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El Mesianismo de Jesús
El Mesianismo de Jesús
Antonio Piñero
1
Índice
5.- El Mesianismo de Jesús y su condición divina (2-27-01)
12. - El Concepto de Mesías se desarrolla en Israel gracias a la evolución histórica del país
(2-27-03)
21.- El Concepto de Mesías se desarrolla en Israel gracias a la evolución histórica del país
IV (2-27-06)
30.- El Mesías en los siglos que median hasta la época de Jesús (2-27-09)
39.- Los inicios de la concepción del Mesías en el Antiguo Testamento III (2-27-12)
47.- Dios interviene abiertamente El mesianismo a partir del siglo II a.C II (2-27-15)
57.- Sobre Mesías El Hijo de Dios en los manuscritos del Mar Muerto (2-27-19)
62.- La figura del Hijo del Hombre en el libro de los sueños (2-27-21)
65.- La figura del Hijo del Hombre en el Libro de los sueños II y en el Libro de las
parábolas de Henoc (2-27-22)
68.- La figura del Hijo del Hombre en el Libro de las parábolas de Henoc II (2-27-23)
2
70.- La imponente figura del Hijo del Hombre en el Libro de las parábolas de Henoc III (2-
27-24)
72.- El juicio del Hijo del Hombre y el reino de Dios en el Libro de las parábolas de Henoc
(2-27-25)
89.- El Mesías guerrero en los Manuscritos del Mar Muerto III (2-27-31)
123.- Otros textos mesiánicos del entorno de Jesús de Nazaret las Libro de Antigüedades
del Pseudo Filón (2-27-45)
125.- Otros textos mesiánicos del entorno de Jesús de Nazaret libro Cuatro de Esdras II (2-
27-46)
128.- Sobre el reino del Mesías y la Jerusalén celeste en el Libro I de Henoc (2-27-47)
3
131.- El reino mesiánico en el Libro de los Jubileos (2-27-48)
133.- El reino mesiánico en el Libro de Henoc eslavo y en los Oráculos Sibilinos (2-27-49)
149.- El Mesías como hijo de David desde el punto de vista de Brandon y otros
investigadores (2-27-54)
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El Mesianismo de Jesús y su condición divina
(2-27-01)
Una vez que hemos dedicado una serie de postales/notas a uno de nuestros
temas, ayudar con una serie de notas a construir una introducción al
complejo pensamiento de Pablo de Tarso, vamos a detenernos un momento
para volvernos de nuevo al otro gran tema de este blogde
“Cristianismo e historia”: la divinización de Jesús. Así variamos de modo que
no les resulte tan pesadas las disquisiones sobre un mismo asunto.
Ahora nos toca examinar en unas cuantas notas si Jesús aceptó, o no, el
título de “mesías”; y si lo aceptó, si ello podría significar en su
mentalidad y autoconciencia una idea especial de “filiación
divina” en el sentido real del término como acabamos de aclarar. Este tema
lo he tratado ya en el otro blog de “Religiondigital”, por lo que aquí seré
mucho más sintético, añadiendo alguna nota o idea nueva.
La elucidación de este tema no tiene más fuentes que las cristianas: los
Evangelios y el resto del Nuevo Testamento, más un conocimiento general
del judaísmo de la época. Y entre los Evangelios las deducciones más
importantes se basan en especial en una lectura crítica del Evangelio de
Marcos.
· Para rastrear también esas concepciones mesiánicas hay que acceder a los
textos de los Manuscritos del Mar Muerto, pues ellos nos dan una idea de lo
que pensaban los esenios y muchos sacerdotes del Israel de tiempos de
Jesús e inmeditamente anteriores.
· Finalmentre: hay que impostar el tema del mesianismo de Jesús desde los
orígenes de la predicación de éste para entenderlo correctamente.
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En el Antiguo Testamento no hay Mesías
(2-27-02)
"En ninguna de las treinta y nueve ocasiones en las que en la Biblia hebrea
se emplea la palabra «mesías» (-ungido-) tiene esta palabra el sentido
técnico preciso de título de la figura escatológica cuya venida introducirá la
era de la salvación. Los «mesías» del Antiguo Testamento son figuras del
presente, generalmente el rey (en Isaías 54,1 se trata del rey persa Ciro);
más raramente, sacerdotes, patriarcas o profetas; y en los dos casos en los
que el Libro de Daniel emplea la palabra, dos personajes cuya identidad es
difícil de precisar pero que ciertamente no son figuras «mesiánicas».
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«mesías», reflejo de una cierta división de poderes, presente ya desde
Moisés y Aarón.
"En éstos y en otros textos del Antiguo Testamento se hallan la semillas del
mesianismo posterior. En el Nuevo Testamento nos encontramos con estas
semillas ya plenamente desarrolladas. El «mesianismo" es un dato tan
central en el Nuevo Testamento que a Jesús de Nazaret se le llega a
identificar simplemente como el "Cristo", el "ungido", es decir, «el mesías».
"Pero hasta ahora no podíamos ver el proceso por el que esas semillas se
habían desarrollado y transformado en fruto, ni cómo en ese siglo I de la era
que llamamos "cristiana" (es decir, del "ungido", del "mesías") los gérmenes
de esperanza mesiánica que se encuentran en el Antiguo Testamento habían
crecido y se habían multiplicado, transformándose en un bosque de figuras
mediadoras que al final de los tiempos introducen como heraldos y agentes
eficaces la salvación de Dios. En la mayoría de los escritos judíos de la
"época del Segundo Templo" (es decir, la que va desde el Exilio hasta el
Ttemplo de Herdoes el Grande = siglo V a.C hasta el 70 d.C.) que nos eran
previamente conocidos, la figura del « mesías- o no aparece en absoluto o
desempeña un papel muy secundario.
"Es precisamente este crecimiento el que nos ilustran los Manuscritos del
Mar Muerto. Cada una de las semillas mesiánicas, tan diversas, que
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aparecen en la Biblia hebrea, ha crecido en la tierra fecunda de la
Comunidad hasta transformarse en verdaderas figuras mesiánicas cuya
venida se espera « al final de los tiempos- y cuya acción introducirá la
salvación de Dios.
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Lunes, 25 de Mayo 2009
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El Concepto de Mesías se desarrolla en Israel
gracias a la evolución histórica del país (2-27-03)
12
La idea común que fue tomando cuerpo poco a poco durante los siglos
anteriores al cristianismo era el anhelo por la restauración del Israel
antiguo, la reunión de las doce tribus y el surgimiento de un nuevo rey,
descendiente de David –un monarca conforme a la promesa de la profecía
de Natán, 2 Samuel 7, que más tarde se denominó “mesías”— que expulsara
a los enemigos de Israel y permitiera a éste vivir feliz, próspero y alegre, en
la tierra de Yahvé, al amparo de una divinidad contenta, puesto que su
pueblo elegido cumplía las normas –la ley de Moisés- que le había otorgado.
Pero esta sensación duró poco. Los monarcas macabeos fueron tan poco
ejemplares como cualesquiera otros, el país tendía a asimilarse con los
demás dentro de la cultura del helenismo, y Dios parecía no bendecir
especialmente al país. Los piadosos se desilusionaron relativamene con el
gobierno de los sucesores de Judas Macabeo.
A mediados del siglo I a.C. Israel cayó de hecho bajo el control de los
romanos por la intervención de Pompeyo Magno hacia el 60 a.C. para
mediar entre dos hermanos de la dinastía de los Macabeos que se
disputaban el trono: Hircano II y Aristóbulo II. Pompeyo se decantó por
Hircano II. Repuso en el trono a éste (aunque lo denominó con un título
menor, “etnarca”) y permitió que Israel continuara con una cierta libertad…,
al menos de nombre.
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Aun en vida de Hircano, Herodes fue creciendo en poder fáctico, hasta que
llegó un momento en el que decidió por su cuenta tomar las riendas
absolutas de Israel apoyándose –como lo había hecho Hircano
anteriormente- en los amos del mundo, los romanos.
Esta política venía bien a Roma, pues había comenzado a ver con claridad
que los judíos eran un pueblo difícil: convenía a los intereses de la
República, y a su dominio sobre todo el Mediterráneo, que el trono de Israel
estuviese en manos amigas… y fuertes.
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título oficial de Herodes). Así, tras esos casi tres años de guerra y
crueldades, logró por fin Herodes el ansiado trono de Jerusalén. Ese mismo
año 37 a.C. el enemigo Aristóbulo, uno de los últimos descendientes de los
macabeos, fue quitado de en medio –degollado- por orden de Marco
Antonio, y el terreno parecía libre para un gobierno sin oposición por parte
del joven idumeo.
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15
Herodes el Grande y el desarrollo de la conciencia
mesiánica II (2-27-04)
Hoy escribe Antonio Piñero
En los momentos en los que vino al mundo Jesús de Nazaret (en torno al 6-4
a.C.) Israel, compuesto por Judea, Galilea, Idumea al sur y algunos
territorios más allá del Jordán, Perea, era un estado semiindependiente,
vasallo de hecho de Roma, gobernado por este Herodes (37-4 a.C.).
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quebranto con los movimientos políticos que situaron a Herodes en el trono,
y nuevos elementos ascendieron para ocupar su lugar. Los nuevos eran
miembros de familias judías procedentes de la Diáspora (la dispersión judía,
es decir, judíos residentes fuera de Israel) de otros reinos helenísticos,
descendientes de los judíos que se habían quedado en Babilonia después del
exilio (s. VI a.C. en adelante), o bien extranjeros griegos y romanos que
iban a Israel en busca de posibilidades comerciales y más tarde simplemente
a medrar en la corte de Herodes el Grande.
A la muerte del rey tirano, Augusto pensó durante mucho tiempo qué hacer
con un territorio como Judea habitado por gentes que se acomodaban tan
mal al modo de vivir, a la cultura y a las creencias normales en el Imperio.
Finalmente tomó la decisión de dividir el reino. El rey difunto, en su segundo
testamento había dispuesto que su sucesor fuera su hijo Herodes Antipas, el
segundo descendiente tenido con una de sus mujeres, la samaritana
Maltace. Pero en el tercer testamento, el último, Herodes el Grande designó
finalmente como sucesor principal a su hijo Arquelao, el primogénito de los
habidos también con Maltace.
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Como es lógico –y era obligatorio en el caso de reyes “clientes” de Roma, es
decir sujetos a limitaciones políticas por parte del Imperio-, el testamento
debía ser confirmado por Augusto. Ésta es la razón por la que Arquelao se
dispuso a viajar a Roma para obtener la preceptiva aprobación imperial. Sin
embargo, antes de partir, el pueblo se sublevó contra el heredero, en verdad
porque se había quitado de encima un tanto el miedo horroroso que
provocaba su terrible padre, y en parte también en protesta por la ejecución
aún reciente (poco tiempo antes de la muerte de Herodes) de los que habían
derribado el águila del Templo, como contamos en el capítulo anterior.
Arquelao con sus propias tropas acabó con la revuelta, aunque con gran
derramamiento de sangre.
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Revuelta con tono Mesiánico (2-27-05)
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El Concepto de Mesías se desarrolla en Israel
gracias a la evolución histórica del país IV (2-27-06)
Hoy escribe Antonio Piñero
De una manera u otra, con más o menos fuerza el espíritu de los celotas se
hizo general entre la mayoría de la población. Los judíos piadosos sentían
que estaban viviendo en un país ocupado. El control de los romanos,
paganos, sobre el territorio de Dios, sobre la ciudad santa y su Templo, era
una abominación. Muchos estaban convencidos de que la situación era tan
mala que Dios no tardaría en poner remedio a estado tan contrario a los
deseos divinos, puesto que su pueblo no podía guardar la Ley sin
impedimentos y el país no estaba libre del acoso pagano. No cabe duda de
que muchos podrían desear en su corazón que comenzara una guerra de
liberación nacional que Dios, con su ayuda especial, se encargaría de
concluir.
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que provocaba sentimientos unánimes de repulsa.
Otro caso, esta vez muy sangriento, fue el asesinato por parte del
Procurador de unos peregrinos galileos que estaban presentando sus
ofrendas al Templo (Evangelio de Lucas 13,1). Este hecho debió de ocurrir
porque esos galileos provocaron algún disturbio de orden público –
ciertamente en contra de los romanos y sus secuaces los herodianos
(partidarios del gobierno de Herodes Antipas en Galilea)- durante alguna de
las festividades religiosas importantes.
Los judíos ultrapiadosos no debían estar muy contentos con esta política. En
lo que a nosotros interesa, ello se deduce del comportamiento del Jesús
adulto y predicador ambulante: éste evitó siempre el contacto con las
ciudades bajo el control de Antipas, probablemente por considerarlas llenas
de extranjeros poco aptos para recibir su mensaje sobre el reino de Dios.
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Y fue durante el gobierno de este Poncio Pilato y de Herodes Antipas, en un
ambiente en apariencia relativamente tranquilo pero en el fondo muy
exaltado, con graves tensiones políticas, sociales y religiosas pero a la vez
llenos de esperanzas (e implicaciones políticas) en un reino de Dios sobre el
torturado Israel, hay que situar a Juan Bautista y a su discípulo Jesús de
Nazaret.
