LOS CABALLEROS DE ZODIACO: HADES

DESCRIPCIÓN
En la Primera Guerra Santa el cuerpo de Hades fue herido
de gravedad por el caballero de Athena: Pegaso. Desde
aquella tragedia su cuerpo descansa en los Campos
Elíseos más allá de Inframundo, con la finalidad de curar
la llaga de su pecho, de modo que, en las posteriores
Guerras Santas tuvo que poseer cuerpos humanos para
dirigir a su ejército de espectros. Sin embargo, después de
dos mil años su cuerpo ha sanado y físicamente está de
regreso para la próxima Guerra Santa a punto de estallar;
ahora se encuentra con su poder absoluto además del odio
y venganza en contra de Athena y sus caballeros.
Desde la era del mito nos hemos enfrentado contra
Athena en la conocida Guerra Santa; sin victorias,
derrotas ni empates hemos dado todo para acabar con
esos miserables caballeros, sin embargo, aún con los
bajos números de guerreros y débiles fuerzas supieron
arreglárselas para vencer a mis espectros más fuertes.
Pandora, Hypnos y Thanatos siempre me han dicho que
ninguno de los bandos ganó o perdió ni se declaró un
empate, sino simplemente se pausó. Y siempre he
aceptado sus palabras porque después de todo no
teníamos más opciones dentro de la batalla. Pero mientras
haya paz en este mundo y no sufrimiento, lo considero
una derrota.
Solo me he enfrentado directamente a Athena en pocas
ocasiones y solo en una tuve la oportunidad de asesinarla,
pero el cuerpo que estaba bajo mi poder reaccionó al ver
a su amiga de la infancia y evitó una dulce victoria en
medio de charcos de sangre tanto de ella como mía.
Por esa razón hoy me presentó ante ustedes con mi
cuerpo original que estaba reposando en los Campos
Elíseos del Inframundo. No solo para evitar problemas
insignificantes sino porque en esta Guerra Santa, mis
espectros, ¡saldremos con nuestras mejores cartas y
obtendremos la victoria!
Esa voz sombría retumbaba por todo el castillo y oídos de
los espectros, quien la originaba salió de la oscuridad de
la sala: con cabello largo y una túnica negra se detuvo
frente a toda la multitud de guerreros imponiendo aires de
superioridad. Segundos después, gritaron emocionados:
¡Es Hades!
Después de 2000 años el propio Rey del Inframundo
hacía su primera aparición desde la originaria Guerra
Santa, donde fue herido de gravedad y tuvo que dejar
descansar su cuerpo en los Campos Elíseos, ahora se
presenta más decidido en acabar con la Diosa Athena.

Espectros.
Nosotros daremos el primer ataque en esta guerra.
Un golpe contundente y doloroso.
Lo que más le preocupa Athena cuando se encuentra en
una conflagración: la gente inocente.
Destruyan los pueblos cercanos al Santuario.
Los caballeros vendrán a salvar la vida de su gente, pero
no salvarán a todas. Causen sufrimiento delante de ellos
haciendo que pierdan la cordura y en ese momento: lleno
de ira, será fácilmente asesinarlos. Sean prudente,
espectros.
Los espectros gritaban al unísono ¡Viva el Dios Hades!
¡Viva El Rey del Inframundo! ¡Maten Athena! ¡Maten a
los caballeros!
¡La Guerra Santa ha dado inicio!
Hades escogió a cinco espectros de clase media para está
misión. Al mando se encontraba el espectro más fuerte:
Eleodoro de Bennu, representante de la Estrella Celesta
de la Violencia.
Eleodoro te elegí precisamente por tus candentes llamas
negras. Haz arder a esos miserables caballeros dorados, y
vuelve cuando la misión esté cumplida.
Eleodoro sin decir nada, se pone de pie y se retira
acompañado de los cuatros espectros a cumplir la misión
dada por Hades. Sabía que si realiza una buena
participación en ella podría significar un ascenso en la
jerarquía del ejército. Sonrió un poco, pero más al
imaginar el sufrimiento que estaba por causar.
Mientras los cinco espectros se dirigían al Santuario.
Athena y sus caballeros se encontraban en reunión
hablando sobre la futura Guerra Santa contra Hades. Lo
que no sabían es que la Guerra Santa había iniciado y el
Rey del Inframundo había dado el primer movimiento.
Mis reconocidos caballeros los he llamado al Santuario
para hablar sobre la Guerra Santa que está por venir. No
sé cuándo será, pero debemos estar preparados para
cualquier ataque sorpresa o en caso contrario, daremos el
primer movimiento dando el inicio a la guerra.
-Su majestad. ¿Cómo llevaremos a cabo nuestro primero
movimiento? – pregunto Adrián de la casa de Aries.
Una misión de reconocimiento.
Debemos saber en quién ha reencarnado Hades y el
estado de su renacimiento.
Lo que más me preocupa son los Dioses Gemelos, en la
última guerra santa acabo con la mayoría de mis
caballeros. Por suerte los sellaron en otra dimensión sin
paso a la Tierra, sin embargo, el sello no se mantendrá
por siempre.
-Mi diosa. Permítame a mí cumplir esa misión de
reconocimiento. Me consideró capaz de llevarla a cabo, y
si me lo permite también podría acabar de una vez a
Hades-. Tomó la palabra Asgard de la casa de Tauro.
Los demás santos dorados se tomaron con gracia las
palabras de Asgard, entre risas se preguntaban si el solo
podía acabar con Hades. Incluso Athena sonrió, pero de
inmediato toma la palabra.
Asgard de daré el honor de asesinar a Hades.
