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IGLESIA
e
ISRAEL
COMO SEÑALES DEL FIN
________________________________
Copyright © 2016 por Joel Perdomo
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2
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………
…7
4
b. Jesús gobernará juntamente con sus santos en la tierra
c. ¿Con qué cuerpo reinaremos durante el Milenio?
II. LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS
COSAS………………………………...84
III. EL FUTURO GLORIOSO DE
ISRAEL……………………………………….93
a. Jerusalén será cabeza de naciones
IV. LA BATALLA
FINAL……………………………………………………96
a. La Batalla de Gog y Magog
Capítulo - 8 - EL JUICIO FINAL
I. LOS MUERTOS RESUCITARÁN PARA SER JUZGADOS
POR DIOS, SEGÚN SUS
OBRAS………………………………………………………………….
99
a. La resurrección de los santos
b. La resurrección de los pecadores
c. Primera y segunda resurrección
II. LAS RECOMPENSAS DE LOS
JUSTOS……………………………………..107
a. Los justos serán galardonados en el cielo de acuerdo con su trabajo
en la tierra
III. EL CIELO NUEVO Y LA TIERRA
NUEVA………………………………….110
Conclusión……………………………………………………………...
113
PREFACIO
Joel Perdomo
6
INTRODUCCIÓN
La profecía bíblica
El Apóstol Pedro señala que en la Biblia tenemos la palabra
profética más segura; la cual nos alumbra como en un lugar
oscuro a causa de las tinieblas que arropan a este mundo, hasta
que aparezca el lucero de la mañana (Jesús):
7
19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la
cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vuestros corazones (2 P. 1:19).
Cada día que pasa se va develando ante nuestros ojos los
misterios que Dios ha revelado en su Palabra, para ser
manifestados en los últimos tiempos por medio de los profetas
que fueron inspirados por el Espíritu Santo:
20
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo (2 P. 1:20-21).
Estas profecías bíblicas nos permiten tener un destello de lo que
le depara a la humanidad. Dios siempre ha querido que la
humanidad conozca sus planes y se aperciba para no perecer en
el engaño del pecado. Aquellos que estén atentos a la Palabra
de Dios y la pongan por obra, serán librados de los juicios que se
apresuran a caer sobre la tierra a causa del pecado. La palabra
de Dios es fiel y verdadera y se cumplirá. Jesús dijo:
35
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
(Mt. 24:35).
8
En las profecías bíblicas, Dios anuncia algunos eventos que
sucederán en la tierra, y aunque no muestran todas las cosas,
dan cierto vislumbre de lo que le espera a la humanidad.
La Biblia dice que Dios no hará nada, sin que lo revele a sus
profetas: 7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele
su secreto a sus siervos los profetas. 8 Si el león ruge, ¿quién no
temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará? (Am.
3: 7-8).
Desde el principio, Dios ha usado la profecía como un medio
para comunicarse con la humanidad. La Biblia lo confirma:
1
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo (Hb. 1:1).
La profecía bíblica traza el curso de la humanidad, hasta que
sea el fin de todas las cosas. La profecía bíblica no solo revela lo
que sucederá, hasta que sea el fin; si no la voluntad de Dios y su
plan de salvación para la humanidad. Por esa razón Jesús vino al
mundo, para cumplir con la voluntad del Padre:
44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando
aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo
lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos (Lc. 24:44).
Lo revelado es nuestro; lo oculto pertenece a Dios
Se estima que más de trescientas profecías acerca de Jesús, se
cumplieron en su primera venida, y aún faltan muchas por
cumplirse, hasta que sea el fin de todas las cosas.
El cuidado que se debe tener con las profecías bíblicas, es
no ir más allá de lo que Dios ha revelado. La Biblia advierte:
29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios;
mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
9
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de
esta ley (Dt. 29:29).
Al estudiar las profecías bíblicas, existe la tentación de
querer saber lo que Dios no ha revelado en la Biblia, esto ha
conducido al error y a la herejía, aun a cristianos bien
intencionados.
Dios le reveló grandes cosas a Daniel y le anticipó que
algunas de ellas estaban selladas para cumplirse hasta el tiempo
del fin (Dn. 8:17; 12:4). No obstante, al acercarnos al fin de los
días, en las profecías dadas a Juan en el Apocalipsis se le dice
todo lo contrario, que no selle las palabras de la profecía,
porque el tiempo del fin está cerca:
10
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este
libro, porque el tiempo está cerca (Ap. 22:10).
Dios quiere que conozcamos sus planes, que están dirigidos a
restaurar su relación con la humanidad. Las profecías bíblicas
también manifiestan parte de lo que sucederá en el futuro a fin
de apercibirnos de las cosas que vendrán sobre el mundo:
1
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto
(Ap. 1: 1a).
Hacemos eco de las palabras que Jesús le dijo a las siete Iglesias
del Apocalipsis:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias”.
La Biblia advierte que por ahora solo conocemos en parte lo que
sucederá, y en parte profetizamos:
9
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10
mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte
se acabará (1 Co. 13:9-10).
Al estudiar las profecías bíblicas existe el peligro de
obsesionarse por saber todas las cosas, antes del fin de todas
10
las cosas. Si Dios hubiese querido, nos habría dado la capacidad
de conocerlas, pero ese conocimiento se lo reservó para Él.
El propósito de Dios es que, a través de las profecías que
han sido reveladas, conozcamos ciertos eventos (no todos los
detalles) a fin de hacer volver el corazón de la humanidad a su
Creador y restaurar la comunión entre Dios y el ser humano.
Dios ha revelado a la humanidad, lo necesario de lo que
sucederá en la tierra en los últimos tiempos, a fin de que el ser
humano se aperciba del justo juicio que Él hará a cada persona:
11
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar
se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y
otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras. 15 Y el que no se halló inscrito en el
libro de la vida fue lanzado al lago de fuego (Ap. 20:11-12 y
15).
Todo ser humano tendrá un juicio ante Dios, después de morir:
27
Y de la manera que está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después de esto el juicio (Hb.
9:27).
Capítulo 1
I. UN PUEBLO SANTO
11
a. Israel y la Iglesia en su papel profético
El pueblo de Israel y la Iglesia de Jesucristo son los pivotes
alrededor de los cuales gira la profecía bíblica. Primero, por las
promesas que Dios le dio a Abraham acerca de su descendencia,
el pueblo de Israel, que se cumplirán a su tiempo. Segundo,
porque Jesús le dio mejores promesas a su amada Iglesia:
6
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es
mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores
promesas (Hb. 8:6).
Estas profecías de la Biblia, acerca de los eventos finales,
son como una antorcha que brinda luz para conocer parte de los
eventos futuros a los cuales debemos estar atentos:
19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la
cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
20
Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo (2 P. 1:19-21).
Es a causa de las promesas que Dios le dio a Israel y a la Iglesia,
que el futuro y el destino de la humanidad este trazado en
dichas profecías, pues Dios cumple lo que promete. Esa es la
importancia de estudiar estas profecías.
14
d. La Iglesia como un pueblo santo en la tierra
Dios prometió un nuevo pacto que fue establecido en la sangre
de Jesús, el mediador del Nuevo Pacto:
24
A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre
rociada que habla mejor que la de Abel (Hb. 12: 24).
