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HALLAZGOS - Revista de Investigaciones • Año 7 - No. 14 • Julio-diciembre de 2010 • ISSN: 1794-3841 • pp.

183-196

La lectura en la universidad: los estudiantes y


sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y
bibliográfico
Luis Ernesto Pardo Rodríguez*

Resumen
Recibido: 20 de mayo de 2010 El presente artículo es un avance teórico de la investigación
Revisado: 17 de junio de 2010
Aprobado: 24 de agosto de 2010 “Prácticas de lectura de los estudiantes del programa de Siste-
mas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Univer-
sidad de La Salle” que busca la identificación de las prácticas de
lectura, así como reconocer sus concepciones desde tres perspec-
tivas: representaciones sociales, acciones cognitivas y sentido de
la apropiación, y, finalmente, una reconstrucción histórica de las
prácticas en la Antigüedad. Se expone la visión de las corrien-
tes de pensamiento sobre lectura y prácticas de lectura desde las
corrientes de pensamiento de Roger Chartier, Alberto Manguel,
Cláudia Lemos Vóvio, Alfredo Tapia Guerrero y la concepción
filosófica de Estanislao Zuleta. La pretensión de la investigación
será formular estrategias didácticas para fortalecer las prácti-
cas de lectura de los estudiantes mediante ejercicios lúdicos y
razonados.

Palabras clave: prácticas de lectura, apropiación de conocimien-


to, libro-historia, lectura-historia.

* Docente investigador del programa de Sistemas de Información, Bibliotecología y Archivística de la Universidad de La Salle. Bibliotecólogo
y Archivista de la Universidad de La Salle. Especialista en Pedagogía de la Comunicación y Medios Interactivos de la Universidad Distrital
y Magíster en Docencia de la Universidad de La Salle. Bogotá, Colombia. Correo electrónico: luisernestopardo@gmail.com

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La lectura en la universidad: los estudiantes y sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y bibliográfico

Reading at the university: the students and their reading practices.


Conceptual and bibliographic tour

Luis Ernesto Pardo Rodríguez

Abstract

This article is an advance theoretical underpinning the “Practice Recibido: 20 de mayo de 2010
Revisado: 17 de junio de 2010
reading for students of Information Systems program, Library Aprobado: 24 de agosto de 2010
and Archives at the Universidad de La Salle” research, which
seeks to identify reading practices and recognize their conception
from three perspectives: social representations, cognitive actions
and sense of ownership, and finally, a historical reconstruction
of ancient practices, highlighting the role of the press as a
hub for the democratization of knowledge. It exposes the
theoretical view of schools of thought on reading and reading
practices from the currents of thought of Roger Chartier, Alberto
Manguel, Cláudia Lemos Vóvio, Alfredo Guerrero Tapia and the
philosophical conception of Estanislao Zuleta. The final attempt
of the research is to formulate teaching strategies to enhance the
reading practices of students through playful and well reasoned
exercises.

Key words: reading practices, knowledge acquisition, book-his-


tory, reading-history.

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Introducción bito universitario fundamentan reflexiones,


estados del arte, análisis críticos y forjar el
En la primera parte, se presentan la concep- camino de la interacción de las prácticas de
tualización de las prácticas de lectura como lectura con la escritura como principios de
representaciones sociales desde la perspec- fortalecimiento intelectual y académico de
tiva de Roger Chartier, Alfredo Guerrero estudiantes y profesores.
Tapia y Cláudia Lemos Vóvio; se hace un
recuento de las concepciones teóricas y con- Las prácticas de lectura
ceptuales, entendidas como prácticas socia- como representaciones
les y culturales que reformularon el apren- sociales
dizaje, las formas de comportamiento y los
usos y significados del texto escrito. Como representaciones sociales, las prácti-
cas de lectura constituyen sistemas cogni-
En la segunda parte el abordaje teórico de tivos del individuo o de un colectivo que
las prácticas como acciones cognitivas, se comprenden un texto escrito, un libro o un
genera desde las posturas de Roger Char- documento digital y recrean su contenido.
tier, Álvaro Santiago y Elsie Rockwell, se La apropiación del objeto de conocimiento
describen las acciones cognitivas que im- se presenta cuando se descifra y categoriza
plica el acto lector. En la tercera parte, se su naturaleza, es decir, se ha logrado una
conceptualiza sobre la apropiación en las síntesis de ese objeto, se capta la idea cen-
prácticas de lectura y se describe su sentido tral, su sensibilidad y se ha construido un
instrumental. concepto inherente a su significado. Desde
las prácticas de lectura, son factores cons-
Finalmente, se muestra una reconstruc- titutivos y reconstructivos de la realidad
ción histórica de las prácticas de lectura en natural y social, no son sólo reproducciones
la Antigüedad, la lectura en voz alta y su sino construcciones complejas que inducen
transición y consolidación como práctica el sentido, la noción del objeto; implican la
individual, íntima, que fortalece su carácter aprehensión de acontecimientos, imáge-
en la esfera privada. Se trata, por tanto, de nes e informaciones que en ellos circulan
ver las prácticas de lectura como habilida- (Araya, 2002, pp. 11-15; Guerrero, 2005, pp.
des innatas del individuo que se consolidan 20-22).
mediante la ejercitación del acto lector, en el
que, como tal, se producen discernimientos, Chartier (1996) afirma que la apropiación
apropiaciones y expresiones que dan senti- de conocimiento se favorece mediante la
do al entorno natural y social. multiplicidad de interpretaciones, sentidos
y significados de la realidad que transfor-
La intención del artículo es sustentar, des- man las prácticas sociales y culturales; per-
de lo teórico, lo conceptual y lo histórico, mite actualizar posibilidades semánticas
un ejercicio investigativo cuyo objeto fue- del texto; entender sus representaciones,
ron los estudiantes de Sistemas de Infor- implicaciones y manifestaciones; contextua-
mación, Bibliotecología y Archivística de la lizar su entorno a través del lenguaje y de
Universidad de La Salle, y demostrar cómo nuevos vocablos, que le permite el trabajo
las investigaciones sobre la lectura en el ám- autónomo en torno a la lectura y la produc-

