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ANÁLISIS SEMÁNTICO HISTÓRICO COGNITIVO DEL LEXEMA WAK’A EN

LENGUA AYMARA Y QUECHUA A PARTIR DE LOS DOCUMENTOS EN 1600


HASTA PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI

Diether Flores Chumacero


dietherfch2002 @yahoo.com
Universidad Pública de El Alto.

RESUMEN.
El lexema wak‟a ha sufrido aparentemente modificaciones fonético-fonológico, aunque
más parece imprecisiones ortográficas dadas desde la colonia, situación que dificulta a la
hora de esclarecer relaciones a nivel de forma. Las modificaciones –cambios-
semánticas son más notables y se debe en gran manera por estar relacionado con el
campo de la religiosidad andina y ésta ha estado en constante confrontación con la
cristiana. Existe una lectura de la wak‟a desde el cristianismo, una apreciación negativa,
una descalificación que no ha podido borrar del todo el sentido histórico, hay una especie
de ocultamiento, de mimetización en otras formas no siempre sus sinónimos, sino en
términos venidos de otras lenguas como la castellana, pero relacionados al mundo de la
religiosidad. Es por eso que no es tan fácil hablar de cambio en el terreno lingüístico, es
preferible postular la variación. Pero las variaciones y cambios –en especial los
semánticos- están sujetos a eventos externos de la lengua, como la historia, ideología,
política, incluso geográfica. La situación de wak‟a está fuertemente condicionada por la
ideología cristiana, convertida en diferentes momentos de la historia andina en política.
En ese sentido, el presente artículo aborda los cambios dados en el plano semántico del
lexema wak‟a en lengua quechua y aymara en diferentes momentos y relaciones de
sinonimia u otras en diferentes momentos de la historia. En base a los Vocabularios… en
quechua y aymara de 1600 hasta el presente, siglo XX y XXI.
Palabras claves: cambios semánticos, ampliación y restricción del significado,
wak‟a, tata, illa, llallawa, juxsalla, willka.
ABSTRACT.

The wak'a lexeme has seemingly suffered phonetic-phonological modifications; although it


gives the impression like spelling inaccuracies given from the colony, this situation makes
difficult to clarify the form level relationships. The semantic modifications or changes are
more remarkable and it is due to the relationship with Andean religiosity area, and it has
been in constant confrontation with the Christian one. There is a negative understanding
and disqualification of the wak'a from Christianity, that they have not been completely
smudgy from the historical meaning, there is a kind of camouflage or mimicry in other
forms not always its synonyms, but in terms from other languages such as Spanish, but then
it is related to the religiosity context. Therefore, it is not easy to talk about change in the
linguistic field, it is better to refer to „variation‟. However, the variations and changes -
especially semantic ones- are conditioned to external events of the language, such as
1
history, ideology, politics, even geography. The wak'a state is strongly conditioned by
Christian ideology, adapted in different moments of Andean history into politics. In that
case, this article accosts the given changes in the semantic field of the wak'a lexeme in
Quechua and Aymara languages in different moments and relationships of synonymy or
others in different periods of history. Based on the Vocabularies... in Quechua and Aymara
languages from 1600 to the present, 20th and 21st Century.

Keywords: semantic changes, expansion and restriction of meaning, wak'a, tata,


illa, llallawa, juxsalla, willka.

INTRODUCCIÓN.
Entendiendo como actualidad las últimas décadas del siglo XX y las primeras
décadas del siglo XXI, se puede aseverar que el sentido predominante de wak‟a es
“sagrado”, aunque de manera vaga, con especial referencia a elementos u objetos
declarados “sagrados” en el mundo andino; también a sitios arqueológicos de la época
prehispánica. Lo que nos lleva a resaltar que la presencia de las ciencias humanas
durante el siglo XX en Bolivia ha llevado a repensar la realidad prehispánica, en especial
temas culturales, religiosos, sociales, literarios y filosóficos. Hay una realidad –llamada
andina- que no ha sido pensada, sometida a crítica (o a valoración) desde las instituciones
del Estado Boliviano hasta el siglo anterior (s. XX). A partir de entonces, la arqueología
y la antropología (sin desmerecer la sociología y ciencias afines) han comenzado a
estudiar la Bolivia oculta que vive invisibilizada por el humus discusivo de la Bolivia
moderna y estatal.
A pesar del trabajo de las ciencias humanas y sociales por descubrir la realidad
negada y oculta, en términos referenciales está ligada a la época prehispánica, así como
es recurrente denominar huaqueros (a “personas dedicadas a la profanación de tumbas”
para extraer objetos metálicos, líticos u otros de la época prehispánica). Eso ha
conllevado que el significado referencial del lexema wak’a se vea restringido a lugares y
objetos del pasado prehispánico. Si antes de la conquista y durante el primer siglo de
administración colonial (s. XVI - XVII) muchos lugares, objetos e incluso indumentarias
podían denominarse wak’a; después de cuatro siglos son solo contadas cosas o solo
lugares los que pueden denominarse de esa manera.
En la pérdida o restricción del significado referencial ha tenido que ver mucho las
prácticas religiosas llevadas a cabo durante la colonia y parte de la república, la práctica
de suplantación de imágenes (vírgenes y santos) en lugares sagrados del mundo andino.
La historia antropológica de Bolivia –como de otros países andinos- generalmente afirma
que debajo de un templo católico está una wak’a, o mejor dicho, el templo se ha
construido encima de una deidad no cristiana. Este punto desarrollaremos en un
apartado, en las líneas siguientes.
Entonces desde la información enciclopédica podemos afirmar que la palabra wak’a -
en el primer siglo de la administración colonial- tenía varios sentidos y por ende varios
sinónimos. En ese sentido, el presente artículo abordará el recorrido histórico del lexema

2
wak’a (huaca o uaca o guaca), recabando información enciclopédica y lingüística; es
decir, el significado y registros desde la óptica cultural y desde la semántica lingüística
para analizar los cambios semánticos sufridos a lo largo de cuatro siglos.
Dentro de la información enciclopédica se recurrirá a los cronistas de 1600, como
Guamán Poma de Ayala, Inca Garcilazo de la Vega, Inca Pachakuti Salcamayhua y
otros; y para la actualidad trabajos de investigación referidos a templos cristianos en el
área andina que se hallan construidos sobre las wak’as. También se revisará la historia
del Tata, -presente en Tata Santiago, Tata Cura, Tata Bombori- por la relación de
sentido que tenían en 1600 entre tata y wak‟a, como muchos Vocabularios… indican,
tanto en quechua como en aymara. Teniendo en cuenta que el sentido de tata no solo era
“progenitor masculino”, sino relacionado al ámbito espiritual, y ahí puede relacionarse
con wak‟a en especial en aymara; mientras en quechua de 1600 no aparece tata con el
sentido de “progenitor masculino” ni de “hechicero”; en contraste, en la actualidad –en el
quechua boliviano- tata es portador del rasgo “progenitor masculino”, como también
sucede en aymara. Queda como evidencia el apelativo del Tata Cura, Santa Vera Cruz
Tatala, Tata Santiago (santo muy popular en la religiosidad andina cristiana) y vale
mencionar con particular atención el Carnaval Minero -que se festeja cada año- en Potosí
bajo el nominativo Tata Q‟aqcha en homenaje al mundo del rayo.
En la parte lingüística se recurrirá a los Vocabularios… de 1600, en quechua a Diego
Gonzales Holguín y en aymara a Juan Ludovico Bertonio Gaspari. Vocabularios…
publicados entre 1600 y 1612. También se tomará en cuenta otros vocabularios,
diccionarios, gramáticas u otros estudios lingüísticos relacionados al tema, sean estos de
reciente dada o en el lapso de los cuatro últimos siglos. Y por cuestiones metodológicas
de la semántica histórica estructural se analizará las relaciones sinonímicas del lexema
wak‟a en diferentes momentos históricos. Como ya se ha anticipado en párrafos
precedentes, una de las relaciones sinonímicas será con tata, sin desmerecer otros
sinónimos como layqa, illa y otros.
Asimismo, se intentará dar razones y marcar diferencias o relación metafórica entre
wak‟a como “sagrado” y wak‟a como “faja”, con especial atención en la lengua aymara.
Que en el Vocabulario… de Ludovico presenta la misma ortografía como también en los
Diccionarios más recientes se presenta como un solo término, dando a entender que es
una sola etimología y que la diferencia de significado sería por cuestiones metafóricas.
Si la metaforización ha generado diferencia de sentido, entonces es un caso de polisemia;
de no ser así, estamos frente a una homonimia. Aspecto que se aclarará en un punto
específico.
1. Referencias históricas en dos cronistas: Guamán Poma e Inca Garcilaso de la
Vega.
1.1. Guamán Poma de Ayala y Nueva Corónica y Buen Gobierno
El lexema wak‟a aparece reiteradas veces en Nueva Corónica y Buen Gobierno.
Según, Jan Szeminski, el término aparece más de 100 veces, bajo la forma de uaca o
guaca. En gran parte en condición de adjetivo:
- Uaca billca o guaca bilca.