Al referirse a Jesús, como el mediador del nuevo pacto, se le
está ubicando en contraste con Moisés, el mediador del antiguo
pacto. La Iglesia viene a constituir ese pueblo santo de reyes y
sacerdotes que Israel no pudo ser bajo el antiguo pacto, como
señala el apóstol Pedro con relación a la Iglesia de Cristo:
9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis
las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,
pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no
habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia (1 P. 2: 9-10).
Pedro confirma que en este tiempo la Iglesia de Cristo viene
a constituirse en el pueblo de Dios que sirve de luz a las
naciones, por medio de la predicación del Evangelio de Cristo.
16
Capítulo 2
EL ARREBATAMIENTO1 DE LA IGLESIA
____________________________________________________
a. La semana setenta
1
El arrebatamiento de los cristianos al cielo, es parte de
la primera resurrección.
17
El arrebatamiento de la Iglesia hacia al cielo, es la antesala de la
tribulación que viene sobre toda la tierra. Tan pronto la Iglesia
ascienda al cielo, comienza el período de siete años de
tribulación sobre la tierra. Daniel explica que setenta semanas
de años, están determinadas para poner fin al pecado y
establecer el reino milenial del Mesías sobre la tierra:
25
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y
después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de
venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con
muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador (Dn. 9:25-27).
Desde la orden del rey Ciro para restaurar Jerusalén, hasta la
crucifixión de Jesús, hay sesenta y nueve semanas de años (483
años). En la muerte de Jesús se detiene el conteo de las
semanas. La otra semana restante de siete años no es continua
(está separada de las demás) y comenzará con el
arrebatamiento de la iglesia al cielo.
Inmediatamente que la Iglesia asciende al cielo, comienza la
última semana de siete años de pecado en la tierra, que se
conoce como la tribulación. Durante esos siete años, el
Anticristo gobernará al mundo; pero, al final Jesús descenderá
del cielo y lo vencerá:
18
8
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el
Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida (2 Ts. 2:8).
Si se le complica entender las setenta semanas de Daniel, no se
preocupe, no es el primero. Lo importante es que
inmediatamente que la iglesia sea arrebatada al cielo,
comienzan siete años de tribulación en la tierra. A ese período
es que Daniel se refiere como la semana Setenta y que es más
conocido como la Tribulación.
19
trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros seremos transformados (1 Co. 15:51-52).
Mientras en su segunda venida, al final de los siete años de la
tribulación, Jesús viene a reinar sobre la tierra con sus santos, y
todo ojo le verá:
7
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y
los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán
lamentación por él. Sí, amén (Ap. 1:7).
La Biblia señala que, en el arrebatamiento, uno será tomado y
otro será dejado. Los que estén preparados serán trasladados al
cielo, y los que no, serán dejados en la tierra:
40
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado,
y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo; la
una será tomada, y la otra será dejada” (Mt. 24:40-41).
En apocalipsis se explican claramente los dos eventos: El
arrebatamiento de la Iglesia al cielo y la segunda venida de
Cristo a la tierra. El primer evento descrito en este pasaje se
refiere al Arrebatamiento de la iglesia al cielo:
14
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno
sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la
cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. 15 Y
del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que
estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque
la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está
madura. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su
hoz en la tierra, y la tierra fue segada (Ap. 14: 14-16).
Aquí se describe como Jesús viene en una nube blanca a llevar a
la Iglesia al cielo, como lo prometió (Jn. 14:3). El trae una hoz
para cosechar la mies de la tierra.
El segundo evento se refiere a la segunda venida de Cristo,
ya que no es Jesús quien vendimia la tierra, sino un ángel:
20
17
Salió otro ángel del templo que está en el cielo,
teniendo también una hoz aguda. 18 Y salió del altar otro
ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al
que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y
vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están
maduras. 19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la
viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de
Dios. 20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar
salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil
seiscientos estadios (Ap. 14: 17-20).
El pasaje señala que el ángel cosecha la viña de la tierra, la cual
en la Biblia se refiere a Israel (Lc. 13:6). Jesús también dijo que
en su segunda venida (visible), él enviaría a sus ángeles, para
juntar su pueblo de los cuatro puntos cardinales:
26
Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las
nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará sus
ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos,
desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo (Mr.
13:26).
Inmediatamente que los ángeles recojan al pueblo de Dios,
echan las uvas al lagar de la ira de Dios, que se refiere a la
muerte de los pecadores en la segunda venida de Cristo:
15
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a
las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el
lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso
(Ap. 19:15).
Es de hacer notar que estos dos eventos están narrados, uno
después del otro en apocalipsis, pero son diferentes.
Esta explicación sirva para evidenciar con la Biblia que el
inminente arrebatamiento de la Iglesia al cielo y la segunda
venida de Cristo a la tierra, son dos eventos diferentes.
21
El arrebatamiento es invisible, la Iglesia es arrebatada al
cielo y desaparece de la tierra para encontrarse con Jesús, en las
nubes. La segunda venida de Jesús es visible, Él regresa con sus
santos para reinar sobre la tierra. Este es un mismo programa, lo
que sucede es que, en el primer evento, Cristo lleva su iglesia al
cielo para que no sufra la tribulación en la tierra, y después de
siete años en el cielo, donde se celebran las bodas del Cordero,
Jesús regresa con sus santos para reinar sobre la tierra.
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1. ARREBATAMIENTO:
a) No hay una señal bíblica específica para el tiempo en que
ocurra el arrebatamiento de la Iglesia, será en el momento
que Dios lo determine. Obviamente, será cerca del fin, pues
a partir de ese momento comenzará el conteo de siete años
para ponerle fin al pecado en la tierra (Dn. 9:24).
2. SEGUNDA VENIDA:
a) Hay una serie de señales que son antesala de la segunda
venida de Cristo. Los juicios más grandes descritos en la
Biblia se desatarán durante la tribulación a causa del
pecado. Aquí mencionamos algunas señales de importancia:
a) Caerá un meteorito del cielo (Ap. 8:10-11). b) Habrá un
terremoto enorme que será el más grande que haya habido
sobre la tierra (Ap. 16:18). c) La Biblia señala que
22
inmediatamente después de la tribulación, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor (Mt. 24:29).
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1. ARREBATAMIENTO:
a) En el arrebatamiento, los cristianos súbitamente
desaparecen de la tierra para ser librados de la tribulación
(1 Ts. 1:10), e inmediatamente se encuentran con Jesús en
el aire para ser trasladados al cielo (1 Co. 15:51-52).
2. SEGUNDA VENIDA:
a) En la segunda venida, Jesús desciende a la tierra con sus
santos, para establecer su gobierno mundial de mil años
sobre la tierra (Ap. 19:14; Jd. 1:14; Dn. 7:18, 25-27).
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1. ARREBATAMIENTO:
a) Jesús arrebata a la Iglesia y se encuentra con los cristianos
en el aire para llevarlos al cielo a fin de librarlos de la
tribulación (1 Ts. 4:17).
2. SEGUNDA VENIDA:
a) Jesús viene a defender al pueblo de Israel de sus enemigos
que le han rodeado para destruirlo (Ap. 19:11-21).
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1. ARREBATAMIENTO:
a) En el arrebatamiento Jesús no se deja ver, se encuentra con
los cristianos en las nubes (1 Ts. 4:17).
2. SEGUNDA VENIDA:
23
a) La segunda venida de Jesús es visible en la tierra, todo ojo le
verá (Ap. 1:7; Lc. 17:24). Él posa sus pies sobre el monte de
los olivos (Zc. 14:4).
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1. ARREBATAMIENTO:
a) En el Arrebatamiento es Jesús quien lleva la iglesia al cielo.
