Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
De la revolución al imperialismo
Trágicamente, la Rusia revolucionaria se quedó aislada en un mundo hostil, capitalista e
imperialista. La revolución se marchitó ante la presión exterior y la creciente burocracia liderada
por Stalin. En 1928, esta burocracia dio un giro brusco: eliminó los últimos logros de 1917 y,
cumpliendo la profecía de Bujarin, creó el capitalismo de Estado.
Rusia y su “Partido Comunista” ya no buscaban extender la revolución y el poder obrero. Stalin
mantuvo que la URSS debía competir con Occidente: “Marchamos con un atraso de cincuenta o
cien años respecto a los países adelantados. En diez años tenemos que salvar esta distancia. O lo
hacemos, o nos aplastan. […] ¿Y qué hace falta para alcanzar el éxito? Acabar con nuestro atraso y
desarrollar un ritmo acelerado, verdaderamente bolchevique, en la construcción”5.
Esta política fue desastrosa a muchos niveles. Aumentó brutalmente la explotación en las fábricas;
la agricultura quedó diezmada. Tres millones de personas murieron de hambre cuando se requisaron
todos los alimentos a Ucrania. Incontables personas fueron fusiladas o enviadas a morir lentamente
en los campos de trabajo (acusadas de “trotskistas”, “agentes del fascismo”…). En el ámbito
internacional, en 1935 la URSS se alió con el gobierno derechista francés; en 1939, increíblemente,
con la Alemania nazi; y en 1941 con Gran Bretaña y EEUU. Al terminar la Segunda Guerra
Mundial, Stalin se repartió Europa con estos últimos. La URSS se quedó como botín los países del
este y cedió a occidente el resto, exigiendo el desarme de las fuerzas partisanas que llevaban años
combatiendo contra los nazis. Todo esto dio paso a la Guerra Fría, con la URSS instalada como la
segunda potencia imperialista del mundo.
Quizá lo peor fue que gran parte de la izquierda mundial aceptó todo esto sin críticas. Su
“antiimperialismo” ahora consistía en reflejar los intereses de la URSS, justificando cada giro de
Moscú… mientras la socialdemocracia se dedicaba a justificar y apoyar a EEUU.
Antiimperialismo hoy
Ahora vivimos en un mundo multipolar, donde EEUU es la principal potencia imperialista, pero no
la única. Rusia —el país de las oligarquías, donde el 1% más rico posee el 71% de la riqueza7—
sigue teniendo un enorme arsenal nuclear y sigue intentando controlar a los países de su periferia.
China es ahora el segundo Estado del mundo en gasto militar y tiene cantidades ingentes de dinero
invertido por todo el mundo: incluso es el principal prestamista de EEUU (la exportación del capital
de la que hablaba Lenin).
Ante esta situación, hay personas que, desde visiones supuestamente de izquierdas, repiten los
esquemas de la Guerra Fría. Algunas ven en EEUU y sus aliados a los “defensores de la
democracia”; antes contra la URSS, ahora contra el islamismo. Otras se identifican con los
dirigentes de Rusia, China, Irán, Siria…
El análisis marxista esbozado aquí nos lleva a conclusiones muy diferentes. Implica, como hace un
siglo, rechazar a todas las potencias imperialistas, siempre teniendo claro que “el principal enemigo
está en casa”. Supone defender el derecho a la autodeterminación (incluyendo la independencia),
pero sin olvidar las divisiones de clase dentro de los países oprimidos. Ante las dictaduras en
Oriente Medio, implica oponerse totalmente a cualquier intervención imperialista, especialmente
por parte de Occidente, pero a la vez solidarizarse con las luchas populares en estos países, no
justificar la represión contra ellas.
Lo positivo es que estas ideas, antes propiedad de una minoría muy reducida, ahora están ganando
el apoyo de más gente de la izquierda radical, como lo demuestra el éxito de la declaración
alliberament998. El reto ahora es aplicar estos principios para impulsar de verdad el
antiimperialismo desde abajo.
Notas
1 Lenin, Vladimir: “Prefacio” en Bujarin, Nicolai, 1969 (1915): La economía mundial y el
imperialismo. Ruedo Ibérico.
2 Lenin, Vladimir, 1916: El imperialismo y la escisión del socialismo. Disponible en http://bit.
ly/1xHkqM0
3 Bujarin, N., 1969, pp. 145-8.
4 Lenin, V., 1916.
5 Stalin, Iosef, 1953 (1931): “Las tareas de los dirigentes de la economía”, en Obras, Tomo XIII
(1930- 34), Moscú. Edición digital de bolchetvo.blogspot.com.es, p. 18.
6 Cliff, Tony, 2000: Capitalismo de Estado en la URSS de Stalin. Barcelona: Ed. En lucha.
7 Ukhova, Daria, 2014: After Equality: Inequality trends and policy responses in contemporary
Russia. Oxfam. Disponible en http://bit.ly/1xLMXA1.
8 Ver la web: alliberament99.wordpress.com