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23
El Mesías es un ser humano en el judaísmo
(2-27-07)
En el ámbito de esta política Ciro decidió permitir a sus súbditos judíos (los
aqueménidas, al conquistar Babilonia se hicieron dueños automáticamente
de Israel, que estaba bajo su soberanía desde la caída de Jerusalén en el
587) la reconstrucción de las murallas en la capital de la provincia de Judea,
la reconstrucción del Templo de Jerusalén, que existía en semirruinas, y la
devolución de los objetos sagrados del Templo de Jerusalén , transportados
a Babilonia como señal de dominación por Nabucodonosor. Parece también
que emitió un edicto por el que se permitía la vuelta de los exiliados en
Babilonia –familias prominentes todas ellas- a tierras de Israel.
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Y decimos “parece” porque hay serias dudas al respecto, puesto que la
misma tradición hebrea parece indicar que el primer retorno de los exiliados
fue en tiempos del sucesor de Ciro, Darío I en torno al 521 a.C. Pero es
probable que fuese Ciro el que primero diese, o esbozase, el decreto que
permitía la vuelta. De lo contrario no se hubiera producido lo que nos
interesa ahora: la tradición profética recogida en Isaías lo proclama “justo”
(Is 41,2), “pastor” (= buen rey: Is 44,28) y “ungido” o “mesías” Isaías
45,1. He aquí el texto:
11 Entonces tomé la palabra y le dije: «¿Qué son esos dos olivos a derecha
e izquierda del candelabro?» (Añadí de nuevo y le dije: «¿Qué son las dos
ramas de olivo que por los dos tubos de oro vierten de sí aceite dorado?») El
me habló y dijo: «¿No sabes qué es esto?» Dije: «No, mi señor.» Y él me
dijo: «Estos son los dos Ungidos que están en pie junto al Señor de toda la
tierra» "(Zacarías 4,1-6. 11-14).
« Los “olivos” y ungidos (“hijos del aceite” según la expresión hebrea) son
los dos mesías. »Empieza a nacer la ideología mesiánica propiamente tal en
Israel…, pero los mesías son puramente hombres…, eso sí, con especial
contacto con la divinidad.
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Zorababel como mesías (2-27-08)
Hoy escribe Antonio Piñero
27
Oráculo de Yahvé Sebaot.
Siembro la paz:
la vid dará su fruto,
la tierra dará sus productos,
el cielo dará su rocío.
Daré todo en posesión al resto de este pueblo.
Y como habéis sido maldición en medio de las gentes
¡oh casa de Judá y de Israel!
así, en cuanto os haya salvado,
llegareis a ser una bendición.
No temáis; tomen vigor vuestras manos (Zacarías 8, 9-13). »
He aquí el texto tal como aparece hoy en las partes que fueron retocadas y
que indican la corrupción. Dice Dios por boca del profeta: "Toma plata y oro
y haz coronas que pondrás sobre la cabeza de Josué…, el sumo sacerdote.
Le dirás: 'He aquí el hombre cuyo nombre es Germen…, él reconstruirá el
Templo…, se sentará como soberano en el trono y sobre el trono habrá un
sacerdote. Entre ellos dos habrá un perfecto entendimiento. La corona
será…". Está claro que en el texto original estaba escrito que el profeta debía
hacer dos coronas, una de plata y otra de oro, una para Josué y otra para
Zorobabel.
Las palabras que siguen y que ahora parecen dirigidas a Josué, debían
referirse a Zorobabel: el apelativo "germen" pertenece al mesianismo real
(cf. Zac 3,8 y 4,10); es él quien debería haberse sentado a gobernar,
mientras que Josué habría sido "el sacerdote sentado en su trono". En el
texto griego ha quedado también alguna otra palabra que deja entrever aún
mejor el sentido del pasaje original compuesto cuando estaban por
comenzarse los trabajos de restauración del Templo; el pasaje agrega
respecto al hebreo después de "sentado en su trono" la expresión "a su
derecha".
29
El Mesías en los siglos que median hasta la época
de Jesús (2-27-09)
Hoy escribe Antonio Piñero
Para hacernos una idea sobre cómo evoluciona el concepto del mesianismo
en Israel hasta llegar a los momentos en los que vivió Jesús no hay más
remedio que –salvo una excepción, elLibro de Daniel- recurrir a textos
luego declarados “apócrifos” por el judaísmo del siglo II d.C., decisión que
aceptó la Iglesia cristiana, aunque tenía a muchos de esos textos en gran
estima, como inspirados, y ciertamente como lectura espiritual.
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respecto al que se vive no es realmente distinto a éste aunque algunos
profetas hablen de que Dios establecerá en él una nueva alianza con
Israel. Es famoso el pasaje de Jeremías al respecto:
Éste podría nacer de la intervención directa de Dios que crea ese mundo
nuevo de la misma manera que ha creado el presente, o podría surgir de la
obra misma del hombre al poner en práctica todos los mandamientos de la
Ley.
32
Los inicios de la concepción del Mesías en el
Antiguo Testamento (2-27-10)
Es muy probable que los orígenes históricos del mesianismo, o más bien
de las esperanzas “mesiánicas” en sentido amplio en Israel, se remonten a
un texto del Primer Isaías, por tanto del siglo VIII: Isaías 11,1-6:
“El profeta afirma en este pasaje que vendrá un tiempo feliz vinculado a
la figura de un descendiente de David dotado de carismas particulares.
Tenemos, por tanto, los dos elementos fundamentales del mesianismo: un
mundo feliz en el futuro y el instrumento humano, en este caso un
descendiente de la casa de David. Se dice por ello que este mesianismo es
davídico: en sus orígenes el mesianismo fue real y davídico.
“La función de este rey futuro será juzgar con justicia a los dallim, los
“pobres o débiles” (Is 11,4), los que hoy llamaríamos
marginados. Implantará por tanto un reino donde existirá la
justicia, entendida en términos humanos todavía lejanos del mundo feliz de
la apocalíptica, un reino caracterizado por la perfección y por la ausencia
absoluta del mal.
« He aquí que vendrán días, oráculo de Yahvé, en los que haré surgir de
David un germen justo. Gobernará como rey (hebreo umalak melek); será
sabio y practicará la justicia y el derecho sobre la tierra. En sus días Judá
33
estará a salvo e Israel vivirá seguro. »
“El David histórico se convierte así en una simple figura del rey ideal que
vendrá un día a salvar a Israel: este monarca será el verdadero David. En
Ez, 34,23-24 se lee: “Haré surgir sobre ellos un pastor que los apacentará,
mi siervo David, el verdadero: los apacentará y será su pastor”. Por tanto,
David, el verdadero, vendrá en el futuro y será el pastor de Israel. Antes
David era el antepasado del rey-mesías. Ahora se ha convertido en su
figura.
« Mi siervo David será rey sobre ellos y será para todos un solo pastor;
34
seguirán mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en
práctica… David, mi siervo, será su príncipe por siempre. Haré con ellos una
alianza de paz que será un pacto eterno… »
35
Los inicios de la concepción del Mesías en el
Antiguo Testamento II (2-27-11)
tan difícil de interpretar -porque parece que las palabras puestas en boca de
36
Jesús niegan que él mismo sea “hijo de David”- haya que entenderlas en
este sentido: se puede ser mesías –Jesús ya ha efectuado su entrada
mesiánica en Jerusalén-, e “hijo de David”, sin ser esto último por línea
genealógica, sino espiritual. Lo que no queda claro es -en el pasaje de
Marcos- si este pensamiento es obra del Evangelista o procede del Jesús
histórico mismo. No hay manera de saberlo de un modo seguro, en mi
opinión.
Sabemos por la historia, que por oscuros motivos hubo una guerra civil
poco después en Judá y que Zorobabel cayó asesinado. Y sabemos que
posteriormente, cuando se dedicó el templo que había sido reconstruido, el
que mandaba era sólo el sacerdote Josué, como se deduce de que Flavio
Josefo en sus Antigüedades de los judíos -cuando está recordando este
momento-, sólo nombra a Josué (XI 79).
38
Los inicios de la concepción del Mesías en el
Antiguo Testamento III (2-27-12)
“Se suele olvidar (además del pasaje del Deuterozacarías) otros textos del
Antiguo Testamento que aportan unos matices interesantes. En el primer
libro de los Reyes leemos que, poco antes de morir, el rey David ordena a
sus servidores que lleven a cabo las acciones necesarias para asegurar el
traspaso de poderes según sus deseos:
« Apresuráronse ellos a tomar cada uno su manto, los colocaron a sus pies
sobre los desnudos escalones e hicieron sonar el cuerno y exclamaron: ¡Jehú
es rey! (2 Re 9, 13). »
De estos paralelismos ofrecidos por los textos resulta lógico deducir que al
menos al final de su vida, Jesús se consideró mesías de Israel. Y se puede
pensar razonablemente que el modelo con el que se identificó fue el más
familiar en el imaginario de sus compatriotas, el de un rey de estirpe
davídica que asumiría el gobierno del pueblo elegido tras liberarlo del yugo
extranjero.
No queda claro por el resto de los pasajes evangélicos el modo cómo iba a
actuar Jesús en concreto. Parece excluirse que Jesús emprendiera una
auténtica acción armada continuada contra los romanos. Pero no
queda claro si Jesús iba a asumir la iniciativa de comenzar una acción
violenta –se ha pensado siempre en la llamada “Purificación del Templo”
(narrada por el Evangelio de Marcos casi inmediatamente después de la
entrada triunfal)- para luego esperar que Dios actuara por su cuenta, por
ejemplo con “doce legiones de ángeles”, como indica el Evangelio de Mateo
26,53.
41
Los inicios de la concepción del Mesías en el
Antiguo Testamento y IV (2-27-13)
Hoy escribe Antonio Piñero
42
menos en el seno de la cultura de la clase dominante jerusalemita.
“He aquí que pondré como magistrado la Paz y por gobierno, la Justicia” (Is
60,17).
El libro de las Crónicas refleja bien esta actitud. Sin embargo, la espera de
un mundo mejor tampoco estaba ausente de esta sociedad. Se esperaba y
se glorificaba la restauración de Jerusalén, pero la atención estaba
esencialmente dirigida al ser humano, no al rey.
Puede pensarse que para este autor el “mesianismo” (la idea el posible reino
feliz en esta tierra en donde dios gobierna) estaba centrado en que ya
existía el Templo, en que éste era eterno, que el culto era lo único
importante, y que las naciones acabaría convirtiéndose al culto a Yahvé…
eso sería todo lo más a lo que podría esperar una “época mesiánica”…
44
El mesianismo a partir del siglo II a.C I (2-27-14)
Fue esta época tiempo de abundantes guerras entre Egipto y Siria (es decir,
entre los reinos sucesores de Alejandro Magno: Lágidas y Seléucidas) que se
disputaban entre otros el dominio sobre la franja palestina. Ante la
inseguridad, las injusticias y matanzas, unidas al deseo general de los judíos
de no dejarse asimilar por el espíritu griego, las esperanzas de salvación
se tornan con más fuerza hacia el cielo.
Los sabios de la época sadoquita (es decir, la que va desde la vuelta del
exilio en Babilonia hasta la gran rebelión macabea hacia el 167 a.C.; se
trataba de una teocracia gobernada por sumos sacerdotes descendientes de
Sadoc, el sacerdote de David) habían preparado con su teología la idea de la
nueva intervención divina, más o menos directa, en los asuntos de la tierra.
Creían ya en una presencia de Dios entre los hombres que debía
realizarse plenamente por ejemplo a través de la mediación de la Sabiduría,
más o menos hipostasiada, cuya función era llevar al mundo de los hombres
cierta justicia divina: la felicidad y el juicio contra los malvados. Proverbios
1,20-32; 8,1-9,6 lo indican claramente:
g[ 1, 20 La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz,
21 llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puertas
de la ciudad pronuncia sus discursos: 22 «¿Hasta cuándo, simples, amaréis
vuestra simpleza y arrogantes os gozaréis en la arrogancia y necios tendréis
odio a la ciencia? 23 Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi
espíritu para vosotros, os voy a comunicar mis palabras. 24 Ya que os he
llamado y no habéis querido, he tendido mi mano y nadie ha prestado
atención […] 26 también yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré
cuando llegue vuestro espanto, 27 cuando llegue, como huracán, vuestro
espanto, vuestra desgracia sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen
la angustia y la tribulación […] 33 Pero el que me escucha vivirá seguro,
tranquilo, sin temor a la desgracia.»
45
portales, da sus voces: 4 «A vosotros, hombres, os llamo, para los hijos de
hombre es mi voz.
