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(Comedia)
Carlos Sáez Echevarría
PERSONAJES
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PRÓLOGO
2
ARCÁNGEL SAN GABRIEL.- Ten cuidado con lo que
dices, Jadicha. Tú le prometiste el oro y el moro, para que te
aceptara como esposa, ofreciéndole dirigir una caravana. Todo
el mundo sabe la diferencia de edad que había entre los dos. Tú
tenías cuarenta años y Mahoma solamente veinticinco.
(Todas se ríen.)
3
ARCÁNGEL SAN GABRIEL.- De cualquier forma
conviene señalar aquí que todo lo que vais a representar en este
teatro es fruto de vuestra fantasía poética, muy sentimental, y
que no tiene nada que ver con los hechos históricos, tal como
sucedieron en la realidad.
4
ARCÁNGEL SAN GABRIEL.-
¿No habrá ningún poeta,
no habrá ningún profeta
que a la mujer se entregue
con pasión?
Mahoma se entregaba
como lo hiciera
un ángel del Señor.
Era fuerte su abrazo,
era casto su lazo,
era una llama viva
que abrasó.
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con su infantil delicia!
su tacto reluciente!
su ritmo balbuciente!
praderas de claveles!
¡Cumbre de nieve pura,
invicta en la espesura!
6
(Al encenderse otra vez las luces, el escenario vuelve a
tener el aspecto que ofrecía antes del recitativo. El
ARCÁNGEL SAN GABRIEL y las MUJERES vuelven a
aparecer en el proscenio.)
7
AÍSA.- Yo no lo veo tan claro. Fuiste una esclava, un botín de
guerra. Fuiste asignada a un guerrero que no quiso aceptarte. Se
tuvo que casar contigo para cumplir un pacto de devolución de
mujeres y niños. No veo romanticismo por ninguna parte.
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(Entre las risas de las MUJERES el ARCÁNGEL SAN
GABRIEL eleva las manos. De ellas sale una luz que
ilumina todo el escenario envuelto en misteriosas
neblinas.)
ACTO I
ABU BAKR.- Me parece que tienes razón toda vez que hay
mujeres que tienen varios maridos y éstos se limitan a visitar a
sus mujeres, cuando les da la gana sin ninguna otra
responsabilidad.
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MAHOMA.- El hombre deberá poseer los bienes y la casa en
la que habite, según los medios de que disponga. La herencia no
pasará de la madre a la hija mayor, sino del padre al hijo mayor.
Los tutores se nombrarán también entre los varones por línea
paterna, entre hermanos o tíos. Así habremos mejorado las
relaciones entre los componentes de nuestra sociedad. (Se
dirige al centro del escenario. Se arrodilla y con los abrazos
extendidos entra en éxtasis como poseído por una fuerza
celestial.)
10
MAHOMA.- Ve a preparar la expedición de esta tarde. Aísa
irá sola sin mí. Nosotros iremos antes a Medina y nos juntaremos
con los demás en el nuevo campamento.
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CRIADO 1.º.- Ésta es la litera de Aísa. Estará dentro
esperándonos.
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¡Por mi culpa me voy a exponer también a los reproches de
Mahoma, a pesar de ser tan considerado para conmigo! ¡Cómo
se van a reír de mí las demás mujeres! Me gustaría que Mahoma
fuera solo mío. Me gustaría tenerle absorbido el seso durante
todo el día. Me agradaría verle realmente celoso de algún otro
hombre, por pequeños y fútiles motivos. ¡Cómo me agradaría
verle pendiente de mis palabras y de mis dichos! ¡Pero Mahoma
es un privilegiado, un profeta y no puede caer en los brazos de
una mujer como yo con la pasión de un hombre vulgar! (Se
acerca a la puerta de la tienda y mira hacia el exterior.)
¡Todo en él es comedimiento y sabiduría! Sólo Alá puede
absorber su conciencia en todos los instantes de su vida. ¡Pobre
Aísa! ¡Pretendes demasiado! ¡Si al menos hubiese tenido un hijo
de él! (Se mira al espejo y se va poniendo velos de distintos
colores que saca de un arcón.) Si hubiese sido más guapa, si
hubiese sido de una belleza arrebatadora, ¡tal vez hubiese
conseguido que fuera solo mío para siempre!
