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La literatura del Romanticismo fue un movimiento literario que se inició a finales del siglo 

XVIII
(ca. 1770). en Alemania, que se dispersó y cultivó por toda Europa hasta mediados del siglo XIX y
que continúa ejerciendo su influencia hasta la actualidad. Este movimiento se opuso al expansivo
capitalismo industrial y al racionalismo ilustrado. Entre sus características principales se
encuentran la constante presencia de temas preindustriales como la naturaleza, los mitos
grecolatinos y medievales. También se caracterizaba por la búsqueda constante de la originalidad
como una forma de contraponerse a la profesionalización del artista y de la conversión de la obra
de arte en una mercancía, dado que los escritores profesionales se servían de técnicas de
escrituras genéricas, efectivas en el mercado. También se caracterizaba por concebir al artista
como un intermediario entre lo trascendental y lo inmanente; el artista sólo escribía por la
inspiración, también como una forma de oponerse al profesionalismo en la escritura.

Jhon Edison Hernández (Medellín, Colombia, 22 de junio de 1986) conocido simplemente como
"La Goma Hernández" es un futbolista colombiano. Juega como centrocampista y actualmente
milita en el Cúcuta Deportivo de la Categoría Primera A colombiana.

Síntesis biográfica
Estudia en el colegio El Salvador del Mundo. Vive su juventud entre desórdenes civiles y
elevados ideales heroicos. Hijo único de José Ramón Blanco y María Eugenia Acevedo fue
el autor de dos obras emblemáticas de la literatura venezolana. Se tienen muy pocos datos
sobre su vida.

A los 20 años se incorporó al ejército e inició la carrera militar en el cuerpo de edecanes al


servicio del general José Antonio Páez entre 1861 y 1863, cuya confianza se granjeó
durante el transcurso de la Guerra Federal (1859-1863). Abandonó el ejército para
dedicarse a la literatura, y con el pseudónimo de Manlio publicó algunos relatos breves y la
novela Una noche en Ferrara (1875).

Trayectoria

En 1875 se da a conocer como escritor con los cuentos Vanitas vanitatum y El número
ciento once ―ambos publicados en el semanario La  Tertulia―, y la novela Una noche en
Ferrara, en donde abunda lo exótico y lo fantástico. También colabora con publicaciones
literarias y políticas como El  Cojo Ilustrado (1896), La Entrega Literaria (1882) y
La Causa Nacional (1889).

El acercamiento de Blanco a lo autóctono y romántico se produce cuando publica


Venezuela Heroica (primera edición en 1881 y la 2 en 1883), Zárate y Cuentos Fantásticos
(1882), Las Noches del Panteón (1895), Fauvette (1905) y Tradiciones épicas y Cuentos
Viejos (1914).
Entre 1900 y 1901 es ministro de Relaciones Exteriores. Durante la presidencia de Cipriano
Castro, entre 1903 y 1906, desempeña el cargo de ministro de Instrucción Pública. En 1911
fue galardonado como escritor nacional.

En 1879 estrenó en el Teatro Caracas su drama Lionfort, y en 1881 publicó Venezuela


heroica, una narración histórica que ensalzaba las proezas de unos héroes vinculados entre
sí por su amor a la patria, formada por una serie de once cuadros históricos, y que tuvo un
éxito fulgurante. Los dos volúmenes de su novela Zárate (1882) incrementaron su enorme
popularidad; la figura de su protagonista, el bandolero Zárate, refleja a la perfección la
idiosincrasia de la población criolla.

Posteriormente publicó las recopilaciones de relatos Las noches del Panteón (1895) y
Tradiciones épicas y cuentos viejos (1912), y una tercera novela, Fauvette (1905). Ostentó
los cargos de ministro de Relaciones Exteriores entre 1900 y 1905, y de ministro de
Instrucción pública entre 1905 y 1906.