8,22 «Yahvé me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más
antiguas. 23 Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la
tierra […] 27 Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un
círculo sobre la faz del abismo […] 30 yo estaba allí, como arquitecto, y era
yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo, 31
jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias están con los hijos de los
hombres.» 32 «Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan
mis caminos. ]g
Comenta Sacchi:
« Hasta que yo (Dios) descienda (a la tierra) y more con ellos (los hombres)
por los siglos de los siglos…
46
Dios interviene abiertamente El mesianismo a
partir del siglo II a.C II (2-27-15)
Hoy escribe Antonio Piñero
De cualquier modo en las dos ideas (1. Dios gobernará por medio de las
Virtudes personificadas que Él pone en el corazón de los mortales; 2. Dios
habitará entre los hombres) se concibe un mundo acá abajo, muy humano,
en absoluto sólo espiritual, sino un mundo en el que los hombres son felices
en esta tierra. Pero en la segunda noción la intervención de Dios sería
directa.
Con palabras de Sacchi (p. 413): en esta segunda idea se imaginaba que la
intervención de Dios iba a ser tan completa que Él mismo viviría entre los
hombres. O dicho de otro modo: en esta última concepción la divinidad se
convertiría en mediadora entre sí misma y los hombres, casi como si se
hiciera hincapié en la idea de que jamás hombre alguno podría ejecutar las
funciones del ungido mesiánico, dada la desmesura con la que aparecía su
tarea. Según esta noción, las funciones del mesías no pueden ser ejecutadas
por otro que no sea Dios mismo. Sólo Él puede ser el mesías.
47
Tras una concepción de este tipo se encuentra ciertamente la ideología de la
primera apocalíptica (anterior a la época de los Macabeos) que dirigía su
mirada al cosmos entero y no sólo a la tierra, y a la vez la insistencia de la
apocalíptica posterior (tras los Macabeos) que no pierde de vista el universo,
pero que se centra más en Dios que gobierna la historia de Israel.
Sin embargo, tal idea -Dios desciende a la tierra- está en la base de una
noción nueva de mesianismo –un “mesianismo celeste”- en la que el mesías
tiene ribetes sobrehumanos, noción que empezó a desarrollarse en el siglo II
a.C. y que continuó en el siglo I a,C. hasta alcanzar su máxima expresión en
el cristianismo un poco de tiempo después
48
Figuras mesiánicas a medias entre el cielo y la tierra
(2-27-16)
· Elías desaparece;
· Continúa vivo;
Alguna vez hemos dicho que en torno a Henoc se desarrolla una gran
literatura apocalíptica.Este personaje será el escogido por Dios para
revelar verdades desconocidas. Así, en elLibro de los Vigilantes (cuyos
orígenes son del siglo IV a.C., aunque las copias que tenemos sean
posteriores y se han conservado como parte del Libro I de Henoc = Apócrifos
del Antiguo Testamento, vol. V, Cristiandad, Madrid, 1982, pp. 39ss ) se lo
presenta como aquel que va manifestar cómo es en verdad el universo.
Afirma el inicio del Libro I de Henoc que éste personaje bendice a los
50
“elegidos y a los justos que van a estar presentes en el día de la aflicción -el
fin del mundo presente- fijado por Dios para apartar (= aniquilar) a todos
los malos y perversos”. Esto quiere decir que el enmarque de su revelación
es escatológico: el fin de los días:
« Hubo un varón justo… visiones que no son pera esta generación, sino para
una lejana que ha de venir. (En esos días) saldrá el Santo de su morada… y
se mostrará con su milicia y aparecerá con toda su fuerza desde el cielo… »
Pues bien, Henoc además del final del mundo revela cómo es el orden del
cosmos, las cámaras de los vientos, toda la creación, los fundamentos de la
tierra… cómo fue la caída de los ángeles malos y cómo ellos se encargaron
de difundir el mal en la tierra enseñando a los humanos cosas que no debían
aprenderse…
Henoc fue también el primer judío que hizo un viaje a los infiernos (1Henoc
[Libro de los Vigilantes] 22), en el extremo de occidente, donde visitó el
lugar donde estaban las almas de los difuntos ya juzgadas individualmente
(las buenas separadas de las malas) y en espera del Gran Juicio colectivo y
final.
Realmente no se puede decir que en estos siglos (IV-II a.C.) Henoc fuera
considerado un mesías estricto, como se entenderá después. Pero Henoc es
un intermediario entre Dios y los hombres; tiene una posición
importante… para la salvación.
51
Melquisedec Figura a medias entre el cielo y la tierra II
(2-27-17)
Hoy escribe Antonio Piñero
52
En él se narra que Melquisedec era hijo de Nir, personaje también
desconocido en la tradición hebrea, quien a su vez era hijo Lamec, hijo de
Matusalén, hijo de Noé, hijo de Henoc. Se trata por ello de un personaje
antediluviano que nació virginalmente, según este texto, de Sopanima,
mujer de Nir, después de que éste hubiera sido ya proclamado por el pueblo
sumo sacerdote.
Hay dos textos, uno largo y otro breve. Dice la recensión larga (no
sabemos hasta qué punto hay en ella intervención de mano cristiana):
53
Sobre Melquisedec en los Manuscritos del Mar muerto
(2-27-18)
54
El texto b[no es nada fácil de entender si no se tiene en cuenta la
“escatología” (ciencia [revelada por Dios] sobre le final del mundo) de los
esenios derivada del Libro de Daniel]b.
El texto dice que han pasado 9 jubileos y que se está en la primera semana
de años (7 años) del último o décimo jubileo. El final del mundo, pues,
está cerca. para el autor del pasaje. El que ha escrito este texto –quizá el
Maestro de justicia de la comunidad, o alguien parecido- piensa que está
viviendo en esos momentos anteriores a la gran batalla escatológica,
que precede al tiempo mesiánico o “reinado de Dios”.
Comentario de Sacchi:
a) Un ser humano
b) Que no ha muerto
56
Sobre Mesías El Hijo de Dios en los manuscritos del
Mar Muerto (2-27-19)
Hoy escribe Antonio Piñero
Comenta Florentino García Martínez (en Los Manuscritos del Mar Muerto.
Balance de hallazgos y de cuarenta años de estudios, Ediciones El Almendro,
Córdoba, 1994, [eds. A. Piñero-D. Fernández Galiano] pp. 203-204)
Este personaje es descrito con los rasgos del “Hijo del Hombre” del Libro de
Daniel, de donde provienen las expresiones “Su reino será un reino eterno»
(Dn 7,27) y «su dominio será un dominio eterno» (Dn 7,14) que nuestro
autor aplica al protagonista misterioso de su relato, al que considera sin
duda alguna como un individuo.
Es muy claro que los Manuscritos del Mar Muerto –y como veremos los
Apócrifos del Antiguo Testamento- nos iluminan poderosamente el
contexto, la atmósfera en la que nace el cristianismo. No en vano éste
nace como una secta judía, a la que al principio se llamaban “nazarenos”/
“nazoreos” y luego “mesianistas” o “cristianos”.
58
El Libro de Daniel la figura del Hijo del Hombre
(2-27-20)
Hoy escribe Antonio Piñero
Por el contexto del Libro los comentaristas están de acuerdo en que estas
bestias se corresponden con las cuatro partes de una gran estatua que –
también en sueños- había visto el rey Nabucodonosor en 2,32-35. La cabeza
era de oro; su pecho y brazos, de plata; su vientre y sus caderas, de
bronce; y sus pies, parte de hierro y parte de barro. Entonces y de pronto:
59
El cuerno pequeño de la visión de la cuarta bestia (Dn 7,8) es el rey
Antíoco IV Epífanes,el que con sus exigencias al pueblo judío para que
renunciara a sus costumbres patrias –la Ley, la circuncisión, etc.- y adoptara
la cultura helénica, provocó el levantamiento de los Macabeos, es decir, una
reacción absolutamente en contra de todo lo griego.
Esto parece cierto, pero también lo es que los intérpretes antiguos debieron
de olvidarse de esta interpretación evidente –ofrecida por el autor mismo del
Libro de Daniel- y pensaron que ese personaje no era el pueblo elegido sino
algo más concreto, individual y real: un ser humano de carne y hueso
dispuesto por Dios misteriosamente para no tener la necesidad de intervenir
Él directamente en la tierra (peligra su trascendencia), sino por medio de
este agente.
No sabemos exactamente los pasos o los modos cómo ocurrió este cambio,
pero lo cierto es que cuando los Evangelios Sinópticos hablan -para los
tiempos de Jesús- del "Hijo del hombre" no necesitan explicar su figura, ni
describirla. Presuponen que todo el mundo entiende.
Veremos algunos otros textos judíos que dan cuerpo a la, en su momento,
noción sólo simbólica.
61
La figura del Hijo del Hombre en el libro de los
sueños (2-27-21)
Seguimos con las figuras (mesiánicas) a medias entre el cielo y la tierra que
se van formando en el judaísmo a lo largo del siglo II a.C.(VI).
Tras la invasión asiria del reino del norte (= Israel, con la caída de Samaría:
721 a.C.), Dios entrega el gobierno de su pueblo a setenta pastores (=
ángeles no buenos) que permiten que perezcan más israelitas de los
debidos, devorados por fieras salvajes.
Dios entonces, apiadado del pueblo judío, establece un juicio que juzgará a
estos pastores, los ángeles caídos, junto con los apóstatas de entre los
judíos y a los enemigos de Israel. Luego Dios funda una nueva Jerusalén y
establece en ella su reino. Cierto número de gentiles se convierte entonces
al verdadero Dios y a la religión israelita y a continuación se consolida el
reino mesiánico. Los paganos que no se convierten se mantienen al menos
con gran respeto, a distancia de Israel.
Para épocas posteriores, puesto que ya no sabe nada, su obra hace una
verdadera profecía de lo que cree que será la edad mesiánica. En ella piensa
62
que Dios tomará venganza de los ángeles malvados –los causantes, por sus
pésimas inspiraciones e impulsos, de que los hombres sean a su vez
también malos y que han gobernado Israel inhabitando el interior de sus
gobernantes humanos-, junto con todos los judíos que han apostatado de su
fe y a todos los pecadores de entre las naciones.
Comenta Sacchi (p. 417) sobre los elementos simbólicos que utiliza el
desconocido autor del Libro de los sueños:
Vi que se llegó a ellos el dueño de las ovejas [es decir, Dios mismo, quien
según el texto parece descender a la tierra; ovejas = israelitas] y en tomó
en su mano la vara de la cólera y golpeó la tierra, que se abrió. Todas las
bestias y las aves del cielo [pueblos paganos] dejaron de estar junto a las
ovejas y fueron tragadas por la tierra que las cubrió.
Vi que se dio a las ovejas una gran espada y salieron contra las bestias
salvajes para matarlas [batalla final contra los impíos]. Vi que era construido
un trono sobre una tierra amena, y que se sentaba en él el dueño de las
ovejas, y que otro cogía los libros sellados y los abría ante el dueño de las
ovejas…
Me levanté para ver hasta que él [Dios] enrolló la vieja casa [Israel dentro
del mundo caduco]… Vi que trajo el dueño de las ovejas una casa nueva,
63
más grande y alta que la primera, y la puso en lugar de la que había sido
recogida… y el dueño de las ovejas estaba dentro. Vi a toas las ovejas que
quedaron y cómo todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo
caían prosternándose ante las ovejas, suplicándoles y obedeciéndolas en
todas sus órdenes[…]
Las ovejas eran todas blancas… todas las bestias del campo y todas las aves
del cielo se reunieron también en esa casa [la Jerusalén o país mesiánico; se
piensa que la mayoría de los gentiles se convierte; el reino mesiánico no es
sólo judío, sino universalista]. El dueño de las ovejas se alegró muchísimo,
pues todas eran buenas y habían vuelto a casa.
Vi que las ovejas habían depuesto la espada que les había sido entregada, la
volvieron a su vaina y la sellaron ante el dueño [la paz mesiánica]… Toda la
casa estaba llena…
64
La figura del Hijo del Hombre en el Libro de los
sueños II y en el Libro de las parábolas de Henoc
(2-27-22)
Finalizamos con el Libro de los sueños y comenzamos a tratar otra parte del
riquísimo y complejo Libro I de Henoc.
Según esta breve mención se supone que hay un reino divino, gobernado
por un emisario divino. Éste es el mesías y se lo denomina “Hijo de Dios”
como en 4Q246de Qumrán, que ya hemos comentado en una nota anterior.
65
ocupa los capítulos 37-71 del actual Libro I de Henoc, y que es
importantísimo para nuestro propósito de caer en la cuenta de qué pensaban
los judíos sobre el mesías y sus funciones en la época inmediatamente
anterior a Jesús y en los años de éste. Veremos cómo las ideas sobre el
mesías del desconocido autor de esta sección de 1 Henoc son notablemente
parecidas a las de los evangelistas cristianos.
Por tanto lo que se plantea ante este texto es lo siguiente: dadas las
concomitancias de ideas mesiánicas, como vremos, ¿copiaron los
cristianos un material judío–o se dejaron influenciar- del Libro de Henoc? O
¿al revés: copiaron los judíos a los cristianos?
De cualquier modo dado que la figura del mesías del libro de las Parábolas
es una combinación de diversos estratos de tradición –en los que aparece el
Elegido; el Siervo de Yahvé; el Hijo del Hombre; el Juez final- y que estos
estratos coinciden en gran parte con lo que hallamos en los Evangelios, es
de suponer a priori que nos encontramos en un espacio cronológico similar.
