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Resumen
Recibido: 20 de mayo de 2010 El presente artículo es un avance teórico de la investigación
Revisado: 17 de junio de 2010
Aprobado: 24 de agosto de 2010 “Prácticas de lectura de los estudiantes del programa de Siste-
mas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Univer-
sidad de La Salle” que busca la identificación de las prácticas de
lectura, así como reconocer sus concepciones desde tres perspec-
tivas: representaciones sociales, acciones cognitivas y sentido de
la apropiación, y, finalmente, una reconstrucción histórica de las
prácticas en la Antigüedad. Se expone la visión de las corrien-
tes de pensamiento sobre lectura y prácticas de lectura desde las
corrientes de pensamiento de Roger Chartier, Alberto Manguel,
Cláudia Lemos Vóvio, Alfredo Tapia Guerrero y la concepción
filosófica de Estanislao Zuleta. La pretensión de la investigación
será formular estrategias didácticas para fortalecer las prácti-
cas de lectura de los estudiantes mediante ejercicios lúdicos y
razonados.
* Docente investigador del programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad de La Salle. Bibliotecólogo
y Archivista de la Universidad de La Salle. Especialista en Pedagogía de la Comunicación y Medios Interactivos de la Universidad Distrital
y Magíster en Docencia de la Universidad de La Salle. Bogotá, Colombia. Correo electrónico: luisernestopardo@gmail.com
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La lectura en la universidad: los estudiantes y sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y bibliográfico
Abstract
This article is an advance theoretical underpinning the “Practice Recibido: 20 de mayo de 2010
Revisado: 17 de junio de 2010
reading for students of Information Systems program, Library Aprobado: 24 de agosto de 2010
and Archives at the Universidad de La Salle” research, which
seeks to identify reading practices and recognize their conception
from three perspectives: social representations, cognitive actions
and sense of ownership, and finally, a historical reconstruction
of ancient practices, highlighting the role of the press as a
hub for the democratization of knowledge. It exposes the
theoretical view of schools of thought on reading and reading
practices from the currents of thought of Roger Chartier, Alberto
Manguel, Cláudia Lemos Vóvio, Alfredo Guerrero Tapia and the
philosophical conception of Estanislao Zuleta. The final attempt
of the research is to formulate teaching strategies to enhance the
reading practices of students through playful and well reasoned
exercises.
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La lectura en la universidad: los estudiantes y sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y bibliográfico
ción de nuevos textos. La lectura de un texto sición frente al autor. Confluyen en él sus
como objeto de conocimiento sorprende al vivencias, pre-saberes y el grado de inte-
lector con nuevos referentes, el encuentro rrelación con sus congéneres. Los lectores
de sentido, la caracterización de personajes, generan cuestionamientos que orientan sus
la disposición de situaciones y lugares que prácticas de lectura: ¿qué ideas tiene sobre
ponen a prueba su capacidad lectora y el la lectura?, ¿qué importancia tiene la lectura
descubrimiento de la urdimbre de la narra- en el contexto personal y social?, ¿qué valo-
ción. Estas prácticas tienen que ver con las res se resaltan en las prácticas de lectura?,
demandas del ser académico e intelectual; ¿qué creencias asocia o consolida en sus
se lee para acceder a nuevos saberes, pro- prácticas de lectura?, ¿qué sentido tiene la
ducir conocimiento y regocijarse con la sa- lectura?, ¿qué regularidad es necesaria en
biduría (p. 9; véase también Rockwell, 2001, las prácticas de lectura?; interrogantes que
pp. 17-19; Alanís, 2000, p. 1). afanan la crisis y la tensión del lector fren-
te a la producción de conocimiento; debe
Lemos (2008, pp. 1-5) conceptúa las prác- mantener una relación constante con comu-
ticas de lectura como representaciones so- nidades académicas que validen su ejercicio
ciales que incorporan lo histórico, lo ideo- como lector, escritor e investigador; debe
lógico, lo cultural y lo institucional; además formular problemáticas disciplinares me-
refieren un objeto producido en tiempos diante núcleos problémicos que guíen sus
y espacios sociales determinados y dado escritos y publicaciones.
