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BIOGRAFÍA DE BESNES E IRIGOYEN

Alberto Marcelo Irigoyen Artetxe

Noticia del autor

Alberto Marcelo Irigoyen Artetxe nació en Montevideo en 1959, ha


dedicado parte de su vida a la investigación sobre las vivencias de los
vascos en el Uruguay alternándolo con el trabajo agropecuario. Los
temas investigados fueron publicados en: libros, artículos de
publicaciones periódicas y en internet. Los impresos se han publicado en
el País Vasco sin embargo poseemos copia de ellos en nuestra Sala
Uruguay. Ha ganado el primer premio en la convocatoria “Premio Andres
de Irujo a la Difusión de las vivencias de los vascos en el exterior” con la
obra, “ Laurac bat de Montevideo, primera euskal etxea del mundo” en
el año 1999.

Durante años ha estudiado la biografía del pintor y cronista gráfico, Juan


Manuel Besnes e Irigoyen; investigación que lo ha llevado a bibliotecas,
archivos y museos en el Uruguay y en el País Vasco, por lo que su
colaboración, que llega a ceder los derechos de propiedad intelectual,
enriquece esta obra y permite complementar las imágenes de nuestro
acervo. Vaya hacia el autor nuestro más sincero reconocimiento.

Lic. M. Graciela Gargiulo

Introducción

En su trabajo Iconografía uruguaya publicado en


1929, Horacio Arredondo decía que "Vulgarizar la
obra de Juan Manuel Besnes e Irigoyen, es
realizar obra de cultura y patriotismo...". Sin
pretender restarle méritos al trabajo que en
aquella oportunidad publicara Arredondo, es
necesario reconocer que debimos esperar setenta
y cinco años para que, en un acto de cultura y
patriotismo, se dieran a conocer, en este caso a
través de un soporte multimedia y en un muy
loable emprendimiento de nuestra Biblioteca
Nacional, la totalidad de las obras de este calígrafo y pintor vasco que
allí se conservan.

Compartimos los dichos del citado autor que agregaba, refiriéndose


también a la obra del pintor donostiarra , que "Comentarla, representa
la labor afirmativa de un erudito". Pero como no nos comprende la
categoría de erudito ni somos entendidos en arte, nos limitaremos a
realizar una semblanza de la personalidad de quien fuera considerado,
creemos que con merecida justicia, el precursor de la Pintura Nacional.

Debemos reconocer que, antes de hoy, autores de la talla de Isidoro de


María, Horacio Arredondo (h), Ernesto W. Laroche, José M. Fernández
Saldaña y Gabriel Peluffo, entre los uruguayos o Nicolás de Soraluce y
Zubizarreta y A. Delgado Castilla, entre los compatriotas del pintor, se
han ocupado de él dedicándole sendos artículos a su vida y obra. Ellos
han jalonado nuestro camino en esta investigación, y es gracias a la
reunión del conocimiento de nuestros predecesores que creemos haber
logrado un nuevo aporte a su biografía.

También hemos logrado ampliar el conocimiento de sus obras con el


redescubrimiento de los trabajos que él mismo envió a su ciudad natal y
que, aunque con tanto respeto fueron recibidos y con tanto cariño
custodiados durante años, hoy son prácticamente desconocidos y se
encuentran olvidados en los depósitos del museo municipal. Triste final -
aunque esperamos que no definitivo- para un testimonio de amor filial
que, trascendiendo el tiempo y la distancia, llevó al solar nativo la voz
de quien jamás pudo retornar.

Deseamos culminar esta breve introducción agradeciendo a quienes, con


su desinteresado aporte, han hecho posible esta pesquisa:

A mi esposa Adriana Patrón, inseparable compañera de investigación.


A Carmen Besné Blancq -Cazaux, de San Sebastián, Euskadi, por su
colaboración en esta investigación.
A Arantza Barandiaran Mugica, técnica del Museo San Telmo, de San
Sebastián, Euskadi, por su ayuda para localizar las obras y los objetos
que pertenecieron a Besnes e Irigoyen.
A Thérèse Roger, de Campbon, Francia, por su ayuda en la genealogía
de la familia Besné.
A la Lic. Graciela Gargiulo, Directora de la División Técnica Especializada
de la Biblioteca Nacional.
A Adriana De León, Eduardo Gutiérrez y Inés Nessi, de Materiales
Especiales de la Biblioteca Nacional.
A Adriana Méndez y Rita Vejo, de Sala Uruguay de la Biblioteca
Nacional.
Al Lic. Dante Turcatti, quien me auxilió con los documentos que
conserva la Curia de Montevideo.
Al personal del Museo Histórico Nacional.
A Juan E. Gomensoro Piñeyro, propietario de la firma Galería y Remates.
A Roberto Cataldo, propietario de la librería El Galeón.
A Eduardo Corbo, propietario de la firma Remates Corbo.
A Rolf Nusban, por su incondicional apoyo.

Alberto Irigoyen Artetxe


En Chamangá, Flores, el 22 de febrero de 2003.

De Besnè a Besnes: las razones de un cambio de nombre

Hijo del francés, natural de Grenvielle (Diepe), Joseph Besné Chavallie y


de María Antonia de Irigoyen Gaz, natural de Tolosa (Gipuzkoa, País
Vasco) Juan Manuel Besné nació en San Sebastián, capital de Gipuzkoa,
el 13 de julio de 1789, siendo el mayor de ocho hermanos. Gracias a la
documentación existente en el Archivo Histórico del Obispado de San
Sebastián, sabemos que tanto el matrimonio de sus padres como el
bautismo de todos sus hermanos, fue celebrado en la Parroquia San
Vicente Levita y Mártir, de San Sebastián. sin embargo, a pesar de los
esfuerzos de Carmen Besné, descendiente del hermano menor del
pintor, a quien agradezco su auxilio en esta pesquisa, no ha sido posible
ubicar la partida de nacimiento de Juan Manuel.

Por lo tanto, a falta del documento original, nos remitimos al magnífico


trabajo de Juan A. Apolant (Génesis de la familia uruguaya, Montevideo,
1975) donde da cuenta de la existencia de un certificado de nacimiento
de Besnes e Irigoyen adjunto a la partida matrimonial que se halla en el
Archivo de la Curia de Montevideo, único documento en donde consta
fehacientemente la fecha correcta.

Gracias a la colaboración del Lic. Dante Turcatti tuvimos a la vista el


documento en cuestión, aunque en este caso tampoco se trataba del
certificado original, sino de una transcripción realizada por el presbítero
de la Iglesia Matriz Juan Pedro González el día 23 de septiembre de
1823. El origen de esta documentación se halla en el expediente iniciado
por el pintor para demostrar su "soltería y libertad conyugal", paso
previo para obtener la autorización eclesiástica para contraer
matrimonio:
Don Miguel Antonio Ramón, vicario perpetuo de la Parroquia de Santa
María, Mártir de la Muy Noble y Muy
Leal Ciudad de San Sebastián, y Juez
Eclesiástico, oficial foráneo del
Arciprestazgo mayor de Guipuzcoa =
Certifico que en el libro octavo de
bautizados al folio doscientos y cinco,
partida sexta se halla un asiento del
tenor siguiente = En trece de Julio de
mil setecientos ochenta y nueve,
Bauticé á Juan Manuel, que nació á
las once de dicho día, hijo legítimo de
José Besnes, y María Antonia de
Irigoyen. Abuelos paternos Claudio
Besnes y Margarita Chabadia;
Maternos, Juan de Irigoyen y Agustina
Gaz. Padrinos Manuel Joaquín de
Irigoyen, y Florencia Ignacia de
Irigoyen, á quienes advertía el
parentesco espiritual, y demás
obligaciones y firmé.
Iglesia de Santa María

Este aporte viene a poner punto final a las diferentes versiones que,
sobre la fecha en cuestión, se han publicado en el correr de los años;
aunque es de justicia reconocer que quienes tomaron tal fecha de su
más temprano cronista e íntimo amigo Nicolás de Soraluce (Historia de
Guipuzcoa) recogida por Nicolás de Soraluce y Zubizarreta (Historia
General de Guipuzcoa, Madrid, 1869), han hecho lo correcto, tal como
es el caso de A. Delgado Castilla (Notable calígrafo donostiarra, Euskal
Erria, 1916) y, en años más recientes, la Gran Enciclopedia Vasca
Auñamendi, que a su vez lo ha tomado de este último.

Hacemos notar que en este documento Juan Manuel figura con el


apellido Besnes en lugar del verdadero, que era Besné. La circunstancia
de que su apellido se transformara de Besné Irigoyen en Besnes e
Irigoyen, es aclarada por el propio pintor en un añadido a su testamento
fechado el 17 de Marzo de 1864, según lo recoge Fernández Saldaña :

Habiendo en estos momentos (1808) declarado la guerra de España


contra los franceses, fueron perseguidos no solamente éstos, sino aún
los que tenían el apellido francés, no encontré otro remedio que
aumentar al mío en la fe de bautismo una s, de lo que resulta como se
ve en ésta, el apellido Besnes en lugar de Besné, que era francés.

De este modo españolicé mi apellido, al que añadí, cuando llegué a


Montevideo, el de mi madre... salvándome de este modo, sin perjudicar
a nadie, de las persecuciones y odios que se declaraban contra los
franceses y sus hijos...

Por cierto que este aporte es vital para conocer las razones de tal
transformación, aunque lamentablemente no hemos podido confirmarlo,
pues en el testamento considerado válido y por el cual se ejecutó la
testamentaría (Archivo General de la Nación, Archivo Judicial, Civil 1º,
A:3, L:I, 1866), iniciado el 1 de julio de 1855, y que recibiera el último
de numerosos agregados posteriores hasta fecha muy próxima a su
fallecimiento, nada dice al respecto. Concluyo entonces que Fernández
Saldaña tuvo a la vista el testamento original que fuera expresamente
anulado por Besnes porque, según expresó él mismo:

…han variado mis circunstancias y veo un porvenir desgraciado para mi


hijo adoptivo Feliciano Irigoyen, casado con mi sobrina María Cruz
Besnes, que la hice venir de San Sebastián su Patria…

Realmente Juan Manuel tuvo sobradas razones para preocuparse por el


estado de su hijo y de su sobrina María Cruz, hija de su hermano menor
Pedro María, pues Feliciano, de solo veintiocho años de edad, se hallaba
afectado de "alienación mental", falleciendo apenas diez meses después
que su padre adoptivo.

Pero para comprender las razones que le llevaron a falsificar este


documento cambiando su apellido paterno, es necesario recordar los
sucesos que se vivían en la península en los últimos años de la primera
década del siglo XIX.
España a principios del XIX

Carlos IV y su hijo Fernando VII, dos monarcas de triste recuerdo

El 13 de diciembre de 1788 estando


en San Lorenzo El Real Sitio de El
Escorial de Madrid y a escasos
minutos de la una de la madrugada, el
monarca Carlos III murmuró "He
hecho el papel de rey, y se acabó para
mí esta comedia" y expiró. Por
incapacidad de su hijo mayor, le
sucedió en el trono su segundo
heredero: Carlos Antonio, infante de
"Familia de Carlos IV" España, príncipe de Asturias, de
Francisco José de Goya y Nápoles y Sicilia, quien al ser
Lucientes. coronado se convirtió en Carlos IV.

Tal como lo habían hecho sus antecesores en el trono, Carlos VI fue un


continuador de la política centralista y absolutista que caracterizó a los
Borbones. En el transcurso de su reinado las Cortes fueron convocadas
sólo en una oportunidad para derogar la Ley Sálica, introducida por
Felipe V, normativa que impedía a las mujeres acceder al trono de
España.

No obstante ello, y aunque había sido votada su derogación el 30 de


septiembre de 1789, al no ser sancionada ni publicada, ésta jamás
entraría en vigor, argumento que sería esgrimido por el infante Carlos
María Isidro de Borbón cuando en 1833, a la muerte de su hermano
Fernando VII, El Deseado, reclamara para sí el trono que heredó su
sobrina Isabel II, desencadenando la primera guerra Carlista, contienda
que por seis años ensangrentó los campos peninsulares.

Pero si la responsabilidad de Carlos IV en una guerra producida a


veinticinco años de su derrocamiento puede ser cuestionada, no sucede
lo mismo con el juicio histórico que le corresponde, junto a su hijo
Fernando VII, en el episodio conocido como la Guerra de la
Independencia.

La traición de Fernando, el Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de


Bayona (1808)

En su larga guerra contra el Imperio Británico y obligado por su


incapacidad de invadir las islas, Napoleón entabló un riguroso bloqueo
marítimo a Europa con la pretensión de estrangular el comercio inglés
en un punto tan sensible como lo pueden ser sus bocas de salida.

Efectivamente, Inglaterra, que por entonces estaba inmersa en plena


revolución Industrial, descubrió que el poder de esta nueva arma
trascendía los campos de batalla para introducirse en la sociedad
misma.

Este nuevo fenómeno, conocido como guerra económica, repercutió


directamente en las fábricas que, multiplicadas por el maquinismo,
comenzaron a abarrotarse de productos de difícil colocación. La
consecuencia directa de este bloqueo, llamada crisis de
superproducción, fue la desocupación y con éste la disminución de la
capacidad adquisitiva del mercado, conformando un círculo vicioso de
imposible resolución ante la imposibilidad de la apertura de nuevos
mercados.