RAFAEL  ARTEAGA ROMERO (*)

         “Jamás se había visto un combate ni más desigual ni más glorioso para las armas de la
República. El General Páez y sus compañeros  se han excedido a sí mismos haciendo
mucho más de lo que debía esperarse de su valor e intrepidez”…”la proeza más
extraordinaria que puede celebrar la historia militar de las naciones”
                    Boletín del Ejército Libertador, 3 de Abril de 1819 y Proclama de la misma
fecha en Escritos del Libertador, Documentos 3663 y 3664, Tomo XVI

 La batalla de las Queseras del Medio (2 de Abril de 1819), constituye para los hombres de
armas  un crisol de enseñanzas, pues permite demostrar la primera característica que debe
poseer y poner en práctica un verdadero conductor de tropas la cual no es otra que la
capacidad de poder ver y valorar el poder del enemigo, determinando los medios para
vencerlo y luego concebir el plan o maniobra necesaria para vencerlo.

 De acuerdo a lo expresado por el historiador José Febres Guevara, gran estudioso de este
hecho bélico, las Queseras del Medio no fue un hecho casual, sino un plan debidamente
concebido por el General de División José Antonio Páez, quien sabedor de los problemas
que afectaban a su ejército, pero a la vez gran conocedor  del medio ambiente llanero que lo
rodeaba, decide enfrentar al todopoderoso español Pablo Morillo.

 Este gran militar ibérico, desesperado al ver que sus filas iban diezmando por los ataques
contínuos por parte del gran centauro llanero, decide lanzar un 2 de Abril,  un ataque con
más de 1500 hombres para alcanzar y destruir las tropas de Páez. Ese día los dos ejércitos
se encontraban separados por el rio Arauca; Páez concibe la idea de sorprender a los
realistas con un cuerpo de caballería, comandados por él y pide voluntarios: todos se
ofrecen hasta sumar 154 hombres, excelentes lanceros y mejores jinetes.

Pasan el rio sin ser vistos y ya en la sabana arisca, se acerca al trote a las filas realistas.
Morillo al distinguirlos a lo lejos, lanza su caballería con más de 1000 hombres con el fin
de envolver al poco más de un centenar de patriotas. Al acercarse unos a otros,  Páez y sus
lanceros simulan huir al trote pero a su vez van acortando la carrera y disminuyendo la
distancia que los separaban del enemigo. Don Eduardo Blanco escribió: “…Tres cuerpos de
caballo apenas los separan. Los brazos se extienden, los sables se levantan, la sangre va a
correr. Llegó el momento”…”Un grito agudo resuena de improviso dominando el estrépito.
Grito que encierra una orden terrible. La de Páez: VUELVAN CARAJO …! Todos la oyen
y la obedecen con la suprema rapidez del rayo”

 Morillo ve con terror como su caballería es arropada y destruida por aquellos hombres
numéricamente inferiores pero superiores como soldados  y de inmediato su clarín toca a
retirada.

Lo que allí paso “no tiene ejemplo en los fastos del heroísmo humano” apuntaba Blanco en
su Venezuela Heroica.

   A LOS BRAVOS DEL EJERCITO DE APURE  Proclamo Simón Bolívar al premiar a


esos 154 bravos con José Antonio Páez a la cabeza, con la CRUZ DE LOS
LIBERTADORES.

LA POESÍA GAUCHESCA
Características de la Poesía Gauchesca:
Es un tipo de literatura popular. Nació en el Río de La Plata a
fines del siglo XVIII. Refleja la vida, el ambiente, dialecto,
valores y conflictos del hombre de campo. Fue compuesta
por escritores cultos, quienes imitaban el estilo de las
payadas gauchescas.
Fueron impresas y difundidas a través de folletos, libros y de
forma oral por medio de las payadas. Abarcaban temas
como: el amor,la paternidad, la soledad, la amistad,
valentía, el ambiente social.
TEMAS DE LA POESÍA GAUCHESCA

1. Vida del gaucho: describe sus valores, su entorno


social, su escenario cotidiano, sus angustias y alegrías,
sus hábitos y sus costumbres.
2. La soledad: la separación forzosa que lo aparta de sus
seres queridos, la falta de afectos a la que se ve
sometido por su vida errante.
3. La amistad: uno de los valores más apreciados por el
gaucho, a través de ella encuentra colaboración,
sacrificio mutuo, representa un apoyo espiritual
importante para los momentos más abrumadores.
4. La valentía: es una actitud indispensable para
sobrevivir ante la adversidad.
5. La paternidad: obligado, por las injusticias a las que se
ve sometido, al alejamiento de sus hijos, siente como
un deber primordial trasmitirles sus experiencias a
través de consejos.
6. El amor: es un valor adquirido. Debe defenderlo ante
cualquier ofensa que pueda mancillar su honor. No lo
siente como algo indispensable.