gracias a las relaciones entre personas, la
construcción de ideas a partir de su expe- Las prácticas de lectura
riencia lectora y de los interrogantes sobre como acciones cognitivas
la realidad desde un determinado cuerpo
de conocimientos. Las prácticas de lectura son un conjunto de
acciones cognitivas que privilegian lo indi-
Configuran las “maneras de leer, los usos vidual, lo íntimo, el acercamiento al cono-
de la lectura, los sentidos y sus posibles sig- cimiento desde la subjetividad. El sujeto se
nificados, así como los modos de aprender aparta, se aísla y, ante el texto, dispone de
y enseñar a leer y los materiales necesarios sus cualidades para deducir e inferir su sen-
para ser leídos” (Lemos, 2008, p. 6). Son ac- tido y significación. Las prácticas de lectura
tividades complejas no sólo por su orienta- son estrategias complejas que transforman
ción desde la corta edad, sino porque evo- la estructura de pensamiento del individuo;
lucionan y reformulan formas de acceso y éstas conllevan unas fases que implican el
apropiación de conocimiento. ejercicio de habilidades físicas como cogni-
tivas. Como acción cognitiva, deben tener
Las prácticas de lectura como representa- una finalidad práctica que favorezca su
ciones sociales constituyen un conjunto de utilidad, informar al lector, entender con-
competencias del ser humano, que involu- ceptos ajenos, acercar a la lectura a mundos
cra sensaciones, juicios y suposiciones que posibles, aproximar y fraternizar con senti-
le permiten percibir y sensibilizarse frente mientos y emociones, y dialogar con otras
a la realidad, cuestionarla, prefigurar res- ideas y otras épocas (Ordóñez, 2004, p. 36;
puestas, anticiparse al texto y tomar po- Sampson, 1997, p. 4-5).
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La práctica de lectura como apropiación de tos y normas de conducta (Ortiz, 2009, pp.
conocimiento permite actualizar las posibi- 35-40).
lidades semánticas del texto, entender sus
representaciones, implicaciones y manifes- En la actualización y mediación, el lector
taciones, contextualizar su entorno con nue- descubre nuevos referentes, la comprensión
vas vocablos, profundizar su conocimiento del sentido, la significación del texto, la ca-
de la realidad, de los objetos que lo rodean; racterización de personajes, disposición de
asimismo, apropiarse del lenguaje escrito, situaciones y lugares que ponen a prueba
hecho que le permite el trabajo autónomo su capacidad lectora y el descubrimiento de
en torno a la interpretación y producción la urdimbre de la narración. Estas prácticas
de nuevos textos (Chartier, 1994, pp. 9-15). tienen que ver con las demandas del ser aca-
La apropiación de conocimiento implica el démico e intelectual, se lee para acceder a
establecimiento de relaciones entre el su- nuevos saberes, producir conocimiento y re-
jeto como lector y el texto como objeto de gocijarse con la sabiduría, se lee para gene-
conocimiento. Un libro, un texto, un escrito, rar utilidad y beneficio con el conocimiento.
pueden transformar la conciencia del suje-
to, afectar su esencia, entrever el sentido, Sentido instrumental de la
significado y trascendencia de la intención apropiación
narrativa. La certeza de la apropiación se
manifiesta en la experiencia interpretativa, Arrow (1994), citado por Martínez (2004),
el discernimiento de la realidad y la produc- afirma que la apropiación puede efectuar-
ción de nuevos saberes (Alanís, 2000, p. 1). se de varias formas: “aprender haciendo”,
“aprender usando” o “aprender leyendo”.
La integralidad de la lectura permite in- Mediante el acceso al objeto de lectura, se
dagar en los procesos pedagógicos la di- establecen espacios de significación y de re-
ferencia que existe entre las formas pasiva presentación en los textos, en las personas y
y activa de apropiación: la forma pasiva en la misma realidad, que son compartidos
identifica la apropiación reproductiva, el a través del intercambio de experiencias, in-
lector asume los contenidos de un texto sin formaciones y conocimientos, estimulan la
interrogar su intencionalidad comunicativa, apertura hacia otros relatos, otros mundos
la trascendencia de los conceptos y la inte- y otras perspectivas de análisis (Guerrero,
racción con el código del autor, tan solo se 2006, pp. 13-14; Lemos, 2008, pp. 1-5).
recibe un contenido sin un objetivo claro de
aprendizaje. En contraste, la forma activa de La apropiación de conocimiento es un pro-
la apropiación creativa se identifica como ceso de asimilación, comprensión, interpre-
un proceso integral que conlleva dominio y tación y producción de saber; en ese orden,
asimilación por parte del lector. se establece la interrelación entre datos,
información, conocimiento y producción
Se fundamenta en el trabajo analítico-sinté- de saber: el dato, entendido como una uni-
tico y exige la asimilación de procedimien- dad mínima de información, sin sentido en
tos, métodos de análisis, que en su unidad sí misma, que adquiere sentido en conjun-
conforman las habilidades lectoras para fa- ción con otros componentes análogos; la in-
vorecer la formación de valores, sentimien- formación, un conjunto ordenado de datos,
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conceptos, objetos, eventos, ideas, proce- El texto escrito cambió los estilos y formas
sos, que adquieren sentido cuando generan de recepción y apropiación de conocimien-
beneficio, valor y utilidad en un entorno to, los modos de pensar, de valorar, de sig-
específico; el conocimiento, conjunto de in- nificar y conceptuar el entorno. La lectura
formaciones desarrollado en el contexto de y escritura en lenguas nativas acercaron
una experiencia que fortalece acciones pos- al individuo al texto. El entendimiento de
teriores de un individuo o de una colectivi- frases ininteligibles generó la lectura com-
dad, y el término saber, que se emplea en un prensiva; el discernimiento engendró los
sentido más amplio que conocimiento: “el significados y dio sentido a nuevas formas
conocimiento refiere a situaciones objetivas de sociabilidad, ideas nuevas y la modifica-
que una vez sistematizadas dan lugar a la ción de las relaciones con el poder (Chartier,
ciencia; el saber puede referirse a toda suer- 1996, p. 107).
