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Capa de ozono

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Esquema de la distribución de ozono en la atmósfera. El pico superior corresponde a lo que


llamamos capa de ozono.

Se denomina capa de ozono, u ozonosfera, a la zona de la estratosfera terrestre que


contiene una concentración relativamente alta1 de ozono. Esta capa, que se extiende
aproximadamente de los 15 km a los 40 km de altitud, reúne el 90% del ozono presente en
la atmósfera y absorbe del 97% al 99% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia.

Relámpago del Catatumbo, Estado Zulia, Venezuela. Las descargas eléctricas constituyen
la fábrica de ozono de la Madre Naturaleza. Existen áreas (llamadas de barlovento) en las
que los vientos dominantes son frenados por la configuración del relieve, provocando el
ascenso orográfico de la nubosidad acompañado por numerosas descargas eléctricas. Una
de las áreas más favorables en este sentido es la formada por el valle del río Catatumbo
entre los Andes venezolanos y la serranía de Perijá, al sureste del Lago de Maracaibo. Este
fenómeno es capaz de producir 1.176.000 relámpagos por año produciendo el 10% de la
capa de ozono del planeta.

La capa de ozono fue descubierta en 1913 por los físicos franceses Charles Fabry y Henri
Buisson. Sus propiedades fueron examinadas en detalle por el meteorólogo británico
G.M.B. Dobson, quien desarrolló un sencillo espectrofotómetro que podía ser usado para
medir el ozono estratosférico desde la superficie terrestre. Entre 1928 y 1958 Dobson
estableció una red mundial de estaciones de monitoreo de ozono, las cuales continúan
operando en la actualidad. La Unidad Dobson, una unidad de medición de la cantidad de
ozono, fue nombrada en su honor.

Contenido
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• 1 Origen del ozono


• 2 El equilibrio dinámico del ozono
• 3 Problemas en la capa de ozono
o 3.1 Esperanzas de solución
• 4 Notas
• 5 Véase también

• 6 Enlaces externos

Origen del ozono


El ozono es una forma alotrópica del oxígeno, que sólo es estable en determinadas
condiciones de presión y temperatura. Es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno
(O3).

Los mecanismos fotoquímicos que se producen en la capa de ozono fueron investigados por
el físico británico Sidney Chapman en 1930. La formación del ozono de la estratosfera
terrestre es catalizada por los fotones de luz ultravioleta que al interaccionar con las
moléculas de oxígeno gaseoso, que está constituida por dos átomos de oxígeno (O2), las
separa en los átomos de oxígeno (oxígeno atómico) constituyente. El oxígeno atómico se
combina con aquellas moléculas de O2 que aún permanecen sin disociar formando, de esta
manera, moléculas de ozono, O3.

La concentración de ozono es mayor entre los 15 y 40 km, con un valor de 2-8 partículas
por millón, en la zona conocida como capa de ozono. Si todo ese ozono fuese comprimido a
la presión del aire al nivel del mar, esta capa tendría solo 3 mm de espesor.

El ozono actúa como filtro, o escudo protector, de las radiaciones nocivas, y de alta energía,
que llegan a la Tierra permitiendo que pasen otras como la ultravioleta de onda larga, que
de esta forma llega a la superficie. Esta radiación ultravioleta es la que permite la vida en el
planeta, ya que es la que permite que se realice la fotosíntesis del reino vegetal, que se
encuentra en la base de la pirámide trófica.

Al margen de la capa de ozono, mencionemos que el 10% de ozono restante está contenido
en la troposfera, es peligroso para los seres vivos por su fuerte carácter oxidante. Elevadas
concentraciones de este compuesto a nivel superficial forman el denominado smog
fotoquímico. El origen de este ozono se explica en un 10% como procedente de ozono
transportado desde la estratosfera y el resto es creado a partir de diversos mecanismos,
como el producido por las tormentas eléctricas que ionizan el aire y lo hacen, muy
brevemente, buen conductor de la electricidad: pueden verse algunas veces dos relámpagos
consecutivos que siguen aproximadamente la misma trayectoria.

