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RESUMEN
Desde la introducción del turismo alternativo en Cuba, se ha evidenciado la práctica
tanto del turismo en espacios rurales naturales como en espacios rurales culturales.
Pinar del Río destaca por su marcada vocación por el turismo de naturaleza, donde el
ecoturismo, el turismo de aventura y el turismo científico han sido identificados como los
de mayor incidencia, por los valores naturales y el grado de conservación de sus
recursos naturales y la existencia de una red bien estructurada de áreas protegidas. Una
de las áreas protegidas más importantes de Cuba es el Parque Nacional
Guanahacabibes (PNG), por el escaso nivel de desarrollo económico, el elevado grado
de conservación de sus recursos naturales y alto endemismo en su flora y fauna. Con el
objetivo de elaborar una propuesta para el reordenamiento y la implementación de
prácticas de turismo de naturaleza, se hace una valoración de las actuales tendencias
de esta actividad. Como resultado más significativo se constató que la gestión turística
en el área es insuficiente, la concepción de la actividad se ha ido desvirtuando hacia una
práctica convencional, con predominio de las inversiones y los proyectos de desarrollo,
que implican aumentar la carga y la presión sobre los sistemas naturales, factores estos
que atentan contra los valores naturales y la vocación del territorio. Lejos de avanzar
hacia un turismo de naturaleza sostenible se han creado condiciones para mantener un
turismo convencional divorciado de las tendencias actuales.
INTRODUCCIÓN
La actividad turística en el último decenio se ha incrementado extraordinariamente en
todo el mundo, al punto de ser el sector económico con mayores tasas de crecimiento a
nivel mundial. En la práctica, este impetuoso desarrollo conlleva el desplazamiento de
millones de personas hacia los polos turísticos en los que, potencialmente, pueden
generar fuertes impactos medioambientales en las áreas que visitan. Es por eso de vital
importancia lograr el desarrollo del turismo desde la óptica del desarrollo sostenible, lo
que implica la utilización de las potencialidades naturales y socioeconómicas, históricas
y culturales del entorno, teniendo en cuenta un manejo racional, su protección y la
garantía de preservación para el uso de las futuras generaciones atendiendo a las
características de la identidad cultural e histórica de las comunidades receptoras.
Cuba se inserta en este sistema como miembro de la AEC teniendo en cuenta dentro de
su política ambiental la definición clara de turismo sostenible enunciada en la Ley 81 de
1997 o Ley del Medio Ambiente de la República de Cuba. Esta ley refiere que el
turismo sostenible es aquel que se efectúa de modo tal que armonice el empleo eficaz
de las potencialidades estéticas, recreativas, científicas, culturales y de cualquier otra
índole de los recursos naturales que constituyen su base, con la protección de estos
recursos y la garantía de que puedan proporcionar iguales o superiores beneficios a las
generaciones futuras. Por otra parte, la Organización Mundial del Turismo establece la
siguiente definición: el turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas
actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo, protege y fomenta las
oportunidades para el futuro. Se basa además en el respeto a la cultura nacional y sus
expresiones territoriales y en la integración de las poblaciones locales al desarrollo de
sus actividades, contribuyendo así a la elevación de la calidad de vida de los seres
humanos. La instrumentación del turismo sostenible en Cuba a partir del crecimiento
económico de la actividad se enfoca dentro de la práctica internacional sobre el tema desde dos
ideas esenciales:
Los primeros pasos en el diseño de una política debe dirigirse a la identificación del
producto turístico que mejor se adapte a los requerimientos del mercado, de modo que
se optimicen económica y/o socialmente las inversiones a efectuar. En esencia, este
producto turístico consiste en el conjunto de recursos naturales y humanos con
capacidad de atracción que el área a planificar puede ofrecer, complementado por un
equipamiento de apoyo y promovido por una organización de venta (Ferrario, 1980)
La evaluación de los recursos turísticos tiene como objetivo fundamental: Valorar la
viabilidad de un determinado lugar para un desarrollo turístico, la selección de la
localización óptima entre diversas alternativas o la evaluación global de un área en
términos de su potencial turístico, en base a una serie de factores locacionales, cuya
presencia, ausencia y características determinará, en última instancia la potencialidad
turística del área considerada y, en consecuencia, su viabilidad como soporte para un
desarrollo de la actividad turística.
Existen todo un conjunto de factores a considerar en la selección de los lugares que
pueden ser acondicionados para fines turísticos, así como diversos estudios que
abordan la problemática. La Unión Internacional de Organismos Oficiales de Turismo
(U.I.O.O.T.) los agrupa en cinco categorías, ellas son:
• Las condiciones naturales.
• La infraestructura.
• Las condiciones socioeconómicas
• Los equipamientos de superficie.
• Los equipamientos culturales y de recreo
Para poder unificar los diferentes enfoques y conceptos sobre Turismo de Naturaleza, es
necesario tener en cuenta tres aspectos principales: a) el motivo por el cual se desplaza
el viajero, b) cuál es el destino que escoge para desarrollar las prácticas turísticas y c)
qué condiciones y actitudes debe el turista asumir al realizar dichas actividades.
