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Capítulo I

A.M.

Querida Mariví:
Desde hace un año mi hijo, Manolo, de 26 años, vive en la capital.
Comparte su departamento con su novia. Aunque tienen planes para casarse
a mi esposo y a mí no nos parece que vivan juntos siendo novios, pero no
fuimos consultados. El mes que entra vendrán a pasar una semana de
vacaciones con nosotros y no sabemos qué hacer. Tenemos una recámara de
visitas con una cama y en el cuarto de televisión hay un sofá cama. ¿Debemos
pedirles que duerman en habitaciones separadas cuando se queden en
nuestra casa? Mi esposo opina que enfrentemos la realidad de su relación.
Cómo la presentamos con el resto de la familia, que es muy conservadora
como la mayoría de la gente de provincia.
Enfrentada con la realidad. Morelia, Mich.

Querida Enfrentada:
Presente a la chica con sus familiares como lo que es, “la prometida
de Manolo”, y no dé más explicaciones que seguramente nadie le pedirá.
La realidad es que su hijo y su compañera viven juntos, separarlos
durante su visita a la casa paterna puede tener consecuencias. Una de
ellas es que se produzca un distanciamiento entre ustedes .
Aunque no le resulte fácil actúe con naturalidad, después de todo,
en estos tiempos de Sida es más recomendable que los jóvenes tengan
relaciones con una sola pareja aun cuando no se hayan casado. Si les
asigna camas separadas también puede ocurrir que su sueño se vea
interrumpido por los pasos de ida y vuelta entre las habitaciones. Disfrute
de la visita, duerma tranquila y acepte lo que no puede cambiar. Todos le
estarán agradecidos por no provocar enfrentamientos que no cambiarán
nada.

Querida Mariví:
Leí su contestación a la señora que firmó como “Enfrentada a la
realidad” y tengo que decirle que no estoy de acuerdo con usted.
Como madre de dos jóvenes y dos señoritas, no aceptaría que
durmieran juntos en mi casa mi hijo y su novia, pues me parecería un mal
ejemplo para mis hijas. Lo que yo haría en ese caso sería decirles que se
fueran a dormir a un hotel y que mi casa está abierta para que desayunen,
coman y cenen, pero hasta allí. Mi casa merece respeto y ellos pueden hacer
lo que quieran de la puerta para afuera.
Guadalupe Vargas de Camacho, Col. Tabacalera, México, D.F.

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Queridos lectores:
¿No dicen que cada cabeza es un mundo?

Querida Mariví:
Nuestra única hija, Verónica de 17 años, acaba de contarnos a mi
esposa y a mí que tiene casi cuatro meses de embarazo. Está estudiando la
preparatoria, lo mismo que su novio, y sabemos que se enfrentará a
situaciones muy difíciles. Tendrá que abandonar la escuela, aunque sea
temporalmente y no creemos que sea adecuado que dos jóvenes de esa edad
se casen. Mi esposa pensó que hablarle de los anticonceptivos a Verónica
equivalía a aprobar que tuviera relaciones sexuales con su novio. Verónica
es una buena estudiante, nunca salió sin permiso, ni llegó a altas horas de la
madrugada, ni faltó a dormir a la casa. Le escribo pensando que muchos
padres podrán verse en nuestro mismo caso. Lo único que nos queda en este
momento es apoyarla en todo lo posible
Los jóvenes actuales parecen muy liberados pero no todos tienen
información sobre las relaciones sexuales protegidas. En otras épocas se
hubiera obligado a los muchachos a casarse y para nosotros eso crearía más
problemas de los que solucionaría. Nos gustaría leer en su columna la
opinión de otros padres de familia en las mismas circunstancias. Confiamos
en que saldremos adelante después de haber aprendido la lección de que se
debe preparar a los hijos, PREVIENDO lo que pueda ocurrir y sabiendo que
para hacer el amor no se necesita horario nocturno ni autorización de los
padres. Gracias por su atención.
Futuro abuelo. Tlalpan, D.F.

Querido Futuro:
Recuerde cómo solían reaccionar los padres de familia en décadas
anteriores. Tanto el cine como las radionovelas de la época reflejaban
las actitudes sociales. Una joven embarazada era corrida de su casa, en
ocasiones extremas los hermanos de la chica se enfrentaban
violentamente a quien la había “manchado” para siempre. Los padres
autoritarios hablaban de “lavar” el nombre de la familia. ¡Cómo no, si
eran marcas de jabones y detergentes las que patrocinaban las series
radiofónicas! No faltaban las familias que se autodenominaban
“decentes” y “pudientes” y enviaban a la hija “deshonrada” fuera del
país, “dizque” para estudiar en el extranjero o visitar a familiares. Luego
aparecía la madre de la joven con un niño pequeño haciéndolo pasar
como su hijo. ¡Cuánto sufrimiento! Y también déjeme decirle: ¡Cuánta
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hipocresía! ¡Cuánta simulación! Todos los mayores de cincuenta años
conocimos casos similares y recordamos a novias que se casaban por la
iglesia, con vestidos blancos de talle “imperio” que disimulaban el
embarazo. Muchas de las parejas que se casaban en esas circunstancias
siguieron unidas, pero no necesariamente felices. Las mujeres, con una
culpa que las acompañó toda la vida; los hombres considerando que
tenían derecho a la infidelidad porque se habían casado con una
muchacha impura. Las comadres y las tías hablaban de niños “de olla
express” que nacían a los cinco meses de la boda. En ocasiones se
cambiaban las fechas de las actas de nacimiento para que los hijos no
supieran que habían sido concebidos antes del casamiento.
Cualquier pareja enfrenta retos difíciles al emprender una vida
juntos. Obligar a dos adolescentes a que se casen para cubrir apariencias
hará infelices a todos si no hay madurez, ni convencimiento de lo que el
compromiso de un matrimonio significa. Me alegra que hayan cambiado
las actitudes y que padres como ustedes estén dispuestos a respaldar a su
hija.
Ruego a los lectores de esta columna que me den sus opiniones
como lo pide el Futuro Abuelo. El hijo de una madre soltera, rodeado de
amor, tiene más probabilidades de ser feliz que el hijo de un matrimonio
de adolescentes, que no se aman lo suficiente y que resienten el que su
presencia les haya cambiado radicalmente la vida, limitando sus
aspiraciones o truncando sus sueños.

Querida Mariví:
Leí en su columna la carta que le envió Futuro Abuelo y le pido que
publique mi respuesta.

Siempre ha sido un problema casar a dos jóvenes adolescentes que


juegan a ser padres. Ahora tengo 35 años y fui una madre soltera apoyada
por la familia. Es bueno que ayuden a Verónica pero creando conciencia en
los jóvenes del compromiso que van a adquirir. Conviene que su hija siga
estudiando después del parto, si es posible hasta terminar una carrera
universitaria. Si su esposa no puede cuidar al nieto mientras su hija estudia,
hay instituciones como el DIF o bien una guardería particular.
Serán tres o cuatro años difíciles hasta que su hija pueda defenderse
económicamente. Hay que fomentar la responsabilidad en el padre del bebé
para que lo registre con su nombre y contribuya a su manutención.
Es indispensable que los jóvenes padres entiendan que el sexo no sólo
es placer y que ayudarán a su hija mientras termina sus estudios. En muchos
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casos los padres se encargan de todo al grado que se convierten en los padres
de sus nietos las madres biológicas ni terminan la escuela ni atienden a su
hijo, y al final optan por traer más hijos al mundo con otras parejas dejando
al primer bebé bajo el cuidado de los abuelos.
Por experiencia sé que los muchachos seguirán  teniendo relaciones
en caso de que el padre del bebé no haya pintado su raya. La hija debe
recurrir al ginecólogo para que le expliquen todo lo relativo a los
anticonceptivos. A muchas adolescentes solteras les apena ir al médico
cuando deciden tener sexo y prefieren no usar nada. Créame que en la
farmacia no saben qué pedir. Hay que indicarles que el uso del condón en
necesario por el SIDA, y ya quedó claro que ellos no lo usaron. Explíqueles
que lo que hicieron no fue un chiste, que tienen responsabilidades para con su
hijo. Si deciden casarse por amor cuando hayan terminado su carrera y
tengan los medios para hacerse cargo económica y mentalmente del hijo,
ustedes seguirán apoyándolos. Espero que mi consejo le sirva a usted  y a
otros padres que se vean en una situación parecida.
Ma Eugenia Pérez, Tlalnepantla, Estado de México.

Querida María Eugenia:


Nada habla tan fuerte como el propio testimonio; el valor enorme
de sus consejos estriba en haber vivido una experiencia semejante. Le
estoy profundamente agradecida por compartir sus vivencias con todos
nosotros.