El equilibrio dinámico del ozono

Ciclo del Ozono.

El ozono se produce mediante la siguiente reacción:

O2 + hν − > O + O2
O + O2 − > O3

Es decir, el oxígeno molecular que se encuentra en las capas altas de la atmósfera es


bombardeado por la radiación solar. Del amplio espectro de radiación incidente una
determinada fracción de fotones cumple los requisitos energéticos necesarios para catalizar
la rotura del doble enlace de los átomos de oxígeno de la molécula de oxígeno molecular.

Posteriormente, la radiación solar convierte una molécula de ozono en una de oxígeno


biatómico y un átomo de oxígeno sin enlazar:

O3 + hν − > O2 + O
Durante la fase oscura, (la noche de una determinada región del planeta) el oxígeno
monoatómico, que es altamente reactivo, se combina con el ozono de la ozonosfera para
formar una molécula de oxigeno biatómico:

O3 + O − > 2O2

Para mantener constante la capa de ozono en la estratosfera esta reacción fotoquímica debe
hacerse en perfecto equilibrio, pero estas reacciones son fácilmente perturbables por
moléculas, como los compuestos clorados (como los clorofluorocarbonos3 ) y los
compuestos bromurados.

Problemas en la capa de ozono


Artículo principal: agujero de ozono
La exactitud de la información en este artículo o sección está discutida.
En la página de discusión puedes consultar el debate al respecto.

Promedio mensual Global de O3.

El seguimiento observacional de la capa de ozono, llevado a cabo en los últimos años, ha


llegado a la conclusión de que dicha capa puede considerarse seriamente amenazada. Este
es el motivo principal por el que se reunió la Asamblea General de las Naciones Unidas el
16 de septiembre de 1987, firmando el Protocolo de Montreal. En 1994, la Asamblea
General de las Naciones Unidas proclamó el día 16 de septiembre como el Día
Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono.4

El enrarecimiento grave de la capa de ozono provocará el aumento de los casos de


melanomas (cáncer) de piel, de cataratas oculares, supresión del sistema inmunitario en
humanos y en otras especies. También afectará a los cultivos sensibles a la radiación
ultravioleta.

Para preservar la capa de ozono hay que disminuir a cero el uso de compuestos químicos
como los clorofluorocarbonos (refrigerantes industriales, propelentes), y fungicidas de
suelo (como el bromuro de metilo) (Argentina, 900 toneladas/año5 ) que destruyen la capa
de ozono a un ritmo 50 veces superior a los CFC.
Esperanzas de solución

“Los niveles atmosféricos de clorofluorocarbonos (CFC) por fin han comenzado a


descender”, informa la revista ECOS, publicada por la institución australiana
Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization (CSIRO). Esos
compuestos químicos de la atmósfera dañan la capa de ozono que protege nuestro planeta.
Durante más de cincuenta años, el número de CFC presentes en la parte alta de la atmósfera
ha aumentado a un ritmo constante hasta el año 2000. Desde entonces, la concentración de
CFC se ha “reducido a razón de casi un 1% anual”, afirma la revista. Según el informe, el
descenso “permite esperar que el agujero de la capa de ozono pueda cerrarse a mediados de
siglo”. No obstante, estos productos todavía causan daño. “A pesar del descenso, el agujero
de la Antártida ha alcanzado este año [2005] una extensión de casi 29.000.000 de
kilómetros cuadrados, más de tres veces el tamaño de Australia”, dice el mismo informe.