La perentoria necesidad de activar su alicaída economía llevó a los


ingleses a la aventura rioplatense recogida por la historia como las
Invasiones Inglesas, la conquista de El Cabo y al apoyo de Miranda en
Venezuela.

Mientras tanto Portugal, negándose a acceder a los reclamos de


Napoleón, continuaba comerciando con los ingleses. En virtud de ello, el
29 de octubre de 1806 se firmaba entre Napoleón Bonaparte y Manuel
Godoy, Privado de Carlos IV y amante de la reina española, el Tratado
de Fontaineblau, en el cual España comprometía su apoyo a la invasión
de Portugal, país que sería dividido en tres partes: el norte sería
convertido en un nuevo reino y su titular sería el rey de Etruria (casado
con la hija de Carlos IV); el centro sería para España y sería canjeado
por Gibraltar y las demás colonias españolas conquistadas por los
ingleses; y el sur pasaría a ser el Principado de Algarbes, siendo su
titular el propio Godoy.

Pero lo que había comenzado tan alegremente terminaría de forma


dramática cuando, a su regreso de la campaña portuguesa, el ejército
francés, en lugar de atravesar España rumbo a su país, se dirigió hacia
Madrid.

Seguramente nada de esto hubiera sucedido de no mediar una cada vez


más feroz disputa por el trono entre Carlos IV y su hijo Fernando VII.
Precisamente, en momentos en que los franceses llegaban a Madrid,
éste último había sido descubierto en un complot para asesinar a sus
padres y hacerse con el trono español, además de estar en tratos
secretos con Napoleón, a quien ofrecía realizar una alianza matrimonial
con alguna mujer de su familia.

Aunque las exigencias de Napoleón fueron en aumento y Godoy intentó


convencer a sus monarcas de declararle la guerra, estos prefirieron
continuar llevando adelante una política negociadora con el corso hasta
que, convencidos de que lo único que lo conformaría sería el dominio de
toda la península, decidieron huir hacia América, tal como lo habían
hecho los Braganza cuando fuera invadido Portugal..

No obstante las intenciones de los soberanos, éstas se vieron frustradas


por el propio pueblo español que, soliviantado por los partidarios de
Fernando, detuvieron a Carlos VI en Aranjuez, el 17 de marzo de 1808.
La historia recoge este episodio como el Motín de Aranjuez. Tras ser
encarcelado Manuel Godoy, Carlos IV fue obligado a abdicar en favor de
su hijo Fernando, que el 19 de ese mes se convertía en Fernando VII,
rey de España.

Nuevamente Napoleón, demostrando una astucia implacable, lograría


atraer al depuesto monarca y a Fernando VII hacia la Villa de Vitoria
(Alava), con la promesa de restituirle el poder al primero y reconocer al
segundo. Una vez en Vitoria, y argumentando su imposibilidad de
abandonar Bayona, ambos continúan el viaje hasta esta ciudad donde
son definitivamente hechos prisioneros.

Luego de intensas negociaciones con ambos, donde no faltaron los


agravios familiares, Bonaparte lograba que Fernando VII abdicara en
beneficio de su padre, para posteriormente lograr la abdicación de
Carlos IV a favor de su hermano.

El día 6 de mayo de 1808, José Bonaparte, hermano de Napoleón, se


convirtió, gracias a la cobardía y la traición de los Borbones, en el nuevo
rey de España.

La Guerra de la Independencia
(1808-1814)

Pero Napoleón también había


cometido un grave error. Había
juzgado el carácter del pueblo
español con la misma vara con que
había medido a sus monarcas.

"3 de mayo de 1808"


Francisco José de Goya y Lucientes
El 2 de mayo, al saber de la traición bonapartista para con sus reyes,
Madrid se alzaba en armas. La reacción del invasor fue cruenta y eficaz,
pródiga en fusilamientos.

El alcalde del pueblo de Móstones convocó a su pueblo: "La Patria está


en peligro. Madrid perece víctima de la perfidia francesa. ¡Españoles,
venid a salvarla!".

En los seis años siguientes, Goya hallaría sobrada inspiración para su


serie "Los desastres de la guerra" en las sangrientas escenas de la
represión francesa. Millares de españoles fueron inmolados para lavar el
de honor y la cobardía de sus monarcas.

Despreciando la cobardía de los


sectores dirigentes, la alta nobleza, el
alto clero, los militares de alto rango y
el colaboracionismo de los
"afrancesados" de clase media, el
pueblo español, que se había
constituido en Juntas Locales para
superar el vacío de poder dejado por la
abdicación de los Borbones, luchó con
ardor durante seis años hasta que, el 8
de diciembre de 1813 y con la firma del Tratado de Valencey, Napoleón
Bonaparte restituía la usurpada Corona de España a Fernando VII.

En virtud de estos sucesos, no es de extrañar que tanto en tierras


peninsulares como en las colonias, de las que Montevideo era una de
ellas, los súbditos españolas miraran con desconfianza a quienes
llevaran un apellido francés.

Juan Manuel Besnes e Irigoyen en la Banda Oriental

Como tantas otras partes oscuras de su biografía, la llegada del pintor a


nuestro país ha sido motivo de diversas conjeturas. Esta cuestión ya fue
abordada en 1919 por el Dr. Fernández Saldaña, quien puso de
manifiesto los errores de otros autores sobre este y otros aspectos de la
vida de nuestro biografiado. Remitiéndonos nuevamente al expediente
que el propio Besnes e Irigoyen presentara en la Iglesia Matriz, éste
atestiguaba:

Don José de Echaniz, Escribano publico de Marina por su Majestad


Católica en esta ciudad de San Sebastián, Provincia de Guipuzcoa, en
España, eccetera = Certifico, doi fé, y testimonio verdadero á quantos el
presente vieren, que en este día de la fecha se ha pasado la revista de
los Individuos de la dotación que lleba el Lugre Español nombrado
Nuestra Señora de la Concepción( alias pasaportados), de este
Comercio, su Capitán Don Ramón Basaldua, surto en el Puerto de
Pasajes, para emprender su viaje de Registro al de la Guaira, con
asistencia del Señor Comandante Militar de Marina de esta provincia, y
por fé de mi dicho Escribano Notario de Marina; y como aparece del Rol
de los Individuos de dicho Buque; va embarcado en él de Pasagero Juan
Manuel Besnes, natural de esta dicha ciudad, soltero, de edad de diez y
nueve años, hijo de José, que se transfiere á Puerto cabello á la Casa y
companía de su tío Don José Marcelino de Irigoyen, de aquel Comercio,
que le llama para ayudarle en sus negocios. Y para que ello conste
donde convenga doy el presente á petición del mismo interesado en San
Sebastián á dos de Junio de mil ochocientos ocho = José de Echaniz,
Notario de Marina.

En su obra ya citada, Fernández Saldaña afirmaba que el buque que


zarpara de Pasajes jamás llegó a Puerto Cabello al ser apresado por un
navío inglés y devuelto a Cádiz, ciudad ésta última de donde Besnes se
habría embarcado nuevamente aunque ahora con destino a Montevideo,
donde habría llegado el 21 de mayo de 1809. Al no citar el autor el
origen de esta información no nos ha sido posible confirmarla.

Sin embargo el propio pintor nos esclarece por lo menos el año de su


arribo a este país en la nota que elevó, con fecha 15 de enero de 1818,
al vicario de la Iglesia Matriz, reconociendo que "hace sobre nueve años
vine para esta ciudad…":

D. Juan Manuel Besnes é Irigoyen, natural de S. n Sebastián en la Prov.a


de Guipuzcoa, Obispado de Pamplona, hijo legítimo de D.n Jose, y de
D.a M.a Antonia Irigoyen; ante V. parezco y digo: Que hace sobre
nueve años vine para esta ciudad y que para servir a Dios tengo
intención de tomar estado de matrimonio con D.a Juana Josefa
Zamudio, viuda del finado D.n Juan Estevan Duran, que falleció y está
enterrado en esta Iglesia Matriz sobre nueve años, hija legítima de D.n
José Ignacio y de D.a María Petrona Bedoya, natural de la Ciudad de
Buenos Ayres, y para que tenga efecto.

A V. pido y suplico se sirva proveer y mandar se me reciba informa.n de


ser soltero para lo que presento una Certificación de serlo quando salí
de España, con los demás testigos que me conocen, jurando no
proceder con malicia…
En esta oportunidad, Besnes presentó como testigo a Santiago de Ayala,
con quien mantenía

una larga amistad desde su época escolar.


Al parecer esta amistad se prolongó
durante muchos años. Treinta y ocho años
más tarde, Besnes pintó una acuarela
representando a un velero saliendo del
puerto de Montevideo; en ella escribió: Día
4 de junio de 1856, á las 12 del día. Salida
"Día 4 de junio de 1856... del Bergantín francés "Cornelia"
salida del Bergantín francés despachado por (…) Larropa con destino á
'Cornelia'... en el que iba de Burdeos, en el iba de pasage mi
pasaje mi condicípulo Dn. condicipulo Dn. Santiago Ayala, pagando
Santiago Ayala..." 140 patacones.

También sus primeras actividades en suelo americano son inciertas,


atribuyéndole unos el puesto de escribiente del gobernador Elío y otros
como empleado público, siendo ésta última la más creíble, por tratarse
de una ocupación más humilde y acorde para un recién arribado.

El 20 de febrero de 1818, contrajo matrimonio con Juana Josefa


Zamudio, viuda de Esteban Durán, nativa de la ciudad de Buenos Aires.
No tuvieron descendencia, aunque sí adoptaron por lo menos a tres
niños, Ramón , Feliciano y Juan Irigoyen. Como vemos, el propio Besnes
da lugar a confusión al dar su apellido materno a sus hijos adoptivos,
complicando aun más el hecho que Feliciano era hijo de una tal Carmen
Pérez e Irigoyen.

Con respecto a la boda de su hijo Ramón, el propio pintor da lugar a un


curioso documento que transcribimos:

El día veinte y nueve de Mayo de mil ochocientos quarenta y tres, D.


Zenon Aspiazu mi lugarteniente en esta Parroquia de San Francisco de
Asís en Montevideo autorizó el matrimonio q. C.infacie Eclecia contrajo
(ilegible) palabras represente Ramón Irigollen natural de esta ciudad
hijo legítimo de D Juan Manuel Irigollen y de Da. Josefa Zamudio: con
Da. Facunda Talavera natural de Santiago del estero hija legítima de los
finados D. José Talavera y de Da. Magdalena Neirote???; habiendo el
infrascrito Provisor y Cura Rector dispensado las tres conciliares,
proclaman por justas causasq. Para ello tuvo, practicadas las demás
diligencias que previene el Derecho, xx recibieron las bendiciones
Nupciales: siendo testigos de su casamiento D. Severo Lamadrid y Da.
Barbara Soler: lo of.xxxx verdad firmo yo el Cura Rector. Lorenzo A
Fernández

Nota: Después de sentada esta partida se ha presentado en esta


Parroquia D. Juan Manuel Irigollen, protestando contra el individuo
contrayente D. Ramón Irigollen, advirtiendo q. El tal D. Ramón que se
llama su hijo legítimo, no es tal, sino un huérfano q. Por caridad ha
recibido para educarlo lo que es público y notorio, q. el referido D. Juan
Manuel Irigollen casado con la Señora Da. Josefa Zamudio no ha tenido
en su matrimonio hijo alguno, ni nunca ha sido casado con otra sino con
la referida Da. Josefa; y para q. Conste he puesto la presente nota por
constarme ser verdad lo que expone dicho D. Juan Manuel Irigollen y a
su petición.

Montevideo 16 de junio de 1843.


Lorenzo Fernández
Provisor y Cura Rector

Fernández Saldaña se permite corregir un -para él- presunto error en la


manera de escribir el apellido de nuestro biografiado, citando para el
caso a Orestes Araujo, que se refería al pintor como Besnes de Irigoyen.
A nuestro juicio no se trata este de un error del historiador sino de la
caprichosa manera de firmar del calígrafo, pues en las obras que hemos
tenido oportunidad de estudiar hallamos infinidad de variedades de su
autógrafo, entre las que se hallaba, efectivamente, una en la que
firmaba "de Irigoyen".

Por otra parte y de acuerdo a una antiquísima costumbre y hasta


principios del siglo XX, la mayoría de los apellidos vascos anteponían la
preposición "de", y así figura en la partida de nacimiento de su madre,
en el acta de matrimonio de sus padres y en la mayoría de las actas
bautismales de sus hermanos.

A modo de ejemplo trascribimos el acta de nacimiento de su madre:

Año de Mil setecientos setenta y tres a catorce de Junio yo Joseph


Joachin de Echeverria presbítero Teniente Vicario de la Parroquia Santa
María de esta villa de Tolosa, bautipcé el inmediato día en que nació a
María Antonia hija legítima de Jean de Irigoyen y Agustina de Gaz.
Abuelos paternos Bernardo de Irigoyen y Seraphina Sarralde. Maternos
Francisco de Gaz y Ma Miguel de Aranguren, siendo padrinos Antonio de
Echeverría y Agustina de Alamadoz. A quienes advertí el parentesco
espiritual que contrajeron con la bautizada y sus padres y la obligación
de educarla en la doctrina cristiana y para que ello conste firmé Don
Joseph Joachin de Echeverría.