Querida Mariví :
Tengo 24 años, mi novio Oscar es dos años mayor que yo y
planeábamos casarnos en octubre. Desde principios de año nos peleamos
cada vez más y aunque él haya provocado el pleito me deja de hablar hasta
que yo le pida perdón.
El otro día después de darme una cachetada se disculpó, pero haga
de cuenta que se encendió una luz de alarma en mi cabeza .A la semana
siguiente me jaló del cabello ya ni me acuerdo por qué. ¿Cómo saber si con
la convivencia se volverá cada vez más violento? Según Oscar su
comportamiento es algo pasajero porque está nervioso de que se le junta la
tesis, el examen profesional y poco después la boda. Me está dando miedo
casarme con él cuando lo veo tan descontrolado.
Enamorada, pero con dudas. Saltillo, Coah.

Querida Enamorada:

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Si Oscar le grita, le prohíbe ver a sus amistades, la descalifica, se
burla de usted, deja de hablarle, rompe cosas, le falta al respeto, la
chantajea o la culpa de todo lo que sucede y se muestra intolerante y
agresivo, aunque pida perdón y se muestre arrepentido; su relación
empeorará. No se case si respondió que sí a más de 3 señales de alerta.
Sin necesidad de bola de cristal, veo graves problemas en su futuro. El
abuso puede manifestarse como violencia física. sexual, psicológica,
verbal o moral. Propóngale que asista a algún grupo de autoayuda.
Hay quienes todavía piensan que asistir a psicoterapia es sinónimo
de estar loco. Quizá han influido en nosotros los programas de televisión y
las películas que, para hacernos reír, nos presentan a un psicoterapeuta
como una persona desquiciada. En realidad esas burdas representaciones
pertenecen al ámbito de la caricatura. Con frecuencia pensamos que
todos los demás están bien, tienen relaciones armónicas y que somos los
únicos con problemas.
No existen las familias perfectas, felices todo el tiempo. En mayor o
menor medida todas las familias son “disfuncionales” y sólo se trata de
una cuestión de grado. Quienes asisten a terapia disponen de
herramientas para examinar lo que les pasa y no reaccionar de manera
rígida, intolerante o desproporcionada ante los estímulos.
Si su novio se opone a la terapia, usted tendrá que decidir entre una
vida de infierno, porque la violencia tiende a aumentar, y una temporada
sola preparándose para encontrar una pareja con mayor madurez
emocional.
Una vez oí este consejo: Si tiene una llaga o úlcera conviene
limpiarla para que cicatrice. Pero no la limpie cada diez minutos porque
no cerrará jamás. Lo mismo pasa con las heridas emocionales que no son
visibles. Reloj en mano dedique quince minutos al día a condolerse, a
llorar, a recordar y revivir su relación. Transcurrido ese lapso
interrumpa la labor de limpieza y viva el momento. Paulatinamente la
herida cicatrizará y podrá encarar el futuro con otro ánimo.
Ninguna mujer ha cambiado a un hombre después del matrimonio
aunque todas nos hagamos ilusiones de que una vez casados las cosas
serán diferentes. Acuda a un grupo de autoayuda o terapia para que
averigüe si hay algo en usted que atrae a una persona con tendencias a la
violencia . No podemos transformar a los demás, pero si cambiar nuestras
actitudes ante la misma situación.

Querida Mariví:

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Tengo 28 años y una carrera universitaria, un buen trabajo y aunque no
soy lo que puede llamarse guapo, mi apariencia no es desagradable. Soy
pulcro, uso lentes y hago ejercicio cinco veces a la semana. Siempre he sido
introvertido y como no tuve hermanas, me ha costado trabajo relacionarme
con las muchachas.
Aunque tengo amigas, solamente dos chicas han sido mis novias, las he
tratado bien pero las dos me cortaron sin darme una explicación
satisfactoria. Una de ellas se casó con un compañero mío de la universidad
que es un hombre muy pagado de sí mismo y no creo que la trate muy bien.
Tengo deseos de casarme y empezar una familia sobre bases sólidas pero me
siento cada vez más inseguro de invitar a una chica a salir.
Me parece que a todas las mujeres les interesan los hombres
deslumbrantes que se vistan muy bien y que sus amigas consideren que son
“cueros”. ¿Cómo puedo conocer otro tipo de muchacha con deseos de
compartir su vida conmig?.
Galán Aburrido. Torres de Plateros. Mixcoac. México, D F.

Querido Galán Aburrido:


Yo creo que sí existen muchachas interesadas en un hombre como
usted aunque no haya conocido una chica así hasta ahora. No sé si está
aburrido de estar solo o sus novias anteriores pensaban que usted las
aburría. Si no va más que de su trabajo a su oficina nadie llegará a tocar
a su puerta.
Para empezar, lea lo más posible; las buenas novelas serán una
fuente de enriquecimiento interior y esto le permitirá tener temas
interesantes de conversación. No para que se vuelva pedante citando
autores y presumiendo sino para que amplíe sus horizontes en todos
sentidos; inscríbase en algún curso que le interese clases de idiomas o
diplomados que suelen llevarse a cabo los sábados para la gente que
trabaja durante el resto de la semana.
Los bares donde acuden solteras y solteros no son necesariamente
los lugares donde encontrará una futura esposa, aprenda a observar y no
dudo que encontrará, para empezar, buenas amigas. Si no sabe bailar
tome clases de baile, es una buena forma de romper el hielo.
La chica a la que le interesan algo más que las apariencias, a lo
mejor no es la más bonita según los cánones impuestos por la publicidad.
Posiblemente sea tímida, pero estoy persuadida de que está allí, en algún
club de lectura, taller o curso preguntándose por qué los muchachos sólo
invitan a salir a las jóvenes que parecen modelos y sin explicarse por qué

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los hombres actuales parecen eludir un compromiso formal –con o sin
boda de por medio. ¡No se rinda!

Querida Mariví:
Llevo 13 años viviendo en Estados Unidos, hace ocho que me traje a
mis padres y hermanos menores. Ellos siempre le han puesto peros a mis
relaciones con muchachas que no son católicas o de origen mexicano.
Después de tres novias a las que mi familia rechazó, por fin han aceptado que
salga con una muchacha, Teresa, cuyos padres conocieron a mis abuelos
porque vivían en Zamora, Michoacán. Tiene la misma religión que yo y me
pregunto si usted cree que esto es garantía para que un matrimonio dure.
Arnulfo Arias Salcedo. Michoacano trasplantado a Oregon.

Querido Arnulfo:
Las únicas garantías que conozco son las que vienen con la compra
de algún aparato electrodoméstico (planchas, licuadoras, tostadores y
hornos de microondas, por ejemplo). Para bien o para mal, las personas
venimos al mundo sin folleto de instrucciones, manuales de operación,
certificados de origen y garantías.
Los seres humanos somos tan complejos e impredecibles que antes
de la boda conviene hablar de muchos temas que tengan que ver con las
aspiraciones y las posturas hacia la vida y no sólo de muebles y lugares
para pasar la luna de miel. Tener nacionalidad y religión en común
puede ser un principio, pero no basta para asegurar que una relación
funcione bien.
Muchas parejas que pueden considerarse desiguales (o disparejas)
tienen matrimonios exitosos y compatibles porque están conscientes de los
retos que tienen que superar, empezando por la oposición de las familias.
No es raro encontrar a dos personas de diferentes grupos étnicos,
religiones, nacionalidades o edades que se esfuerzan todos los días por
vivir juntos cultivando una relación madura y armónica. En muchos
casos, los obstáculos son un incentivo para que dos personas se unan y
formen un frente común.
Más importante que los antecedentes es la voluntad de salir
adelante, y está bien complacer a sus padres, pero es usted quien debe
estar a gusto en su relación con Teresa. Si fincan un matrimonio sobre
las bases del amor, el respeto y el deseo de permanecer juntos, saldrán
adelante con o sin la aprobación familiar. Les deseo lo mejor.

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Querida Mariví:
Leemos su columna todos los días y creemos que sus consejos son muy
atinados, ahora nosotros necesitamos uno. Somos padres de familia de 3
adolescentes. Nuestro hijo mayor, Luis Manuel, de 18 años, tiene una novia
de 17 que está embarazada de seis meses.
Los padres de Norma, la novia de Luis Manuel, quieren casarlos a
toda costa (para que reconozca al niño y le dé su apellido) y nosotros no
estamos de acuerdo. ¿Cómo vamos a permitir que Norma arruine la vida de
nuestro hijo que aún no termina sus estudios? Es el colmo que sus padres
digan que es una muchacha decente cuando salió con su “domingo 7”.
¿Cómo podemos estar seguros de que no es la primera vez que tiene
relaciones con alguien y sólo se embarazó para amarrar a Luis Manuel tan
joven? Ojalá usted nos oriente para saber si debemos dejar que se casen.
Padres afligidos. Ecatepec, Edo. de México

Queridos Padres afligidos:


A lo mejor esta vez mi consejo no les gusta tanto. Para empezar
recuerde que para que una mujer se embarace se necesitan dos. Luis
Manuel no debe ser rechazado por ustedes, pero tampoco es justo que
consideren a Norma como la única que debe asumir las consecuencias.
Casar a dos adolescentes a causa de un embarazo no suele dar
buenos resultados. Si ya Luis Manuel y Norma dieron muestras de
irresponsabilidad, no por tener relaciones sexuales, sino por no
protegerse para evitar un embarazo obviamente no deseado, quién en su
sano juicio puede dejar a su cargo la vida de un bebé. Los jóvenes nunca,
a través de la historia, han consultado a sus padres antes de iniciar su
actividad sexual. A esa edad ni Luis Manuel ni Norma tienen la
preparación suficiente para sostenerse a sí mismos (y menos a un tercero).
Creo que obligarlos a contraer matrimonio sería una equivocación
garrafal.
Sugiero que se reúnan con los padres de Norma y con los dos
muchachos, y vean la forma de apoyarla económica y moralmente para
que ambos terminen sus estudios y ella tenga ayuda con el bebé. Luis
Manuel debe reconocer al niño sin que necesariamente se casen.

