La conversión fotovoltaica consiste en transformar directamente la energía luminosa en energía eléctrica, por medio de células solares o fotovoltaicas. El efecto fotovoltaico se consigue cuando la radiación solar entra en contacto con un material semiconductor cristalino. La luz solar transporta energía en forma de fotones y al incidir éstos sobre determinados materiales (silicio) se origina un movimiento de electrones con una diferencia de potencial en los extremos de estos materiales semiconductores, convirtiéndose en pequeñas pilas o generadores eléctricos. Las células solares que copan el mercado fotovoltaico en más de un 95% son las de silicio cristalino. 1.1.1. El módulo fotovoltaico Las células fotovoltaicas tienen muy pocas aplicaciones como elementos individuales debido a que los valores de tensión principalmente son muy bajos, del orden de 600mV por célula. Es por ello que se asocian en serie varias células, generalmente 36 o 72, con el objetivo de obtener valores de tensión acordes a las aplicaciones a las que se dedican. Asimismo, es necesario colocarlas en una estructura que permita su fijación y que le proteja de la intemperie. Ese conjunto de células, encapsuladas en una estructura de fijación / protección, es lo que se denomina Módulo Fotovoltaico. Los módulos fotovoltaicos son conocidos también en el mercado con otros nombres, por ejemplo, paneles solares, módulos solares, generadores fotovoltaicos e incluso placas solares. Una vez conocido el funcionamiento de las células y su comportamiento en cuanto a variaciones de temperatura, radiación ,etc, podemos extrapolarlo todo al funcionamiento de un módulo, de tal forma que se producen exactamente los mismos efectos más los inherentes al conexionado entre células. La asociación eléctrica de las células en un módulo se realiza mediante conexiones en serie, debido a que se busca aumentar la tensión de salida. Por tanto, si las características de una célula son por ejemplo: Isc = 8 Amperios Voc = 0.6 Voltios Pmax = 3.34 Vatios Tendremos que las características (aproximadas) de un módulo fabricado con 36 células iguales de estas características serían: Isc = 8 Amperios Voc = 36 x 0.6 = 21.6 Voltios Pmax = 36 x 3.34 = 120.2 Vatios La forma de conectar las células en serie para obtener más tensión es mediante un cable de cobre estañado plano uniendo el "positivo" de una célula con el "negativo" de la siguiente, tal y como se puede ver en la figura siguiente figura 1 Forma de conexión de células solares
Un módulo fotovoltaico queda constituido de los siguientes componentes:
figura 2. Componentes de módulos fotovoltaicos.
Es importante destacar que al estar las células conectadas en serie y comportarse como fuentes de corriente, es necesario que todas las células sean idénticas en cuanto a características eléctricas, ya que de no ser así se producirían desequilibrios que impedirían funcionar de forma optima al módulo. Para ver la curva I-V del módulo en función de la radiación solar o de la temperatura, volver al apartado 2.1 y considerar que la única variación significativa es el escalado de la tensión. No obstante, es necesario destacar que el efecto de la temperatura en los módulos suele ser una de las cuestiones que generan más desconcierto. El efecto de la temperatura en la Voc es aproximadamente α= -2,3 mV/ºC. Mediante complejas formulas se puede llegar a determinar el impacto de esa variación de tensión en la Pmax, pero resumiendo podemos estimar una variación aproximada de -0,4% / ºC. 1.1.2. El acumulador La energía solar llega a la Tierra de una forma variable no sólo respecto al día y la noche, sino también a la época del año, condiciones meteorológicas, etc. Algunas de estas variaciones son perfectamente predecibles, como las estaciones o la duración de la noche, pero no ocurre así con la nubosidad, que es mucho más aleatoria, lo que hace necesario la utilización de acumuladores o baterías capaces de alimentar el consumo previsto inicialmente durante los días que dure la perturbación. El acumulador o batería es un dispositivo capaz de transformar una energía potencial química en energía eléctrica. Se compone esencialmente de dos