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Concepto: La sociedad conyugal es una figura jurídica del régimen

patrimonial del derecho en Venezuela, que se encuentra


constituida por la unión matrimonial de dos personas y esta
reglamentada por el Código Civil.

La celebración del matrimonio hace surgir entre los esposos, todo un


conjunto de deberes y derechos. En cuanto a su fundamento filosófico,
esos deberes y derechos resultan del principio de que los cónyuges se
deben mutua ayuda.

Los deberes y derechos que para los cónyuges surgen del matrimonio,
tienen tres caracteres fundamentales: son de naturaleza legal, de orden
público y recíprocos.

 Legales: Aunque la raíz de los deberes y derechos conyugales sea de


carácter ético, desde el punto de vista jurídico se trata simplemente
de obligaciones y facultades legales.
 De Orden Público: Los deberes y derechos que hace nacer el
matrimonio constituyen el núcleo del estado conyugal; por eso son
materia de orden público; de allí, que no interviene la voluntad de los
particulares.
 Recíprocos: Corresponden al marido frente a la mujer y a ésta
respecto de aquél.

Estos Deberes y Derechos son

 Cohabitación
 Fidelidad
 Asistencia
 Socorro
 Protección

Disolución de la Comunidad Conyugal

La disolución de la comunidad de gananciales, es la extinción o


terminación del régimen patrimonial matrimonial. Normalmente, la
comunidad termina como consecuencia de la disolución del vínculo
conyugal, es decir, por lo general resulta accesoria a éste; pero el
legislador estableció las excepciones a tal principio, al existir casos
en los que el matrimonio subsiste a pesar de que se extinga la
comunidad de gananciales.
En el régimen patrimonial matrimonial de la comunidad de
gananciales, al lado de los bienes propios o exclusivos del respectivo
cónyuge adquiriente, existen otros que pertenecen en común de por
mitad a ambos esposos, independiente de cual de ellos los haya
habido. Son esos los bienes gananciales, y Se consideran comunes en
principio y por regla general, todos los bienes que los esposos
adquieren conjunta o separadamente durante el matrimonio, por
actos a titulo oneroso 
Existe como consecuencia del Matrimonio una comunidad de
gananciales y en virtud de esta, una presunción de existencia de ella
sobre los bienes adquiridos por los cónyuges a título oneroso, ya sea
de forma conjunta o separadamente

En términos del procedimiento de la disolución, La sociedad


conyugal termina por:

 disolución del matrimonio


 voluntad de los consortes
 petición de uno de los cónyuges
 sentencia que declare la presunción de muerte del cónyuge
ausente 

Se aclara que la disolución y liquidación de una sociedad conyugal


son procedimientos que pueden ser posteriores, anteriores o
complementarios e independientes del proceso de divorcio o
cesación de efectos civiles de matrimonio.

Dentro del procedimiento de disolución y liquidación de sociedad


conyugal en primera instancia, se procede a la división en partes
iguales de los bienes y deudas que se hayan contraído por los
cónyuges durante la vigencia de la sociedad.

Los cónyuges son los que van proceder a la disolución y liquidación


de la sociedad conyugal y que poseen tanto activos como pasivos.

En caso de que la disolución y liquidación de la sociedad conyugal


no tenga ningún activo ni pasivo, los interesados pueden solicitar
ante la Notaría que se les elabore la correspondiente escritura
pública, para lo cual  aportan los siguientes documentos:

–        Fotocopias de las respectivas cédulas.

–         Registro civil de matrimonio.

La disolución de la comunidad conyugal Se tramita en el Poder


Judicial, en el Juzgado de Primera Instancia, del domicilio real de la
persona que inicia dicho trámite. El domicilio real de las personas
es el lugar donde tienen establecido el asiento principal de su
residencia o negocio.
Causas de la disolución de la comunidad conyugal

Las únicas causas legales que permiten la disolución y liquidación


de la comunidad de gananciales, son: la nulidad del matrimonio, la
ausencia declarada, la quiebra de uno de los cónyuges y la
separación judicial de bienes. De lo contrario, los cónyuges no
pueden voluntariamente disolver y liquidar la comunidad de
bienes, mientras no quede ejecutoriada la sentencia de divorcio. En
el presente caso, nos encontramos bajo la figura de la separación
judicial de bienes.

Cuando la disolución se da por causa de fallecimiento de uno de los


cónyuges, surge una comunidad entre los herederos del fallecido y
el cónyuge sobreviviente, quienes pueden hacer una partición del
patrimonio, luego de hacer un respectivo descuento de bienes
determinados y de dividirse por mitades los bienes que resulten
como gananciales.
Liquidación sociedad conyugal

La liquidación consiste en dividir los bienes que integren la sociedad


conyugal en partes iguales. Dicha partición la pueden realizar los
mismos cónyuges de común acuerdo, pero si no hay un consenso
será un juez quien se encargue de hacer una partición justa.

Cuándo se hace la liquidación

Al disolverse la sociedad, se procede a la liquidación. Para esto se


formará un inventario en el cual no quedarán incluidos los objetos
de uso personal de cada parte, los vestidos, ni el lecho. Una vez que
se tenga, serán pagados los créditos que existieren contra el fondo
social, y se restituirá a cada esposo lo que aportó al matrimonio.

Procedimiento de la liquidación de la sociedad conyugal

Para hacer la liquidacion, se deben valorizar todos los bienes que


integran la sociedad conyugal, como casas, departamentos,
vehículos, y otras propiedades. Si la partición se hace de manera
consensuada, cada una de las partes podrá adjudicarse bienes
según el valor monetario que tengan, pero también pueden
venderlos para así repartir el dinero resultante y no los bienes
como tal.

Conclusión

Como hemos podido apreciar, al margen de que el régimen de


sociedad conyugal requiera una urgente revisión no ha habido una
reflexión profunda sobre los complejos problemas que proponen
tanto la disolución, como la liquidación del régimen.
Es relativamente simple encontrarse con opiniones que sostiene
que en determinados ámbitos del Derecho ya se ha dicho o
planteado todo, y que, en consecuencia, determinados conceptos,
no merecerían una revisión que fuese digna de una trabajo de
investigación. Y, si se trata de la sociedad conyugal, esta afirmación
es, a menudo, categórica. Ello es porque el instituto se ha rodeado
de paradigmas (en el sentido científico de la expresión y no en su
uso corriente). No es que las cuestiones relativas a la sociedad
conyugal estén rodeadas de ejemplos o modelos, sino de ciertos
conceptos o reglas que rigen la disciplina, que se han ido asentando
en la dogmática, al punto que tales afirmaciones revelarían, por sí
mismas, la verdadera naturaleza de lo que la sociedad conyugal es.

Pensar de este modo sería una falacia, pues los problemas sobre las
materias propuestas en este artículo, dan cuenta de una discusión
inacabada. Hay buenas razones para dudar del carácter de
universalidad jurídica de la comunidad, disuelta la sociedad
conyugal, hay cuestiones que requieren una discusión más
detenida, en el caso de la regla general asumida por la
jurisprudencia, en el sentido de limitar el efecto retroactivo de la
adjudicación consagrada en el artículo 1344. Finalmente, el pacto
de sustitución de régimen es el que ha posibilitado el
pronunciamiento de la mayor parte de la jurisprudencia, en la
medida que se ha empleado como mecanismo para eludir las
obligaciones contraídas con anterioridad a la celebración del pacto.
De todos estos extremos hemos dado cuenta en este trabajo,
proponiendo, en cada caso, nuestra propia visión.

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