Querida Mariví:
En algún lugar oí o leí que las personas que sufrieron abuso
psicológico o físico de chicas tienen más probabilidades de maltratar a sus

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hijos o a sus parejas. Nosotros castigábamos a nuestros hijos, pero nunca
recurrimos a las palizas.
Ernesto, el novio de mi hija Judith es enojón , pero la verdad no sé
si llegue al maltrato físico. Me preocupa porque mi hija me platicó que
cuando Ernesto era niño su papá acostumbraba insultar y golpear a sus
hijos.¿Qué debo aconsejarle a Judith que está pensando en casarse con su
novio?¿Cómo saber si con el tiempo llegará a ser violento?
Futura suegra.. Zapopan, Jal.

Querida Futura:
Los especialistas han establecido algunas pautas para determinar la
posibilidad de comportamiento violento. Pregúntele a Judith si Ernesto:
- trata de controlar lo que hace
- le impide ver a parientes o amistades
- critica su forma de vestir o arreglarse
- muestra celos irracionales y se siente inseguro de su fidelidad
- la compara constantemente (de manera desfavorable) con otras
mujeres
- trata de imponer su opinión y no respeta sus puntos de vista
- la pone a prueba o le impone condiciones
- le falta al respeto
- hace promesas que nunca cumple
En caso de que responda afirmativamente a más de tres
condiciones, es probable que se trate de un hombre con personalidad
abusiva, irrespetuosa y maltratadora.
Si Judith está pensando en casarse con él, que antes de fijar la
fecha de la boda con Ernesto insista en que ambos acudan a terapia o con
un consejero matrimonial, porque este tipo de conductas suelen
intensificarse con los años, independientemente de los juramentos que
haga de que cambiará o de las veces que le pida perdón.
El ciclo de violencia-perdón-reconciliación-violencia es más común
de lo que uno se imagina, se presenta en todos los países sin que importe
el nivel educativo o los recursos económicos de las personas involucradas.
Hace muchos años viví una situación semejante y le aseguro que se
puede salir de lo que parece un destino inexorable, pero es difícil superar
esas etapas en donde uno se convierte en víctima y prevalecen los
sentimientos de aislamiento, soledad, impotencia y depresión. Uno tiende
a dar nuevas oportunidades al maltratador olvidando lo malo y
sobrevalorando lo bueno.

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En todo el país hay centros especializados en la atención a mujeres
maltratadas, y lo importante es romper el silencio y entender que la
violencia en la familia no es “aceptable ni normal” y que todos debemos
aprender a combatirla.

Querida Mariví:
Leí la carta de “futura suegra” de Zapopan sobre la violencia familiar,
me surge una duda. Cuando las mujeres son víctimas de maltrato mental o
físico por parte de los hombres con los que viven, por qué no los dejan.
Todos conocemos ese cuento de una mujer que se enfrenta a quien la
defiende y diciéndole, “mi hombre me pega porque me quiere”. ¿Usted cree
que de veras hay relación entre el amor y los golpes? ¿Será cierto que hay
mujeres a las que les gusta que les peguen?
Beatriz Eugenia. Dirección electrónica

Querida Beatriz Eugenia:


A mi modo de ver es una situación compleja. Uno de los principales
factores para que las mujeres aguanten el maltrato es la falta de recursos
económicos propios. La dependencia económica obliga a la mayoría a
soportar lo que sea, sobre todo cuando tienen que mantener hijos
pequeños. También contribuyen el aislamiento, la baja autoestima y la
falta de apoyo o comprensión de los familiares.
Es común que los hombres maltratadores se justifiquen diciendo
que golpean o humillan a la mujer porque es una inútil, porque es mala,
torpe o indigna de confianza. Cuando las mujeres tienen una pobre
imagen de sí mismas llegan a creerse que merecen ser golpeadas. Lo más
frecuente es que cuando eran niñas hayan sufrido violencia o abuso
sexual y hayan llegado a sentirse sucias, culpables o marcadas.
El círculo vicioso en el que se encuentra atrapada una mujer
maltratada pasa por los sentimientos de angustia, ansiedad, miedo y
desilusión; después de un estallido violento afloran el odio, la impotencia,
la soledad y el dolor. Más tarde puede venir la etapa en que la mujer
busca ayuda, se esconde, huye de su casa, o bien acude a grupos de ayuda
o se aísla, en casos extremos recurre al suicidio. Muchas veces pasa por
la fase de renegociación en la que cede en sus derechos y vuelve a quedar
a merced del hombre que promete cambiar, con la reconciliación se
confunden en ella la ilusión, la culpa, la lástima y el miedo. Este círculo se
describe bien en un manual de lectura para cursos sobre violencia
doméstica de las Academias de policía en Argentina.

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Muchos de estos datos fueron publicados tanto por el Programa
Nacional contra la Violencia Intrafamilar (PRONAVI) como por el
Instituto de la Mujer en España. Como verá no es un fenómeno que se
presenta sólo en nuestro país y tampoco se limita a las clases
desprotegidas como suele creerse.

Querida Mariví:
Tengo una amiga a la que quiero mucho, pero que en los últimos años
también ha cambiado mucho y desde hace muy poco hemos empezado a
distanciarnos, sobre todo porque yo ya no soy la amiga que “jala” con ella a
todas partes.
Yo atribuyo el que ella ya no me hable tan seguido o me busque para
salir porque ya tengo novio y ella siempre se expresa mal de los novios de las
amigas que formamos un grupo desde hace muchísimos años.
A veces ni los conoce bien, pero se expresa de cada uno de ellos como
alguien que seguramente nos engañará, nos dejará por otra, se burlará de
nosotras, nos va a manipular, nos va a sacar nuestro dinero, en fin... Yo la
entiendo porque ella vivió una mala experiencia, pero no me parece normal
que etiquete a todos los hombres por igual.
Cuando planeamos reunirnos nos aclara “pero sin sus novios”. Si nos
ponemos de acuerdo para ir al teatro o a bailar y se entera de que alguna de
nosotras va a ir con su pareja, se enoja y está de malas todo el tiempo o de
plano cancela.
Ya lo hemos hablado con ella pero niega que esté en contra de todos
los hombres. A veces pensamos que es un poco de envidia, pues ella no ha
logrado tener una relación formal con nadie desde hace muchos años, pero
también lo niega y dice que es mejor estar sola que mal acompañada.
Ahora se jacta de ser la única mujer inteligente entre nosotras y
siempre nos está presumiendo de que es una mujer sumamente asediada,
pero nosotras no conocemos a ningunos de sus “tantos” galanes.
No sé si dejar que esta etapa pase, hacer como que no ocurre nada o
evitarla hasta que solita se dé cuenta de que se va a quedar precisamente
“sola”, porque las nuevas (o viejas) amigas con las que ahora sale que no
tienen otros compromisos, seguramente tarde o temprano los tendrán y no
siempre estarán disponibles para divertirse con ella.
Le agradeceré sus comentarios.
Yuriko. Dirección electrónica.

Querida Yuriko:

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Es obvio que su amiga no ha superado aún su mala experiencia y
está pasando por un período difícil al constatar que el resto de las
integrantes del grupo desean salir en pareja. De una manera sutil
aconseje a su amiga que acuda a terapia, para que le permita vivir el
duelo de la pérdida que sufrió. Si yo estuviera en el lugar de usted, no la
juzgaría con tanta dureza; no hay un ser humano que no haya vivido una
experiencia amorosa con resultados desafortunados. A este respecto
recuerdo el consejo de un psicólogo que sugería que, lo mismo que en el
caso de una úlcera o llaga, conviene desinfectar la herida emocional
diariamente... pero no cada quince minutos. Una llaga que se limpia
cuidadosamente con agua oxigenada o algún otro desinfectante cada
quince minutos no cicatrizará jamás. Conviene dedicar quince minutos al
día a lamentar nuestra pérdida (limpiar nuestra herida) y una vez
transcurrido ese tiempo, dedicarnos a otra actividad y forzarnos a pensar
en otra cosa. Sólo así sanan las heridas físicas o no.
Su amiga, lamentablemente no ha concluido el proceso de de
cicatrización, y más que criticarla, las demás deben ayudarle.