3
- Uaca bilca orcocuna.
- Uaca bilcap chacaran.
- Uaca chaca, Uaca punku.
Como también en condición de sustantivo, refiriéndose a la adoración o veneración de
ídolos:
- “Mochaban1 a sus uacas”.
Jan Szeminski sugiere traducir guaca bilca (o uaca billca) como “divinidades, dioses,
antepasados de arriba y de abajo”; uaca bilca orcocuna, “los cerros divinidades” y uaca
punco y uaca chaca solamente como “topónimos” (Tomo III, 2008: 131-132). La
propuesta de Szeminski no coincide con la de Guamán Poma, a pesar de ser el mejor
conocedor del quechua de la Nueva Corónica. Las definiciones que propone son ya fruto
de las investigaciones que él realizó en base a Vocabularios… y otros escritos coloniales.
Y las interpretaciones de Guamán Poma están circunscritas en el primer siglo de la
colonia, con fuerte influencia cristiana como la extirpación de idolatrías, siendo él
colaborador principal de la jerarquía eclesiástica de ese entonces. Sin embargo, se puede
proponer otras traducciones, no muy alejadas, aunque parezcan arbitrarias.

Uaca billca o guaca bilca Sol divino, sagrado sol.


Uaca bilca orcocuna Cerros divinos, sagrados cerros.
Uaca bilcap chacaran La chacra del sol divino, del sagrado sol.
Uaca chaca Puente sagrado, o puente de la deidad.
Uaca punku Puerta sagrada, o puerta de la divinidad.

En Nueva Corónica y Buen Gobierno, Uaca/guaca está asociado a la descripción de la


religiosidad andina. Es conocido el esquema histórico presentado por Guaman Poma de
la época prehispánica por edades: la edad de Uari Uiracocha Runa, Uari Runa, Purun
Runa, Auca Runa e Inca Runa. Un esquema en base a la historia bíblica para afirmar que
el hombre andino es descendiente de Adán y Eva y con propiedad de Noé. En
consecuencia el hombre andino conoció al verdadero Dios, al creador, bajo la figura de
Uiracocha o Pachacámac, y no tenían ídolos, sino uno solo, y “primero no le
sacrificaban sino llamaban a voces mirando al cielo todos los indios de este reino” (2008:
48 [56]). Da a conocer que había muchas parcialidades, ayllus, con diferentes danzas y
cantos, modos de entierro, pero no eran idólatras.
De cómo usaban cada parcialidad y ayllo sus danzas y taquies y
hayllis y canciones, harauis, y regocijos, cachiua, sin idolatrías, si
hacer mocha a las huacas ni ceremonias, comían y bebían sin
tentación de los demonios… y se enterraban sin ceremonia, ni
había idolatría en aquel tiempo… De cómo no tenían huacas,
ídolos, ni adoraban a las piedras ni al sol, ni a la luna, ni a las
estrellas, ni tenían templo cubierto sino fue señalado sitio y lugar,

1
Mochaban es la refonimización de much’ay, término quechua –que en los tiempos que corren, siglo XX y XXI- es
traducible a “besar”, sin embargo entre 1500 y 1600 tenía el sentido de “adorar, venerar, idolatrar”. Es llamativo que
Guamán Poma no haya traducido a los sentidos antes referidos, y dejó venir a la lengua castellana el término mochay.

4
lo tenían como cosa grande de donde hablaron con Dios del cielo,
runa cámac, y así los demonios se huían de ellos y no hubo tanta
tentación en aquella gente2. (2008: 54-59 [67, 69, 73])

El autor de la Nueva Corónica… sostiene que el hombre andino adoraba al único dios
desde Uari Uiracocha Runa hasta Auca Runa, por ende no eran idólatras. La idolatría
llegaría con los incas, como consecuencia del origen oscuro de la Manco Cápac y Mama
Ocllo. Según Guamán Poma, los primeros incas conquistaron Cuzco con estrategias
engañosas, sin tener ningún origen claro -digno de reconocimiento- que los vincule con
las anteriores generaciones que vienen desde Uari Uricacho Runa hasta Auca Runa. Los
primeros incas no fueron Yarouilcas ni Cápac Apu. No teniendo ese distintivo,
recurrieron –en especial la Mama Ocllo- a estratagemas o hechicerías o discurso
idolátrico para indicar que son hijos del sol y de la luna. Ahí comienza el tiempo de la
idolatría en el mundo andino y una desvinculación del verdadero Dios.
El dicho primer Inga Manco Cápac no tuvo padre conocido, por
eso le dijeron hijo del sol Intip Churin Quillap Uauan, pero de
verdad fue su madre Mama Uaco; esta dicha mujer dicen que fue
gran fingidora, idólatra, hechicera, la cual hablaba con demonios
del infierno y hacía ceremonias y hechicerías, y así hacía hablar
piedras y peñas, y palos y cerros, y lagunas, porque le respondían
los demonios, y así esta dicha señora fue la inventora de las dichas
guacas, ídolos y hechicerías, encantamiento y con ello los engañó
a los dichos indios, primero fueron engañados los del Cuzco y traía
engañados y sujetos, como los indios lo viesen como cosa de
milagro que una mujer hablase con piedras y peñas y cerros. Y así
fue obedecida y servida esta dicha señora Mama Uaco y así le
llamaron Coya y reina de Cuzco. Dicen que se echaba con los
hombres que ella quería de todo el pueblo… Que esta dicha señora
fue llamada primero Mama; cuando entró a ser señora se llamó
Mama Uaco; después que se casó con su hijo y entró a ser señora y
reina se llamó Mama Uaco Coya, y supo por suerte del demonio
que estaba preñada de un hijo y que el demonio le enseñó a que
pariese el dicho niño y que no lo mostrase a la gente, y que lo diese
a una ama llamada Pillco Ziza, que le mandó que lo llevasen al
agujero llamado Tambotoco, que de allí lo sacasen de tiempo de
dos años y que le diesen mantenimiento, y que lo publicasen que
había de salir de Pacaritambo un Cápac Apo Inga rey llamado
Manco Cápac Inga, hijo del sol y de su mujer la luna y hermano
del lucero, y su dios había de ser Uanacauri; que este rey había de
mandar la tierra y había de ser Cápac Apo Inga como ellos, que así
lo declaraban y mandaban las dichas guacavilcas que son los
demonios de Cuzco3. (2008: 64-67 [81, 82])

El discurso de Guamán Poma es posible en un contexto y tiempos de extirpación de


idolatrías, llevada a cabo bajo la política cristiana, siendo él –Guamán Poma- catequista,
auxiliar de altos funcionarios de la jerarquía eclesiástica y de la burocracia administrativa

2
Las bastardillas corresponden al presente trabajo.
3
Las bastardillas corresponden al presente trabajo.

5
colonial, en calidad de intérprete o lengua o lenguaraz (traductor) como se solía
nombrar en sus tiempos. Desde esa posición –muy cercana- al gobierno colonial, escribe
la Nueva Corónica… mostrándose muy crítico con el gobierno incaico, en especial en
temas de descendencia y religiosidad. Acusóles de idólatras a los incas, de propagadores
de idolatrías, en sintonía con el discurso acusatorio generado desde el gobierno de
Francisco de Toledo, quien hizo los máximos esfuerzos para justificar la conquista
española como algo necesaria y oportuna.
Una posición discursiva muy particular –guamanpomina- que va en oposición a lo que
han sostenido otros cronistas pro-incaicos, entre ellos Inca Garcilaso de la Vega en
Comentarios Reales. Porque en contraposición Garcilaso acusa de idólatras a los
habitantes de la época preincaica y les acerca a los incas al cristianismo, argumentando
que los últimos gobernadores de estas tierras (los incas) tenían la noción de un solo dios
o de la santísima trinidad en la descripción del illapa. La disputa entre ambos cronistas
no es el objetivo del presente texto, solo se menciona como argumento para entender el
sentido de la wak‟a y la mutación de la misma desde 1600 hasta las primeras décadas del
siglo XXI. Pero a la vez la diferencia entre ambos es esclarecedora y permite dilucidar
sobre qué se entendía por wak‟a en aquel entonces.