te de situaciones objetivas como subjetivas
así como teóricas como prácticas” (Ferrater, De la misma manera, el contacto del hom-
2004, p. 3140; Alanís, 2000, p. 1). bre con el texto escrito replanteó las formas
de aprendizaje gracias a la transición de la
Finalmente, el saber como apropiación de lectura en voz alta como práctica comuni-
conocimiento es un conjunto de razona- taria –exclusiva de monasterios e institucio-
mientos lógicamente ordenados en torno a nes religiosas– ejercida por un lector-media-
un objeto de interés, a partir del contacto y dor que inhibía las formas de comprensión
aprehensión de la realidad. El saber impli- e interpretación del lector-receptor, hacia la
ca la objetivación y universalización de lo lectura individual, íntima, ejercida en espa-
aprendido y la aplicación de habilidades cios privados y familiares. De la instrucción
cognitivas como: observar, interrogar, razo- aislada en conventos y abadías se pasó a la
nar, argumentar, deducir, explicar, anticipar enseñanza pública, regentada por el Estado
y validar los conocimientos reconstruidos para la formación de ciudadanos; este co-
para la producción de nuevo conocimiento, metido se alcanzó gracias a la circulación
como fundamento de la actitud crítica. multiplicada del texto impreso y a los cam-
bios paulatinos en los métodos de estudio y
Reconstrucción histórica enseñanza (Chartier, 1996, p. 107; Manguel,
1999, pp. 109-111).
Los siguientes apartados presentan una
visión histórica de las prácticas de lectura El cambio de la lectura comunitaria a la lec-
como hitos culturales y sociales que cam- tura individual implicó el advenimiento de
biaron el destino de la humanidad desde el acciones diferenciadas como: la posesión
texto escrito, la representación de evolución del escrito, la relectura, el desciframiento
del pensamiento, la evolución de las prác- y la interpretación compartida de textos
ticas, de la lectura en voz alta a la lectura sagrados o profanos, la potestad del cono-
individual, la re-invención de la imprenta cimiento pasó al arbitrio de los estudian-
y la publicación masiva de libros, aconteci- tes. Del lector comunitario se pasó al lector
miento medieval de la democratización de autónomo, que ya selecciona sus propios
la información y del conocimiento. textos y se entendió la escritura como razón
fundamental de independencia.
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En el proceso evolutivo de las prácticas, Varios autores han caracterizado con afabili-
el último peldaño es la creación de nuevo dad sus prácticas de lectura. La primera re-
conocimiento que evidencie la experiencia ferencia de prácticas de lectura en la que se
del autor, sus argumentos, sus certezas, sus aborda un texto es una tablilla de madera (De
miedos e ilusiones (De Certeau, 1996, p. Certeau, 1996, pp. 177-180), en un lugar dife-
178). Es así como las prácticas de lectura se rente al scriptorium, la biblioteca o el dormi-
conciben como un conjunto de estrategias torio de un monje, es el baño. San Gregorio, en
cognitivas que se fundamentan en el ser el siglo XII, describe el baño como “un lugar
humano, mediante rutinas, hábitos y tareas retirado donde pueden leerse tablillas sin in-
que articulan el acto lector hacia un apren- terrupciones” (Manguel, 1999, p. 204). El acto
dizaje continuo. Su ejercicio constante per- hierático y la solemnidad que simbolizaban
mite la apropiación de nuevos contenidos, las prácticas de lectura en la Europa del siglo
la interpretación de la realidad y la cons- XIV al XVIII daban por sentado que los libros
trucción de nuevo conocimiento, involucra se leían en espacios interiores, en el aislamien-
formas de lectura, usos del texto, espacios to, resguardados los lectores por las paredes
para la práctica y el uso de nuevos forma- de una biblioteca (Manguel, 1999, p. 192).