(Tolosa: Parroquia Santa María,


libro 10 de Bautizados;
folio 74 vto.
Microfilm 093)

En cuanto a la firma con que refrendaba


sus obras y sus documentos hemos
hallado numerosas variantes entre las
que destacamos:

En el expediente matrimonial del 15 de


enero de 1818: J.n M.l B.s de Irigoyen.
En la tapa de su "Viaje a la Villa del Durazno", marzo de 1839: J M B. é
Irigoyen. Etc-.-
En la dedicatoria del "Prontuario de Paiseajes" escrita el 2 de octubre de
1959: Mnl. Besnes é Irigoyen.
En la litografía "Sitio de Montevideo" publicada en el periódico Telégrafo
de la Línea, Lámina 8: Man.l B. Yrigoyen.
En la litografía "11 de Noviembre de 1838" inserta en "Prontuario de
Paisajes": Irig.
En carta dirigida a De la Sagra y Périz, el 18 de enero de 1851:
Irigoyen.

Pero no se agotan con éstos los ejemplos de su autógrafo, llegando a


tales extremos su excentricidad que, en el Cementerio Central, sobre la
tapa del nicho del donde descansan sus restos junto a los de su esposa,
se encuentra el nombre de esta junto a la firma del dibujante que,
según parece, él mismo gravó en el mármol. En ella, siguiendo una
costumbre al parecer habitual en sus últimos años, agregó: a los 72
años.

Como era de esperarse, tan singular


manera de firmar sus obras provocó y
provoca aun numerosas confusiones.
Hace apenas un par de años hemos
hallado, expuesta en el Museo del
Cabildo de Montevideo, una obra suya de
la serie "Hospital de Caridad "(que
pintara en el año 1860) con un
significativo cartelito de "Autor anónimo". San Sebastián en el siglo
XVIII.
Pero si en 1818 la Banda Oriental brindaba oportunidades al joven Juan
Manuel, en lastimoso contraste, por esas fechas su padre José Besné,
cargado de hijos, que regresaba de Hernani para hacerse cargo de la
plaza de pregonero del Ayuntamiento de San Sebastián, atravesaba una
situación angustiosa.

De su miserable estado nos habla la solicitud que presentó en diciembre


de ese año, pidiendo a las autoridades municipales se le eximiera del
pago de cualquier gasto por ocupar las instalaciones de la casa cárcel de
esa ciudad, donde se alojaba por haber perdido su hogar "en el fatal
acontecimiento de la quema de la misma".

Y agregaba:

Suplica al benigno corazón de V.S. se digne decretar ratificando su


eximisión en el pago de tales ventajas en consideración también a que
no se le ha aumentado nada de su sueldo como se ha hecho con todos
los demás criados de V.S., y por consiguiente vese en un estado
deplorable con una dilatada familia.

Besnes e Irigoyen y la masonería

Una de sus primeras actuaciones públicas de las que existe constancia y


de la cual se enorgulleció hasta el fin de sus días, fue su nombramiento
como miembro de la Hermandad de la Caridad y la responsabilidad que
le cupo, como miembro de su Junta administradora, en la ampliación de
sus instalaciones. Soraluce recogía, de boca del propio Besnes, las
siguientes palabras:

…de todos los títulos que he merecido, sólo podría decir que el que más
me enorgullece, es el ser uno de los fundadores de la nueva
construcción del Hospital de Caridad de Montevideo, hoy, quizá, uno de
los mejores de esta parte de la América del Sur, y que habiendo
trabajado por su engrandecimiento desde el año 1922, se me elevó a
"Hermano benemérito".

Aunque con un ligero error por parte del pintor, pues su ingreso a la
Hermandad con el cargo de secretario había sido un año más tarde de lo
que él recordaba, Besnes integró la Junta del hospital hasta 1825.
En los últimos años de su vida pintaría una serie de acuarelas del
antiguo edificio y de la ceremonia de colocación de la piedra
fundamental. Al pie de estos pequeños trabajos escribía:

En la Junta administrativa de
1824 del Hospital iniciamos un
hospital que admitiese 100
enfermos en lugar de 12 o 20
que era su dotación.

En la referida piedra se
introdujeron, en dos botellas de
cristal, numerosos documentos
entre los que se hallaban varias Principio de la demolición del Hospital
memorias suscritas en diferentes de Caridad y colocación de la piedra
fundamental ...
idiomas representativos de la
nacionalidad de la población, tales como portugués, francés, castellano,
gallego, mahonés, toscano y euskara (vasco); por supuesto, ésta última
escrita por él, según se desprende del Acta de la Junta de Gobierno de
la Hermandad de Caridad del 24 de abril de 1825:

En Montevideo á veinte y cuatro de Abril de mil ochocientos veinticinco,


concluida la misa, sermón y comida de los enfermos, la Junta de
Gobierno de la Hermandad de Caridad se reunió en su sala de
recibimiento, y dentro de dos botellas de cristal coloqué yo el secretario,
las memorias siguientes: á saber:

"La de la Junta, que contiene noticias relativas á la Casa y Hermandad.


"Otra del Exmo. Señor Presidente.
"Una del Tribunal del Consulado;
Otra del Reverendo Padre Guardián de San Francisco;
"Otra en alabanza de la Sra. Baronesa de la Laguna:
(…)
"Una Memoria del Ilmo. y Exmo.Señor Comandante de Marina en
Idioma Portugués;
"Otra de nuestro Hermano Mayor, en Toscazo;
"Otra de nuestro Hermano Celador en francés;
"Otra de nuestro Hermano Segundo diputado en lengua Vascongada;…

Efectivamente, Besnes e Irigoyen, que a su ingreso en la Hermandad en


el año 1824 se había desempañado como secretario, actuó durante los
dos años siguientes como segundo diputado, y tal como él mismo lo
escribía al pié de una de las acuarelas del Hospital de Caridad que
realizara en 1860:
…Toda la escritura que contiene la piedra fundamental es trabajada por
mí.

A partir de su paso por la Hermandad de la Caridad le veremos siempre


al lado del escribano gallego Joaquín de la Sagra y Périz, al que sin duda
unió una gran amistad, ya que éste último lo incluyó como beneficiario
de su testamento.

Según sostiene Soraluce, también habría sido Joaquín de la Sagra y


Périz quien, notando su facilidad para el dibujo, le estimuló para que
continuara perfeccionando sus habilidades de calígrafo. Este mismo
autor dice que Besnes "representó con tan buen gusto y delicadeza el
plano del caudaloso río de la Plata, con todas las vistas de ambas
márgenes desde su entrada del Cabo Santa María hasta la boca del
Santa Lucía en una extensión de más de setenta leguas, que le valió ser
nombrado por el emperador D. Pedro I del Brasil, caballero de la orden
de Cristo".

Pero con su ingreso en el Hospital de Caridad, Besnes daría un paso aun


más trascendente: su ingreso a la masonería.

Efectivamente, aunque con suma discreción y encubiertas intenciones,


la Hermandad de San José y Caridad era una
logia masónica en la cual habían participado
conspicuos personajes del Montevideo
colonial. Su orgullo de pertenecer a esta
Logia, amén de las palabras que más arriba
reproducimos, quedó consignado en el
daguerrotipo que se tomó ya de avanzada
edad, y en el que incluye los iconos que
jalonaron su vida: la banda de la Hermandad
San José y Caridad, la Orden de Isabel la
Católica, una de las tantas medallas con que
fueron premiados sus trabajos, la escribanía
de plata obsequiada por el Ayuntamiento de
San Sebastián y una pluma, instrumento de
su oficio de calígrafo y dibujante.

En su actividad masónica lo hallaremos, en


enero de 1831, como miembro fundador de
la Logia Nº 2 Constante Amistad , siendo de
Fotografía tomada de:
ARREDONDO, Horacio; la Sagra y Périz su Venerable Maestro.
Iconografía de Montevideo;
p. 21
Fernández Saldaña agrega que hacia 1857 era, además, miembro de la
Logia Sol Oriental, aunque Horacio Arredondo se empeña en negarlo
aduciendo como argumento, creemos que equivocadamente, que de
haber sido masón no se hubiera hecho retratar con la insignia de la
congregación del Sagrado Corazón .

Indudablemente este autor pasó por alto que tal insignia era el símbolo
de la Hermandad de San José y Caridad.En tal sentido resulta
esclarecedor el testimonio que sobre su visita a la iglesia del "Hospicio
de la Caridad" escribió José Sallusti cuando acompañó a Monseñor Juan
Muzi en su visita a Montevideo a fines de 1824 :

…Dos veces fué invitado Monseñor á administrar la confirmación en


dicha iglesia. Terminada la primera confirmación, fué visitada toda la
casa, que es suficientemente grande y mantenida con mucha limpieza.
Después fué conducido al salón de recepción, donde le fué entregado un
gran diploma, hecho a mano, con bellísima letra gótica, diploma que
declaraba á Monseñor como Hermano de aquella asociación llamada la
Casa de la Caridad; acto que Monseñor agradeció mucho, y en señal de
gratitud regaló una medalla al secretario de la sociedad, que había
escrito el diploma, y una cruz con la bendición en artículo de muerte, a
todos los niños que allí se estaban educando.

La segunda confirmación administrativa en la capilla fué el día 16 de


Enero de 1825. Antes de empezar la confirmación, estando el Vicario
Apostólico sentado delante del altar mayor, fué investido, por el Gran
Prior de la Hermandad, con la insignia, distintiva de aquel Instituto de
Caridad, que era una gran faja encarnada con un corazón en el centro.

Le fué colocada de modo que quedara el corazón en medio del pecho,


como la llevan todos aquellos hermanos. Después, revistiendo el pluvial,
confirió la confirmación al pueblo con la doble insignia de Arzobispo y
hermano del Instituto de Caridad de Montevideo. A muchos no agradó
esta pública investidura é incorporación del Vicario Apostólico á aquel
Instituto de Caridad; porque sospechan algunos mal intencionados que
aquel Instituto es una Logia Masónica. Nosotros debemos creer que tal
sospecha es la consecuencia de una calumnia; y por esto no veo en qué
pueda ser reprensible el Vicario Apostólico, á nos ser por la publicidad
con que se hizo colocar, en presencia del pueblo, aquel distintivo del
Instituto, en el acto de administrar la confirmación, confundiendo así la
insignia de la Hermandad con los hábitos Pontificales de Arzobispo…

El secretario que se ganó la estima de Monseñor Muzi por su habilidad


en la confección del diploma manuscrito no era otro que Besnes e
Irigoyen; y no estaba muy errado el cronista al encontrar cierta
semejanza con los ritos masónicos en la investidura del Vicario
Apostólico Dámaso Antonio Larrañaga a la Hermandad, cuanto que esta
era precisamente una logia masónica .

Besnes e Irigoyen en la educación y la función pública

En 1826, la Hermandad de San José y


Caridad fundó una escuela, designando a
Besnes e Irigoyen como su director, cargo
que dejaría en 1829 para hacerse cargo de
la dirección de la Escuela Normal del Estado.
En el desempeño de este último destino sería muy criticada su decisión
de brindar educación a las niñas.

El 13 de septiembre de 1847, en los artículos quinto y sexto del Decreto


por el cual se creaba el Instituto de Instrucción Pública "para promover,
difundir, uniformar, sistematizar y metodizar la educación pública, y con
especialidad la enseñanza primaria", se establecía que:

Artículo 5º. Por ahora, el número de miembros fundadores será de diez,


y no podrá pasar de 12.

Artículo 6º. Nombranse miembros del Instituto a los SS. D. Francisco


Araucho, Don Andrés Lamas, Dr. D. Florentino Castellanos, Dr. D.José
Luis de la Peña, Dr. D Fermín Ferreira, Dr. D. Enrique Muñoz, D.
Cándido Joanicó, D. María Muñoz, D. Estéban Echeverría y Don Juan
Manuel Besnes Irigoyen.

En reconocimiento a su larga trayectoria como docente, dos meses


antes de su fallecimiento, la Junta Económica Administrativa decretaba
que la Escuela de Niñas Nº 2, llevara su nombre .

En 1836, el propio Gobierno reconocía sus méritos como artista al


destinar dos obras suyas a la Biblioteca Nacional. Se trataba de los
retratos de los generales Rivera y Oribe, ambos presidentes de la
república. En agosto de 1839, ambas obras serían elegidas para
representar a Uruguay en París. Ambas se extraviaron en la travesía.

Ese mismo año Besnes donaba al Estado dos obras caligráficas de su


firma. En respuesta a esta donación el Ejecutivo dictaba, el 11 de julio,
la Ley Nº 210 que en su artículo segundo establecía que:
…El Poder Ejecutivo
proporcionará un local en que
dichas obras se conserven al
cuidado del donante durante sus
días y que se le adjudique en
propiedad y pueda servirle para
su habitación y familia, cuando
las circunstancias del erario lo
permitan…

Aunque al día de hoy los historiadores no se han puesto de acuerdo


sobre esta cuestión, predominan los que se inclinan a tomar esta Ley
como la que dio origen al Museo Nacional de Bellas Artes. Quienes no
aceptan esta versión sostienen en cambio que ese Museo fue creado por
la Ley que, dictada en el año 1837, establecía la creación de la Comisión
de Bellas Artes y Museo.

Indudablemente que el año 1839 fue pródigo para con Besnes, pues en
el artículo segundo del Decreto del 14 de enero de ese año, establecía
que los informes de la Comisión Topográfica deberían suscribirse por
tres vocales "Para que el Gobierno y los Tribunales de Justicia puedan
apoyar sus resoluciones en lo negocios en que son indispensables los
conocimiento facultativos de la Comisión Topográfica, y acrecentar las
garantías que este útil establecimiento promete a los intereses públicos
y particulares…", estableciendo en su artículo tercero que:

Continuará con el destino de tal D. José María Manso; se nombra para el


mismo á D. José Dellepiane, con los goces que la Ley les acuerda, y
será considerado vocal de la misma el oficial delineador D. Juan M.
Besnes Irigoyen, con el sueldo de su plaza.