electrodos sumergidos en un electrolito donde se producen las reacciones químicas debidas a la carga o descarga. Cumple, por otra parte, una misión de fiabilidad ya que también tiene el trabajo de poder alimentar a la carga durante varios días, cuando la producción del panel es baja debido a las condiciones meteorológicas adversas. Las baterías que se utilizan en las instalaciones fotovoltaicas se denominan estacionarias, que a diferencia de las de arranque que utilizan los vehículos, admiten descargas prolongadas sin que se dañen las baterías. Desgraciadamente, no distinguir entre unas y otras ha malogrado históricamente muchas instalaciones, ya que instalar baterías de arranque para usos fotovoltaicos dañaba rápidamente las mismas. Existen diferentes tipos de baterías estacionarias en el mercado, pero el mercado ha seleccionado dos como las más fiables y económicas: Las Plomo-ácido abiertas (electrolito líquido, inundadas) Las Plomo-ácido estancas (electrolito gelificado) Las primeras son las más utilizadas en las instalaciones fotovoltaicas debido a su buena relación calidad/precio. Sin embargo presentan inconvenientes en algunas circunstancias: Cuando las baterías utilizan transportes públicos (aviones, barcos, etc) para llegar a su destino, el ácido debe transportarse separado de la batería. Cuando las condiciones de la instalación requieren que no haya vapores explosivos en caso de condensación. Cuando la instalación tiene muy difícil acceso y se intenta reducir al máximo el mantenimiento (rellenado de la batería con agua destilada básicamente) Otros Estos inconvenientes los resuelve con facilidad la batería estanca, también denominada de electrolito gelificado o de gel. Son más caras que las anteriores, pero en algunas situaciones su precio justifica sobradamente su utilización La capacidad de un acumulador se mide en Amperios/hora (Ah), para un determinado tiempo de descarga. Si este tiempo es muy corto, la capacidad de la batería disminuye, mientras que si el tiempo de la descarga aumenta haciéndose ésta lenta, la capacidad de la batería aumenta. Se denomina capacidad nominal de una batería, a la cantidad de corriente (Ah) que es posible extraer de ella cuando está totalmente cargada, hasta que la tensión entre sus bornes alcanza un cierto valor final. Esta capacidad depende de la intensidad de la corriente de descarga, de la temperatura y del valor de la tensión final. Se llama estado de carga de una batería, SOC, a la relación entre la capacidad de una batería, en general parcialmente cargada, y su capacidad nominal. Obviamente 0 < SOC < 1. SOC = 1 indica que la batería está totalmente cargada y SOC = 0 que está totalmente descargada. Al valor complementario de SOC, se le llama profundidad de descarga de la batería, PD = 1-SOC Se denomina régimen de carga (o descarga) a la relación entre la capacidad nominal de una batería y el valor de la corriente a la que se realiza una carga (o descarga). Este parámetro se expresa, normalmente, en horas y se representa en forma de subíndice que acompaña al símbolo de la corriente. Por ejemplo, si se descarga con una corriente de 5 Amperios una batería de 100Ah, se dice que el régimen de descarga es de 20 horas y el valor de la corriente se expresa como I20. También es muy común verlo expresado como C20. El rendimiento farádico de una batería en un cierto estado de carga, se define como la relación entre la cantidad de corriente (Ah) extraída de ella durante un proceso de descarga y la cantidad de corriente necesaria para restablecer el estado de carga inicial. Análogamente, el rendimiento energético de una batería en un cierto estado de carga, se define como la relación entre la energía (Wh) extraída de ella durante un proceso de descarga y la energía necesaria para restablecer la carga inicial. 1.1.3. Reguladores de carga Los módulos fotovoltaicos tienen una salida en tensión superior a la tensión nominal de las baterías utilizadas en las instalaciones. Esto es necesario debido a dos motivos: Para contrarrestar el efecto de la temperatura sobre los módulos fotovoltaicos Para poder cargar la batería al tener una tensión mayor que la de plena carga de la misma. La misión del regulador se centra, por lo tanto, en evitar que, debido a una tensión excesiva proporcionada por el panel, éste pueda en algún momento sobrecargar el acumulador, con el consiguiente perjuicio que pueda ocasionar a la vida de la batería. En definitiva, el regulador de carga es un equipo capaz de evitar la sobrecarga (o sobredescarga) del acumulador a la vez que limita la tensión a unos valores adecuados para el mantenimiento, en estado de flotación, del grupo de baterías. Además de estas funciones de protección de las baterías, la labor más importante del regulador de carga es optimizar la carga de las baterías ya que estamos trabajando con una fuente de energía totalmente variable y estacional Habitualmente, el control del estado de carga de las baterías se realiza mediante la medida de la tensión en bornas, usando los datos proporcionados por los diferentes fabricantes, ya que existe una relación entre estos dos parámetros como ya hemos visto en el capitulo anterior. De esta forma, el circuito de control del regulador de carga sabe cuando éste debe empezar a actuar limitando la tensión y corriente proporcionada por el grupo fotovoltaico. Esencialmente, existen dos grandes grupos de reguladores en función de la tipología: los de tipo shunt o paralelo y los de tipo serie. La misión en ambos casos es la misma y se diferencian en la forma de trabajo y prestaciones de cada uno de estos elementos. _ Los tipo shunt o paralelo, cuando detectan que han completado la carga de la batería realizan un cortocircuito en los generadores fotovoltaicos para que la tensión sea menor que la de la batería y no cargue más. Se coloca un diodo de bloqueo para evitar que el cortocircuito afecte también a la batería. _ Los tipo serie, al llegar a final de carga, seccionan la línea de los módulos y estos se quedan en circuito abierto. Hay que prestar especial atención a si el seccionamiento se produce en el positivo o en el negativo, ya que algunos reguladores tienen el positivo común y al conectar las tierras al negativo el regulador no detiene realmente la carga (o descarga) de la batería. El más habitual históricamente ha sido el tipo serie, ya que las exigencias de disipación son menores. Antiguamente los seccionadores no eran más que relés mecánicos, lo cual presentaba problemas cuando conducían corrientes muy altas (en corriente continua es más difícil eliminar el arco que se genera al abrir los contactos) y no permitían realizar cargas de flotación a las baterías debido a la imposibilidad de realizar un alto número de conmutaciones por segundo en condiciones fiables. Actualmente, la tecnología Mosfet ha resuelto ambos problemas, siendo posible encontrar en el mercado estos relés de estado sólido capaces de conmutar corrientes muy elevadas, en alta frecuencia y con autoprotecciones que evitan daños en los equipos (cortocircuitos, sobretensiones, etc) 1.1.4. Inversores. Los inversores son equipos electrónicos cuya función es transformar la tensión desde Corriente Continua (CC/CA) a Corriente Alterna. Un inversor o convertidor CC/CA consta de un circuito electrónico realizado con transistores (normalmente mosfet hasta decenas de kW, e IGBT´s para potencias mayores), que trocea la corriente continua alternándola y creando una onda de forma cuadrada. Este tipo de onda puede ser ya utilizada después de haberla hecho pasar por un transformador que la eleve de tensión, obteniendo entonces los denominados convertidores de onda cuadrada, pseudocuadrada o trapezoidal. Si esa onda se filtra adecuadamente, obtenemos una forma de onda sinusoidal igual a la de la red eléctrica. Su uso en aplicaciones fotovoltaicas autónomas hace que las instalaciones puedan utilizar equipos estándares del mercado a 220V 50Hz, lo cual tiene dos ventajas básicas: _ Permite a los usuarios acceder a una mayor gama de productos a conectar en la instalación. _ Facilita el uso, ya que estamos acostumbrados a manejar 220voltios CA en nuestra vida cotidiana. Podemos diferenciar dos grandes grupos de inversores o tecnologías, muy ligados a la tipología de las instalaciones, inversores de conexión a batería e inversores de conexión a red. a) Inversores