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ción de nuevos textos. La lectura de un texto sición frente al autor. Confluyen en él sus
como objeto de conocimiento sorprende al vivencias, pre-saberes y el grado de inte-
lector con nuevos referentes, el encuentro rrelación con sus congéneres. Los lectores
de sentido, la caracterización de personajes, generan cuestionamientos que orientan sus
la disposición de situaciones y lugares que prácticas de lectura: ¿qué ideas tiene sobre
ponen a prueba su capacidad lectora y el la lectura?, ¿qué importancia tiene la lectura
descubrimiento de la urdimbre de la narra- en el contexto personal y social?, ¿qué valo-
ción. Estas prácticas tienen que ver con las res se resaltan en las prácticas de lectura?,
demandas del ser académico e intelectual; ¿qué creencias asocia o consolida en sus
se lee para acceder a nuevos saberes, pro- prácticas de lectura?, ¿qué sentido tiene la
ducir conocimiento y regocijarse con la sa- lectura?, ¿qué regularidad es necesaria en
biduría (p. 9; véase también Rockwell, 2001, las prácticas de lectura?; interrogantes que
pp. 17-19; Alanís, 2000, p. 1). afanan la crisis y la tensión del lector fren-
te a la producción de conocimiento; debe
Lemos (2008, pp. 1-5) conceptúa las prác- mantener una relación constante con comu-
ticas de lectura como representaciones so- nidades académicas que validen su ejercicio
ciales que incorporan lo histórico, lo ideo- como lector, escritor e investigador; debe
lógico, lo cultural y lo institucional; además formular problemáticas disciplinares me-
refieren un objeto producido en tiempos diante núcleos problémicos que guíen sus
y espacios sociales determinados y dado escritos y publicaciones.
gracias a las relaciones entre personas, la
construcción de ideas a partir de su expe- Las prácticas de lectura
riencia lectora y de los interrogantes sobre como acciones cognitivas
la realidad desde un determinado cuerpo
de conocimientos. Las prácticas de lectura son un conjunto de
acciones cognitivas que privilegian lo indi-
Configuran las “maneras de leer, los usos vidual, lo íntimo, el acercamiento al cono-
de la lectura, los sentidos y sus posibles sig- cimiento desde la subjetividad. El sujeto se
nificados, así como los modos de aprender aparta, se aísla y, ante el texto, dispone de
y enseñar a leer y los materiales necesarios sus cualidades para deducir e inferir su sen-
para ser leídos” (Lemos, 2008, p. 6). Son ac- tido y significación. Las prácticas de lectura
tividades complejas no sólo por su orienta- son estrategias complejas que transforman
ción desde la corta edad, sino porque evo- la estructura de pensamiento del individuo;
lucionan y reformulan formas de acceso y éstas conllevan unas fases que implican el
apropiación de conocimiento. ejercicio de habilidades físicas como cogni-
tivas. Como acción cognitiva, deben tener
Las prácticas de lectura como representa- una finalidad práctica que favorezca su
ciones sociales constituyen un conjunto de utilidad, informar al lector, entender con-
competencias del ser humano, que involu- ceptos ajenos, acercar a la lectura a mundos
cra sensaciones, juicios y suposiciones que posibles, aproximar y fraternizar con senti-
le permiten percibir y sensibilizarse frente mientos y emociones, y dialogar con otras
a la realidad, cuestionarla, prefigurar res- ideas y otras épocas (Ordóñez, 2004, p. 36;
puestas, anticiparse al texto y tomar po- Sampson, 1997, p. 4-5).