1.2.Inca Garcilaso de la Vega y Comentarios Reales


El Inca Garcilaso de la Vega, ya en 1600, mientras escribía los Comentarios Reales,
ve que existe una reducción arbitraria de los sentidos del wak‟a. A manera de apología
de la cultura andina (en especial del gobierno incaico), el cronista, comenzó a cuestionar
las sesgadas definiciones que daban -de varios términos- los cronistas españoles, no sólo
a nivel de significado sino a nivel fonético-fonológico; por supuesto las deficiencias en el
último caso (la mala pronunciación) afectaba directa o indirectamente al problema de
significado. Reitera constantemente (a manera de queja), el hecho de que varios
historiadores españoles no hacen buena relación4 –de la historia de los reyes incas- por
no saber la lengua general: runa simi, que posteriormente llegaría a llamarse quechua.
En ese sentido, varias veces les ha encarado, diciéndoles que él sí es indio y conoce
mejor que cualquiera de los aludidos, porque ha mamado en la leche materna la lengua
general5. Entonces, aquellos que no tuvieron el privilegio de mamar en leche materna la
legua general, es decir, los recién venidos -los españoles- que comenzaron a trocar
consonantes; es el caso de Cajamarca en vez de Casamarca6, sustituyendo el consonante
“s” por “x” o “j”. Ahora bien, si no sucedía la sustitución, lo más común era la elisión de
sonidos finales –especialmente- para facilitar la pronunciación a los españoles. La
refonemización de términos quechuas o aymaras (en el paso a la castellana) no se torna
tan problemático a no ser que afecte al significado; pero la reinterpretación a nivel de
significado estaba cargada de ideología política y religiosa.
La reinterpretación semántica afectó en demasía a las palabras que hacían referencia -
sobre todo- al mundo religioso preincaico o incaico. Entre ellas está el término wak‟a,

4
Muy usual en los escritos coloniales, como sinónimo de “comunicar”, “dar a conocer”.
5
Véase, Comentarios…
6
En escritura actual se representaría QASA MARCA o QHASA MARCA, pueblo frío. Pero al ser pronunciado y escrito
como CAJAMARCA, pierde la motivación léxica del cual gozada hasta entonces.

6
que rápidamente fue traducido como ídolo7, para luego generalizar diciendo que los incas
y sus vasallos son idólatras.
Los españoles aplican otros muchos dioses a los Incas por no saber dividir
los tiempos y las idolatrías de aquella primera edad y las de la segunda
[…] también por no saber la propiedad del lenguaje para saber pedir y
recibir la relación de los indios, de cuya ignorancia ha nacido dar a los
Incas muchos dioses o todo los que ellos quitaron a los indios que
sujetaron a su imperio. (2005: 67).

Luego al referirse a la wak’a, como “cosa sagrada”, continúa:


[…] nació este engaño de no saber los españoles las muchas y diversas
significaciones que tiene este nombre huaca, el cual […] quiere decir
ídolo, […] demás de esta primera y principal significación tiene otras
muchas. Quiere decir cosa sagrada8, como eran todas aquellas en que el
demonio les hablaba, esto es, lo ídolos, las peñas, piedras grandes o
árboles […] las cosas que habían ofrecido al sol, como figuras de
hombres, aves y animales, hechas de oro o de plata o de palo…las cuales
tenían por sagradas, porque las había recibido el sol. […] También
llamaban huaca a cualquier templo grande o chico y a sepulcros que
tenían en los campos y los rincones de las casas. […] dan el mismo
nombre a todas las cosas que en hermosura o excelencia se
aventajan…como una rosa o cualquier otra fruta… Por el contrario
llaman huaca a las cosas muy feas y monstruosas que causan horror y
asombro… (Comentarios, 2005: 67-68).

También estaban comprendidos aquellos que salen del curso natural, el caso de
los mellizos (tanto la madre como los hijos), los nacidos por el pie, los que nacían con
seis dedos (en los pies o manos), incluso los huevos con dos yemas. Cómo no incluir
también en la lista a las fuentes de agua, cumbres, piedrecillas y a los que de
nacimiento tenían el labio leporino (Íbidem)
Por una parte está el esfuerzo argumentativo para defender a los incas y a su
imperio. Defender para que no se los declare como idólatras. En ese intento hace
constar que el periodo pre-inca (“primera edad”) estaba lleno de idolatrías y en la
“segunda edad”, es decir, en tiempo de los incas habría la tendencia hacia una solo
deidad: Tata Inti. El culto solar, en el parece del Inca Garcilaso, se acerca al monoteísmo
cristiano; pero la administración religiosa colonial considera que todo ello no es más que
idolatría. En ese afán de apología incaica, se permite explicar los diferentes sentidos del
lexema huaca (wak‟a); sentidos que parecen ser más de carácter referencial y no tanto
semántico. Para ser más claros, más parece ser un caso de semántica referencial y no de
semántica lingüística. Desde la semántica lingüística wak‟a se puede singularizar en
“sagrado” o la “cosa sagrada” en palabras propias de Garcilaso; lo “sagrado” es el rasgo
distintivo. Pero desde la semántica referencial, como está en la cita textual líneas arriba,
alude a muchas cosas, situaciones, hechos, lugares incluso personas.

2. Referencias antropológicas

7
Este nombre –dice Garcilaso- “no permite que de él se deduzca verbo para decir idolatrar” (Idem.); lo que quiere decir
que no es posible el verbo wak’ay (huacay en escritura de Garcilaso).
8
La bastardilla es nuestra.

7
Es sabido la importancia de las deidades en la religiosidad andina, expresada en mitos y
ritos. Estos pueden ser tan extraordinarios o tan comunes y están en el ayllu o un poco
alejados. Su importancia está en el origen de los pueblos, cada pueblo tiene su wak‟a (o
sus wak‟as), considerando a éste como el fundador del pueblo y a la vez creador de los
hombres, según relatos del primer siglo después de la conquista.
Por la morfología que presentan pueden ser personas que marcan diferencia de “lo
normal”: por su nacimiento (mellizos), por poseer más dedos en los pies o en las manos,
por tener labio leporino, por poseer alguna marca llamativa en el cuerpo y cuando deja de
existir (es decir, después de la muerte todos pueden ser declarados wak‟as, aunque en
ello tiene que influir en cierta manera el estatus y las fama que en vida cada uno ha
tenido). Pueden ser también los cerros, las montañas magníficas por sus nevados
permanentes u otros fenómenos naturales como el rayo: illapa. Los lugares donde ha
llegado el rayo. En el caso de los cerros no solo es por su prominencia, en el área andina,
muchos cerros son wak‟as por su potencial mineralógica, tal es el caso del Cerro Rico y
Porco en Potosí.
El cerro Rico de Potosí, llamado en tiempos preincaicos y lengua
puquina Capac Ique (Señor Rico), habría sido consagrado al sol
por los incas en razón de sus riquezas minerales. Esto concuerda
con el hecho de que la mayoría de los santuarios de altura
conocidos se localizan en regiones mineras, y muchas veces están
asociados con instalaciones mineras ubicadas en los mismos
cerros. (Cruz, 2009: 58)

Durante el incario está el sol, la luna, el lucero, el mismo Wiraqucha, Pacha Cámac,
Thunupa. “Testimonios de la devoción de los incas hacia las altas cumbres, sobre todo
aquellas con nieves eternas, se encuentran en las numerosas instalaciones rituales y
santuarios de altura” (Cruz, 2009: 56). Se habla de un complejo llamado Coricancha
(Quri kancha) en Cuzco donde estaban las diferentes deidades menores y mayores, los
mismos estaban replicados en diferentes partes del territorio del imperio incaico.
Asimismo, durante las conquistas incaicas se tomaban las deidades de los pueblos
conquistados para sustituir con otros, para resignificar o para apropiarse de los mismos
(que después serían replicados en el complejo antes mencionado). Esa es la razón para
que en varios lugares existan cerros –o wak‟as- con el mismo nombre.

3. Wak‟a en quechua en documento de los siglos XVI-XVII y XX-XXI


Diego Gonzales Holguín, misionero jesuita que llegó junto a Ludovico Bertonio, con la
finalidad de estudiar la lengua de los indios, a él le tocó inmiscuirse en el quechua,
especialmente en el quechua imperial, es decir, el cuzqueño. La permanencia de Holguín
en la ciudad imperial: Cuzco, parece haber sido tiempos cortos en diferentes momentos.
Según Raúl Porras Barrenechea, el autor del Vocabulario de la Lengua General de todo
el Perú llamada Lengua Qquichua o del Inca, estuvo en conste itinerancia, entre Juli,
Quito, Chuquisaca, Paraguay y Chile (Prólogo, 1989: xxii). A pesar del constante
desplazamiento pudo dejar en la imprenta de Francisco del Canto su Gramática y el
Vocabulario (anteriormente mencionado), publicándose el último en 1608.