En marzo de 1839, una comisión formada por un senador, dos diputados


y un secretario, era designada para viajar hasta la ciudad de San Pedro
del Durazno, distante 180 kilómetros de la capital, para tomar
juramento constitucional al general Rivera, nuevo presidente de la
república.

Uno de los diputados fue De la Sagra y Périz y como secretario se


designó a Juan Manuel Besnes e Irigoyen, a la sazón oficial de la
Comisión Topográfica. Una vez más los hallamos reunidos.

En este viaje Besnes dibujaría su famoso cuaderno de acuarelas titulado


"Viaje a la Villa del Durazno", en donde recoge meticulosamente lo que
sería el primer registro gráfico de la ciudad San Pedro del Durazno, así
como interesantes detalles de construcciones rurales y costumbres de
sus habitantes, por lo que, más allá de su mérito como pintor, le valió
un justo reconocimiento como atento y fiel cronista gráfico del
nacimiento de una nación.

El 26 de mayo de 1843, siendo Besnes miembro de la Comisión


Topográfica, se dicta el Decreto Puertas y tablillas de las calles,
inherente a los Deberes de los vecinos respecto se su numeración. Este
decreto establecía que "para consolidar la nomenclatura de las calles y
numeración de las puertas de Montevideo", la conservación de las
tablillas con los números de puerta sería de cargo de los propietarios de
las casas; siendo las tablillas de la nomenclatura del cuidado de los
vecinos de la correspondiente manzana.

En su artículo séptimo, el decreto establecía:

Se hará una edición oficial del plano topográfico de la Ciudad bajo la


dirección del Gefe (sic) Político, por el oficial de la Comisión Topográfica
D. Juan Manuel Besnes Irigoyen, á quien por habilidad y buenos
servicios se nombra litógrafo del Estado.

Besnes e Irigoyen litógrafo, calígrafo y dibujante

Esta designación venía a premiar una habilidad que Besnes había


adquirido no sin grandes esfuerzos, siguiendo las enseñanzas de José
Gielis. Este belga, natural de Courtrai,
había llegado a Uruguay a comienzos
de la década de 1830 y se había
empleado en la casa de Carlos Risso,
primera casa litográfica que existiera
en nuestro país. En 1835 abrió su
propio taller, al frente del que estuvo
hasta su fallecimiento, ocurrido el 6 de septiembre de 1835.

Besnes realizó su primera litografía conocida en 1836. Ella representa la


figura de un querubín sosteniendo en sus manos un jarrón con flores.
También se conserva otra con la inscripción manuscrita: 1er. ensayo 12
de Dice. 1837. Esta última, titulada El Trovador, se halla, junto a la
anterior, en su Prontuario de Paisajes.

Él mismo nos ubica temporalmente en los que fueron sus primeros


pasos:
Litografía.- Empezé el día 7 de febo. del 1836 á
ensayarme por solo heber oido á Giellis el como
trabajaba- La primera prueba en la piedra nos
salió muy buena- La segunda que representaba la
América libre salió regular y me indicó las
precauciones a tomar que son...

En sus cuadernos (Cuaderno Chico y Prontuario de


Paisajes) que custodia la Biblioteca Nacional,
Besnes anotaba con meticuloso empeño los
secretos de esta nueva técnica recién llegada al
país, coleccionaba pequeñas litografías de otros
autores, seguramente con la intención emularlos,
y tomaba apuntes sobre distintas técnicas o
"recetas" para sus pinturas. Entre las litografías se
encuentra la reproducción de la estatua de
Cervantes, obra del escultor Antonio Solá, 1 ensayo 12 de Dic .
er e

litografiada por José Gielis. 1837

En el cuaderno más pequeño, el pintor escribió diversos comentarios


sobre pintura, litografía y dibujo, lo que nos revela su perenne afán de
superarse a través del dominio de nuevas técnicas. Describe en él, con
la evidente intención de aprender su manejo, varios artefactos que
debieron auxiliarle en su tarea, entre estos la linterna mágica, el
pantógrafo y la "máquina de sacar vistas", tal como él la llamó. En
algunos casos y a modo de diario, anotaba la fecha en que escribía el
comentario:

"Dice. 11/837 Pensamiento.

En un lienzo fino pintar la iluminación de la Plaza con cola muy clara y


sin usar albayalde para que quede transparente y después de
enbarnizar con buen barniz aplicarle por detras la lintena magica á la
distancia y visto á 6 ó 7 varas con anteojo de larga vista debe hacer
buen efecto."

La linterna mágica se trataba de una aplicación del principio de la


cámara oscura, que permitía proyectar un paisaje sobre una superficie
plana. El artista simplificaba notablemente su trabajo, pues no tenía
más que copiar la figura proyectada, simplificando así la complejidad de
las perspectivas y las sensaciones de profundidad.

También es posible hallar en sus apuntes principios básicos de


trigonometría tales como "Supongamos que quiero saber cuantas varas
hay de a á b sin mas datos que a c-"; o su descubrimiento de que "Para
figurar peñascos en los Planos no hay mejor original que los cordones
de las veredas o piedras de un Patio mal empedrado".

No faltaron tampoco apuntes sobre remedios caseros como "Para el mal


de Piedra (¿cálculos?) Se pone á hervir en un puchero nuevo de barro
cebollas blancas hasta que se consuma hasta la mitad. e toma en
ayunas este sumo. Es remedio experimentado en el campo." Lo que nos
hace presumir que se veía afectado por esta dolencia. También consigna
en estos breves apuntes de índole material tal como "Proponer al Gobno.
hacer coleccnes. de muestras pa. mandar a las Es las. de campaña- Con tal
que me paguen la letra." No dejó testimonio del resultado de sus
gestiones ante el gobierno, pero sí sabemos que, efectivamente, realizó
cartillas para la enseñanza de caligrafía en las escuelas.

No faltarán, además, observaciones


sobre como pintar un "celaje", como
preparar una tela para pintar en ella,
o los borradores de futuras pinturas
con sus respectivos comentarios
sobre los colores y las texturas.
Máquina para sacar vistas. Dibujo
del Cuaderno Chico de Besnes é
Irigoyen

A partir del año 1843, inicio del largo Sitio de Montevideo que,
prolongado por casi nueve años, sería bautizado por Alejandro Dumas
como "La Nueva Troya", Besnes realizará una larga serie de acuarelas
en las que, una vez más, deja un fiel testimonio de la sangrienta
gestación de nuestra república . Domiciliado en la ciudad sitiada, dejará
testimonio de sus simpatías políticas no sólo en sus cuadros, sino en las
satíricas viñetas esbozadas en sus cuadernos, donde ridiculiza las
figuras de los generales Rosas y Oribe.

También en ese período es donde fructifican sus esfuerzos en la recién


llegada técnica de la litografía. En el periódico El Telégrafo de la Línea;
Semanario de guerra y del Ejército, a la manera de moderno
corresponsal de guerra, publicó una serie de litografías que pretendían
informar a los lectores sobre los sucesos más destacados de la guerra,
además de, por supuesto, perseguir un efecto propagandístico. Estas
acompañaron varias ediciones de un periódico del que sólo se editaron
24 números entre el 1º de noviembre de 1844 y el 18 de mayo de 1845.
Las únicas que hemos hallado en Uruguay se encuentran en el Cabildo
de Montevideo y en la Biblioteca Nacional. En esta última, pegada a una
página del Prontuario de Paisajes, se conserva la lámina Nº 8, donde
representa los "Efectos de la invasión del Ejército de la Confederación
Argentina".

En esta ocasión, el trabajo lo realizó junto al artista Bettinotti.


Fernández Saldaña sostiene que, en este periódico, Besnes "dibujaba y
litografiaba las ilustraciones" en "colaboración" con el italiano . Si bien
estamos dispuestos a aceptar su primera afirmación, pues el propio
calígrafo lo hace constar en su firma al margen de la composición -Manl.
B. Yrigoyen, dibujó-; la firma de Bettinotti inserta dentro del propio
dibujo nos permite dudar de lo segundo, porque de ser así ¿cuál era el
aporte del italiano?

El año 1843 tuvo un terrible significado para el pintor, al tocarle actuar


como perito calígrafo en el muy sonado caso de Luis Baena. Este,
acaudalado comerciante de la plaza de Montevideo, fue detenido el 14
de octubre bajo la acusación de estar en connivencia con los sitiadores.
La acusación se basó en ciertas cartas halladas por las fuerzas
garibaldinas en un lanchón que se dirigía hacia el puerto del Buceo, que
estaba entonces bajo el dominio del Gral. Manuel Oribe. Aunque el
inculpado negó las acusaciones arguyendo que, a pesar de que algunas
cartas efectivamente llevaban su firma, no eran suyas las que le
involucraban con una supuesta traición.

A instancias del defensor fueron convocados como peritos calígrafos,


Besnes e Irigoyen y José Barboza, quienes, aunque no se animaron a
confirmar fehacientemente la autoría de las notas inculpatorias,
presumían que todas habían sido escritas por la misma mano.

A pesar de tan errático veredicto y de las intensas gestiones que se


hicieron para evitarlo - gestiones que fueron frustradas por el Ministro
de Guerra coronel Pacheco y Obes quien empeñado en demostrar su
desprecio para con un traidor se negó a aceptar el rescate ofrecido por
las no pocas amistades del condenado, y el jefe Político Andrés Lamas-
el acusado fue condenado a muerte y fusilado el 16 de octubre. Ese día,
a las siete de la mañana, Baena caía frente a la batería "25 de mayo".

Estudios posteriores han determinado la inocencia del "reo".

Al parecer, el pintor sufrió durante largo tiempo las dramáticas


consecuencias de su dictamen.
En 1850, a fines de la Guerra Grande, integró el cuadro de ciudadanos
que constituían la Honorable Asamblea de Notables, responsables de la
función legislativa, siendo además miembro del Consejo Universitario.

A pesar de ser donostiarra (nativo de Donostia- San Sebastián), se


considera a Besnes e Irigoyen como el primer pintor uruguayo, ya que
obras anteriores o contemporáneas a las suyas son todas de artistas
extranjeros que se encontraban de paso por el país, frecuentemente en
viajes de investigación. Se le considera además, con merecido mérito,
precursor de la pintura costumbrista uruguaya y se le reconoce su
influencia en Juan Manuel Blanes, proclamado como el mejor exponente
de la pintura nacional.

Pocos son los libros de historia uruguaya que se han permitido ignorar
sus numerosos óleos y acuarelas. Cada vez que nos referimos a hechos
claves de nuestra vida institucional, su legado se nos presenta
recreando con luminosa claridad diversos episodios históricos que
cambiarían para siempre la vida de los países del Plata. Es además una
fuente ineludible para los historiadores a la hora de estudiar diversos
aspectos del Uruguay del siglo XIX, tales como la evolución edilicia, los
uniformes militares, los usos y costumbres ya sea de la campaña o de la
ciudad, el diseño de los navíos que fondeaban en el Puerto
montevideano, y acontecimientos históricos tan relevantes como la Jura
de la Constitución, la entrada de Rivera a Montevideo, y diversas
batallas, ya fueran estas en tierra o navales.

Algunas de sus obras trascendieron más allá de fronteras logrando


obtener numerosos premios internacionales. El Correo de Ultramar de
1855 daba que "...igualmente lo ha sido (premiados) un expositor de
Montevideo, el Sr. Besnes, por tres hermosos cuadros caligráficos que
ha presentado... ". Se trataba de la Exposición de París, donde su copia
caligráfica de "El descendimiento de la Cruz" de Rubens, obtuvo un
diploma. También sus trabajos merecieron la medalla de cobre otorgada
por la Sociedad Universal de Artes e Industrias de Londres.

Obtuvo una nueva medalla el tema alegórico enviado en 1847 al Papa


Pío IX.

En 1850, una obra suya enviada a la Reina Isabel II de España le valió


el título de Caballero de la Orden de Isabel la Católica. Esta fue
entregada en manos a la soberana por su hermano menor Pedro Besné,
radicado en su ciudad natal. En una carta dirigida a su amigo de la
Sagra y Périz el 18 de enero de 1851, Besnes agrega al final: De paso.
Ayer recibí la Rl. Orden de la Condecoración de Isabel la Católica y el
Retrato de mi hermano., que parece un buen guizon .

El propio Besnes, en el pequeño cuaderno que se conserva en la


Biblioteca Nacional, dejó asentado el nombre de algunas personalidades
que se vieron favorecidas con un trabajo suyo:

Tarjetas de 40 pulgadas de alto por 27 de ancho


Destino Año Asunto
Al almirante Lainé 1845 América, Amistad, Comercio y Fama
A Gallino 1847 Amistad, América, sabiduría y Pintura.
A Deffandis 1847 Justicia, Historia, Fama, Sabiduría, Joven República, y
templo de la inmortalidad.
A Ouseley 1847 Religión, Historia Divina, Felicidad, Candor, Heregía,
Errores abatidos
A Zumarán 1845-46 Un majo y una bolera.
Al Ministro español 1845 España y América en pie de la Amistad.
" " " 1846 Un nuevo gusto figurando un damasco y su figura.