Querida Mariví:
Tengo 34 años y 5 de novio con Isela. Le tengo cariño y es una
excelente mujer en muchos aspectos. En fechas recientes, Isela me ha
insinuado que ya sería bueno que nos casáramos, porque según ella nos
conocemos lo suficiente y nos llevamos muy bien. Yo estoy de acuerdo con
eso, pero no estoy realmente enamorado y no sé si atreverme a dar este paso.
Es cierto que nos la pasamos bien, pero ¿qué hay del amor? ¿Será cierto lo
que dicen que el amor viene con los años y la convivencia? ¿Las parejas que
llevan 30 ó 40 años de casados seguirán enamoradas o sólo permanecen
juntas por costumbre y por cariño? ¿Confundimos la pasión con el amor?
¿Qué me aconseja?
Daniel Benítez Luna. Dirección electrónica.

Querido Daniel:
Solamente usted conoce a fondo la calidad de su relación con Isela.
Usted es el único que puede decidir si es la mujer adecuada para iniciar la
aventura de vivir juntos. Sentirse apasionado por una persona es algo
maravilloso, pero como toda llamarada se apaga en poco tiempo. El
cariño basado en el afecto, la amistad y el respeto puede perdurar si por
parte de ambas personas hay el empeño de permanecer y crecer juntos.
Una amiga mía muy sabia, María Luisa, me dijo una vez que lo
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importante eran los pequeños detalles cotidianos, no la hazaña que
cualquier persona puede acometer una sola vez en su vida. Le recomiendo
que lea “El arte de amar” de Erich Fromm y que no tome una decisión
sin reflexionar profundamente en lo que significará para usted, para Isela
y para su futuro.

Querida Mariví:
Hay un asunto que da vueltas en mi cabeza y no sé qué hacer al
respecto: Me gusta mucho Saúl, un amigo mío, se podría decir que es mi
mejor amigo (como hombre), el problema es que es seminarista. Mis amigas
me dicen de broma que soy una profana por que me gusta; yo no le he dicho
nada a Saúl ni planeo hacerlo por que él tiene muy fija su meta y yo no quiero
que de buenas a primeras él cambie de opinión sobre lo que quiere hacer.
Lulú, mi mejor amiga, dice que hay algo muy raro en él por la
manera en que me trata y me ve, ya que según ella, él no es así con nadie
mas, y sí, a veces hay cosas que a mí me hacen pensar lo mismo. En un
principio Saúl se llevaba muy bien con otro chavo con el que ahora no se
puede ni ver y ninguno de los dos me quiere decir por qué se pelearon. Lulú
cree que fue por mí el pleito. No sé ni que pensar al respecto.
Antes la relación con Saúl era muy extraña porque a veces él dejaba
de dirigirme la palabra sin razón alguna, y después me hablaba como si nada
hubiera pasado. Ahora siempre que me ve me abraza y por la forma en que
me mira siento que hay algo más que sentimientos de amistad por su parte,
pero no quisiera malinterpretar su actitud conmigo. Cuando él descubre que
lo estoy observando, se sonroja. Me gustaría saber que opinas al respecto.
Gracias.
Elvira. Dirección electrónica

Querida Elvira:
Le agradezco su carta, pero si usted busca permiso para
continuar su relación ambigua con Saúl, se equivocó de puerta. Opino
que están jugando...con fuego sin conciencia del peligro. Si de veras le
tiene cariño, explíquele en una carta que por respeto a su vocación es
mejor que dejen de verse. Los seminaristas y los sacerdotes son seres
humanos falibles y Saúl necesita concentrarse en su meta (como usted la
llama).
Ninguno de los dos muestra la madurez suficiente para decidir y
sólo hay dos caminos. Uno: Dejar a un lado de las adivinanzas y
reflexionar seriamente en las consecuencias del coqueteo. Dos: Si Saúl no

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va a respetar sus votos es mejor que no sea otro mal sacerdote, y quizá
pueda convertirse en un buen marido y un padre responsable.
¿Por qué cuenta sus conversaciones con lujo de detalles a
diferentes amigos?¿Se siente más importante por su amistad “romántica”
con Saúl, que no puede corresponderle a menos que abandone el
seminario? ¿Lo que le atrae de flirtear con él es lo prohibido? ¿Sentiría lo
mismo por Saúl si estudiara arquitectura o biología?
Conteste honestamente estas preguntas (sin la ayuda de amigas) y
decídase a interrumpir su relación para no lastimar a Saúl o juntos opten
por enfrentar el futuro, aunque no esté tapizado de pétalos de rosa.

Querida Mariví:
Soy un asiduo lector de su columna y quisiera que por favor me
orientara sobre un problema personal. Tengo 8 meses con mi novia, ella tiene
27 años y yo 24, cuando nos conocimos me comentó que ella quería tener un
niño antes de los 29 pero yo no he aceptado la idea de casarnos y aparte
estoy estudiando una carrera. Yo le he dicho que no tengo planes de
casamiento sino hasta dentro de 5 o 6 años y no estoy seguro de que ella sea
la indicada.
Mi problema es el siguiente, ella tiene un historial se podría decir
que suicida y una vez que estuvimos a punto de romper se puso muy mal.
Volvimos de nueva cuenta pero la verdad no sé como decirle que busque a
otra persona que le dé lo que quiere, sigue aferrada a mí y no quiero hacerle
ningún daño que le haga pensar en atentar contra su vida. Aún la sigo
queriendo pero pienso que le estoy haciendo perder el tiempo a ella y en
parte también a mí me está perjudicando. Favor de contestar lo mas pronto
posible. Atentamente,
Mundo. Dirección electrónica

Querido Mundo:
Su novia tiene todo el derecho a desear un hijo antes de los 29 años,
pero no considero justo que lo presione a base de chantajes. Si ella padece
depresiones y tendencias suicidas es evidente que carece de la madurez y
la salud mental necesarias para traer un hijo al mundo, a menos que
empiece un tratamiento con un/a especialista en psicoterapia o
psiquiatría.
Lo ideal sería que lo antes posible acudieran juntos a terapia para
que gradualmente usted pueda separarse de ella sin remordimientos ni

AM #14
Capítulo I
A.M.
sentimientos de culpa. De ninguna manera debe pensar en casarse
mientras sigue estudiando sólo por evitar que ella atente contra su vida.
Puedo baticinar que su matrimonio sería un infierno. Usted
truncaría su carrera para salir a ganarse la vida en lo que fuera sin los
conocimientos necesarios para conseguir un trabajo satisfactorio y
quedaría frustrado sin remedio. Ella lo amenazaría cada vez que tuvieran
un desacuerdo y quien sufriría más aún que ustedes dos, sería el hijo o
hija de dos personas resentidas.
La depresión clínica es una enfermedad que usted no puede curar
pensando que el matrimonio es una varita mágica, mientras que su novia
necesita la ayuda médica y psicológica de un profesional. Apóyela para
que sin demora acuda a tratarse. Mis mejores deseos para los dos.

Querida Mariví:
Tengo cinco años de noviazgo con Cristi y una vez nos peleamos y
duramos más de seis meses separados. Siempre nos hemos contado todo y
Cristi ahora insiste en que si nos queremos casar el año que entra, nos
digamos todo lo que pasó en el tiempo en que no nos vimos. Yo tuve una
relación muy apasionada con una mujer casada que trabajaba en mi oficina y
de la que Cristi no sabe nada. Xóchitl tenía diez años más que yo y me
parecía una mujer excepcional hasta que la conocí de cerca.
¿Cree usted que deba confesarle lo que ocurrió en esa época en que
viví una aventura o romance con Xóchitl? Por supuesto que estoy usando
nombres ficticios, pero las situaciones son reales. Xóchitl no era la mujer que
yo idealicé y se fué a radicar con su familia a Estados Unidos. No quiero
volver a verla nunca y a Cristi la aprecio más después de ese episodio.
Quiero casarme con Cristi, pero no me gusta que me ponga como condición
que nos contemos absolutamente todo.
Esteban F. Pachuca, Hidalgo

Querido Esteban:
Todos los seres humanos necesitamos tener recuerdos y vivencias
que son únicamente nuestros y que no deben compartirse. Antes de tomar
cualquier decisión es preciso que nos detengamos a examinar los pros y
los contras; yo no encuentro una sola ventaja en que usted le cuente a
Cristi lo ocurrido, en cambio le veo muchos inconvenientes. Ella, sin duda
alguna, se sentirá lastimada aún cuando la relación de usted con Xóchitl
haya terminado y no sería remoto que Cristi usara la confesión en contra

AM #15
Capítulo I
A.M.
de usted cuando surja algún problema inter-personal, como los que hay
en cualquier relación.
Si Cristi es la mujer con la que quiere casarse dígale que no pasó
nada del otro mundo mientras duraron separados. Concéntrese en que
ella se sienta bien explicándole cuánto la extrañó (lo cual es cierto) y como
después de ese lapso la aprecia aún más, que también es verdad. NO
CONFIESE NI BAJO TORTURA porque se arriesga a perderlo todo a
cambio de nada.