(Se oye una melodía oriental y AÍSA baila con los velos,
tumbándose graciosamente sobre los divanes. Al final de la
danza se acerca al espejo. Es fuerte el contraste entre las
espesas sobras que rodean al velón y la misteriosa luz que
emite. Los dos LADRONES entran sigilosamente por la
izquierda y se esconden detrás de unas cortinas. AÍSA
todavía no se ha dado cuenta de su presencia y sigue
bailando delante del espejo. Uno de los dos LADRONES
sale detrás de las cortinas y se dirige, ocultándose, hacia
ella. AÍSA se da cuenta. Lanza un grito de espanto y corre
por la tienda perseguida por el LADRÓN, tirándole todos
los objetos que encuentra a su paso. Coge un puñal que
estaba colocado sobre la mesita e intenta defenderse con
él, mientras el LADRÓN se ríe de ella, burlándose y
asustándola.)
¡No me haga daño, por favor! ¡Llévese todo lo que quiera, pero
no me haga daño!
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LADRÓN 1.º.- ¡Te mataré ahora mismo, si no te callas!
LADRÓN 1.º.- ¡Tú nos puedes dar una cosa que nos gustaría
mucho! ¿No sabes que eres muy bella?
14
(La coge y la tumba brutalmente en un diván. Empieza por
quitarle el velo que le cubre la cabeza. Haciendo
reverencias burlonas, los dos LADRONES intentan
quitarle las prendas de vestir, a pesar de los esfuerzos de
AÍSA por resistirse. Los LADRONES mientras tanto hacen
comentarios burlones.)
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LADRÓN 1.º.- ¡Lo mejor es matarla, para que no nos
ocasione problemas!
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(Deja a un lado el escudo y la espada y le suelta las
ataduras de las manos.)
AÍSA.- ¡Ha sido una suerte que pasase por aquí! ¡Le estoy muy
agradecida! ¡No sabe el favor que me ha hecho! Eran ladrones
y todo lo peor que puede ser un ser humano. ¡Le estoy muy
agradecida!
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GUERRERO DEL DESIERTO.- Te lo diré en poesía,
para que me entiendas mejor. Al amanecer, cuando en las rocas
de los montes se hiere la arena con la sangre de la aurora, te
contemplaría reposando en sueños placenteros y mi primer
pensamiento sería para ti. Al medio día, cuando la palmera se
desnuda de su sombra, hecha una hoguera de luz, te bajaría de
su cima los más sabrosas dátiles y volvería a pensar en ti. Por la
noche seguiría entre los matorrales de estrellas las huellas de tus
diminutos pies sobre la arena para besar tus labios ardientes y
apasionados. Mi enamoramiento sería jugoso como un racimo de
uvas, ardiente como el sol del desierto, tranquilo como el oasis
frondoso, fogoso como mi ardiente caballo y alegre como las
palmeras que se mecen al viento.
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(El GUERRERO DEL DESIERTO se le acerca y le da un
beso apasionado.)
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¡Las estrellas me dicen que no puedo fijarme en las pequeñeces
de este mundo y que hay cosas más valiosas allá arriba! ¡Mi
labor es muy importante junto a Mahoma! Se dice que las
estrellas son las almas de los enamorados que no han visto
realizados sus sueños en esta vida. ¡Tal vez nuestras almas
alguna noche como ésta brillen también serenamente,
infinitamente lejos de este valle de lágrimas! ¡Si no quiere que
incurramos en la maldición de Alá, le agradeceré que me lleve
donde Mahoma y me deje allí discretamente! Nadie puede
escapar de sus iras. ¡Todo el mundo conoce al Profeta!
ACTO II
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HAFSA.- ¡Qué escándalo! ¡Después del tiempo transcurrido
la gente no hace más que hablar sobre el particular! ¡Qué
bochorno el de Mahoma, al llegar la caravana y ver que no
estaba Aísa! Como pesa tan poco, los porteadores no se dieron
cuenta y pusieron sobre el camello la litera sola sin Aísa dentro.
Lo peor fue que a la mañana siguiente se presentó Aísa
acompañada de un guapísimo guerrero del desierto, con quien
había pasado toda la noche, como la cosa más natural del
mundo. Aísa tenía una expresión de radiante alegría. Nunca la
habíamos visto tan contenta.
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AÍSA.- (De mal humor.) ¡Ya estoy cansada de tanta risita a mi
paso y de tantas habladurías!
22
AÍSA.- En mi caso vencieron las circunstancias. ¿Qué podía
haber hecho yo?
23
LADRÓN 1.º.- Tú no puedes gritar. ¿No sabes que las
mujeres muchísimas veces no podéis gritar? ¿Qué pasaría si les
contamos que te conocemos de la noche que pasamos juntos en
el desierto? ¿Piensas que te iban a creer a ti?
(Al ver que viene MAHOMA por la derecha, salen los dos
LADRONES precipitadamente por la izquierda. Entra
MAHOMA.)
24
AÍSA.- Mi señor sabe que estoy plenamente satisfecha en esta
casa.
25
en medio de patética orfandad.
