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5 beneficios de aplicar hielo después del deporte

En ITV-Ice Makers creemos en el deporte como una de las mejores formas
de resaltar los valores con los que nos sentimos identificados: esfuerzo y
superación. Por eso, muchos de los que forman parte de la empresa, desde la
CEO, hasta empleados, pasando por el Responsable de Calidad, participan
constantemente en carreras y triatlones por todo el territorio nacional.

Ellos mejor que nadie conocen y se aprovechan de los múltiples beneficios


de aplicar el hielo como parte de la rutina tras hacer un entrenamiento o una
carrera. Y es que, tras una jornada de deporte intenso, es probable que se
puedan tener ciertas molestias en articulaciones o los músculos.

A la hora de aliviar las articulaciones tras una sesión deportiva, se deben seguir
las recomendaciones generales de aplicación del frío local: 10 a 30
minutos, sin colocarlo directamente sobre la piel (el frío mantenido provoca
lesiones cutáneas), y sin dejarlo mucho tiempo de forma continua.

De esta forma reducimos el impacto del ejercicio en el organismo, obteniendo


un rápido alivio local después del esfuerzo de la actividad física. Con esa
técnica, podríamos resumir en 5 los beneficios de usa el hielo después de
hacer deporte:

1- El frío tiene efecto antiinflamatorio, además de analgésico, por lo que está


especialmente indicado para estos casos, sin necesidad de que haya lesión ni
ninguna patología en particular. Disminuye la circulación, la actividad
metabólica y adormece la piel. De hecho, los medicamentos antiinflamatorios
no esteroides pueden producir un efecto similar al hielo.

2- Disminuye el dolor, la hinchazón y los calambres musculares. Es mejor


si se usa después de los ejercicios o de realizar actividades que producen
dolor.

3- Mejora la circulación sanguínea. Cuando el cuerpo entra en contacto con


el agua fría, se acelera el torrente sanguíneo, lo que ayuda al sistema linfático
a reciclar todas las células muertas causadas por la carga del entrenamiento.

4- Regenera esas microroturas producidas en el tejido muscular. El


frío ayuda a eliminar los desechos metabólicos presentes en los músculos
gracias a esa aceleración del torrente sanguíneo que comentamos en el punto
3.

5- Disminuye el riesgo de futuras lesiones. Los beneficios obtenidos en


estos baños helados pueden disminuir el riesgo de lesiones y mejorar el
rendimiento en posteriores sesiones mucho más allá que utilizando simples
bolsas localizadas en determinadas zonas musculares.

¿Cómo aplicarlo? Hay diferentes formas: usando bolsas de hielo, baño de


hielo, haciendo un masaje con hielo. La bolsas de hielo para colocarlo en
áreas más grandes de dolor, inflamación o espasmos. El baño de hielo se usa
para reducir la inflamación en las articulaciones periféricas. Mientras que el
masaje con hielo se usa para reducir la inflamación superficial bien localizada.

¿Cuándo no usarlo? Hay que vigilar que este beneficioso método no se


vuelva en nuestra contra. Para ello, deberemos evitar usarlo inmediatamente
después de realizar actividades físicas; si el área donde aplica el hielo está
adormecida; cuando el dolor o la inflamación involucran un nervio; o si
compromete la piel (como con una herida abierta o cicatrices).

Cuándo aplicar frío o calor en las lesiones deportivas


Todo debe partir de un adecuado diagnóstico que permita llevar a cabo el
tratamiento oportuno

Los deportistas tienen que convivir, en muchos casos, con numerosas


molestias que van surgiendo con el paso de los entrenos y puntualmente
afrontar las lesiones. Lo primero y fundamental es saber exactamente qué
tipo de lesión sufren con el diagnóstico de un fisioterapeuta o traumatólogo. Y
por otro lado los factores que han ocasionado la lesión para reducirlos al
mínimo.