7. Ambiente social: la pulpería es un lugar de encuentro


para las payadas, los juegos, los enfrentamientos.
8. La libertad: forma parte de su carácter, es un espíritu
libre al que no se lo puede domeñar de ninguna
forma.   

                                     MARTÍN FIERRO


 Obra publicada en 1872, titulada como "El Gaucho Martín Fierro". Su autor fue José
Hernández.
 La segunda parte fue titulada "La Vuelta de Martín Fierro", y publicada en 1879.
 Poema gauchezco-género narrativo.
 Estructura externa:Primera Parte (13 capítulos y 2316 versos);Segunda Parte (33 capítulos
y 4894 versos)
 Cuenta las injusticias sufridas por el gaucho Martín Fierro. Injusticias producidas por los
abusos que se cometían a través de una mala política; la cual, perjudicaba a quienes más
necesidad tenían de su protección. Martín Fierro fue perdiendo todo lo que tenía (familia,
rancho, amigos),convirtiéndose en un gaucho fuera de la ley.    

EL MANUSCRITO ORIGINAL
El cuaderno donde  José Hernández escribió la primera parte del Martín Fierro se conserva en el
Museo Histórico Nacional, cuya dirección es : Defensa 1600, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
ubicado en Parque Lezama.

Los originales de la segunda parte se conservan en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos


Aires, La Plata.

Museo Histórico Nacional


EL AUTOR
José Rafael Hernández y Pueyrredón, nació el 10 de noviembre de 1834, en la chacra Pueyrredón,
partido de San Martín. Sus padres fueron Rafael Hernández e Isabel de Pueyrredón, prima
hermana de Juan Martín de Pueyrredón. José fue primo segundo del pintor Prilidiano Pueyrredón.

Fue militar, periodista, poeta y político argentino. Como militar participó en defensa de la
autonomía del Estado de Buenos Aires. Entre 1852 y 1872 se dedicó intensamente al periodismo.

En 1872, publicó la primera parte de El Gaucho Martín Fierro, la segunda parte apareció en 1879.

En 1879 fue diputado, y en 1881, vocal del consejo General de Educación y senador provincial de
Buenos Aires, reelecto en 1885.

ANÁLISIS DE "EL GAUCHO MARTÍN FIERRO"

ESTRUCTURA DE LA OBRA
La obra está dividida en dos partes
Primera parte: "EL GAUCHO MARTÍN FIERRO"= COMPUESTA
por 13 cantos y 2316 versos.
Segunda parte: "La Vuelta de Martín Fierro"=COMPUESTA
por 33 cantos y 4894 versos.

LA MÉTRICA

En su prólogo de la segunda parte José Hernández nos dice:


 "El gaucho no aprende a cantar. Su único maestro es la
espléndida naturaleza que en variados y majestuosos
panoramas se extiende delante de sus ojos.
Canta porque hay en él cierto impulso moral, algo de
métrico, de rítmico que domina en su organización, y que lo
lleva hasta el extraordinario extrmo de que todos sus
refranes, sus dichos agudos, sus proverbios comunes, son
expresados en dos versos
octosílabos perfectamente medidos, acentuados con
inflexible regularidad, llenos de armonía, de sentimiento y
de profunda intención."
Por lo tanto, Hernández para asimilar esta característica
natural que utilizaban los gauchos para expresar sus
sentires,utiliza como métrica:
El verso OCTOSÍLABO
ejemplo:       
Yo/ me/ le/ sen/té al/ del /pam/pa.           } verso de 8 sílabas
E/ra un/ os/cu/ro/ ta/pa/o.                             } verso de 8 sílabas
Cuan/do/ me/ ha/llo/ bien/ mon/tao     }verso de 8 sílabas
de/ mis/ ca/si/llas/ me/ sal/go:                   }verso de 8 sílabas
y e/ra un/ pin/go/ co/mo/ gal/go              }verso de 8 sílabas
que/ sa/bía /co/rrer/ bo/lia/o.                     } verso de 8 sílabas

(hallamos algunas excepciones: eneasílabos aislados y dos


coplas de seguidillas en la IDA(XI)
ESTROFAS

                                                                               Predomina la SEXTILLA

(También aparecen en menor medida: el ROMANCE- LA


SEGUIDILLA y LA REDONDILLA)
                                                                               

Esquema común: abbccb.