Querida Mariví:
Quiero saber su opinión acerca de un problema que tengo con mi
novio. Yo soy muy celosa, pero he aprendido a controlarme y mi novio,
Fabián, es terriblemente paranoico, y no soporta ni siquiera que le pregunte
“¿A dónde fuiste?” o “¿Qué hiciste hoy?”, porque empieza a acusarme de
espiarlo, de seguirlo, de querer controlar su vida y no sé cuántas cosas más, y
no es para tanto. Sus relaciones anteriores han terminado por la misma
razón: él acusa a sus parejas de tener celos enfermizos, de acosarlo
demasiado y de querer indagar todo sobre su vida.
Dice que se siente presionado y no puede ser él mismo cuando está
conmigo porque de todo me encelo y que lo que pasa es que me molesta que
él sea tan “amiguero” y sociable. Por un lado es cierto, intenta entablar
amistad inmediata (por supuesto con mujeres) y se “pasa de amable” con
algunas; es de los que acaba de conocer a alguien y le da beso y, con el
pretexto de que es fotógrafo, frente a mí les pide sus teléfonos a todas,
argumentando que son clientes potenciales. Puede comerse con los ojos a
alguna chica que pase junto a nosotros, pero si hago algún comentario, él se
defiende diciendo que observa a todo mundo porque ya tiene el ojo educado
“para el arte”. ¡Qué tal! Su consejo es para mí necesario y urgente...
Celosa con motivos. Dirección electrónica.

Querida celosa:
Si usted está pensando en casarse con Fabián, sin ser adivina puedo
augurarle un futuro bastante amargo. Los hombres que se auto-
denominan “ojo alegre” aunque recurran a una definición más elegante,
en el caso de Fabián “ojo educado para el arte” no cambian nunca y creo
incluso que al envejecer su afán de aceptación se intensifica. Tienen
inseguridades no resueltas que provienen de la infancia y la necesidad de
demostrarse a sí mismos que son atractivos no sólo para una mujer
especial en su vida, sino para TODAS... Y aunque esto les resulte no sólo
AM #16
Capítulo I
A.M.
difícil sino imposible de comprobar, nunca cejarán en el intento. Celarlo,
seguirlo o investigarlo no modificará en nada la situación, a menos que él
decida entrar a psicoterapia.
Este tipo de hombres es el que llega a una fiesta acompañado de la
novia o la esposa y la dejan sola para reforzar en sí mismos la idea de que
son irresistibles. Le resumiré en dos palabras lo que yo haría si estuviera
en su lugar (y créame, alguna vez estuve en una situación parecida):
SALGA HUYENDO. A menos que a usted le guste sufrir y disfrute el
papel de víctima, lo cual no es raro en nuestro medio, aléjese de Fabián
corriendo.

Querida Mariví:
Este problema está dando vueltas en mi cabeza, afortunadamente me
encontré con su sección. Soy una chica de 23 años, soltera, acabo de terminar
mi carrera, tengo un buen trabajo y muchos planes para el futuro.
Llevo 6 años de noviazgo con un chico de mi edad. Él es muy
responsable, cariñoso, atento y a mi parecer muy maduro para sus años, esto
a causa que a partir de que murió su padre cuando él era muy pequeño; junto
con sus otros 2 hermanos fungieron como cabezas de la familia y han salido
a flote. Parecería que todo está muy bien, pero no es así.
Desde que iniciamos nuestra relación, cuando peleábamos él se ponía
muy mal, manoteaba, se desesperaba y me pedía que no lo dejara; cuando se
iba siempre le sucedían cosas raras, lo golpeaban en la calle, lo asaltaban,
etc., pero nunca me faltaba al respeto Cuando discutimos me toma con
violencia de los brazos, en una ocasión llegó a romperme la chamarra, esto
lo hace sin importarle si estamos en un lugar público.
Después de pasado el enojo se angustia y me pide perdón, dice que no
lo volverá a hacer pues en una ocasión escuchó a una de sus amigas quejarse
de una situación similar y que a causa de esto terminó su relación.
Ayer tuvimos una discusión en mi casa, me empujó violentamente al
sillón al que le dio un puñetazo, se golpeó en la cara, aventó cosas y me dijo
que me amaba y que reacciona así porque no quiere perderme. Después me
pidió perdón llorando y nos abrazamos, pero sé que esto no puede seguir
así.
Yo confieso que tuve mucho que ver con su irritación, incluso le di una
bofetada porque él me dijo una palabra muy ofensiva, pero estoy muy triste
porque él no me trataba así en un principio, además de que hemos hablado de
hacer una vida juntos, incluso nos vamos a comprometer en diciembre
Tengo miedo que un día me golpee, se lo he dicho y dice que nunca lo
haría. Si lo llegara a hacer eso sería lo último que soportaría y terminaría
AM #17
Capítulo I
A.M.
con él, pero no quiero llegar a esos extremos, sé que soportar todo esto está
mal, yo siempre me dije que nunca aguantaría una situación así, pues fui
testigo de las golpizas que mi padre le daba a mi madre, aún estando ella
estaba embarazada. Siempre procuro que en estas peleas no se vaya enojado
o triste, trato de arreglar las cosas en el momento por miedo a que le sucedan
esas cosa raras que le comenté o que se lastime (en varias ocasiones me ha
insinuado que va a acabar con su vida).
Incluso una vez me afectó tanto pensar que podía suicidarse por mi
culpa que llegué muy mal a mi casa, sin temor a exagerar, creo que estuve a
punto de perder la razón, todo me daba vueltas y no podía controlarme. Se
que lo mejor es dejarlo, pero quiero salvar la relación, pienso que hay mucho
que rescatar, amo a la persona que él es cuando no se violenta.
Por favor dígame cómo ayudarlo y ayudarme, ¿Cree que con una
terapia se pueda erradicar este problema?, si es así ¿qué hago?. Esto se lo
comento porque al leer su columna me he dado cuenta que usted no hace
juicios a la ligera. Aconséjeme qué hacer. Con cariño (de verdad)
Sumida en la desesperación. Dirección electrónica.

Querida Sumida:
Si usted releyera cuidadosamente su carta vería que las respuestas
están allí. La diferencia entre un empujón brusco y un golpe es cuestión de
grado. Le consta que su novio pierde el control sobre sus emociones y esto
resulta muy peligroso para usted y para él mismo, pues lo que llama “cosas
raras” es una propensión a los accidentes, o tendencia auto-destructiva.
Hace muchos años, siendo casi una adolescente, viví una situación
parecida por eso puedo hablarle con conocimiento de causa. Crecer en un
hogar donde hay violencia deja huellas invisibles y difíciles de curar e
inconscientemente uno se relaciona con personas que tienden a ser
abusivas. Se llama abuso a la conducta encaminada a controlar y dominar
a otra persona recurriendo al miedo y la humillación, y valiéndose de
ataques verbales o físicos. Más claro... ni el agua.
Le aconsejo que no piense en casarse con su novio a menos que
ambos acudan urgentemente a un tratamiento profesional. Si él no acepta
recurrir a terapia no lo piense dos veces y déjelo. No hay ninguna cualidad
que contrarreste una conducta violenta, pero aún así, usted debe explorar
las razones de su baja autoestima y de que se sienta a la vez culpable y
víctima.
Planear una boda sin arreglar antes lo fundamental (que son estos
tipos de comportamiento) desembocará en un círculo vicioso donde la
violencia será cada vez mayor, luego vendrá el arrepentimiento, el perdón...

AM #18
Capítulo I
A.M.
la reconciliación y de nuevo más actos violentos; será el cuento de nunca
acabar.
No exagero cuando le digo que su matrimonio pondría en riesgo su
vida y la de su novio a menos que decidan cortar por lo sano este ciclo.

Querida Mariví:
Por sus columnas me doy cuenta de que usted es una mujer
“muy hacendosa”, pues sabe cocinar y al mismo tiempo la reconozco como
una mujer culta, inteligente y profesional en su trabajo. Voy a lo siguiente:
en una reunión con mis 4 mejores amigas (tenemos entre 33 y 40 años, todas
trabajamos y somos solteras), nos preguntábamos qué tan importante es
realmente saber planchar o coser para los posibles candidatos a maridos.
Hay quienes aseguran que no sirve para nada, pues ahora los hombres
nada más se fijan en la actividad profesional de la mujer y no les importa si
sabe guisar, mientras que a mí me gusta ser ama de casa aunque no fui
educada sólo para eso y también sé de plomería y de carpintería.
Alguna vez me burlé de una amiga a la que se le quemaba el agua y
que recurría a su marido para poner un clavo en la pared. Yo presumía de
cocinar muy bien además de trabajar fuera de casa, pero lamentablemente,
hasta ahora ninguno de mis novios ha tenido aprecio por estas “cualidades”
que antes se consideraban “indispensables” para casarse. ¿Qué opina?
Mujeres insumisas. Roma, Del Valle y Tepepan, D. F.

