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El 6 de diciembre es el día de San Nicolás.

Un día muy especial y festivo en Alemania, sobre todo


para los niños, ya que reciben regalos después de haber dejado los zapatos en la ventana, bajo el
árbol de Navidad, en la puerta de sus habitaciones o junto a la chimenea.

La tradición del zapato junto a la chimenea tiene su origen en la creencia de que la chimenea era
el vínculo que unía a los dioses con los humanos, de ahí que Santa Claus y San Nicolás entren por
la chimenea de cada casa para dejar los regalos y al entrar veían los zapatos, dejaban allí sus
obsequios para los niños.

Ese 6 de diciembre se celebra en Alemania el Nikolaustag. Como aún es tiempo de colegio, los
niños reciben en él la visita de San Nicolás, quien les deja caramelos, chocolates, dulces y frutos
secos. Pero no todo se ciñe exclusivamente a los niños, ya que incluso hay algunas empresas en las
que el empleado más joven se debe disfrazar de San Nicolás para repartir regalos y caramelos
entre los demás compañeros.

Cuenta una de las tradiciones sobre San Nicolás que este fue un santo nacido en el siglo III. De muy
pequeño perdió a sus padres, quienes le dejaron una gran riqueza. Pero el joven Nicolás no era del
todo feliz y se dedicó a repartir sus bienes con los más necesitados. De ahí la tradición de que
todos reciban regalos el día de San Nicolás, quien precisamente murió un 6 de diciembre.

Pero para este ingente trabajo San Nicolás necesita la ayuda de un paje, que en Alemania se llama
Ruperto. Algunos creen que se trataba de un pequeño demonio al que derrotó el propio San
Nicolas, por eso en ocasiones se representaba encadenado al santo. Otros creen que simplemente
es un criado que se volvió negro por entrar en las casas por las ch

imeneas. Y, ojo, a los niños malos que no se han portado bien durante el año les da unos azotes.

Lo cierto es que los niños en Alemania esperan ya impacientes la llegada de San Nicolás cada 6 de
diciembre.

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