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Desde el estudio cognitivo las prácticas producción y construcción de nuevo cono-


comprenden la aplicación de un conjunto cimiento. Por consiguiente, las prácticas de
de estrategias para entender, analizar y pro- lectura se entienden como actividades de
ducir nuevo conocimiento, mediante accio- comprensión y producción de sentido, un
nes narrativas y argumentativas que permi- proceso de intercambio de saberes, juicios
ten la consolidación de discursos propios. y raciocinios. La afinidad del lector con el
La efectividad de la apropiación y produc- texto debe estar marcada por la capacidad
ción depende del bagaje cultural y la sufi- de asombro, sorpresa, emoción, diversión,
ciencia del individuo que lee. La aplicación pero también la incomodidad, contrarieda-
de estrategias facilita en el lector el procesa- des, desatinos, controversias. Este acervo
miento de datos y de información de mane- permite descubrir realidades ocultas, espa-
ra inconsciente: “La mayoría de estas fases cios de significación y de sentido más allá
ocurren sin que el lector sea consciente de de la definición de las palabras, de su deco-
ellas. Son muy veloces pues la comprensión dificación o de una somera interpretación.
del texto tiene lugar casi al mismo tiempo
que el lector desplaza su vista sobre las pa- Las prácticas de lectura
labras” (Sánchez y Alfonso, 2004, p. 17). como apropiación

En el proceso de aprendizaje convergen la Cavallo y Chartier (2004, pp. 480-481), citan-


dimensión comprensiva y la dimensión produc- do a Paul Ricoeur, identifican en las prácti-
tiva; las acciones de leer (práctica metódica) cas de lectura el sentido de la apropiación
y escuchar (contextualización del discurso) con un doble sentido: primero, la apropia-
constituyen la primera, y el hablar (a partir ción entendida como efectuación (es decir, la
de argumentos) y el escribir (producción de acción del acto lector, la aplicación de accio-
nuevo conocimiento) componen la segun- nes cognitivas en la lectura, como un acto
da. Al aplicar las acciones de estas dimen- de aprehensión de información y de cono-
siones, el lector, desde los signos, símbolos cimiento) y la actualización (inmersión en los
y contextos, actúa como receptor o produc- significados del signo lingüístico, que de-
tor de textos sin importar la situación comu- penden de la aplicación de criterios cogni-
nicativa; genera un modelo interactivo de tivos para establecer clasificaciones, catego-
lectura al interrelacionar los conocimientos rías interpretativas y corpus de referencias);
(declarativos, procedimentales y condicio- segundo, la mediación a través de la cual el
nales) e intereses con la intención de explo- lector comprende per se y la construcción
rar nuevos saberes disciplinares y consoli- de la realidad. Pero el mismo Chartier cues-
dar sus prácticas de lectura (Santiago, 2007, tiona este enfoque, porque la concepción
pp. 1-5). de la lectura no pueden estudiarse como
acciones separadas; explica: “por un lado la
Las acciones cognitivas como la abstracción, fenomenología de la lectura y la estética de
el análisis, la síntesis, la inducción, la de- la recepción por el otro, se debe al hecho de
ducción, la predicción, la comparación y la que considera los textos como si existieran
crítica conciben interacciones entre el lector, en sí mismos, fuera de toda materialidad”
el autor, el texto y el contexto. Se generan (2004, p. 481).
actitudes tangibles que trascienden hacia la

