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AGRICULTURA, CAMPESINADO, RUR-URBANISMO Y PANDEMIA COVID-19

(Más allá del Marco de Referencia del DPAA, UAM-X)

Bernardino Mata García

A manera de introducción

Hace 3 años iniciamos un trabajo de investigación en el Departamento de


Producción Agrícola y Animal (DPAA) de la UAM-Xochimilco sobre un nuevo
marco de referencia (Contexto actual de las actividades agropecuarias en México),
con el cual se pretendía contribuir a reorientar las funciones sustantivas de
docencia, investigación y vinculación del departamento en cuestión. En el año
2018 se culminó dicha investigación, en la que participaron 10 docentes del
Departamento, y los resultados se publicaron en un libro y un CD, bajo el titulo de:
El Sector Agropecuario en México. Marco de Referencia del Departamento de
Producción Agrícola y Animal de la UAM-X. Entre sus recomendaciones, se tenían
las siguientes:

1. Ver la posibilidad de que el DPAA destine los recursos necesarios para


conformar un área de estudio y generación de innovaciones para los
sectores de pequeños productores agrícolas y pecuarios del país.
2. Que los docentes orienten sus investigaciones modulares, que realizan en
las comunidades rurales y con grupos de productores, hacia la nueva
agricultura ecológica o agroecología.
3. Pensar en la viabilidad de diseñar una “Nueva Carrera” en el DPAA que
rescate los principios originales del Sistema Modular, pero ahora
complementada con el uso de las TICs.
4. Entre algunas de las propuestas de futuro, se mencionaron: Agricultura
periurbana y urbana, Producción agropecuaria orgánica de traspatio,
Conservación de la biodiversidad y Educación agroalimentaria.

1
5. Establecer convenios de colaboración con empresas, instituciones y
organizaciones campesinas para que los estudiantes realicen, directamente
con ellas, parte de su práctica profesional.

Hoy, ante la problemática que enfrentamos en el país por la pandemia de


COVID19, algunas de esas recomendaciones, como la de Agricultura Urbana
(AU), podría intentarse ponerla en práctica o, cuando menos, elaborar los
proyectos para implementarla cuando se presenten las condiciones favorables
para ello. Este texto pretende contribuir, en parte, a ese propósito.

Diagnóstico breve de nuestro país

La situación del campo mexicano y de la cuestión agropecuaria, según nuestra


investigación, no era muy satisfactoria; y, para el inicio del presente sexenio, en el
año 2019, apenas se estaban estableciendo programas gubernamentales para
resarcir las consecuencias de las políticas públicas anteriores, las cuales habían
sumido en el abandono y el estancamiento a los productores de alimentos, sobre
todo, a los campesinos y agricultores de escasos recursos. Reflejo de dicha
situación fue que nuestro país, que hasta la década de los 70´s, era exportador de
alimentos y con la producción agropecuaria contribuía a cerca del 7% del PIB; en
contradicción, en años recientes, México se convirtió en uno de los países del
mundo que importaba más del 45% de sus alimentos y el sector agrícola solo
contribuía con menos del 3% al PIB; y, aún así, lo agropecuario superaba a los
otros sectores económicos en ese indicador, ya que el PIB nacional solo
rebasaba, en el último sexenio presidencial, un punto al 2% en promedio.

El retroceso y estancamiento en nuestro sector agropecuario, en gran parte, se


debe a la aplicación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),

2
que ha funcionado desde el año de 1994 a la fecha. Entre algunas consecuencias
del TLCAN en el agro mexicano, se anotan las siguientes1:

1. El TLCAN trastocó radicalmente la dieta de las clases populares


provocando una epidemia de diabetes, obesidad y desnutrición; por lo cual,
ahora se magnifica el impacto de la crisis del COVID-19 en la población del
país.
2. Ese Tratado de Libre Comercio propinó un golpe demoledor a los cultivos
de granos y oleaginosas. Al día de hoy, importamos mas del 45% de los
alimentos que consumimos y Estados Unidos provee casi la mitad de ellos.
En 2018 se compró del exterior: 82.2% de maíz amarillo, 86% de arroz,
70% de trigo, 13% de frijol y 39% de carne de cerdo; lo que importó cerca
de 4 mil 910 millones de dólares, que fueron divisas que salieron del país.
3. Dicho Tratado provocó la pérdida de unos 2 millones de empleos agrícolas,
poniendo en riesgo vida y salud de los expulsados de nuestra tierra,
migrantes que buscaban mejorar sus condiciones deplorables de
subsistencia, que son las condiciones de pobreza y marginación en que
vive un alto porcentaje de los mexicanos.
4. Contra toda esa situación, los campesinos milperos han mantenido la
producción de maíz blanco, apoyados por el envío de remesas que reciben
de sus familiares que trabajan en Estados Unidos y, con ello, mantienen
vivas sus semillas nativas, sus sistemas productivos y la cultura asociada a
sus usos y costumbres.
5. Las mejores tierras y que disponen de agua en los territorios campesinos,
con el TLCAN han sido demandadas e invadidas o compradas por
compañías inmobiliarias y empresas turísticas; otras, ubicadas en
montañas y regiones escarpadas, padecen la presión de las compañías
mineras que buscan despojar a los campesinos indígenas de sus territorios
y de sus recursos naturales; amén del crimen organizado que los expulsa


1 Hernández N.L. T-MEC, Agricultura y Neoliberalismo. La Jornada. 14 de julio, 2020

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de sus comunidades o les confisca los terrenos comunales para la siembra
de estupefacientes.
6. Más de 25 años del TLCAN destruyeron el viejo tejido social y la
infraestructura productiva del campo se sustituyó por agronegocios de
frutillas y de huertos de aguacate, especialmente en la Región del Bajío y
Michoacán, así como que se favoreció el establecimiento de empacadoras
y maquiladoras de la industria estadounidense en el norte del país, lo cual
posibilitó la explotación del trabajo infantil y femenino, y el fomento de la
drogadicción juvenil. Esto, de alguna manera, ocasionó mayormente el
abandono y descuido de la producción agropecuaria nacional.
7. Todo lo anterior y con mayor gravedad para los campesinos mexicanos,
ocurrirá y se magnificará con la firma y entrada, en el mes de julio, del
nuevo tratado comercial, el T-MEC. Este nuevo tratado limita el uso y el
intercambio de semillas nativas o criollas entre los pequeños agricultores y
campesinos, quienes no podrán resembrar el producto de su cosecha
(semillas de maíz), como lo hacen regularmente, sino que para ello tendrán
que solicitar el permiso de la Compañía de semillas (trasnacional) que
obtuvo el derecho de “obtentor”, ya que el T-MEC le posibilitará a empresas
extranjeras patentar nuestras semillas nativas y plantas medicinales de
nuestros pueblos originarios. Con ello se entregará parte de nuestro
patrimonio cultural agrícola a las grandes Compañías Semilleras
Transnacionales.

Y con todas esas consecuencias que son producto del TLCAN, ahora el T-MEC,
alguien dice que ¡ya no se aplica la política neoliberal expansionista del
capitalismo en nuestro país!

Y ahora, en este año de 2020 y con los meses que han transcurrido de la
Pandemia del COVID-19, se ha venido develando la grave crisis, en todos los
órdenes, del sistema capitalista mundial. Desde luego, los mayores efectos e
impactos de esa pandemia se están reflejando en los sectores sociales más
vulnerables y olvidados del desarrollo: los campesinos, los pastores, los

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recolectores, los jornaleros y, sobre todo, las poblaciones de los pueblos
originarios. Nuevamente, el medio rural y el campesinado, sector productor de la
mayor parte de los alimentos en el mundo, será el más perjudicado por no contar,
entre otros, con los servicios sanitarios ni de salud, como si los tienen las zonas
urbanas, en general. Pero, además, parte de los recursos que se destinan como
subsidios por los gobiernos, para fomentar las actividades agropecuarias, se verán
reducidos o se retirarán al sector primario, debido a poner mayor atención y
financiar actividades urgentes para resolver problemas de la contingencia sanitaria
debido a la pandemia del COVID-19.

Por otra parte, ya es notorio que el sistema agroalimentario mundial se ha venido


transformando con la aplicación de procesos industriales. Así vemos, grandes
invernaderos robotizados y amplias extensiones de tierra trabajadas con
agricultura protegida para la producción “en serie” de verduras y hortalizas;
fomento de empresas de agronegocios para impulsar la siembra de cultivos
transgénicos, especialmente granos y cereales, libres de malezas, plagas y
enfermedades con el uso de agroquímicos; empleo de maquinaria agrícola
automatizada para trabajar, día y noche, sin la necesidad de operadores directos,
etc.; así como también, ubicamos la producción de carne bovina, avícola, porcina
y piscícola en granjas o estanques confinados, con grandes hacinamientos, y
mantenidas las especies con alimentos hormonales balanceados y controlando las
enfermedades con diversos antibióticos. Toda una producción alimentaria
industrial, química y sin valor nutricional, pero con la perspectiva de grandes
ganancias para el empresario capitalista o para las empresas multinacionales y
que acaparan el sector agroalimentario mundial, como son: Cargill, Bayer-
Monsanto, Unilever, Singenta, entre otras.