« En aquel momento fue nombrado aquel Hijo del Hombre ante el Señor de
los espíritus, y su nombre ante el “Principio de días”. Antes de que se creara
el sol y las constelaciones, antes de que se hicieran los astros del cielo, su
nombre fue evocado ante el Señor de los espíritus. Él servirá de báculo a los
justos para que en él se apoyen y no caigan; él es la luz de los pueblos, y él
será esperanza de los que sufren en sus corazones. Caerán y se
prosternarán ante él todos los que moran sobre la tierra y bendecirán,
alabarán y cantarán el nombre del Señor de los espíritus. »
« Por esto fue elegido y escogido junto a él antes de crearse el mundo y por
la eternidad. Lo reveló a los santos y justos la sabiduría del Señor de los
espíritus, pues reservó el lote de los justos porque aborrecieron y
desecharon este mundo inicuo, y aborrecieron todas sus obras y maneras en
el nombre del Señor de los espíritus, por cuyo nombre son salvos, pues ha
sido él el vindicador de sus vidas (1 Henoc 48, 1-7). »
67
La figura del Hijo del Hombre en el Libro de las
parábolas de Henoc II (2-27-23)
Hoy escribe Antonio Piñero
Continuamos con la figura del “mesías” como Hijo del Hombre en el Libro
de las Parábolas de Henoc. Debemos recordar que la fecha de este
apócrifo judío es insegura: oscila entre mediados del siglo I a.C. hasta
finales del siglo I d.C. Ello tendrá consecuencias para valorar su posible
influencia en las concepciones cristianas.
“Todas estas cosas que has visto serán para el poder del mesías, para que
sea fuerte y se enseñoree de la tierra […] Ocurrirá en los días (del gobierno
del mesías) que no se salvará nadie con oro ni plata, ni podrá escapar. No
habrá hierro para la guerra, ni nada que ponerse como peto, ni servirá el
bronce, ni el estaño valdrá o contará, ni se querrá el plomo. Todas estas
cosas serán deshechas y habrán de desaparecer de la faz de la tierra,
cuando aparezca el Elegido ante la faz del Señor de los espíritus” (52,3.6-
9).
Este mesías actúa como revelador de los tesoros celestiales que Dios quiere
que se sepan al final de los tiempos:
68
« “Vi la morada del Elegido bajo la égida del Señor de los espíritus y todos
los justos y escogidos resplandecían ante él como luz de fuego y sus bocas
estaban llenas de bendición… la justicia anta él no se agotaba ni la verdad
cesaba junto a él” (39,7) »
« “Los rostros de los justos brillarán de júbilo, pues en esos días el Elegido
se habrá alzado y la tierra se alegrará; los justos morarán sobre ella y los
elegidos por ella irán y andarán” (51,5). »
Continuamos con la figura del “mesías” como Hijo del Hombre en el Libro
de las Parábolas de Henoc. Para dibujarlo , el autor recoge también una
tradición especial que está emparentada con la que aparece en el libro de la
Sabiduría 4,10-14. Recordemos este pasaje:
« “10 Agradó a Dios y fue amado, y como vivía entre pecadores, fue
trasladado. 11 Fue arrebatado para que la maldad no pervitiera su
inteligencia o el engaño sedujera su alma; 12 pues la fascinación del mal
empaña el bien y los vaivenes de la concupiscencia corrompen el espíritu
ingenuo. 13 Alcanzando en breve la perfección, llenó largos años. 14 Su
alma era del agrado del Señor, por eso se apresuró a sacarle de entre la
maldad”. »
« “Y ocurrió que estando aún en vida fue asunta la persona de Henoc ante
ese Hijo del Hombre y el Señor de los espíritus, lejos de los que moran en la
tierra. Y ascendió en el carro del espíritu y salió su persona ante ellos”
(70,1-2) »
« “Desde aquel día no fui contado entre ellos (los ángeles) y el Señor me
puso entre dos puntos cardinales, norte y occidente, donde ya los ángeles
domaban medidas para medirme el lugar de los elegidos y los justos”
(70,3). »
70
ángeles… y a Miguel y Rafael… y con ellos al ‘Principio de Días’ cuya cabeza
era blanca y pura como lana y su vestidura, indescriptible…” (71,5-10). »
« “Tú eres el Hijo del Hombre que naciste para la justicia; ella ha morado en
ti y la justicia del Principio de días no te dejará” (71,14). »
« Dios invoca para ti la paz en nombre del siglo venidero (el reino
mesiánico), pues de Él ha salido al paz desde la creación del mundo, y así
será contigo por los siglos de los siglos. Todos (los humanos) marcharán por
tu camino, no dejándote la justicia nunca. Contigo será su morada, contigo
su suerte, y de ti no se separarán por los siglos de los siglos. Habrá así
largura de días (el reino mesiánico durará mucho sobre la tierra) en la época
de ese Hijo del Hombre, y tendrán los justos paz e irán por el camino recto
en nombre del Señor de los espíritus eternamente” (71,15-17). »
Toda esta tradición, que es puramente judía, se plasmará con más claridad
si cabe en un libro posterior, un desarrollo del ciclo de Henoc, que
conocemos como Libro III de Henoc, o Henoc hebreo (Apócrifos del
Antiguo Testamento, vol. IV, pp. 221-294).
71
El juicio del Hijo del Hombre y el reino de Dios en
el Libro de las parábolas de Henoc (2-27-25)
Hoy escribe Antonio Piñero
La figura del “mesías” como Hijo del Hombre en el Libro de las Parábolas de
Henoc nos proporciona aún más material interesante. Empezamos por
el tema del juicio del que hemos ya mencionado algún rasgo muy parecido
al que también aparece del Evangelio de Mateo.
El primero parece por tanto que una unión de las tradiciones sobre el juicio
con el tema del diluvio más el tema de Henoc como juez. Veámoslo. Henoc
ve en primer lugar en sus visiones que existe un valle profundo en la tierra
que arde en llamas. Allí son llevados los reyes de la tierra y los poderosos –
naturalmente malvados- y arrojados al fuego. Igualmente Henoc ve cómo se
preparan los grillos y cadenas que sujetarán al Diablo para un momento que
llegará pronto (cap. 54).
Pero no todo acaba aquí: el vidente, Henoc, ve como se reúnen en Israel los
judíos, justos, de la diáspora, simbolizados por otro ejército de carros,
montados por hombres que llegaban sobre los vientos (conforme a la
profecía de Isaías, 27,13 o 2 Macabeos 2,18s; Baruc 2,27ss), de oriente,
72
occidente y el mediodía… (cap. 57).
“Los elegidos tendrán luz, alegría y paz; ellos heredarán la tierra [compárese
con Mt 5,4] mientras que para los impíos será la maldición: 5,7; “En
aquellos días la tierra será labrada con justicia; toda ella quedará cuajada de
árboles, y será llena de bendición. Una medida producirá mil y cada medida
de aceitunas producirá diez tinajas de aceite… (10,18-19)
74
Complementos al concepto de Mesías en el Libro e
las parábolas de Henoc (2-27-26)
Hoy escribe Antonio Piñero/Paolo Sacchi
»El fulcro del mundo regido por el Hijo del hombre es la justicia, y la
sabiduría proviene de esta justicia en un movimiento descendente hacia el
ser humano. Éste a su vez sólo podrá alcanzar la justicia por medio de la
sabiduría en un movimiento en la misma dirección, pero en sentido opuesto.
La justicia celestial se reserva solamente a los justos o elegidos, pero habrá
un tiempo en el que toda la humanidad podrá participar de la libación de la
sabiduría gracias a la obra mesiánica del Hijo del hombre.
g[ En aquel lugar [En aquel lugar: así en el manuscrito “c”. El resto de
la tradición lee “entonces”] mis ojos vieron al Elegido de la justicia y de la
fidelidad. La justicia prevalecerá en sus días; los elegidos y los justos serán
innumerables ante él por la eternidad. Vi su morada bajo las alas del Señor
de los espíritus y todos los santos y elegidos resplandecían delante de Él
como luz de fuego; sus bocas estaban llenas de bendición y sus labios
alababan el nombre del Señor de los espíritus y la justicia ante Él (sentido
probable “por obra suya”) no se agotaba jamás.
Me quise quedar allá (es decir, “bajo las alas de Dios”) y mi alma (es decir,
“yo”) amó tal residencia, porque allá estaba mi parte desde antiguo, pues
así había sido establecido sobre mí por el Señor de los espíritus (1 Henoc
[Libro de las Parábolas] 39,6-8). ]g
75
el conocimiento preciso del significado de cada norma:
»La tarea principal del Hijo del hombre es llevar a cabo el Gran
Juicio en nombre de Dios. Derrocará a todos los malvados, que para el
autor son esencialmente los políticos y los que de cualquier modo tienen el
poder, mientras que los buenos son por definición los pobres, los humildes y
marginados en general. Derribará a los reyes de sus tronos, romperá los
dientes de los pecadores. Su juicio será durísimo.
Así, instaurará el reino de Dios en la tierra. En este texto la llegada del reino
de Dios coincide con la venida de la figura mesiánica a diferencia del Libro
de los Sueños, donde el juicio precedía a la llegada del mesías.
»El reino del Hijo del hombre-Mesías no es sólo una realidad futura,
como en la apocalíptica precedente, sino que existe ya. Este reino es
ya una realidad en el pensamiento divino, que Paolo Sacchi denomina
“mundo del medio”. Pero en el Libro de las Parábolas el “mundo del medio”
tiene una función distinta a la que tenía en el pensamiento de Zacarías. No
es sólo el “lugar” (es como una “proyección” de la mente divina) donde se
genera una realidad destinada a reproducirse en la tierra. La realidad del
“mundo del medio” en el Libro de las Parábolas tiene alguna
comunicación ya ahora con nuestro mundo: los justos (o los elegidos)
que han dejado esta tierra viven ya ahora en el mundo del mesías, junto con
los ángeles.
76
Los dos Mesías el guerrero y el sacerdote (2-27-27)
Hoy escribe Antonio Piñero
Creo que es ya sabido que los Manuscritos del Mar Muerto no presentan
rasgo alguno de cristianismo; no son cristianos en absoluto, no contienen la
historia secreta del cristianismo primitivo –como algunos siguen
increíblemente sosteniendo- ni tampoco hay ni siquiera alusiones a Jesús.
Sin embargo, su testimonio es impresionante para comprender las líneas
teológicas que confluyen en el Nuevo Testamento: lo que los cristianos
primitivos pensaron del mesianismo de Jesús, sobre todo una vez muerto, y
cómo aplicaron al Maestro ideas que ya estaban en el ambiente judío. Tras
leer los manuscritos de Qumrán entendemos mejor, sin duda, el cristianismo
primitivo.
Comenta Florentino García Martínez (art. “Los manuscritos del Mar Muerto y
el mesianismo cristiano”, en A.Piñero- D. Fernández Galiano Los
Manuscritos del Mar Muerto. Balance de hallazgos y de cuarenta
años de estudio, El Almendro, Córdoba, 1994, 199ss) que todo esto estaba
ya en germen en el Antiguo Testamento:
77
aparece incidentalmente y en una posición secundaria.
El próximo día continuaremos con alguna aclaración sobre estos textos. Pero
antes, el lector observará ya cómo la figura del “mesías” en el judaísmo
cercano al tiempo de Jesús es compleja, y cómo se relaciona continuamente
–aun siendo humano- con personajes que se suponen están ya en el cielo
junto a Dios.
79
Los dos Mesías el guerrero y el sacerdote II
(2-27-28)
Hoy escriben Antonio Piñero /Florentino García Martínez
80
»La segunda parte de nuestro texto nos prueba igualmente que la
caracterización de este “mesías-sacerdote” con los rasgos del
“siervo sufriente” del Deuteroisaías tampoco es una innovación de
origen puramente cristiano, sino el resultado de desarrollos judíos
precedentes. Nuestro texto subraya que aunque será enviado “a todos los
hijos de su pueblo”, la oposición a esta figura, “luz de las naciones” (Isaías
42,6), será grande: “proferirán contra él muchas palabras, y abundancia de
mentiras; inventarán fábulas contra él, y proferirán toda suerte de infamias
contra él” (comparar con Isaías 50,6-8; 53,2-10).
»Este pasaje es quizá el único pasaje que trata -en las partes más o menos
bien conservadas de los Manuscritos del Mar Muerto- únicamente del
“mesías” sacerdotal. Pero hay otros muchos textos qumránicos que aluden a
esta figura al hablar del doble mesianismo, el mesianismo bicéfalo en el que
presentan juntos al “mesías-levítico o sacerdotal” y al -mesías-
davídico o real” a los que designan, respectivamente, como los “mesías de
Aarón y de Israel”.
Soy consciente de que tanto texto puede ser abrumador para el lector usual
de este blog: el mesías -diríamos- es a veces un "tipo duro": ejerce también
funciones de condenación.