tos de almacenamiento y presentación de
información (Chartier, 1996, pp. 107-108; De En el siglo XV, con el auge de invención de
Certeau, 1996, pp. 177-180; Teberosky et al., la imprenta, Tomás de Kempis, monje y es-
1996, p. 86). critor alemán, confesaba: “He buscado la fe-
licidad en todas partes, pero no le he encon-
Para caracterizar las prácticas de lectura, se trado en ningún sitio excepto en un rincón
dispone de varios modelos: el escritor sim- y en compañía de un pequeño libro”. Como
boliza el arquetipo intelectual; el profesor, consecuencia, surgen preguntas como ¿qué
intérprete primario del texto, y el estudian- rincón?, ¿qué libro?, ¿qué tipo de lectura?,
te, representante de una nueva generación, ¿acaso ciertos rincones requieren un tipo
que examina y comprende la realidad desde especial de lectura?, ¿qué confabulaciones
los formatos electrónicos y la virtualidad. emergen de esa relación íntima? Simple-
De Certeau caracteriza la práctica de lectura mente, el lector va en búsqueda de la inti-
como trabajo artesanal, que se inicia en la midad, de un sitio sin presiones, sin distrac-
lectura en familia, en las bibliotecas, en la ciones, un contacto directo con su texto, con
escuela, que facilita la formación y consoli- la imaginación, la fantasía o un sentimiento
dación de procesos cognitivos (1996, p. 187). intelectual (Manguel, 1999, p. 204).
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El Rey de Inglaterra Eduardo III compró un libre, extraía uno a uno, con estupor y cir-
libro de romances en 1374 que conservaba cunspección, los libros olvidados. No se li-
en su dormitorio y afirmaba que ese tipo de mitaba a leer: fantaseaba, pensaba, rehacía,
lecturas debían mantenerse en ese tipo de sacaba y adivinaba. “Aquellos libros eran
recinto (Manguel, 1999, p. 204). todos para mí sagrados, y tomaba absoluta-
mente en serio cuanto decían. Yo no distin-
Un sillón, un escritorio, un automóvil o en guía entre historia y leyenda, entre realidad
un tren, el lector busca en su práctica aislar- y fantasía; los tipos de imprenta eran a mis
se de la realidad que lo rodea e ingresar al ojos testimonios infalibles de verdad” (Pa-
mundo del autor y lucir estrategias cogni- pini, 1959, pp. 730-735).
tivas aprehendidas en el acto lector (Man-
guel, 1999, p. 204). El contacto con las prácticas de lectura en
las bibliotecas representó para Papini el
De tal manera que las prácticas de lectura salto de un centenar de libros conservados
llevan al lector a espacios austeros, apaci- en la canasta para virutas, en el ático de su
bles, íntimos, elegidos por su calidez para casa, a un millón de libros en la Biblioteca
consumar el acto lector. Proust (1989) des- Pública de la ciudad; pudo entrar a la bi-
cribe cómo leía a Balzac y a Ruskin en un blioteca a los catorce años (no se permitía
rincón del comedor, cerca del fuego; nóte- el ingreso sino a los dieciséis), regresó todos
se que “habla sin esperar respuesta y cuya los días después durante el tiempo que la
amable conversación vacía de sentido no cansadísima escuela le dejaba libre. Poco a
viene, como las palabras de los hombres, a poco se acostumbró al silencio del preciado
superponerse a las palabras que estáis le- lugar, alto, repleto de volúmenes antiguos y
yendo” (p. 7). Al aire libre, nuevos, de léxicos, de revistas, de opúscu-
los, de atlas, de códices y de escritos (Papini,
durante las dulces horas de la siesta 1959, pp. 730-735).
bajo los avellanos y los majuelos del
parque donde las brisas de los campos
infinitos venían de tan lejos a juzgar, Para Carl Sagan, uno de los astrónomos
silenciosamente junto a mí ofreciendo, más destacados del siglo XX, el contacto
sin decir palabra, a mi nariz distraída con las bibliotecas sucede cuando obtiene
el perfume de los tréboles (p. 9). su primera tarjeta de lector en la Biblioteca
Pública de Brooklyn, Nueva York. Solicitó a
Papini (1959) ubica sus prácticas de lectura la bibliotecaria libros sobre las estrellas; ella
en el ático de la casa: “Uno de los instantes regresó con un libro de fotografías rimbom-
más maravillosos de mi vida fue cuando en- bantes de hombres y mujeres cuyos nom-
tré a gozar de todos los derechos sobre la bres eran Charles Chaplin, Clarke Gable y
biblioteca de mi casa” (p. 732). Marilyn Monroe. Así que “yo me quejé…
ella sonrió y me buscó otro libro, el libro
En el fondo, la biblioteca consistía en una que yo quería. Lo abrí ansiosamente y lo leí
rústica canasta para virutas que tenía den- hasta encontrar la respuesta… decía que las
tro, más o menos, un centenar de volúme- estrellas eran soles, pero que estaban muy
nes, estaba escondida en el ático de la casa. lejos” (Sagan, 1982, p. 167). Desde las luces
Se encerraba allí todos los días, se sentía del barrio, hasta las luces de Nueva York,
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