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La práctica de lectura como apropiación de tos y normas de conducta (Ortiz, 2009, pp.
conocimiento permite actualizar las posibi- 35-40).
lidades semánticas del texto, entender sus
representaciones, implicaciones y manifes- En la actualización y mediación, el lector
taciones, contextualizar su entorno con nue- descubre nuevos referentes, la comprensión
vas vocablos, profundizar su conocimiento del sentido, la significación del texto, la ca-
de la realidad, de los objetos que lo rodean; racterización de personajes, disposición de
asimismo, apropiarse del lenguaje escrito, situaciones y lugares que ponen a prueba
hecho que le permite el trabajo autónomo su capacidad lectora y el descubrimiento de
en torno a la interpretación y producción la urdimbre de la narración. Estas prácticas
de nuevos textos (Chartier, 1994, pp. 9-15). tienen que ver con las demandas del ser aca-
La apropiación de conocimiento implica el démico e intelectual, se lee para acceder a
establecimiento de relaciones entre el su- nuevos saberes, producir conocimiento y re-
jeto como lector y el texto como objeto de gocijarse con la sabiduría, se lee para gene-
conocimiento. Un libro, un texto, un escrito, rar utilidad y beneficio con el conocimiento.
pueden transformar la conciencia del suje-
to, afectar su esencia, entrever el sentido, Sentido instrumental de la
significado y trascendencia de la intención apropiación
narrativa. La certeza de la apropiación se
manifiesta en la experiencia interpretativa, Arrow (1994), citado por Martínez (2004),
el discernimiento de la realidad y la produc- afirma que la apropiación puede efectuar-
ción de nuevos saberes (Alanís, 2000, p. 1). se de varias formas: “aprender haciendo”,
“aprender usando” o “aprender leyendo”.
La integralidad de la lectura permite in- Mediante el acceso al objeto de lectura, se
dagar en los procesos pedagógicos la di- establecen espacios de significación y de re-
ferencia que existe entre las formas pasiva presentación en los textos, en las personas y
y activa de apropiación: la forma pasiva en la misma realidad, que son compartidos
identifica la apropiación reproductiva, el a través del intercambio de experiencias, in-
lector asume los contenidos de un texto sin formaciones y conocimientos, estimulan la
interrogar su intencionalidad comunicativa, apertura hacia otros relatos, otros mundos
la trascendencia de los conceptos y la inte- y otras perspectivas de análisis (Guerrero,
racción con el código del autor, tan solo se 2006, pp. 13-14; Lemos, 2008, pp. 1-5).
recibe un contenido sin un objetivo claro de
aprendizaje. En contraste, la forma activa de La apropiación de conocimiento es un pro-
la apropiación creativa se identifica como ceso de asimilación, comprensión, interpre-
un proceso integral que conlleva dominio y tación y producción de saber; en ese orden,
asimilación por parte del lector. se establece la interrelación entre datos,
información, conocimiento y producción
Se fundamenta en el trabajo analítico-sinté- de saber: el dato, entendido como una uni-
tico y exige la asimilación de procedimien- dad mínima de información, sin sentido en
tos, métodos de análisis, que en su unidad sí misma, que adquiere sentido en conjun-
conforman las habilidades lectoras para fa- ción con otros componentes análogos; la in-
vorecer la formación de valores, sentimien- formación, un conjunto ordenado de datos,

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conceptos, objetos, eventos, ideas, proce- El texto escrito cambió los estilos y formas
sos, que adquieren sentido cuando generan de recepción y apropiación de conocimien-
beneficio, valor y utilidad en un entorno to, los modos de pensar, de valorar, de sig-
específico; el conocimiento, conjunto de in- nificar y conceptuar el entorno. La lectura
formaciones desarrollado en el contexto de y escritura en lenguas nativas acercaron
una experiencia que fortalece acciones pos- al individuo al texto. El entendimiento de
teriores de un individuo o de una colectivi- frases ininteligibles generó la lectura com-
dad, y el término saber, que se emplea en un prensiva; el discernimiento engendró los
sentido más amplio que conocimiento: “el significados y dio sentido a nuevas formas
conocimiento refiere a situaciones objetivas de sociabilidad, ideas nuevas y la modifica-
que una vez sistematizadas dan lugar a la ción de las relaciones con el poder (Chartier,
ciencia; el saber puede referirse a toda suer- 1996, p. 107).
te de situaciones objetivas como subjetivas
así como teóricas como prácticas” (Ferrater, De la misma manera, el contacto del hom-
2004, p. 3140; Alanís, 2000, p. 1). bre con el texto escrito replanteó las formas
de aprendizaje gracias a la transición de la
Finalmente, el saber como apropiación de lectura en voz alta como práctica comuni-
conocimiento es un conjunto de razona- taria –exclusiva de monasterios e institucio-
mientos lógicamente ordenados en torno a nes religiosas– ejercida por un lector-media-
un objeto de interés, a partir del contacto y dor que inhibía las formas de comprensión
aprehensión de la realidad. El saber impli- e interpretación del lector-receptor, hacia la
ca la objetivación y universalización de lo lectura individual, íntima, ejercida en espa-
aprendido y la aplicación de habilidades cios privados y familiares. De la instrucción
cognitivas como: observar, interrogar, razo- aislada en conventos y abadías se pasó a la
nar, argumentar, deducir, explicar, anticipar enseñanza pública, regentada por el Estado
y validar los conocimientos reconstruidos para la formación de ciudadanos; este co-
para la producción de nuevo conocimiento, metido se alcanzó gracias a la circulación
como fundamento de la actitud crítica. multiplicada del texto impreso y a los cam-
bios paulatinos en los métodos de estudio y
Reconstrucción histórica enseñanza (Chartier, 1996, p. 107; Manguel,
1999, pp. 109-111).
Los siguientes apartados presentan una
visión histórica de las prácticas de lectura El cambio de la lectura comunitaria a la lec-
como hitos culturales y sociales que cam- tura individual implicó el advenimiento de
biaron el destino de la humanidad desde el acciones diferenciadas como: la posesión
texto escrito, la representación de evolución del escrito, la relectura, el desciframiento
del pensamiento, la evolución de las prác- y la interpretación compartida de textos
ticas, de la lectura en voz alta a la lectura sagrados o profanos, la potestad del cono-
individual, la re-invención de la imprenta cimiento pasó al arbitrio de los estudian-
y la publicación masiva de libros, aconteci- tes. Del lector comunitario se pasó al lector
miento medieval de la democratización de autónomo, que ya selecciona sus propios
la información y del conocimiento. textos y se entendió la escritura como razón
fundamental de independencia.

