-o-"progresivordda-naturaleza)..se. convierte dad, al que la vida se somete. Sin embargo, Wolfgang Sreinecke era
el1.tun~engaño,masi.v~,.<en,el-'ffiedio~paIa;..¡:naniatar.a
la~enGia. La verdaderamente insustituible: fue el primer director del Instituto de
industria-culrural-impic:ieo.la-foF.ffiacián-de..individuos
autónomos01 ue Música y de los Cursos de Verano de Kranichstein, y se puede decir
. juzguen-y-dec-idan,C&nsclentcuaen.r.e. Estos individuos serían el presu- incluso que su fuerza creó (sin que tal vez él fuera completamente
puesto de una sociedad democrárica, que sólo se puede mantener y des- consciente de esto) algo así como la unidad del movimiento musical
plegar con personas mayores de edad. Si injustamente las masas son tras la Segunda Guerra Mundial. Sreinecke era la excepción: desde
difamadas desde arriba como masas, es la industria cülturaI qUien las dentro del negocio realizó lo que revienta el negocio. Con los me-
co-;~erte en masas y a continuación las desprecia e impide su eman- dios del negocio ayudó al arte a obtener esa seriedad que destruye el
~~~E..ara ra gue~lOs seres humanos esdñ tan maduros como ta: negocio. Lo único que podemos hacer tras su muerte, si no quere-
mos ocultada con el consuelo de la frase hecha, es decir quién era
~roductivas ,de la ép2ca se lo I?er~iten.
Wolfgang Steinecke tan claramente como sea posible y a tantas per-
sonas como sea posible. También debería oído la autoridad que lo
mató: al menos ha de saber qué consecuencias ha tenido su estado
de ánimo juerguista. Esto tiene una lógica estremecedora: la música
para la que Steinecke vivía era la que no se parece en nada a ese es-
tado de ánimo; y si éste no hubiera imperado, Steinecke no habría
tenido que morir.
Lo que la actividad de Steinecke tenía de único lo describe una pa-
..,. .'..• radoja: Steinecke siguió las reglas del juego de la vida musical para ob-
"

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