Todos se sorprendieron al escuchar a la Diosa Athena.
Pero primero, debemos evacuar a las personas que viven
cerca del Santuario. Si este lugar se vuelve el campo de
batalla ellos serán los primeros en caer.
Afrodita de Piscis, Arsen de Libra y Asgard de Tauro.
Serán los encargados de está misión. Por cierto, Afrodita
cubre todo alrededor del santuario con tus rosas
venenosas.
El resto de los caballeros dorados se mantendrán en sus
respectivas casas a la espera de próximas órdenes. Los
caballeros de plata y bronce ubíquense en la casa de
Aries, y así mismo esperen a mis órdenes.
Pueden retirarse.
Los tres caballeros dorados designados a la misión se
fueron corriendo por la puerta trasera de la sala, mientras
que el resto salió por la puerta del frente.
Los caballeros de oro, plata y bronce, en su momento,
juraron defender con la vida a la Diosa Athena por el bien
de la humanidad. Se mostraban decididos y fuertes, aún
sabiendo en el fondo que está guerra podría ser la última
que pelean junto Athena.
Por otro lado, los cinco espectros llegaron al pueblo
principal cerca del Santuario y se dieron cuenta que no
había ningún habitante. Destruyeron algunas casas por
diversión y cuando se iban al pueblo vecino en medio del
polvo de los escombros lograron ver tres figuras humanas
que caminaban lentamente hacia ellos.
-Miren, si son los horrendos espectros-. Dijo Afrodita
-Parece que tenemos algo diversión-. Dijo Asgard
-Athena sabía que esto podría pasar. Gracias a ella no
habrá muerte de inocente-. Dijo Arsen
La primera batalla de la Guerra ha comenzado.
Cinco espectros contra tres caballeros dorados:
claramente los santos de Athena se encontraban en
desventaja, pero ninguno se fijó en ese detalle ni se
acobardó. Mientras que, los espectros confiados por la
ventaja en números planeaban en asesinarlos con un letal
ataque combinado.
- Caballeros dorados: los guerreros más fuertes de
Athena. Si acabamos con tres de ellos podríamos invadir
el santuario sin problemas – expresó Phlegyas de Licaón,
estrella celeste del castigo.
-Lo único que tengo claro es que ustedes no pasarán más
de este lugar. El santuario está repleto de caballeros muy
poderosos, yo de ustedes no lo haría – indicó Arsen de
Libra.
-No digas mentiras Arsen. Que el más fuerte de los
caballeros dorados está aquí presente – respondió de
inmediato Asgard de Tauro.
Afrodita ríe ante los comentarios de sus compañeros.
-Miserables caballeros. Se divierten aun sabiendo que van
a morir a manos de cinco espectros – dijo Chris de Cetus,
estrella celeste del dolor.
-Te equivocas señorita. Nosotros no moriremos sino
ustedes- señaló Afrodita de Piscis con una pequeña risa al
final.
-Tanto que alardean, entonces comencemos con la
masacre – expresó enojado Albafica de Mandrágora.
-No podemos comenzar una batalla que ha terminado –
indicó Asgard de Tauro seriamente.
En ese momento los cinco espectros se dieron cuenta de
una rosa clavada en sus corazones. Eso fue un ataque
silencioso de Afrodita cuando los ambos bandos tenían
un pequeña platica poco amigable.
Phlegyas y Chris cayeron ante el poderoso veneno de la
rosa demoniaca. Mientras que, el resto no sufrió ningún
efecto y destrozaron la rosa.
-Ustedes dos vayan a cumplir la misión mientras yo me
encargó de estas sabandijas – dijo Eleodoro de Bennu.
Los dos espectros con una gran velocidad se fueron de
aquel lugar hacia los pueblos vecinos dejando todo el
trabajo pesado en manos del Eleodoro.
- ¿Estas consciente de poder enfrentar a tres caballeros
dorados a la vez? – preguntó Arsen de Libra.
Eleodoro no respondió y lanzó su primer ataque llamado
Ráfaga de la Corona Solar: es una variación de la
Explosión de la Corona Solar, es un círculo en llamas
negras muy ardientes que emula el comportamiento del
Sol. En esta variación Eleodoro lanzó tres coronas
solares, una para cada caballero dorado.
-Así que el maldito espectro empieza a lo grande –
expresó emocionado Asgard-
La ráfaga de la corona solar es un ataque directo y veloz
imposible de esquivar y detenerlo por las candentes
llamas negras. La única manera de enfrentarlo es
contraatacando con un poder de igual magnitud o en este
caso, el escudo de Libra es capaz de neutralizar una
corona solar.
Asgard eleva su cosmos y contraataca con un gran cuerno
desatando una colisión al chocar ambos ataques. Arsen
con pocas dificultades neutraliza el ataque con su escudo
mientras que Afrodita con la ayuda de sus rosas ralentiza
la corona solar y puede esquivarlo sin problemas.
-No podía esperar menos de los caballeros dorados-
señaló confiado Eleodoro.
-Nos diste un gran susto con ese ataque – expresó
tranquilizado Asgard. – Pero es hora de ponernos serios.
Arsen y Afrodita vayan por esos dos espectros y envíelos
de regreso al inframundo – añadió.
-Tan confiado percibo al caballero de Tauro. Dejaré que
vayan por ellos y pelearé contigo. Por alguna razón siento
que nos hemos visto antes y tengo tanto deseo de matarte,
Asgard- dijo Eleodoro emocionado.
Asgard sonrío con las últimas palabras de Eleodoro.
Mantenía guardado un secreto relacionado con el espectro
de Bennu. Ambos elevaron sus cosmos para iniciar la
contienda.