2. SEGUNDA VENIDA:
a) En la Segunda venida de Cristo, son los ángeles los que
recogen al pueblo de Dios de todas partes del mundo para
reinar con Él sobre la tierra, durante el milenio (Mt. 13:26).
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1. ARREBATAMIENTO:
a) Unos serán llevados al cielo y otros serán dejados en la
tierra (Lc. 17:34-37).
2. SEGUNDA VENIDA:
a) Todos los que sobrevivan la guerra de Armagedón quedarán
en la tierra, y vivirán bajo el gobierno de Jesús (Zc. 14:16).
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24
El profeta Elías, también desapareció de la tierra y fue llevado
vivo al cielo, en un carro de fuego:
11
Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un
carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías
subió al cielo en un torbellino (2 R. 2:11).
25
bíblica para escuchar a sutiles engaños de Satanás y sus
demonios que parecerán aceptables:
1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios (1 Ti. 4: 1).
Algunas de estas doctrinas demoníacas estarán disfrazadas de
falsa piedad, pero surgen en el infierno. Uno de los principales
movimientos apóstatas, es la falsa unidad de todas las iglesias
(ecumenismo). Esta mezcla de lo santo con lo profano es
condenada en la Biblia. Ya de largo tiempo el apóstol Pablo
profetizó este terrible engaño:
16
¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los
ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,
como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, salid de en medio de
ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo
os recibiré, 18 y seré para vosotros por Padre, y vosotros me
seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2 Co. 6: 16-
18).
Esta profecía advierte que Dios no tiene relación con las
religiones idólatras. Esta falsa unidad de iglesias que surgirá en
los últimos tiempos buscará poder económico y político.
Al final, esta falsa iglesia mundial será dirigida por el falso
profeta (Ap. 19:20). Este líder religioso le hará campaña al
Anticristo con el fin de que toda la humanidad adore al
Anticristo (el falso “mesías”), quien engañará a la humanidad
como un juicio divino para los que rechazaron la verdad:
10
Y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para
ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para
que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos
26
los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en
la injusticia (2 Ts. 2:10-12).
El surgimiento de una sola iglesia mundial apóstata, será el lazo
religioso más terrible en el que caerá la humanidad. Será una
falsa unidad de diversas religiones en los tiempos finales. No
obstante, para los cristianos que estén apercibidos de la Palabra
de Dios y sus oídos atentos a la voz del Espíritu Santo, ésta será
una señal más de que el Señor vendrá a buscar su Iglesia.
SEÑALES DE LA APOSTASÍA
27
b. Enseñanzas apóstatas de los últimos tiempos
Hay falsas enseñanzas que poco a poco se han ido
introduciendo en la Iglesia de Cristo y que van preparando el
camino al movimiento apóstata que arropará la Iglesia a nivel
mundial. La Biblia profetiza:
28
privados y grandes mansiones. Existe una verdadera
prosperidad bíblica. Cuando una persona acepta a Jesús se
restaura y es bendecida, pero este falso evangelio invierte las
prioridades del reino de Dios y establece lo material como
prioridad, por encima de lo espiritual. Jesús dijo:
33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mt. 6:33).
Jesús dijo que nadie puede servir a Dios y a las riquezas:
24
Ninguno puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas (Mt. 6:24).
Jesús no puede estar equivocado en sus enseñanzas, pero los
que ya han caído en ese lazo de avaricia, no entenderán; si no
hasta que se queden en la tribulación con todo su dinero.
El falso “apostolado”
En los últimos tiempos ha surgido un movimiento apostólico
falso. Este persigue grandeza, poder económico y el control de
sus hermanos. La Biblia señala que los ministros de Dios están
puestos para ser ejemplos de la grey:
2
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros,
cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no
por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como
teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino
siendo ejemplos de la grey (1 P. 5:2-3).
Jesús fue un ejemplo de humildad. Él dijo:
29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas (Mt. 11:29).
29
La Biblia señala que quien quiera ser grande en el reino de Dios,
debe ser el servidor de los demás:
25
Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los
que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre
vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el
primero entre vosotros será vuestro siervo; 28 como el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para
dar su vida en rescate por muchos (Mt. 20:25-28).
El movimiento del falso apostolado de hoy día busca grandeza,
en vez de servir a los demás. Lo más trágico es que la adoración
y la pleitesía del hombre son permitidas por estos falsos
apóstoles, los cuales se consideran padres espirituales de sus
miembros; ignorando que la Biblia prohíbe llamar padre a
cualquier hombre, en el sentido espiritual:
9
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque
uno es vuestro Padre, el que está en los cielos (Mt. 23:9).
Solo Dios puede engendrar hijos espirituales por medio del
Espíritu Santo. Nadie más:
5
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es (Jn. 3:5-6).
30
III. LAS BODAS DEL CORDERO
32
cuerpo del cristiano deben mantenerse irreprensibles, ante la
venida de Cristo:
23
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1
Ts. 5:23).
El cristiano es templo del Espíritu Santo, por esa razón, su alma
debe estar alejada del pecado y su cuerpo debe guardarse en
pureza, vistiéndolo decorosamente:
9
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa,
con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni
perlas, ni vestidos costosos, 10 sino con buenas obras, como
corresponde a mujeres que profesan piedad (1 Ti. 2:9-10).
Ver, Dt. 22:5.
Capítulo 3
LA GRAN TRIBULACIÓN2
____________________________________________________
37
3
Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá
sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre
de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de
culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios. 5 ¿No os acordáis que cuando yo
estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora
vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido
tiempo se manifieste. 7 Porque ya está en acción el misterio
de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene,
hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces
se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su
venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás,
con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con
todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por
cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
11
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean
la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia (2 Ts. 2:3-12).
42
34
!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y
apedreas a los que te son enviados! !Cuántas veces quise
juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de
sus alas, y no quisiste! 35 He aquí, vuestra casa os es dejada
desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el
tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del
Señor (Lc. 13:34-35).
Israel se convertirá al Mesías durante la gran tribulación. En su
Segunda venida, Jesús vendrá a salvar a Israel de sus enemigos.
El descenderá sobre Israel para establecer desde Jerusalén, su
reino glorioso sobre toda la tierra:
4
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de
los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el
monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente
y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la
mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad
hacia el sur (Zc. 14:4).
Cuando Jesús ascendió al cielo en una nube, ante la mirada
atónita de sus discípulos, los ángeles les explicaron que así
mismo regresaría Jesús, en una nube:
9
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado,
y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando
ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se
iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con
vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le
habéis visto ir al cielo (Hch. 1:9-11).
43
II. EL FALSO MESÍAS
a. La abominación desoladora
La abominación desoladora es la consumación del pecado del
Anticristo. Esta abominación, se refiere a que el Anticristo se
sentará en el templo judío, como si fuera el mesías. Esta será la
gota que rebase el vaso de las abominaciones del Anticristo.
Durante la abominación desoladora, el Anticristo tomará el
control de Israel y desatará la peor persecución que el pueblo
judío haya sufrido en la tierra:
15
Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
16
entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los
21
montes. porque habrá entonces gran tribulación, cual no la
ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la
habrá (Mt. 24:15-16, 21). Ver, Daniel 9:27.
El templo judío será contaminado, pues el Anticristo se sentará
en él. Esa es la abominación desoladora, que se dará al final de
la gran tribulación. La biblia dice:
11
Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio
hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos
noventa días (Dn. 12: 1).