Notas
1. ↑ Se estima que la concentración de ozono en la ozonosfera es de algunas partículas
por millón. Dicha concentración puede parecer muy pequeña en términos absolutos,
sin embargo, en términos relativos es mucho más alta que las concentraciones que
se presentan en la atmósfera baja, aunque bastante pequeña comparada con la
concentración de los principales componentes de la atmósfera.
2. ↑ hν es la energía del fotón que inicia la reacción
3. ↑ Los más comunes son CFCl3 (freón 11), CF2Cl2 (freón 12), C2F3Cl3 (freón 113) y
C2F4Cl4 (freón 114).
4. ↑ Resolución 49/114 de la Asamblea General de las Naciones Unidas designando el
16 de septiembre como Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono
5. ↑ INTA Balcarce - Sobre el bromuro de metilo y su eliminación

CFC
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Para otros usos de este término, véase CFC (desambiguación).

Los clorofluorocarbonos o clorofluorocarbonados (denominados también ClFC) es cada


uno de los derivados de los hidrocarburos saturados obtenidos mediante la sustitución de
átomos de hidrógeno por átomos de flúor y/o cloro principalmente.

Los CFC son una familia de gases que se emplean en múltiples aplicaciones, siendo las
principales la industria de la refrigeración y de propelentes de aerosoles. Están también
presentes en aislantes térmicos. Los CFC poseen una capacidad de supervivencia en la
atmósfera, de 50 a 100 años. Con el correr de los años alcanzan la estratosfera donde son
disociados por la radiación ultravioleta, liberando el cloro de su composición y dando
comienzo al proceso de destrucción del ozono.
Moléculas de CFCs obtenidas por la sustitución de átomos de hidrógeno por átomos de
flúor y/o cloro

Hoy se ha demostrado que la aparición del agujero de ozono, a comienzos de la primavera


austral, sobre la Antártida está relacionado con la fotoquímica de los
Clorofluorocarbonos(CFCs), componentes químicos presentes en diversos productos
comerciales como el freón, aerosoles, pinturas, etc.

Contenido
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• 1 Usos y propiedades
• 2 Tipos de CFCs según su comercialización
• 3 Degradación del ozono
• 4 Riesgos
• 5 Alternativas a los CFCs
• 6 Reseña Histórica
• 7 Referencias
• 8 Enlaces externos

• 9 Véase también

[editar] Usos y propiedades


Debido a su alta estabilidad fisicoquímica y su nula toxicidad, han sido utilizados en una
gran variedad de procesos de manufactura y en forma de productos muy diversos: como
refrigerante, disolvente en la industria electrónica, en procesos de fundición y formación de
espumas, aerosol , extintor de incendios, agente desecante, desengrasante, como compuesto
clave para la fabricación de espuma rígida aislante de casas u otras aplicaciones dentro de
los hogares y como material de empaquetado aislante. La sencilla razón por la que los
usamos es porque no afectan a la salud humana, ya que los gases son totalmente inertes. No
reaccionan con ningún compuesto natural ni en nuestro cuerpo ni en la troposfera. Por ello
tienen una larga vida y se acumulan en el aire. La propiedad fundamental de estos
compuestos que no se tuvo en cuenta en un principio es que son fotolizados por la radiación
UV que emite el sol.1

Fueron introducidos a principios de la década de los años 1930 por ingenieros de General
Motors, para sustituir materiales peligrosos como el dióxido de azufre y el amoníaco. Hay
muchos CFCs de importancia comercial; se hace referencia a ellos por sus códigos
numéricos comerciales 11, 12 y así sucesivamente.

[editar] Tipos de CFCs según su comercialización


• El CFC-12 es un gas a temperatura ambiente. Hasta hace poco, ha sido utilizado
extensamente en acondicionadores de aire de automóviles, de donde eran liberados
a la atmósfera durante su uso y servicio. Actualmente se utiliza un equipo especial
para capturar los CFCs (y sus modernos sustitutos) cuando los acondicionadores de
aire de los coches han finalizado su servicio.