8
Es necesario mencionar los datos históricos de la obra, en adelante Vocabulario… de
Holguín, porque es en este donde existen mayores referencias semánticas de wak‟a, no
tanto como en el Vocabulario… de Ludovico Bertonio, pero es el más amplio entre los
trabajos en la lengua quechua.
Revisando aspectos lingüísticos, tales como el aspecto fonético-fonológico y semántico
(principal interés del presente trabajo) existen dificultades especialmente en la parte
formal, referido a la parte fonético-fonológico, que tiene que orientarse con la ortografía
que maneja el mismo Holguín. Entonces es necesario preguntarse si corresponde o no
interpretar como wak‟a lo que Holguín registra en el Vocabulario… como huacca.
Existe la posibilidad de escribir, desde la ortografía actual, huacca como waqa, y no
wak‟a como se está haciendo en el presente texto. La razón para preferir waqa y no
wak‟a se halla en el mismo texto de Holguín. Porque el lexema (palabra) que
actualmente se maneja para significar “llanto” o “llorar” es waqay; y en el
Vocabulario… está escrito como huacca. Se puede citar como ejemplo: “Huaccani.
Llorar en grito” y “Huaccay. Llanto” (1989:165). Aquí surge el segundo interrogante,
¿hay relación semántica entre huacca “llanto - llorar” y huacca “ídolo o lugar de ídolos
adoratorio”? o ¿es mera coincidencia formal?
Es necesario presentar lo que está en el Vocabulario de Diego Gonzales Holguín
(1989:165)

Objeto de adoración.
- Huacca. Ydolos, figurillas de hombres y animales que trayan consigo.
- Huacca muchhana. Lugat de ídolos, adoratorio.
- Huaccachascca collque. La plata, escondida debaxo de tierra.
- Huacca collque churascca ccolque, o ylla. El tesoro.
- Huacca o ylla collquecta churarini. Guardar plata, atesorar, o poner en
tessoro.
Desperfecto, fealdad, mellizos (lo que no es normal).
- Huacca, checcta cinca o checta virpa. Hombre de nariz partida, o el labio
hendido.
- Huacca huachascca o yscayhuachasca. El varón, o la hembra nacidos de vn
parto, y el varón ttira, o ylla y la hembra hahua, o vispa.
- Huacca runa. Carnero, o qualquier bestia monstruosa que tiene mas, o
menos miembros, o fealdad natural.
- Huacca, o puma runa. Quando tiene seis dedos en manos y pies como león.
Idolatría.
- Huacca muchay. Ydolatria.
- Huacca muchak. Ydolatra.
Lugar peligroso.
- Huaccap ñam. Passo, o lugar peligroso, o espantable.

9
- Huaccam chaypi, o huaccamchayca amaya llisunchu. No passemos que es
lugar peligroso.
Todas las referencias semánticas se pueden circunscribir en el campo de la espiritualidad
andina y formalizada en lengua castellana bajo el significado de “sagrado”. Aunque
parezca un exabrupto sugerir lo “sagrado” como el marco semántico en el contexto y
visión de Diego Gonzalez Holguín, porque él no lo traduce como sagrado a razón que la
circunstancia y política colonial cristiana de ese entonces no le permite. Y como no está
dentro del marco cristiano, prefiere mantener al margen bajo el rótulo de ídolo, idolatría
y otros sentidos.
En el ámbito lingüístico, fuera de la semejanza formal con huaccay (waqay) “llorar”, no
se evidencia otro caso como sucede en la lengua aymara: wak‟a, “deidad o sagrado”;
wak‟a, “faja” (asunto lingüístico en lengua aymara se abordará en el punto 4). Si bien en
aymara se abre la posibilidad de estudiar wak‟a como polisemia u homonimia, en
quechua no existe dicha posibilidad, porque para significar “faja” en quechua del siglo
XX-XXI y en tiempos de Holguín está el lexema: “chumpi, faxa” (1989:121).
En el ámbito semántico aún se pueden encontrar otros sentidos cuando se revisa la
entrada castellano – quechua, no muy distantes de los sentidos anotados en la parte
quechua-castellano, a pesar de la poca diferencia, es necesario plasmar lo que contiene.
Entre ellos traducido a “pagano” y “gentil”.
- Pagano gentil. Huacca mucchhak mana Christiano cak hahua runa
manayñiy niyok ñicuyninnac (1989:616).
Sentido que está relacionado a “idolatría” (rasgo ya anotado líneas arriba en la parte
quechua - castellano). Otro caso es la relación sinonímica con villca, “sol…[o]
adoratorio dedicado al sol u otros ídolos (Bertonio, 1993:968).
- Ydolo. Huacca, o villca.
- Ydolatra. Huaccamuchhak huaccayoc.
- Ydolatrar. Huacca muchani.
La presencia de villca (willka) más parece una interferencia de la lengua aymara, dado
que el lexema willka está definido en relación a la wak‟a. En Vocabulario… de Holguín,
en la parte quechua – castellano, si bien aparece villca, está con el sentido de
“purgante9”, no de “ídolo” (Ídem).

3.1. Wak‟a según la lexicografía del siglo XX y XXI


Los que se dieron la tarea de confeccionar diccionarios bilingües quechua - castellano y
viceversa en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, no presentan un aporte
sustancial, más allá de lo ya dicho por Diego Gonzalez de Holguín. De manera similar
que en aymara en la época indicada se reitera lo que ya estaba dicho o se va reduciendo

9
El sentido de “purgante” también está presente en el Vocabulario… de Bertonio: “Willka. Es también una cosa
medicinal o cosa que se daba a beber como purga, para dormir y en durmiendo dice que acudía el ladrón que había
llevado la hacienda del que tomó la purga y cobraba su hacienda. Era embuste de hechiceros” (1993: 968). Y el derivado
verbal “willkaña. Tomar esta purga que de hacía de muchas cosas” (Ídem).

10
los sentidos de wak‟a. El hecho puede ser consecuencia de un paulatino desplazamiento
del lexema wak‟a fuera del ámbito espiritual, porque en un contexto de sincretismo
religioso –cristiano andino o andino cristiano- wak‟a como significante símbolo cede
ante otros significantes, posiblemente frente a Santo y Virgen. Nombres que han
tomado su lugar.
La poca información que ofrece la lexicografía contemporánea puede deberse al hecho de
desplazamiento léxico. Porque la sacralidad sincretizada estaría expresada por otros
significantes. Entre los trabajos lexicográficos está, por ejemplo, el Diccionario de la
Academia Mayor de Lengua Quechua de Cuzco (DAMLQC), de varios autores y
referente para aclarar muchas dudas. Entonces, en el DAMLQC dice:
- Wak‟a. s. Hendidura, abertura, grieta natural o artificial. || Abertura en las
rocas, hecho por el hombre para rendir culto a sus manes o dioses. || Anat.
Labio leporino. EJEM: wak'a simi, labio partido. Pe. Aya: waka
(2005:709).
Está el sentido de “lugar de culto” y aquello que sobresale de lo normal como el caso de
“labio leporino”. También está la propuesta de Teófilo Laime (2007:128) un poco
extenso que reproduce sentidos que posiblemente ya no son vigentes, y las posibles
verbalizaciones.

Lugar de adoración, sagrado, Dios


- Wak'a much'ana. s. Adoratorio a las guacas o divinidades.
- Wak'a, illa. s. Amuleto. Objeto al que se le atribuye virtud sobrenatural.
- Wak'a. adj. Sagrado, -da. Dícese de las cosas que por alguna relación con
lo divino son venerables.
- Wak'a. s. Guaca. Dios tutelar masculino del lugar que moran en piedras
antropomorfas o de formas impresionantes. || Tata inti. Dios Sol. || Dios
divino, hacedor supremo de los incas. Wiraqucha. || Dios menor en la
teogonia incaica. Willka.

Consagrar o consagración
- Wak'ancha, willkanchay. tr. Consagrar. Hacer sagrado a un lugar, cosa o
ser sobrenatural.
- Wak'anchaku, willkanchaku. s. Consagración.

Veneración, como sinónimo de much‟ay


- Wak'anchana, much'ana, yupaychana. adj. Adorable.
- Wak'anchay, much'ay, yupaychay. tr. Adorar. Reverenciar o amar a un
ser.
La connotación “consagrar” o “consagración” visibiliza una tendencia al cristianismo o
un contexto plenamente cristiano. En situación de verbo, es decir, ya verbalizado se
presenta como sinónimo de much‟ay que en la colonia y parte de la república era

11
traducible a “adorar”. Lo que ya no sucede en la época contemporánea. La traducción
contemporánea más apropiada es “besar”.
Monseñor Rosat, quien se demoró un lapso de 50 años para presentar su Enciclopedia
(según tituló él mismo). Cuando aborda el lexema wak‟a es prolijo, menciona datos
históricos, antropológico y lingüísticos. Lo elemental se resumiría en lo siguiente: “todo
lo divino, lo sagrado, lo misterioso, lo sobrenatural, lo monstruoso, lo extraño que se cree
exista en la naturaleza”. En la perspectiva más incaica, refiere que las wak‟as son
fundadoras, el origen de los pueblos: “Cada tribu tenía su propia WAK‟A de la que, por
intervención de TIJSI WIRAQOCHA, traería su origen. Por ello se los llamaba RUNAJ-
KAMAJ: creador y protector de la tribu” (1999: 1203). No está exento en la
Enciclopedia la connotación de “labio leporino”, “idolatría” (hechicería) e “idolatrar”
(Ídem).