Esta profecía es para el tiempo del fin, para los tres años y
medios finales de la tribulación, o sea: La gran tribulación. A
Daniel se le dice que, desde el tiempo que el anticristo rompa el
pacto de sacrificar en el templo judío restaurado en la
47
tribulación, hasta el momento en que el anticristo se siente en
el templo judío, pasará un período de tres años y medio:
27
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la
mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda (Dn.
9: 27 a).
El pacto se rompe a la mitad de la tribulación y el anticristo se
sienta en el templo al final de la gran tribulación. Esta profecía
es muy importante, pues Jesús descenderá del cielo para
ponerle fin al pecado y tomar su lugar como Rey de Israel y de la
tierra (Dn. 9: 24). Jesús regresará en las nubes para librar a
Israel de las garras del Anticristo y tomar el dominio sobre toda
la tierra a fin de establecer su reino milenial.
51
La Biblia señala que nunca ha habido una tribulación como la
que desatará el Anticristo contra el pueblo judío y los cristianos
que se queden en la tierra:
21
Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha
habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la
habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería
salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán
acortados (Mt. 24:21-22).
En esta tribulación el pueblo de Israel se volverá a Dios y les
será revelado el verdadero Mesías, Jesús de Nazaret:
30
Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y
fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en
tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y
espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel que invocare el nombre
de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en
Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el
remanente al cual él habrá llamado (Jl. 2:30-32).
La profecía señala que en Israel habrá salvación durante la gran
tribulación, pero muchos se salvarán por medio del martirio:
35
También algunos de los sabios caerán para ser
depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo
determinado; porque aun para esto hay plazo (Dn. 11:35).
Juan confirma que muchos serán salvos en la tribulación por
medio del martirio:
13
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos
que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de
dónde han venido? 14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me
dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre
del Cordero (Ap. 7:13-14).
Estos serán martirizados como otros santos, antes de ellos:
52
9
Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas
de los que habían sido muertos por causa de la palabra de
Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz,
diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no
juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la
tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que
descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se
completara el número de sus consiervos y sus hermanos,
que también habían de ser muertos como ellos (Ap. 6:9-11).
Estos que deben morir de la misma manera, son los que mueren
a manos del Anticristo, durante la gran tribulación:
4
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron
facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no
recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y
vivieron y reinaron con Cristo mil años (Ap. 20:4).
La revelación del evangelio eterno que Jesús trajo al mundo,
será quitada de la tierra cuando la iglesia ascienda al cielo. Pero,
Israel se va convertir al Mesías en el período de la gran
tribulación, quizá a la predicación y el testimonio de los dos
testigos, quienes testificarán de Cristo durante la gran
tribulación, porque el evangelio eterno será traído nuevamente
a Israel por un ángel. La Biblia dice:
6
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el
evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,7 diciendo a gran
voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio
ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el
mar y las fuentes de las aguas (Ap. 14: 6-7).
En esta profecía, es un ángel que trae el evangelio eterno para
ser predicado a los moradores de la tierra en el momento de su
53
juicio, el ángel clamaba a gran voz diciendo: Temed a Dios, y
dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado.
No es Jesús quien trae el evangelio es esta oportunidad, como
en su primera venida, si no un ángel. Cuando Jesús trajo el
evangelio y lo predicó por primera vez, no mencionó el día del
juicio, si no que se detuvo antes, porque el juicio es para el final:
17
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto
el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del
Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos,
y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; 19 a
predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro,
lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la
sinagoga estaban fijos en él (Lc. 4:17-20).
Lo que seguía en esta lectura era el día del juicio, pero Jesús se
detuvo antes, y no lo mencionó.
Capítulo 5
54
I. DOS TESTIGOS DE JESÚS DURANTE LA TRIBULACIÓN
55
Estos dos testigos ayudarán a Israel en la tribulación y quizá sea
una de las razones por la cual los judíos sobrevivirán durante
ese período de atroz persecución. En la tribulación, los dos
testigos le servirán de muro a Israel, contra los planes
destructivos del Anticristo. Es posible que los dos testigos sean
parte de ese pequeño socorro que recibirá el pueblo judío, al
final de los tiempos profetizado por Daniel:
34
Y en su caída serán ayudados de pequeño socorro; y
muchos se juntarán a ellos con lisonjas (Dn. 11:34).
56
33
dos varones que estaban con él. Y sucedió que
apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno
es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres
enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías;
no sabiendo lo que decía. 34 Mientras él decía esto, vino una
nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
35
Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo
36
amado; a él oíd. Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado
solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a
nadie de lo que habían visto (Lc. 9: 28:36).
Existe gran posibilidad que los dos testigos sean estos dos
varones por su semejanza con la profecía bíblica de Apocalipsis:
1
Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de
medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el
altar, y a los que adoran en él. 2 Pero el patio que está fuera
del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido
entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa
cuarenta y dos meses.3 Y daré a mis dos testigos que
profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio
4
Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que
están en pie delante del Dios de la tierra. 5 Si alguno quiere
dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus
enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de
la misma manera. 6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a
fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen
poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para
7
herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del
abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 8
57
Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que
en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde
también nuestro Señor fue crucificado. 9 Y los de los pueblos,
tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y
10
medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los
moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se
alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos
dos profetas habían atormentado a los moradores de la
tierra. 11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el
espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus
pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 12 Y oyeron
una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al
cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. 13 En aquella
hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad
se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de
siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron
14
gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el
tercer ay viene pronto (Ap. 11: 1-14).
A continuación, se describe la similitud de Moisés y Elías,
con las características de los dos testigos descritos en
Apocalipsis.
58
4. Tienen poder para desatar plagas sobre la tierra.
5. Ambos están vestidos de cilicio (ayuno y humillación).
Estas señales guardan gran relación con Moisés y Elías, a
quienes Dios les dio el poder de obrar estos milagros, cuando
estuvieron en la tierra. A continuación, una comparación
gráfica.
FUEGO CONSUMIDOR
1. Moisés:
a) Dios se le apareció en forma de fuego (Éx. 3:2).
b) Dios envió fuego sobre sus enemigos (Nm. 16: 35).
2. Elías:
a) Derramó fuego sobre los baales (1 R. 18:38).
b) Dios consumió con fuego a sus enemigos (2 R. 1: 9:12).
_________________________________________________
__
59
a) Elías oró y detuvo la lluvia (1 R. 17:1).
b) Elías oró y volvió a llover (1 R. 18:41-46).
a) Elías dividió el río Jordán (2 R. 2:8).
2. Moisés
a) Convirtió el agua en sangre (Éx. 7:14-21).
b) Abrió el mar rojo (Éx. 14:21-22).
c) Sanó las aguas amargas (Éx. 15:25).
d) Sacó agua de la roca (Éx. 17: 6-7).
_________________________________________________
___
60
c. La promesa del regreso de Elías
La Biblia señala que Elías vendrá, antes que el Mesías
regrese a la tierra:
5
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el
día de Jehová, grande y terrible. 6 El hará volver el corazón
de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia
los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición (Mal. 4: 5).
3
Jesús afirmó que Juan el bautista era el Elías que vendría,
antes de Él en su primera venida; pero, a la vez confirmó que
Elías regresará en su segunda venida: 11
Respondiendo Jesús, les
dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las
cosas. 12
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron,
sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el
Hijo del Hombre padecerá de ellos. 13
Entonces los discípulos
comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista
(Mt. 17:11-13).