Después de la [II Guerra Mundial] se decubrió que vaporizando el CFC-12 en estado


líquido, éste podía utilizarse para crear burbujas en plásticos de espuma rígidos. Las
diminutas burbujas embebidas de CF2Cl2 hacen que estos productos sean buenos aislantes
térmicos, ya que este gas es un pobre condutor de calor. Sin embargo, el CFC-12 se libera
inmediatamente durante la formación de las láminas de espuma, como las bandejas blancas
utilizadas para envasar productos de carne fresca, y anteriormente para contener
hamburguesas en restaurantes de comida rápida.

• El compuesto CFCl3, llamado CFC-11, es un líquido que hierve a temperatura


cercana a la ambiental. El CFC-11 se utilizó para formar agujeros en productos de
espuma blanda, como almohadas, alfombras acolchadas, cojines y asientos y
rellenos en coches. Este compuesto también ha sido aplicado para hacer productos
de espumas de uretano rígido usados como aislantes en neveras, congeladores y en
algunos edificios. La utilización de productos de espumas aislantes aumentó en el
último cuarto de siglo debido al interés con respecto a la conservación de energía.

• El otro CFC que merece gran preocupación ambiental es el CF2Cl--CFCl2, llamado


CFC-113. Este compuesto ha sido utilizado ampliamente para limpiar la grasa, el
pegamento y los residuos de soldadura en paneles de circuito electrónicos después
de su fabricación, cosumiendose cerca de 2 kilogramos por metro cuadrado.
Muchos fabricantes han cambiado sus procesos de fabricación con el fin de no
utilizar ningún tipo de líquido de limpieza. Los CFCs no poseen ningún sumidero
troposférico de tal manera que todas sus moléculas ascienden a la estratosfera. Este
proceso de transporte vertical en la atmósfera no está afectado por el hecho de que
la masa de éstas moléculas sean mayor que la masa promedio del Nitrógeno y del
Oxígeno en le aire, ya que la fuerza diferencial de gravedad es mucho menor que la
debida a la de las constantes colisiones de otras moléculas que aleatorizan las
direcciones de moléculas, incluso las pasadas. Mediante este transporte, las
moléculas de CFC, finalmente, migran a las partes medias y altas de la estratosfera
donde hay suficiente UV-C de la luz solar aún no filtrada para descomponer
fotoquímicamente dichas moléculas, liberando de este modo átomos de cloro.

• El tetracloruro de carbono, CCl4, es una sustancia disminuidora de ozono (SDO).


Comercialmente, se ha utilizado como disolvente y como intermedio en la
fabricación de CFC-11 Y CFC-12, perdiéndose cierta cantidad hacia la atmósfera
durante su producción. Su aplicación como disolvente en la limpieza en seco ha sido
interrumpido en la mayor parte de los países desarrollados, aunque hasta muy
recientemente su práctica aún continuaba en muchos otros países.

• El metilcloroformo, CH3--CCL3, o 1,1,1- tricloroetano, fue producido en grandes


cantidades y utilizado en la limpieza de metales, de tal manera que una gran parte se
liberó a la atmósfera. Aunque, cerca de la mitad de esta cantidad ha sido eliminada
de la troposfera por reacción con el radical hidroxilo, el resto sobrevive suficiente
tiempo como para migrar hacia la estratosfera. En la actualidad el metilcloroformo y
el tetracloruro de carbono contribuyen, conjuntamente, en cerca de la mitad de la
contribución de os CFCs al cloro de la estratosfera.

[editar] Degradación del ozono


El mecanismo a través del cual los CFC atacan la capa de ozono es una reacción
fotoquímica: al incidir la luz sobre la molécula de CFC, se libera un átomo de cloro con un
electrón libre, denominado radical cloro, muy reactivo y con gran afinidad por el ozono,
que rompe la molécula de este último. La reacción es catalítica; se estima que un solo
átomo de cloro destruye hasta 30.000 moléculas de ozono. El CFC permanece durante más
de cien años en las capas altas de la atmósfera, donde se encuentra el ozono.[cita requerida]

Destrucción de las moléculas de Ozono causada Los CFC.