En ese contexto, se manifiestan varias crisis mundiales, tales como: la energética,


la sanitaria, la alimentaria, la educativa-cultural, la territorial, la migratoria, la
climática, la de desertificación, la de extinción de especies, la de desempleo y, a la
par de las crisis, el auge y desarrollo del narcotráfico o delincuencia organizada.

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Esa situación que se presenta a nivel internacional, necesariamente se refleja en
México, ya que por más de tres décadas se han aplicado, “obedientemente”, las
políticas recomendadas por el neoliberalismo, sistema globalizado establecido por
los gobernantes de los países que liderean el sistema capitalista mundial.
Globalización que ha posibilitado que ese sistema económico se reparta el mundo
a través de la conformación de los bloques comerciales o tratados de libre
comercio; y, por ello, a nuestro país, le correspondió desde 1994 el TLCAN y,
ahora, el T-MEC.

Como una consecuencia de dicha política, en México estamos enfrentando


diversas de esas crisis y que se manifiestan en los problemas siguientes: bajo o
nulo crecimiento económico; caravanas migratorias; desempleo creciente; mayor
dependencia y sumisión a la política de EUA; prevalencia del sistema educativo
tradicional (y ahora con dificultades para establecer la educación remota);
educación superior orientada por la política de evaluaciones y certificaciones que
impone la internacionalización o mundialización; permanencia y fomento de la
política neoliberal (apoyo a megaproyectos); fomento de la confrontación social
(chairos vs fifís o liberales vs conservadores); movimientos sociales contra
algunas políticas gubernamentales; y, destacada atención con prebendas y
facilidades de negocios al capital y al ejército, como ejes de la política nacional.

En el caso del agro-mexicano, algunos de los problemas que se tienen y están


relacionados con la tierra, la población y la agricultura, son los siguientes: escasa
productividad, desigualdad, pobreza, inseguridad, despojo de territorios, invasión
cultural, paternalismo, desorganización, enfermedades, educación deficiente,
sequías, contaminación ambiental, siembra de transgénicos, bajos precios
agrícolas, desempleo y subempleo, y la imposición de megaproyectos (Tren Maya,
Corredor Transítsmico, Aeropuerto Santa Lucía).

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II

El gobierno de la 4T y la contingencia sanitaria

Ya en 2019 se anunció los proyectos de la 4T: Sembrando vida; Agricultura


familiar; Fertilizantes para aumento de la producción en maíz, frijol y arroz; Precios
de garantía a cultivos básicos; Jóvenes construyendo el futuro; Tandas para el
bienestar; Apoyos a adultos mayores; etc., todos ellos dirigidos, unos a
productores agrícolas de hasta 20 hectáreas, pero especialmente a los
campesinos de menos de 5 hectáreas y, otros, que de alguna forma, inciden en
las actividades productivas e impactan a los diferentes sectores en el medio rural.
Con relación al tiempo que llevan funcionando, una primera evaluación nos dice:

“Los primeros estudios a profundidad de los `17 programas prioritarios´ del


gobierno de AMLO, -entre ellos Sembrando vida, Jóvenes construyendo el futuro o
las Universidades para el Bienestar Benito Juárez- arrojan claroscuros: si bien
parten de buenas intenciones y pretenden resolver problemas sociales
estructurales, arrancaron con `premura´ y con carencia de diseño que han
dificultado su aparición; algunos incluso han tenido poca eficacia por la política de
austeridad y los recortes presupuestarios: Coneval”2.

La mayoría de esos programas, para los cuales apenas se estaban promoviendo y


levantando los censos de los posibles beneficiarios, aún cuando algunos
empezaban a aplicarse, fueron sorprendidos y reducidas sus actividades por la
aparición de un nuevo virus, causante del COVID-19, en febrero de 2020. Ello
obligó a que el gobierno mexicano decretara, como parte de una política
precautoria, una contingencia sanitaria aplicando diversas medidas de protección
para la salud de toda la población: lavado frecuente de manos, sana distancia, uso
de cubrebocas y, sobre todo, la más importante, de “Quédate en casa”.


2 Mathiea Tourliere. Fallan los programas sociales de la 4T: Coneval. Proceso. Nº 2280. 12 de
julio, 2020. México.

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III

¡Quédate en casa! ¿los que puedan?

“Quédate en casa”, sí, parece que fue la mejor medida recomendable para no
contagiarse del mortal virus; sin embargo, de los 128 millones de mexicanos que
pueblan el país, más del 50% se encuentran viviendo en condiciones de pobreza
y, muchos, en pobreza extrema; y, más del 20% del total de la población, son
personas que viven en territorios carentes de la mayoría de los servicios públicos
en el medio rural de nuestro país; medio rural que se tipifica como: desértico,
montañoso, incomunicado, deficiente en apoyos para la producción agropecuaria y
forestal, con limitados servicios públicos de agua, drenaje, luz y sanidad, todavía
con una gran riqueza de biodiversidad, y con un alto porcentaje de población de
pueblos originarios viviendo en esas condiciones.

Por las condiciones mencionadas, nos preguntamos, ¿quiénes y cuántos


mexicanos pueden quedarse en casa?

Estamos seguros de que se quedan en casa o se cuidan más: los que viven en las
urbes o las ciudades, los que tienen un trabajo y sueldo seguro, los empleados del
gobierno o al servicio del Estado, los trabajadores académicos y administrativos
de las Universidades, los propietarios de empresas e industrias grandes o
medianas, los que disponen de recursos económicos mediante la práctica del
ahorro, los adultos mayores que dependen económicamente o son apoyados y
cuidados por los hijos, los estudiantes que fueron obligados a habilitar su casa
(propia o rentada por la familia) como escuela o universidad y, desde luego, los
niños menores de 6 años cuidados por sus papás. Esta recomendación o
cuarentena ya cumplió casi cinco meses y sus consecuencias, económicas y
sociales, son bastante considerables y deprimentes para un gran sector de la
población mexicana.

Por esa recomendación, también los obreros, los trabajadores informales, los que
desarrollan trabajos independientes, los dueños de empresas pequeñas, las

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trabajadoras domésticas, los empleados de oficinas y bancos, los albañiles, los de
trabajo a contrato, etc; es decir, la mayoría de la fuerza de trabajo productivo,
debió quedarse en casa, pero gran parte de ellos sin recibir un salario o sin
mecanismos para generar sus propios ingresos. Estos sectores y sus familias son
los que mayormente han sido perjudicados o afectados, económicamente, con el
“quédate en casa”.

IV

El “quédate en casa” en el campo

¿Y los campesinos y productores agropecuarios? Tal vez, al principio de la


pandemia, ellos seguían pensando y planificando sus actividades cotidianas para
el transcurso del año. ¿Qué y cuánta superficie sembrar? ¿Será suficiente la mano
de obra familiar o se necesita de contratar jornaleros? ¿De qué recursos
económicos se dispondrá? ¿cuáles y cuándo llegarán los apoyos de los
programas gubernamentales? ¿De cuánto serán los créditos bancarios para los
productores agrícolas y pecuarios? ¿Qué tanto se requerirá de insumos
agropecuarios? ¿Cómo será el clima este año? ¿Habrá lluvia suficiente o las
presas habrán captado suficiente agua para el riego? ¿A cómo se cotizarán
nuestras cosechas? ¿Serán suficientes los precios de garantía que anuncia el
gobierno?, etc.

Sin embargo, la pandemia y sus recomendaciones de saneamiento y cuidado para


la salud, que se divulgaban por diferentes medios de comunicación, en esos
momentos no preocupaban y poco impactaban a los campesinos, productores y
trabajadores del campo. En algunas comunidades, municipios o regiones, sus
autoridades y la población decidieron cerrar su territorio para evitar la llegada de
extraños que podrían contagiarlos de la enfermedad viral. Pero, semanas y meses
después, debido a las carencias de infraestructura y el aislamiento de la gran
mayoría de las comunidades rurales e indígenas, comenzaron a sufrir el impacto
grave de la pandemia. Pero, por otro lado, en algunas comunidades, tanto rurales

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como indígenas, por cuestiones culturales o por desinformación3, han optado por
organizarse y movilizarse para evitar que se apliquen las campañas
gubernamentales sobre la “sanitización” de sus espacios públicos, y otra parte de
la población no acata o no respeta las medidas recomendadas por el gobierno
para la protección de su salud. Habría que agregar, además, que en algunas
regiones agropecuarias y comunidades rurales, los fenómenos climáticos han
afectado las condiciones productivas y sociales, tanto por las altas temperaturas
como por los huracanes o tormentas tropicales que azotaron en el sureste y norte
del país y, también, el reciente temblor que se presentó en algunos estados del
sur y centro del país.