Hábil calígrafo - o pendolista, que así se lo conoce en su tierra natal-


dejó testimonio de su habilidad en cuadros, diplomas, libros de visitas,
ridículos y cuadernos de viaje.

El 7 de febrero de 1863, en reconocimiento a su aporte a la Asociación


Española de Socorros Mutuos, la directiva de esta institución lo distingue
con la designación de Socio Honorario, convirtiéndose de esta manera
en la primera persona en acceder a tal distinción.

Falleció en Montevideo a la edad de 77 años, el 20 de agosto de 1865 .


En su funeral, el féretro fue cubierto por la bandera de la Asociación
Española de Socorros Mutuos.
Besnes e Irigoyen y su relación con San Sebastián, su ciudad
natal

A pesar de la distancia y del


prolongado tiempo que estuvo
alejado de su solar natal, jamás
olvidó su cuna. A través de su
obra, el calígrafo dejó testimonio
de su amor a una tierra a la que
jamás retornó.

Desde las azoteas de una


Montevideo que se sacudía de su Tercios vascongados (Cuaderno chico)
prolongada modorra colonial,
pintó el arribo o las partidas de
buques que comerciaban con puertos cantábricos. También documentó
la llegada de tropas vascas integradas en los Tercios Vascongados,
identificando a cada uno de los personajes con el correspondiente
nombre de la provincia: Guipuzcoa, Viscaya y Alava.

En su Cuaderno Chico asentó apuntes históricos de su tierra como, por


ejemplo, detalles sobre la iglesia donde fuera bautizado y la de la vecina
ciudad de Irun: La Iglesia de Sn Victe. fue construida por Miguel de Santa
Celay y Juan de Urrutia. Hurtado de Luna puso la prim a. piedra en el año
502 en la Iglesia de Irun.

En diferentes oportunidades obsequió con diversas composiciones


caligráficas al Ayuntamiento de San Sebastián, dando lugar a sendos
expedientes que hoy nos permiten reconstruir sus sentimientos para con
la ciudad que abandonó siendo adolescente.

A mediados de 1857, el Ayuntamiento de San Sebastián recibió a Pedro


Besné, hermano del pintor, quien era portador de un obsequio y una
carta. La carta en sí misma era una composición caligráfica de gran
tamaño en donde se incluían, pegadas a ella, cinco plumas de aves con
sus correspondientes plumillas metálicas, con las que el pintor había
realizado el cuadro.

La carta decía:

Ilustre Ayuntamiento de la M. N. y M. L Ciudad de San Sebastián


Dígnese V.I. dar una leve acogida al
adjunto cuadro caligráfico, de mi
composición, que dedico á mi inolvidable
patria, á pesar del gran lago que me
separa, y del medio siglo que la perdí de
vista.

Tema del cuadro: El joven Guipuzcoano,


apoyado en la antigüedad de sus
pribilegios, adquiridos por Fidelidad,
Nobleza y Lealtad, está dispuesto á
defender los fueros de su provincia.

Antes de ahora debía haber cumplido


con este sagrado deber; pero la
desconfianza de la bondad de mis
trabajos caligráficos, maxime en el gusto adoptado, ó más bien
inventado por mi desde 1846, hacía, que mis deseos fueran frustrados
mas de una vez, y me arredrára de presentar á mi patria, una obra
llena de imperfecciones y errores caligráficos, á pesar de que tenia la
conviccion que serian disimuladas por V.I., al considerar que no he
tenido la dicha de tener jamás un Director, ni menos un arte de
caligrafía, que me guiase y perfeccionase con las debidas reglas y
preceptos.

Ahora, pues, que tengo la sastifaccion que mis toscos rasgos


caligráficos, han merecido la aprobación en la corte de S.M.E., en la
gran exposicion unibersal de París, y que á mas, la Sociedad Unibersal
de Fomento me ha distinguido con una medalla, me he tomado la
libertad de dedicar a mi patria, como una prueba de cariño que la
profeso.

En vista de esta confesión sincera, espero que V.I. será indulgente al


observar, que los rasgos y manejo de pluma, no tienen el vigor de la
edad juvenil, y sí, la flojedad de un pulso debilitado por los 67 y medio
años; que tan solo le ha animado, el amor con que ha trabajadola
dedicatoria á su patria. Este amor, y el poco fuego que aun abriga en mi
pecho, son los que me han impulsado á poner la dulce é inolvidable
dedicatoria: Donostiaco irari bere seme baten oroitzá.

Montevideo 20 de enero de 1857: Juan Manuel Besnes é Irigoyen .

Nuestra búsqueda en el Museo San Telmo ha resultado infructuosa, por


lo que tememos que este cuadro se haya extraviado.
El Acta Nº 30, del 17 de junio , recoge este episodio:

Punto 3º: Previo recado se dio entrada en la Sala de Sesiones á D.


Pedro Besné, y por encargo de su hermano D. Juan Manuel, domiciliado
en Montevideo, hizo entrega á esta ciudad, su patria nativa. Su alegoría
es tocante á cosas del país, y la escena aparece representada en el
Monte Urgull (Castillo de la Mota). Hace tambien entrega de la expresiva
y simpática manifestacion de un hijo sinceramente afecto á su madre
patria, y envia por ultimo las cinco plumas comunes con que ha
egecutado ese admirable trabajo, durante 800 horas de tiempo que ha
necesitado. Con una gratitud dignamente merecida, con cuanto aprecio
que tan fino recuerdo merece; con el entusiasmo que tales pruebas
inspiran y promueben, ha recibido el Ayuntamiento un regalo de tanta
estima. Y como estos hechos no pueden ser olvidados, con solo una
simple enumeracion de ellos, por que merecen mas: ACUERDA el
Ayuntamiento que los Sres. Baroja y Arrillaga, cuiden de colocar ese
presente en el cuadro correspondiente á su mérito, é indiquen el parage
mas honorífico de este Consistorio en que deba ser conservado, y
entonces se reserva el Ayuntamiento, consignar para siempre el
testimonio solemne de su verdadero reconocimiento.

La gratitud de los concejales del Ayuntamiento donostiarra no terminaría


con la resolución del Acta Nº 30, y al mes siguiente el asunto se trataba
nuevamente:

Acta Nº 44, de 26 de agosto 1857.

Punto 3º. La corbeta Lasarte, su capitán D. Celestino Albisu, está en


franquia para Montevideo, y el Ayuntamiento tiene preparado un plano
de esta ciudad, y su campo con los nombres de todas las caserías, como
el primer obsequio, que en justa correspondencia trata de enviar a D.
Juan Manuel Besnes Irigoyen, por el presente del cuadro que él ha
hecho; y á reserva de hacer mas: ACUERDA que dicho cuadro sea
enviado con Albisu á Besné, con un oficio tan expresivo como merecen
sus meros sentimientos filiales.

La carta dirigida a Besnes e Irigoyen expresaba:

MONTEVIDEON JUAN MANUEL BESNES IRIGOYENGO JAUNARI

Donostiaco uriac, bere seme maiteari.- Al arribo á este puerto de la


corbeta Lasarte, su capitán D. Celestino Albisu, tubo este Ayuntamiento
la satisfaccion de recibir el presente que V. dedica á esta ciudad.
Ni el transcurso de medio siglo, ni la inmensa distancia, que separa a V.
de esta Patria, donde nació, han sido bastantes para borrar, ni debilitar
siquiera, sus indelebles recuerdos, y la ciudad, madre agradecida para
sus hijos leales, nunca olvidará tampoco el estimado nombre de V.

El cuadro que V. regala, es de un mérito superior. El Ayuntamiento de


San Sebastián será el único cuerpo de su índole, que posea tanta
belleza. Durante las funciones que esta ciudad dedica a su esclarecida
Patrona, ha sido visto por miles de nacionales y Estrangeros, y todos
han admirado su mérito, y todos envidian al que lo posee.

Pero nada es, todo esto comparado con el movil del recuerdo, por que
viene del corazón de V., y todo lo demás, por brillante que sea, cede
ante la superioridad de ese afecto, de esos sentimientos, de ese
civismo, de esa sinceridad por el amor á la Patria. ¿Qué puede el
Ayuntamiento ofrecer a V. que sea digno de tan elevados títulos? Si
aprecia V. nuestra gratitud, cual no duda el Ayuntamiento, esa la tiene.
El cuadro que el afecto de V. nos envía, está colocado en el testero de la
pieza de Sesiones, y aquí le conservaremos siempre: Si algo recibe V.
de nuestra parte, será para poner ante sus ojos un objeto, que proceda
de este pueblo, y enviado por el mismo; pero el Ayuntamiento le
protesta, que su afecto no es inferior al de V.

Reciba V. esta sencilla pero bien merecida espresion de nuestro


reconocimiento, y al Ayuntamiento en nombre de todo el vecindario le
asegura, quedesea su mayor prosperidad.

Donostiaco batzarreco dianagusia .

Seis años más tarde, Besnes nuevamente atraía sobre sí la atención del
Consistorio donostiarra:

Acta Nº 55 de 2 de Diciembre de 1863 .

16.Hace algún tiempo que D. Juan Manuel Besnes é Irigoyen, natural de


esta Ciudad y domiciliado en la de Montevideo, hizo al Ayuntamiento el
presente de un cuadro caligráfico obra suya, cuya alegoría representa al
país con su régimen especial. Este cuadro ha sido admirado por las
muchas personas que lo han visto en las estancias de verano en que
suele haber en esta Ciudad gran concurrencia de forasteros, y el
Ayuntamiento lo conserva como memoria de un hijo suyo. Cuando se
recibió, el Ayuntamiento trató de hacer un obsequio, habiéndose fijado
en una Escribanía de plata que llevase gravado el escudo de las Armas
de la Ciudad; y ahora acaba el Ayuntamiento de tener otro recuerdo,
pues el mismo Besnes ha enviado á su hermano D. Pedro un nuevo
trabajo caligráfico de mucho mérito reducido á un soneto por el fausto
motivo del derribo de las murallas. El envío fue dejado al arbitrio del D.
Pedro hacer uso del presente; pero poseído de sus sentimientos filiales,
ha preferido hacer la entrega al Ayuntamiento á una con el retrato del
autor para que se conserven al lado del cuadro anterior. El
Ayuntamiento los ha recibido con todo aprecio, estimando las pruebas
de afecto de ambos hermanos y ACUERDA que llevándose á efecto el
envío de la escribanía de que se ha hecho mención se coloque el nuevo
presente y el retrato al lado del anterior.

La obra se trataba de una composición caligráfica elaborada sobre un


verso alusivo al derribo de las murallas de la ciudad:

Nere Donostiaco URI maiteari

Salud, Oh Pueblo, que á la luz y gloria


del Genio del Progreso abrís las Puertas,
y derrocáis murallas cuya historia
de tres siglos y más, altivo cuentas.

Inútiles baluartes ya, á tu paz


ceden su puesto a tí ¡Ciudad hermosa¡
dejando en pos de sí, página audaz
que revela su gloria portentosa.

Un hijo tuyo, maite Donostia


desde el opuesto Polo os felicita
por ese porvenir grande que un día
el tiempo a disfrutar noble os invita.

Montevideo, 4 de octubre de 1853.

El asunto de la escribanía de plata (tintero) tendría un nuevo pasaje por


el Consistorio al fallecer Javier Barcáiztegui, persona a quien se le había
encomendado la adquisición del presente. En virtud de ello, el Alcalde
solicita y obtiene el acuerdo del pleno municipal para ocuparse
personalmente de tan postergado obsequio .

Al recibir el obsequio de su ciudad, Besnes responde con un nuevo


presente.
Acta Nº 51 de 12 de octubre de 1864

8º. D. Juan Manuel Besnés é Irigoyen, ha


dirigido desde Montevideo á su hermano
D. Pedro un cuadro caligráfico con motivo
del obsequio que se le hizo del tintero de
plata, un pañuelo donde está también en
caligrafía la súplica al Alcalde para
presentar el cuadro, y un bastón con puño
de oro. El Ayuntamiento recibe con todo
aprecio esta nueva prueba del afecto filial
de Besnes; y ACUERDA que el bastón se
deposite, y que el pañuelo y el cuadro
sean colocados en el salón del 2º piso al
lado de los anteriores del mismo Besné,
dirigiéndose un oficio de gracias.

La nueva composición representaba una figura femenina sosteniendo


una gran "D" dentro de la cual está inserta la leyenda Doaiquerde
beticoa ( Noble Virtud imperecedera) La letra en cuestión es la primera
de la palabra Dedica, y el texto dice:

Donostiaco batzarrea-co jaun -ai Dedicaesta ligera muestra de su


profunda Gratitud para el obsequio con que le ha honrado un
Compatriota que hace (¿Votos?) al Cielo por la felicidad de esa
Corporación y de su cara Patria. Montevideo, Agosto 3 de 1864.

Por último, a casi un año después de esta sesión del Consistorio


donostiarra, los representantes del pueblo natal de Besnes recibían la
noticia de su fallecimiento:

Acta Nº 66 de 4 de Octubre de 1865.