En 1987 se firmó un acuerdo internacional, el “Protocolo de Montreal relativo a las
sustancias destructoras de la capa de ozono”, para controlar la producción y el consumo de
sustancias que destruyen el ozono. En este protocolo se estableció el año 1996 como fecha
límite para abandonar totalmente la producción y el consumo de clorofluorocarburos en
los países desarrollados. Los países en vías de desarrollo disponen de 10 años más para el
cumplimiento de este requisito. También se establecieron controles para los haluros, el
tetracloruro de carbono, el 1,1,1-tricloroetano (metil cloroformo), los
hidroclorofluorocarburos (HCFC), los hidrobromofluorocarburos (HBFC) y el bromuro
metílico. Estos productos químicos sólo se permiten para usos esenciales y siempre que no
existan alternativas técnica y económicamente viables.2

Por añadidura, la eficacia de la destrucción del ozono aumenta si están presentes nubes
estratosféricas. Esto sucede sólo en el frío de la noche polar, cuando las temperaturas
descienden a menos de 200 K y, en el Antártico, a 180 K o menos. En la primavera
antártica, fundamentalmente en octubre y noviembre, se han registrado cantidades de ozono
notablemente reducidas y menguantes desde 1975. Este fenómeno se conoce el agujero de
ozono. Cuando el sol regresa, la pérdida se recupera rápidamente.3

[editar] Riesgos
Los fluorocarburos son, en general, menos tóxicos que los correspondientes hidrocarburos
clorados o bromados. Esta menor toxicidad puede deberse a una mayor estabilidad del
enlace C-F y, tal vez también, a la menor solubilidad lipoide de las sustancias más
fluoradas. Gracias a su bajo nivel de toxicidad, ha sido posible seleccionar fluorocarburos
que sean seguros para los usos a los que se destinan. No obstante, la supuesta seguridad de
los fluorocarburos en estas aplicaciones ha hecho que se divulgara la falsa creencia de que
los fluorocarburos son completamente inocuos en cualquier condición de exposición.2

En realidad, los fluorocarburos volátiles poseen propiedades narcóticas similares a las de


los hidrocarburos clorados, aunque más débiles. La inhalación aguda de 2.500 ppm de
triclorotrifluoretano provoca intoxicación y descoordinación psicomotriz en el ser
humano, un efecto que también se observa con concentraciones de 10.000 ppm (1 %) de
diclorodifluorometano. La inhalación de diclorodifluorometano a concentraciones de
150.000 ppm (15 %) provoca pérdida de la consciencia. Se han registrado más de 100
muertes relacionadas con la inhalación de fluorocarburos como consecuencia de la
pulverización de aerosoles que contenían diclorodifluorometano como propulsor en el
interior de una bolsa de papel y su posterior inhalación. El TLV de 1.000 ppm establecido
por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH) no
produce efectos narcóticos en el ser humano.2

Los fluorometanos y fluoretanos tampoco producen efectos tóxicos, como lesiones


hepáticas o renales, por exposición repetida. Los fluoralquenos, como el tetrafluoretileno, el
hexafluoropropileno o el clorotrifluoretileno, pueden causar lesiones hepáticas y renales en
animales de experimentación tras exposiciones prolongadas y repetidas a las
concentraciones apropiadas.2
No obstante, la toxicidad aguda de los fluoralquenos es sorprendente en algunos casos. El
perfluorisobutileno es un buen ejemplo de ello. Con una CL50 de 0,76 ppm para cuatro
horas de exposición en el caso de las ratas, es más tóxico que el fosgeno. Al igual que este
último producto, produce edema pulmonar agudo. Por su parte, el fluoruro de vinilo y el
fluoruro de vinilideno son fluoralcanos de muy baja toxicidad.2