En ese contexto en que se encuentra la mayoría del campesinado en México, para


la aplicación de las recomendaciones sanitarias, nos preguntamos:

1. ¿Quédate en cada, para qué? Si los campesinos necesitan salir a trabajar


las parcelas para obtener algo de alimento o “a jornalear” para conseguir
algún ingreso para comprar comestibles.
2. ¿Lavarse con frecuencia las manos? Como cumplir con esa recomendación
sí, en muchas comunidades rurales, se carece o se tienen deficiencias del
vital líquido o se debe recorrer largas distancias para surtirse de agua que,
a veces, es insalubre o está contaminada.
3. ¿Uso de cubrebocas? Comprarlos, difícilmente se podrá; sin embargo, se
pueden confeccionar en casa y eso es lo que en algunas comunidades se
está haciendo e incluso como artesanías. Pero, no es lo común en las
poblaciones campesinas.
4. ¿Aplicación de gel antibacterial? Su costo e inexistencia en las
comunidades rurales, lo hace inaccesible.

Por todo ello, a medida en que avance la pandemia, el campesinado y la población


de pueblos originarios se verán mas expuestos al contagio de COVID-19 y a las


3 Veáse: Desinformación, la otra epidemia en las comunidades indígenas. Isaín Mandujano.

Revista Proceso. Núm. 2281. 19 de julio, 2020.

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fatales consecuencias por la limitada existencia de Centros de Salud Comunitarios
y de Hospitales Rurales; pero, que sí se tienen, no disponen de los medicamentos
necesarios ni de personal medico o de enfermería suficientemente capacitado
para el caso. Recientemente, el gobierno federal, con apoyo de los gobiernos
estatales (inició en Chiapas y Tabasco), vienen promoviendo un proyecto de Salud
Comunitaria a nivel nacional.

¿Qué dicen los campesinos sobre el COVID-19?

Con el propósito de conocer la situación real de lo que ha estado ocurriendo con la


pandemia del COVID-19 en algunas regiones o comunidades rurales del país, en
las que venimos trabajando desde la Universidad Autónoma Chapingo con
proyectos de Vinculación Universitaria, en el mes de junio les preguntamos a
campesinos y promotores ¿cuáles son las condiciones en que se encuentran en el
campo y en la agricultura con el problema de la enfermedad del COVID-19? Y esto
fue lo que nos respondieron, algunos de ellos…

Impacto del Covid-19 en zonas de trabajo de la Escuela Campesina del colectivo


Las Tortolas “La agricultura de la rebeldía”. (José Concepción Guzmán Nuñez, 19
de junio, 2020)

Cocotitlán, Estado de México. En nuestra zona de influencia, aqui en la zona


oriente del estado de México, el problema del covid-19, no ha afectado de manera
tan importante en la agricultura como otros factores, como lo son la falta de lluvias
y las altas temperaturas. Estos dos problemas nos han afectado desde el año
pasado (2019), en el cual tuvimos un retraso aproximado de dos meses y medio
en la lluvias de temporal, provocando así que muchos campesinos no sembraran o
voltearan sus siembras de maíz y sembraran solamente para forraje, mermando
así la producción de otro tipo de alimentos en “la milpa” como el maíz, frijol,
calabaza, haba, entre otros.

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Este año, aunado a la falta de lluvias, tenemos el incremento de las altas
temperaturas, ya que estas aumentaron entre tres y cuatro grados; el año pasado
tuvimos una temperatura entre 28 a 30 grados centígrados y este año hemos
alcanzado los 32 y 33 grados, esto ha provocado que mucha siembra se pierda y
en algunos casos ni siquiera se haya sembrado.

En la parcela-huerto demostrativo de Las Tórtolas, seguimos trabajando con los


proyectos agroecológicos: se reacondicionó la cisterna de ferrocemento para la
captación de agua de lluvia, donde se tiene producción de tilapia y cría de pato
canadiense; se le dio mantenimiento al huerto “mándala”; el invernadero ya está
en producción aunque no al 100% por la falta de agua de lluvia y algunos
problemas en la red de agua potable; el biodigestor, para la elaboración de biogas,
está inhabilitado por problemas con roedores; en la parte de la cocina se está
implementando un horno de piedra,una estufa de leña y otra para utilizar el biogas
del biodigestor cuando lo tengamos reparado; en este horno de piedra estamos
implementando una variante, ya que le estamos adaptando una estufa “roquete”,
que es una variante de la estufa ahorradora de leña, con esto lo que pretendemos
es que las familias sean un poco más autosustentables, ya que la leña será
aprovechada de las mismas podas de los árboles frutales; seguimos también con
el programa de recuperación de semillas nativas o criollas con los compañeros de
ISISI (Intercambio de saberes, intercambio de semillas), y con algunos otros
grupos con los que hemos caminado en estos 17 años de historia de Las Tórtolas.

Escuela Campesina de Zirándaro de los Chavez, Estado de Guerrero. (Francisco


García, 19 de junio, 2020)

Si bien la pandemia del Covid-19 ha paralizado muchas actividades de la sociedad


mexicana, no ha sido así en el caso del campo, la siembra no espera y el trabajo
debe hacerse si se requiere para obtener alimentos para sobrevivir.

En el caso del trabajo de la Escuela Campesina, con el apoyo del colectivo de Las
Tórtolas, en la comunidad de Zirándaro de los Chávez, en el estado de Guerrero,
ésta ha continuado ininterrumpidamente con el mantenimiento y mejora de la

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parcela demostrativa y de capacitación , dónde al momento se encuentra instalado
un biodigestor rústico para la producción de biogas, una área de elaboración de
composta y se sembró maíz criollo para el autoconsumo.

Asi mismo, en el Centro Cultural Las Zirandas, se incrementó 4 veces el espacio


destinado al huerto y en este momento lo tienen completamente sembrado y en
producción.

Si bien por el momento están interrumpidos los Talleres de capacitación para el


publico en general, atendiendo las recomendaciones de evitar reuniones que
puedan poner en riesgo la salud de las personas, seguimos dando asesorías
individuales a los campesinos y a aquellas personas interesadas en la producción
de alimentos de manera sana y sin agrotóxicos.

Escuela Campesina Xiuhcalco. Sultepec, Estado de México. (Raúl Osorio


Maldonado, 19 de junio, 2020)

La situación actual derivada de la crisis de salud en el país y en el mundo aún no


ha llegado a nuestra comunidad. Las actividades en el campo se han seguido de
la misma manera que en años anteriores. La siembra de temporal comienza en la
última semana de mayo y en esta ocasión las lluvias llegaron en el tiempo
esperado. En el caso concreto de nuestro espacio destinado a compartir nuestras
experiencias, la situación ha sido diferente y no a causa del Covid-19, sino por la
intromisión de la delincuencia organizada que llegó a esta comunidad a finales del
año 2019. Hubo una intervención en el espacio que derivo en vidrios rotos y
mobiliario destruido sin causa. Esto nos ha llevado a parar actividades y esperar
que la calma llegue nuevamente. De esta manera, nuestro proyecto de bosque
comestible que habiamos iniciado se está viendo afectado por falta de
mantenimiento en temporada de estiaje y la milpa de temporal no se sembrará.

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Escuela Campesina San Martin Cuautlalpan. (Antonio Herrera Herrera, 19 de
junio, 2020)

La situación en esta comunidad por el efecto Covid-19, es desagradable para la


mayoría de la gente que se dedica al campo, pues no cree en lo que esta diciendo
el gobierno, ya que la tasa de defunciones es la normal; por lo menos aquí, en San
Martín Cuautlalpan, se sienten obligados a seguir las normas que el gobierno
anuncia. El campo no espera, suelen decir: “prefiero morir de covid-19 y no de
hambre”, así es que los trabajos en el campo no se detienen a pesar de las
pérdidas que están afectando a toda la comunidad agraria por el factor clima. Las
altas temperaturas han afectado de manera significativa la producción frutícola y,
además, por las instrucciones giradas por el gobierno del cierre de mercados y
tianguis, las ventas de todos nuestros productos del campo se cayeron. Asi es
como se esta viviendo la crisis del Covid-19 en nuestra comunidad. Pero, aún así,
la gente tiene que comer.