4. Wak‟a en aymara en documentos de los siglos XVI-XVII y XX-XXI


Vocabulario de la Lengua Aymara, publicado en 1612, en base al aymara (dialecto) de
la región de los Lupaka, porque el autor, Juan Ludovico Bertonio Gaspari, residió la
mayor parte de su vida en la región de los Lupacas, posiblemente desde que llegó al
nuevo mundo en 1581. Ya en 1585 después de haber aprobado los estudios que le faltan
es destinado a la Doctrina de Juli. Allí permanece por más de 25 años, ejerciendo cargos
menores en la tarea de evangelización y poco a poco logra asumir cargos más
importantes gracias a su conocimiento del jaqi aru. Fue suficiente esos años para
confeccionar un Vocabulario… sin par en la lengua aymara.
También es importante anotar la presencia del autor en las minas de Potosí, entre 1601 y
1603, considerando que Potosí en dicha época era la región más importante del aymara y
a donde –por razones de mit‟a colonial- recurrían de muchos lugares del Collao
(Qullasuyo). La presencia del autor es la Villa Imperial “Potosí” es importante desde el
punto de vista lingüístico, porque ha tenido la oportunidad de contrastar el aymara lupaqa
con las otras presentes en Potosí, por la afluencia de aymara hablantes por motivos ya
mencionados anterioremente. Félix Laime y Xavier Albó sostienen que
[a] comienzos del siglo XVII Bertonio pasó unos pocos años en Potosí
que ya entonces se encontraba en pleno auge minero, y a donde acudían
anualmente miles de comunarios de casi todo el antiguo Qullasuyu para
cumplir con la mit'a. Por eso era importante tener allí a buenos "lenguas".
Unos años antes le habían precedido otros lingüistas; el P. Barzana, y más
recientemente el P. Torres Rubio, transferido poco antes a la Plata. No
sabemos cuándo se trasladó Bertonio a la Villa Imperial, pero figura ya
allí en el catálogo de 15 de marzo de 1601. Contaba entonces [con] 44
años, seguía con buenas fuerzas, y tenía como ocupación principal
"operario de indios". (1993: 32)

En dicha estancia en la ciudad de Potosí, al margen de la diferencia del Aymara Lupaqa


con las otras variedades, puedo evidenciar que era posible la comunicación, es decir, que
la variedad lupaca era inteligible para las otras variedades y viceversa. Ahí reside la
importancia sociolingüística del trabajo de Bertonio, haber constatado las variedades del
Jaqi Aru de la nación Aymara y la posibilidad de comprensión entre las mismas.

12
Y así él que sabe bien esta lengua Lupaca sin dificultad entenderá a los
indios de otras provincias y podrá hablarles todo lo que fuere menester y
para que se vea que esto es evidente, como aquí se dice, no quiero traer
otro argumento si no este.

Muchos Padres de la compañía y yo mismo entre ellos, no hemos


aprendido la lengua Aymara si no en este pueblo de Juli, que es de la
Provincia Chucuito o Lupaca y salidos después a otros pueblos, y
especialmente a la Villa de Potosí, donde por causa de las minas hay gran
concurso de indios y particularmente de la nación Aymara. Sin estudiar
otra lengua, hemos predicado a muchos millares de indios, y oído
grandísimo número de confesiones y aunque ellos eran de diversas
provincias como: Canas, Canchis. Pacases. Carancas, Quillaguas.
Charcas, &c. fácilmente entendíamos y éramos entendidos de todos
aquellos indios, por ser todos aymaras, aunque de diversas provincias,
diferenciándonos solamente en cual y cual vocablo10. Pero eso en ninguna
manera nos era estorbo para confesar y predicar con toda la claridad que
conviene. Luego, uno que sabe bien la lengua de alguna Provincia
Aymara, especialmente de la Provincia Lupaca. sabrá sin falta la de toda
la nación Aymara, excepto algunos vocablos particulares, bien pocos,
como dijimos. (1993:80).

Los datos biográficos y otras referencias son solo por la importancia del
Vocabulario… cuando se trata de emprender estudios léxicos y semánticos; porque la
información que brinda es extensa respecto al lexema wak‟a. Aunque siempre existirá la
sospecha de tener al frente un aymara (y sentido) instrumentalizado desde la visión
cristina; lo que se ha llamado el aymara misionero. A pesar de la posible sospecha
sigue siendo una de las informaciones más valiosas; porque respecto a wak‟a no lo agota
definiendo tan solo como “ídolo” o “amuleto”, como suelen hacerlos –lacónicamente- los
actuales diccionarios o vocabularios.
Entonces, en el Vocabulario… wak‟a es portador de varios sentidos, se dice sentidos
porque el concepto de significado está reservado a la constante, es decir, al sentido base,
de donde provendrán los otros sentidos. En general o la referencia general (o constante)
es “sagrado”, pero se puede apreciar ciertas marcas que podemos diferenciar como sigue:
“ídolo”, “monstruo”, “gentil”, “pagano”, “poseído por el demonio”. Todo ello en el
marco de la espiritualidad. Pero viene el caso –en el ámbito de la prendas de vestir- ya
anotado en la introducción: wak‟a traducible a “faja”. Asunto que abre el debate dentro
del espacio conceptual de la polisemia y la homonimia.

4.1. Wak‟a en el campo de la espiritualidad


El significado “sagrado” puede reunir todos los sentidos posibles que puede adoptar,
considerando que lo “sagrado” en el mundo andino prehispánico y de 1600 hacía
referencia a las “deidades”, “lo sobrenatural”, “lugares donde impactó el rayo”, “lo que
excedía la normalidad”; así como define el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios
Reales, mismo que será citado más adelante. Lo que se puede encontrar en el
Vocabulario… de Bertonio va desde la connotación de “ídolo”, “monstruo”, “ofrenda” al
ídolo, “pagano” o “gentil”, entre otros.

10
La bastardilla es nuestra.

13
Con el sentido de “ídolo”, es necesario puntualizar aspectos singulares como el “acto de
adorar”, la “idea de adoración”, el “lugar de adoración” y “alguna figurilla” pasible de
veneración. Otro aspecto a considerar es cuando se evidencia que es más extensa la
descripción en la entrada castellano – aymara y no así a la inversa (1993:119):
- Adorar ídolos. Wak'anaka jamp'atiña11.
- Adoración o culto de los ídolos. Wak'anaka jamp'atiña.
- Adoratorio de ídolos. Wak'anaka jamp'atiwi.
- Ídolo cualquiera figura o cosa que adoraban los gentiles. Wak'a vel. tata.
Y considerando la entrada de aymara – castellano (1993:930):
- Wak'a. Ídolo en forma de hombre, carnero, &c. y los cerros que adoraban
en su gentilidad.
Con referencia a cerros considerados como wak‟as anota casos específicos de la región
Lupaka y según el mismo Bertonio los más conocidos: “Anu Anu, Pachapaki, Qhapiya,
Wana, Jatukachi, Phuxpu qullu” (Ídem), lo que entra en concordancia con las wak‟as
habidos en diferentes regiones del Tawantin Suyu, especialmente relacionados a lugares
de culto o de la minería, realidad expuesta en el apartado de referencias antropológicas.
Con el sentido de “monstruo” para connotar lo que “excede la normalidad”, o aquello que
“no parece natural”. Misma apreciación fue plasmada por el Inca Garcilaso –como se ha
hecho notar líneas arriba- en sus Comentarios Reales. Con el plus que Garcilaso anota
respecto a lo que “excede a lo natural”: no solo en “fealdad” (“monstruo” según Bertonio)
si no también el “exceso de belleza” (acotación de Garcilaso). Otro aspecto lingüístico en
alusión a sentido de “monstruo”, el lexema wak‟a tiene más de un sinónimo, relación que
trataremos más adelante en un apartado. En la entrada castellano – aymara se tiene:
- Monstruo, hombre y cualquiera cosa que nace con alguna falta o
redundancia. Juxsalla, llallawa, wak'a, phark'a.
- “Monstruo” en las papas de diversa figura que las de su especie. Llallawa.
+ “Parir monstruo: juxsallachaña, wak'achaña, llallawachaña, &c.
- Monstruoso. Juxsalla, &c.
Y la entrada aymara – castellano:
- Wak'a, juxsa juxsalla, llallawa. “Monstruo”. Animal que nace con menos
o más partes de las que suele dar la naturaleza.
- Wak'a jaqi, qawra, &c. Hombre o carnero así nacido.
- Wak'achaña. “Parir monstruo”.

11
El contexto lingüístico donde aparece wak’a es en relación a jamp’at’iña, traducible en el tiempos de Bertonio como
“adorar, reverenciar, rogar y besar” (1993: 672). En la actualidad, según se puede evidenciar en la lexicografía y
lexicología de reciente data solo es portador o traducible a “besar”. Comportamiento similar ha tenido el lexema
much’ay del quechua, quedando actualmente con el sentido “besar” y nada más. El presente trabajo no podrá abarcar
jamp’at’iña, simplemente merece otro trabajo para más detalle.

14
Otros sentidos –no menos importantes- están referidos al “paganismo”, “gentilidad”,
“estar poseído por el demonio” las “ofrendas” dadas a las wak‟as y un aspecto mucho más
marginal “ociosidad” (“pereza”, “holgazán”).