Ha fallecido en Montevideo D. Juan Manuel Besnes é Irigoyen, natural


de esta Ciudad. Hace más de 50 años que se trasladó á aquel país, y en
medio de la distancia que lo separaba y del transcurso de medio siglo,
ni olvidó su patria ni se entibiaron sus sentimientos filiales. Así es que el
Ayuntamiento posee regalados por Besnés, cuadros caligráficos de un
mérito superior, y que sorprenden a los que los ven, y este es un mérito
especial. Por estas consideraciones, el Ayuntamiento cree que se halla
en el deber de consignar en sus actas el aprecio que hacia un hijo tan
distinguido y leal de esta Ciudad y para perpetua memoria ACUERDA
conste que recibió y conserva con toda gratitud las pruebas del
sentimiento patriótico del finado .
Algunas de las composiciones caligráficas con las que obsequió a su
ciudad natal son custodiadas por el Museo San Telmo de Donostia.
Guardadas en sus depósitos, reflejan el daño producido por el paso del
tiempo y la humedad. También es posible hallar, entre otros objetos de
su pertenencia, la mascarilla mortuoria de su mano y algunas de las
plumas con las que realizó tales trabajos.

Pero no obstante las intenciones de los miembros del Ayuntamiento que


con tanto respeto recogieron sus sentimientos y sus obras, estas ya no
son admiradas por los visitantes, sino que se encuentran, arrumbadas
en algunos casos y extraviadas en otros, en los depósitos del museo
municipal de la capital gipuzkoana.

Homenajes póstumos

De la liquidación de la
testamentaría se desprende que
en su capilla ardiente el pintor
fue velado en un ataúd de caoba
al calor de cuatro velas de a
patacón la unidad.

Para estimar la magnitud de sus


funerales resultan elocuentes las
facturas pagadas por la
contratación del servicio de Mascarilla mortuoria que se conserva en
cochería. Una de ellas se hizo el Museo San Telmo
por seis coches "para el entierro"
y uno "de luto para los dolientes", propiedad de Beltrán Parricot, y otra
por veintiséis coches "para el entierro", pagados a Antonio Urta.

En total, fueron treinta y tres los vehículo contratados para acompañarlo


hasta su última morada ¿acaso un homenaje de sus Hermanos de la
masonería ? La figura de Juan Manuel Besnes e Irigoyen, que tantas
simpatías despertara en el transcurso de su vida, mereció un sentido
tributo a la hora de su desaparición física.

Los funerales fueron realizados en la Iglesia Matriz por el 2º obispo de


Montevideo Inocencio María Yéregui Goyechea, y el día de su
inhumación, ya en el Cementerio Central, les correspondió al periodista
y autor del Himno Nacional uruguayo Fernando Quijano y al también
periodista Dr. Fermín Ferreira despedir al calígrafo. Ambos le dedicaron,
además, sendas despedidas desde la tribuna de los periódicos La Época
y El Pueblo.
Ese mismo día, a propósito de su deceso, el periódico montevideano El
Pueblo; Nº 828, publicaba:

D. Juan M. Besnes é Irigoyen

Con el corazón agoviado (sic) de dolor, damos la infausta noticia del


fallecimiento de nuestro amigo y maestro. Ayer a las 5 de la tarde,
rodeado de la cariñosa afección de su familia y los auxilios espirituales,
se despidió para siempre de este mundo.

Aquella inteligencia sazonada en el criterio del buen sentido, aquel


raciocinio templado, natural y justo, que tanto le distinguió como
hombre de génio (sic), no le abandonó a los 77 años, en el lecho de
dolor.

Dulcemente se cerraron sus ojos con la resignación del justo; del


hombre que sólo veía en los demás, hermanos mas o menos
desgraciados, á quienes era su deber socorrer y consolar, enseñarles la
ciencia y la virtud para desviarlos de la desgracia y el delito.

Si como la iglesia canoniza sus santos, la Sociedad tuviese un padrón


donde inmortalizar el nombre de los que sirvieron con sublime
dedicación, Irigoyen ocuparía en él un puesto eminente, como
propagandista de la educación de los niños.

Su casa ofrece hoy un espectáculo conmovente (sic): El fúnebre ataúd


donde descansan sus restos, cubierto con el manto de la Sociedad de
Socorros Mutuos Española, de que era miembro, está rodeado por
cantidad de niñas y niños, que alternativamente vienen de las escuelas
a rezar y llorar por aquella alma caritativa, que ya no verá! Pero cuyos
consejos quedarán gravados en el corazón, como una herencia
consoladora, del amigo ausente.

Irigoyen! El hombre querido de todos los que le trataron, el amigo


espansivo (sic) y fiel, dotado de una erudición clásica, y amenidad
interminable, deja recuerdos gratos de su exquisito talento caligráfico,
más allá de nuestros horizontes. Sus aplaudidos trabajos en la
esposición (sic)de Londres, en las cortes de España y el Brasil, lo mismo
que en su querida Vizcaya, á la vez que eran trasunto de sus dotes
singulares, daban a nuestra patria que adoptara como suya, un reflejo
de su importancia.

Irigoyen! El inspector, el examinador frecuente de las escuelas


municipales, el primer profesor de instrucción primaria y dibujo que
sobresalió en esta ciudad hace más de 40 años, tiene que vivir mucho
tiempo en los recuerdos gratos de los amigos que hoy le lloramos.

Bajar á la tumba, después de haber recorrido las alternativas de la vida,


con el alma tranquila y un físico robusto que solo el peso de los años
pudo abatir, es dejar bien probado el talento, el juicio y el acierto que
en ello se tuvo.

Quiera el cielo, como un último obsequio al que tan bien cumplió su


misión humana, llevar la resignación al corazón dolorido de sus deudos
y amigos!

En su siguiente edición, El Pueblo; Nº 829, agregaba:

Entierro.-

Una vez mas nos hemos convencido ayer de que tiene sobrada razón el
esclesiate (sic) cuando dice que "mas vale un buen nombre que los
Ungüentos mas preciosos".

La inmensa concurrencia que acompañó á D. Juan Manuel Besnes é


Irigoyen al cementerio era llevada únicamente por el buen nombre del
respetable anciano que empleó 77 años para andar su camino en la
tierra, amando, instruyendo, rezando y dibujando.

Este también nos dejó… de los de su temple no quedan muchos… á lo


menos queda el recuerdo de ellos y sobre todo el ejemplo!

Lo propio hacía La Época del día 22 de agosto de 1865; año I Nº 63:

D. J. Manuel Besnes é Irigoyen

Un pueblo entero acompañaba ayer al féretro de este venerable


anciano, que había residido por tantos años en nuestro país, al cual
llamaba patria adoptiva.

Sin invitación especial, todo lo más selecto de Montevideo acudió


enlutado á la casa mortuoria.

Era Irigoyen por ventura algún potentado de la tierra, o algún poderoso


que legaba riquezas, que estimulaba ambición?

No.
Ha muerto pobre, y jamás en su vida ha pretendido aspirar á las
posiciones oficiales; porque le bastaba su nombre para conquistar el
respeto y la admiración de todos los hombres honrados.

Pero ese hombre era una verdadera mina, no de riqueza, pero sí de


gloria, y se ha inmortalizado no solamente en nuestro país, sino en las
principales Cortes Europeas.

Sus trabajos caligráficos le han valido una infinidad de condecoraciones


pertenecientes á las órdenes más esclarecidas, y posteriormente en la
esposición (sic) de París, fue proclamado como el primer calígrafo del
mundo.

Este sólo título que lo hace rey de su arte, le conquista una corona
mucho más hermosa que la de los imperios de la tierra; porque esa
corona es la del genio, que en vez de piedras preciosas brilla con la luz
divinal, destello del mismo Dios, cuyo rayo sólo se fija en la frente de
los escogidos.

Irigoyen reunía en su inmenso talento, un corazón franco y generoso


para todos, y jamás ha hecho un comercio de su arte, contentándose
sólo con la conquista de la gloria, que es la herencia más bella que
puede ostentar su familia.

Su féretro rodeado de innumerables amigos, ofrecía sobre todo un


espectáculo conmovedor, al ver las infantiles fisonomías de los niños de
todas las escuelas gratuitas, que presididos por sus preceptores, iban á
dar el último adiós al infatigable obrero de la educación, que tan
desinteresadamente le ha consagrado la mayor parte de su vida.

Esa ofrenda tan pura como tierna, forma la apoteosis de un gran


hombre.

Como lo dijimos en palabras entrecortadas por la emoción, la vanidad


que rodea la tumba de los ricos ó de los poderosos, es solamente
oropel, pero el testimonio de cariño y de veneración ofrecida ante los
restos del amigo, y del hombre de genio, son la recompensa de una
vida inmaculada y el espíritu de contemplarla desde el cielo, olvida las
injusticias de la tierra, y sonríe con inefable placer de los ángeles.

La concurrencia de los niños á esa ceremonia fúnebre, es no sólo un


acto de justicia rendido á Irigoyen, sino también un egémplo (sic) de
moral, que estimula los bellos sentimientos de la niñez, enseñándoles
prácticamente que la virtud, laboriosidad y el talento, reciben su
compensación aun después de desaparecer de la tierra, en el homenage
(sic) que le rinden sus conciudadanos, así como su espíritu la recibe en
la eternidad.

El hombre que ha empleado toda su existencia en el bien, no muere


aunque su cuerpo se entierre en un sepulcro; y esa bella jeneración
(sic) que ha presenciado un acto tan conmovente (sic), y que forma la
esperanza de la patria, cuando tenga la conciencia de lo que hizo en el
mundo ese noble anciano, se encargará de legar á sus descendientes un
nombre tan distinguido, así como nosotros los hombres del presente se
lo legamos del modo más público que está a nuestros alcances.

Desearíamos que la Junta Económica Administrativa, como las


Sociedades de Beneficencia, si no cuentan con los medios suficientes,
levanten una suscripción popular para elevar a Irigoyen un monumento
digno de su memoria y de la gratitud que le debe la juventud, como
todo el Pueblo Oriental.

F. Ferreira y Artigas.

Pocos días más tarde, el Ayuntamiento donostiarra rendía tributo a


quien -decían- en medio de la distancia que lo separaba y del transcurso
de medio siglo, ni olvidó su patria ni se entibiaron sus sentimientos
filiales.

También sus familiares y amigos de San Sebastián realizaron un funeral


en su memoria. En el Museo San Telmo de San Sebastián se conserva
una esquela confeccionada para esa oportunidad.

En ella dice:

Don Juan Manuel Besnes é Yrigoyen.


falleció en Montevideo el 20 de
agosto del Presente año.

Los Sres. Alcalde y Prior del Cabildo


Eclesiástico de esta ciudad hermana.
Sobrinos y demás parientes y amigos
ruegan a usted asistir al aniversario
que se celebrará mañana martes 10 del corriente a las 11 en punto en
la Parroquia de Sta. María.

San Sebastián 9 de octubre de 1865.


El duelo se recibe y se despide en la iglesia.

En 1884, en el concurso de poesía celebrado en los Juegos Florales de


San Sebastián, la poesía Juan Manuel eta Irigoyen, escrita por
Victoriano Iraola , obtuvo una mención honorífica y fue publicada en la
Revista Euskal Erria de esa ciudad.

Juan Manuel Besnes eta Irigoyen.