Queridas Mujeres:
Le agradezco las flores que pondré en mi “egoteca”.
Qué bueno que esas cualidades ya no son indispensables para
casarse. La verdad yo no confiaría en ningún hombre para quien cocinar
o planchar fueran determinantes a la hora de elegir pareja. Aprovecho
para decirle que la plancha y yo somos enemigas pues cuando he tenido
que planchar todo queda plisado o con tablones así se trate de una funda.
Si un hombre basa su decisión en que la novia sea “hacendosa” es
que está confundido y no desea conseguir esposa y compañera, sino que
necesita contratar una trabajadora doméstica.
El que a una mujer le gusten algunas labores de la casa depende de
las preferencias individuales y suele hacerse por gusto, pero no con la
intención de pescar marido.
¿Usted se casaría basando su preferencia en la habilidad para la
electricidad de un “galán”? Se vale que una mujer tenga afición por la
mecánica y un hombre se sienta bien haciendo las camas, cuidando el
jardín o guisando. Estas aficiones no deben considerarse masculinas ni

AM #19
Capítulo I
A.M.
femeninas sino humanas y hay otras cualidades más importantes a la
hora de escoger con quien se quiere compartir la vida.

Querida Mariví:
Leí la columna en la que una joven le preguntaba si ser hacendosa y
buena ama de casa debía ser una razón para que los muchachos pensaran en
elegir esposa.
¿Cuáles son las razones más comunes entre los hombres y mujeres
para decidirse a contraer matrimonio? Hace más de 30 años, cuando yo era
adolescente, la mayoría de las parejas se casaban para salirse de sus casas,
pero ahora que muchos solteros, hombres y mujeres, viven por su cuenta,
seguro que esa ya dejó de ser una razón. Le pido que publique su respuesta a
mi carta en el periódico para compartirla con mis hijos y sobrinos. Gracias
anticipadas y reciba un saludo.
Hortensia Escamilla de Álvarez. Dirección electrónica.

Querida Hortensia:
Un estudio realizado hace diez años en catorce países
latinoamericanos señalaba lo siguiente:
Razones dadas por las mujeres para contraer matrimonio:
1. Soledad: 14%
2. Salir del hogar: 13%
3. Temor de convertirse en solterona: 13%
4. Porque pensó que estaba enamorada: 13%
5. Presión por parte de sus padres: 12%
6. Porque estaba realmente enamorada: 11%
Con menores porcentajes aparecían otras causas como el deseo de tener
hijos, la necesidad de apoyo y el contar con una casa en donde ella
pudiera disponerlo todo.
Razones dadas por los hombres para contraer matrimonio:
1. Afirmar su masculinidad: 27%
2. Tener hijos para probar su virilidad: 21%
3. Contar con una compañera que le ayude en su hogar: 14%
4. Para obtener ventajas económicas y de prestigio social: 14%
5. Atracción sexual: 14%
6. Amor: 7%
Las otras razones se catalogaban como “varias” sin estar
especificadas.
Lo que llama la atención es que el amor no aparece entre las
primeras cinco razones para casarse ni de los hombres ni de las mujeres.
AM #20
Capítulo I
A.M.
En una encuesta más reciente llevada a cabo en Estados Unidos y
que se centra en los satisfactores necesarios para la calidad de vida, las
razones esgrimidas por hombres y mujeres también son distintas.
Así contestaron las mujeres:
1. Relación con la familia: 33%
2. Satisfacción en la carrera o el trabajo: 28%
3. Buena salud: 19%
4. Religión /espiritualidad: 18%
5. Dinero ganado en el trabajo: 17%
6. Relación con los hijos: 14%
En el caso de las mujeres la relación con la pareja quedó en el
número 9 con un 9%.
Las respuestas de los hombres fueron:
1. Satisfacción en la carrera o el trabajo: 32%
2. Relación con la familia: 28%
3. Dinero ganado en el trabajo: 18%
4. Buena salud: 12%
5. Lugar donde vivo (ciudad, suburbio o comunidad): 11%
6. Religión /espiritualidad: 11%
En octavo lugar con 10% quedó la respuesta relacionada con la
pareja y la relación con los hijos no aparece entre las primeras 10
respuestas del sector masculino. Creo que todos podemos sacar
conclusiones interesantes ¿No le parece?

Querida Mariví:
Tengo un pequeño problema con una amiga, la verdad no sé que
hacer, pero confío en que me aconsejará a través del periódico.
Mi amiga está enamorada (o cree estarlo) de un hombre casado que la
maltrata física, verbal y psicológicamente. No lo conozco en persona, porque
él considera que soy mala influencia para ella, al decirle que nadie tiene
derecho a maltratarla. Él ha hecho todo lo posible por terminar nuestra
amistad y casi lo ha logrado.
El problema es que ya no sé que decirle a mi amiga. He tratado de
escucharla y apoyarla, pero me resulta muy difícil, porque una semana me
dice que va a terminar con él y lo siguiente que sé es que están juntos de
nuevo, pero no lo sé por ella, ya que cuando está en buenos términos con él
(periodo de luna de miel), se olvida de mi existencia y sólo me busca cuando
la agrede.
Le he mostrado varios artículos (incluida una columna suya) sobre el
abuso en las relaciones personales, pero no surtieron efecto.
AM #21
Capítulo I
A.M.
Lo que me parece es que mi amiga quiere que yo tome una decisión
por ella, y si ésta la hace infeliz, entonces será mi culpa.
Ojalá pueda aconsejarme, no quisiera perder su amistad, pero tampoco
quiero hacerme responsable de su vida. Atentamente
Mel. Dirección electrónica.

Querida Mel:
Es muy frecuente que íntimamente sepamos cuál es la decisión que
debemos tomar en beneficio propio y de nuestra salud mental. También
ocurre que nos sentimos arrastrados patológicamente por aquellas
relaciones que nos hacen sufrir. A nivel consciente sabemos que algo nos
hace daño y, sin embargo, no somos capaces de modificar nuestros
hábitos apelando solamente a la fuerza de voluntad y a la razón. Contar
con información sobre nuestras adicciones, por ejemplo, no es suficiente
para cambiar nuestra forma de actuar y desterrar una conducta que nos
perjudica.
Está clarísimo que su amiga es adicta a una relación destructiva y
que recurre a usted pensando que la salvará, incluso a pesar suyo. Ella
quiere transferirle a usted la responsabilidad de romper con un hombre
que sabe que no le conviene. No caiga en esta trampa que su amiga le
tiende sin malas intenciones, pero tratando de no enfrentar una decisión
que a ella le corresponde.
Converse con su amiga y explíquele que usted se siente mal de no
poder ayudarla y que prefiere hablar con ella de cualquier otro tema.
Pídale que no le platique de la relación con su “novio”. Además puede
sugerirle que acuda a terapia con una persona especializada y
profesional.
Es importante que le aclare que usted únicamente puede
aconsejarla motivada por el cariño, pero que carece de la capacitación de
un(a) psicoterapeuta. La siguiente vez que ella traiga a colación el tema,
interrúmpala con firmeza y recuérdele que su amistad y lealtad hacia ella
no bastan para ayudarla.
No deje que su amiga la fuerce al juego de contar con usted como
aliada cuando su relación está mal e ignorarla cuando las cosas mejoran.
Es preferible perder a una amiga que verse inmiscuida en una situación
tan delicada que terminará perjudicándola a usted.

Querida Mariví:
Tengo 38 años y acabo de terminar con Rodrigo, mi novio, después de
un año de relación. Rodrigo ya es un hombre maduro con hijas veinteañeras y

AM #22
Capítulo I
A.M.
separado desde hace 11 años. Yo estaba muy entusiasmada (y pensé que él
también) porque planeábamos casarnos e inclusive empezamos a buscar un
bebé, pero de pronto todo terminó y no sé si la razón fue sólo un pretexto
para Rodrigo.
Hace tres meses, Isaac, un amigo mío desde hace mucho tiempo, me
invitó a trabajar en la empresa donde él está. Yo le platiqué muy contenta a
Rodrigo porque con el nuevo empleo no sólo ascendía de puesto dentro de mi
misma área, sino que mejoraba considerablemente mis ingresos y
prestaciones y la oficina me quedaba a 10 minutos de mi casa. Rodrigo se
enojó muchísimo y me dijo que Isaac (ellos se conocen aunque no son
amigos) me ofrecía el empleo porque “siempre ha querido conmigo” y que
era muy tonta si no me daba cuenta, que más tarde me iba a “cobrar” el
favor. Así que me dio a escoger entre él y el trabajo y yo decidí aceptar el
empleo.
No hubo más comunicación de su parte que el enviarme una maleta con
las cosas que yo tenía en su casa. Hace unos días que me llamó para
invitarme a comer. Salimos pero no hablamos sobre nuestra relación. Me ha
seguido llamando pero mi duda es si debo regresar o no con él, todavía estoy
enamorada pero no quiero que me vuelva a condicionar.
¿Qué me sugiere?
Liliana Merino. Col. Escandón, México, D.F.

