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Médula espinal,

configuración externa del


tronco del encéfalo y del
telencéfalo

Primera Cátedra de Anatomía


Facultad de Medicina
Universidad de Buenos Aires
- Primera cátedra de Anatomía - MÉDULA ESPINAL, CONFIGURACIÓN
- Facultad de Medicina - EXTERNA DEL TRONCO DEL ENCÉFALO Y
- UBA - TELENCÉFALO

MÉDULA ESPINAL

La médula espinal junto con el encéfalo, forman al sistema nervioso central (SNC). La misma se ubica en
la porción más caudal del SNC, y se halla dentro del conducto medular. Su forma es de cilindro aplanado
sobre el eje anteroposterior y termina en forma de cono hacia inferior. Presenta dos ensanchamientos
(intumescencias), uno ubicado en los segmentos cervicales y el otro en los segmentos lumbares. A su vez,
presenta curvaturas que siguen a las lordosis y cifosis formadas por la columna vertebral. Ocupa 2/3 del
conducto vertebral en los adultos. La médula espinal tiene su origen en la decusación motora (estructura
que limita a la médula espinal de la médula oblongada), y finaliza a nivel de L1-L2 con el cono medular.
La médula espinal tiene varias funciones, las cuales son:
• Transmitir la información sensitiva primaria de las fibras
sensitivas somáticas y fibras sensitivas viscerales hacia los
centros superiores del neuroeje;
• Transmitir la información motora del cerebro a los músculos
estriados y a las fibras musculares lisas, musculo estriado
cardíaco y epitelios glandulares;
• Funcionar como centro integrador de reflejos;
• Servir de camino para fibras descendentes que van a influir
en la actividad de neuronas medulares.

Situación, límites y relaciones


Al encontrarse dentro del conducto medular, sus relaciones son:

• Hacia anterior, los cuerpos vertebrales, los discos


fibrocartilaginosos que los unen y el ligamento longitudinal
posterior;
• Hacia posterior, las láminas vertebrales, las apófisis
espinosas y los ligamentos amarillos;

FIGURA - 1
• Hacia los laterales, los pedículos vertebrales, forámenes
intervertebrales y los macizos apofisarios;
• Hacia superior, se continúa con otra parte del sistema
nervioso central, la médula oblongada [bulbo raquídeo] del
tronco del encéfalo. Las divide el plano horizontal que
coincide con la decusación motora de la médula oblongada.
Otro punto de referencia macroscópico es el foramen
magno del hueso occipital.
• Hacia inferior, termina entre la primera y segunda vértebra
lumbar. Como se mencionó antes, la porción más inferior de
la médula es el cono medular; Este último se prolonga hacia
la base del coxis por medio de un vestigio embrionario
llamado filum terminale.
• A la altura del atlas, sus relaciones son distintas: hacia
anterior encontramos el ligamento transverso y el diente del
axis, hacia los laterales están las masas laterales y hacia Vista anterior del neuroeje con el encéfalo
posterior, el arco posterior. hacia arriba y la médula espinal hacia abajo.
• La médula espinal está separada de las paredes óseas por Se preservó el hueso sacro hacia inferior.
meninges, tejido adiposo y plexos venosos vertebrales.

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Configuración externa
La médula espinal posee 4 caras: una anterior, dos laterales y una posterior. A su vez, tiene seis surcos
que la recorren de forma longitudinal, tres de ellos son anteriores y tres posteriores. En la cara anterior,
sobre la línea media se encuentra el surco que forma la fisura media anterior. A ambos lados de esta fisura
se encuentran los surcos anterolaterales, de los cuales van a emerger las raíces anteriores de los nervios
espinales. En la cara posterior, se observa el surco medio posterior y a ambos lados del mismo los surcos
posterolaterales, en los cuales van a penetrar las raíces posteriores de los nervios espinales. Estas raíces
anteriores y posteriores se unen a cada lado para formar los nervios espinales [raquídeos], dando un total
de 31 pares.

