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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES


INTERIORES, JUSTICIA Y PAZ
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CEFOS- UNES GUARICO
PNF- SERVICIO POLICIAL BASICO
PROCESO 2-2019
AMBIENTE UNICO

Análisis “La Corrupción y violación de


los derechos humanos”

PROFESORA: INTEGRANTE:
Ana Maria Fernandez Higuera Leomar C.I 27.313.064

Abril ,2020
La Corrupción

Los mecanismos internacionales de derechos humanos, incluido el


Consejo de Derechos Humanos, prestan cada vez más atención a las
repercusiones negativas de la corrupción sobre el disfrute de los derechos
humanos y han formulado numerosas recomendaciones a los Estados
Miembros con el fin de prevenirla y erradicarla. Según su nivel, grado de
penetración y modalidad, la corrupción puede tener repercusiones
devastadoras sobre la disponibilidad, calidad y accesibilidad –sobre la base de
la igualdad- de los bienes y servicios vinculados a los derechos humanos. 

Señala Kofi Annan - La corrupción es una plaga insidiosa que tiene un


amplio espectro de consecuencias corrosivas para la sociedad. Socava la
democracia y el estado de derecho, da pie a violaciones de los derechos
humanos, distorsiona los mercados, menoscaba la calidad de vida y permite el
florecimiento de la delincuencia organizada, el terrorismo y otras amenazas a
la seguridad humana –

Entendiéndose que la corrupción a menor escala, constituyen aquellos


abusos que ocurren en el desarrollo diario de las actividades de los
funcionarios públicos dentro de la administración, por ejemplo, un policía de
tránsito solicitando dinero a un infractor para no colocarle una multa; mientras
que la corrupción a gran escala está compuesta de abusos que ocurren entre
funcionarios públicos de alto nivel[2], por ejemplo, un Ministro que utiliza su
envestidura para desviar fondos de partidas presupuestarias, a cuentas
personales, o recibe sobornos de empresas privadas, para la adjudicación de
algún proyecto u obra.

La combinación de una práctica sostenida de corrupción a gran escala,


sumado a la inexistencia o inoperatividad de instituciones del Estado –
incluidas el propio sistema de justicia – en la persecución de la corrupción, es
la fórmula perfecta para el debilitamiento de las instituciones y la legitimidad del
Estado, afectando el cumplimiento de sus fines, entre los cuales se encuentran,
por supuesto, el deber proteger, respetar, proteger y garantizar los derechos
humanos

Quienes participan en los esfuerzos encaminados a investigar, notificar,


procesar y juzgar delitos de corrupción corren un riesgo muy alto de convertirse
en víctimas de vulneraciones de derechos humanos y necesitan una protección
más eficaz.

La corrupción existe en todos los países, cualesquiera sean sus


sistemas económicos o políticos y su nivel de desarrollo, tanto en la esfera
pública como en la privada. Es un fenómeno transnacional que exige la
colaboración de todos los países, incluso para la recuperación de los bienes
robados. Aunque los actos manchados de corrupción pueden constituir
vulneraciones de derechos humanos, la corrupción en sí misma puede
considerarse un obstáculo estructural para el disfrute de esos derechos.

Al mismo tiempo, los esfuerzos para combatir la corrupción deben


cumplir con las normas de derechos humanos, porque de no hacerlo, perderían
legitimidad.

Las normas, los principios y los mecanismos de derechos humanos


proporcionan puntos de acceso adicionales para complementar los esfuerzos
orientados a combatir la corrupción.

El Doctor Paolo Tejada, docente de Filosofía del Derecho, En una


conferencia en México, llamó a la reflexión de los participantes para
preguntarse qué sociedad quieren y, con ello, les animó a valorar la necesidad
de recuperar el sentido moral ya que, su separación del Derecho, es causa de
la corrupción.

“Se habla de la corrupción como un delito con responsabilidad penal que exige
una respuesta ejemplar del sistema judicial; nos deja perplejos, pero este tema
no supone solo un delito sino una falta contra uno mismo: corromperse es

degradarse”, recordó .
En definitiva, es la práctica sostenida, sistemática e impune de la
corrupción, la que ocasionaría la transgresión de derechos humanos. Un
Estado minado por este problema, no es capaz de satisfacer y garantizar el
acceso a la salud, la educación, e incluso, se vuelve ineficaz en la protección
de la vida de sus ciudadanos, todo ello debido a diversas prácticas como:
desvío de recursos estatales destinados a la inversión en esos ámbitos, la
aceptación de sobornos por parte de los funcionarios públicos, el contrabando
de medicinas y equipos médicos, con la finalidad de venderlos a través del
mercado negro, el auge del crimen organizado, entre otras conductas. Varios
estudios han demostrado que en los países con niveles más altos niveles de
corrupción, la esperanza de vida reduce, existe un aumento significativo en la
deserción escolar, mortalidad materna, malnutrición y mortalidad infantil,
además de serias restricciones en el acceso a servicios de salud de calidad

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