Querida Liliana:
Creo que usted tiene la respuesta. Un rompimiento sin explicación
por parte de Rodrigo es la primera advertencia de lo que puede suceder
más adelante.
Por una parte, Rodrigo no muestra confianza en usted. Suponiendo
que fuera cierto que Isaac está interesado en usted, eso no significa que
usted le correspondería. Me da la impresión de que solamente alguien que
puede actuar así piensa en que “le cobren el favor” más adelante, esto
delata la forma de pensar de Rodrigo; acuérdese de “Cree que el león que
todos son de su condición”.
No permita que la pongan en el dilema de optar entre dos
alternativas cuando una de ellas es terminar con una relación que
“parecía” estable. Enviarle una maleta con sus cosas es una insolencia y
definitivamente el futuro le reserva situaciones desagradables si continúa
con Rodrigo que, a pesar de sus años, no es un hombre con la madurez
emocional deseable.
Aunque le resulte difícil, lo mejor que puede hacer es considerar a
Rodrigo como parte de su pasado.
AM #23
Capítulo I
A.M.

Querida Mariví:
Tengo 27 años y voy a casarme a principios del año que entra; no sé
como arreglar los líos familiares provocados por divorcios y nuevos
casamientos.
Mi mamá y Luis (mi padrastro) se casaron cuando yo tenía cuatro años
y crecí con ellos. Luis fue en realidad mi padre ya que a mi papá, con quien
me llevo bien, sólo lo veo tres o cuatro veces al año. Él está vuelto a casar
con Aída, una señora muy alivianada y simpática con la que lleva 10 años.
Mi abuelita materna no quiere ir a la boda si invito a mi papá. Luis
que siempre ha sido muy bueno conmigo debe ser el que me acompañe al
altar, pero temo que mi papá se ofenda. A mi mamá no le agradará que yo
invite a Aída. Dígame qué hago por favor. Me gustaría tener a la familia
completa junto a mí en ese día especial.
Jessica. Ciudad Satélite. Estado de México.

Querida Jessica:
Ciertamente la situación está complicada. Lo primero que yo haría
sería hablar con la abuelita y pedirle un poco de comprensión. De manera
muy cariñosa pero firme dígale que usted no puede dejar fuera a su papá
aunque sabe muy bien que no se portó bien con su mamá, pero eso fue
hace mucho tiempo. Trate de que sea su aliada y pídale que le ayude a
mantener la calma en un día tan complicado. Dígale que la necesita para
coordinar a las damas; así la tendrá ocupada y será difícil que se rehúse a
apoyarla.
Como usted vivió con su mamá y con Luis, ellos deben ser parte del
cortejo, mientras su papá y Aída estarán allí como invitados. Su papá
debe entender esta situación, y si no quiere asistir, no haga nada, ni
permita que le pongan condiciones. Recurra a Aída para que su papá
entienda la situación. Las actitudes de toda una vida no pueden borrarse
de pronto de un plumazo; que sea él quien decida.
Su obligación es darle su lugar a Luis que fue como un padre para
usted y de paso, respaldar a su mamá; nunca se arrepentirá de
demostrarle su agradecimiento en público.

Querida Mariví:
Tengo un amigo al que quiero mucho, Claudio y yo crecimos juntos y
nos hemos llevado siempre como hermanos. Desgraciadamente ya no nos
vemos tan seguido porque él se fue a vivir a San Diego, California, y yo sigo
AM #24
Capítulo I
A.M.
residiendo en el Distrito Federal. Hay algo de él que no me gusta y quiero
preguntarle a usted si considera que su comportamiento es válido o no. Le
agradecería que me orientara sobre si cree que debo comentarle lo que opino
de su forma de actuar.
Claudio es un hombre trabajador, culto y muy guapo, sabe lo que
quiere y hasta ahora ha logrado todas sus metas, pero en el plano sentimental
me parece un desastre. Cada vez que nos vemos, me cuenta de una chica
diferente con la que “anda”, pero siempre me comenta que “ella no es para
casarse” o “no es con quien quisiera vivir” o “no es a la que elegiría para
que fuera la madre de mis hijos”. Cuando le pregunto como puede saber eso
de antemano, por qué les propone una relación y sale con ellas, él me dice
que es “para no oxidarse”, pues todavía no encuentra a “la mujer de sus
sueños”.
Obviamente estas chicas no saben nada de los juicios de mi amigo y se
ilusionan con él, pues realmente las trata bien y, mientras dura la relación, es
completamente fiel y encantador, pero en cuanto ellas le insinúan que les
gustaría formalizar un poco más, él termina con ellas.
A mí me parece que no es justo, aunque en realidad nunca les promete
o les ofrece nada. ¿Qué opina de esto?
Ángela Santiago. Dirección electrónica.

Querida Ángela:
Claudio parece una persona madura en lo que concierne a las
actividades de trabajo y las amistades, pero actúa como un adolescente en
lo que respecta a su vida amorosa. El hecho de que Claudio no quiera
establecer una relación de compromiso revela inestabilidad ya que se
siente amenazado ante la perspectiva de un compromiso en vez de buscar
la oportunidad de enriquecerse a nivel más profundo en lo que realmente
significa compartir la vida con otra persona.
Mi consejo es que no intervenga en esta situación a menos que surja
la oportunidad de sugerirle que acuda a terapia. Los Don Juanes y
Casanovas como Claudio resultan personas agradables para conversar en
una reunión, pero suelen ocultar profundas inseguridades que les impiden
tener una relación amorosa plena y satisfactoria.

Querida Mariví:
Le pido que me ayude a resolver algunas dudas que tengo para decidir
si me caso o no.

AM #25
Capítulo I
A.M.
Ya tengo dos años de novia con Álvaro y me ha pedido que me case con
él. Aunque sí estoy enamorada, no acepté inmediatamente y le pedí tiempo
para pensarlo, pues mi madre, que es divorciada, siempre me ha dicho que no
debo pensar este tipo de cosas con el corazón, sino con la cabeza, ya que a
veces los pequeños detalles pueden destruir un matrimonio.
Ya ve que es común que se diga: “en cuanto nos casemos él va a
cambiar” o “yo voy a hacer que él sea diferente”, entre otras frases que
nunca llegan a ser verdad; quienes son golpeadores y violentos lo seguirán
siendo, los alcohólicos no dejarán la bebida por su mujercita y los hijos no
harán responsables a quienes ya son desobligados por naturaleza.
Aunque considero que mis temores por los “defectos” de Álvaro no son
graves, necesito una opinión de alguien como usted, pues no quiero dar un
paso tan importante sin estar segura.
Yo soy extremadamente ordenada, pero Álvaro es todo lo contrario. Mi
madre dice que “seguramente él es de los que ‘apachurra’el tubo de pasta de
dientes por la mitad”. A mí me gusta ser muy puntual y Álvaro generalmente
llega entre 5 y 10 minutos tarde a todos lados. A mí no me gusta la “comida
rápida” y él la adora. No quiero parecerme al marido de la película de
“Durmiendo con el enemigo” (con Julia Roberts), pero tal vez mis manías no
me permitan ser feliz si decido vivir con él o con cualquier otra persona. Él es
un buen muchacho, sé que me ama y no tengo otro tipo de quejas, pero me da
miedo aventurarme con lo que dice mi mamá.
Maniática indecisa. Dirección electrónica.

Querida Maniática:
Sólo usted tiene la respuesta, le recomiendo que se case si está
convencida de que es capaz de salvar la relación y aguantar todos esos
detalles que pueden amargar la convivencia. Si ya parte usted de la base
de que él no cambiará, que es lo más seguro, pregúntese qué tanto podrá
usted modificar sus niveles de exigencia. Pero que no sea su mamá sino
usted quien decida si está dispuesta a volverse más flexible y tolerante o si
es preferible que no se case con alguien cuya incompatibilidad en
“aquellas pequeñas cosas” ya está probada.