Configuración interna
En la médula espinal la sustancia gris se dispone de forma central y la sustancia blanca de forma periférica.
La sustancia blanca, se organiza en cuatro cordones delimitados por surcos y estos, a su vez, se
componen por haces individuales. Estos haces, se denominan de forma compuesta en base a su estructura
de origen y de terminación. Si empiezan en una estructura y terminan en otra de situación superior a la
anterior, son haces ascendentes, que generalmente tienen una función sensitiva, como por ejemplo el haz
espino-talámico anterior. Por lo contrario, si su estructura final es inferior al origen, son haces
descendentes, que generalmente se asocian a funciones motoras, como por ejemplo el haz cortico-espinal
lateral. (ver figura 2).

FIGURA - 2

Corte axial de una vértebra, con la médula espinal en su interior

• Entre el surco medio anterior y las raíces anteriores de los nervios espinales está el cordón anterior
de la médula.

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• El cordón lateral está ubicado entre los surcos posterolateral y anterolateral.


• Por último, el cordón posterior está situado entre el surco medio posterior y los surcos
posterolaterales.

La sustancia gris está dispuesta en forma de “H”, con dos astas anteriores y dos posteriores unidas por
una zona intermedia que a su vez se ubica alrededor del conducto central de la médula. A grandes rasgos,
las astas posteriores de la médula espinal tienen una función sensitiva y las anteriores, motora.

En base a su citoarquitectura, la sustancia gris medular se divide en láminas numeradas de la “I” a la “X”.
En el asta posterior se encuentran las láminas I a la VI. La lámina VII se ubica en la zona intermedia, y
alberga a los núcleos torácico posterior e intermedio lateral. Las áreas VIII y IX contienen grandes
motoneuronas, con axones que inervan a los músculos esqueléticos.

Organización de la médula espinal


Cada segmento medular transversal del cual emergen las raíces de
un par de nervios espinales (derecho e izquierdo) se conoce como
mielómero. Esta organización segmentaria en forma de
metámeras superpuestas se correlaciona con los segmentos de
territorios periféricos inervados por cada par de nervios espinales.

El conducto medular se extiende más allá del cono medular (la


terminación caudal de la médula espinal), por lo tanto, los nervios
espinales que derivan de las últimas metámeras (L2 a S5) se
prolongan en su interior formando la cola de caballo.

El área cutánea que es inervada por las fibras sensitivas de un


nervio espinal es llamada dermatoma. Cada dermatoma se
superpone parcialmente en sus márgenes con el de los
dermatomas vecinos.

Los territorios de los dermatomas no deben confundirse con los

FIGURA - 3
territorios de inervación cutánea de los nervios periféricos, ya que
un nervio puede contener fibras de más de una raíz espinal. Este
tipo de inervación está dada por las raíces sensitivas provenientes
de los distintos plexos (cervical, braquial, lumbar y sacro), y de las
raíces sensitivas de algunos pares craneanos, como el nervio
trigémino.

Esta particularidad de la inervación cutánea puede ser útil para


diferenciar, ante una patología que comprometa la sensibilidad de
la piel, si la lesión se encuentra a nivel de la médula o de un nervio
periférico. Una lesión medular se expresará clínicamente como un
déficit sensitivo del dermatoma involucrado, en cambio, una lesión
de un nervio periférico se limita al área donde se distribuye el
mismo.

En resumen: Un dermatoma es un sector de piel inervado por un


nervio espinal, mientras que un territorio cutáneo periférico es un Vista anterior de la médula espinal. 1)
sector de piel inervada por un nervio cutáneo. Duramadre; 2) aracnoides; 3) cola de caballo;
4) cono medular; 5) filum terminale.

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Topografía vertebromedular y vertebrorradicular


Las raíces nerviosas y el nervio espinal que ellas forman no siempre se encuentran a la misma altura; existe
un desnivel entre metámeras medulares y cuerpos vertebrales. Esto se debe a que las metámeras que
componen la médula espinal del adulto no comparten la misma dimensión que las vértebras en toda su
longitud. Para una rápida ubicación de las metámeras, se estableció la topografía vertebromedular, la
cual establece la relación entre las apófisis espinosas de una vértebra y el segmento medular que se
encuentra a ese nivel.

C1-C6 Se mantiene la correlación.


Sumar 1 (es decir, que la apófisis espinosa de C6, se
C7
corresponde con el segmento medular C7)
T1-T6 Sumar 2.
T7-T9 Sumar 3.
T10-T12 Segmentos L1 a L4.
T12-L1 Segmentos L5 a S2 (epicono)
L1-L2 Segmentos S3 a S5 y Coxígeo.