Escuelas Campesinas del Totonacapan. (Romualdo García, 5 de junio, 2020)

En el campo de nuestro municipio de Papantla, Ver. seguimos las actividades de


siembra del maíz y el cultivo de calabazas. El campo no tiene cuarentena y, en
nuestra comunidad, todo bien, hasta ahora, nadie se nos ha contagiado

Escuela de Agricultura Ecológica “U Yits Ka´an” Maní, Yucatan. (Atilano Ceballos,


10 de junio, 2020)

Esta escuela tiene 25 años impulsando la agroecología y los medios de vida de las
familias campesinas del sur y el oriente del Estado de Yucatan. Con la contigencia
de COVID-19, cientos de familias no han podido comercializar los productos fuera
de sus localidades; además, la tormenta tropical San Cristobal afectó sus
traspatios inundándolos y algunas familias perdieron sus animales y huertos por
completo. Las comundiades más afectadas fueron: Maní, Mamá, Mayapan, Teabo,
Dzemucnt, Kaxaytuh, Yokdzont, Tixcacalcupul, Tekon y San Isidro. Por ello,
solicitamos apoyo solidario de nuestros compañeros campesinos mexicanos.

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Conversatorio: Educación campesina y agroecología4

En un Conversatorio reciente, donde participaron algunos representantes de


Escuelas Campesinas regionales y de otras organizaciones comunitarias del país,
se planteo que una manera de producir alimentos sanos y nutritivos, que evitarían
continuar con una dieta alimentaria que favorece la obesidad y la diabetes, que
son enfermedades que favorecen la gravedad del COVID-19, sería muy
conveniente que el gobierno se avocara a fomentar y apoyar la siembra de la
“milpa campesina tradicional”, que produce, además de maíz, también frijol,
calabaza, quelites, chiltepin, verdolagas y tomatitos criollos. Este es una siembra
tipicamente agroecológica.

VI

¿Qué tipo de agricultura se promoverá después de pos-COVID-19?

En el mundo, en especial los países con un gran desarrollo de la tecnología


agrícola industrial y con un avance considerable en la biotecnología y la
inteligencia artificial, los procesos productivos agropecuarios y la
agroindustrialización se han conjuntado para establecer grandes complejos o
sistemas agroalimentarios. Estos sistemas son impulsados y financiados por
empresas multinacionales, con el objetivo de fomentar los agronegocios y
multiplicar sus ganancias, comercializando con la alimentación requerida y
necesaria para los miles de millones de pobladores en el planeta.

La robótica, la transgénesis, la nanotecnología y la automatización, son las


innovaciones tecnológicas que están cambiando drásticamente la tecnología
convencional de practicar la agricultura. Semillas genéticamente transformadas
(cultivos transgénicos), drones para monitorear los cultivos y para asperjar
agrotóxicos, y maquinaria automatizada controlada por computadoras, son las
innovaciones de las Compañias de Ciencias de la Vida (como se autonombran),

4 Conversatorio virtual sobre “Educación campesina, políticas públicas y agroecología”

SEMARNAT-UACh. 24 de julio de 2020.

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para favorecer la agricultura industrializada y practicada en grandes extensiones
de terrenos bajo condiciones de regadío o de buen temporal para la obtención de
productos agroalimentarios. Nuevamente, la tecno-ciencia, con una tencología
biotecnológica e inteligente y digitalizada; es decir, “una agricultura sin
agricultores”, solo podrá ser aplicada por empresarios agropecuarios o
corporaciones que dispongan de un gran capital. Sin embargo, eso ya está
ocurriendo en varias partes o regiones de nuestro mundo y, puede ser, la
causante de las nuevas enfermedades virales o bacteriales que nos estan
afectando en nuestra salud.

Por otra parte, la gran mayoría del campesinado, que producen el 70% de los
alimentos para la población mundial, y que dispone de recursos limitados para la
producción agropecuaria, continuan practicando la agricultura familiar, de traspatio
y con técnicas tradicionales y, ahora, agroecológicas. La producción alimentaria
agroecológica de los pequeños y medianos campesinos, debido al escaso o nulo
uso de tecnologías modernas y de agrotóxicos, se caracteriza por ser más
innocua, menos contaminante del ambiente y con mayor calidad nutritiva. Todo lo
contrario a la agricultura industrial y automatizada de los grandes consorcios
agroalimentarios.

¿Quién nos alimenta?



70% de la población mundial se alimenta por redes de las y los pequeños:
campesinas y campesinos, indígenas, pescadores artesanales, pastores, huertas
urbanas, recolección y caza silvestre, que en total tienen menos del 25% de la
tierra y agua y, solo, 10% de los combustibles que se usan en agricultura.

- 35-45% es cosecha de parcelas campesinas
- 15-20% de huertos urbanos
- 5-10% es pesca artesanal
- 10-15% caza y recolección
Fuente: ETC group, “¿Quién nos alimentará?” 2017

En el futuro, esas dos formas o tipos de agricultura son las que se vislumbran,
como las predominantes, para la producción de alimentos directamente del trabajo

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de la tierra. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar que la agricultura
industrializada, también esta interesada en la investigación y desarrollo de
productos alimentarios que se produzcan en las factorías o instalaciones
industriales a base de combinaciones de diversas sustancias químicas en sus
laboratorios. Proteínas, carbohidratos y grasas artificiales, así como endulzantes,
edulcorantes, saborizantes y colorantes químicos, serán los componentes
utilizados para la producción, presentación y motivación para el consumo de esos
“nuevos alimentos” industrializados y sin calidad nutricional. ¡Provecho!

VII

Algunos datos sobre efectos del COVID-19 en el campo mexicano

La Pandemia en el agro mexicano, según notas periodísticas, se refleja en lo


siguiente:

1. De los programas gubernamentales:

a. “La pandemia empeora la crisis de los cafeticultores. El café mexicano


es uno de los más reconocidos del mundo y su sabor es degustado en
lugares tan lejanos como Japón. Sin embargo, las comunidades
vinculadas con su producción viven en la pobreza, pues la falta de
apoyo gubernamental, las plagas, las enfermedades, los bajos precios y
la incursión de conglomerados (como La Nestle), las han sumergido en
una profunda crisis, misma que se ha intensificado con la pandemia de
COVID 19, declararon productores cafetaleros. Exportación del grano
bajó 14.6%: OIC” (La Jornada, 5 de julio, 2020).
b. “Entrega de semillas de frijol para siembra, por el gobierno, con hasta
20% de impurezas y sobre todo con gorgojos, denuncian dirigentes
campesinos” (La Jornada, 28 de junio, 2020).
c. “Construyó la SADER más de 1000 escuelas de campo en parcelas de
productores para la transferencia de tecnología agroecológica. Construir

17
saberes con innovaciones tecnológicas, es la meta” (La Jornada, 5 de
Julio, 2020).
d. “En sólo dos meses la pandemia de COVID-19 ha dejado sin empleo
formal a poco más de 62 mil 800 trabajadores del campo (jornaleros),
revelan cifras oficiales… la mayoría no tiene contratos de trabajo,
prestaciones sociales o un horario determinado: IMSS. Por su parte, la
SADER anuncia un plan integral para mejorar condiciones laborales a
este sector, se plantea optimizar los servicios de salud, vivienda,
educación y transporte, entre otros. Por otro lado, la Coordinadora de la
Red de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, demandó la necesidad de
tener brigadas de salud en las zonas agrícolas y dijo que muchos
jornaleros pernoctan en bodegas en condiciones de hacinamiento” (La
Jornada, 12 de Julio, 2020).
e. “De los jornaleros agrícolas, solo 13% cuentan con asistencia médica y
de prestaciones sociales por su trabajo en el campo” (La Jornada, 26 de
junio, 2020).

2. Sobre el modelo agroalimentario:

a. “El sistema agropecuario industrial tiene un rol fundamental en las


pandemias, incluso la que estamos sufriendo actualmente, (debido) a las
condiciones de cría industrial de ganado: son millones de animales
hacinados, genéticamente uniformes, con sistemas inmunológicos muy
debilitados. Ahora, una nueva pandemia de gripe porcina se podría
traslapar con la actual de COVID-19”. (Silvia Ribeiro, Grupo ETC. La
Jornada. 4 de julio 2020)
b. “El sector privado, en el renglón agroalimentario, será estratégico para
detonar la reactivación de la economía de los países de América Latina tras
la pandemia de COVID19. Se debe redefinir el rol del sector
agroalimentario, crear una nueva conformación del sistema y enfocarse en
el bienestar de la población rural. La digitalización, la conectividad y la
automatización se incorporarán al trabajo en el campo, para lo cual habrá

18
que capacitar y calificar a los técnicos para que atiendan a los pequeños
agricultores, especialmente a los miembros de las cooperativas tras acabar
con la pandemia” (Foro Virtual Hemisférico Empresarial. IICA. La Jornada.
4 de julio 2020).
c. “El sector agropecuario puede liderar la recuperación económica después
de la pandemia, pero debemos poner el foco en estrategias para la
diseminación de la tecnología,la expansión de infraestructura de
telecomunicaciones y la facilitación del acceso masivo a teléfonos
inteligentes” (Director de IICA, La Jornada, 26 de junio, 2020).
d. “La Campaña Sin Maíz no hay País, plantea y lucha porque se debe
construir y consolidar otro modelo agroalimentario y nutricional que ponga
en el centro de las políticas públicas a las y los productores de pequeña y
mediana escala, a los indígenas y el cuidado de la naturaleza, para lograr
dejar atrás el modelo agroindustrial impuesto hace más de 30 años y que
ha causado estragos dolorosos para el campo y las familias campesinas e
indígenas” (La Jornada, 24 de junio, 2020).