61
Los dos testigos darán testimonio de Cristo y predicarán el
evangelio durante la gran tribulación. Israel tiene promesa que
de allí saldrá el evangelio en el tiempo del fin:
2
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de
los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a
él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de
Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus
sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la
palabra de Jehová (Is. 2:2-3). Ver, Miqueas 4:2.
Es posible que el siguiente pasaje haga alusión a la predicación
del evangelio por los dos testigos en la tribulación:
6
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el
evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Ap. 14:6).
De acuerdo con el contexto, este pasaje está enmarcado dentro
del período de la gran tribulación y hace alusión a que un ángel
trae el Evangelio. En su primera venida, fue Cristo quien trajo el
evangelio, no un ángel. La Biblia también señala que habrá
salvación entre el remanente que quede en Israel. Hablando de
los postreros días el profeta Joel señala:
32
Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo;
porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,
como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá
llamado (Jl. 2: 32). Ver, Daniel 11:35.
El propósito de comentar acerca de los dos testigos en este
espacio, es hacer notar la gran ayuda que serán para el pueblo
62
de Israel, durante el período de la tribulación. La Biblia señala
que estos dos testigos atormentarán a los enemigos de Israel:
10
Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se
alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos
dos profetas habían atormentado a los moradores de la
tierra (Ap. 11:10).
Finalmente, Dios le dará permiso a Satanás de matar a estos dos
testigos y con esa señal los moradores de la tierra creerán más
en el poder del Anticristo. La emoción será tal que se felicitarán
y no los enterrarán para exhibirlos públicamente; pero
súbitamente, al cabo de tres días, son resucitados y todos lo ven
con asombro (quizá será un evento transmitido en vivo por los
medios de comunicación).
63
32
Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (Mt. 22:29-
33).
Moisés está vivo en el cielo, por eso apareció en la
transfiguración con Elías. Dios puede traer a Moisés a la tierra
nuevamente, pues ya lo hizo una vez en la transfiguración. Este
verso no contradice el poder de resurrección que Dios posee.
Lo que sucederá con Moisés, es lo mismo que sucederá
cuando la Iglesia regrese a reinar a la tierra durante el milenio,
el Señor nos dará un cuerpo físico para poder gobernar
juntamente con Él.
Esta interpretación de que Moisés no puede ser uno de los
testigos, basado en ese verso fuera de contexto, fue una
interpretación que se hizo muy popular en ciertas biblias
comentadas en el pasado siglo y que marcó toda una época.
Para el caso, alguien pudiera tomar el siguiente verso fuera
de contexto para proponer la teoría de que Elías no puede ser
uno de los dos testigos, porque la Biblia dice que “carne y
sangre no pueden heredar el reino de los cielos”, y Elías
ascendió vivo al cielo:
50
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no
pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la
incorrupción (1 Co. 15: 50).
No obstante, al leer el contexto inmediato de este verso (v.
51-53), nos damos cuenta de que Pablo explica que los
arrebatados al cielo son transformados en el aire, antes de
entrar al cielo.
Asimismo, el contexto bíblico señala que Jesús traerá a los
santos que murieron cuando venga a reinar sobre la tierra,
64
porque están vivos (1 Ts. 3:13). Así como hizo con Moisés y
Elías cuando vinieron en la transfiguración. Por tanto, los santos
no mueren. Moisés está vivo.
65
no pudo relatar su propia muerte, por razones obvias (estaba
muerto).
El escritor dice que Moisés murió (Dt. 34:5), pero en el
verso seis dice que Dios lo enterró. Dios no pudo haber hecho
una sepultura con una pala para enterrar a Moisés. Para los
estudiosos esto no es más que un antropomorfismo, donde el
escritor quiere decir que el cuerpo de Moisés desapareció,
como testifica la Biblia:
“Y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy (Dt.
34:6).
Esto da a entender que la referencia a que Moisés murió es
debido a que no fue encontrado. En los escritos judíos hay
muchas historias acerca de donde pudo haber estado el cuerpo
de Moisés, pero nunca nadie encontró vestigio de su cuerpo.
Según la tradición e historia judía, lo mismo que ocurrió en
el caso de Elías (que nadie lo pudo encontrar) ocurrió con
Moisés. Independientemente de lo que haya pasado con
Moisés, aún si murió, Moisés sigue vivo, pues Dios no es Dios de
muertos; sino de vivos como dijo Jesús:
37
Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun
Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al
Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
38
Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues
para él todos viven (Lc. 20:37-38).
Aun la muerte no le impide a Moisés ser uno de los dos
testigos.
66
En la carta de Judas se presenta un relato donde el arcángel
Miguel, disputó por el cuerpo de Moisés contra el diablo (v. 9).
Esto hace alusión a que Dios envió a su ángel para tomar el
cuerpo de Moisés. La evidencia bíblica e histórica muestra que
todo vestigio del cuerpo o la tumba de Moisés desaparecieron.
Si bien, Moisés y Elías tienen plenas semejanzas a los dos
testigos de acuerdo con la profecía, este tema no debiera ser de
controversia entre cristianos, pues saber o no quienes son los
dos testigos no menoscaba nuestra fe salvadora en nuestro
amado Señor Jesús.
Lo que se explica aquí es solamente con el propósito de
sacar a la luz la evidencia que muestra el texto bíblico acerca de
estos dos testigos. Dios sabe quiénes son los dos testigos y lo
importante es que él prometió que estarán en la tierra para
ayudar al pueblo judío durante la tribulación. Amen.
67
II. LOS JUICIOS DE DIOS DURANTE LA TRIBULACIÓN
68
terribles se ejecutarán durante la gran tribulación, sobre los
que se queden en la tierra, cuando Jesús lleve su Iglesia al cielo.
Estos juicios que fueron develados por Jesús en el Apocalipsis,
ya se han ido desatando sobre la tierra, pero irán en aumento a
medida que se acerque el tiempo de la tribulación.
Como se podrá apreciar los primeros cuatro sellos son
eventos que ya han estado sucediendo en la tierra. Los juicios
más terribles comienzan a partir del sexto sello en adelante y es
posible que estos sucedan poco antes o al comienzo de la
tribulación. Los cierto es que las siete trompetas y las siete
copas son juicios que se darán durante la tribulación.
69
Tiene una balanza en la mano.
Controla y vende por precio los alimentos.
Cuarto sello: Uno montado en un caballo amarillo.
El caballo es montado por la muerte y el Hades le sigue.
Tienen potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para
matar con espada, hambre, mortandad, y con las fieras.
70
Los juicios de las siete trompetas se derraman sobre la tierra
durante la tribulación, pues es un juicio contra los pecadores
que se quedan en la tierra, después que Jesús lleve su Iglesia al
cielo para librar a los cristianos de los juicios divinos (1 Ts. 1:10).
Primera trompeta
Cae granizo y fuego mezclado con sangre sobre la tierra.
Se quema la tercera parte de los árboles y la hierba.
Segunda trompeta
Una montaña de fuego ardiendo cae en el mar.
La tercera parte del mar se convierte en sangre.
Muere la tercera parte de los seres vivientes del mar.
La tercera parte de las naves es destruida.
Tercera trompeta
Cae del cielo una gran estrella ardiendo en fuego y la
tercera parte de las aguas se hacen amargas a causa de la
estrella llamada Ajenjo (amarga). Muchas personas mueren
por consumir el agua contaminada.
Cuarta trompeta
La tercera parte del sol, la luna y las estrellas se oscurece.
