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EXPOSICION MESA DE EXPERTOS

La desigualdad de tierras ha sido un problema recurrente en Colombia desde hace


muchos años. El Instituto Geográfico Agustín Codazzi realizó un estudio aplicando el
coeficiente de Gini para determinar la desigualdad de la posesión de terrenos rurales. La
cifra hallada en el estudio fue de 0.897. En Colombia, este 89.7% implica que el 25% del
percentil más alto de la sociedad es dueño del 95% del territorio. La alta concentración de
la tierra en pocos individuos implica que existe una mayoría que no puede desarrollar su
potencial agrícola. Además, según datos de la Oxfam, los grandes predios tienden a ser
empleados en actividades no correspondientes a su condición agroecológica: en el 2018,
únicamente el 8,6% de los 43 millones de hectáreas disponibles estaban dedicadas a la
agricultura, mientras que el 34,4% se enfocaba en la ganadería. En consecuencia, las
personas, al no poseer la tierra y, por lo tanto, no recibir los beneficios en totalidad de
cualquier proceso productivo, no están incentivadas a invertir o trabajar en el ámbito
agrícola. De esta forma, encontramos que la desigualdad en la posesión de tierras se vuelve
limitante a la multiplicación del producto neto y de la consecuente redistribución
económica guiada por la Tabla económica.
Por lo anterior, proponemos una política de distribución de tierras por parte del Estado
hacia las familias que estén dispuestas a trabajar dicha tierra en la agricultura. De esa
forma, el incremento en la actividad agrícola generaría un mayor producto neto y, en
consecuencia, habría más dinero circulando por todas las esferas de la sociedad.
Como primera medida para la política, se deben identificar y legalizar todos los predios del
Estado a través de la Agencia Nacional de Tierras, ya que, según un estudio de Meléndez,
aún no se tiene certeza de la cantidad de tierras baldías que están en posesión del Estado.
Como el objetivo primordial de nuestra política es incentivar el trabajo agrícola en las
tierras distribuidas se va a incentivar dicho aspecto por medio de las instituciones
respectivas. En primer lugar, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural hará los
correspondientes estudios de mercado para conocer los productos agrícolas con mayor
viabilidad comercial y agropecuaria con respecto a la zona donde se va a entregar la tierra
en cuestión. De esta forma, se dará a saber a las familias nuevas poseedoras de los terrenos
cuales son los productos con mayores ganancias en la zona donde residen. En
consecuencia, con esta acción, al tener esta información, la misma institución dará
capacitaciones en aspectos productivos, comerciales, ambientales y organizativos para, a
largo plazo, tener una agricultura sostenible y de gran calidad. Dichas capacitaciones
estarán acompañadas de una inversión, por parte del Estado, de herramientas y maquinaria
para producir bajos costos operacionales (p.e. el sistema de riego por goteo y la utilización
de invernaderos).

El propósito de los anteriores incentivos es mostrar la agricultura como una actividad con
grandes frutos a largo plazo y que, a su vez, beneficiaría a toda la sociedad. Esta buena
imagen del ámbito agrícola produciría una mayor inserción al sector que, por consecuencia,
vendría acompañada de una mayor generación de producto neto en el país.

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