3. Acerca de la pobreza y la desigualdad social:

a. “La crisis de salud por COVID 19 afecta más a los pobres, ya que
carecen de seguridad social por la alta informalidad en la región de
America Latina y el Caribe: 65% de los trabajadores estan en ese
sector: CEPAL”. (La Jornada, 26 de junio, 2020).
b. “Empleados de menos ingresos, quienes perdieron más trabajos. De
marzo a mayo se perdieron un millón 30 mil plazas formales, de
acuerdo con registros del IMSS” (La Jornada, 24 de junio, 2020).
c. “Con el talento de los artesanos, el cubrebocas –bordado- y de uso
obligatorio, además de ser un accesorio para prevenir contagios, puede
volverse una prenda ornamental y contribuir a la economía de familias
en comunidades indígenas. Esto ocurrió en San Gabriel Chilac,
comunidad popoloca, de la zona sur-occidental del Valle de Tehuacan,
Puebla” (La Jornada, 21 de junio, 2020).

19
d. “Apela la ONU a cambiar modelo de desarrollo en América Latina. A
finales de año 230 millones de personas en la región serán más pobres.
En el caso de México, la ONU estima que 50.3% de la población se
encontrará en pobreza y 18.2% en pobreza extrema a finales de 2020,
ambos por encima de los promedios de AL, que son de 37.2 y 15.5 por
ciento, respectivamente” (La Jornada, 10 de julio, 2020).
e. “La CEPAL, por su parte, estima que para este año, México pasará de
53.6 a 63.3 millones de personas en condiciones de pobreza y de entre
11.1 a 17.4 millones pasará a pobreza extrema, que implica riesgo de
menor acceso a los alimentos. También se prevee que la desigualdad
en el país se incremente del 5 al 5.9 por ciento” (La Jornada, 16 de julio,
2020).

VIII

Agricultura Urbana (AU): Opción alimentaria y saludable

“En las ciudades se puede producir el 10%,


15% o 30% de la comida que se consume”

Rattan Lal
Premio Mundial de Alimentación, 2020

La primera frase que encabeza este apartado, aparentemente, encierra una


contradicción. La agricultura se identifica y se ubica como una actividad
económica que se practica, principalmente, en el medio rural y no en el medio
urbano. Tradicionalmente se habla de las contradicciones: agricultura-industria,
campo-ciudad y lo rural- lo urbano; sin embargo, sabemos que la agricultura surge
y se comienza a desarrollar alrededor de la casa, en el traspatio o en el jardín de
la vivienda, cuando la responsable de la familia arrojó o esparció las semillas de
alguna planta o tiró los residuos de algún alimento en el solar de la vivienda o lo
sembró en una maceta y, al final, se cosechó y se consumió el producto
sembrado. Ahí, casa familiar y campo se fusionan.

20
Por otra parte, las culturas ancestrales, se establecieron en los márgenes de
corrientes de agua o de lagos en donde, mediante regadío, podían establecer
cultivos de granos, cereales y verduras para la alimentación familiar y la de la
comunidad. Ahí, también, ciudad o comunidad y campo se unían y se beneficiaban
mutuamente. Entonces, la cultura agrícola nace y es indisoluble con el surgimiento
de la comunidad rural, más tarde pueblo y ciudad y, finalmente, se integra
difusamente en la urbe o la metrópoli.

La aparición y el fomento de la AU como la conocemos ahora, sobre todo para


resolver problemas de alimentación y salud de la población que vive en las
ciudades, se fomentó e impulsó a gran escala en Cuba, cuando empezó y se
agudizó la crisis económica, tanto por el bloqueo comercial y turístico que
mantiene Estados Unidos sobre la Isla y el retiro de todo el apoyo material, físico y
económico de Rusia, allá por finales de los ochenta y principios de los años
noventa del siglo pasado.

En Cuba se planteó, como política pública, que cualquier espacio baldío, libre o
abandonado, y los jardines de las viviendas, debería destinarse al cultivo de
plantas alimenticias como granos, cereales, hortalizas, frutales, etc., de tal manera
que los paisajes urbanos de las ciudades cubanas se reconvirtieron en parcelas
de agricultura urbana. A partir de esos años, se detonó la investigación y la
experimentación en este tipo de agricultura, con lo cual Cuba ha logrado un caudal
de innovaciones para fomentar y promover la agricultura orgánica, y la
agroecología, en la perspectiva del desarrollo sustentable y para el cuidado de la
naturaleza. Con ello, a Cuba, se le ha reconocido internacionalmente y, sobre
todo, ha promovido un sinnúmero de cursos y talleres para capacitar y formar
profesionales en agricultura urbana. Los países de América Latina han sido la más
beneficiados con esos cursos y talleres, lo cual se ha traducido en el fomento de la
AU en las metrópolis de varios de esos países y se ha logrado conformar la Red
Latinoamericana de Instituciones de Agricultura Urbana-Aguila.

21
En México, en el mes de noviembre del año 2000, la UAM-Xochimilco editó dos
publicaciones5 sobre la temática, ambas producto de las ponencias presentadas
en diversos foros y seminarios realizados entre los años 1997 y 2000, tanto en la
Cd. de México como en la Cd. de la Habana, Cuba. Dichos eventos y reuniones
académico-científicas, fueron:

1. 1er Simposium Nacional sobre Agricultura Urbana y Procesos


Metropolitanos. Octubre, 1997
2. Seminario Internacional sobre Desarrollo Sustentable y Agricultura Urbana.
Julio, 1999
3. Ponencias del grupo mexicano que participó en la II Asamblea de la Red
Latinoamericana de Agricultura Urbana-Aguila. La Habana, Cuba.
Noviembre, 1999.
4. Seminario de Agricultura Urbana en México. UAM-X. México, Distrito
Federal. Julio, 2000.

El libro “Procesos Metropolitanos y Agricultura Urbana” es una recopilación de los


trabajos presentados en los eventos del Simposium Nacional y del Seminario
Internacional de 1997 y 1999, respectivamente. El libro se inicia con un texto sobre
Sustentabilidad y Agricultura Urbana, y se constituye por dos secciones: la
primera, incluye artículos relacionados con los procesos metropolitanos, la
conceptualización de la agricultura periurbana y urbana, los cambios rur-urbanos y
los actores sociales que promueven esa agricultura; la segunda sección, aborda la
temática de la práctica de la agricultura en los ámbitos periurbanos, suburbanos y
específicamente urbanos y, refiere sobre los procesos y sistemas tecnológicos
utilizados, en donde se incluyen la descripción de experiencias y propuestas de
algunos países latinoamericanos y, desde luego, de algunas ciudades mexicanas
donde se han venido desarrollando y ejecutando programas de agricultura urbana.


5 “Procesos Metropolitanos y Agricultura Urbana”. Coordinador: Pablo Alberto Torres Lima.

UAM-X y FAO. México, 2000, y “Agricultura Urbana en México”. Coordinadora: Beatriz Canabal
Cristiani. UAM-X, RAMAU y RLAU-Aguila-México, 2000.

22
El otro texto, “Agricultura Urbana en México”, más modesto, concentra algunas
ponencias que un grupo de investigadores de México presentaron sobre la
temática, en Cuba; incluye los resúmenes de los trabajos que se dieron a conocer
sobre ese tipo de agricultura en el Seminario efectuado en México y, también, los
informes de los recorridos por experiencias de agricultura urbana en sitios
específicos de La Habana, y en colonias de la Ciudad de México. En dicho
Seminario, celebrado en la UAM-Xochimilco de la Ciudad de México, se creó la
Red Aguila Mexicana de Agricultura Urbana.