81
Espero, sin embargo, que este aporte de textos judíos más o menos
contemporáneos de Jesús haga caer en la cuenta de cuán importantes son
para nuestros fines de comprender el mesianismo de Jesús y cómo lo vieron
sus discípulos sobre todo tras el momento en el que creyeron firmemente
que había resucitado, pero que tenía que volver a cumplir su frustrada –por
la muerte injusta- misión mesiánica.
82
El Mesías guerrero en los manuscritos del Mar
Muerto (2-27-29)
Hoy escribe Antonio Piñero /Florentino García Martínez
83
mando de entre tus piernas. Hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien
rindan homenaje las naciones; 11 el que ata a la vid su borriquillo y a la
cepa el pollino de su asna; lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas
su sayo] ]g
»En cuanto el carácter fragmentario del texto permite averiguar, cada uno
de los elementos de la cita bíblica ha sido provisto de su interpretación. La
“vara”, o báculo, ha sido interpretada como “la alianza de la realeza”, una
expresión que sitúa la interpretación claramente en la perspectiva de la
promesa de una continuidad dinástica que culminará, como el texto
expresa, en la venida del “mesías”.
»La ecuación de “los pies/ piernas” con los “millares de Israel” acentúa el
contexto militar de la realeza prometida, que culmina en la venida del
“Mesías de Justicia”.
84
»La expresión es única en los textos de Qumrán, pero el paralelo con el
“Maestro de Justicia” deja claro que su significado no es otro que el de
mesías verdadero, legítimo. La clara dependencia de la expresión de Jr 23,5
y 33,15: “En aquellos días suscitaré a David un retoño legítimo que
ejercitará el derecho y la justicia”, muestra igualmente el carácter polémico
de la expresión en el contexto antiasmoneo (es decir, en contra de la
dinastía asmonea/macabea) de la comunidad y nos permite así encuadrar en
un contexto apocalíptico este desarrollo de la esperanza de un “mesías rey”
para el final de los tiempos.
85
El Mesías guerrero en los Manuscritos del Mar
Muerto II (2-27-30)
Entre ellos se encuentra 4Q285, que hace unos años recibió una gran
publicidad y que en el fragmento 5 identifica a este “retoño de David”
con el "Príncipe de la congregación” (en la columna II 15), una
designación que aparece frecuentemente en los escritos qumránicos.
Más tarde el investigador Émile Puech lo designa sin duda alguna como
perteneciente a la llamada “Regla de la Guerra”, en el
artículo “Mesianismo, escatología, resurrección” de la obra Paganos,
judíos y cristianos en los textos de Qumrán, editada por Julio Trebolle,
Trotta, Madrid, 1991, p. 264*
86
los profesores R. Eisenman y M. Wise afirmando que contenía la
muerte del mesías, con lo que ofrecía así un perfecto paralelo qumránico a
la idea cristiana y a la posterior concepción rabínica del mesías hijo de José,
quien muere en la batalla escatológica. Pero, como veremos, lo que el texto
dice es algo muy distinto. El fragmento 5 del texto en cuestión puede
traducirse así:
1 [como dijo] Isaías el profeta: "Serán cortados [los más gruesos del] 2
[bosque con el hierro y el Líbano, con su es¬plendor,] caerá. Saldrá un
renuevo del tocón de Jesé […] 3 […] el retoño de David, y entrarán en
conflicto con […],[…] y lo matará el Príncipe de la congregación (el jefe de la
comunidad de Qumrán), el retoño de David […] 5 […] y con heridas. Y un
sacerdote ordenará […] 6 […] la destrucción de los kittim […] (4Q285, frag.
5). (Reconstrucción de Florentino García Martínez)
No voy a aburrir a los lectores con los detalles filológicos que justifican mi
traducción [El interesado puede acudir a la revista Communio 26, 1993, 3-
31, en donde hay un artículo con el título b[“Nuevos textos mesiánicos de
Qumrán y el mesías del Nuevo Testamento”]]b. Es suficiente señalar que
ambas traducciones son gramaticalmente posibles, aunque la mía tiene una
ligera ventaja por acomodarse mejor al estilo habitual del hebreo qumránico.
En definitiva,sólo el contexto puede ayudarnos a decidir entre estas
dos interpretaciones gramaticalmente posibles. Pero este contexto no
deja, en mi opinión, duda alguna sobre el significado de la frase.
88
El Mesías guerrero en los Manuscritos del Mar
Muerto III (2-27-31)
Hoy escribe Antonio Piñero /Florentino García Martínez/ Émile Puech
89
la perspectiva del Rollo de la Guerra y de la victoria definitiva sobre las
fuerzas del mal. Ello nos indica que la idea de que es el “Príncipe de la
congregación “ quien mata a su adversarioes la que mejor se adapta
tanto al texto bíblico de origen como a las otras interpretaciones de ese
texto en los escritos qumránicos. Es la que mejor explica todos los
elementos conservados y está provista de paralelos convincentes en otros
textos relacionados.
90
El Mesías guerrero en los Manuscritos del Mar
Muerto (2-27-32)
91
Obsérvese que la mención a “todo Israel” remite al verdadero Israel de los
tiempos mesiánicos, la congregación de todos los fieles que han respondido
a la predicación del profeta-instructor. Lo que el autor espera, pues, se
refiere a los tiempos mesiánicos.
Conocemos todos las preguntas que los enviados del Bautista hacen a
Cristo: ¿Eres tú el que va a venir, o tenemos que aguardar a otro?” Así como
la respuesta de Jesús: “Id a contarle a Juan lo que oís y veis: los ciegos
recobran la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos
oyen, los muertos resucitan, a los pobres se les predica el evangelio” (Mt
11,3-5).
Por mi parte debo concluir una vez más que en el marco de piadosos tan extremos
como los esenios no se contempla jamás un mesianismo –por mucho que
aparezcan ciertas figuras semicelestes, como el “Hijo de Dios” y Melquisedec- que
no sea humano. El mesías, como cargo y como función tiene que ser
necesariamente un hombre.
92
El profeta que ha de venir (2-27-33)
Como recordarán los lectores hemos hablado ya, aunque muy brevemente,
del tema del doble mesianismo, sacerdotal y guerrero. Pero en los siglos
anteriores a la llegada de Jesús a este mundo surge también el concepto
de una tercera figura “mesiánica” o mejor “semimesiánica”, que
prepara el terreno para la acción del mesías: es la del “profeta que ha de
venir”.
93
Los esenios de Qumrán transcriben una parte (vv. 18-19) del siguiente
modo:
5 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahvé,
grande y terrible.
La venida de Elías redivivo está ligada al “Día de Yahvé” (el momento previo,
de juicio de los malvados, antes de la instauración del reino mesiánico). El
profeta que ha de venir debe preparar los corazones, convertir a sus
94
contemporáneos antes de que llegue el día del Juicio (no el juicio final
absoluto; sino uno previo al reino; pero se denominan igual).
“Y los liberaré por la palabra de tu boca (se refiere al profeta)… y los padres
vuelven hacia los hijos…
Fuiste designado por Dios (Elías ) en (el tiempo de) los reproches futuros,
para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los
padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob.
Es posible que la misma idea subyazca a estos dos textos del primero de
los Libros de los Macabeos. En el primero se habla del altar de los
holocaustos del Templo que había sido profanado por los griegos (rey
seléucida Antíoco IV Epífanes) en su intención de cambia la religión de los
judíos. He aquí el texto:
Y en 14, 41 leemos:
A los judíos y a los sacerdotes les había parecido bien que fuese Simón
(Macabeo, hermano de Judas) su jefe y sumo sacerdote para siempre hasta
que apareciera un profeta digno de fe.
95
Por tanto, parece que en los círculos de piadosos del siglo II a.C. se
esperaba ya de una manera firme que antes del mesías apareciera
un precursor que le “allanara” el camino.
96
El profeta que ha de venir II (2-27-34)
2. Émile Puech piensa también que en el pasaje –ya citado en este blog-
sobre Melquisedec (como una de esas figuras a medias entre el cielo y la
tierra, en donde se hace mención también de un “Ungido por el Espíritu”),
este personaje misterioso -el Ungido- podría hacer la función de
precursor.
“‘Qué bellos son sobre los montes los pies del pregonero que anuncia la
paz… diciendo a Sión ‘tu Dios [reina’]. Su interpretación: Los montes son los
profe[tas...].
El pasaje bíblico que se cita es de Isaías 61,1. Puede ser Elías porque es un
profeta, es decir, un ungido.
97
Concluye Puech razonando que, a pesar de todos los textos citados, no
podemos afirmar que todo el judaísmo hiciera esta identificación “profeta
que ha de venir” = Elías/precursor, porque en la historia posterior del
judaísmo –hasta el siglo X todavía- tenemos aún noticias de rabinos que
identificaban al nuevo Elías con el mesías sacerdote. De ello se concluye que
-en ciertos círculos judíos- el profeta que había de venir se pensaba no como
Elías, sino como un scerdote sabio que explica la Ley y prepara pra la venida
del mesías. De todos modos, existe la figura del "precursor"
98
El Mesías sacerdotal I (2-27-35)
Hemos tocado muy levemente este punto del mesías sacerdotal cuando –
hace ya días, en la nota que lleva el número 2-27-28 abordábamos el tema
de que en los Manuscritos del mar Muerto se veía claramente cómo los
esenios tenían una concepción doble del mesianismo, el guerrero, o el
mesías de Judá, y el sacerdotal, o mesías de Aarón/Leví.
»Mientras que en los textos esenios (del Mar Muerto) la superioridad del
mesías de Aarón/Leví sólo puede deducirse del hecho de que este mesías
tiene la preferencia frente al de Israel, en los Testamentos de los Doce
Patriarcas (un apócrifo importante del Antiguo Testamento, cuya fecha es
discutida, quizá del siglo I a.C.; el texto que ha llegado hasta nosotros sin
embargo, ha sido manipulado por los escribas cristianos) el tema está más
desarrollado.
“Como el cielo es más alto que la tierra, así el sacerdocio de Dios es más
alto que el reino terreno”.
Dios creó al hombre para dominar el mundo y puso en él dos espíritus para
que camine por ellos hasta el tiempo de su visita: son los espíritus de la
verdad y de la falsedad. Del manantial de la Luz provienen las generaciones
de la verdad, y de la fuente de las Tinieblas provienen las generaciones de la
falsedad.
En manos del Príncipe de las Luces está el dominio sobre todos lo hijos de la
justicia; ellos marchan: ellos marchan por caminos de luz. Y en manos del
Ángel de las Tinieblas está el dominio sobre los hijos de la falsedad: ellos
marchan por caminos de tinieblas.
Así pues, el sumo sacerdote (más tarde, sumo sacerdote mesiánico o mesías
sacerdotal) tendrá una función altísima y salvífica que culmina en liberar al
100
mundo de Satanás, es decir del mal y de esas tinieblas y su poderoso influjo
que hemos visto en el pasaje que acabamos de citar. Y veremos cómo ese
sacerdote es muy especial. En él se estarán reflejando lo que luego se verá
con más claridad en el mesías futuro.
101
El Mesias sacerdotal II (2-27-36)
Hoy escribe Antonio Piñero/ Paolo Sacchi
»Este sacerdote del futuro –del que habábamos en la nota anterior- no tiene
nada en común con el sacerdocio histórico de Israel, ni siquiera con el más
auténtico. Será un sacerdocio nuevo, de naturaleza excepcional.
102
amplia de Judá, el autor espera sin embargo la restauración del reino de
Israel sobre la base de las profecías del antiguo mesianismo davídico (es
decir, la promesa de Dios a David a través del profeta Natán de que jamás
faltará sobre su trono un descendiente = 2 Samuel 7,9-14.
Aparentemente aquí poco tiene que ver el mesías guerrero…, pero no es así;
su presencia y su obra son necesarias: se lee en el Testamento de Judá
22,2-3:
103
El Mesias sacerdotal III (2-27-37)
»Aun sin defender la tesis que sostiene que este texto (que citamos en la
nota anterior = Testamento de Simeón 7,1-2) ha sido redactado
completamente por mano cristiana, hay investigadores que eliminan en sus
ediciones todo el pasaje siguiente
También la ultima parte del texto “que salvará a todas las gentes y al pueblo
104
de Israel” podría ser cristiana, pero podría también pertenecer a una fase
del judaísmo que se iba abriendo en sentido universalista, como documentan
los Salmos de Salomón por ejemplo en 17,30-31, donde se dice que el
mesías dominará todos los pueblos y que todos vendrán, según antiguas
profecías, a rendirle honor en Jerusalén.
105
El Mesias sacerdotal y IV (2-27-38)
Hoy escribe Antonio Piñero/ Paolo Sacchi
Así como el mesías davídico puede aparecer como figura única en los textos
judíos de la época de Jesús o inmediatamente anteriores, el mesías
sacerdotal aparece siempre como complemento o acompañante del mesías
guerrero/político.