Gentilidad o paganismo:
- Pagano, gentil. Sutiwisa, wak'anaka jamp'atiri.
- Gentil, infiel. Sutiwisa, wak'anaka jamp'at'iri. Moro, Turco, Sirio.
Ofrenda o sacrificio:
- Ofrecer sacrificio a los ídolos. Tatanakaru, wak'anakaru churasiña,
arphat'asiña, makhat'asiña.
- Ofrecer sacrificio a Dios. Diosaru churasiña.
Estar poseído por el demonio:
- Supayuna allqumäta jaqi. Hombre endemoniado o como endemoniado o
furioso, que por otro nombre llaman, luqhitiri jaqi. Y suelen a veces andar
por los cerros, &c. + Wak'ana allqumäta jaqi: un hombre a quien habló el
demonio o ídolo, mandándole algo o ensenándole el modo de sacrificar y
otras hechicerías.
Pereza u ocio:
- Wak'a jaqi, qimara jayra. Holgazán, perezoso
- Wak'aña. Ociosidad.
Los sentidos de “paganismo” y “estar poseído” parece presentar un intertexto del
cristianismo, lo que se ha venido a llamar como el “aymara misionero”. Una
interpretación desde la perspectiva del autor del Vocabulario…, en este caso de Ludovico
Bertonio. Quien en su condición de misionero tuvo que introducir ciertas apreciaciones
según el momento y las políticas de la administración colonial. Uno de ellos declararlos
“paganos” a aquello que estaba al margen del cristianismo, o decir que están poseídos por
el demonio cuando tienen comunicación con, no con el deidad cristiana, sino con otras
deidades: wak‟as.
Mientras que cuando propone wak‟anakaru churasiña y Disaru churasiña traducible a
“ofrendar a la wak‟as y/o a Dios” permite inferir –solo hipotéticamente- que wak‟a puede
hacer sido la traducción de Dios, en sentido de “sobrenatural”. Para ocultar esa
posibilidad los doctrineros de la época (toda la iglesia católica cristiana en su conjunto) se
han apresurado para desviar las denotaciones y connotaciones de wak‟a al campo opuesto
a la sacralidad cristiana y etiquetarlo como ídolo.
Finalmente, el sentido de “perezoso” aún no se puede explicitar y su relación con lo
sagrado, lo que obliga a futuro una investigación enciclopédica para determinar si hay
relación de connotación (puede ser metafórica) o es simple desliz de interpretación.
4.2. Wak‟a en el campo de prendas de vestir

15
El otro significado, alejado de lo “sagrado” es el de prenda de vestir, “faja”. Como
sustantivo y a la vez como verbo: “fajarse” o “ceñirse” (como se puede apreciar en la
traducción de Bertonio en el Vocabulario…). Como sustantivo puede hacer referencia a
“fajas delgadas” y “gruesas”; una prenda prioritariamente femenina (sin descartar el uso
por parte de los hombres). Connotativamente, en su condición morfosintáctica de
sustantivo, cobra otros sentidos, tales como “adorno” en referencia a ciertas partes de las
cerámicas, partes de una casa que están alrededor.
En el Vocabulario… de Bertonio se puede encontrar descripciones según la anchura de la
“faja”: qallu wak‟a y tayka wak‟a. No siempre referido a la faja misma sino a otro objeto
como cordel pero que cumple la misma función de la faja; por ejemplo, la referencia a
cíngulo, prenda de vestir de los religiosos: “cordón de seda o lino con una borla en cada
extremo que sirve para ceñir el alba del sacerdote” (Diccionario, Larousse, 2008).
También según las regiones: en Cuzco y en Lupakas.
Sustantivo: faja (castellano – aymara).
- Fajas de las indias Lupakas. Wak'a.
- Faja angosta de los incas y chinchay suyos. Qallu wak'a.
- Faja sobre que revuelven aquella delgada. Tayka wak'a.
- Cíngulo. Wak'ask'asina. Vide: ceñirse.
- Cinta o faja angosta que las indias del Cuzco revuelven sobre otra faja
vastaza. Qallu wak'a y la de abajo: tayka wak'a.

Sustantivo: wak‟a (aymara - castellano)


- T'isnu vel sult'u. La correa o cordel con que ensartan o atan algo pasándolo
por algunos agujeros. + Wak'a, jiskhu, zapato t'isnu, &c. Cordel o correa
de la faja, de las ojotas o del zapato, &c.
- Wak'a. Faja de las mujeres.
- Wak'asjasiña. Cíngulo, pretina.
- Wak'asja. Pretina, cíngulo o soga para ceñirse.
- Wak'asjä. Palo balaustrado o piedra así labrada.
- Qirukamana. Oficial de vasos. + Q'ara qiru: vaso que no tiene labor
ninguna. + Katari qiru: que tiene por asilla un león. + Wak'asja qiru: vaso
que tiene como una cinta o taja en medio. + Chäntaqata qiru: vaso que en
los extremos tiene encajado estaño.

Verbo: fajarse o ceñirse (castellano - aymara).


- Fajarse. Wak'arusiña, wak'at'asiña, wak'arut'asiña.
- Fajar a otra. Wak'at'äña, wak'aräña, wak'arut'äña.
- Apretarse bien el cíngulo, cordón, &c. Wak'asjasiña jiskat'asiña, tartäsiña,
t'araxwäsiña.
- Ceñirse. Wak'asjasiña.
- Ceñirse o fajarse. Wak'at'asiña, wak'arusiña.
- Ceñir a otro. Wak'asjasäña.
- Ceñir a otra. Wak'atäña vel. lluwa k'aräña.

16
Verbo: Wak‟arusiña o wak‟at‟asiña y otros derivados (aymara -
castellano).
- Wak'at'aña. Fajársela.
- Wak'at'asiña. Idem.
- Wak'ärusiña. Idem.
- Wak'ärut'asiña. Idem.
- Wak'at'äña. Fajarla a otra.
- Wak'äruwaña. Idem.
- Wak'ärut'añä. Idem.
- Wak'arut'äsiña. Dejarse ceñir la faja.
- Wak'arut'asäña. Hacer que se ciña, mandándoselo.
- Wak'asjasiña. Ceñirse.
- Wak'aruntasiña. Ceñirse algo debajo de la saya o camiseta para abrigarse
o ponerse cilicio como faja.
- Wak'asjachaña. Labrar así.
- Wak'allä mak'antaña. Idem.
- Wak'allächaña. Idem: porque parecen ceñidos vel manq'antachaña.
Como se puede evidenciar es prolija la descripción de Bertonio, ya sea en su acepción de
“sagrado”, como también de “faja”. Lo que no sucede con los diccionarios del siglo XX y
XXI, éstos se caracterizan por ser más lacónicos. También como prenda de vestir recibe
ya una interpretación del momento histórico, como lo es la cristianización en el primer
siglo de la conquista, cuando se traduce como “cíngulo”.
Sin embargo, hay otro aspecto que merece la atención de los lingüistas. Wak‟a como
“sagrado” y wak‟a como “faja”. No directamente desde el ámbito semántico, sino desde
la parte formal, es decir, desde la fonología y morfología. En la edición de Radio San
Gabriel (1993), de donde se ha extraído los datos arriba citados, una edición que adecúa la
parte gráfica al sistema consonántico y vocálico vigente desde las últimas décadas del
siglo XX. En dicha edición aparece el lexema wak‟a -ya sea para significar “faja” o
“sagrado”- de manera idéntica. En la versión paleográfica, la edición original de 1612,
confeccionada en la imprenta de Francisco del Canto, también existe identidad: Huaka y
Huaka. Dicha identidad fonética-fonológica puede llevar a dos fenómenos de interés de
la semántica: polisemia y homonimia. Es decir, puede ser un caso de polisemia o un caso
de homonimia, pero no los dos a la vez (aunque en el tiempo puede haber cambiado de
polisemia a homonimia o viceversa).
Entonces se hace difícil determinar ya sea en 1600 como también a finales del siglo XX si
es polisemia u homonimia. En caso de ser polisemia, hay que encontrar algún lazo –
rasgo- de conexión; que puede haber ocurrido por un fenómeno de cambios de significado
como es la metáfora. Hipotéticamente la única sospecha que se puede inferir –a favor de
la polisemia- es que tanto la faja y también lo sagrado son “centrales” en la vida del
hombre andino, sea en comunidad o en la familia. La “faja” como prenda de vestir más
importante para sostener en forma el cuerpo, y lo “sagrado” como una relación elemental
para el equilibrio del ser andino con lo sobrenatural. En ese caso el rasgo de relación sería
“lo elemental”, aquello que es “sostén” o “fortaleza” del ser andino. Un “elemento