Entre las enseñanzas y aprendizajes del establecimiento de este tipo de


agricultura, se han encontrado las y los siguientes:

1. La AU contribuye en la producción de alimentos para las familias pobres y


de escasos recursos.
2. La AU posibilita el aprovechamiento de ciertos recursos que se destinarían
al desperdicio o que se desecharían como residuos inútiles. Se posibilita
practicar el reciclaje.
3. La AU podría utilizar aguas tratadas o residuales y/o “cosechar” agua de
lluvia.
4. La AU requiere preparar, para la siembra, contenedores o macetas con
sustrato de tierra de hojarasca o tierra de composta y de lombricomposta.
5. La AU permite sembrar plantas hortícolas, medicinales, frutillas (fresa-
zarzamora), condimenticias y ornamentales. También se pueden atender
algunas especies menores, como gallinas y conejos, y cajones de abejas.
Las plagas y enfermedades de los micro-cultivos se pueden controlar con
extractos vegetales o sembrando plantas bioinsecticidas. En la AU no se
recomienda el uso de agro-químicos.
6. La AU es una actividad que posibilita el trabajo familiar, pero sobre todo
ocupa y recrea a los niños y a las mujeres. Ayuda a reducir el “estrés”.
7. La AU es una forma de reconciliarse con la naturaleza, procurando el
embellecimiento del paisaje urbano.

23
8. La AU contribuye a fomentar el desarrollo local y sustentable de la ciudad o
de la metropolí.
9. La AU posibilita al consumo de alimentos sanos y nutritivos, y disminuye la
contaminación porque no usa productos agro-tóxicos.
10. Con la AU, si se logra la producción de excedentes en alimentos, éstos
pueden intercambiarse con otras familias o pueden destinarse al comercio
vecinal o intracondominios.

Ante la situación que ahora enfrentamos con la Pandemia del COVID-19, sería
muy conveniente y promisorio promover la Agricultura Urbana entre las familias de
escasos recursos o que se han quedado sin empleo en la Cd. de México. Los
retos serían: ¿Qué proyecto formular? ¿Quiénes lo promoverían? ¿Con qué
recursos? ¿Cómo motivar a la población para que se interese en practicar la A.U.?
¿Qué programa debería establecerse, mediante el uso de las TICs, para difundir y
motivar a la producción de alimentos con la AU? ¿Estarían interesados los
alumnos de las Carreras de Agronomía y de Medicina Veterinaria y Zootecnia de
la UAM-X en participar en un proyecto de AU para la Cd. de México?

IX

Agricultura urbana en la Cd. de México

1. ¿Qué se entiende por agricultura urbana?


- Agricultura urbana se define como “La práctica agrícola y pecuaria en las
ciudades que por iniciativa de las productoras y los productores afincados,
muchas veces en los barrios marginales, villorios, favelas, rancherías,
barricadas y/o pueblos jóvenes y periurbanos, colindantes a las ciudades,
utilizan los mismos recursos locales, como mano de obra, espacios, agua y
desechos solidos orgánicos y químicos, así como servicios, con el fin de

24
generar productos de autoconsumo y también destinados a la producción
de alimentos para el autoconsumo y venta en el mercado”6.
- “La agricultura urbana considera el cultivo, procesamiento, distribución y
consumo de productos agrícolas dentro del área de la ciudad, cumpliendo
con fines productivos de recursos insuficientemente utilizados, como
terrenos baldíos, aguas residuales tratadas, desechos reciclados y mano de
obra desempleada. Incluye no sólo la producción de vegetales comestibles,
como frutas y hortalizas, sino también una amplia gama de especies
destinadas a medicina natural, fibras vegetales para cestería y floricultores,
entre otros. En algunas ciudades se incorporan experiencias de crianza de
animales menores y acuicultura”7. La AU puede establecerse en traspatios,
terrazas, balcones, jardines de las viviendas y pequeños invernaderos.
- De AU no existe una definición universal y homogénea, hasta hoy. Sin
embargo, Luc Mougeot, presentó una concepción de AU que fue asumida
como base para el Programa de Gestión Urbana de ONU-Habitat y para el
Programa de Seguridad Alimentaria de la FAO, y es la siguiente: “La
agricultura urbana está ubicada dentro (intraurbana) o en la periferia urbana
(periurbana) de un pueblo, una ciudad o una metrópoli, y cultiva o cría,
procesa y distribuye una diversidad de productos alimentarios y no
alimentarios, (re)utilizando en gran medida recursos humanos y materiales,
productos y servicios que se encuentran en y alrededor de dicha zona; y, a
su vez, provee recursos humanos y materiales, productos y servicios en
gran parte a esa misma zona urbana”8.


6 Marco conceptual de la agricultura urbana. Documento de la Red Latinoamericana de

Instituciones de Agricultura Urbana-Águila. La Habana, Cuba, 1999


7 Moreno Flores Osvaldo. Agricultura urbana: Nuevas estrategias de integración social y

recuperación ambiental de la ciudad. Revista Electrónica: Diseño Urbano y Paisajes. Volumen


IV. Nº11. Universidad Central de Chile, Santiago, Chile. 2007
8 Degenhart B. Revista: Nueva Sociedad Nº 262. Marzo-Abril, 2016 <www.nuso.org>

25
Síntesis pertinente sobre la AU en la Cd. de México.

Con base a esas definiciones: En la Cd. de México se desarrolla una agricultura


periurbana y otra urbana. La primera, en la periferia de la Ciudad, en las alcaldías
de herencia agrícola y ganadera como Tlahuac, Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan y
Cuajimalpa; y, la segunda, en los espacios baldíos entre los edificios y en los
balcones de los rascacielos, pero lo más común es que se practica en las terrazas,
macetas, y pequeños jardines de las viviendas familiares, de los edificios de
departamentos y ciudades habitacionales. La AU se práctica por familias o grupos
organizados en busca del autoconsumo de alimentos sanos y del disfrute de
pequeños espacios naturales para contribuir al mejoramiento de la salud y de la
espiritualidad. Se recuerda y se mantiene la cultura de una respetable relación
entre sociedad y naturaleza. Entre las actividades más importantes de la
producción de alimentos de esta agricultura y elaboración de insumos para
practicarla, se encuentran: la horticultura, las plantas medicinales, las plantas
aromáticas y condimenticias, la floricultura y las ornamentales, la apicultura, la
crianza de especies menores, la elaboración de compostas y de extractos
vegetales para control de plagas y enfermedades, el reciclado de los residuos y de
la basura y, en menor medida, la comercialización de algunos productos
alimentarios y de ciertos servicios agrícolas.

2. Importancia de la AU en la Cd. de México

La Cd. de México tiene una herencia ancestral sobre la agricultura urbana (AU). El
sistema de cultivo en “chinampas”, creado y construido por los aztecas en los
márgenes de la zona lacustre de Tenochtitlán, y de las que aún quedan ejemplos
vivientes en Xochimilco y Mixquic, son parte de las enseñanzas históricas de ese
tipo de agricultura. El cultivo de terrazas de Milpa Alta, también es ancestral. Esas
experiencias nos muestran la conservación y recuperación de la cultura agrícola
de las chinampas y de las terrazas, por parte de las poblaciones originarias que
viven en las Alcaldías de Xochimilco, Tlahuac y Milpa Alta de la Cd. de México.
Desde luego, el crecimiento metropolitano ha destruido y eliminado los recursos

26
de suelo y agua necesarios para continuar con la agricultura urbana en espacios o
territorios de la ciudad, amplios y suficientes, para desarrollar las prácticas
agrícolas para producir alimentos vegetales y de especies zootécnicas menores
en forma colectiva para los millones de habitantes en la Ciudad de México.

El reto es, entonces, ¿cómo promover y fomentar la agricultura urbana en el Cd.


de México ante las actuales condiciones de la contingencia sanitaria que impone
la enfermedad viral de COVID-19?

3. Rur-urbanismo y agricultura en Cd. de México

9
El área metropolitana de la Ciudad de México conforma una de las
aglomeraciones urbanas más grandes del mundo. En su corazón se encuentra el
Distrito Federal —Ciudad de México—, con una población de 9,4 millones. La
Ciudad de México abarca solo el 0,1 % del territorio nacional, y más de la mitad de
su extensión está, por lo menos sobre el papel, protegida de la urbanización.
Conocida como Suelo de Conservación, esta área protegida fue creada en 1992
para salvaguardar los servicios ambientales de la ciudad, e incluye bosques,
pastizales, humedales y 300 km² de tierras agrícolas. Sin embargo, el suelo
residencial es cada vez más escaso en la zona urbana y, ante esa situación el
Suelo de Conservación está sometido a una presión constante: de acuerdo con el
último recuento, dentro de su perímetro se habían construido más de 850
asentamientos irregulares. Para evitar una mayor degradación de la zona
protegida, el Gobierno del Distrito Federal, en su momento, promovió la
agricultura sostenible en las zonas rurales y la producción de alimentos en la
propia ciudad.

