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consumo interno y sistemas de información de mercados.

Las políticas promocionales también


deberán concentrarse en los caficultores e intentar divulgar información sobre los beneficios
ambientales del café y la utilización de prácticas óptimas.

Asociado al aspecto de mejoramiento de la competitividad se encuentra el mejoramiento de la


capacidad para enfrentar sacudidas en los precios. El uso de instrumentos de gestión de riesgos
puede reducir la incertidumbre con los precios y proteger a los caficultores contra las
perturbaciones negativas en los mismos. Esto puede mejorar el acceso al crédito y aumentar la
flexibilidad a la hora de tomar decisiones sobre comercialización.

Diseño de una estrategia de diversificación para caficultores no competitivos. El desarrollo de una


estrategia exitosa para la diversificación agrícola debe seguir un enfoque sistemático, que tome en
cuenta tanto condiciones agrícolas como comerciales, así como problemas ambientales y sociales.
Los factores a considerarse deberán incluir servicios de apoyo agrícola confiables; investigación y
extensión para la producción, comercialización y promoción; crédito; infraestructura; asistencia
técnica y capacitación en administración empresarial y gestión de riesgos; e inteligencia y
regulación del mercado. A pesar de que algunos caficultores no serían competitivos, es importante
que los gobiernos resistan la tentación de seleccionar ganadores o perdedores. Las condiciones
propicias para la diversificación son, en muchas circunstancias, similares a aquellas necesarias para
fomentar una mayor competitividad; y ambas exigen de una estrategia amplia de desarrollo rural
sostenible.

Tratamiento de la problemática social. La vulnerabilidad social también deberá reducirse, tanto a


corto como a largo plazo. A fin de ayudar a los caficultores, a los trabajadores y a sus familias, es
necesario contar con una mejor atención social (en particular, acciones a corto plazo como
medidas de protección social y redes de seguridad alimentaria). Para proteger a los pequeños
caficultores, que son vulnerables a las variaciones en los precios, es necesario desarrollar y
adoptar mecanismos de cobertura de riesgos en los precios y otros instrumentos similares. Es
importante realizar más investigaciones para evaluar los efectos de la crisis del café sobre los
ingresos y el consumo de productores y trabajadores, así como sobre los agentes económicos
directa e indirectamente relacionados con el sector cafetalero. Estas investigaciones cuantificarían
los efectos y ayudarían a identificar estrategias adecuadas, grupos meta e instrumentos para
ejecutar programas de protección social orientados a enfrentar la crisis.

Mayor conocimiento ambiental en la producción de café. Finalmente, una estrategia sostenible


para el sector cafetalero debe proteger el ambiente. Un acertado manejo ambiental puede
contribuir a mejorar la calidad, la productividad, la viabilidad económica, la competitividad y la
sostenibilidad de las explotaciones cafetaleras. Además, puede ayudar a mantener la
productividad de la tierra y ofrece oportunidades de mercado con valor agregado (como cafés
especiales y servicios ambientales). Las estrategias adoptadas deben trabajar con los programas
ambientales, explorando las posibles externalidades positivas entre la sostenibilidad ambiental y
las acciones tendientes a promover el mejoramiento de la calidad y la diversificación. Como
mínimo, cualquier estrategia que se ponga en práctica para mejorar la calidad del café y fomentar
la diversificación no deberá tener efectos negativos en el ambiente, especialmente en cuanto a la
biodiversidad y al uso del agua. De igual forma, deberán considerarse los efectos sociales de
cualquier estrategia. Crear asociaciones activas con las ONG, así como trabajar con centros de
investigación y de extensión que cuenten con capacidad y experiencia en gestión ambiental,
ayudará a alcanzar estos fines.

Aspectos institucionales. Las instituciones públicas y privadas que trabajan en el sector cafetalero
en Centroamérica pueden jugar un papel clave promoviendo la competitividad del sector. Un
primer paso fundamental será que el país defina su estrategia cafetalera para responder a los
nuevos desafíos y cambios en el mercado mundial del café. Las medidas adoptadas deberán ser
coordinadas y reflejar una mezcla de prioridades sociales, capacidad económica y decisión política.
Estos elementos deberán encauzarse hacia programas de más largo plazo, pero esto también
podría arrojar resultados tangibles en el corto plazo.

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