Siempre comienza con un verso BLANCO.

Ejemplo:

"Aquí me pongo a cant-ar                       a


al compás de la vigüe-la,                         b
que al hombre que lo desve-la                 b
una pena extraordina-ria,                         c
como la ave solita-ria                               c
con el cantar se consue-la."                      b

  Se la suele llamar  estrofa Hernandiana porque se


diferencia de otros tipos estróficos utilizados hasta ese
momento denominados tradicionalmente como SEXTILLA.

                                            RIMA
La rima es: consonante, porque todos los fonemas son
idénticos a partir de la última vocal acentuada.
ejemplo:
Yo tenía unas medias bo-tas
Con tamaños verdugo-nes;
Me pusieron los talo-nes
Con crestas como los ga-llos:
¡Si sirviera mis aflicio-nes
Pensando yo que eran ca-llos!

Antes de seguir con este análisis, paso a transcribir algunas


importantes reflexiones dictadas por Jorge Luis
Borges(Discusión 1932), que tratan sobre la poesía
Gauchesca.
"Derivar la literatura gauchesca de su materia, el gaucho, es
una confusión que desfigura la notoria verdad. No menos
necesario para la conformación de ese género que la pampa
y que las cuchillas fue el carácter urbano de Buenos Aires y
de Montevideo. Las guerras de la Independencia, la guerra
del Brasil, las guerras anárquicas, hicieron que hombres de
cultura civil se compenetraran con el gauchaje; de la
azarosa conjunción de esos dos estilos vitales, del asombro
que uno produjo en el otro, nació la literatura gauchesca."
  Sobre la clasificación generalizada que se hace de
"El Gaucho Martín Fierro" como poema épico ,reflexiona:
  "La estrafalaria y cándida necesidad de que el Martín
Fierro sea épico ha pretendido comprimir, siquiera de un
modo simbólico, la historia secular de la patria, con sus
generaciones, sus destierros, sus agonías, sus batallas de
Tucumán y de Ituzaingó, en las andanzas de un cuchillero de
1870.
  Oyuela(Antología poética hispano-americana, tomo
tercero, notas), ha desbaratado ya ese complot. El asunto
del Martín Fierro, anota, no es propiamente nacional, ni
menos de raza, ni se relaciona en modo alguno con nuestros
orígenes como pueblo, ni como nación políticamente
constituída. Trátase en él de las dolorosas visicitudes de la
vida de un gaucho, en el último tercio del siglo anterior, en
la época de la decadencia y próxima desaparición de este
tipo local y transitorio nuestro, ante una organización social
que lo aniquila, contadas o cantadas por el mismo
protagonista."

    Comparto parte de una entrevista realizada por Pablo


Gianera al director de la Biblioteca Nacional Alberto
Manguel, publicada en el diario La Nación, el 2 de abril de
2017:

"¿Siente usted también ese desasosiego o le ve solamente


en los otros?
Lo siento yo también. Tengo la ventaja de estar en la
Biblioteca, y la Biblioteca no puede ser un centro de
desasosiego. Me siento aferrado a una balsa en la mitad de
un naufragio, con la esperanza de que podamos convertir
esta balsa en un arca para todos. Disculpe la metáfora
sentimental. La esperanza la da un hecho negativo: si no
logramos salvarnos como nación éticamente y justamente,
nos ahogamos. No hay otra solución. No podemos seguir
naufragados para siempre. Ningún naufragio dura una
eternidad. Tenemos la posibilidad de hacer algo, pero
tenemos que cambiar en nosotros mismos muchos
preconceptos. La noción de identidad nacional la he sentido
toda mi vida, quizá porque viajé tanto, como una invención,
a veces generosa, a veces sectaria. Pero si la tomamos en el
sentido generoso de definirnos como grupo para vivir
mejor, tenemos que abandonar ciertos presupuestos
intelectuales, e incluso literarios. Nuestro modelo no puede
seguir siendo Martín Fierro. No puede seguir siendo el
hombre que ha sido tratado injustamente y que por eso se
convierte en desertor, desconfía absolutamente de la
autoridad y hace que esa desconfianza se contagie incluso a
los que actúan justamente al servicio de esa autoridad,
como Cruz. No podemos seguir escuchando los consejos del
Viejo Vizcacha. Basta. Tenemos que encontrar otro modelo.
Y los hay. En nuestra literatura, e incluso en la literatura
universal: no necesitamos limitarnos a nosotros.
¿Quedamos presos de la canonización que hizo Leopoldo
Lugones del Martín Fierro, al que juzgaba nuestro poema
homérico?
Claro. Pero fíjese lo que pasó con los poemas homéricos.
Grecia identificó a Ulises como la figura del militar fanfarrón
y prepotente. Roma lo identificó con el mentiroso y el
embustero. Dante lo condena por esa misma razón, aunque
trata de redimirlo un poco porque ese impulso de rebelión
lo lleva a buscar algo más allá de los límites permitidos.
Quienes lo redimen son otros desterrados, como James
Joyce o Derek Walcott. Eso es lo extraordinario de las
figuras literarias, que nos permiten interpretaciones
múltiples y contradictorias."
El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo, escrito en verso por José Hernández en
1872, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco. Tiene además una
continuación, La vuelta de Martín Fierro, escrita en 1879, este último libro también es
conocido como «La vuelta» y la primera parte, como «La ida». Ambos libros han sido
considerados como libro nacional de la Argentina, bajo el título genérico de «El Martín
Fierro».

En «La ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social del contexto
histórico lo vuelve un gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter independiente,
heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de la política
del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los
gauchos para ir a defender las fronteras internas contra los indígenas.

Aquí me pongo a cantar,


al compás de la vigüela
que al hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.

José Hernández, primera estrofa del Martín Fierro.

Dibujo de un gaucho.

Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador, calificó este poema como «el libro
nacional de los argentinos» y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del
país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por
antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre «fuera de la ley» para convertirse en
héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del «Martín
Fierro», le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el «Martín Fierro» una
interpretación de la historia argentina.

Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y ha sido traducido a más de 70


idiomas, entre ellos al esperanto y al quichua.

Argumento
En El gaucho Martín Fierro («La ida»), un gaucho trabajador de las pampas bonaerenses,
que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado forzosamente para servir en un fortín e
integrar las milicias que luchaban defendiendo la frontera argentina contra los indígenas,
dejando desamparada a su familia. Durante años sufre penurias en los fortines (malas
condiciones, hambre, frío, trato abusivo de sus superiores, los castigos estacados, el no
recibir su sueldo) hasta que decide escapar después de tres años y desertar del servicio. Al
volver, su rancho se encuentra abandonado convertido en una tapera y su mujer y sus hijos
se han separado ante la necesidad imperiosa de sobrevivir. Esta desdichada realidad hace
que Martín Fierro frecuente las pulperías, se embriague, se convierta en un gaucho matrero.
En una oportunidad se burla de la mujer de un moreno quienes estaban por ingresar a un
baile y lo mata, y luego comete un asesinato más: el de un gaucho "protegido" por los
funcionarios. Estas muertes que acarreará para siempre en su memoria lo llevan a
convertirse en gaucho perseguido por la policía. Una noche, se enfrenta contra una partida
de policías, pero se defiende con tal valentía que uno de la partida, el sargento Cruz, se une
a él en medio del combate pues no iba a consentir que se matara a un valiente. Finalmente
ambos, sabiéndose perseguidos, huyen y se encaminan hacia el desierto para vivir entre los
indios, esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo que es mejor vivir con
los salvajes que lo que la 'civilización' les deparaba, termina la primera parte.

El que maneja las bolas,


el que sabe echar un pial
o sentarse en un bagual
sin miedo de que lo baje,
entre los mesmos salvajes
no puede pasarlo mal.