No hay luz en la tercera parte del día y la noche.
Un ángel grita de dolor advirtiendo los juicios que desatan
los siguientes toques de trompeta.
Quinta trompeta
Una estrella cae del cielo, perfora la tierra hasta el abismo
(infierno), y sale humo que oscurece el sol y el aire.
71
Del infierno salen demonios que tienen aguijones como
escorpiones para atormentar por cinco meses a los que no
tienen el sello divino. Las personas anhelarán morir durante
ese período, pero no habrá muerte, ésta huirá de ellos. Los
demonios tienen coronas de oro, caras humanas, cabello de
mujer, dientes como leones, corazas de hierro, potentes y
ruidosas alas, colas con aguijón para atormentar.
Sexta trompeta
Cuatro ángeles son desatados y matan a la tercera parte de
la humanidad. Estas muertes son ejecutadas por un ejército
de 200 millones de soldados.
Las muertes son causadas por fuego, humo y azufre.
Los que sobreviven no se arrepienten de sus pecados e
idolatría y siguen adorando a los demonios.
Primera copa
La primera copa se derrama sobre la tierra.
Cae una úlcera sobre los que tienen la marca de la bestia.
72
Segunda copa
El mar se convierte en sangre y muere todo ser vivo.
Tercera copa
La copa se derrama sobre las aguas y se convierten en
sangre. Este es un juicio divino, por cuanto derramaron la
sangre de los santos, Dios les da a beber sangre.
Cuarta copa
El sol quema a las personas y blasfeman contra Dios. Ni con
esos juicios se humillan, ni se arrepienten de sus pecados.
Quinta copa
El reino del Anticristo queda en tinieblas.
Ulceras dolorosas aparecen en sus cuerpos.
Blasfeman el nombre de Dios, en vez de arrepentirse.
Sexta copa
El río Éufrates, se seca para dar paso a los reyes del oriente
que atacan a Israel.
De la boca del trio maligno: Satanás, el Anticristo y el falso
Profeta, salen tres demonios que congregan a las naciones
para la batalla de Armagedón.
Séptima copa
Se derrama la copa sobre el aire, hay relámpagos, voces,
truenos, y el terremoto más grande sobre la tierra.
Jerusalén es dividida en tres partes y las demás ciudades
caen a causa del gran terremoto.
Las islas y los montes desaparecen.
73
Cae un enorme granizo como de 75 libras sobre la tierra.
Los pecadores blasfeman contra Dios por este juicio; ni con
esta señal se arrepienten de sus pecados.
Capítulo 6
75
II. LA BATALLA DE ARMAGEDON
76
ande desnudo, y vean su vergüenza. 16 Y los reunió en el
lugar que en hebreo se llama Armagedón (Ap. 16:13-16).
En su Segunda venida, Jesús viene con sus santos a reinar sobre
la tierra, pero primero debe vencer a sus enemigos:
14
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá,
porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están
con él son llamados y elegidos y fieles (Ap. 17:14). 13 Estaba
vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL
VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino
finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
15
De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las
naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar
del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso (Ap.
19:14-15).
La Biblia dice que, Israel estará quemando las armas
recolectadas en esa guerra, por siete años:
8
He aquí viene, y se cumplirá, dice Jehová el Señor; este es el
día del cual he hablado. 9 Y los moradores de las ciudades de
Israel saldrán, y encenderán y quemarán armas, escudos,
paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los
quemarán en el fuego por siete años (Ez. 39:8-9).
Tambien, estarán enterrando los muertos por el poder de Jesus,
durante siete meses:
11
En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en
Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruirá
el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a toda
12
su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog. Y la casa
de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar
la tierra (Ez. 39:11-12).
77
CAPÍTULO 7
EL MILENIO
____________________________________________________
I. EL GOBIERNO DE JESÚS
79
En esta batalla final, Satanás será lanzado al lago de fuego y
luego la tierra será destruida; y Dios hará un cielo y una tierra
nuevos, en los cuales morará la justicia eterna:
9
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más
(Ap. 21:1).
b. Jesús gobernará juntamente con sus santos en la tierra
Jesús prometió que gobernaríamos la tierra juntamente con Él:
26
Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le
daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de
hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo
también la he recibido de mi Padre (Ap. 2:26-27).
Jesús traerá a sus santos del cielo para reinar sobre la tierra
durante el milenio. David estará entre los gobernadores:
24
Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos
tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis
estatutos guardarán, y los pondrán por obra. 25 Habitarán en
la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron
vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos
de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de
ellos para siempre. 26 Y haré con ellos pacto de paz, pacto
perpetuo será con ellos; y los estableceré y los multiplicaré,
y pondré mi santuario entre ellos para siempre. 27 Estará en
medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos
me serán por pueblo. 28 Y sabrán las naciones que yo Jehová
santifico a Israel, estando mi santuario en medio de ellos
para siempre (Ez. 37:24-28).
Jesús les prometió a sus apóstoles que cuando Él regrese,
gobernarán sobre Israel sentados sobre doce tronos de poder:
28
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la
regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el
trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también
80
os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus
de Israel (Mt. 19:28).
Los santos serán asignados a puestos de autoridad por Jesús
durante su reino milenial sobre la tierra:
15
Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino,
mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había
dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno.
16
Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez
minas. 17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo
poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
18
Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco
minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco
ciudades (Lc. 19:15-19).
Los santos del altísimo tendrán autoridad para siempre sobre
todas las cosas, por eso vale la pena luchar en esta tierra:
18
Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y
poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
22
hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los
santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron
el reino.27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los
reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los
santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los
dominios le servirán y obedecerán (Dn. 7: 18, 22, 27).
La biblia dice que los hijos de Dios seremos reyes y sacerdotes:
10
Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra (Ap. 5:10).
Si no se saben comprender estos títulos servirán para llenarse
de grandeza y vanagloria en la tierra. Esta función de reyes y
sacerdotes es literal y será revelada en el reino de Jesús sobre la
tierra, donde habrá algunos santos que ministrarán como
81
sacerdotes delante de Dios4 y otros que ejercerán autoridad
como reyes.
c. ¿Con qué cuerpo reinaremos durante en el milenio?
Siendo que los santos vienen con Cristo desde el cielo a reinar
sobre la tierra (Ap. 19:14), es lógico preguntar: ¿Con qué cuerpo
reinaremos? pues ya habremos resucitado (Fil. 3:21; 1 Co.
15:43) y nuestros cuerpos habrán sido transformados.
En el milenio gobernaremos con cuerpos glorificados:
8
Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su
carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán. 9 Irán
por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas,
entrarán por las ventanas a manera de ladrones (Jl. 2:8-9).
La restauración de la tierra
La geografía de la tierra será restaurada
Durante el gobierno milenial de Jesús, la tierra será restaurada.
Se debe recordar que, durante la Tribulación, la tierra queda
casi destruida a causa de los juicios divinos. El primer milagro de
restauración es cuando Jesús regresa en las nubes, posa sus pies
sobre el Monte de los Olivos y se convierte en un valle:
4
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de
los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el
monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente
y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la
mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad
hacia el sur. 10 Toda la tierra se volverá como llanura desde
Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida,
y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el
lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y
desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey (Zc. 14:4,
10).
El reino del Mesías traerá completa restauración a la tierra:
4
Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y
lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se
manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la
verá; porque la boca de Jehová ha hablado (Is. 40:4-5).