La existencia de 8 metámeras cervicales en comparación a las 7 vértebras cervicales existentes genera un


desfasaje en la emergencia de los nervios espinales a través del foramen intervertebral. Esto significa que
los nervios espinales de C1 a C7 emergen superior a la vértebra correspondiente, mientras que C8 lo hace
por debajo de la vértebra C7. Esta situación se refleja en el resto de la salida de los nervios espinales, que
lo hacen por debajo de su vértebra correspondiente.Irrigación de la médula espinal

Irrigación de la médula espinal


La irrigación de la médula espinal proviene de las arterias espinales anteriores y posteriores, las
arterias segmentarias y la arteria radicular mayor [de Adamkiewicz].

▪ Espinal Anterior: Se forma de la anastomosis de las arterias vertebrales y desciende por el surco
medio anterior de la médula espinal.
▪ Espinal Posterior: Nace de las arterias cerebelosas posteroinferiores y descienden por la cara
posterior de la médula espinal. Pequeñas y rudimentarias al llegar a la región torácica.
▪ Segmentarias: Provienen de las arterias vertebrales a nivel cervical, de las intercostales en el tórax
y de las arterias lumbares y sacras en la porción más caudal del raquis. Cada una de ellas emite
ramas espinales que ingresan por los agujeros intervertebrales al conducto medular, y se dividen
en arterias radiculares anterior y posterior, y arterias medulares anterior y posterior.
▪ Ambas arterias espinales (anterior y posterior) proporcionan ramos terminales que se anastomosan
con las ramas medulares de las arterias segmentarias para formar una red arterial, llamada “corona
vascular”
▪ Radicular mayor [de Adamkiewicz]: Tiene origen variable un 60% de los casos en una de las
últimas arterias intercostales torácicas o una de las primeras intercostales lumbares, entre T9 y T12.
Brinda una importante irrigación a la médula espinal en su ensanchamiento lumbar.

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Meninges espinales
Las meninges son una serie de membranas que contienen y
protegen al sistema nervioso central. Estas envolturas se
distribuyen en tres capas tanto a nivel craneal como espinal; de
superficial a profundo: la duramadre, aracnoides y piamadre.

A nivel espinal, su función consiste en sostener y proteger tanto


a la médula como a las raíces nerviosas espinales, incluyendo
2 a la cola de caballo. Además, contiene el líquido cerebroespinal
que se encuentra en el espacio subaracnoideo dispuesto entre
la aracnoides y la piamadre.
FIGURA - 4

La duramadre espinal es un tejido fibroso y resistente, que


corresponde únicamente a la capa meníngea que desciende
1 desde el cráneo formando el saco dural espinal. La forma es
tubular y se encuentra dentro del conducto vertebral. Está
separada del periostio óseo y ligamentos por el espacio
epidural. Se une lateralmente a los forámenes intervertebrales
por las vainas radiculares o durales, siguiendo las raíces de los
nervios raquídeos. Por otro lado, su superficie interna se
relaciona íntimamente con la aracnoides. También, da
inserción a los ligamentos dentados entre las raíces anteriores
y posteriores de los nervios espinales.

La extremidad superior de la duramadre se fija a la cara


posterior del cuerpo del axis y alrededor del foramen magno.
Vista anterior de la médula espinal. 1) Duramadre La extremidad inferior tiene una forma de embudo que se va
y aracnoides; 2) espacio subaracnoideo; 3) angostando progresivamente y se corresponde al conducto
ligamento dentado; 4) raíz anterior.
sacro.

La irrigación de esta envoltura es dada por ramas arteriales radiculares. El drenaje venoso se da a través
plexos venosos intrarraquídeos que se anastomosan con los extrarraquídeos en el espacio epidural. La
inervación está a cargo de nervios meníngeos recurrentes.

El espacio epidural se ubica desde el foramen magno del cráneo hasta el hiato sacro, donde queda sellado
por el ligamento sacrococcígeo. Este espacio separa la médula espinal y sus envolturas del conducto
vertebral; está ocupado por el plexo venoso vertebral interno, inmerso en una masa de tejido adiposo
epidural.

