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Cinco claves para pedir con efectividad

“El arte de saber pedir es una de las competencias claves en el desempeño de las organizaciones”
Rafael Echavarría.

Y si que lo es, no solo a nivel organizacional sino personal. Entre las situaciones frecuentes que me
encuentro a la hora de entrenar equipos en competencias de comunicación, está el no saber pedir
y por ende la inefectividad que de allí se deriva no solo en la realización de las tareas, sino en la
fluidez de las relaciones.

No sabemos CÓMO pedir, no sabemos QUÉ pedir. En el ámbito personal hay creencias profundas
como que si pedimos nos sentiremos en deuda, mejor “lo sugiero” porque el otro TIENE que
entender lo que quiero, o creencias como “yo todo lo puedo” y si pido r a otros muestro un rasgo
de debilidad. Lo anterior, sin contar que frecuente el pedido se confunde con una queja o una
exigencia. Todas estas, desde el coaching ontológico, son conversaciones de NO posibilidad.

Y en los equipos también están presentes todas las anteriores y se suman otras como que si pido
pensarán que no sé, incomodo, lo mío puede esperar o no me detengo a validar si lo que el otro
aceptó cumplir es lo mismo que yo necesitaba al momento de pedirlo (se llama chequeo de
escucha, una habilidad que pocas veces ponemos en práctica).

He aquí entonces cinco claves que al ponerlas en marcha lograremos avanzar hacia una mayor
efectividad en lograr lo que requiero – atento si eres líder o gestionas equipos porque eres el
primero quién debería ser altamente hábil-

Primera Clave. Pedir realmente a quién corresponde. No se trata de pedir al primero que se
aparezca, sino quién realmente tiene posibilidades para cumplir lo que se necesita.

Segunda Clave. Generar el contexto adecuado. Ejemplo claro de incompetencia en el ámbito


laboral: encontrar casualmente a la persona que requiere en situaciones como saliendo del
ascensor o rodeado de otras personas y “aprovechar” para hacer el pedido sin especificaciones ni
contexto. ¿El resultado? Muy seguramente será insatisfacción en lo que reciba.

Tercera Clave. Ser específico. Un pedido efectivo contempla una acción concreta futura a llevarse
a cabo, condiciones de satisfacción (cual es el resultado específico que se espera obtener), tiempo
involucrado o fecha de cumplimiento, contexto compartido (no de obviedad) y una respuesta
comprometida. Entre menos deje a la imaginación, mejor será el resultado.

Cuarta clave. Sinceridad. Sea honesto consigo mismo ¿requiero en este momento aquello que voy
a pedir? La sinceridad de nuestros pedidos es percibida por los otros, y si no existe es posible que
haya un ruido de incoherencia que impactará en el proceso.

Quinta clave. Resultados compartidos. Al final de cada pedido revise si realmente están hablando
de lo mismo, de las mismas condiciones, del mismo tiempo, con la misma sinceridad y de espacio
para que el otro pueda decir que No. Es mejor que nos nieguen algo a que nos prometan por
temor a nuestra reacción y nos quedemos esperando lo que no va a llegar.
¿Qué le está faltando a nuestros pedidos sin resultado?¿Qué me falta a pedir y a quién para
alcanzar aquello que quiero?¿Qué conversación puedo generar a partir de esto?

Si comenzamos a pedir donde no lo hacemos, transformamos nuestra manera de ser y tenemos


resultados donde antes no los teníamos

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