El diagnóstico es importante dado que el tratamiento para cada molestia o


lesión que se seguirá puede ser completamente diferente, según indica David
Escribano, fisioterapeuta del Grupo Alcaraz y Afysal. Una vez se conozca
exactamente la lesión es la hora de «poner soluciones» y entre las más
comunes y que generalmente se suele recomendar es la «aplicación de frío o
calor», explica Escribano. Además, puntualiza que el uso de una, otra, o
ambas tendrá que realizarse de forma adecuada o puede incluso agravar la
lesión.

Cuando aplicar frío o calor dependerá principalmente del tiempo que ha pasado
desde la lesión. Aunque el tipo de molestia o lesión también puede influir. «El
frío reduce el flujo-irrigación (vasoconstricción), los espasmos musculares y con
ello la inflamación, reduciendo la extensibilidad y produciendo un efecto de
alivio del dolor. Se aplicará cuando sea una lesión traumática (por un
impacto), las primeras 24-48 horas», comenta el fisioterapeuta.

Algunas de las modalidades de terapia con frío y sus efectos son:

- Baño con hielo (de 10 a 20 minutos): reduce la actividad metabólica del


músculo, efectos residuales especialmente tras entrenamientos intensos. Muy
recomendables tras entrenar.
- Compresión con frío: mejora los resultados respecto al uso de solo frío o
solo compresión para la circulación sanguínea. Recomendado tras cualquier
entrenamiento.

- Masaje con hielo (de 5 a 8 minutos por músculo o zona afectada): muy útil
en caso de molestias localizadas.
El calor es una buena opción después de 48 horas tras la lesión pues «dilata
los vasos sanguíneos y facilita la circulación, aliviando el dolor al tener un
efecto antálgico y de distensión muscular. Debe usarse en afectaciones
dolorosas en general siempre que no haya inflamación, sobrecargas,
contracturas, agujetas, en el calentamiento o antes de realizar un trabajo de
flexibilidad, pues favorece el aporte de sangre y alivia la contractura o rigidez
muscular. También a partir de las 48 horas generalmente, en patologías o
lesiones crónicas si no existe inflamación», recomienda David Escribano.
Algunas modalidades de terapia con calor y sus efectos:

- Calor seco (de 20 a 30 minutos): mejora la relajación muscular, la flexibilidad


y reduce en entumecimiento, especialmente en músculos grandes. También útil
para calentar la musculatura previo a un masaje.

- Baño caliente: recomendado para relajar musculatura, reducir tensión, liberar


toxinas y facilita conciliar el sueño. Tras entrenamientos intensos, mejor baño
frío.

- Calor en crema: recomendado para mejorar flujo sanguíneo y activar


musculatura, previo a un entrenamiento, en condiciones de clima frío o previo a
una sesión de estiramientos.

En cuanto al uso de calor y frío (contrastes) es adecuado ya que reduce


inflamación, reduce productos de desecho y favorece que se absorba el
edema. Se aplica frío a la musculatura, durante 1 o 2 minutos, y se cambia a
calor entre 35 y 45 grados y 4 o 5 minutos. Realizamos el cambio dos o tres
veces, terminando con calor, en caso de lesión crónica, o frío, si la lesión es
reciente. Debe realizarse con esguinces o lesiones similares, pasadas 72
horas, previamente a realizar ejercicios de rehabilitación.

Algunas precauciones y recomendaciones a tener en cuenta que explica el


fisioterapeuta del Grupo Alcaraz y Afysal:

- Usar el hielo un máximo de 15 minutos seguidos y nunca de forma directa


para no quemar la piel. Más de 15 minutos produce vasodilatación, el efecto
contrario al deseado.

- Aplicar calor un máximo de 25 minutos para evitar que se queme la piel.


Nunca en caso de procesos infecciosos o problemas de hipotensión.

- Aplicar hielo siempre 3 o 4 veces al día, espaciado entre 4 y 8 horas los


primeros dos días tras una lesión traumática. Al retomar la actividad, utilizar
tras el entrenamiento.

- Comprobar siempre que no se ha producido quemadura tras el tratamiento.

- Nunca aplicar calor en caso de que la zona esté hinchada y caliente.

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