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2018
27/04/2018
La regulación entre nuestras relaciones sociales son netamente impuestas por nosotros
mismos, desde la antigüedad hemos creado leyes o normas que regimos para intentar
regular el trato entre nuestros similares, es decir, las reglas del juego, que hemos llegado a
llamar leyes en el estado democrático, sin embargo, como han sido inventadas,
estipuladas y colocadas en el pasado, se han ido modificando ò adaptando de acuerdo a
las necesidades y estado de nuestra sociedad, es decir, las podemos cambiar así nos rijan,
se pueden modificar, o crear de igual forma, ya que son expresiones de voluntad de
nosotros mismos, y como somos seres cambiantes y evolutivos, deben ser flexibles y
propensas al cambio, vamos ajustando o poniendo leyes según las época, a medida que
se vayan generando cambios en las generaciones las reglas deben cambiar con ello.
A mi parecer, las leyes y reglas siempre han estado, desde los inicios del hombre, habían
ciertas cosas que no se podían hacer, ò se desataban peleas y confrontaciones, luego de
una organización individual se fueron creando los diversos grupos sociales de aquel
entonces, y dentro de las mismas se estipularon reglas de juego, que no debían ser
muchas, pero debían haber, al momento que se regían y comprendían como manada, ò
grupo social, empezaron a crearse las reglas para una convivencia más grande, con esto
me refiero a la convivencia entre familias por así decirlo, ya empezaron a respetar
espacios y zonas que dominaba cada quien, a formarse alianzas para una supervivencia
más efectiva, esto se podría decir que fueron reglas de juego en ese momento, mientras
pasaba el tiempo, las civilizaciones iban creciendo cada vez más y tomando más
razonamiento, se fueron profundizando cada vez más, haciendo cosas más específicas y
puntuales, llegando hasta nuestros días, que también incluyen los derechos humanos,
siendo garantías y ayudas para mejorar las relaciones que tenemos con los demás en
nuestro entorno social, además de la aparición del Estado como ente regulador para una
mejor convivencia y sostenibilidad.
En la democracia, el poder es otorgado directamente al voto o voz mayoritaria, para nadie
es secreto que se hace lo que la mayoría diga, como en el conocido caso del voto, los
representantes o gobernantes son elegidos netamente por la mayoría que tenga afinidad
ò confíen en ellos, no obstante, así no sea el candidato de nuestro agrado debemos
aceptar y obedecer la voluntad mayoritaria, la regla de oro en la democracia es el
gobierno de la mayoría, aunque obviamente de sebe hacer a conciencia, porque la
persona que vaya a representar al país es el futuro visionario del mismo, deben
representar, ilustrar dar a conocer y ejecutar los sueños de todos los que depositaron sus
esperanzas en él, deben desarrollar programas que favorezcan a sus electores y sus
opositores, que velen por el bien común, que beneficien a todos y ayuden al surgimiento y
realización de la sociedad, por ende, el gobierno no debe desconocer o anular, oprimir o
exterminar las minorías, de hecho, un gobierno trasparente y democrático de se debe
caracterizar por reconocer, apoyar y valorar a las minorías, teniéndolas en cuenta con sus
aportes ideales para un correcto desarrollo de la correcta democracia y del país.
Desde que se haga la diferencia, con buenas ideas, así sea pocas serán las que tengan una
gran trascendencia a lo largo de la historia, porque poco a poco se van formando las
grandes cosas, desde abajo, lento, pero seguro.
Los grandes líderes no se caracterizan por simplemente cumplir e imponer objetivos, lo
hacen porque se mezclan con los productores para alcanzar la meta, es el que va al frente
de la situación, afrontando y guiando a todos los demás que le siguen, que creen en él, y
depositan su confianza frente a un beneficio para todos, Éstos líderes empezaron desde
abajo, siendo muy poco reconocidos, guiando a pocas personas, demostrando que es
capaz y merece garantizar, apoyar y cultivar una mejor calidad de vida en todos.
Al momento de elegir a los gobernantes deben ser líderes más no jefes, la mayoría de
ellos, al subir a un cargo público, dónde gozan de ciertos empoderamientos, se
desentienden de los que creyeron en ellos, y buscan sólo el bien personal ò para las
personas o sectores que ellos establezcan, dejan caer la nación y las grandes
oportunidades que se presentan en ella.