Joaquín Lopetedi jaunari eskeñia.
Poesía señalada con mención honorífica en los Juegos Florales de San
Sebastián.
Hoy no he de sacar a la luz
Ez ditut ez gaur, argiratuko
Las florcitas mojadas de rocío;
Loracho inztez buztiyak;
No voy a contar aquí
ez nua emen kontatutzera
Las gracias de las bellezas;
Edertasunen graziyak;
No os diré los cantos de las
Ez dizkizutet esango dama
galantes damas,
Galayen kantu eztiyak,
Sino que os quiero contar
Baizik esan nai ditut Besnes- en
Todas las bellas acciones de
Eginde eder guziyak.
Besnes.
---
---
Todos están callados
Laguntzalleak isilik daude En el bosque sombrío:
Baso itsaltsu artan: ¿Qué podría contar yosi no fuera
¿nik zer kantatu nezake para ayudarles?
aiekzerbatik ez laguntzekotan? De buena lira finalmente
Zuk lira ona azken azkenez Sírvame usted en este trabajo,
Serbi nazazu lan ontan, cantando esto aunque después
Au kantatu ta naiz biyak gero los dos
Gorde erezeiñ choketan. tengamos que escondernos en
--- cualquier lugar.
---
¡Ahí van los pájaros!
¡Ara choriyak! Orainchen dato Ahora mismo vienen de las
zmendiyetatik errirá ; montañas al pueblo:
¡zer zoriona sartzen diraten Qué felicidad me entra
biyotzen ardi erdirá !; Al centro del corazónVenid pues,
atozte bada, atozte laister venid rápido
izan zazute kupira, Tened compasión,
aztu lekutik kantuz alcha ta Olvidaros del lugar al ponerse de
azal dezagun argira. pie cantando
--- Pongámonos a la luz del día.
---
¡Donostiarrak!, gurea da ¡Habitantes de San Sebastián!
Ya que es nuestro digámoslo
ta azaldu Sahún mundura, ante el mundo,
zabal dezagun merecí du ta mostrémoslo porque lo merece
tronpetachoen soñura… al sonido de nuestras
agaztiaren luma luzeak trompetas…
mozturik bere modura, cantemos cómo esculpió
nola lantzen zan kanta dezagun con largas plumas de ave
euskaldun etorki ura. cortadas a su modo,
--- aquél linaje vasco.
---
Ume utziak diran bezela Tal como estaban los huérfanos
laguntza gabe munduan, sin ayuda en el mundo,
aien gisara beargilleak, igual que los trabajadores
zuzendari bat etzuan; sin tener quien los dirigiera,
seta gaiztoko luma apuak así andaba la pequeña pluma,
ibilli zuan estuan, de mal carácter, apurada,
menderatu ta jarri zan arte hasta que fue dominada
obeditua eskuan. y obedeció a su mano.
--- ---
Nola saroiak, nola loreak,
Como los campos, las flores,
ibar ta mendi altuak,
los valles, los altos montes
irudikatzen zituen danak
y los atardeceres en las suaves
ederki naskidatuak;
colinas
arrastu legun biribilletan
le parecían todos hermosos;
milla modura sortuak,
él los hizo nacer de mil modos;
oek zituen argiratutzen
iluminándolos con su pluma.
Besnes-en luma bastuak.
---
---
Las huertas florecidas, los prados
y
Barats loratu, zelaicho eta
las paredes cubiertas de hiedra;
pareta untzez jantziyak,
Los débiles rayos de luz
argi-errañu indargabeak
descendiendo de las nubes;
odoi azpitik jachiyak;
Pero ¿Hasta dónde llegaron
¿baña noraño irichi ziran
las virtudes de aquella pluma
luma latz aren graziyak?
vigorosa?
eziñ sinistu Leire dirala
No se podría creer que todas
arrek sortuak guziyak.
fueron
---
creadas por él.
---
Itsaso urdiñ sosegatuak El mar sosegado
erakutsiaz arkaitzak, mostrando las rocas,
eguzkiaren sarrera eta la puesta del sol y
arratz beltzeko ekaizak; las tempestades del anochecer
sombrío;
Los robles espesos, los pequeños
aritz lodiak, errekachoak,
arroyos,
arbol tantaien gereitzak…
las cerezas de los árboles
¡sari eder batmeresi zuen
silvestres…
aren irudi bakoitzak!
¡cada imagen suya merece un
---
bello premio!
---
Si algún pintor quisiera mejorar
o corregir con sus paletas
Pintatzalleak nai baldin badu
lo hecho por Besnes,
lengo landua ongitu,
no podría renovar
bere paletan zuzendutzeko
absolutamente nada
kolore danak an ditu;
ni aunque tuviera todos los
baña Besnes- ek ez zezakean
colores;
arrastorikan berritu,
Por ello se sorprendían los
argatik ziran lan aien aurrez
hombres
gizon trebeak arritu.
entendidos
---
cuando veían sus obras.
---
Aquí, en el Ayuntamiento,
Emen daukagu kuadro eder bat
tenemos un bello cuadro.
erri-echeu jasoa,
Valioso recuerdo
Besnes aundiak donkidutako
donado por el gran Besnes;
orointza baliososa;
En aquél cuadro,
an gazte batek alchetzen ditu
un joven alza una espada con el
ezpata eta besoa,
fin de proteger,
bici dan arte eskudatzeko
mientras viva,
euskaldun erri ososa.
a todo el pueblo vasco.
---
---
Este vasco representa
El pasado de nuestro antiguo
Euskaldun onen irozgarria pueblo
aurkestatzen du anziña, El guardián de nuestras santas
lege santuen gordetzallea, leyes,
etsai askoren oziña; la impotencia de muchos
euskal erriko oura garbia enemigos;
iñerk borratu eziña, La pura honra del País Vasco
au da Erico seme argiak Que nadie puede borrar.
bost lumarekin egiña. Esto es lo que ha hecho,
--- con cinco plumas,
el hijo de este pueblo
---
¡Zer balio du konparaztzeko ¡Qué vale comparar
las acciones premiadas!
¿Qué son delante
eginde saris beteak?
del oro y de los diamantes?
¡zer dirade, zer, bere aurrean
Venid todos a ver
urre ta diamanteak?
Abiertas están las puertas para
Atozte danak okusitzera
ver
Zabalak daude ateak,
Cómo se rompen desde hace
Nola puzkatzen ziran anzieñez
tiempo
Ebros aruntzko kateak.
Las cadenas que están más allá
---
del Ebro
---
En su mano, la pluma era
Bere eskuan luma zan beti siempre
gosotsua ta zimela, obediente.
etzuen ala menderatutzen No dominaba pues
Morgan aundiak zizela; el cincel del gran Morgan;
arrastuetan atrebitua Pero sus anocheceres eran
nola Goya-ren pinzela, atrevidos
eta irudi ederreko cómo el pincel de Goya.
abeste iñor ez bezela Y su imagen era bella
--- Cómo la de ningún otro.
---
Donostiako seme leiala Hijo leal de San Sebastián,
Euskaldun ume argiya, vasco ilustre ,
onraz betea goitu zuena Que realzó lleno de honra
beraren jayo erriya; El pueblo donde nació;
arte ederrez ondekidatu Fundó una nueva escuela
zuez eskola berriya, de Bellas Artes.
beretzat dira sari aundiyak, Para él son los grandes premios,
beretzako da gloriya. Para él la gloria.
--- ---
Las acciones valiosas
Urdindua ta pobre ill zaneane del que murió encanecido y
ginde baliosoak, pobre,
euskal-erriko kondairak aduzca el País Vasco las tiene
kontuz Osorio jasoak; cuidadosamente recogidas en su
bere obia estalitzendu historia.
erramuaren ostoak, La hoja de laurel
lurrindatuaz jira guziak, cubre su sepulcro,
mendaren usai gosoak. perfumando todos los rincones
--- el dulce olor de la hierbabuena.
----
¡Donostiarrak! Lenaz gañera ¡Habitantes de San Sebastián!
alcha dezagun kantetan,gurea Ante todo
da ta zabal dezagun honrémoslo cantando,
argi au urrutietan; ya que es nuestro
jarri dezagun bera jayo zan difundamos su luz;
erri-echeko gaoietan, pongamos su nombre
bere izena oroipengarri con letras de bronce en
brontzezko molde letrean. lo alto del Ayuntamiento.
--- ---

Desde 1919, una calle montevideana lleva su nombre, y en 1983, la


ciudad de Durazno hacía lo propio, por ser las acuarelas de este pintor
"el mejor y mayor documento sobre el Durazno recién fundado", según
consta en el decreto Nº 1017 del 19 de abril de la Intendencia Municipal
de esa ciudad.

También sería en la ciudad de Durazno cuando, a la hora de celebrar el


quinto centenario del descubrimiento de América, la Intendencia
Municipal encomendó al Taller de Artes Plásticas Municipal la realización
de cinco murales en cerámica, reproduciendo las imágenes con que
Besnes e Irigoyen había registrado el primer testimonio gráfico de la
antigua villa de San Pedro del Durazno en 1839.

Cuatro de estos murales fueron colocados sobre sendos costados de la


plaza, enfrentando la primitiva ubicación de las construcciones ya
desaparecidas. La quinta se colocó sobre la fachada de la actual iglesia,
y reproduce la imagen de la capilla original.

Un hecho anecdótico digno de mencionar por la polémica que provocó,


fue la decisión del entonces Intendente Dr. Raúl Iturria de omitir las
banderas coloradas que en el original flameaban intercaladas con el
pabellón uruguayo sobre la azotea de la casa del general Fructuoso
Rivera. Estas banderas, que representaban el Partido Colorado fundado
por el propio Rivera, no eran del agrado del intendente de un
departamento en donde, desde hacía muchos años, las simpatías de los
electores se inclinan por el partido Blanco.

Salvando este detalle, las cerámicas recogen - aunque en mayor


tamaño- el original del pintor.
Testamento de Juan Manuel Besnes e Irigoyen

El primero de julio de 1865, cincuenta días


antes de su fallecimiento, Besnes e
Irigoyen escribió un nuevo agregado a su
última voluntad, que había comenzado a
escribir en el año 1862, "por cuanto mis
circunstancias han variado desde la última
disposición". Y es que, como dijimos
anteriormente, en sus últimos días le
preocupaba la salud de su hijo adoptivo
Feliciano y el incierto porvenir de su
sobrina María Cruz Besné, hija de su
hermano Pedro y casada con el primero.

Gracias a este testamento sabemos que la


casa donde vivía, ubicada en la Calle
En junio de 1929, el
Reconquista Nº 174, que había heredado
Ayuntamiento de San de su amigo y benefactor Joaquín de la
Sebastián recibió la donación Sagra y Périz, fue heredada por su sobrina
del dagerrotipo del calígrafo. María Cruz, así como también "la mitad del
No logramos hallarlo en el importe de lo que se pueda vender de
Museo San Telmo. En 1883, libros, estampas, papel, pinturas, etcétera
el dibujante Y. Ordozgoity lo que se hallarán en dicha casa" (Se trataba
copió para la revista Euskal de la última casa, a mano izquierda, frente
Erria. al mar, hoy rambla. En su lugar se alza un
edificio de apartamentos).

La otra mitad debería dividirse entre su hermano Pedro, su hijo adoptivo


Francisco y Carmen Pérez é Irigoyen, madre de su hijo adoptivo
Feliciano. "Algunos reales" colocados en el Banco Comercial, un
documento de mil pesos del Banco Mauá, así como un reloj de plata que
le obsequiara el presidente Rivera, deberían adjudicarse también a su
hermano Pedro, siendo el resto de sus bienes para los ya mencionados
Feliciano y su madre.

También había sido poseedor de una casa en la calle Alzaibar Nº 55, la


que adjudicó en un cincuenta por ciento a Carmen Pérez e Irigoyen con
la condición de que a su fallecimiento ésta pasara a manos de su sobrina
María Cruz, "sacando trescientos pesos para mi huérfano Juan que lo he
criado..."
Según Besnes declara en su testamento, a su fallecimiento era
propietario de un solar en la calle Isla de Flores, otro cerca del
Cementerio Nuevo, y uno más en el departamento de San José, aunque
los albaceas no lograron dar con la documentación de los dos últimos.

En sus momentos postreros el pintor no olvidaría a su ciudad natal. Los


siguientes artículos de su testamento lo reflejan claramente:

Tercero quiero ó mas bien es mi voluntad que el tintero de plata que me


regaló la Ciudad de San Sebastián no salga de la familia de mi
apellido...

Quarto todos los diplomas, condecoraciones, y Álbumes se remitirán á


mi hermano á San Sebastián para que los deposite en el Cabildo donde
se hallan varios trabajos míos.

Efectivamente sabemos que el tintero que le habían obsequiado los


concejales donostiarras llegó a manos de su hermano Pedro, pues este
lo legó por testamento, junto con un bastón, también propiedad de Juan
Manuel, a su hijo Francisco Besné y Peiret .

Pedro también dispuso en su testamento que la mitad de la casa que


había heredado en Montevideo fuera para sus dos nietas, hijas de María
Cruz Besné y Piret y del malogrado Feliciano.

Lo que creemos que no se cumplió fielmente fue la voluntad del


calígrafo expresada en el artículo cuarto de su testamento, pues,
aunque es posible que las medallas y diplomas a los que se refiere sí
hayan llegado a San Sebastián y nos haya sido posible ubicarlas, en
nuestra Biblioteca Nacional se conserva el Álbum que lleva por título
Prontuario de Paisajes, en cuya primera página dice:

Dedicado a mi hermano
Dn. Pedro María Besné é Irigoyen
natural de Sn. Sebn. en Guipuzcoa y
residente en la misma Ciudad
Monto. Octe. 2-1859

En el artículo decimoprimero, Besnes disponía que "Se entregará al


Gobierno los cuadros caligráficos que existen en la sala; el resto de la
Galería también se entregará al mismo Gobierno exigiéndo buenamente
alguna gratificación, á no ser que consigan los Albaceas que pase el
Gobierno una asignación cómo a mí, a Feliciano, como alquiler para
cuidar toda la Galería".
En este sentido, las intenciones de Besnes no sería satisfechas y salvo
dos cuadros caligráficos que fueron entregados a la Biblioteca Nacional
el 7 de abril de 1866, "con autorización del Superior Gobierno "el resto
de su "Galería de retratos" fue cedida por el Estado a los herederos del
difunto. El resto de sus obras fue ofrecida públicamente por el
rematador Andrés Wells (h) el 12 de ese mismo mes.

Durante la subasta pasaron bajo el martillo del rematador gran cantidad


de obras:

189 cuadros
25 vistas
2 lotes de buques
1 lote de dibujos
1 lote de varias figuras
1 lote de láminas
y varios planos, papeles de dibujo, caligrafías y vidrios de aumento.

De todas ellas, 139 cuadros y dos planos fueron adquiridas por un tal
Irigoyen, presumiblemente alguno de sus hijos adoptivos.

Lamentablemente mediante el estudio de la última voluntad del calígrafo


no hemos esclarecido el origen de los álbumes y cuadernos que se
conservan en nuestra Biblioteca Nacional, pues ninguno de ellos fue
rematado en la liquidación de sus bienes.

Inventario de las obras y objetos que pertenecieron a Juan


Manuel Besnes e Irigoyen que no se hallan en la Biblioteca
Nacional

Particulares

Familia Bené, Tolosa, Gipuzkoa, Euskadi

También nos consta, aunque jamás llegamos a verlo, la existencia de un


cuadro propiedad de la familia Besné, de Tolosa, descendientes de su
hermano Pedro. Suponemos que se trata del cuadro que Delgado
Castilla reproduce en su artículo "Notable calígrafo donostiarra" en
Euskal Erria, Nº LXXIV, San Sebastián, 1916, p. 109, y que en aquél
entonces era propiedad de Adrián Besné.

Librería el Galeón del Sr. Roberto Cataldo.

Pañuelo dedicado a Antonia Vázquez el 19 de diciembre de 1858.