Varios son los conceptos que se han emitido sobre Turismo de Naturaleza hasta la
actualidad, los autores reconocen la necesidad de realizar ciertos ajustes en función de
responder a la nomenclatura turística y al contenido del mismo. En este sentido se
considera al Turismo de Naturaleza: Modalidad Turística Genérica conformada por
modalidades específicas, cuya principal motivación es el estudio y admiración de los
valores naturales y componentes culturales asociados, así como la realización de
actividades recreativas, físicas y de riesgo que utilicen el medio natural, conservado o
manejado responsablemente, donde se garantiza la seguridad del turista, sin degradar o
agotar los recursos, en beneficio de la naturaleza y las comunidades locales.
La evolución de este concepto se muestra en el gráfico siguiente:
A cambio de su inserción directa en un espacio natural, los turistas asumen una actitud
responsable, en concordancia con los valores y particularidades naturales y
socioculturales de cada uno de los destinos seleccionados.
Una de las áreas protegidas más reconocidas de Cuba, por el escaso nivel de desarrollo
económico, la buena conservación de sus recursos naturales y un alto endemismo en su
flora y fauna se encuentra en la región de Guanahacabibes. Geográficamente se ubica
en el extremo más occidental de la provincia de Pinar del Río, municipio Sandino; tiene
una extensión de 1 060 Km 2 y sus características especiales, de gran importancia
ambiental, la tipifican como una Reserva de la Biosfera con una extensión de 121 572 ha
que atesoran el Parque Nacional Guanahacabibes de 39 830 hectáreas, comprendido
dentro de la Región Cuba Occidental, en la Sub-región Penínsulas Cársicas, en el
Distrito Pinareño, Sub-Distrito de la Llanura Costera Meridional y Occidental, formando el
grupo de paisajes de la Llanura Cársica y Pantanosa de Guanahacabibes. Está
conformado por dos penínsulas: la del Cabo de San Antonio, que se extiende hacia el
oeste-suroeste hasta el punto más occidental del territorio cubano (Cabo de San
Antonio); y la de Corrientes, que se prolonga hacia el suroeste (Figura 1).
Esta porción más occidental fue refugio de piratas y corsarios y puerto de desembarque
de la infame trata de esclavos. Guanahacabibes por su aislamiento, fue también un
punto de embarque y llegada de expediciones y cargamentos de armas de los patriotas
durante la Guerra de Independencia, efectuada en Cuba entre 1896 y 1897. Por la
ensenada de María la Gorda, en la Bahía de Corrientes desembarcaron, entre otros, el
General puertorriqueño Juan Rius Rivera en el famoso Vapor Therre Friends en
Septiembre de 1896.
Después del triunfo revolucionario de 1959 sus pobladores encuentran empleo seguro
en la Empresa Forestal Integral Guanahacabibes, o se dedican a proteger la flora y la
fauna y a fomentar la cría de puercos en estado salvaje en diferentes puntos de su
geografía, entre otras ocupaciones.
Otro ejemplo es el vial La Bajada-Los Morros, (Figura 3), que constituye una barrera
para algunos procesos biológicos como la migración de especies de la fauna silvestre
(ej. cangrejo rojo), afectando la estabilidad de las poblaciones y de la zona costera.
Para lograr esto se debe crear un grupo de trabajo que realice el estudio de mercado y
un estudio de competencias para lanzar un producto exclusivo, resaltando sus valores.
La propuesta de estas actividades según las modalidades existentes se puede resumir
en la siguiente gráfica:
La peculiar estructura geomorfológica del paisaje de Guanahacabibes permite apreciar
fenómenos como la presencia de pantanos en la porción norte y la acumulación de
depósitos arenosos al sur, además de los farallones de 20 m sobre el nivel medio del
mar en la costa sur manifestados en terrazas labradas por el paso del tiempo, con
énfasis en Cabo Francés.
Por otra parte, la sala museo “Roncali” en la Península de Guanahacabibes hoy brinda
a los visitantes una mejor visión de la historia de esta zona geográfica. Recoge una
muestra de objetos pertenecientes a la construcción del “Faro Roncali”, su historia y la
vida de los torreros. También expone una secuencia fotográfica desde su fundación
hasta nuestros días, lo cual le permite a los visitantes apreciar las diferentes épocas por
las que ha pasado este monumento arquitectónico. Esta instalación se encuentra
enclavada en un lugar donde abundan sitios arqueológicos de gran riqueza; por esa
razón también se expone una muestra de la evidencia arqueológica perteneciente a las
etapas aborigen, colonial y neocolonial. Desde el 25 de septiembre del año 2000, fecha
de inauguración de la sala, hasta hoy, cientos de personas han podido ser partícipes de
las riquezas históricas de esta localidad.
Otra modalidad a fomentar es el agroturismo, que aun cuando existe una casa de la
miel y los campesinos conservan la tradición de extraer la miel, no se ha materializado
como un destino turístico. La flora de la península posee plantas carismáticas y
melíferas, que garantizan el proceso de la obtención de una miel ecológica con
excepcionales características, por la ausencia de productos contaminantes en el
territorio.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS