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XVIII
(ca. 1770). en Alemania, que se dispersó y cultivó por toda Europa hasta mediados del siglo XIX y
que continúa ejerciendo su influencia hasta la actualidad. Este movimiento se opuso al expansivo
capitalismo industrial y al racionalismo ilustrado. Entre sus características principales se
encuentran la constante presencia de temas preindustriales como la naturaleza, los mitos
grecolatinos y medievales. También se caracterizaba por la búsqueda constante de la originalidad
como una forma de contraponerse a la profesionalización del artista y de la conversión de la obra
de arte en una mercancía, dado que los escritores profesionales se servían de técnicas de
escrituras genéricas, efectivas en el mercado. También se caracterizaba por concebir al artista
como un intermediario entre lo trascendental y lo inmanente; el artista sólo escribía por la
inspiración, también como una forma de oponerse al profesionalismo en la escritura.
Jhon Edison Hernández (Medellín, Colombia, 22 de junio de 1986) conocido simplemente como
"La Goma Hernández" es un futbolista colombiano. Juega como centrocampista y actualmente
milita en el Cúcuta Deportivo de la Categoría Primera A colombiana.
Síntesis biográfica
Estudia en el colegio El Salvador del Mundo. Vive su juventud entre desórdenes civiles y
elevados ideales heroicos. Hijo único de José Ramón Blanco y María Eugenia Acevedo fue
el autor de dos obras emblemáticas de la literatura venezolana. Se tienen muy pocos datos
sobre su vida.
Trayectoria
En 1875 se da a conocer como escritor con los cuentos Vanitas vanitatum y El número
ciento once ―ambos publicados en el semanario La Tertulia―, y la novela Una noche en
Ferrara, en donde abunda lo exótico y lo fantástico. También colabora con publicaciones
literarias y políticas como El Cojo Ilustrado (1896), La Entrega Literaria (1882) y
La Causa Nacional (1889).
Posteriormente publicó las recopilaciones de relatos Las noches del Panteón (1895) y
Tradiciones épicas y cuentos viejos (1912), y una tercera novela, Fauvette (1905). Ostentó
los cargos de ministro de Relaciones Exteriores entre 1900 y 1905, y de ministro de
Instrucción pública entre 1905 y 1906.
“Jamás se había visto un combate ni más desigual ni más glorioso para las armas de la
República. El General Páez y sus compañeros se han excedido a sí mismos haciendo
mucho más de lo que debía esperarse de su valor e intrepidez”…”la proeza más
extraordinaria que puede celebrar la historia militar de las naciones”
Boletín del Ejército Libertador, 3 de Abril de 1819 y Proclama de la misma
fecha en Escritos del Libertador, Documentos 3663 y 3664, Tomo XVI
La batalla de las Queseras del Medio (2 de Abril de 1819), constituye para los hombres de
armas un crisol de enseñanzas, pues permite demostrar la primera característica que debe
poseer y poner en práctica un verdadero conductor de tropas la cual no es otra que la
capacidad de poder ver y valorar el poder del enemigo, determinando los medios para
vencerlo y luego concebir el plan o maniobra necesaria para vencerlo.
De acuerdo a lo expresado por el historiador José Febres Guevara, gran estudioso de este
hecho bélico, las Queseras del Medio no fue un hecho casual, sino un plan debidamente
concebido por el General de División José Antonio Páez, quien sabedor de los problemas
que afectaban a su ejército, pero a la vez gran conocedor del medio ambiente llanero que lo
rodeaba, decide enfrentar al todopoderoso español Pablo Morillo.
Este gran militar ibérico, desesperado al ver que sus filas iban diezmando por los ataques
contínuos por parte del gran centauro llanero, decide lanzar un 2 de Abril, un ataque con
más de 1500 hombres para alcanzar y destruir las tropas de Páez. Ese día los dos ejércitos
se encontraban separados por el rio Arauca; Páez concibe la idea de sorprender a los
realistas con un cuerpo de caballería, comandados por él y pide voluntarios: todos se
ofrecen hasta sumar 154 hombres, excelentes lanceros y mejores jinetes.
Pasan el rio sin ser vistos y ya en la sabana arisca, se acerca al trote a las filas realistas.
Morillo al distinguirlos a lo lejos, lanza su caballería con más de 1000 hombres con el fin
de envolver al poco más de un centenar de patriotas. Al acercarse unos a otros, Páez y sus
lanceros simulan huir al trote pero a su vez van acortando la carrera y disminuyendo la
distancia que los separaban del enemigo. Don Eduardo Blanco escribió: “…Tres cuerpos de
caballo apenas los separan. Los brazos se extienden, los sables se levantan, la sangre va a
correr. Llegó el momento”…”Un grito agudo resuena de improviso dominando el estrépito.