De la misma forma que muchos otros vapores de disolventes y anestésicos utilizados en


cirugía, los fluorocarburos volátiles también pueden producir arritmia o parada cardíaca
cuando el organismo libera una cantidad anormalmente elevada de adrenalina (como en
situaciones de angustia, miedo, excitación o ejercicio violento). Las concentraciones
necesarias para producir este efecto son muy superiores a las que se encuentran
normalmente en la industria.2

En perros y monos, tanto el clorodifluorometano como el diclorodifluorometano provocan


rápidamente depresión respiratoria, broncoconstricción, taquicardia, depresión miocárdica e
hipotensión a concentraciones de entre un 5 y un 10 %. El clorodifluorometano, al contrario
que el diclorodifluorometano, no provoca arritmias cardíacas en monos (aunque sí en
ratones) y tampoco reduce la función pulmonar.2

Medidas de salud y seguridad. Todos los fluorocarburos sufren descomposición térmica


cuando se exponen a la acción de la llama o de metales calentados al rojo. Los productos de
la descomposición de los clorofluorocarburos son los ácidos fluorhídrico y clorhídrico,
junto con cantidades más pequeñas d fosgeno y fluoruro de carbonilo. Este último
compuesto es muy inestable a la hidrólisis y rápidamente se transforma en ácido
fluorhídrico y dióxido de carbono en presencia de humedad.2

Los estudios de mutagenicidad y teratogenicidad realizados de los tres fluorocarburos más


importantes desde el punto de vista industrial (triclorofluorometano, diclorodifluorometano
y triclorotrifluoretano), han dado resultados negativos.2

El clorodifluorometano, que en un tiempo se consideró como posible propulsor para


aerosoles, resultó ser mutágeno en los estudios de mutagénesis bacteriana. Los estudios de
exposición a lo largo de toda la vida aportaron ciertas evidencias de carcinogénesis en ratas
macho expuestas a concentraciones de 50.000 ppm (5 %), pero no a concentraciones de
10.000 ppm (1 %). Este efecto no se apreció en ratas hembra ni en otras especies. La
Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado esta
sustancia en el Grupo 3 (evidencias limitadas de carcinogénesis en animales). También se
obtuvieron ciertas pruebas de teratogenicidad en ratas expuestas a 50.000 ppm (5 %), pero
no a 10.000 ppm (1 %), ni en conejos expuestos a concentraciones de hasta 50.000 ppm.2

Las víctimas de la exposición a fluorocarburos deben ser evacuadas del área contaminada y
recibir un tratamiento sintomático. No se les administrará adrenalina, pues existe la
posibilidad de provocar arritmias o parada cardíaca.2

[editar] Alternativas a los CFCs


En los últimos años se ha realizado un gran esfuerzo para encontrar aternativas a los CFCs.
Dentro de ellas, las más estudiadas han sido los hidroclorofluorcarbonos (HCFC) e
hidrofluorcabonos (HFC). Estas moléculas contienen, unidos a los átomos de carbono,
átomos de hidrógeno, cloro y/o flúor. Los radicales hidroxilo, presentes enla troposfera,
degradan con facilidad los enlaces C--H de estos compuestos. Al mismo tiempo, la
presencia de estos compuestos de sustituyentes de Cl y Br les confiere algunas de las
ventajosas propiedades de los CFCs: baja reactividad y supresión de fuego, buenos
aislantes y disolventes y puntos de ebullición adecuados para su empleo en ciclos de
refigeración. Algunos de los CFCs han sido ya sustituidos por estos compuestos. El
CHF2Cl (HCFC-22) es un refigerante que puede sustituir al CCl2F2 (CFC-12) en los
compresores de sistemas de aire acondicionados y frigoríficos domésticos. Para la
fabricación de aislantes de espumas de poliuretano se pueden emplear CH3CFCl2 (HCFC-
141b) o CF3CHCl2 (HCFC-123) en vez de CCl3F (CFC-11).