17
importante”, “esencial” como lo es el caso la grasa: lik‟i en aymara y wira en quechua;
expresado en el mito del Kharisiri o Lik‟ichiri.
De tratarse de un caso de polisemia el punto de partida tendría que haber sido uno de los
significados, no los dos a la vez, “faja” luego “sagrado” o viceversa. Un punto en contra
de la polisemia es que se trata de temas diferentes, uno es “prenda de vestir” y otro es
“sagrado” (“ídolo”, “lo que excede lo natural”, “máximo en fealdad, monstruo”, entre
otros). El hecho de marcar diferencia temática no es motivo suficiente para descartar un
caso de polisemia, pero juega más a favor de la homonimia.
En caso de ser homonimia, al margen de la diferencia temática, se requiere encontrar un
origen etimológico diferente, lo que se hace difícil precisar de manera inmediata teniendo
el mismo lexema, sea en 1600 como también en el siglo XX. En caso de tratarse de
homonimia, quiere decir que solo coinciden en la parte formal y no así en el plano del
significado, no hay rasgo alguno que relacione ambos casos. Esa realidad parece ser más
plausible. De ser así, hay que plantear dos posibilidades. Primera posibilidad es que sean
palabras distintas semántica y morfológicamente, pero dentro de la lengua aymara. En
algún momento de la historia de la lengua aymara tenían alguna marca distintiva a nivel
fonológico, entonces, no se pronunciaban (ni se podían escribir) de manera idéntica. La
segunda posibilidad es que uno de los lexemas proviene de otra lengua. Puede ser del
quechua, puquina, uru u otra contemporánea de la lengua aymara. En el segundo caso,
posible a manifestarse formalmente de manera idéntica, o que en primera instancia –
primeros momentos de interferencia- tenía también una diferencia fonológica y en lo
posterior se han asemejado como consecuencia de convergencia semántica12.
Era necesario plantear en esta parte la problemática entre si es polisemia o es homonimia.
Porque en quechua solo aparece en el campo de lo “sagrado” y en los diccionarios
bilingües de finales del siglo XX (aymara-castellano, viceversa) aparece ambas
posibilidades, como “faja” y “sagrado”, pero no permite dilucidar la relación entre forma y
sentido a donde pertenecen la polisemia y la homonimia.
4.3. Wak’a “prenda de vestir” y wak’a “sagrado” e “ídolo” en los diccionarios
de finales del siglo XX
Como se ha dicho reiteradas veces líneas arriba, que los diccionarios del siglo XX se
caracterizan por ser lacónicos y eso no permite avizorar detalles fonológicos,
morfológicos y semánticos. Las definiciones que nos presentan son breves y directas, sin
embargo, pueden permitir algunas constatar modificaciones a nivel de significado, como
se puede observar hay un paulatino olvido de wak‟a como “sagrado” y su vigencia es más
viable como “faja”. Inclusive en el mundo espiritual solo se define como “ídolo”, algo
similar con la idea de 1600 ya sea en quechua como también en aymara.
Se ha consultado tres diccionarios bilingües (aymara – español y viceversa) de reciente
data. Publicados en los últimos años del siglo XX y a principios del XXI. El primero es de
R. P. Pedro Miranda S., quien publicó en la ciudad de La Paz (Bolivia), año 1970. El
segundo es de Juan Enrique Ebbing, un trabajo que contempla gramática y diccionario

12
La convergencia fonética es un fenómeno estudiado dentro de la homominia para explicar los cambios dados a nivel
formal (significante), cuando dos lexemas distintos con el correr del tiempo llegan a ser homófonas u homógrafas.

18
aymara a la vez, en un solo bloque, editado por la Editorial Don Bosco de la ciudad de La
Paz (Bolivia) en el año de 1981. Finalmente de Felix Laime Pairumani, uno de los
estudiosos notables de la lengua aymara, un diccionario bilingüe, publicado por el CEA
(Consejo Educativo Aymara); para el presente trabajo se ha revisado la tercera edición
revisada –según menciona en el mismo texto- año de 2004.
En el trabajo de R. P. Pedro sobresale –porque aparece en primera línea- el significado de
“faja” y sus derivados verbales que denotan “fajar”, porque sencillamente con el
significado referido al mundo espiritual no aparece; si lo hace es bajo otro significante, es
decir, no como wak‟a, sino como waq‟a qala.
- Wak‟a. Faja tejida en colores combinados, más o menos de unos diez cm. de ancho
por un metro de largo terminado en huatos o cordones para amarrar, equivale a
cinturón de cuero.
- Wak‟antaña. Asegurar el pantalón, el faldellín a los pequeños.
- Wak‟antasiña. Asegurarse el pantalón con la wak‟t13.
- Waq‟a qala. Peñas o piedras desfiguradas que tienen especie de rayas o figuras, a
los que atribuyen virtudes malignas, como si ocasionasen la enfermedad y muerte
de los pequeños, los campesinos tienen horror a estas piedras.

Juan Enrique Ebbing entre las novedades –por el parecido a nivel de significante- ya
introduce la refonimización de vaca en waka. Respecto a la wak‟a, al igual que R. P.
Pedro Miranda solo registra el significado como prenda de vestir: “faja”; y no así el
significado que corresponde al campo de la espiritualidad andina. Por cuestiones de
ortografía anota wakka en lugar de wak‟a.
- Waka. Vaca.
- Wakka. Faja, cinturón; espíritu maligno.
- Wakkaña. Fajar.
- Wakkasiña. Ceñidor; fajarse.

Por último, Felix Laime Pairumani, como quien ha emprendido varios trabajos en lengua
aymara, desde literatura, gramática, lexicografía y aspectos culturales pretende ser más
prolijo entre los contemporáneos. A pesar de todo, el sentido dominante es la de faja,
porque lo de sagrado o ídolo más parece un aporte desde su formación y la tendencia
actual de revalorización de lo andino desde diferentes discursos. Cuando describe wak‟a
dentro de la espiritualidad andina, al igual que Bertonio cita las wak‟as más sobresalientes
de la región Lupaka, también Layme anota las wak‟as presentes al este del lago Titicaca.
- Wak‟a. s. Faja. Tira de lienzo o tejido que sirve para ceñir el cuerpo por la cintura.
Ceñidor, cinturón. Chumbe.
- Wak‟achaña. tr. Franjear, poner franjas.
- Wak‟aña. tr. Fajar. Rodear o envolver con faja.
- Wak‟a. s. Guaca. Dios tutelar masculino del lugar que moran en piedras
antropomorfas o de formas impresionantes, en el “ayllu” pueden existir varios y
cada uno tiene funciones en que pueden ayudar cuando se practica la reciprocidad
con ellos. Aquí algunas “Wak’as” más conocidas: „Yaruwillka, Pari Akäka,
Pachaqama, Chuxllu Quta, Chincha, Qarwarani, Sara Sara, Qurupuma,

13
Wak’at en lugar de wak’a por simple error de transcripción.

19
Sulimana, Qurikancha, Paqari Tampu, Pukara, Tiwanaku, Illampu, Illimani,
Säxama.
- Wak‟ali14. s. Ceremonia antigua pidiendo lluvia.

5. Relaciones sinonímicas de la wak’a en quechua y aymara

En la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI se puede decir que tiene una
relación sinonímica con supay (quechua) y supaya (aymara); porque el proceso de
cristianización ha dado resultados, hasta destinar al mundo obscuro, al opuesto del
mundo cristiano, ya que éste último se declara metafóricamente como el mundo de la luz.
Monseñor Rosat afirma que en el mundo católico wak‟a sería igual a llulla supay (1999:
1203). Llulla supay, “demonio metiroso”.

Los sinónimos aparecen en los Vocabularios… de Bertonio y de Holguín. Eso se debe a


las diferentes connotaciones que portaba en la época de 1600, situación que ya no es
posible en el siglo XX y XXI. A pesar que textos del primer siglo de la colonia a los que
se hace referencia en el presente trabajo, fueron elaborados por personas fuertemente
relacionados a la administración eclesiástica de ese entonces, aún así se puede encontrar
un número considerable de sinónimos del lexema wak‟a. Con diferencias no muy
considerables en términos de cantidad entre aymara y quechua.

En el Vocabulario… de Bertonio se hallan los siguientes sinónimos: tata, juxsa


(juxsalla), llallawa, phark’a, sutiwisa, allqümata jaqi, luqhitiri jaqi, qimara jayra,
anullawlli, jikalla (jikhalla), inkilla, mayqu.

SINÓNIMOS DE WAK‟A EN LENGUA AYMARA


Padre o señor (como sinónimo de awki).
Tata El hechicero. Tatanaka. Las guacas o
ídolos. (Bertonio, 1993: 902)
Monstruo o cosa que tiene más o menos de
Juxsalla lo que la naturaleza suele dar, así a los
hombres como a animales. Llallawa: es
más propio de papas monstruosas.
(Bertonio, 1993:708)
Papa o animal monstruoso, como dos
Llallawa papas pegadas o como una mano, un
animal de cinco o seis pies. Llallawa
amka, qawra, &c Papas o carnero
monstruoso. (Bertonio, 1993:750).
Cosa monstruosa, pie o mano que tiene
Phark‟a más o menos de lo que da naturaleza.
(Bertonio, 1993: 817)

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Wak’ali queda anotado por tratarse de una ceremonia, así como está definido.