La aracnoides no está unida a la duramadre, pero se mantiene contra su superficie interna por la presión
del líquido cerebroespinal. Entre la duramadre y la aracnoides se localiza el espacio subdural, que es
virtual.

La aracnoides y la piamadre forman la leptomeninge. Entre estas se encuentra el espacio


subaracnoideo, tabicado por las trabéculas aracnoideas. Contiene líquido cerebroespinal, arterias
radiculares, segmentarias, medulares y espinales con las venas que las acompañan. En el extremo inferior,
este espacio presenta una dilatación llamada cisterna lumbar, ubicada por debajo del cono medular entre
la segunda vértebra lumbar y la segunda vertebra sacra. La cisterna lumbar es el principal sitio de
extracción de líquido cerebroespinal a través de la punción lumbar.

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Finalmente, se sitúa la piamadre, una capa delgada y transparente que se adhiere íntimamente a la médula
espinal. Las dependencias de la piamadre, junto con la prolongación de la médula oblongada son los
principales medios de fijación de la médula espinal. Estas dependencias son:

• El filum terminal interno hacia caudal que se fija al extremo caudal del fondo de saco meníngeo y
de aquí se une al cóccix por el filum terminal externo o ligamento coccígeo;
• Los ligamentos dentados derechos e izquierdos; estos se insertan a los lados entre las raíces
nerviosas anteriores y posteriores y hacia atrás, como septum posterior, siendo un total de 20 a 22
pares de ligamentos.

Aplicación clínica: Punción Lumbar

La punción lumbar es un procedimiento para extraer


líquido cerebroespinal de la cisterna lumbar. III
2 1
Un punto de reparo para hacer la punción son las
crestas ilíacas, que se relacionan a la apófisis espinosa IV
de la vértebra L4. La punción se hace a la altura del
espacio entre L3-L5 por que se encuentra la cola de 3
caballo evitando el riesgo de lesionar la médula. V
VI
La punta de la aguja atraviesa piel y tejido subcutáneo,
ligamento interespinoso o ligamento amarillo (suele
hacer un chasquido), espacio epidural, la duramadre y VII
la aracnoides. Luego de esto ingresa al espacio VIII 4
subaracnoideo para extraer el líquido cerebroespinal.
IX
Previo a la realización de una punción lumbar, deben X 5
6

FIGURA - 5
tomarse ciertos recaudos. Entre ellos, el más
importantes es el de asegurarse que el paciente no XII
presente riesgo de enclavamiento por hipertensión XI
intracraneal al momento de realizarse la punción, 7
evitando el riesgo de consecuencias graves y
posiblemente la muerte del paciente.
8

TRONCO DEL ENCÉFALO

El tronco del encéfalo es una estructura del sistema


nervioso central, específicamente del encéfalo. Se
compone, desde rostral a caudal de: el mesencéfalo,
el puente [protuberancia] y la médula oblongada
[bulbo raquídeo]. Con respecto a su situación y
relaciones, está contenido dentro de la fosa posterior de Vista ventral de tronco del encéfalo. 1) Pie peduncular; 2)
la cavidad craneana, en relación estrecha con el clivus fosa interpeduncular; 3) puente; 4) agujero ciego; 5)
del hueso occipital. Se localiza rostral a la médula pirámide bulbar; 6) oliva; 7) surco medio ventral; 8)
espinal, caudal al diencéfalo y ventral al cerebelo. decusación motora. En números romanos: los orígenes
El cerebelo se une al tronco del encéfalo por medio aparentes de los pares craneales. Imagen extraida de
de tres pares de estructuras nerviosas denominadas Nolte J. The human brain in photographs and diagrams.
2013.

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pedúnculos cerebelosos. Los pedúnculos inferiores, medios y superiores conectan al cerebelo con el
bulbo, el puente y el mesencéfalo, respectivamente.

