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LA ADOLESCENCIA
Casi siempre que trabajemos como cuidadores de menores y tengamos la
oportunidad de estar con adolescentes va a ser porque principalmente, la
familia tiene un hermano más pequeño al que hay que cuidar. Aunque el
hermano/a pequeña nos requiera más atención es importante, hacer
actividades los tres juntos y compartir tiempo con el hermano/a más
mayor. A continuación, vamos a hablar de esta etapa de cambio y después
os pondremos un ejemplo de una situación que puede ocurrir cuando
estamos trabajando en una casa con un adolescente.
ANOREXIA NERVIOSA.
Quienes padecen este trastorno presentan un miedo intenso a ser obesos
y un deseo pertinaz de perder peso, por lo que se enrolan en
comportamientos dirigidos a conseguir dicho fin. Estos son, entre otros, la
privación de alimentos o la selección restrictiva de determinados
alimentos o incluso la malnutrición, la práctica de ejercicio extenuante
para quemar calorías, la inducción del vómito o el uso de laxantes. Para
considerar que una persona tiene anorexia, tiene que existir la auto-
imposición de mantener su peso por debajo del 85% del peso esperado
para su edad y su altura o tener un índice de masa corporal igual o inferior
a 17,5. Para hacer el diagnóstico diferencial es preciso descartar que esta
pérdida de peso depende de enfermedades físicas (cáncer y otras
patologías) o psíquicas (depresión, etc)
Claves para detectar la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.
Anorexia nerviosa.
Perfección extrema. El miembro de la familia todo lo hace bien, sus
resultados escolares son brillantes y para no perder este refuerzo,
disminuye su tiempo de ocio y descanso.
Dietas.
-Diferencias generales entre una persona normal y de una persona con
riesgo de desarrollar una anorexia nerviosa.
POCO PROBABLE MUY PROBABLE
Trata de hacer dieta y abandona a Hace una dieta implacable que no
los pocos días. rompe ante ningún evento o
situación: cumpleaños, Navidad,
etc.
Es capaz de descansar y pierde el La dieta se hace más estricta a
tiempo con las amigas. pesar de que ya había perdido los
kilos que se había propuesto al
comenzar a restringir
Sabe exponer sus ideas Al perder peso la admiran por su
discrepantes o protestar ante lo delgadez y ella adquiere un aspecto
que le parece injusto, sin que esto triunfante.
le ocasione una culpa excesiva.
Deja de exhibir su delgadez porque
alguien le ha comentado que está
excesivamente delgada y ella se
enfada y lo niega
A partir de ese momento, comienza
a enmascarar su cuerpo vistiendo
ropas anchas y superpuestas.
LA FAMILIA SE SEPARA
En muchos casos, es mejor una separación acordada que el
mantenimiento de una situación conflictiva y negativa para todos los
miembros de la familia.
¿Cómo decirles a los niños lo que está pasando?
La separación no tiene por qué ser perjudicial por sí misma sino que,
depende más bien de las decisiones que se tomen a partir de ese
momento.
-Recomendaciones
Es aconsejable informar conjuntamente a los hijos en un clima de
confianza, afecto y tranquilidad sobre la nueva situación que va a
desarrollarse, siempre teniendo en cuenta su edad y dejándoles
expresar cómo se sienten.
No es necesario dar demasiadas explicaciones de cómo se ha
llegado a esta decisión, pero sí dejar claro el cambio y que es con
carácter permanente.
Se debe evitar que los niños tomen partido y dejarles bien claro que
ellos no tienen ninguna culpa. Ciertos comentarios como “tu padre
nos deja”, “tu madre tiene una nueva pareja”, les obligan a los hijos
a tomar partido.
Es importante no introducir más cambios de los que sean
necesarios. Aunque el divorcio se lleve en las mejores condiciones
posibles, el período más crítico para los niños es el año siguiente a
la separación de sus padres. Resulta vital no introducir más cambios
de lo absolutamente necesario. Intentar que vivan en el mismo
domicilio, tengan los mismos amigos y vayan al mismo colegio.
Es primordial que se respete el programa de visitas y pasen días
enteros con ese progenitor no custodia y que no se use ese tiempo
para utilizar a los niños y conocer qué hace su excónyuge.
El que los hermanos estén juntos para apoyarse puede ayudarles a
superar la situación y es conveniente que los niños y niñas
mantengan contacto con todos los abuelos.
Informar a los profesores puede ser clave para que desde el centro
educativo están más atentos a posibles cambios del menor.
Es importante que el padre o madre separado establezca una
relación con sus hijos sin inicialmente interponer la presencia de
terceros.
SITUACIONES QUE ESTÁN RELACIONADAS CON EL ÁMBITO
ESCOLAR
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EL PRIMER SUSPENSO
Aunque no todas las familias viven igual la llegada del primer suspenso
hay algunas consideraciones que hay que tener en cuenta para evitar
descalificar al menor o culpabilizarlo.
En algunos casos hay una tendencia a magnificar la importancia del primer
suspenso hasta tal punto que es visto como una deshonra o una desgracia
familiar. Pero lo cierto es, que un hijo no debería ser medido por sus
padres sólo por las calificaciones que obtiene. Éstas son solo un aspecto,
siempre parcial, que manifiesta algunas de las características del niño pero
siempre en continua evolución.