de conexión a batería Son los utilizados en instalaciones autónomas o aisladas, donde la electricidad generada porlos módulos se acumula en las baterías para su uso posterior. Las tensiones de alimentación típicas son 12, 24 y 48 voltios. Los hay de 120 voltios, utilizados cuando la potencia de la instalación es muy elevada. Esta tensión en instalaciones de alta potencia es recomendable para evitar poner baterías en paralelo y para que las secciones de los cables conductores sean razonables y operativas. Pueden generar señales cuadradas, pseudocuadradas, trapezoidales y senoidales puras.Muchos equipos eléctricos, como algunos electrodomesticos o iluminación, funcionan perfectamente con señales no senoidales. Es muy importante que la potencia pico que puedan entregar en breves periodos de tiempo sea varias veces la nominal de equipo, ya que tienen que soportar cargas con fuertes pico de arranque (televisores, neveras, etc). Disponen de protecciones contra tensión baja de batería, cortocircuitos, sobrecargas, sobretemperaturas, etc. b) Inversores de conexión a red Son equipos específicos para ser utilizados en instalaciones de conexión a red, donde inyectan la energía generada en los módulos en la red eléctrica, obteniendo unas primas o bonificaciones. A diferencia de los anteriores, sólo pueden ser sinusoidales puros. Las tensiones nominales de alimentación oscilan más, típicamente entre 150Voc y 550Voc en los módulos fotovoltaicos. Disponen de sistemas de protección más exigentes que los anteriores, como por ejemplo, la protección contra el modo isla, que en casos es que desaparezca la señal de la red detiene la inyección de corriente en la línea de distribución. Donde demuestran su eficacia ya no es en soportar picos de potencia puntuales como los conectados a batería, sino en su capacidad de trabajar en condiciones de redes eléctricas de muy baja calidad, o en entornos donde los niveles de reactiva o capacitiva sean muy elevados. 1.1.5. Estructuras. La utilización de una estructura de soporte adecuada facilita las labores de instalación y mantenimiento, minimiza la longitud del cableado, evita problemas de corrosión y hace agradable la vista del generador en su conjunto. Asimismo, no debemos olvidar que la estructura tiene como función mantener los paneles orientados en una determinada posición frente al sol, de tal forma que se optimice el rendimiento de la misma. Existen gran variedad de modelos, pero los requerimientos básicos de todas ellas son: Soportar vientos de 100 a 150 km/h Situar a los módulos a una altura sobre el suelo superior a 1 metro. En casos de instalaciones en el campo sirve para evitar posibles sombras de hierbas, en zonas donde la nieve es abundante sirve para que no quede enterrado, en zonas de inundaciones evita cortocircuitos, etc Estar constituida por materiales resistentes a la corrosión. Los mejores compromisos calidad-precio se han logrado con acero galvanizado en caliente y con aluminio anodizado. Emplear para la sujeción de los módulos, tornillería de acero inoxidable, exclusivamente. Estar eléctricamente unida a una toma de tierra que cumpla con las especificaciones del Reglamento de Baja Tensión. Asegurar el buen contacto eléctrico entre el marco del módulo y la tierra, para permitir la protección de las personas frente a posibles pérdidas de aislamiento en el generador. Favorecer la integración estética del generador en el medio en el que funciona. Es necesario destacar tres tipos de instalaciones con particularidades especiales: Instalaciones en ambientes marinos o altamente corrosivos. Se recomienda utilizar acero inoxidable aunque es más caro que el acero galvanizado, ya que se comporta mejor frente a la corrosión. Instalaciones integradas en edificios (BIPV). Los sistemas de fijación suelen ser muy diferentes de los estándares, de tal forma que se adapten a los requerimientos de los arquitectos. Instalaciones de 12, 24 y 48 voltios. Si es posible, no conectar la tierra. En zonas donde exista probabilidad de caída de rayos, una instalación de baja tensión es preferible que se encuentre "flotante", ya que se comporta mejor frente a sobretensiones inducidas.