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Se originaron nuevos discursos, cambió la que implicaba pensar, analizar, reflexionar


relación entre el profesor y el estudiante, el y evidenciar sus pensamientos mediante la
sacerdote y el feligrés y entre el funcionario escritura.
y el ciudadano, la sociedad se percibía más
equilibrada. Cada lector asume responsa- De las glosas y apostillas se pasó al análisis
bilidad sobre sus lecturas, a través de sus sistemático de los textos, a la lectura analíti-
propios textos memoriza pasajes, analiza ca y a la rigurosidad en las prácticas de lec-
contenidos e interpreta el texto a la luz de tura, sin olvidar la belleza, la sabiduría y el
su saber y entendimiento. Manguel (1999) corazón en la lectura. Las nuevas formas de
aconseja: “Deberás convertir en hábito, leer permitieron el acceso a preceptos socia-
cuando leas libros, fijarte más en el sentido les y de comportamiento de manejo exclusi-
de las palabras, concentrarte más en el fruto vo de las cortes: la cortesía, la urbanidad…,
que la hojarasca” (p. 116). y se divulgaron temas controvertidos como
el pecado, la fe y la moral (Manguel, 1999,
La lectura individual y la socialización pp. 109-111, 117).
de contenidos generaron la aparición de
glosas, apostillas y la intertextualidad en La imprenta y la
las páginas de los libros como fuentes de democratización del
comparación, referencia y enriquecimiento conocimiento
narrativo. Los nuevos textos permitieron
al lector apropiarse de temas mediante las Con el fin de establecer el punto coyuntural
notas al margen, se rechazaron los comenta- de la redefinición de las prácticas de lectura
rios existentes y se propuso la construcción en voz alta (la lectura pública), se presenta
de glosas propias como sustentación para una visión histórica desde la invención de la
las discusiones y debates en el aula, pues- imprenta como objeto que facilitó la divul-
to que se descubrió que las glosas anterio- gación y la democratización de la informa-
res “no ayudaban a los alumnos a adquirir ción y el conocimiento y el nacimiento de
un lenguaje elegante” (Manguel, 1999, pp. las prácticas de lectura silenciosa.
109-111).
La democratización del conocimiento no
En 1441, Louis Dringenberg, licenciado de se constituyó inmediatamente en un espa-
la Universidad de Heidelberg, presentó un cio abierto y de acceso inmediato debido al
modelo de enseñanza novedoso basado en analfabetismo y a las condiciones económi-
las prácticas de lectura: la disertación en cas de la época que implicaban la depen-
el aula; la presentación de comentarios de dencia de los lectores oficiales y la atención
textos y la lectura espontánea de textos, en de las necesidades básicas de manutención.
contraposición al aprendizaje memorístico La Reforma, encabezada por Martín Lutero,
de reglas gramaticales y lectura de glosas promulgó el acceso masivo a los textos reli-
elaboradas por antiguos estudiantes, por- giosos y se constituyó en la primera acción
que –según él− perturbaban el espíritu del democrática para la modificación de las
lector. Los estudiantes percibieron la lectura estructuras: religiosa, política y económica
como una acto vital, una acción cotidiana (Chartier, 1996, I-II).

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La era Gutenberg ocasionó cambios en las desconocida durante milenios” (1995, p.