Grito que encierra una orden terrible. La de Páez: VUELVAN CARAJO …! Todos la oyen
y la obedecen con la suprema rapidez del rayo”
Morillo ve con terror como su caballería es arropada y destruida por aquellos hombres
numéricamente inferiores pero superiores como soldados y de inmediato su clarín toca a
retirada.
Lo que allí paso “no tiene ejemplo en los fastos del heroísmo humano” apuntaba Blanco en
su Venezuela Heroica.
LA POESÍA GAUCHESCA
Características de la Poesía Gauchesca:
Es un tipo de literatura popular. Nació en el Río de La Plata a
fines del siglo XVIII. Refleja la vida, el ambiente, dialecto,
valores y conflictos del hombre de campo. Fue compuesta
por escritores cultos, quienes imitaban el estilo de las
payadas gauchescas.
Fueron impresas y difundidas a través de folletos, libros y de
forma oral por medio de las payadas. Abarcaban temas
como: el amor,la paternidad, la soledad, la amistad,
valentía, el ambiente social.
TEMAS DE LA POESÍA GAUCHESCA
EL MANUSCRITO ORIGINAL
El cuaderno donde José Hernández escribió la primera parte del Martín Fierro se conserva en el
Museo Histórico Nacional, cuya dirección es : Defensa 1600, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
ubicado en Parque Lezama.
Fue militar, periodista, poeta y político argentino. Como militar participó en defensa de la
autonomía del Estado de Buenos Aires. Entre 1852 y 1872 se dedicó intensamente al periodismo.
En 1872, publicó la primera parte de El Gaucho Martín Fierro, la segunda parte apareció en 1879.
En 1879 fue diputado, y en 1881, vocal del consejo General de Educación y senador provincial de
Buenos Aires, reelecto en 1885.
ESTRUCTURA DE LA OBRA
La obra está dividida en dos partes
Primera parte: "EL GAUCHO MARTÍN FIERRO"= COMPUESTA
por 13 cantos y 2316 versos.
Segunda parte: "La Vuelta de Martín Fierro"=COMPUESTA
por 33 cantos y 4894 versos.
LA MÉTRICA
Ejemplo:
RIMA
La rima es: consonante, porque todos los fonemas son
idénticos a partir de la última vocal acentuada.
ejemplo:
Yo tenía unas medias bo-tas
Con tamaños verdugo-nes;
Me pusieron los talo-nes
Con crestas como los ga-llos:
¡Si sirviera mis aflicio-nes
Pensando yo que eran ca-llos!
En «La ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social del contexto
histórico lo vuelve un gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter independiente,
heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de la política
del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los
gauchos para ir a defender las fronteras internas contra los indígenas.
Dibujo de un gaucho.
Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador, calificó este poema como «el libro
nacional de los argentinos» y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del
país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por
antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre «fuera de la ley» para convertirse en
héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del «Martín
Fierro», le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el «Martín Fierro» una
interpretación de la historia argentina.
Argumento
En El gaucho Martín Fierro («La ida»), un gaucho trabajador de las pampas bonaerenses,
que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado forzosamente para servir en un fortín e
integrar las milicias que luchaban defendiendo la frontera argentina contra los indígenas,
dejando desamparada a su familia. Durante años sufre penurias en los fortines (malas
condiciones, hambre, frío, trato abusivo de sus superiores, los castigos estacados, el no
recibir su sueldo) hasta que decide escapar después de tres años y desertar del servicio. Al
volver, su rancho se encuentra abandonado convertido en una tapera y su mujer y sus hijos
se han separado ante la necesidad imperiosa de sobrevivir. Esta desdichada realidad hace
que Martín Fierro frecuente las pulperías, se embriague, se convierta en un gaucho matrero.
En una oportunidad se burla de la mujer de un moreno quienes estaban por ingresar a un
baile y lo mata, y luego comete un asesinato más: el de un gaucho "protegido" por los
funcionarios. Estas muertes que acarreará para siempre en su memoria lo llevan a
convertirse en gaucho perseguido por la policía. Una noche, se enfrenta contra una partida
de policías, pero se defiende con tal valentía que uno de la partida, el sargento Cruz, se une
a él en medio del combate pues no iba a consentir que se matara a un valiente. Finalmente
ambos, sabiéndose perseguidos, huyen y se encaminan hacia el desierto para vivir entre los
indios, esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo que es mejor vivir con
los salvajes que lo que la 'civilización' les deparaba, termina la primera parte.
Análisis
Martín Fierro se presenta como una actitud de poder.
Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama
Yo hago en el trébol mi cama
Y me cubren las estrellas.
Su carácter solitario es consecuencia de la pampa que habita, las injusticias que vive lo van
transformando a lo largo de la obra.