Cara ventral del tronco del encéfalo

La cara ventral del mesencéfalo presenta a cada lado


una gran columna de fibras denominada pedúnculo
cerebral. Estos se encuentran separados en la línea 18
media por la fosa interpeduncular. El límite rostral del 17
mesencéfalo, está marcado por el borde caudal de los 15
16
tubérculos mamilares; su límite caudal, corresponde a
la zona donde los pedúnculos entran en la porción 14
basilar del puente, denominada surco 13
pontomesencefálico. IV

La cara ventral del puente o porción basilar del


puente, presenta un sistema de fibras transversales
que llegan al cerebelo a través del pedúnculo
cerebeloso medio contralateral. El origen aparente del
nervio trigémino marca la transición entre la porción 12
basilar del puente y el pedúnculo cerebeloso medio. 11
6
5
El límite entre el puente y la médula oblongada se hace 10

FIGURA - 6
evidente a través del surco bulbopontino. Sobre este 7
8
se describen, de medial a lateral: el agujero ciego, el
origen aparente del nervio abducens (NC VI), la fosita 9
supraolivar, donde se encuentra el origen aparente del
nervio facial (NC VII), medialmente está el ramo motor
3 4
y, lateralmente, el nervio intermedio. Posteriormente y
en el mismo surco se encuentra el origen del nervio
vestíbulococlear (NC VIII).
2
A nivel de la médula oblongada, la fisura o surco
medio anterior separa dos columnas prominentes 1
denominadas pirámides de la médula oblongada
[pirámides bulbares]. Rostral y lateral a las pirámides,
se encuentra la oliva, que se corresponde con el
complejo olivar inferior. Entre la pirámide y la oliva se
encuentra el surco preolivar, origen aparente del Vista dorsal del tronco del encéfalo. 1) fascículo cuneiforme;
nervio hipogloso (NC XII). Por detrás de la oliva se 2) fascículo grácil; 3) tubérculo cuneiforme; 4) tubérculo
describe el surco retrolivar, origen aparente de los grácil; 5) surco limitante; 6) colículo facial; 7) área
nervios glosofaríngeo (IX), vago (X) y accesorio (XI). vestibular; 8) trígono hipogloso; 9) trígono vagal; 10)
El límite caudal de la médula oblongada es la pedúnculo cerebeloso inferior; 11) pedúnculo cerebeloso
decusación motora (del 80% de las fibras medio; 12) pedúnculo cerebeloso superior; 13) colículo
corticoespinales). inferior; 14) brazo del colículo inferior; 15) cuerpo
geniculado medial; 16) colículo superior; 17) brazo del
colículo superior; 18) pulvinar. Imagen extraida de Nolte J.
The human brain in photographs and diagrams. 2013.

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Cara dorsal del tronco del encéfalo

La superficie dorsal del mesencéfalo se caracteriza por cuatro elevaciones que se denominan en conjunto
tubérculos cuadrigéminos. Las dos elevaciones rostrales son los colículos superiores, y las dos
caudales los colículos inferiores. Inmediatamente caudal a los colículos inferiores se encuentra el origen
aparente del nervio troclear, el cual marca la unión ponto-mesencefálica en la superficie posterior del
tronco del encéfalo. El colículo inferior está conectado al cuerpo geniculado medial del diencéfalo por el
brazo del colículo inferior. El brazo del colículo superior se extiende desde el tracto óptico al colículo
superior.
La cara posterior de la médula oblongada y el puente circunscriben el suelo del cuatro ventrículo. Este,
debido a su forma y disposición, es definido como fosa romboidea.
La fosa romboidea se divide en dos mitades por el surco medio posterior. Cada mitad, a su vez, se
subdivide por el surco limitante. Existen dos pequeñas depresiones a lo largo del surco limitante: la fóvea
superior, que se sitúa inmediatamente lateral al colículo facial; y la fóvea inferior, que se encuentra lateral
a los trígonos vagal e hipogloso. Las estrías medulares son una serie de haces transversales que
discurren desde la línea media hacia el receso lateral. Estas fibras coinciden la unión pontobulbar a nivel
del suelo del cuarto ventrículo. Las elevaciones del suelo del cuarto ventrículo indican la posición de los
núcleos de los nervios craneales subyacentes y de fibras asociadas. Medial al surco limitante, por debajo
de las estrías medulares, se hallan los trígonos del hipogloso y del vago. Por encima de las estrías
medulares, el colículo facial marca la localización del núcleo abducens subyacente a la rodilla interna del
nervio facial. Lateral al surco limitante, a nivel del bulbo y del puente caudal, se describe el área vestibular
que marca la localización de los núcleos vestibulares.