106
decir la interpretación de la Ley) establecida por los hijos de Leví:
Por esto yo os ordeno que escuchéis a Leví, porque éste conocerá la ley de
Dios y dará instrucciones respecto al juicio, hará sacrificios en Israel hasta el
cumplimiento de los tiempos, hasta que venga el sumo sacerdote ungido
indicado por el Señor (Testamento de Rubén 6,8).
107
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús I (2-27-39)
Hoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi
Hacia la mitad del siglo I a.C. se escribe una obra que es un testimonio
impresionante del renacimiento del mesías de la estirpe de David: los
llamados Salmos de Salomón. Con este título se nos ha transmitido hasta
hoy una colección de 18 (o 19) salmos compuestos al estilo de los himnos
del Salterio. La atribución al hijo de David es secundaria e imposible, porque
el autor, o autores, menciona o alude a hechos y circunstancias históricas de
su tiempo y que reconocemos claramente: pertenecen esos hechos a lo
pasaba en Israel hacia la mitad del siglo I a. C., cuando el país judío estaba
dominado por el rey Hircano II (un monarca descendiente de los Macabeos)
que había sido recolocado, o sostenido, en su trono por los romanos, en
concreto por Pompeyo el Grande.
Como Hircano II gobernaba por medio de un valido suyo, Antípatro, que era
108
idumeo, es decir, que no era judío de sangre pura, y además tenía que
agradecer a Roma su puesto, a los ojos de los más piadosos de Israel la
situación del país era lamentable: en realidad la tierra de Dios estaba
gobernada por extranjeros..., impuros.
Ahora bien, en esta época -medidos del siglo I antes de Cristo- había una
rama del fariseísmo que al parecer no propugnaba otra cosa que retirarse de
la política y vivir una vida apartada cumpliendo lo mejor posible la ley de
Dios. El dirigente de esta facción farisea era el famoso rabino Shemaya.
110
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús II (2-27-40)
Hoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi
Tú, Señor, escogiste a David como rey sobre Israel; Tú le hiciste juramento
sobre su posteridad, de que nunca dejaría de existir ante Ti su casa real.
Por nuestras transgresiones se alzaron contra nosotros los pecadores;
aquellos a quienes nada prometiste nos asaltaron y expulsaron, nos
despojaron por la fuerza y no glorificaron tu honroso Nombre.
Dispusieron su casa real con fausto cual corresponde a su excelencia,
dejaron desierto el trono de David con la soberbia de cambiarlo.
111
guerreros. El Señor es su Rey. Su esperanza es la del fuerte que espera en
Dios y pondrá a todas las naciones ante él con temor…
El contenido de este salmo muestra cómo en Judea existía gente que fue
obligada a abandonar su propia tierra y a huir al desierto. Allí esperaban un
varón descendiente de David, que habría de venir para instaurar el reino de
Israel, prometido por la divinidad: el reino de Dios. Ello ocurrirá algún día,
pero siempre sucederá por obra del ungido (el término aparece varias veces
en este salmo), cuya verdadera fuerza estará en el apoyo que recibirá de
Dios. Él eliminará además todas las injusticias sociales.
Esta gente, que había abandonado su tierra y vivía como podía fuera de las
ciudades, representaba una masa inquieta y dispuesta a acudir a las armas
cuando alguien la convocara, pero no era dócil con el primer aventurero que
surgiera. Al menos es esto lo que afirma el autor del SalSl 17: él mismo no
desea participar en una batalla sin sentido, sino que quiere ser guiado por el
hijo de David, el ungido de Dios.
112
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús III (2-27-41)
“Tú, Señor, elegiste a David como rey sobre Israel y le juraste por siempre
que no faltaría el poder real a su descendencia…”.
Pero el destino final de la historia no pude ser más que éste. La función del
descendiente de David, cuando venga, será la de implantar la justicia en la
113
tierra de Israel y en toda la tierra, una justicia entendida –en este caso- en
el sentido de igualdad social, según un tipo de pensamiento también
documentado en el Libro de las Parábolas, compilado en el Libro I de
Henoc, escrito un poco después, bien a finales del siglo I a.C., bien –según
otros investigadores- en el siglo I d.C.:
Seguramente -al menos- el autor compartía con los fariseos gran parte de
su ideología. Creía en la resurrección, si bien estaba reservada solamente a
los justos, y en la destrucción de los impíos, como escribe en Salmo de
Salomón 13, 10-11:
Y en 3,11-12:
Creía también el autor en el libre albedrío del hombre, que sostenía con
vigor justamente porque muchos sectores del judaísmo, como los esenios lo
negaban. Escribe en Salmo 9,6-7:
115
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús IV (2-27-42)
Hoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi
El hecho de que los justos, identificados en la práctica por el autor con los
que temen a Dios y son fieles a su Ley, sufran tribulaciones se
explica mediante el principio de la corrección paterna, como dice en el
Salmo 14,1-2:
El autor de los Salmos de Salomón busca la solución del problema del justo
sufriente en la misma dirección en la que la había encontrado el Eclesiástico
(2,1-6). Las desgracias del justo no son un castigo, sino una
corrección:
116
“Estuvieron entre desgracias sólo por poco tiempo, para advertencia, pues
tenían así un signo de la salvación, ya que el dolor les recordaba los
mandamientos de la Ley” (Sabiduría 16,6).
El autor de los Salmos de Salomón pedía ayuda a Dios porque él, y el pueblo
estaban en la miseria:
13 Porque si no me robusteces,
¿quién soportará el castigo de la miseria,
14 cuando reproches a mi alma su error, por medio del castigo de su
corrupción,
cuando la pruebes en su carne y con la aflicción de la pobreza?
15 Pero si el justo se mantiene firme en esas pruebas obtendrá la
misericordia del Señor
(Salmo 16,13-15)
Se puede concluir que a partir del siglo II a.C. la esperanza mesiánica había
resurgido impetuosamente en Israel. Pero no fue unitaria y se concretó en
las formas más diversas, teniendo sólo como común denominador la espera
de la salvación que Dios habría de procurar finalmente a Israel de alguna
manera.
117
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús V (2-27-43)
Hoy escriben Antonio Piñero/Paolo Sacchi
118
las notas 2-27-29 al 32) que en algunos textos de Qumrán está
documentada la espera de un rey ungido, descendiente de David. Y aunque
existan textos que sólo mencionan al mesías real o al sacerdotal, o al
“profeta que ha de venir”, el mesianismo esenio debería siempre
considerarse doble. El pasaje básico es siempre 1QS 9,11, que hemos
citado (“hasta que venga el Profeta y los mesías de Aarón e Israel”).
“Os digo que si éstos callan gritarán las piedras” (Lucas 19,40).
119
El renacimiento del Mesías davídico en la época de
Jesús y VI (2-27-44)
Para hacernos una idea más completa aún de lo sabemos que significaba en
el s. I en Palestina ser hijo de David tenemos otra excelente ayuda: la
explicitación del concepto en el Targum palestinense a Gn 49,11-12.
Cuán hermoso es
el Rey Mesías
que ha de surgir
de entre los de la casa de Judá.
Ciñe los lomos
y sale a la guerra contra los enemigos
120
y mata a reyes con príncipes.
Enrojece los montes
con la sangre de sus muertos
y blanquea los collados
con la grasa de sus guerreros.
Sus vestidos están envueltos en sangre:
se parece al que pisa racimos.
El poema es, por tanto, un testimonio tanto del concepto guerrero del
121
mesías, como de la bienandanza material de Israel cuando, gracias al
Mesías, logre vencer a su enemigos y se instaure el reino de Dios. Y creemos
que esta traducción fue hehcha en unos tiempos muy cercanos a los de
Jesús.
122
Otros textos mesiánicos del entorno de Jesús de
Nazaret las Libro de Antigüedades del Pseudo Filón
(2-27-45)
Hoy escribe Antonio Piñero
Acudid a mi voz todas las gentes, escuchad mi palabra todos los reinos,
porque se abre mi boca para hablar y mis labios deben cantar al Señor.
Destilad, pechos míos; anunciad vuestro testimonio, porque se os ha
mandado que amamantéis. Firme será el que se alimenta de vosotros:
iluminará al pueblo con sus palabras, mostrará los preceptos a las gentes, su
poder se elevará muy alto. Por eso hablaré con claridad, porque de mí
surgirá el designio del Señor y todos los hombres hallarán la verdad […]
¿Quién es Ana para que de ella nazca un profeta? ¿Quién la hija de Betuel
para alumbrar la luz a los pueblos? Levántate, Elcaná (Es el marido de Ana.
Véase 1 Samuel, 1,1-20), y ciñe tus lomos, canta tú también los signos del
Señor, pues de tu hijo profetizó Asaf (Levita y profeta en la corte de David.
123
Véase 1 Crónicas 15-17) en el desierto: “Moisés y Aarón entre sus
sacerdotes, y Samuel entre ellos”.
Repetimos de nuevo que este texto está escrito en momentos en los que
vive Jesús de Nazaret, sólo que el autor finge una profecía del pasado. El
mesías que el autor espera es un guerrero-político, un rey humano…, sólo
que ayudado especialmente por las bendiciones divinas. Lo que importa de
nuevo es el que el mesías traerá un reino próspero, aquí abajo, en la tierra
presente, no en un mundo etéreo, celestial y futuro.
124
Otros textos mesiánicos del entorno de Jesús de
Nazaret libro Cuatro de Esdras II (2-27-46)
Y sucedió que, tras siete días, tuve un sueño durante la noche. Y vi que se
levantaba un viento del mar de manera que agitaba todas sus olas. Y vi
cómo volaba un Hombre sobre las nubes del cielo y hacia donde dirigía su
mirada, temblaban todas las cosas que estaban bajo su vista, y hacia donde
salía la voz de su boca, se encendían todos los que oían su voz, como se
derrite la cera cuando siente el fuego. Y tras esto vi cómo se congregaba
una muchedumbre de hombres innumerable de los cuatro vientos de la
tierra, para luchar contra el Hombre que había salido del mar. Y vi cómo
formó para sí el Hombre una gran montaña y voló hasta colocarse sobre
ella. Y yo quise ver la región o el lugar donde se había formado la montaña y
no pude.
Y tras esto vi cómo todos los que se habían congregado contra él, temían
grandemente y con todo se atrevían a luchar. Y he aquí que cuando el
Hombre vio el ímpetu de la muchedumbre que venía hacia él, no levantó su
mano, ni tomó la espada ni cualquiera de los instrumentos de guerra,
solamente vi cómo hizo salir de su boca como una ola de fuego y un espíritu
de llama de sus labios; y de su boca hacía salir centellas y tempestades,
mezclándose todas estas cosas: la corriente de fuego, el viento de llama y la
fuerza de la tempestad. Todo ello cayó sobre el ímpetu de la muchedumbre
que estaba preparada para luchar, y los incendió a todos de manera que
nada se viese de la muchedumbre innumerable, sino solamente el polvo de
la ceniza y el olor del humo. Y viéndolo me quedé atónito.
Y tras esto vi al mismo Hombre que bajaba del monte y llamaba hacia sí a
otra muchedumbre pacífica. Y venían hacia él rostros de muchos hombres,
unos gozosos, otros tristes, unos atados, otros trayendo ofrendas.
125
- Muéstrame, pues, ahora también la interpretación de este sueño […]
"El mesías. Interpretación de la visión del Hombre que procede del mar"
(13,16-33; Apócrifos del Antiguo Testamento vol. VI, pp. 452-455; el texto
está un poco arreglado para su abreviación y comprensión)
El hombre al que has visto precedente del corazón del mar, es aquél a quien
el Altísimo ha venido manteniendo oculto durante muchas edades, y que
liberará a su creación, y va a orientar a aquellos que andan defectuosos. Y
respecto a lo que has visto, a saber que sale viento, fuego y una tormenta
de su boca, y que sin blandir ninguna lanza o espada destroza a la multitud
que se dirige contra él, su interpretación es la siguiente:
Ved, se acercan los días en los que el Altísimo va a librar a aquellos que
están en la tierra. Y las gentes que la habitan sufrirán gran confusión.
Entonces planearán guerrear unos contra otros, ciudad contra ciudad, lugar
contra lugar, pueblo contra pueblo, y reino contra reino. Y cuando ocurran
estas cosas y tengan lugar los signos que os he mostrado de antemano,
entonces se revelará mi hijo (o mi “siervo”), al que habéis visto saliendo del
mar.
El “profeta” Esdras –es decir, el desconocido autor judío del siglo I- añade a
lo largo de su obra a esta visión del mesías una serie de catálogos de
signos cósmico y terrenos que precederán al final. En las últimas
visiones del libro el autor presupone la inminencia del reino mesiánico, que
parece ser un estadio en el camino hacia el juicio final. Al final de este
reinado el mesías morirá.
La victoria del mesías sobre el águila que aparece en una visión anterior
de este libro (Imperio romano) es un elemento común de la apocalíptica. 4
Esdras nos ofrece una actualización profética de la Cuarta Bestia de Daniel
(12,11): el último imperio perverso que se opone a Dios antes de la venida
del mesías.