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El infiel. (Bertonio, 1993: 893).
Sutiwisa
Flojo, perezoso. (Bertonio, 1993:841)
Qimara
Holgazán, perezoso. (Bertonio, 1993:601).
Anu llawlli
Holgazán, flojo, perezoso. (Bertonio,
Jikhalla 1993:689).
Señor de vasallos. En otros pueblos dicen
Mayqu mallqu. (Bertonio, 1993: 409).

Los sinónimos en el Vocabulario… de Holguín no son tantos como en el aymara de


Bertonio, solo aparecen los siguientes: ttira, ylla, puma runa, willka, llulla supay.

SINÓNIMOS DE WAK‟A EN LENGUA QUECHUA

Ttira Ahua, o uispa. La melliza hembra quando


nazen dos de vn parto. Ttira o illa. El
varón. (Holguín, 1989: 17).

Ylla La piedra vezar grande, o notable como vn


huevo, o mayor, que la trayan consigo por
abusión por ricos y venturosos. (Holguín,
1989: 366). Todo lo que es antigua de
muchos años guardado. (Ídem, 367).

Puma runa poques Bárbaro salvaje sin ley sin Bey. (Holguín,
1989: 297).

Willka Un árbol que su fruta como chochos es


purga. Melecina hecha de este árbol.
(Holguín, 1989: 352).

El sol como antiguamente decían y ahora


dice inti. Adoratorio dedicado al Sol u
otros ídolos. (Bertonio, 1993: 515).

Es también una cosa medicinal o cosa que


se daba a beber como purga, para dormir y
en durmiendo dice que acudía el ladrón
que había llevado la hacienda del que
tomó la purga y cobraba su hacienda. Era
embuste de hechiceros. (Ídem).

Llulla supay Deidad de la mentira (según Moseñor


Rosat, 1999:1203)

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Entre los sinónimos el más destacable es el caso de tata. Término de origen aymara, con
mayor probabilidad. En la actualidad presente en el quechua y aymara. El significado
que justifica su presencia en ambas lenguas es la de “padre progenitor”. Sin embargo, en
1600 ya era portador de ese rasgo familiar “padre”, en relación sinonímica con awki
(“padre”); pero a la vez en el mundo espiritual era el sinónimo más próximo de wak‟a,
porque era traducible a “hechicero”, “ídolo” como se ha anotado líneas arriba.

En los tiempos que corren –fines del siglo XX y principios del XXI- se evidencia con
mayor frecuencia el rasgo “progenitor masculino”, el referido a la religiosidad andina
“hechicero” aún está presente en el discurso del denominado cristianismo andino, en
expresiones como Tata Santiago, Tata Cura, Santa Ver Cruz Tatala, Tata Bombori. Y en
relación a la religiosidad andina: Tata Q‟aqcha, festividad minera que se celebra dos
semanas antes del carnaval en la ciudad de Potosí.

En las expresiones citadas parece estar más relacionado con el mundo religioso,
guardando aún algún resquicio de su proximidad con wak‟a, es decir, con las deidades,
por mucho que en esos lugares esté la iconografía de Santos cristianos.

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CONCLUSIÓN.
Más que una conclusión o conclusiones es una puntualización de aquellos aspectos que
parecen más relevantes. Atención especial requiere el punto de vista del Inca Garcilaso
de la Vega. Definir el lexema wak‟a como “lo sagrado” ni es una generalización ni es
una restricción innecesaria, el cronista cree que hay una restricción abusiva por otros
cronistas, en especial por desconocimiento de la lengua y la realidad andina. Lo que
reclama el Inca Garcilaso de la Vega más parece el significado referencial, porque el
concepto de ídolo en el primer siglo de la colonia tenía mala reputación, decir ídolo era
negar “lo sagrado”, era una forma de desplazar al mundo pagano, opuesto al cristianismo.
Ese desplazamiento dio como resultado la negación de su carga espiritual.
Wak‟a podía considerarse varias cosas, como menciona Garcilaso, desde Wiraqucha
hasta una papa que no era tan común. O es que “lo sagrado” no era reducible a unas
cuantas realidades, sino infinidad de realidades, desde cerros que poseían minerales,
personas con ciertas deformaciones (labio leporino), personas mellizas (que se creía y
aun se cree que son las indicadas para descifrar el mundo sobrenatural).
También es oportuno mencionar las diferencias entre cronistas. En el presente trabajo
solo se ha mencionado al Inca Garcilaso de la Vega y Guamán Poma de Ayala,
precisamente porque tienen criterios diferentes sobre el tema de los incas y la época
preincaica. Si el Inca Garcilaso defiende la idea de la época incaica más próxima al
cristianismo (al monoteismo), Guamán Poma acusa al imperio incaico –desde su origen-
como idólatras. Garcilaso afirma que la idolatría es la característica de las sociedades
preincaicas, porque eran sociedades que aún vivían “sin razón ni urbanidad”, y fueron los
incas los que pusieron orden en la vida de los habitantes.
Como antítesis a la tesis de Garcilaso está la propuesta de Guamán Poma, quien señala a
todos los incas como los iniciadores e instaladores de la idolatría. Gran culpable la
Mama Uaco Ocllo, hechicera y mentirosa, en propias palabras del autor de Nueva
Corónica. Es más, ser inga es ser gente común, no representa ningún linaje, no es
similar a ser Capac Apo (Qhapaq Apu). Pero las cuatro generaciones anteriores al
imperio incaico no fueron idólatras, tenían mínimos conocimientos del dios cristiano,
porque son descendientes de Noé. Y la idolatría llegó sin más con los incas. Muchos
críticos relacionan esa postura con el discurso instalado durante el gobierno de Francisco
de Toledo. Un discurso que desacredita a los incas acusándoles de usurpadores e
idólatras, una especie de justificación de la conquista española.
Otro aspecto abordado en el presente trabajo es respecto a la relación de polisémica u
homonímica, provocado por la ortografía manejada en el Vocabulario… de Bertonio. En
la versión paleográfica, ya sea para significar “sagrado” (o “ídolo”) y para “faja”,
presenta la misma notación gráfica: huaka. Como consecuencia, la edición de Radio
San Gabriel de 1993 presenta wak‟a; también otros diccionarios de reciente data.
Aunque presenta en diferentes entradas, lo que podría permitir inferir desde la
lexicografía contemporánea como homónimos. Otro detalle, a favor de la homonimia, es
la diferencia a nivel temático; como faja corresponde al campo de la vestimenta y como
sagrado (ídolo) al campo de la espiritualidad. Entonces si es un caso de homonimia, es
posible afirmar que son etimologías diferentes.

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La sospecha de la homonimia no borra del todo la posibilidad de la polisemia. Si se
prefiere una explicación polisémica hay que encontrar alguna relación, algún rasgo
semántico que relacione entre faja y sagrado. Un caso hipotético sería que ambos son
elementales en la vida del hombre andino. La faja, la prenda esencial dentro de la
indumentaria; y lo sagrado, elemento crucial en la vida del andino. De ser así, en algún
momento de la historia, por un proceso metafórico ha llegado a significar dos cosas (o
situaciones) a la vez.
En quechua no hay posibilidad de discusión entre si es polisemia u homonimia, porque
en el Vocabulario… de Holguín está huacca, para significar solamente “sagrado o
ídolo”; mientras que “faja” está representado por otro significante: chumpi. El conflicto
en quechua es si existe relación o no con el sustantivo y verbo: llanto y llorar, ya que
ortográficamente Holguín anotó de manera similar: huacca, “llanto”; huaccani, “llorar
en grito”. Además existe la información antropológica donde se afirma que existía la
costumbre de llorar en los lugares donde estaban las huaccas (wak‟as) o el llanto
ritualizado a los difuntos, a razón que ya se consideraban wak‟as.
Finalmente es necesario anotar los diferentes sinónimos en los Vocabularios… de 1600,
situación que ya no es posible a fines del siglo XX y principios del XXI. El sinónimo
más llamativo es tata. También es menester anotar que en aymara tiene más sinónimos
que en quechua, y una relación polisémica y homonímica posible en aymara y no en
quechua. Si en los tiempos que corren (siglo XX y XXI) la presencia de wak‟a está
reducido semánticamente, incluso en la misma cotidianidad, salvo como símbolo de
reivindicación cultural; a pesar de ello es posible encontrar sinónimos en un contexto de
interferencia: aymara-quechua-castellano y viceversa. Entre ellos podemos anotar Tata
Santiago (y otros), santo, virgen y otros términos relacionados con la religiosidad
cristiana andina.

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BIBLIOGRAFÍA.

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quechua, Gobierno Regional de Cuzco, Cuzco – Perú.

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de Cultura Económica, México.
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Perú llamada Qquichua o del Inca. Versión paleográfica en http://www.rumasimi.

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Educativo Aymara, La Paz, Bolivia.

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12. Miranda, S., Pedro [R.P.]. (1970) Diccionario Breve Castellano–Aymara, Aymara-
Castellano, El Siglo, La Paz, Bolivia.

13. Rosat, P., Adalberto, A. [Monseñor], (2004) Diccionario Enciclopédico Quechua –


Castellano del Mundo Andino, Cochabamba, Bolivia.

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