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Veraza - El Capital
Veraza - El Capital
Editorial Ítaca
Piraña 16, Colonia del Mar, Del. Tláhuac
C.P. 13270, México, D.F.
Tels. 58 40 54 52
Afiliado a la Cámara Nacional de la Industria Editorial
Bajo el número 3179
ISBN 968-7943-32-7
Impreso y hecho en México
ÍNDICE
Advertencia 13
Introducción. Cómo leer El capital en el siglo XXI 15
1. Un siglo que quiere iniciar a oscuras 15
2. Cuando la serpiente se muerde la cola 16
3. La transparencia actual de la obra
de Marx El capital 16
4. La crítica de la economía política
y el valor de uso hoy 20
5. Ejemplos del siglo XXI o el valor de uso sometido 21
6. Geografía sometida y humanidad en crisis 25
7. Dominio del capital industrial mediante
Destrucción de la industria mexicana 26
PRIMERA PARTE
LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL DE LOS TRES TOMOS
SEGUNDA PARTE
PASAJES SELECTOS Y PROBLEMAS DECISIVOS
(Y SUS SOLUCIONES)
BIBLIOGRAFÍA 345
INTRODUCCIÓN
LA ESTRUCTURA ARGUMENTAL
DE LOS TRES TOMOS
I. EN TORNO A LA ARQUITECTURA
DE EL CAPITAL
EXCURSO A
ÉTICA Y MORAL: LAS CIENCIAS NATURALES
Y LAS CIENCIAS SOCIALES
COMO FUERZAS PRODUCTIVAS Y COMO IDEOLOGÍA
EXCURSO B
PRODUCCIÓN HISTÓRICA DEL FENÓMENO
Y RELACIÓN DE CONOCIMIENTO
2. PROCESO DE EXPLOTACIÓN
Y PROCESO DE ENAJENACIÓN EN EL TOMO I
7. RIQUEZA Y ENAJENACIÓN
PASAJES SELECTOS
Y PROBLEMAS DECISIVOS
(Y SUS SOLUCIONES)
IV. DISCUSIONES SOBRE EL SALARIO
Y LA TEORÍA DEL VALOR
2. EL PROCESO DE PRODUCCIÓN
DE PLUSVALOR ABSOLUTO Y PLUSVALOR RELATIVO
5. TOTALIDAD NO TOTAL
Veamos ahora cómo entiende Dussel a la totalidad. Para él la
totalidad no se produce a sí misma sino que hay algo externo
a la totalidad que la produce. Esta manera de pensar es in-
congruente porque si lo que produce a la totalidad es algo
externo a la misma ésta no es algo total sino incompleto. La
totalidad sólo es tal si incluye dentro de sí a lo que la produ-
ce. Esta incoherencia de la idea de Dussel sobre lo que es
totalidad le permite minimizar este concepto. Si la totalidad
carece de aquello que la produce entonces posee un valor
menor que aquello que la produce. Dussel implica todo esto
pero sin decirlo explícitamente, por eso su discurso parece
sostenerse como si fuera coherente. Pero en realidad la in-
coherencia del planteamiento no sólo destruye el concepto
de totalidad sino que ésta, al no producirse a sí misma, tam-
poco se afirma ni es positividad.
Quizá pudiera ser pertinente la crítica a Marcuse y a
Lukács porque no den suficiente peso a la positividad, aun-
que ellos sí captan a la totalidad como produciéndose a sí
misma, pero ello no justifica que Dussel intente ofrecernos
una positividad opuesta a la totalidad, es decir, el trabajo
vivo entendido como externo a la totalidad y que la produce.
4.2. El urgentismo
La consigna de hacer ya la revolución, ya no pensarla —como
Wallertein clama—, refleja un hecho histórico actual. En efec-
to, el problema de si habrá tiempo o no para la revolución
debe ser pensado sistemáticamente. Primero debemos preci-
sar la figura y el contenido que tendría la revolución y por qué
son necesarios. En segundo lugar, y sobre esta base, habría
que plantear el problema de si hay o no hay tiempo para ella.
Ciertamente padecimos el urgentismo de los revolucionarios
durante todo el siglo XX. Urgentistas fueron Lenin y los espar-
taquistas, lo mismo que el reformista Eduard Bernstein. Es
posible que en el siglo XXI el urgentismo corresponda por pri-
mera vez a un hecho real y no sólo a una ficción precisamen-
te porque está puesta en cuestión la existencia de la humani-
dad, la vida de todo el planeta, y de modo múltiple: por el
agotamiento de los energéticos, del agua, por la monstruosa
capacidad destructiva de las armas, por la degradación del
clima y de los alimentos. Por muchos lados la humanidad
está siendo atacada en su médula y no puede sino contestar
y puede estar contestando durante mucho tiempo sin lograr
más que reformas y paliativos, sin que la respuesta devenga
en revolución comunista. Aunque sean proletarios quienes
contesten, puede ser que antes de que organicen todos su
libertad en referencia a una finalidad bien clara la humanidad
sea llevada a la destrucción porque ya no haya tiempo para
revoluciones parciales o para dejar que otros se encarguen
de mi problema mientras yo tengo una vida acomodada y me
atengo a lo que hagan otros.
El predicamento en el que se encuentra la humanidad en
este momento realmente es muy grave: o reforma del capita-
lismo —y eso se da por sí mismo, están ocurriendo— u otra
cosa distinta, la revolución comunista. De lo que estamos
hablando aquí es de cómo se argumenta la revolución comu-
nista a partir capítulo V de El capital. No estamos hablando de
cómo salvarle la vida al capitalismo, de reformas que nos
permitan defendernos del sistema sin destruirlo; todo eso
puede estar incluido en la revolución comunista pero no es lo
que la especifica.