La Ciudad de México fue construida sobre un sistema de lagos que, en su tiempo,


abarcaba 1 500 km². Allí, las civilizaciones prehispánicas desarrollaron sistemas
especializados de producción de alimentos, como la horticultura tradicional en
balsas flotantes, conocidas como chinampas, o el cultivo mixto de maíz, frijol y

9 Revisado de:

http://www.fao.org/ag/agp/greenercities/es/CMVALC/ciudad_de_mexico.html

27
calabaza (zapallo), conocido como milpa, que se practicaba en terrazas de
temporal (secano) en las laderas de las montañas. En la actualidad, los procesos
intensos de urbanización y el crecimiento exponencial de la ciudad y de los
poblados rurales, situados en el Suelo de Conservación, ha hecho que la mayor
parte de la agricultura de la Ciudad de México pueda calificarse de periurbana e
incluso suburbana, pero no todavía como interurbana o agricultura urbana,
específicamente.

La agricultura periurbana se practica en las delegaciones de altitud media y alta


que presentan menores densidades de población, como Xochimilco, Tlalpan, Milpa
Alta, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa de Morelos.
Generalmente, las parcelas cuentan con superficies de entre una y tres hectáreas
y se utilizaban para la producción de maíz, amaranto, nopal, avena, chícharo
(guisante o arveja), ebo (veza forrajera) y árboles frutales y hortalizas. En estos
espacios también se llevaba a cabo la cría de ganado, principalmente borregos y
becerros de engorda semiestabulados, conejos, cerdos, equinos y aves de corral.

Más cerca de la ciudad, la agricultura suburbana se concentra en las zonas bajas


de las delegaciones de Xochimilco y Tláhuac, que anteriormente se consideraban
periurbanas y que ahora han quedado “encerradas” dentro de la ciudad, con
densidades habitacionales medias. Prevalecen los sistemas de chinampas y de
tablas (largas fajas de tierra que antes fueron chinampas donde han desaparecido
los canales circundantes), normalmente con superficies de 1 ha o menos. Son
zonas que generalmente utilizan aguas tratadas para el riego de hortalizas, maíz y
plantas ornamentales. En la mayoría de los poblados todavía se puede encontrar
ganadería de traspatio (borregos, conejos, aves y equinos).

A pesar de la constante presión urbana, la agricultura ha logrado sobrevivir en la


periferia de la Ciudad de México gracias a la constante adaptación e innovación de
los agricultores. Por ejemplo, el nopal ha reemplazado al maíz como principal
cultivo en las laderas de Milpa Alta, y las flores se cultivan ahora en invernaderos
localizados en antiguas chinampas de Tlahuac y Xochimilco.

28
Desde el año 2000, el Gobierno del Distrito Federal (Cd. de México) prestó mayor
atención a la agricultura, sobre todo con el objetivo de mantener los servicios
ambientales que las zonas suburbanas y periurbanas ofrecen a la ciudad, y en
menor medida, para garantizar el abastecimiento alimentario local. Un avance
importante fue la creación, en 2007, de la Secretaría de Desarrollo Rural y
Equidad para las Comunidades (SEDEREC), que apoyó los esfuerzos municipales
en favor de una producción sostenible, libre de agroquímicos y, en ciertos casos,
completamente orgánica.

Otras de las iniciativas de la SEDEREC, fueron: el Programa para el fomento de la


cultura alimentaria; apoyo a los productores rurales a acceder a los mercados
locales, nacionales e internacionales; y, organización de ferias y exposiciones
agrícolas en la Cd. de México. A la vez, la Secretaría de Medio Ambiente de la
ciudad estableció el primer sistema de certificación orgánica de México, conocido
como Sello Verde, y ha determinado las normas que rigen la práctica de la
agricultura ecológica en el Suelo de Conservación. El Programa para el desarrollo
rural sustentable de Milpa Alta, ha otorgado ayudas a agricultores que conservan
las variedades autóctonas de maíz nativo utilizando sistemas tradicionales de bajo
impacto ambiental.

Según información del Censo Agropecuario de 2007, se contaba con 17067


unidades de producción, de las cuales 11881 son agropecuarias y forestales y
5186 dedicadas a otras actividades. La superficie total de producción es de 26,500
ha, de las cuales cerca de 20000 se destinan a lo agropecuario y forestal y en las
restantes no se realizan actividades de ese tipo. En cuanto a la población, existen
44 núcleos agrarios y 9 pueblos originarios de Milpa Alta, en total, 53 comunidades
rurales. Estas comunidades se dividen en 45 localidades con una población de
menos de 500 habitantes y 5 donde viven de 500 a 2500 pobladores. El 44.6% de
las localidades del Suelo de Conservación se clasifican como de alta marginalidad.

Las unidades de producción presentaban las condiciones siguientes: se tiene una


gran carencia de agua para riego, los jornales son de alto valor, la mano de obra

29
es escasa, los costos de producción son altos y los precios de los productos
agrícolas son bajos.

La SEDEREC también promovió, durante su existencia, diversos proyectos y


programas, tales como: fomento de la agricultura sostenible para cultivos de alto
rendimiento, promoción y siembra de hortalizas orgánicas; enseñanza y
demostración sobre la innovación de la agricultura urbana; y, también, se
fomentaron iniciativas para crear “azoteas verdes” en techos de escuelas, museos
y edificios corporativos.

Los avances de todo esto en agricultura peri-urbana y urbana en la Cd. de México


son considerables y han propiciado, con el tiempo y ante las adversidades, la
generación de actividades más cuidadosas con el medio ambiente.

4. Ciudad productiva, la propuesta de futuro

En la perspectiva del Gobierno actual de la Cd. de México, que se comprometió a


cumplir con la nueva Constitución Política correspondiente, se destaca el Artículo
10, que establece el conformar una ciudad productiva y, para lo cual, define los
derechos al desarrollo sustentable y, también, aquellos derechos y obligaciones de
las y los campesinos y pequeños propietarios rurales para lograr ese desarrollo.

Como un principio orientador fundamental de la política que se establecerá en los


próximos años en la Cd. de México, se adopta el de la sustentabilidad, que se
define así:

“El desarrollo sustentable representa la oportunidad y el compromiso con el futuro


de la ciudad y sus habitantes. Demanda trabajar en el presente, siempre
contemplando el futuro y esto significa restaurar los recursos naturales y
recomponer nuestras economías para ofrecer mejores condiciones para todos: las
y los humanos que habitemos la ciudad y también el resto de los seres vivos con
los que compartimos el territorio y de lo que depende también nuestra vida. Para
lograrlo, se promoverán, se establecerán y se impulsaran los acuerdos y

30
convenios necesarios con instituciones, universidades, empresas y cooperativas
que apoyen y contribuyen a lograr la sustentabilidad de la Cd. de México”10.

En específico, para el campo o para el Suelo de Conservación de la ciudad de


México, se apoyará y se otorgarán a los campesinos, comuneros y pequeños
productores de la tierra, más recursos económicos que posibiliten potenciar las
actividades agropecuarios y su comercialización, mediante las tecnologías
tradicionales mejoradas e innovaciones agroecológicas, prácticas que rescaten los
maíces nativos y la milpa milenaria de nuestros campesinos mesoamericanas, así
como promover y adoptar esquemas adecuados que protejan y restauren el suelo
de conservación y las actividades forestales para ampliar y mejorar los servicios
ambientales de que disfrutamos los capitalinos. Todas estas actividades, no serán
posibles ejecutarlas y llevarlas a buen término y logros ciudadanos, sino se
fomenta, se propicia y se capacita a los habitantes de las áreas de Suelo de
Conservación en los procesos de participación social, autogestión comunitaria y
empoderamiento ciudadano.

En cuanto a la problemática más reciente de esta región de la Cd. de México, la


Dirección de CORENA-DR11, la sintetiza en la frase “se tiene un cáncer político”.
Esto se puntualiza en algunos señalamientos como los siguientes:

1. Aún existen indefiniciones de límites territoriales entre comunidades, lo que


genera algunos conflictos entre los pobladores.
2. Todavía se registra la falta de documentos que certifiquen el
reconocimiento de algunos territorios
3. Se carece de algunos Títulos Patrimoniales que España no ha entregado a
los pueblos originarios.
4. Abusos por diversos grupos de productores o empresas en el
aprovechamiento o explotación de los recursos de suelo y agua para la
producción silvoagropecuaria.

10 Documento sobre el Proyecto Suelo de Conservación en la Cd. de México. CORENA-DR. 2019
11 La UAM-X tiene un convenio de colaboración firmado con la CORENA-DR del Gobierno de la

Cd. de México.

31
5. Respecto a “lo social”
- Se registran cerca de 49 linchamientos anuales en las comunidades
ubicadas en el Suelo de Conservación.
- En Topilejo, el índice de feminicidios va en aumento
- En general, ha aumentado el número de suicidios
- Cada vez son más frecuentes “los ataques” a oficinas de CORENA-DR
por parte de inconformes con sus políticas o de miembros de la
delincuencia organizada.
- Cierres de oficinas centrales de CORENA-DR, por grupos de
campesinos o comuneros, en protesta por la falta de atención a sus
demandas comunitarias.