26
Quiero quererlo tanto que la muerte
no pueda con su manto separar.
27
LADRÓN 1.º.- No te lo podemos decir con precisión. Podrían
ser las tres de la mañana.
28
ABD ALLAH.- ¡Repítelo de nuevo! ¿Qué estaban haciendo?
LADRÓN 1.º.- Estaban haciendo el amor. Primeramente
oímos unos jadeos placenteros y sospechamos lo que vimos
después con nuestros propios ojos, al acercarnos sigilosamente
a la puerta sin ser vistos por ellos. ¡Estaban haciendo el amor
dentro de la tienda dos jóvenes, completamente desnudos!
29
LADRÓN 2.º .- Seguro que le tuvo que ver mucha gente,
cuando volvieron al campamento y más de uno sabrá a qué tribu
pertenece.
30
GUERRERO DEL DESIERTO.- ¡Aísa, no sabes los
deseos que tenía de volverte a ver! ¿Qué te pasa? ¡Estás
llorando!
31
LADRÓN 1.º.- ¡Ya te tenemos cogido! ¡De ésta no vas a salir
con vida!
32
AÍSA.- (Llorando de amargura.) ¡Qué terrible impotencia la
mía! ¡No he podido salvarle y ni siquiera puedo contárselo a
nadie! ¿Quién me creería? ¡Qué cruel destino nos atormenta a
las mujeres!
ACTO III
33
MAHOMA.- La razón humana muchas veces solo esconde
malas intenciones disfrazadas de prudencia. (Con voz
imperiosa.) Alá nos manda ser condescendientes y amorosos
para con nuestro prójimo, sin llegar a pensar mal de él. Por eso
os he reunido aquí para no dejar paso a las maledicencias. No se
puede calumniar a las personas sin testigos.
34
VOZ DE ALÁ.- «Los que hacen acusaciones contra personas
humanas sin poder presentar cuatro testigos, serán castigados
con ochenta latigazos porque son malhechores. Los que se
complacen en difundir dichos calumniosos a cuenta de los
creyentes sufrirán un castigo penoso, serán malditos en este
mundo y en el otro. Algún día sus lenguas, sus manos y sus pies
testimoniarán contra ellos y reconocerán que Dios es la verdad
misma, la luz de los cielos y la tierra. Luz sobre luz que habla a
los hombres en parábolas, pues lo conoce todo».
35
LADRÓN 2.º.- ¡Pero nosotros lo vimos todo! ¡Lo
presenciamos todo hasta que se fueron en el camello del
guerrero!
36
EPÍLOGO
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CHUWAYRIYA.- ¡Ahora mismo!
UMM SALAMA.- Es indignante que te comportes así.
AÍSA.- (Saca de la faltriquera un precioso collar de oro,
lleno de valiosos abalorios.) Este collar es mío. ¿Entendéis? No
os pertenece a ninguna de vosotras.
38
(En este momento todas las MUJERES se lanzan sobre ella
para quitarle el collar y corren por el escenario gritando.
Al final el collar pasa a manos de AÍSA y en el centro del
escenario caen todas al suelo formando un montón de
personas. En este momento MAHOMA aparece por el lado
izquierdo del escenario y se coloca asombrado ante el
grupo de MUJERES. Cuando se dan cuenta de su
presencia, se separan inmediatamente y silenciosamente se
colocan en fila mirando hacia el público.)
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¡He recibido este regalo de un hombre a quien adoro con toda
mi alma!
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CHUWAYRIYA. ¡Todas hemos decidido quedarnos a tu
lado hasta la muerte!
41
MAHOMA.- Me parece, Aísa, que todavía no eres consciente
del inmenso amor que siento por ti. Tal vez no he sabido
expresarme de forma conveniente. Quiero que te convenzas de
una vez para siempre de que ningún otro hombre te hubiera
querido como yo. El hecho de ser profeta no empequeñece en
nada el amor de esposo que siento por ti. Quisiera estar seguro
de que me correspondes de la misma manera. Dime, Aísa, por
última vez, ¿has sido feliz a mi lado?
42
MAHOMA.- ¡Aísa! ¿No lo estás viendo? (Hace grandes
esfuerzos, propios de un moribundo.) Te lo estoy demostrando
ahora mismo con los hechos. ¿Para qué quieres palabras? ¡Abre
bien los ojos! ¡Me estoy muriendo y he escogido tus rodillas para
hacerlo, porque te quiero con toda la exclusividad de que has
hablado antes!
43
(Expira dulcemente en las rodillas de AÍSA. Las demás
MUJERES se acercan a besarle las manos llorando, ABU
BAKR se pone en el centro del escenario y comienza la
oración fúnebre.)
FIN
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