-El fracaso como aprendizaje.
Es primordial ver primero los motivos de este primer suspenso y que esa
calificación no anule los aspectos positivos del menor, prestar atención a
las cualidades positivas del menor que son las que le van ayudar a superar
ese suspenso. También los padres pueden hacer una toma de conciencia
sobre si tienen que supervisar más las tareas de los hijos o quizás si
necesitan tener alguna tutoría con el profesor o contratar a un profesor
particular que pueda ayudar al menor o propiciar un clima de estudio
favorable.
Es elemental entender y asimilar que tanto los exámenes como las tareas
son responsabilidad de los menores y no de la familia. Esto significa que la
familia debe adaptar la supervisión en el área escolar a la edad del menor
y que no debe hacerse responsable de tareas escolares o de exámenes.
Algunos padres quitan las vacaciones a sus hijos totalmente para castigar
el bajo rendimiento; esto no es recomendable puesto que, los alumnos
también necesitan descansar y esto no quiere decir que no sea necesario
reservar un tiempo en el verano para repasar o para estudiar.
NO QUIERO ESTUDIAR
La educación en España es obligatoria hasta los 16 años, edad en la que,
con la autorización de los padres y con unas condiciones determinadas, se
puede trabajar. Sin embargo, antes de esa edad nos encontramos con
varios problemas: algunos de nuestros menores postergan el momento de
estudiar lo que provoca, en las etapas educativas más altas suspensos
generalizados en todas las asignaturas. Así, alumnos que han ido a
aprobando debido a sus capacidades, estudiando todo en el último
momento, empiezan a suspender de manera generalizada. Responden a
sus progenitores con evasivas cuando ellos preguntan por sus exámenes o
por sus deberes. Entonces, las consecuencias no se hacen esperar: llegan
las evaluaciones y se confirman los suspensos. A veces, la preocupación de
los padres va en aumento y sólo hace falta suspender algunas asignaturas
de una evaluación para que el menor cambie; a veces con el miedo a
repetir y no compartir con sus amigos de clase o con el sentimiento de
haber fracasado. Otras veces, no se quieren hacer responsables de esas
consecuencias alegando que la culpa es del profesor o que ha tenido mala
suerte en los exámenes. A veces lo que hace que un menor suspenda es
que no tiene unas expectativas realistas sobre sus capacidades, por
ejemplo, hay quién piensa que puede en una semana prepararse cuatro
asignaturas pero los contenidos y su dificultad son muy diferentes.
Algunos empezarán a faltar a las clases particulares y a las clases en el
instituto y puede que al principio lo nieguen. Insistir no servirá de nada ni
imponer nuestra ayuda. Más bien es necesario sentarnos con la menor y
explicarle que tiene una edad en la cual ellos poco pueden hacer en los
estudios, si ella no quiere; aunque nos ofrecemos a escuchar cualquier
propuesta que puede hacerles. Es importante que ambos progenitores no
saquen el tema de los estudios sin el permiso de la menor. Cuando en
alguna ocasión se plantea el tema, es importante no plantearlo como una
obligación de la menor sino, como una necesidad de ambos padres para
estar más tranquilos.
Puede que estas estrategias provoquen que las notas no mejoren con
rapidez pero en muchos de los casos, conllevan que los menores se hacen
más responsables de sus estudios.
EN CLASE ME RECHAZAN. ME AMENAZAN EN EL INSTITUTO
Para definir qué sería maltrato en el ámbito escolar hablamos de
diferentes tipos:
Verbales: insultos, humillaciones o amenazas.
Físico: golpes, zancadillas, pinchazos, patadas o bien hurtos o
destrozos de los objetos propiedad de la víctima.
Sociales: exclusión activa (no dejar participar) o pasiva (ignorar),
difusión de rumores y calumnias contra la víctima.
Psicológicas: acecho, o gestos de asco, desprecio o agresividad
dirigidos hacia la víctima.
Una de las grandes dificultades con la que nos encontramos a la hora de
detectar el maltrato entre iguales, es que los menores guardan silencio
sobre lo que les ocurre por eso, hay que estar muy atentos sobre las
señales o los indicios que nos indican que algo puede estar ocurriendo en
el ámbito escolar:
Síntomas físicos: moratones o rasguños cuyo origen el niño o el
adolescente no alcanza a explicar; dolores de cabeza, de estómago
o de otro tipo cuya causa no está clara.
Ropa rasgada o estropeada.
Cambios de ánimo sin motivo aparente (llanto, accesos de rabia)
Renuncia a ir al colegio o al instituto
Aislamiento (pocos amigos, no querer jugar con ellos).
Empeoramiento del rendimiento escolar.
Cambiar el camino o la forma habitual de ir al colegio (no podemos
olvidar que el maltrato también se produce fuera del centro escolar
en muchas ocasiones).
¿Qué pueden hacer los padres/cuidador/a por su hijo o menor?
Saber que es escuchado y que sus padres o el cuidador/a le creen.
Tener confianza en que sus padres se ocuparán del problema.
Hablar con ellos de lo que le sucede con más frecuencia.
Aprender a dominar hasta cierto punto su propia situación.
Aprender algunas técnicas o estrategias para protegerse.
Recuperar la confianza en sí mismo.