Experiencia de un huerto urbano familiar12

En la planta baja, de un edificio de departamentos que forma parte de una Unidad


Habitacional en la Colonia Santa María la Rivera de la Alcaldía Cuauhtémoc de la
Ciudad de México, se ubica un departamento que cuenta con una pequeña terraza
de 10 metros de largo por dos metros de ancho. Ahí, a los lados, se observan dos
hileras de macetas, con diversas plantas, que se han adaptado como un mini-
huerto familiar (MHF).

La experiencia, nos motivó para realizar una breve entrevista con el jefe de familia,
un joven horticultor en ciérnes, con la finalidad de conocer ¿cuáles son los
intereses y las enseñanzas para la familia de este singular huerto urbano?

He aquí sus respuestas y comentarios:

Pregunta: ¿Cómo se generó o se pensó la iniciativa de establecer este MHF?


12 Familia González Mata (Francisco, Edaena y Lucio)

32
Respuesta: La iniciativa o la idea de la siembra de este pequeño huerto urbano se
sustentó en la conveniencia de despertar el interés e iniciar en el conocimiento de
lo agrícola a mi hijo, que tiene entre 3 a 4 años de edad, sobre el origen, el cultivo
y los beneficios para la salud de las plantas que consumimos como alimentos o
que sirven para curar ciertas dolencias o malestares de nuestro cuerpo.
Desmitificar aquello que dicen algunos niños, de que “los alimentos vienen del
Super o de Walmart”.

P. ¿Usted aprendió de agricultura con su familia viviendo en el campo?

R: No, yo soy netamente una persona urbana, todo el tiempo he vivido en la Cd.
de México.

P. ¿Qué hizo usted para empezar a establecer el MHF?

R. Bueno, al principio busqué información sobre huertos urbanos y me encontré


con que si hay literatura para siembra de esos huertos en espacios abiertos y poco
urbanizados o en azoteas, pero no específicamente para siembras en balcones,
macetas o espacios pequeños como la terraza de que disponemos en la vivienda
familiar. De tal manera que comenzamos a conocer y a experimentar, para
establecer nuestro pequeño huerto, en y con la práctica directa.

P. ¿Y cómo arrancó o comenzó esta experiencia?

R. Primero, quiero decirle que apenas llevamos un año con este “huertito”. Nuestra
experiencia comenzó definiendo la siembra de semillas de plantas como la rosa, la
citronella y de algunas hierbas medicinales, todas se sembraron en macetas de
plástico. Se procedió así, porque con esas macetas se facilitaba mover de un lado
a otro a las plantas, hasta encontrar el lugar donde “esa planta se sienta a gusto
con el sol” y para que se desarrolle mejor y, en consecuencia, se logre una buena
producción de granos, hojas o frutos. Esta primera práctica hortícola nos enseñó,
por la observación, que esas macetas y que se usan comúnmente, no facilitan el
drenado del agua sino que mantiene húmedo el sustrato y las plantas se pudren o

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no se favorece la aereación y respiración de las raíces, por lo que “se entristecen”
o se marchitan las plantas y se mueren. Por esos resultados, decidimos sustituir
las macetas de plástico por macetas de barro, pero que no esten barnizadas ni
pintadas.

Mini-huerto…

familiar urbano

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P. Que interesante relato. Pero ahora, dígame ¿Cómo prepara el sustrato o la
tierra para la siembra en las macetas de su huerto?

R. En cuanto al sustrato para la siembra en maceta, sí se necesita darle su tiempo


para prepararlo muy bien. Yo le puedo decir, que en el corto tiempo de esta
experiencia, le hemos hecho de la siguiente manera:

1. En el fondo de la maceta se pone una pequeña capa de grava o de tezontle


para facilitar el drenaje.

2. Previamente, se prepara una “composta” con hojas secas, residuos de


plantas o tallos cortados en trozos pequeños y luego se le agrega una mezcla
de cáscara de huevo picado y licuado de plátano entero que es rico en potasio.
Esta “rica composta” se vierte en la maceta después de la grava o el tezontle.

3. Se siembra la semilla de la planta que se ha seleccionado.

P. ¿Qué plantas han sembrado en el huerto familiar?

R. En nuestro huerto se comenzó sembrando unos rosales y luego plantas


aromáticas como la citronella, la albahaca, la yerbabuena, el orégano, el romero y
la lavanda; después se sembraron algunas hortalizas como el tomate y el chile
verde y habanero; y, por último, también sembramos fresa y zarzamora así como
limón “criollo”. De esta práctica, se logró el aprendizaje de que lo mejor es que el
pequeño horticultor pueda producir su propia semilla para no estar comprándola o
dependiendo, en cada ocasión, de surtirse de semillas de las casas comerciales.

P. ¿Cuáles cuidados deben considerase para mantener el huerto?

R. Mientras llega la cosecha de los alimentos que producirán esas plantas, se


debe cuidar que tengan agua suficiente y de buena calidad; y, también, que no se
las coman o las afecten las plagas. En nuestro huerto se han presentado la
mosquita blanca, pulgones y los caracoles. Con los caracoles se optó por crear
una “granja de caracoles” y con sus “heces”, ahora estas se mezclan con el

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sustrato y ha resultado un abono muy bueno. En el caso del riego, se debe probar
o experimentar qué tanta agua o qué cantidad de litros y en qué periodos necesita
los riegos la planta sembrada en maceta. También, es conveniente observar las
plantas en su desarrollo para ver ¿cuál es su mejor orientación hacia el sol? Todas
las plantas que producen fruto, necesitan la luz solar.

Productos

del

Mini Familiar

Huerto Urbano

Limón
Chiles
Tomates

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P. ¿Y ya han cosechado algunos productos o frutos de su huerto urbano familiar?

R. Las primeras cosechas de limones, chiles y tomates, se han compartido con


vecinos y amigos que nos visitan y se han interesado en el huerto familiar. Es
importante señalar que el principal objetivo del establecimiento y desarrollo del
huerto urbano, es contribuir en el apoyo a la alimentación de la familia. Además,
es importante destacar que la familia es un apoyo y estimulo para el trabajo y el
mantenimiento del minihuerto urbano.

P. ¿Por último, tienes alguna sugerencia o recomendación?

R. Sería recomendable que se produjera o se elaboraran series tutoriales,


utilizando las TICs, para orientar y capacitar a los pobladores de la Ciudad de
México en el establecimiento y la siembra de pequeños huertos urbanos
familiares.

Trabajo familiar y cosecha del huerto

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XI

Propuesta: Compromiso de la UAM-X con la AU en la Ciudad de México

La contingencia sanitaria, decretada en marzo de 2020 y hasta la fecha, ha


impactado a toda la población del país y, en específico, a los millones de
habitantes que pueblan la Cd. de México. La gran mayoría de esa población
metropolitana constituida por obreros de fábricas, empleados(as) de oficinas, por
trabajadores de la construcción, por trabajadoras domésticas, por empleados en la
informalidad y por jornaleros de servicios públicos, se quedaron desempleados y
gran parte de esos trabajadores sin ingresos suficientes para la manutención de
las familias. Alimentación y salud son los problemas fundamentales que afectan y
agravan la soberanía de esas familias sin trabajo y sin ingresos; y, además, son
las familias que viven en condiciones de pobreza y en pobreza extrema, en
colonias o terrenos comunitarios.

En esas condiciones se piensa que es urgente y necesario promover y fomentar


estrategias, con proyectos de agricultura urbana, que con un enfoque
gubernamental e institucional se orienten al desarrollo local o comunitario citadino
y sustentable, combinando e integrando la participación del gobierno de la Ciudad
de México y de las Alcaldías con las instituciones de enseñanza e investigación
(Universidades), el apoyo de la iniciativa privada y de organizaciones de la
sociedad civil y, desde luego, con la participación organizada de las familias y
grupos interesados en la producción de alimentos sanos y a bajo costo.

En la elaboración y ejecución de proyectos para promover y establecer la


agricultura urbana en la Cd. de México, los alumnos de las Carreras de Agronomía
y Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UAM-Xochimilco, desde sus domicilios,
podrían promover y tendrían que innovar mecanismos o acciones viables,
mediante el uso de las TICs, para participar en propuestas de cultivos de plantas
en contenedores, en macetones, en llantas o en huacales, ya sea granos y
hortalizas, así como plantas condimenticias y medicinales, y hasta algunos frutales
de porte pequeño; y, también, criar y cuidar especies de animales menores, como

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gallinas y conejos para la producción de huevo y de carne como proteína animal,
así como el cultivo y cuidado de abejas para la producción de miel.

Con todo ello se podría contribuir a reducir, en parte, el complejo problema


alimentario de la gran ciudad de nuestros país.

Desde el confinamiento

Texcoco Edo. de México

30 de julio de 2020

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