prácticas de lectura tradicionales y acceso 35). En otro tiempo, el lector interiorizaba
al conocimiento. El contenido de las obras el texto; hacía de su voz el cuerpo del otro;
era potestad de copistas y frailes, puesto era su actor. Escuchar el ritmo de las frases;
que los libros permanecían resguardados imaginar, crear y recrear situaciones y per-
en abadías y palacios. Luego era inimagina- sonajes, y tomar distancia del texto son nue-
ble copiar una obra de la magnitud de la Bi- vas situaciones que cambiaron las prácticas
blia en poco tiempo e imprimir un número de lectura colectiva, hacia la búsqueda de la
elevado de volúmenes. La invención de la intimidad como alternativa de comprensión
imprenta permitió el acceso a nuevos tex- del mundo.
tos y facilitó la enseñanza de la lectura y la
escritura en ámbitos educativos populares Por lo tanto, la práctica de lectura individual
(Manguel, 1999, pp. 183-188). permitió al “nuevo lector”, al “nuevo actor
social”, interpretar la realidad y su vivencia
En el siglo XVI, en Europa, un lector tenía ciudadana, fundamentado en la asimilación
cómo elegir entre más de ocho millones y reproducción de conocimiento. Su expe-
de libros, “más quizá de los que todos los riencia como lector lo obligó a perfeccionar
copistas de Europa produjeran desde que por cuenta propia acciones cognitivas como
Constantino fundó su ciudad en el año 330” la comprensión, el análisis y la crítica de
(De Certeau, 1996, p. 178). En el Siglo de las textos escritos, además del intercambio de
Luces se pretendía que mediante las nuevas saberes en espacios sociales, familiares y la-
prácticas y hábitos de lectura y escritura, borales (Manguel, 1999, pp. 183-188).
se reformara la sociedad, se generalizara la
educación escolar y se transformara la men- La concepción moderna de las prácticas de
talidad colectiva a partir del uso del libro y lectura se evidencia en tres posturas: De
de su difusión (De Certeau, 1996, p. 179). Certeau las concibe como maneras, formas,
modos de hacer, emplear o abordar, usar un
Manguel (1999, pp. 183-184), Chartier (1996, texto, un código, o un objeto. Para Chartier,
p. 108) y De Certeau (1996, pp. 177-188) se- son actos individuales de asimilación e in-
ñalan la transición de las prácticas de lectu- terpretación de textos, actos colectivos que
ra a partir de la creación y publicación de permiten socializar el conocimiento me-
libros. De la lectura en voz alta, promulgada diante debates académicos o políticos, que
en la Antigüedad como una práctica de do- elevan las prácticas de lectura a un estadio
minación religiosa y política de textos con- democrático, inalcanzable en otras épocas.
fesionales y documentos públicos, se pasó
a la práctica individual, una virtud desco- Teberosky, Guàrdia y Escoriza (1996, p. 86)
nocida, un acto privado, íntimo, sosegado y fundamentan las prácticas de lectura como
realizado en cualquier espacio. Al disponer habilidades que desarrolla el ser humano
de impresiones idénticas de la misma obra, para la aprehensión, producción y divulga-
el lector le añadió su toque personal, sus ción de información y conocimiento. (Char-
marcas y una historia como lector. Chartier tier, 1996, pp. 107–108; De Certeau, 1996, p.
afirma que: “Leer sin pronunciar en voz alta 177–180).
o a media voz es una experiencia moderna,

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La lectura en la universidad: los estudiantes y sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y bibliográfico

La práctica de lectura implica en Chartier En esta mención de escritores, el interés ver-


(1996) y De Certeau (1996) la asimilación de sa sobre sus prácticas de lectura, el contacto
contenidos de los textos que, en palabras de con sus primeros libros, con las bibliotecas
Zuleta (1985, p. 90) es desciframiento del có- familiares y públicas, el acercamiento a sus
digo del autor, significa tomar para sí, “vol- temas de interés, el encuentro con otros au-
verse parecido a”, “hacer propio un texto”, tores que los antecedieron y su valía como
“apropiárselo o repropiárselo”: construir extraordinarios lectores. En esta perspecti-
conocimiento mediante la lectura del códi- va, las prácticas de lectura son un emblema
go de otros. de sabiduría.