La geografía de la tierra ha cambiado de su diseño original, esta
ha sido deformada a causa de las catástrofes y juicios que le han
sobrevenido por causa del pecado. Durante el reino que Cristo
83
vendrá a establecer sobre la tierra en su Segunda venida, la
tierra será restaurada de forma integral debido a la gloria del
Mesías, quien reinará personalmente desde Jerusalén.
La restauración de la naturaleza
Los animales perderán su fiereza
Durante el milenio los animales perderán su agresividad,
demostrando que al principio no fueron agresivos, si no que
toda la creación fue afectada por el pecado, como señala la
Biblia (Ro. 8:21-22):
6
Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el
cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica
andarán juntos, y un niño los pastoreará. 7 La vaca y la osa
pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey
comerá paja. 8 Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del
áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la
caverna de la víbora. 9 No harán mal ni dañarán en todo mi
santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de
Jehová, como las aguas cubren el mar (Is. 11:6-9).
Esta profecía demuestra que los animales que Dios creó y dejó
vivos para que compartieran la tierra con los humanos, después
del diluvio, no eran fieros. El pecado desató todo mal en la
tierra, aun en los animales, y en toda la creación (Ro. 8:19-23).
La restauración de la vida
La longevidad volverá a la raza humana
En el plan inicial de Dios, no estaba contemplada la muerte
física del ser humano, esta fue una consecuencia del pecado
(Ro. 5:12). El ser humano volverá a tener larga vida:
18
Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las
cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a
Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. 19 Y me alegraré con
84
Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán
en ella voz de lloro, ni voz de clamor. 20 No habrá más allí
niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no
cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de
cien años será maldito (Is. 65:18-20).
Todo esto apunta a que el ser humano durará muchos años de
vida, como fue al principio.
La restauración de la Salud
Habrá sanidad en la tierra
La enfermedad entró en la tierra como producto del pecado.
Este mal se terminará cuando Jesús establezca su reino milenial,
Él traerá sanidad completa cuando regrese a la tierra:
4
Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis;
he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago;
Dios mismo vendrá, y os salvará. 5 Entonces los ojos de los
ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán.
6
Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua
del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y
torrentes en la soledad (Is. 35:4-6).
Al regreso del Mesías a la tierra, en su Segunda venida, es
donde encaja cabalmente el pasaje anterior pues, aunque Jesús
manifestó parte de su gloria en su primera venida, en los que
creyeron en su poder, cuando establezca su reino milenial habrá
una restauración total de la salud en la tierra.
85
8
Acontecerá también en aquel día, que saldrán de
Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental,
y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en
invierno (Zc. 14:8).
Las aguas vivas son literales y purifican lo que tocan:
1
En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la
casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la
purificación del pecado y de la inmundicia (Zc. 13:1).
El siguiente pasaje señala que la tierra será restaurada como al
principio, como el huerto del Edén, aunque después de su reino
glorioso de mil años, la tierra será destruida:
3
Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará
llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y
detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien
de él escape (Zc. 14:3).
87
14
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria
de Jehová, como las aguas cubren el mar (Hb. 2:14).
Quizá ni la tecnología sea necesaria durante el milenio. Isaías
profetiza que durante el reino milenial, Jesús conocerá nuestros
pensamientos, estará pronto a responder nuestras peticiones y
suplir nuestras necesidades:
24
Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún
hablan, yo habré oído (Is. 65:24).
Los milagros más sorprendentes sobre la tierra se harán durante
el gobierno de Cristo sobre la tierra. Los santos participarán de
esta restauración haciendo grandes milagros creativos en
nombre de Jesús a fin de restaurar las tierras improductivas que
vendrán a ser muy productivas.
Oseas profetiza la restauración de la tierra:
14
Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y
hablaré a su corazón. 15 Y le daré sus viñas desde allí, y el
valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en
los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de
la tierra de Egipto. 16 En aquel tiempo, dice Jehová, me
llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali. 17 Porque
quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se
mencionarán sus nombres. 18 En aquel tiempo haré para ti
pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con
las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada
y guerra, y te haré dormir segura. 19 Y te desposaré conmigo
para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio,
benignidad y misericordia. 20 Y te desposaré conmigo en
fidelidad, y conocerás a Jehová. 21 En aquel tiempo
responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos
responderán a la tierra. 22 Y la tierra responderá al trigo, al
vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. 23 Y la
sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-
88
ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios
mío (Os. 2:14-23).
Hageo señala que la gloria postrera de la casa del Señor será
mayor que la primera:
6
Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco
yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;
7
y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de
todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho
Jehová de los ejércitos. 8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice
Jehová de los ejércitos. 9 La gloria postrera de esta casa será
mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y
daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos (Hg. 2:6-
9).
89
ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que
adorase (Is. 2:18-20).
Durante el milenio, los ídolos serán erradicados de la tierra y el
espíritu de profecía no existirá más, pues todo estará cumplido,
y Jesús, quien es el espíritu de toda la profecía verdadera (Ap.
19:10), gobernará personalmente sobre la tierra. Además,
Satanás, quien provoca el espíritu de falsa profecía, estará
atado por mil años en el infierno (Ap. 20:1-3):
2
Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de
la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán
recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas
y al espíritu de inmundicia (Zc. 13:2).
91
a. Jerusalén será cabeza de las naciones
Cuando Jesús regrese a la tierra, establecerá su reino desde
Jerusalén, así lo señalan las profecías bíblicas:
2
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de
los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a
él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de
Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus
sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la
palabra de Jehová (Is. 2:2-3).
Al señalar que de Sion (Jerusalén), saldrá la palabra de Dios
sobre toda la tierra, no solo se refiere a la predicación del
evangelio en la primera venida de Cristo; sino que durante el
reino de Cristo en Jerusalén, la gente subirá a Israel para
escuchar la voz del Mesías, quien estará sentado en su trono, en
Israel.
Dios honrará a Jerusalén durante el milenio y le hará justicia
a causa de las naciones que hicieron escarnio de Su nombre, el
cual ha sido invocado en Israel:
8
En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén;
el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como
David; y la casa de David como Dios, como el ángel de
Jehová delante de ellos. 9 Y en aquel día yo procuraré
destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.
10
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores
de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí,
a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el
primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén,
como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido (Zc.
12:8-11).
92
La Biblia señala que esta restauración será durante la Segunda
venida de Cristo a la tierra. Los judíos llorarán por haber
crucificado al Mesías, quien les viene a salvar.
Israel será restaurada en honor al santo nombre de Dios, que
fue profanado entre las naciones:
21
Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado
por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. 22 Por
tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No
lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi
santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las
naciones adonde habéis llegado. 23 Y santificaré mi grande
nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis
vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy
Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en
vosotros delante de sus ojos. 24 Y yo os tomaré de las
naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a
vuestro país. 25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis
limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos
vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y
pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de
carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los
pongáis por obra. 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros
padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros
por Dios (Ez. 36:21-28).
Durante el milenio, Israel será exaltada por todas las
humillaciones recibidas y en honor a las promesas hechas a sus
padres. Durante el milenio todos tendrán que subir a Jerusalén
a adorar al Rey, los que no lo hagan, serán castigados:
16
Y todos los que sobrevivieren de las naciones que
vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar
93
al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos. 17 Y acontecerá que los de las familias de la
tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová
de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18 Y si la familia
de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia;
vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no
subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 19 Esta será
la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las
naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los
tabernáculos (Zc. 14:16-19).