Nunca hables en demasía


Ni te calles por completo
El hombre es de más respeto
Cuando es menos su falacia.´´

Momentos destacados de la primera parte


Entre los momentos más destacados y conocidos de La ida se encuentran las desdichas en
la frontera (los fortines de frontera con el territorio indio), el duelo con el negro, el
enfrentamiento con la partida policial donde el sargento Cruz se pasa de su lado y se vuelve
su compañero, y la huida al desierto para vivir con los indios. Siete años más tarde, en
1879, José Hernández publica La vuelta de Martín Fierro. En su continuación, con el autor
en una situación diferente, el perfil ideológico cambia y se aconseja al gaucho adaptarse a
la civilización que antes había despreciado. También aquí se encuentran varias estrofas
conocidas por su defensa del gaucho y denuncia de la injusticia social:

Él anda siempre juyendo,


siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito,
porque el ser gaucho... barajo!
el ser gaucho es un delito.

José Hernández, La vuelta de Martín Fierro, v. 1320

Análisis
Martín Fierro se presenta como una actitud de poder.

Mi gloria es vivir tan libre,


como pájaro en el cielo;
no hago nido en este suelo,
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir,
cuando yo remonto el vuelo.

Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama
Yo hago en el trébol mi cama
Y me cubren las estrellas.

Su carácter solitario es consecuencia de la pampa que habita, las injusticias que vive lo van
transformando a lo largo de la obra.
El gaucho Martín Fierro sería oriundo de la localidad de Tres Arroyos, en la provincia de
Buenos Aires. Otros argumentan que hay documentación de que habría vivido en el Pago
de Monsalvo, en las zonas aledañas a la actual ciudad de Maipú. Se ha investigado, que
Hernández era muy amigo de Zoilo Miguenz, fundador del partido de Ayacucho, ahí
encuentra una denuncia contra un tal Meliton Fierro, que es su alter ego en el libro. De
hecho, la única referencia geográfica que se cita en el libro es Ayacucho. Los numerosos
análisis del Martín Fierro han destacado tanto las diferencias psicológicas del personaje
como los cambios del propio José Hernández, en los siete años que median entre la
publicación de "la ida" y "la vuelta" de Martín Fierro.

En cuanto al personaje de Martín Fierro, en la primera parte, luego de haber sido reclutado
por la fuerza, rompió completamente con la "civilización", asesinando a un gaucho negro,
enfrentándose con la policía y finalmente excluyéndose totalmente de la sociedad
premoderna de la Argentina de entonces, para irse a vivir con los indios pampas. En la
segunda parte, en cambio, Martín Fierro parece revalorizar una sociedad en transformación
(en ese momento el país iniciaba su modernización capitalista, y el ingreso de millones de
inmigrantes provenientes mayoritariamente de Italia), haber superado su rebeldía rupturista
y orientarse más hacia el futuro de sus hijos.

Primera edición publicada en 1872.

Existencia histórica del personaje


Aún se especula si existió efectivamente un gaucho llamado Martín Fierro en el pago y
hacia el tiempo en que Hernández sitúa su poema-novela. Algunos aducen que,
efectivamente, por la zona del Tuyú y de Monsalvo, habiendo documentación en la actual
ciudad de Maipú e incluso de la entonces llamada Lobería Grande (actual ciudad de Mar
del Plata), lugar en donde los Hernández llegaron a poseer una estancia y donde el autor
pasó gran parte de su niñez y juventud, vivió un gaucho "matrero" (rebelde) con ese
nombre y ese apellido (bastante comunes).

La mayoría de los críticos literarios y gran parte de los historiadores, sin embargo, suponen
al personaje del poema como un sujeto ideal y paradigmático de los gauchos hasta los años
1880, teniéndose en cuenta que el gaucho Don Segundo Sombra existió realmente más allá
de su literaturización. En todo caso en la Costa Atlántica bonaerense —entre los cardales,
dunas y, sobre todo, los densos bosquecillos de curru mamil que se encontraban en torno a
la que luego sería Mar del Plata— está documentado, sobre todo tras la batalla de Caseros y
en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, que se refugiaban muchos gauchos tenidos
por "vagos" (sin papeleta de conchabo) y "malentretenidos".