En el proceso evolutivo de las prácticas, Varios autores han caracterizado con afabili-
el último peldaño es la creación de nuevo dad sus prácticas de lectura. La primera re-
conocimiento que evidencie la experiencia ferencia de prácticas de lectura en la que se
del autor, sus argumentos, sus certezas, sus aborda un texto es una tablilla de madera (De
miedos e ilusiones (De Certeau, 1996, p. Certeau, 1996, pp. 177-180), en un lugar dife-
178). Es así como las prácticas de lectura se rente al scriptorium, la biblioteca o el dormi-
conciben como un conjunto de estrategias torio de un monje, es el baño. San Gregorio, en
cognitivas que se fundamentan en el ser el siglo XII, describe el baño como “un lugar
humano, mediante rutinas, hábitos y tareas retirado donde pueden leerse tablillas sin in-
que articulan el acto lector hacia un apren- terrupciones” (Manguel, 1999, p. 204). El acto
dizaje continuo. Su ejercicio constante per- hierático y la solemnidad que simbolizaban
mite la apropiación de nuevos contenidos, las prácticas de lectura en la Europa del siglo
la interpretación de la realidad y la cons- XIV al XVIII daban por sentado que los libros
trucción de nuevo conocimiento, involucra se leían en espacios interiores, en el aislamien-
formas de lectura, usos del texto, espacios to, resguardados los lectores por las paredes
para la práctica y el uso de nuevos forma- de una biblioteca (Manguel, 1999, p. 192).
tos de almacenamiento y presentación de
información (Chartier, 1996, pp. 107-108; De En el siglo XV, con el auge de invención de
Certeau, 1996, pp. 177-180; Teberosky et al., la imprenta, Tomás de Kempis, monje y es-
1996, p. 86). critor alemán, confesaba: “He buscado la fe-
licidad en todas partes, pero no le he encon-
Para caracterizar las prácticas de lectura, se trado en ningún sitio excepto en un rincón
dispone de varios modelos: el escritor sim- y en compañía de un pequeño libro”. Como
boliza el arquetipo intelectual; el profesor, consecuencia, surgen preguntas como ¿qué
intérprete primario del texto, y el estudian- rincón?, ¿qué libro?, ¿qué tipo de lectura?,
te, representante de una nueva generación, ¿acaso ciertos rincones requieren un tipo
que examina y comprende la realidad desde especial de lectura?, ¿qué confabulaciones
los formatos electrónicos y la virtualidad. emergen de esa relación íntima? Simple-
De Certeau caracteriza la práctica de lectura mente, el lector va en búsqueda de la inti-
como trabajo artesanal, que se inicia en la midad, de un sitio sin presiones, sin distrac-
lectura en familia, en las bibliotecas, en la ciones, un contacto directo con su texto, con
escuela, que facilita la formación y consoli- la imaginación, la fantasía o un sentimiento
dación de procesos cognitivos (1996, p. 187). intelectual (Manguel, 1999, p. 204).

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HALLAZGOS - Revista de Investigaciones • Año 7 - No. 14 • Julio-diciembre de 2010

El Rey de Inglaterra Eduardo III compró un libre, extraía uno a uno, con estupor y cir-
libro de romances en 1374 que conservaba cunspección, los libros olvidados. No se li-
en su dormitorio y afirmaba que ese tipo de mitaba a leer: fantaseaba, pensaba, rehacía,
lecturas debían mantenerse en ese tipo de sacaba y adivinaba. “Aquellos libros eran
recinto (Manguel, 1999, p. 204). todos para mí sagrados, y tomaba absoluta-
mente en serio cuanto decían. Yo no distin-
Un sillón, un escritorio, un automóvil o en guía entre historia y leyenda, entre realidad
un tren, el lector busca en su práctica aislar- y fantasía; los tipos de imprenta eran a mis
se de la realidad que lo rodea e ingresar al ojos testimonios infalibles de verdad” (Pa-
mundo del autor y lucir estrategias cogni- pini, 1959, pp. 730-735).
tivas aprehendidas en el acto lector (Man-
guel, 1999, p. 204). El contacto con las prácticas de lectura en
las bibliotecas representó para Papini el
De tal manera que las prácticas de lectura salto de un centenar de libros conservados
llevan al lector a espacios austeros, apaci- en la canasta para virutas, en el ático de su
bles, íntimos, elegidos por su calidez para casa, a un millón de libros en la Biblioteca
consumar el acto lector. Proust (1989) des- Pública de la ciudad; pudo entrar a la bi-
cribe cómo leía a Balzac y a Ruskin en un blioteca a los catorce años (no se permitía
rincón del comedor, cerca del fuego; nóte- el ingreso sino a los dieciséis), regresó todos
se que “habla sin esperar respuesta y cuya los días después durante el tiempo que la
amable conversación vacía de sentido no cansadísima escuela le dejaba libre. Poco a
viene, como las palabras de los hombres, a poco se acostumbró al silencio del preciado
superponerse a las palabras que estáis le- lugar, alto, repleto de volúmenes antiguos y
yendo” (p. 7). Al aire libre, nuevos, de léxicos, de revistas, de opúscu-
los, de atlas, de códices y de escritos (Papini,
durante las dulces horas de la siesta 1959, pp. 730-735).
bajo los avellanos y los majuelos del
parque donde las brisas de los campos
infinitos venían de tan lejos a juzgar, Para Carl Sagan, uno de los astrónomos
silenciosamente junto a mí ofreciendo, más destacados del siglo XX, el contacto
sin decir palabra, a mi nariz distraída con las bibliotecas sucede cuando obtiene
el perfume de los tréboles (p. 9). su primera tarjeta de lector en la Biblioteca
Pública de Brooklyn, Nueva York. Solicitó a
Papini (1959) ubica sus prácticas de lectura la bibliotecaria libros sobre las estrellas; ella
en el ático de la casa: “Uno de los instantes regresó con un libro de fotografías rimbom-
más maravillosos de mi vida fue cuando en- bantes de hombres y mujeres cuyos nom-
tré a gozar de todos los derechos sobre la bres eran Charles Chaplin, Clarke Gable y
biblioteca de mi casa” (p. 732). Marilyn Monroe. Así que “yo me quejé…
ella sonrió y me buscó otro libro, el libro
En el fondo, la biblioteca consistía en una que yo quería. Lo abrí ansiosamente y lo leí
rústica canasta para virutas que tenía den- hasta encontrar la respuesta… decía que las
tro, más o menos, un centenar de volúme- estrellas eran soles, pero que estaban muy
nes, estaba escondida en el ático de la casa. lejos” (Sagan, 1982, p. 167). Desde las luces
Se encerraba allí todos los días, se sentía del barrio, hasta las luces de Nueva York,