Querida Mariví:
Soy madre soltera de un niño de cinco años, acabo de cumplir 26 años
y un buen trabajo. Vivo por mi cuenta, independiente económicamente y el
problema es que Martín, mi novio desde hace tres años, con quien me llevo

AM #26
Capítulo I
A.M.
muy bien, ha cancelado los planes para la boda después de fijar tres veces la
fecha..
¿Qué me aconseja? ¿Cree usted que no tiene intenciones realmente de
que nos casemos? Me gustaría ver publicada mi carta y le doy las gracias
anticipadas.
Marisol Ramos Canseco. Dirección electrónica

Querida Marisol:
No se necesita percepción extra sensorial para saber que Martín
realmente teme casarse con usted, es posible que tenga dudas acerca de
la boda o bien que se sienta tan a gusto con la relación actual que no
desee modificarla. Muchos hombres se resisten a los cambios.
Le sugiero que hable con él, sin alterarse, y le pida una respuesta
clara; si Martín no está dispuesto a responder honestamente le quedan
dos alternativas. Una, continuar como están sin esperar casarse con él y
dos, decidirse a una ruptura y estar libre para encontrar un hombre que
no le tenga miedo a un compromiso verdadero. Sin que suene a amenaza
fíjele a Martín un plazo, que en caso de que no cumpla, revelará sus
verdaderos sentimientos e intenciones.

Querida Mariví:
  Soy una mujer de 50 años. Hace cinco que estoy divorciada. Han sido
unos años muy difíciles. Me enfermé, tuve todo tipo de accidentes. Me quedé
sin trabajo, sin dinero. Recuperé el trabajo y el dinero.
He luchado mucho y he cumplido gran parte de mis metas y sé que
seguiré sobreviviendo con éxito, pero ha sido muy duro. No todo fue tan malo.
Tuve varios pretendientes, unos mejores que los otros, otros peores que los
unos. Cuando ya se acercaba el compromiso, la verdad me daba miedo y
optaba por terminar.
Hace unos meses conocí a un hombre muy bien intencionado,
inteligente y cariñoso que se empeñó en conquistarme y, pues me enamoré.
Me propuso matrimonio y acabo de aceptarlo.
Mariví, no voy a negar que estoy muy contenta. Todas mis amigas
casadas y divorciadas dicen que soy muy afortunada, pero a veces me da
miedo ¿de qué?
Tengo miedo de perder mi libertad y también tengo miedo de perder mi
soledad. Cuando no estoy con él y mis hijos no están en casa, siento una
enorme paz. No niego que a su lado soy muy feliz, pero me da miedo la
perspectiva de una vida distinta y desconocida. ¿Qué hago?
AM #27
Capítulo I
A.M.
Novia robada. Dirección electrónica

Querida novia robada:


Es perfectamente explicable que los cambios nos asusten. También
es lógico que las parejas de veinteañeros que contraen matrimonio por
primera vez no sepan lo disfrutable que es la soledad (cuando deseamos
estar solos) ni se planteen cuestiones como el temor a perder la libertad;
ya que no han tenido oportunidad de experimentar lo que significan
libertad y soledad. Cuando las parejas son muy jóvenes idealizan las
situaciones y se imaginan que el ideal es no separarse ni un momento del
ser amado y hacer todo juntos; la realidad les enseña que pensar así es
una equivocación y que todos los seres humanos necesitamos un espacio
propio.
Le aconsejo que lo antes posible hable de sus miedos con su
prometido, que con toda seguridad tiene los mismos temores. Las ventajas
de casarse cuando ya se ha vivido son muchas ya que uno tiene una
personalidad definida y en general sabe lo que quiere. Entre los
inconvenientes están una cierta rigidez y las fobias o manías que se
adquieren con los años. No obstante, lo que más puede estar a su favor es
la posibilidad de comunicarse con este hombre y ponerse de acuerdo con
respecto a algunas normas de convivencia. Lo más probable es que él no
se haya atrevido a verbalizar sus dudas y será un gran alivio para ambos
que en la conversación puedan expresar sus sentimientos abiertamente.
Mucho más elocuente que yo es el siguiente texto ―uno de mis
favoritos. En su libro “El Profeta”, Gibrán Jalil Gibrán se refiere a
quienes formarán una pareja en los siguientes términos:
“Ustedes dos deberán estar juntos cuando las blancas alas de la
muerte dispersen sus días. Se encontrarán juntos en la memoria silenciosa
de Dios. Permitan que haya espacios en su unión. Dejen que los vientos
celestiales dancen entre ustedes”.
“Ámense mutuamente pero no dejen que el lazo del amor se
convierta en una atadura; permítanle que sea como un mar en
movimiento entre las costas de sus almas. Colmen mutuamente sus copas
pero no beban de la misma. Compartan su pan, pero sin comer de un solo
trozo. Canten, bailen y compartan su alegría, pero permitiéndose espacios
para estar solos. Háganlo de la misma forma en que las cuerdas del laúd
están separadas aunque vibren con la misma melodía”.
“Ofrézcanse el corazón pero sin dejar de vigilarlo. Pues solamente
la mano de la Vida puede contener sus corazones. Manténganse unidos
pero no demasiado juntos. Así como las columnas del templo se

AM #28
Capítulo I
A.M.
encuentran separadas. Y el roble y el ciprés no crecen si el uno está bajo
la sombra del otro”.

Querida Mariví:
Mi hijo de 27 años, Gabriel, lleva cuatro años trabajando en Estados
Unidos. Vendrá a México durante sus dos semanas de vacaciones y estamos
felices de recibirlo, pero, aquí viene el pero, vive con su novia con la que
lleva una relación desde hace tres años. A mi esposo y a mí nos cae muy bien
la chica, Daphne, y aunque somos católicos hemos aceptado su relación, es
mi suegra doña Socorro que va a cumplir 90 años la que no aceptaría que se
quedaran en la casa sin estar casados.
Por favor oriéntenos para que no surjan conflictos, es la primera vez
que Gabriel vendrá con Daphne aunque nosotros los visitamos dos veces al
año. ¿Cómo hablamos con nuestro hijo y con doña Socorro? Mucho le
agradeceremos su respuesta en el periódico.
Nidia Manjarrez de Castillo. Dirección electrónica

Querida Nidia:
Los tiempos cambian y uno debe adaptarse a las nuevas
costumbres. Que dos jóvenes vivan juntos es más común ahora que antes
y la mayoría de los padres aceptan esta situación, aunque algunos lo
hagan más bien resignadamente.
Aunque en general prefiero hablar con la verdad, en este caso una
“mentira piadosa” a doña Socorro permitirá que reine la paz y que usted
y su marido no creen problemas ni para ella ni para la pareja.
Díganle a doña Socorro que Gabriel y Daphne están casados sólo
por el civil en Estados Unidos y que cuando decidan la fecha de la
ceremonia religiosa lo participarán a todos. Explique anticipadamente
esta situación a Gabriel y a Daphne para que si doña Socorro les hace
preguntas, apoyen su versión y dispónganse a disfrutar plenamente la
visita de los jóvenes.

Querida Mariví:
Hace meses que tengo relaciones con una mujer muy guapa e
inteligente a la que llamaré Bárbara. El problema es que ella me aclaró
desde el principio que sale con otros hombres y me da la impresión de que
no se trata de relaciones puramente platónicas. Yo antes hacía lo mismo, pero
desde que la conocí ya no siento deseos de ver a otras muchachas.

AM #29
Capítulo I
A.M.
Además de sentir celos me llama mucho la atención que una mujer me
diga que no quiere ataduras ni compromisos y que lo único que busca es
compañía para ir a cenar y al cine o teatro y después pasar un buen rato.
Siempre pensé que los hombres éramos los que podíamos tener
relaciones sexuales sin comprometernos emocionalmente, pero a ella no le
interesa ninguna relación estable y monogámica y mucho menos casarse y
tener hijos. ¿Le parece a usted que esto es normal?
Fermín L. Correo electrónico

Querido Fermín:
Hablar de normalidad es prácticamente imposible pues esta
palabra deriva de norma, que es lo que hace la mayoría de la gente, pero
sin tomar en cuenta el grupo sociocultural en el que ocurre un hecho. Lo
que es normal en una época o región puede considerarse una aberración
en otro tiempo o lugar.
Solía generalizarse diciendo que los hombres podían tener
relaciones sexuales sin involucrarse sentimentalmente mientras que las
mujeres le daban prioridad a la parte afectiva y preferían ésta a la
relación puramente física.
Incluso cuando se hablaba de infidelidad se decía “para una mujer
la infidelidad es cuando el novio o marido se enamora de otra, no cuando
se acuesta con ella”. Desde el punto de vista masculino es frecuente oír:
“una mujer es infiel si tiene relaciones con otro hombre, y no importa si
está enamorada o no”.
Con respecto a Bárbara es admirable que sea tan directa y honesta
en una sociedad que le da tanto valor a la hipocresía y la simulación,
sobre todo en el caso de las mujeres. Creo que muchas jóvenes están
inclinándose por ser más independientes y centrarse menos en el
matrimonio como única opción. Tiene usted dos caminos: acepta a
Bárbara como es o la deja.

AM #30

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