127
Sobre el reino del Mesías y la Jerusalén celeste en
el Libro I de Henoc (2-27-47)
Se trata en este texto del combate escatológico entre las fuerzas del mal y
del bien, inmediatamente antes de la instauración del reino de Dios. Las
“ovejas” son los israelitas justos. Las bestias y aves del cielo son los
malvados. El dueño de las ovejas es Dios (o a veces su mesías). Los
hombres blancos. Los siete hombres blancos son los arcángeles que traen
las almas pare el juicio. Los setenta pastores son los que han gobernado mal
al pueblo de Israel (reyes, normalmente).
He aquí el texto:
128
antesala al reino mesiánico en la tierra, en el que los malvados serán
juzgados y no entrarán en el Reino. El segundo Juicio Final, el definitivo, es
como el primero, pero ocurrirá sólo cuando se termine el reino mesiánico en
la tierra y venga el “otro mundo”, ultraterreno y definitivo. Este mundo se
describe con la apariencia del primero (se dirá que es “una nueva tierra y un
nuevo cielo”), pero en realidad se trata de un mundo en el más allá.
Veamos ya el texto:
Entonces vi a todos atados, todos de pie ante él. Primero fue el juicio de los
astros: fueron juzgados, resultaron culpables y marcharon al lugar de la
condena. Los echaron en un lugar profundo, lleno de fuego flameante y de
columnas incandescentes. Y los setenta pastores fueron juzgados, resultaron
culpables y fueron arrojados también al abismo de fuego. Vi en aquel
momento que se abría un abismo como el anterior, en medio de la tierra,
lleno de fuego. Trajeron a las ovejas ciegas y fueron juzgadas. Resultaron
culpables, fueron arrojadas a aquella sima de fuego y comenzaron a arder. Y
esta sima estaba a la derecha de la casa. Entonces vi a las ovejas arder y a
sus huesos quemarse.
He aquí el texto:
Me levanté para ver hasta que él enrolló la vieja casa. Sacaron todas las
columnas, vigas y ornamentos de la casa enrollados junto con ella; los
sacaron y los echaron en un lugar al sur de la tierra. Vi que trajo el dueño de
las ovejas una casa nueva, más grande y alta que la primera, y la puso en el
lugar de la que había sido recogida. Todas sus columnas y ornamentos eran
nuevos y mayores que los de la antigua que había quitado, y el dueño de las
ovejas estaba dentro.
Vi a todas las ovejas que quedaron y cómo todos los animales de la tierra y
todas las aves caían prosternándose ante las ovejas, suplicándoles y
obedeciéndoles en todas sus órdenes […] Las ovejas eran todas blancas, y
su lana espesa y pura. Todos los que habían perecido y habían sido
dispersados, todas las bestias del campo y todas las ovejas del cielo (el
resto que quedaba) se reunieron en esa casa. El dueño de las ovejas se
alegró muchísimo, pues todos eran buenos y habían vuelto a casa. vi que
129
depusieron la espada a había sido entregada a las ovejas, la volvieron a su
vaina y la sellaron ante el dueño […] vi que nacía un toro blanco de grandes
cuernos y cómo todas las bestias del campo y las aves del cielo lo temían y
suplicaban en todo momento. Vi que se transmutaban las especies y se
convertían todos en toros blancos…
Entonces serán humildes todos los justos, vivirán hasta engendrar mil hijos
y cumplirán en paz todos los días de su mocedad y vejez. En esos días toda
la tierra será labrada con justicia, toda ella quedará cuajada de árboles y
será llena de bendición. Plantarán en ella toda clase de árboles amenos y
vides, y la parra que se plante en ella dará frutos en abundancia. De cuanta
semilla sea plantada en la tierra una medida producirá mil, y cada medida
de aceitunas producirá diez tinajas de aceite. Purifica tú la tierra de toda
injusticia, de toda iniquidad, pecado, impiedad, y de toda impureza que se
comete sobre ella: extírpalas de ella; que sean justos todos los hijos de los
hombres, y que todos los pueblos me adoren y bendigan, prosternándose
ante mí. Sea pura la tierra de toda corrupción y pecado, de toda plaga y
dolor, y yo no volveré a enviar contra ella un diluvio por todas las
generaciones, hasta la eternidad.
En esos días abriré los tesoros de bendiciones que hay en el cielo para
hacerlos descender a la tierra sobre las obras y el esfuerzo de los hijos de
los hombres. La paz y la verdad serán compañeras por siempre, en todas las
generaciones.
130
El reino mesiánico en el Libro de los Jubileos (2-27-48)
He aquí el texto:
En esos días [del reino mesiánico] los niños comenzarán a examinar las
leyes y a estudiar los mandamientos, volviendo al camino de la justicia. Irán
multiplicándose y creciendo las vidas de esos hombres, generación tras
generación y día tras día, hasta que se acerquen sus vidas a los mil años y a
muchos años de muchos días. No habrá anciano ni quien se canse de vivir,
pues todos serán niños e infantes; pasarán todos sus días en salud y gozo, y
vivirán sin que haya ningún demonio ni mal destructor, pues todos sus días
serán de bendición y salud.
Entonces curará el Señor a sus siervos, que se alzarán y verán gran paz. Se
dispersarán sus enemigos, y los justos verán y darán gracias, regocijándose
por los siglos de los siglos viendo en el enemigo todo sus castigo y
maldición. Sus huesos descansarán en la tierra, su espíritu se alegrará
sobremanera, y sabrá que existe un Señor que cumple sentencia y otorga
clemencia a los centenares y miríadas que lo aman. Y tú, Moisés, escribe
estas palabras pues así está escrito y registrado en las tablas celestiales
como testimonio de perpetuas generaciones.
131
nietos –hijos de Jacob- Leví y Judá. Estas bendiciones justifican la idea –que
los lectores ya conocen- de que junto al mesías político habrá un sacerdote
que será el custodio de la recta interpretación de la Ley en el reino
mesiánico y el vigilante de su cumplimiento.
He aquí el texto:
Y a Judá le digo:
132
El reino mesiánico en el Libro de Henoc eslavo y en
los Oráculos Sibilinos (2-27-49)
Hoy escribe Antonio Piñero
Está tan arraigado en el mundo judío que el reino mesiánico tendrá lugar
sobre la tierra, y que estará tan lleno de bienes materiales, que cuando
describen teóricamente el nuevo paraíso (el “cielo” para los cristianos) lo
hacen del mismo modo, como el paraíso terrenal, lleno de frutos apetecibles
y de bienes materiales. POr tanto las descripciones del paraíso nos valen
también indirectamente para vislumbra las concepciones del reino
mesiánico.
He aquí el texto:
133
con voz incesante y canto agradable sirven al Señor todos los días. Y
exclamé:
- Este lugar, Henoc, está reservado a los justos que estén dispuestos a
soportar toda clase de calamidades en su vida y mortifiquen sus almas y
cierren sus ojos a la injusticia y hagan un juicio equitativo, dando pan al
hambriento, vistiendo al desnudo, levantando a los caídos y ayudando a los
huérfanos y ofendidos; a los que caminan sin mácula ante la faz del Señor y
a él sólo sirvan. A todos éstos está reservado este lugar como herencia
sempiterna.
Se trata de una falsificación cristiana –que en esto imitan a los judíos que lo
habían hecho antes- de en torno al siglo IV o posterior- de los famosos
Oráculos sibilinos, cuyos originales latinos se han perdido. En la primera
parte del texto que a continuación transcribo se trata de los momentos
angustiosos antes de la venida del reino mesiánico, y luego este reino, que
ocurrirá ciertamente en un tiempo indeterminado después del Diluvio.
A.
B.
134
Entonces creará Él la mente pura
de los hombres y restaurará tu raza como antes fue.
Ya nadie trazará profundo surco con curvo arado;
los bueyes no hundirán en la tierra el hierro enderezador;
ya no habrá sarmientos ni espigas, sino que todos a una
comerán con blancos dientes el maná cubierto de rocío.
Con ellos estará también Dios, que les enseñará,
igual que a mí, mísera. Pues ¡cuántas malas acciones cometí antes […].
¡Ojalá me lapidéis! ¡Sí, lapidadme todos!
Pagaré así mis culpas y pondré mis ojos fijos en el cielo.
135
La imagen del Mesías en el Apocalipsis de Baruc
(2-27-50)
136
cuando las naciones sean turbadas y llegue el tiempo de mi mesías, él
llamará a todas las naciones: a unos (los) dejará vivir y a otros (los) matará.
3 Esto sucederá a las naciones que serán salvadas por él. 4 Todo pueblo que
no haya explotado a Israel ni haya pisado la semilla de Jacob vivirá. 5 Y esto
es porque algunos de entre todas las naciones habían sido sometidos a tu
pueblo. 6 Todos aquellos que te han dominado o te han explotado serán
entregados a la espada.
40 1 “El último gobernante que entonces quede vivo, cuando sea destruido
su numeroso pueblo, será encadenado y subido al monte Sión. Mi mesías lo
reprenderá por todas sus iniquidades, reuniendo y poniendo ante él todas las
acciones de su gente. 2 Luego lo matará y protegerá al resto de mi pueblo
que se encuentre en el lugar que yo elegí. 3 Su autoridad permanecerá
eternamente hasta que se acabe el mundo corruptible y se cumplan los
tiempos predichos. 4 Ésta es tu visión y ésta es su interpretación”.
28,6: Si, por consiguiente, Señor, es verdad que va a suceder lo que me has
predicho que ocurrirá, si he hallado gracia a tus ojos, hazme saber también
lo siguiente: ¿eso sucederá sólo en un lugar o en una de las partes de la
tierra o va a ser agitada toda la tierra?
29 1 Respondió diciéndome:
- Toda la tierra se agitará entonces. 2 Por eso todos los seres vivos lo
notarán. En aquel tiempo protegeré tan sólo a los que se encuentren en esos
días en esta tierra. 3 Acaecerá que, tras cumplirse lo que debe suceder en
esas etapas, comenzará a manifestarse el mesías. 4 Behemot se manifestará
desde su lugar y Leviatán ascenderá desde el mar: los dos grandes cetáceos
que creé el quinto día de la creación y que reservé para ese tiempo.
Entonces servirán de alimento para todos los que queden 5 La tierra dará
también su fruto, diez mil por uno: en una vid habrá mil pámpanos, un
pámpano producirá mil racimos, un racimo dará mil uvas y una uva
producirá un k¿r de vino. 6 Los que desfallecían se regocijarán y también
verán prodigios todos los días. 7 Desde mi presencia saldrán vientos que
traerán cada mañana un aroma de frutos deliciosos, y al final del día nubes
que destilarán un rocío saludable 8 En aquel tiempo ocurrirá que descenderá
de nuevo desde el cielo el tesoro del maná y comerán de él durante esos
años, pues ellos son los que llegaron al final de los tiempos.
138
La imagen del otro mundo mesiánico en el
Apocalipsis de Abrahan (2-27-51)
Tema: concluimos hoy con la presentación de los textos que nos han
parecido más importantes sobre las concepciones de los judíos del siglo I
d.C. y alrededor acerca del mesianismo. Los textos que hoy presentamos
están tomados de la obra “Apócrifos del Antiguo Testamento”, Editorial
Cristiandad, vol. VI, Madrid 2009, pp. 99-102.
Dije:
Me dijo:
139
en el templo del celo. Todo lo que viste, será así.
Dije:
- ¡Oh, Eterno fuerte!, que pasen ahora las malas acciones cometidas en la
impiedad, pero (haz permanecer) con más razón a los justos que han
cumplido los mandamientos. Pues tu puedes hacerlo.
Me dijo:
- A causa de esto, por las cuatro generaciones que has visto, se suscitará mi
cólera y habrá retribución de sus obras por mi parte […].
Dije:
Respondió y dijo:
¿Qué es este ídolo? ¿Qué es este altar? ¿Quiénes son las víctimas? ¿Quién es
el sacrificador? ¿Qué es el templo tan hermoso que veo, el arte y la belleza
de tu Gloria, que está bajo tu trono?
Dijo:
- Oye, Abrahán, este templo, altar y belleza que has visto, es mi concepto
de la sacralidad de mi Nombre glorioso. En este templo se ubicará toda
oración humana y el advenimiento de todo monarca y profeta, y cualquier
sacrificio que ordenare ofrecerme entre mi pueblo que surgirá de tu raza.
Pero el ídolo que has visto, es mi ira contra aquellos que me encolerizarán y
que procederán del pueblo que (surgirá) de ti. El hombre que viste
sacrificando es el que me encoleriza. El sacrificio es el martirio de los que
son mi testimonio del juicio final desde el principio de la creación.
Dije:
- ¡Oh, Eterno fuerte!, ¿por qué has establecido que esto sea así? ¡Revoca,
pues, esta decisión!
Me dijo:
141
Dije:
Dijo:
En síntesis:
142
El mesianismo de Jesús según el episodio de la
entrada triunfal en Jerusalén (2-27-52)
Cierto que el Nazareno podía tener una idea de ese mesianismo un tanto
distinta -como luego veremos- a la usual, si es verdad que entró en
Jerusalén sentado en un pollino (Mt 21; Mc 11; Lc 19,28-38; Jn 12,12-19).