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La lectura en la universidad: los estudiantes y sus prácticas de lectura. Recorrido conceptual y bibliográfico

de la primera estrella de la noche hacia las mediante la aplicación de acciones cogniti-


constelaciones, el universo y la vía láctea. vas como identificar, analizar e interpretar
De un libro sobre las estrellas hasta el infi- y apropiar-se de un texto para recrearlo, re-
nito mundo de los libros, sobre todos los te- formularlo y, mediante la escritura, generar
mas, en una proliferación infinita como las opiniones, conceptos y posturas del lector
estrellas del cielo (Sagan, 1982, pp. 167-168). como un nuevo autor.

Estanislao Zuleta, el escritor, que interpre- Las corrientes de pensamiento en torno a


tando a Nietzsche sublimó la práctica de la lectura y las prácticas de lectura se ini-
lectura al rigor del trabajo, simbolizó en cian en torno al pensamiento francés que,
el camello, la paciencia del lector, el sufri- desde las investigaciones historiográficas
miento y la mansedumbre en busca del de Roger Chartier, han permitido reconocer
eterno retorno: la creación intelectual. Inició desde la interacción de disciplinas como la
sus prácticas de lectura el día de su cum- literatura, la sociología, la pedagogía y la
pleaños número catorce cuando recibió de bibliotecología la vigencia de la lectura en
manos de un poeta costarricense su primer el ámbito social, académico, profesional e
libro: La montaña mágica de Thomas Mann. intelectual; así como la visión descriptiva
Lo leyó de inmediato y no lo abandonó du- y narrativa de la lectura y las prácticas en
rante toda su vida. la formación del pensamiento moderno de
Alberto Manguel, escritor argentino radica-
Su práctica de lectura lo llevó a releerlo, do en Canadá, el cual sustenta su postura
mostrarlo, prestarlo, regalarlo, explicarlo, desde las bibliotecas medievales de las aba-
difundirlo y recrearlo. Un amor a primera días y conventos, y más tarde el aporte de la
vista. Una sensación perdurable. Un senti- imprenta a la divulgación de los textos y la
do de pertenencia por el novelista alemán democratización del conocimiento.
(Vallejo, 2006, p. 61; Niestzsche, 1970, p. 39).
La cotidianidad del acto lector se representa Una de las múltiples interpretaciones de las
en el contacto permanente con libros, biblio- posturas de Chartier y de Manguel se crista-
tecas, catálogos de librerías e intercambio lizan en América Latina en las experiencias
entre amigos. Su ejercicio fundamenta el de Cláudia Lemos Vóvio con programas de
acercamiento a otros pensamientos, otros alfabetización de adultos en Brasil y Alfre-
mundos, y la consolidación del acto lector do Guerrero Tapia, quien desde el enfoque
como fuente de análisis e interpretación de de la psicología social y las prácticas peda-
la realidad. gógicas con estudiantes de psicología for-
mula posturas epistémicas que en la prác-
A manera de conclusión tica pedagógica permite la construcción de
conceptos y teorías.
Se puede deducir que los conceptos sobre
prácticas de lectura referenciados desde di- Finalmente, el espíritu literario y filosófico
ferentes corrientes de pensamiento recono- se refleja en las narraciones y pensamien-
cen el valor histórico, literario y pedagógico tos de Giovanni Papini, Marcel Proust y la
de la lectura. Asimismo, evidencian la trans- conferencia magistral “Sobre la lectura” de
formación del pensamiento del ser humano Estanislao Zuleta, quien induce a neófitos y

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expertos a leer desde la interpretación, tema tigación es inagotable. En este artículo se


recurrente en el presente artículo como una aseguró la fundamentación conceptual que
acción cognitiva que afirma el pensamiento permitirá en el informe final del proyecto de
antes de la escritura. investigación proponer estrategias didácti-
cas que desde la lúdica y la razón animen
La indagación documental generó reflexio- a los estudiantes y profesores a adentrarse
nes sobre la diversidad de posturas y acerca- en el mundo de la lectura como espacio de
mientos en torno a la lectura y las prácticas fortalecimiento individual y colectivo.
de lectura. El tema en perspectiva de inves-

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