96
Capítulo 8
EL JUICIO FINAL
97
a. La resurrección de los santos
Dios le hará un juicio justo a cada ser humano, según sus obras.
Este juicio estará relacionado con su respuesta al mensaje de
salvación (Evangelio)5. Jesús dijo:
48
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene
quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en
el día postrero (Jn. 12:48).
La primera muerte del ser humano es física (Hb. 9:27), de la que
todos participan (justos y pecadores), salvo los que se van en el
arrebatamiento; pero, la segunda muerte es la condenación al
infierno donde solo van los pecadores, después de morir
físicamente. A diferencia de los pecadores, los santos no son
condenados a la segunda muerte, o sea, al infierno:
6
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre
5
Las personas que nunca escucharon del Evangelio y
murieron, serán juzgadas por la creación, que testifica de un
creador inteligente; por la conciencia, la que acusa de lo
malo; y la razón, que sabe discernir entre lo bueno y lo malo:
14
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por
naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley,
son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita
en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el
día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los
hombres, conforme a mi evangelio (Ro. 2:14-16). Quien
haya decidido hacer el bien, se salvará; y quien haya decidido
elegir el mal se condenará, aunque nunca hayan escuchado
del Evangelio, su decisión definirá su futuro eterno. El bien y
el mal son una elección individual.
98
éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y
reinarán con él mil años (Ap. 20:6).
Los que mueren en Cristo van al paraíso, así le dijo el Señor
Jesús al ladrón convertido en la cruz:
43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy
estarás conmigo en el paraíso (Lc. 23:43).
El paraíso es un lugar de espera:
11
Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que
descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se
completara el número de sus consiervos y sus hermanos,
que también habían de ser muertos como ellos (Ap. 6:11).
No implica que el paraíso es un lugar de quietud o que los
santos están dormidos. El paraíso es un lugar de vida y acción.
Del paraíso los santos serán trasladados a la nueva Jerusalén:
2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén,
descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa
ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él
morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios (Ap. 21:2-3).
La Jerusalén celestial descenderá sobre el cielo y la tierra
nuevos que Dios ha preparado para el deleite de sus hijos:
1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender
del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para
su marido (Ap. 21:1-2).
La primera resurrección es la de los santos o la de los salvos:
4
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron
facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no
99
recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y
vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros
muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil
años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y
santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil
años (Ap. 20:4-6).
A la resurrección de los santos se llama, la primera resurrección
porque los pecadores resucitan hasta después del milenio, para
ser juzgados, esa será la segunda resurrección.
101
Y por último, después del milenio, los pecadores serán sacados
del infierno para ser juzgados, luego serán lanzados al lago de
fuego, que es la muerte segunda:
15
Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego (Ap. 20:15).
El juicio de los pecadores será después del milenio, hasta que se
complete el número de todos los pecadores muertos:
5
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años (Ap. 20:5a).
102
3. Los que son de Cristo, en su segunda venida:
13
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos
que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de
dónde han venido? 14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me
dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre
del Cordero (Ap. 7:13-14).
103
LA SEGUNDA RESURRECCIÓN (LA DE LOS PECADORES)
La segunda resurrección es la de los pecadores, estos
resucitarán al final, después del milenio, para ser juzgados
según sus obras. Aunque los pecadores ya están condenados,
Dios les mostrará la evidencia de sus justos juicios:
5
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años (Ap. 20:5a). 12 Y vi a los muertos,
grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida;
y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras (Ap. 20:12).
LA PRIMERA MUERTE
Se refiere a la muerte física, de la cual todos los seres humanos
participan (justos y pecadores). Esta fue la consecuencia del
pecado de Adán y Eva, advertida por Dios (Gn. 2:17):
12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un
hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Ro. 5:12).
Aunque los hijos de Dios mueren físicamente, su alma no
participa de la segunda muerte (la condenación eterna); si no
que pasan a la vida eterna:
46
E irán éstos (los pecadores) al castigo eterno, y los
justos a la vida eterna (Mt. 25:46).
LA SEGUNDA MUERTE
La muerte segunda, es la que experimentan los pecadores,
quienes después de haber muerto físicamente, sufren una
condenación eterna:
104
8
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y
homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos
los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda (Ap. 21:8).
Un nuevo nombre
Los cristianos tendrán un nuevo nombre en el cielo que solo
Dios y la persona que lo lleve lo conocerá:
17
Y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel
que lo recibe (Ap. 2:17b).
Los cristianos estarán identificados con el nombre de su Dios, su
ciudadanía, y su nombre nuevo:
12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi
Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la
nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi
nombre nuevo (Ap. 3:12).
107
12
Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las
puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de
las doce tribus de los hijos de Israel (Ap. 21:12).
Todavía el Señor le da oportunidad a todo cristiano de ser una
columna del templo de Dios:
12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi
Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el
nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la
nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi
nombre nuevo (Ap. 3:12).
En el cielo también hay tronos de autoridad. Hay veinticuatro
ancianos que han ocupado tronos de autoridad ante Dios:
4
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi
sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de
ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas (Ap. 4:4).
Es posible que los hijos de Dios ocupen tronos. La Biblia afirma
que Dios nos ha hecho reyes, para reinar con el sobre la tierra:
10
Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,
y reinaremos sobre la tierra (Ap. 5:10).
Jesús les dijo a sus apóstoles que ellos se sentarían en doce
tronos como reyes para gobernar a Israel:
28
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la
regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el
trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también
os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus
de Israel (Mt. 19:28).
En el reino que Jesús establecerá en la tierra, las ciudades serán
repartidas de acuerdo con la fidelidad de sus hijos en la
administración de los talentos que se le dieron en la tierra:
16
Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado
diez minas. 17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en
lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.
108
18
Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco
minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco
ciudades (Lc. 19:16-17).
Si la Biblia señala que heredaremos todas las cosas juntamente
con Cristo, es de imaginar que todos los planetas existentes
serán propiedad de los hijos de Dios. No sabremos cuantas
sorpresas nos ha preparado nuestro Padre en los cielos, eso
solo lo sabremos al llegar a las moradas eternas.
109
17
Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva
tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al
pensamiento (Is. 65:17).
1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más
(Ap. 21: 1).
Este cielo y tierra nuevos permanecerán para siempre delante
de Dios:
22
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo
hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así
permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre (Is.
66:22).
Hablando de su nueva creación, Dios dijo que haría todas las
cosas nuevas:
5
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo
hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas
palabras son fieles y verdaderas (Ap. 21:5).
La nueva Jerusalén descenderá sobre la tierra nueva:
1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender
del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para
su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos;
y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como
su Dios (Ap. 21:1-3).
Los santos vivirán para siempre en la ciudad de Dios y verán su
rostro:
4
Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes
(Ap. 22:4).
En la ciudad eterna no habrá necesidad de la luz del sol y la
luna, pues Dios mismo les alumbrará con su gloria:
110
5
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz
de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los
iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos (Ap. 22:4).
Los santos podrán disfrutar, no solo de la ciudad eterna (la
nueva Jerusalén); sino también de todo lo que Dios creará en la
tierra nueva para su deleite. Amén.
CONCLUSIÓN
112
22. LA SABIDURIA DIVINA
23. LOS PRIMEROS PASOS
24. VIDA CRISTIANA – Reflexiones
25. TESOROS DE LA BIBLIA
26. DISCIPULADO DE DOCTRINAS BASICAS
(búsquelos escritos y en audio en internet).
113