Con ello se ligaba Jesús expresamente, -que sabía su Biblia de memoria a la
concepción del profeta Zacarías tal como se leía ya en su tiempo (9,9:
“¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Jerusalén! He aquí
que viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno,
en un pollino, cría de asna”.) de un rey humilde que deja la venida del Reino
en manos de Dios.
“En el primer libro de los Reyes leemos que, poco antes de morir, el rey
David ordena a sus servidores que lleven a cabo las acciones necesarias
para asegurar el traspaso de poderes según sus deseos:
Y díjoles éste [David]: Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor
143
y montad a Salomón, mi hijo, sobre mi propia mula y bajadle a Gihón. Allí le
ungirá Sadoq con el profeta Natán, por rey sobre Israel. […] Bajaron y
montaron a Salomón sobre la mula del rey David y le condujeron a Gihón. El
sacerdote Sadoq tomó de la tienda el cuerno del óleo y ungió a Salomón.
Entonces hizo sonar el cuerno, y todo el mundo exclamó: “¡Viva el rey
Salomón!” Luego todas las gentes subieron tras él y las gentes tañían las
flautas y rebosaban en algazara tan grande que parecía que se desgarraba
la tierra en su vocerío (1 Re 1, 33-40).
La referencia no puede ser más clara. Jesús está declarándose rey de Israel
ante su pueblo, pues emplea el mismo procedimiento llevado a cabo por
Salomón y se identifica conscientemente con el "Rey" de la profecía de
Zacarías.
Pero no sólo eso. El acto de extender los mantos en el suelo al paso de Jesús
significa que los presentes responden actuando según otro textos
veterotestamentario relacionado con la unción de un rey, en concreto de
Jehú por parte de un profeta enviado por Eliseo.
Apresuráronse ellos a tomar cada uno su manto, los colocaron a sus pies
sobre los desnudos escalones e hicieron sonar el cuerno y exclamaron: ¡Jehú
es rey! (2 Re 9, 13).
Por nuestra parte, comentaremos éstas y otras ideas hasta poder responder
–de nuevo- con toda claridad a la pregunta si el mesianismo de Jesús
comportaba o no un carácter esencialmente divino (pues era un mesianismo
esencialmente distinto al judío de la época). Por ahora, todos los indicios
van apuntando hacia una respuesta negativa.
Seguiremos.
145
El Mesías como hijo de David (2-27-53)
A propósito de este texto ténganse en cuenta a la vez que los otros dos
Sinópticos –que escriben después de Marcos, y que lo utilizan y lo corrigen-
se esfuerzan por demostrar, por medio de genealogías que Jesús es hijo de
David.
Así Mt 1,6-16:
Igualmente Lc 3,23-38:
“ 23 Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era según se creía hijo
de José, hijo de Helí, 24 hijo de Mattat, hijo de Leví, hijo de Melkí, hijo de
Jannái […] 31 hijo de Meleá, hijo de Menná, hijo de Mattatá, hijo de Natán,
hijo de David, […] 38 hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.”;
Ahora bien, ¡ya sabemos por otras notas de esta qué significaba en el siglo I
en Palestina ser hijo de David! Una excelente explicitación del concepto lo
teníamos en el Targum palestinense a Gn 49,10-12. Lo hemos citado ya, y
sólo recordaremos algunas frases esenciales:
“Cuán hermoso es el Rey Mesía…ale a la guerra contra los enemigos […] Sus
vestidos están envueltos en sangre: se parece al que pisa racimos […]”
Seguiremos.
148
El Mesías como hijo de David desde el punto de
vista de Brandon y otros investigadores (2-27-54)
149
Esta tesis de Brandon (incoada en algunas publicaciones anteriores a las
citadas) fue durísimamente criticada por eruditos posteriores, en especial en
el libro de E. Bammel - C. F. D. Moule (eds.), Jesus and the Politics of his
Day/ “Jesús y la política de su tiempo”. Cambridge 1984, que es una especie
de Summa contra Brandon, en nuestra opinión no totalmente acertada.
150
• La purificación del templo (ib.) fue un ataque directo al satatus de la
aristocracia sacerdotal y su control del Templo, en connivencia con el poder
romano.
Seguiremos.
151
Afirmaciones del mesianismo de Jesús por vía
indirecta (2-27-55)
Otra razón por la cual, en estas cortas frases, dudan muchos intérpretes que
152
representen las palabras exactas de Jesús, es la siguiente: nunca antes se
había manifestado así, con tanta rotunda claridad, ni ante sus discípulos,
diciendo “yo soy el mesías”. Su estilo de manifestarse –aunque
hipotéticamente lo creyera en su fuero interno- era otro, mucho más
modesto.
Así, para Gonzalo Puente Ojea, Fe cristiana, Iglesia y poder, p. 35, el pasaje
de Mc 14,62 y paralelo puede ser una prueba de la admisión explícita de su
mesianidad por parte de Jesús ante el Sanedrín. Es posible -dice- aunque
este textos se halla trufado de añadidos y perspectivas secundarias, tardías,
ya cristianas.
Se puede admitir que Jesús empleara los vocablos "mesías" e "hijo del
hombre" en la comparecencia ante el Sanedrín, si se matiza que la hipótesis
de la existencia de una conciencia mesiánica tradicional en Jesús no excluye
el que luego ésta pudiera ser completada y remodelada por los Sinópticos.
En síntesis:
· y su respuesta a los que le piden un signo (del texto anterior: "Aquí hay
algo más que Jonás...y algo más que Salomón") indican una conciencia
superior a la de un predicador normal.
155
Igualmente otros pasajes como:
· Mt 13,16: los momentos de Jesús son los que desearon ver y oír tantos
justos;
Los discípulos de Jesús también lo creían así, que Jesús era el mesías, como
se puede deducir de la confesión de Pedro en Mc 8,27-29 y paralelos, como
hemos indicado ya. Recordemos el texto:
“27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y
por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los
hombres que soy yo?» 28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista;
otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.» 29 Y él les preguntaba: «Y
vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.»”
“14 Al ver la gente la señal que había realizado (la multiplicación de los
panes), decía: «Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al
mundo.» 15 Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la
fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo”.
156
Finalmente, la entrada mesiánica en Jerusalén, decidida por el propio Jesús
(Mc 11,1ss y par) sólo se explica en la perspectiva de un último envite para
urgir a Dios la irrupción providencial del ansiado Reino, después de la
inutilidad de la misión de los Doce de proclamar su pronta venida por todo
Israel. De ello hemos hablado ya en una nota anterior.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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157
El Mesianismo de los discípulos de Jesús (2-27-57)
31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser
reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado
y resucitar a los tres días. 32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole
aparte, Pedro, se puso a reprenderle.33 Pero él, volviéndose y mirando a
sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás!
porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.»
28 «Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas; :29
yo, por mi parte, dispongo un Reino para vosotros, como mi Padre lo
dispuso para mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi Reino y os
sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
159
Mt 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque
ellos serán saciados.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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160
Una segunda concepción mesiánica absolutamente
diferente y no judía (2-27-58)
161
la tierra pero no quiere ser reconocido como tal (“el secreto
mesiánico”) hasta después de "que resucitara de entre los muertos" (Mc
9,9), concepción muy difícilmente comprensible (en Jesús se encarna el
Logos, según la formulación del Evangelio de Juan, para cumplir una función
mesiánica, pero no desea ser reconocido como tal hasta que no exista sobre
la tierra).
Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo. 30 Este es por quien yo dije: Detrás de mí
viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que
yo. 31 Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea
manifestado a Israel.»
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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162
El mesianismo de Jesús correspondía a las
concepciones judías de la época (2-27-59)
163
inaudito en el judaísmo, cuya muerte vicaria y auténticamente expiatoria
habría de borrar los pecados del mundo, esta idea habría formado parte
tan esencial de su pensamiento que los discípulos habrían acabado
por entenderla.
"Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo
podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba
asombrada de su doctrina […] Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban
cómo prenderle con engaño y matarle.
Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo.»
y de Lucas:
“Y buscaban los sacerdotes y los escribas cómo acabar con él, pero temían al
pueblo” (Lc 22,2).
Por añadidura,
164
· la agonía en Getsemaní (véase Lc 22,39ss y paralelos),
· más la terrible expresión: "Por qué me has abandonado", dirigida por Jesús
a Dios en el momento cumbre de su muerte (Mt 27,46 = Mc 15,34; Lc
dulcifica la escena eliminando la queja),
· y la huída y desbandada general de los discípulos tras el fracaso de Jesús
Debemos concluir, por tanto, que tiene razón la mayoría de los intérpretes,
incluidos algunos notables católicos, cuando estima la segunda concepción
mesiánica –la de un mesías sufriente, cuyo sufrimiento es un plan divino y
cuya muerte es vicaria por toda la humanidad- como una
reconstrucción/reinterpretación del mesianismo de Jesús por parte
de la comunidad primitiva (representada por la tradición transmitida por
los evangelistas) a la nueva luz de la exégesis nueva de las profecías.
Esta reinterpretación del mesianismo de Jesús sólo se logró tras los eventos
de Pascua, es decir, la creencia de que Jesús había resucitado.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
165
El mesianismo implícito (2-27-60)
Es ésta un teoría muy en boga hoy día, pero creo que no es más que una
escapatoria dialéctica y apologética para huir de los argumentos
presentados en contrario, y que hemos intentado resumir.
Por otro lado, me parece inverosímil desde el punto de vista histórico que el
plan divino respecto al mesianismo de Jesús hubiese sido el que los
discípulos de éste y los judíos en general cayeran en un error invencible: el
mesianismo de Jesús era tan “implícito” que sólo los creyentes en la
resurrección de Jesús pueden comprenderlo... y a posteriori, ¡no en vida de
Jesús!
Tampoco encaja esta teoría con los argumentos desarrollados hasta ahora
en esta larga serie sobre la divinización de Jesús, que va concluyendo en
cada uno de sus apartados que Jesús no fue otra cosa que un judío piadoso,
que jamás se creyó ser algo más allá de un ser humano. Aunque
ciertamente un judío que en materias de ética y religiosidad pudo ser –y lo
fue- un auténtico impacto que rompió ciertos moldes éticos y de
comportamiento en general para su época. Pero de ahí a considerarse
divino, hay un abismo que -creo- Jesús nunca franqueó.
166
La “doctrina” del “mesianismo implícito” implica –lo hemos indicado- la
aceptación por parte de Jesús de que su muerte era vicario-
expiatoria por los pecados de todos los seres humanos. Me he
manifestado ya aquí, en este blog, que la idea de “muerte vicaria-expiatoria”
no es un concepto judío más que de un modo rudimentario y apenas
explícito (“siervo de Yahvé” en Isaías 40-53 y la noción de “mártir” en 2
Macabeos). Quedaría para toda una serie tratar a fondo este tema, pues es
una de las características del pensamiento greco-romano que han influido
poderosamente en la teología paulina). Lo haremos en el futuro.
Se opina, en el ámbito católico sobre todo, que quizás haya nacido la idea de
la muerte vicario-expiatoria en el mismo Nazareno (palabras de la institución
eucarística: 1 Cor 11,23-27 = Mc 14,22-25: "su sangre derramada por
muchos"); que Jesús pudo haber presentido su muerte violenta (Mc 11,15-
19.27-33), ya que tenía a la jerarquía judía y a los romanos en contra como
algo querido por Dios; Jesús, si había sentido su misión a tenor del texto de
Is 61 (cf. Lc 4,18ss), también podría haber interpretado su muerte según
Isaías 53 "siervo sufriente sde Yahvé"), lo que implica una muerte
expiatoria.
En realidad,
Pero todo esto son especulaciones teológicas que poco o nada tienen
que ver con el Jesús de la historia.
Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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168
El mesianismo de Jesus Resultado final (2-27-61)
Por último, y en unión con lo dicho en las postales anteriores, opino que esta
teoría del “mesianismo implícito” no es más que una variante de la teoría
más general del “secreto mesiánico”. Explico brevemente esta noción,
puesta de relieve desde 1901 por un famosísimo libro de Wilhem Wrede, Das
Messiasgeheimnis in den Evangelien. Zugleich ein Beitrag zum Verstandnis
des Markusevangeliums, Gotinga: “El secreto mesiánico en los
evangelios. Una aportación a la comprensión del Evangelio de
Marcos):
La fuertes ideas mesiánicas –que según Wrede, poco tenían que ver con
Jesús- de la comunidad primitiva, obligaron al evangelista a crear un lazo de
unión entre ambas perspectivas de Jesús (a saber, un Jesús maestro de
sabiduría / un Jesús mesías ante todo).
169
como un historiador objetivo, sino como un teólogo que escribe desde el
punto de vista de la fe.
170
Ni la religión de Jesús, ni su sentido de filiación respecto a Dios, ni
el título de Señor e hijo de Dios, ni su concepción del reino de
Dios nos han llevado a pensar que Jesús se considerara a sí mismo “hijo”
real y “óntico” de Dios.
171