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específicas para la regulación del metabolismo o incluso la formación del mismo, como
sucede por ejemplo con los huesos o los dientes. Dentro de ellas, la más conocida es el
sodio, pero ciertamente existen otras que son indispensables, como por ejemplo el calcio, el
hierro, el magnesio, el potasio y el fosforo. De esta manera, el consumo de este tipo de
elementos es necesario para el mantenimiento de la salud y desde esta perspectiva también
hay que considerar la nutrición diaria que llevamos a cabo, aunque por supuesto, siempre
en determinados límites.
Lo primero que debemos entender es que las sales minerales carecen de calorías, es decir,
su aporte energético es nulo, de la misma manera que acontece con las vitaminas. Ahora
bien, como ya hemos adelantado, esta carencia en calorías no significa que no sean
necesarias en una determinada proporción; todo lo contrario, una correcta dieta prevé la
incorporación de sales minerales de forma regular. La finalidad principal de las sales
minerales es la de posibilitar la realización de diversos procesos químicos y la de formar
algunas estructuras del organismo, hecho por el que una carencia en las mismas puede
afectar negativamente la salud e incluso precipitar la muerte.
Como queda dicho, es el sodio una de las sales más conocidas y de hecho la mayoría del
cuerpo humano está formado por agua salada. No obstante, la ingesta de sodio debe ser
controlada porque hoy en día es utilizado para la conservación de los alimentos y
continuamente estamos incorporando grandes cantidades del mismo, cantidades que
exceden a nuestros requerimientos diarios. Un exceso en este sentido puede ser nocivo
porque eleva significativamente la presión arterial y puede desencadenar enfermedades de
tipo cardíaco.
Otras sales necesarias para el mantenimiento de la salud son: el potasio, que actúa en
conjunto con el sodio para influir en las contracciones musculares, destacándose la del
corazón; el magnesio, que sirve para procesos de índole nerviosa; el calcio, que forma los
huesos y los dientes y que también interviene en procesos nerviosos y cardíacos; el hierro,
presente en la sangre, particularmente en los glóbulos rojos; el fosforo, que conjuntamente
con el calcio forma parte de los huesos y de los dientes. Todos estos elementos, como
vemos, tienen funciones fundamental es en nuestro cuerpo, por lo que conocer las dosis
adecuada para su ingesta diaria puede llegar a ser muy importante en lo que respecta a
educación alimentaria.
Beneficios
En la actualidad, existe una amplia variedad de sales que son usadas para la gastronomía
como para el cuidado del cuerpo. Además, tienen muchas propiedades.
Magnesio en la dieta
El magnesio es un mineral indispensable para la nutrición humana.
Funciones
El magnesio es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo. Ayuda a
mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte a un sistema
inmunitario saludable, mantiene constantes los latidos del corazón y ayuda a que los huesos
permanezcan fuertes. También ayuda a ajustar los niveles de glucosa en la sangre. Ayuda
en la producción de energía y proteína.
Hay investigaciones en curso sobre el papel del magnesio en la prevención y manejo de
trastornos como presión arterial alta, enfermedades cardíacas y diabetes. Sin embargo,
actualmente no se aconseja tomar suplementos de magnesio. Las dietas altas en proteínas,
calcio o vitamina D incrementarán la necesidad de magnesio.
. Fuentes alimenticias
La mayor parte del magnesio en la dieta proviene de vegetales de hoja verde oscura. Otros
alimentos que son buena fuente de magnesio son:
Efectos secundarios
Los efectos secundarios por una alta ingesta de magnesio no son muy comunes. El
organismo generalmente elimina las cantidades en exceso. El exceso de magnesio se
produce casi siempre cuando una persona está:
Si bien usted puede no obtener suficiente magnesio de su dieta, es poco común que presente
una verdadera deficiencia de este mineral. Los síntomas de una deficiencia de ese tipo
incluyen:
Demasiada excitabilidad
Debilidad muscular
Somnolencia
Síntomas iniciales:
Pérdida de apetito
Nausea
Vómitos
Fatiga
Debilidad
Entumecimiento
Hormigueo
Contracciones musculares y calambres
Convulsiones
Cambios de personalidad
Latidos cardíacos irregulares
Deficiencia grave:
Fósforo en la dieta
El fósforo es un mineral que constituye el 1% del peso corporal total de una persona. Es el
segundo mineral más abundante en el cuerpo. Está presente en cada célula del cuerpo. La
mayor parte del fósforo en el organismo se encuentra en los dientes y en los huesos.
Funciones
La principal función del fósforo es la formación de huesos y dientes.
Este cumple un papel importante en la forma como el cuerpo usa los carbohidratos y las
grasas. También es necesario para que el cuerpo produzca proteína para el crecimiento,
conservación y reparación de células y tejidos. Asimismo, el fósforo ayuda al cuerpo a
producir ATP, una molécula que el cuerpo utiliza para almacenar energía.
El fósforo trabaja con las vitaminas del complejo B. También ayuda con lo siguiente:
Fuentes alimenticias
Las principales fuentes alimenticias del fósforo son los grupos de alimentos proteínicos de
la carne y la leche, así como los alimentos procesados que contienen fosfato de sodio. Una
dieta que incluya las cantidades suficientes de calcio y proteína de fuentes alimenticias
también suministra una cantidad suficiente de fósforo.
Los panes integrales y los cereales contienen más fósforo que aquellos elaborados con
harina refinada. Sin embargo, el fósforo se almacena en una forma que los humanos no
absorben.
Efectos secundarios
Debido a su fácil disponibilidad en el suministro de alimentos, una deficiencia de fósforo es
poco común.
Los niveles excesivamente altos de fósforo en la sangre, si bien son poco frecuentes, se
pueden combinar con el calcio para formar depósitos en los tejidos blandos, como los
músculos. Los niveles altos de fósforo en la sangre ocurren solamente en personas con
enfermedad renal grave o muy mal funcionamiento en la regulación del calcio.