Las nuevas tecnologías consideran como sustitutos de los CFCs a compuestos distintos a
los HCFC ni de los HFC. Como propelentes de aerosoles se pueden emplear tanto
isobutano como dimetil eter (mezclados con agua para disminuir su inflamabilidad).
Análogamente, los hidrocarburos han sustituido a los CFCs como agentes para formar
burbujas en la fabricación de espumas. Las espumas rígidas, empleadas en el aislamiento de
las paredes de los refrigeradores, constituídas en un inicio por CFC-11 y en la actualidad
por HCFC-141b, serán reemplazadas en un futuro con paneles rellenos de un material
sólido y sellados al vacío. La industria eletrónica está sustituyendo a los CFCs, empleados
como disolventes para limpieza de los circuitos, por limpiadores detergentes acuosos, o está
desarrollando nuevos sistemas de impresión que reduzca el número de etapas de limpieza
necesarias.

La sustitución de los fluídos empleados en sistemas de aire acondicionadoy frigoríficos es


más difícil. Existen muchas alternativas en perspectiva. Una de ellas es la aplicación de
sustancias ya utilizadas en el pasado para estos fines, como el amoniaco y los
hidrocarburos. Sin embargo, su desarrollo se ha visto frenado por los problemas de
corrosión del amoniaco y de inflamabilidad de los hidrocarburos.

Existen en la actualidad sistemas de aire acondicionado que no requieren compresor. Estos


se basan en la combinación de un sistema de refrigeración por evaporación y un desecante
para secar el aire frío.

Actualemente, no se ha encontrado una alternativa adecuada a los halones, sustancias


empleadas para la extición de incendios en espacios cerrados como oficinas, aviones y
tanques militares. Desde que su producción cesó en el año 1994, han estado sometidos a
una cuidadosa comercialización, dependiendo del desarrollo de las alternativas. Los halones
exhiben una atractiva combinación difícil de igualar de baja reactividad y eficaz supresión
de incendios. El CF3I es en la actualidad el candidato más prometedor, ya que al igual que
el CF3Br (halon-1301) es lo suficientemente pesado para extinguir fuegos. El enlace C--I
se rompe fácilmente por acción de los fotones UV, incluso a nivel del suelo, por tanto el
tiempo de vida de la molécula es muy corto.
En conclusión, el cambio, desde una máxima producción de CFCs a una sustitución de loos
mismos, está ocurriendo a mayor velocidad de la q cabría prever hace unos años. Como
siempre ocurre, la necesidad es el motor de toda invención.

[editar] Reseña Histórica


Los CFC surgieron de la necesidad de buscar sustancias no tóxicas que sirvieran como
refrigerante para aplicaciones industriales, siendo Thomas Midgley quien descubriera que
estos gases eran inocuos para los seres humanos, evitando así miles de intoxicaciones
accidentales. Dado que en la época en la que se descubrió el uso de los CFCs no existía
mucha información sobre el ozono y se desconocían los efectos dañinos de los CFCs, el
propio Thomas Midgley murió pensando que había hecho un gran servicio a la humanidad.

Los CFCs, también conocidos comercialmente como freones, sustituyeron al amoníaco y su


uso se propagó principalmente en los aires acondicionados de automóviles, neveras e
industrias. A partir de 1950 se empezaron a utilizar como agentes impulsores para
atomizadores, en la fabricación de plásticos y para limpiar componentes electrónicos.

El descubridor de la amenaza que suponía el uso de los CFCs fue el científico mexicano
Mario J. Molina (1943), quien el 11 de octubre de 1995 recibió el Premio Nobel de
Química en reconocimiento por sus investigaciones en este campo. El galardón fue
concedido también a su amigo y colaborador el químico Sherwood Rowland, de la
Universidad de California, artífice con él de estos descubrimientos, y al danés Paul Crutzen,
del Instituto Max-Planck de Química de Mainz, Alemania.

Un claro ejemplo del problema de los CFC, de cómo se desarrolló y se resolvió el conflicto,
se encuentra en el libro Miles de millones de Carl Sagan (capítulo 10: "Falta un pedazo de
cielo").

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