Galería y Remates Gomensoro,
Montevideo

En la firma Galería y Remates,


propiedad de Juan E. Gomensoro
Piñeyro, tuvimos oportunidad de
fotografiar un cuadro de Besnes
é Irigoyen. Se trata de una
técnica mixta de óleo y colage
conocida como Mesa revuelta.

La obra está dedicada a la


esposa del pintor Juana Josefa Zamudio.

Remates Dante y Gustavo Iocco

En diciembre de 2001, los rematadores Dante y Gustavo Iocco


subastaron dos obras suyas, aunque ignoramos quién es su actual
propietario.

La primera de ellas, fechada el 22 de octubre de 1852, representa una


figura femenina sosteniendo un corazón en llamas en su mano derecha,
a la vez que su pie izquierdo, desnudo, descansa sobre una calavera. En
su pecho lleva la leyenda "Cerca y lejos", y sobre el ruedo de su vestido:
Vida y muerte. La composición lleva en nombre de Francisco Hocquard,
y la fecha mencionada. Dibujada a tinta sobre un papel de 26 x 21
centímetros, la figura representa un papel con los bordes quemados que
tienen un extraordinario parecido con el contorno de Uruguay.
La segunda es una acuarela/collage sobre papel de 13,7 x 22,5 cm. En
ella el autor ilustra dos grupos de hombres armados que, sobre sendos
botes, se dirigen a un buque, presumiblemente a vela y vapor, a juzgar
por el humo que sale de él. En el bote más cercano al dibujante viajan
18 hombres entre los que se destacan las figuras de dos marinos, uno
de ellos apartando la nave del muelle con la ayuda de una pértiga,
mientras que la otra permanece de brazos cruzados.

Sobre la quilla, un único soldado que está de pie, lleva en su mano


izquierda el pabellón nacional y en la derecha dos trozos de tela
representando las banderas españolas y francesas.

La leyenda dice: de marzo del año 1851. En Montevideo defensora: en


Caseros Vencedora.

Museos

Museo Casa de Gobierno. Montevideo. Uruguay.

Plumas de ave pertenecientes al pintor. (Pertenecen al M. H. N. Carpeta


288))

Museo Histórico Nacional, Montevideo, Uruguay

1) Mesa pequeña perteneciente al pintor.


2) Alegoría coloreada formando las letras C. D. (Carp. 1431)
3) Acuarela sin firmar; 230 x 122 mm. Titulada Naufragio del
vapor "Gorgon" (Carp. 1431)
4) Dámaso A. Larrañaga. Bosquejo a pluma ( Carp. 1431)
5) Caligrafía en honor a Joaquín de la Sagra y Périz (Carp. 1407)
6) Trabajo caligráfico ofrecido a Venancio Flores en abril de 1865
(Carp. 1407)
7) Dibujo a pluma de una cabeza de anciano (Carp. 1431)
8) Huevo de ñandú, con trabajo alegórico alusivo a la Constitución
de 1830, pintado a mano. (Carp. 1323)
9) Trabajo caligráfico dedicado a María Ignacia García de Zúñiga)
Carp. 568)
10) Óleo titulado Paso del Ibicuy (Carp. 1154)
11) Caricatura acuarelada, sin firmar, 265 x 180 mm.; de José
Manuel Pérez Castellano (Carp. 839)
12) Acuarela sin firmar del Gral. Manuel Orduña (Carp. 734)
13) Pañuelo caligrafiado dedicado al Gral. Andrés Gómez. (Carp.
46)
14) Trabajo caligráfico dedicado al Sr. Pedro Saenz Zumarán
(Carp. 2497)
15) Miniatura acuarelada sin firmar; 230 x 138 mm. Representa a
Francisco Antonio Maciel (Carp. 523)
16) Acuarela titulada Embarcación frente a la costa de Montevideo
(Carp. 1506)
17) Acuarela sin firmar; 208 x 535 mm.; Titulada Vista de la
Barraca del Sr. Don Samuel Lafone y Muelle en 1848 (Carp. 509)
18) Acuarela sin firmar; 290 x 540 mm.; Titulada Vista de los
muelles de Parry Gowland al ponerse el sol, en Montevideo en
1848 (Carp. 515)
19) Acuarela sin firmar; 285 x 525 mm.; Titulada Vista del
Mercado de Montevideo en 1848 (Carp. 513)
20) Acuarela sin firmar; 300 x 530 mm. ; Titulada Batería
Comodoro, Sitio de Montevideo, 1848 (Carp. 514)
21) Acuarela sin firmar; 295 x 530 mm.; Titulada Vista del Muelle
Viejo y Bóveda 1848 (Carp. 510)
22) Carta geográfica de la República O. del Uruguay trazada por
José María Reyes (Carp. 2084)
23) Carta geográfica de la República O. del Uruguay (Carp. 2041)
24) Trabajo caligráfico dedicado a su esposa Juana Josefa
Zamudio (I) (Carp. 1049)
25) Trabajo caligráfico dedicado a su esposa Juana Josefa
Zamudio (II) (Carp. 1049)
26) Litografía a dos tintas; 180 x 260 mm.; Titulada: Jura de la
Constitución 1830 (Carp. 301)
27) Óleo sobre papel pegado a una tabla; sin firmar; 1610 x 1192
mm. Escudo del Consulado de Montevideo (Carp. 104)
28) Óleo sobre papel pegado a una tabla; sin firmar; 1606 x 1195
mm. Escudo Nacional (Carp. 1068)
29) Acuarela sin firmar; 110 x 205 mm.; Titulada Salida del
Bergantín Montevideo 19 de agosto de 1840 (Carp. 1177)
30) Acuarela sin firmar, 224 x 115 mm,; Representa a José Díaz
Cancino (Carp. 1431)
31) Acuarela titulada La mañana del 8 de noviembre de 1844
(Carp. 1431)
32) Acuarela sin firmar; 132 x 293 mm. Titulada 1ª. Vista del
combate del día 24 de mayo de 1841, a las 91/2 a.m. (Carp.
1431)
33) Acuarela sin firmar; 130 x 294 mm. Titulada 2ª. Vista del
combate del día 24 de mayo de 1841, a la 1 ½ a.m. (Carp. 1431)
34) Acuarela sin firmar; 130 x 294 mm. Titulada 3ª. Vista del
combate del día 24 de mayo de 1841. (Carp. 1431)
35) Alegoría caligráfica (1857) (Carp. 1431)
35) Acuarela sin firmar; Representa la colocación de la Piedra
Fundamental del Hospital de Caridad; 293 x 185 mm. (Carp. 289)
37) Trabajo caligráfico firmado; 241 x 200 mm. ; Dedicado al
Gral. venancio Flores y fechado en abril de 1865. (Carp. 828)
38) Óleo sin firmar; 767 x 672 mm. Representa a Juan Pedro
González Vallejo (Carp. 204)
39) Acuarela sin firmar, de 195 x 165 mm. Representa a Juan
Balbín González Vallejo (Carp. 877)
40) Trabajo caligráfico dedicado al Gral. Lorenzo Batlle (Carp.
2976)
41) Óleo que representa la llegada del Gral. Rivera a Montevideo
en 1846 (Carp. 1084)
42) Acuarela titulada Vista de la Ciudad, Cerro y Puerto de
Montevideo, tomada el 22 de octubre de 1826 (Carp. 717)
43) Acuarela sin firmar, 515 x 390 mm. ; Representando a Juan
José Durán (Carp. 1497)
44) Acuarela sin firmar; 290 x 535 mm.; Titulada Batería Rondeau
y Cerrito/ Sitio de Montevideo 1848 (Carp. 511)
45) Acuarela sin firmar; 280 x 530 mm. Titulada Vista Oeste de la
Ciudad de Montevideo, Sacada del mirador de la casa de Don Juan
María Pérez, 1848 (Carp. 512)
46) Acuarela sin firmar de 165 x 120 mm. Representa a Francisco
Albin (Carp. 1344)
47) Litografía firmada; 240 x 360 mm. El Gral. Rivera en campaña
1838 (Carp. 1278)

2)
Archivo General de la Nación

Primera página del álbum


entregado al Gral. Venancio
Flores, Gobernador Provisorio
(debido al fallecimiento de los
otros dos triunviros Juan
Antonio Lavalleja y Fructuoso
Rivera), en reconocimiento por
el éxito que obtuvo al sofocar el
alzamiento iniciado con la
sublevación de los Cuerpos de
Línea y la abdicación del
Presidente Giró, y el posterior
llamado para elegir una
Asamblea Constituyente.

Título: El Pueblo de Montevideo a las virtudes cívicas del coronel Don


Venancio Flores, 1853.

Museo San Telmo, San Sebastián, Gipuzkoa, Euskadi

1) Daguerrotipo con la imagen de Besnes e Irigoyen.


2) Composición caligráfica sin título sobre papel de 17 x 13 cm.
Representa una mujer situada sobre una inicial que da pie a un texto a
modo de emblema o alegoría para destacar ciertas virtudes.
3) Tarjeta funeraria.
4) Carta de grandes proporciones, compuesta como cuadro caligráfico,
conteniendo cinco plumas de ave con las que se confeccionó el cuadro
adjunto. Fechada en Montevideo el 20 de enero de 1857. (Esta carta
acompañó a una composición caligráfica, actualmente extraviada)
5) Composición caligráfica donde se incluye un verso en relación a la
destrucción de las murallas de San Sebastián.

Iglesia San Vicente, San Sebastián, Gipuzkoa, Euskadi

Delgado Castilla refiere a un cuadro suyo "que se conserva en la Iglesia


Parroquial de San Vicente de esta Ciudad (San Sebastián); escrito
también el año 1864 cuando Besnés tenía 75 años. El encabezamiento
es de letra gótica adornada sobresaliendo la capitular, y lo demás del
texto es de letra bastarda española con muchos rasgos y de buen gusto.
Tanto el encabezamiento como todo él está ornamentado con enlaces de
rasgueo al modo Stirlin y formando algunas figuras. Lástima que en el
encabezamiento haya escrito una mano inexperta la frase "Indulgencia
Plenaria" en letra romanilla; pero tan mal trazada que no es posible que
eso lo escribiera Besnés. Sin duda el cuadro lo envió sin ese epígrafe y
aquí para que sirviera a lo que pensaban destinarlo, estampó alguien,
que no tenía la menos noción de dibujo, esas letras que son un borrón
en la obra caligráfica".

Siguiendo estas indicaciones visitamos la iglesia San Vicente en el año


2001. El cuadro ya no estaba allí y nadie conoce su actual paradero.

Bibliografía

Anales Históricos de Montevideo; Actas de la Junta Económico


Administrativa del Departamento de Montevideo; Montevideo. Tomo 1
(1957) - Tomo 5 (1969).
ARAÚJO, ORESTES; Historia de la Escuela uruguaya; Montevideo, 1911
ARREDONDO, HORACIO; Iconografía Uruguaya, La obra de Juan Manuel
Besnes e Irigoyen; En Apartado de la Revista de Amigos de la
Arqueología, Montevideo, 1929. (B. N.)
Asociación Española 1º de Socorros Mutuos; Montevideo, 1978.
BERRO, MARIANO B.; Anales de la República Oriental del Uruguay Vol.
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CARVE, LUIS; Apuntaciones Biográficas; En Revista Histórica,
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DELGADO CASTILLA, A. Notable calígrafo donostiarra. En Revista Euskal
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DE MARÍA, ISIDORO, Hombres Notables de la República, Montevideo,
1939.
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FERNANDEZ SALDAÑA, José María; El dibujante Juan M. Besnes e
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Nacional (B. N.)
Gran Enciclopedia Vasca Auñamendi; Voz Besnes e Irigoyen, Juan
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LAROCHE, W, ERNESTO; Juan Manuel Besnes e Yrigoyen, Apuntes para
su historia; Montevideo, 1946. (B. N.)
LAROCHE, W, ERNESTO; Los precursores y otras fuentes; Montevideo,
1961. (B. N.)
LAROCHE, W, ERNESTO; XXV aniversario de la fundación de los Museos
Nacionales de Bellas Artes, Historia Natural e Historia; Montevideo,
1936. (B. N.)
LOPEZ-ALEN, Francisco; Ilustre dibujante; En Euskal Erria,T. 53, 2º
sem. San Sebastián, 1905
Los Baskos en la Nación Argentina; Buenos Aires, 1919.
PELUFO, Gabriel; Historia de la Pintura Uruguaya; T. I; Montevideo,
1996.(B. N)
Plásticos Uruguayos; Poder Legislativo; Montevideo, 1975.-
SALLUSTI, JOSÉ; Historia de las Misiones Apostólicas de Monseñor Juan
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SCHIAFFINO, RAFAEL; Historia de la Medicina en el Uruguay;
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SORALUCE Y ZUBIZARRETA, Nicolás; Historia General de Guipuzcoa,
Madrid, 1869.
SOSA, JESUALDO; La Escuela Lancasteriana; Montevideo, 1954.

Archivos consultados:

Archivo General de la Nación de Montevideo.


Testamento de Juan Manuel Besnes e Irigoyen
Archivo de la familia Besné de san Sebastián.
Testamento de Pedro Besné Irigoyen.
Archivo del Ayuntamiento de San Sebastián, Euskadi.
Libro de Actas del Ayuntamiento de San Sebastián.
Biblioteca Nacional del Uruguay.

Publicaciones periódicas

La Época, Montevideo, 1865. (B. N.)


El Pueblo, Montevideo, 1865. (B.N.)

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