Métrica
El poema está escrito en versos octosílabos. La estrofa predominante es el sexteto ajustado
al esquema abbccb con rima consonante. Según los críticos literarios, el primer verso, libre,
sin rima, inicia la enunciación con destreza. El segundo verso cierra la primera unidad
interna de la estrofa. La segunda unidad compuesta por el tercer y cuarto verso no siempre
mantiene el nivel literario de la primera unidad. Y nuevamente se eleva con los versos
finales de tono refranesco que cierran la estrofa.

No obstante, no todas las estrofas responden a esta estructura, también hay cuartetas y
redondillas y el romance que funciona como nexo entre la primera parte («La ida») y la
segunda parte («La vuelta»). Aquella se divide en 13 cantos (2316 versos), más breve que
su continuación.

Peculiaridades lingüísticas
De la lectura de los prólogos que acompañaron a la obra se extrae la clara conclusión de
que el autor pretendió reflejar el lenguaje de los gauchos. Esto derivó en un intenso estudio
de la lengua de la obra por parte de la crítica en busca de emparentarla con el habla
gauchesca. Autores españoles como Unamuno o Azorín se esforzaron en encontrar
relaciones entre el habla del poema y la de los campesinos de la península. Por su parte
algunos autores argentinos como Leumann dirigieron sus estudios hacia lo original de esa
modalidad lingüística llegando a calificarla como genuino idioma nacional argentino.1
Especialmente polémica resultó la aportación de Américo Castro que defendía de modo
radical la idea de que el habla gauchesca no era otra cosa que una prolongación del habla
medieval castellana.2

Más relevante resulta el interés del autor por tratar el habla rural de forma digna lo que le
valió alguna crítica de sus contemporáneos que le reprocharon el uso de un habla inculta. Si
bien este uso de la lengua entronca con toda la literatura gauchesca anterior, es Hernández
quien la elevó a lengua literaria plena. Parte de la crítica ha señalado una cierta
inestabilidad en la transcripción fonética de las palabras y un escaso dominio de la
ortografía académica.3 Al margen de esta inestabilidad algunos de los rasgos característicos
del poema son:

 Reducción vocálica: pacencia por paciencia


 Reducción de los grupos consonánticos: vitima por víctima
 En la terminación -ado se pierde la d (certificao por certificado).
 Ante el diptongo ue f pasa a j: juego por fuego
 d pasa a l (alquirir en lugar de adquirir)
 Frecuente aspiración de h; juir por huir
 g en el grupo h+ue: güella.
 Igualmente está generalizado el uso del voseo y de indigenismos como pingo, china,
choclo, bagual (caballo) o tape (hombre rústico)4

Ediciones del Martín Fierro

Cubierta de la obra publicada por la Editorial Losada en 1939, con comentarios de


Eleuterio Felipe Tiscornia.

En 1962, la Editorial Universitaria de Buenos Aires, a cargo de Boris Spivacow, decide


hacer una edición especial del Martín Fierro con ilustraciones de Juan Carlos Castagnino.
Se hicieron cuatro ediciones, una popular, a precios más accesibles para el público lector
pero que conservara las ilustraciones (un total de 70), publicada en formato rústico y
distribuida en kioscos; una especial, una de lujo y una edición para bibliófilos, de las que se
imprimieron sólo 150 copias. La tirada total, de 50.000 ejemplares, se agotó en 25 días y
llegó a vender un total de 250.000 ejemplares.5 Otras fuentes afirman que se vendieron
170.000 ejemplares en 3 meses.6

El semanario Primera Plana comentaba la elección del pintor:

«El "operativo difusión" fue estudiado cuidadosamente. Los pintores destacadísimos son
muy pocos; tal vez no superen la veintena. Descartadas las corrientes no figurativas o
difíciles de asimilar por una mayoría de la población, el número se reducía más aún. (...) En
la editorial explican el hecho de otro modo. Aseguran que el vehículo más propicio para
entrar en contacto con el gran público, sin duda alguna, consistía en el "Martín Fierro",
única poesía argentina a la vez popular y universal. Entre el pequeño grupo de pintores
aceptables después de la ultraselección, se buscó quien estuviese más compenetrado del
tema gauchesco. Las posibilidades convergieron en dos nombres: Alonso y Castagnino.».
Semanario Primera Plana, 20 de noviembre de 1962

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