El gaucho Martín Fierro sería oriundo de la localidad de Tres Arroyos, en la provincia de
Buenos Aires. Otros argumentan que hay documentación de que habría vivido en el Pago
de Monsalvo, en las zonas aledañas a la actual ciudad de Maipú. Se ha investigado, que
Hernández era muy amigo de Zoilo Miguenz, fundador del partido de Ayacucho, ahí
encuentra una denuncia contra un tal Meliton Fierro, que es su alter ego en el libro. De
hecho, la única referencia geográfica que se cita en el libro es Ayacucho. Los numerosos
análisis del Martín Fierro han destacado tanto las diferencias psicológicas del personaje
como los cambios del propio José Hernández, en los siete años que median entre la
publicación de "la ida" y "la vuelta" de Martín Fierro.
En cuanto al personaje de Martín Fierro, en la primera parte, luego de haber sido reclutado
por la fuerza, rompió completamente con la "civilización", asesinando a un gaucho negro,
enfrentándose con la policía y finalmente excluyéndose totalmente de la sociedad
premoderna de la Argentina de entonces, para irse a vivir con los indios pampas. En la
segunda parte, en cambio, Martín Fierro parece revalorizar una sociedad en transformación
(en ese momento el país iniciaba su modernización capitalista, y el ingreso de millones de
inmigrantes provenientes mayoritariamente de Italia), haber superado su rebeldía rupturista
y orientarse más hacia el futuro de sus hijos.
La mayoría de los críticos literarios y gran parte de los historiadores, sin embargo, suponen
al personaje del poema como un sujeto ideal y paradigmático de los gauchos hasta los años
1880, teniéndose en cuenta que el gaucho Don Segundo Sombra existió realmente más allá
de su literaturización. En todo caso en la Costa Atlántica bonaerense —entre los cardales,
dunas y, sobre todo, los densos bosquecillos de curru mamil que se encontraban en torno a
la que luego sería Mar del Plata— está documentado, sobre todo tras la batalla de Caseros y
en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, que se refugiaban muchos gauchos tenidos
por "vagos" (sin papeleta de conchabo) y "malentretenidos".
Métrica
El poema está escrito en versos octosílabos. La estrofa predominante es el sexteto ajustado
al esquema abbccb con rima consonante. Según los críticos literarios, el primer verso, libre,
sin rima, inicia la enunciación con destreza. El segundo verso cierra la primera unidad
interna de la estrofa. La segunda unidad compuesta por el tercer y cuarto verso no siempre
mantiene el nivel literario de la primera unidad. Y nuevamente se eleva con los versos
finales de tono refranesco que cierran la estrofa.
No obstante, no todas las estrofas responden a esta estructura, también hay cuartetas y
redondillas y el romance que funciona como nexo entre la primera parte («La ida») y la
segunda parte («La vuelta»). Aquella se divide en 13 cantos (2316 versos), más breve que
su continuación.
Peculiaridades lingüísticas
De la lectura de los prólogos que acompañaron a la obra se extrae la clara conclusión de
que el autor pretendió reflejar el lenguaje de los gauchos. Esto derivó en un intenso estudio
de la lengua de la obra por parte de la crítica en busca de emparentarla con el habla
gauchesca. Autores españoles como Unamuno o Azorín se esforzaron en encontrar
relaciones entre el habla del poema y la de los campesinos de la península. Por su parte
algunos autores argentinos como Leumann dirigieron sus estudios hacia lo original de esa
modalidad lingüística llegando a calificarla como genuino idioma nacional argentino.1
Especialmente polémica resultó la aportación de Américo Castro que defendía de modo
radical la idea de que el habla gauchesca no era otra cosa que una prolongación del habla
medieval castellana.2
Más relevante resulta el interés del autor por tratar el habla rural de forma digna lo que le
valió alguna crítica de sus contemporáneos que le reprocharon el uso de un habla inculta. Si
bien este uso de la lengua entronca con toda la literatura gauchesca anterior, es Hernández
quien la elevó a lengua literaria plena. Parte de la crítica ha señalado una cierta
inestabilidad en la transcripción fonética de las palabras y un escaso dominio de la
ortografía académica.3 Al margen de esta inestabilidad algunos de los rasgos característicos
del poema son:
«El "operativo difusión" fue estudiado cuidadosamente. Los pintores destacadísimos son
muy pocos; tal vez no superen la veintena. Descartadas las corrientes no figurativas o
difíciles de asimilar por una mayoría de la población, el número se reducía más aún. (...) En
la editorial explican el hecho de otro modo. Aseguran que el vehículo más propicio para
entrar en contacto con el gran público, sin duda alguna, consistía en el "Martín Fierro",
única poesía argentina a la vez popular y universal. Entre el pequeño grupo de pintores
aceptables después de la ultraselección, se buscó quien estuviese más compenetrado del
tema gauchesco. Las posibilidades convergieron en dos nombres: Alonso y Castagnino.».
Semanario Primera Plana, 20 de noviembre de 1962