En la cara dorsal de la médula oblongada, la línea media está marcada por un surco medio posterior,
que se continúa con el de la medula espinal. En la porción caudal de la médula oblongada, se encuentran
los tubérculos grácil y cuneiforme, que se corresponden a los núcleos homónimos.

IV ventrículo
Es la cavidad ventricular del rombencéfalo, que por su extremo caudal se continua con en canal central de
la medula espinal y por su extremo cefálico con el acueducto cerebral y, por medio de este, con el tercer
ventrículo.
El IV ventrículo posee una pared anterior, una pared posterior, cuatro bordes y cuatro ángulos.
• La pared anterior es la fosa romboidea, que ya fue descripta con la cara dorsal del tronco del
encéfalo.
• La pared posterior o techo del IV ventrículo se divide en tres partes: una parte superior, el velo
medular superior, una media, que se corresponde a la língula y nódulo del cerebelo, y una inferior,
el velo medular inferior adherido a la tela coroidea. En la parte media de la porción inferior se
encuentra la abertura mediana, que lo comunica con el espacio subaracnoideo.
• A nivel del ángulo inferior se encuentra el óbex, y a través de la abertura que genera, se comunica
con el conducto central de la médula oblongada.
• Su ángulo superior se continúa con el acueducto mesencefálico.
• Por último, sus ángulos laterales corresponden a las aberturas laterales.

La presencia de estas aberturas permite que el líquido se dirija hacia los espacios subaracnoideos,
rodeando al sistema nervioso para protegerlo contra golpes, mantener temperatura, distribuir nutrientes,
entre otras funciones.

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TELENCÉFALO
El telencéfalo es la parte más extensa del encéfalo humano y constituye, aproximadamente, el 85% del
peso encefálico total. El mismo consta de dos grandes hemisferios separados entre sí por una fisura
longitudinal cerebral.

Hemisferios cerebrales

Cada hemisferio cerebral tiene una forma ovoide, con su eje mayor en dirección anteroposterior. Su
extremo posterior es más ancho que el anterior. Estos están separados del mesencéfalo por la fisura
transversa cerebral. Cada hemisferio presenta tres caras: superolateral, medial e inferior. Dentro del
parénquima cerebral se encuentran surcos que limitan los giros [circunvoluciones]. Algunos surcos son
más profundos y se denominan surcos interlobares o fisuras; estos surcos interlobares dividen cada
hemisferio cerebral en seis lóbulos; frontal, parietal, occipital, temporal, límbico y el lóbulo de la
ínsula. A continuación, se describen las distintas caras de los hemisferios y los lóbulos visibles en cada
una.

FIGURA - 7

Vista lateral del hemisferio cerebral derecho donde se removió la sustancia gris de la corteza

CARA SUPEROLATERAL (ver figura 8)

La cara superlateral esta moldeada sobre la cara interna de la calvaria. En esta cara encontramos los
siguientes surcos interlobares: el surco central, el surco lateral y el surco parietooccipital; los lóbulos que
separan son: el frontal, el parietal, el occipital y el temporal.

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El surco central [cisura de Rolando] conforma los límites posterior y anterior de los lóbulos frontal y parietal,
respectivamente; está ubicado entre los giros precentral y poscentral. Se identifica por llegar hasta la fisura
longitudinal cerebral y por presentar por delante y por detrás dos giros sin interrupciones. Por otro lado, no
entra en contacto con el surco lateral por estar separado de este por el giro puente.
El surco lateral [cisura silviana] está entre los lóbulos frontal, parietal y temporal. Se origina en la cara
inferior del cerebro, en la porción lateral de la sustancia perforada anterior, continua en dirección
superolateral para llegar a la cara superolateral del hemisferio. A nivel del giro frontal inferior da un surco
anterior corto y un surco ascendente corto, ambos en dirección superior. Termina en un surco posterior que
se extiende a nivel del giro supramarginal.
En la cara superloteral también se puede encontrar la porción terminal del surco parieto-occipital, que
separa el lóbulo parietal del lóbulo occipital.
A nivel del borde inferolateral del hemisferio cerebral encontramos la incisura preoccipital, que forma el
límite entre los lóbulos temporal y occipital.

FIGURA - 8

Vista superior de los hemisferios cerebrales

LOBULO FRONTAL:
Se extiende desde el polo frontal hasta el surco central, que lo separa del lóbulo parietal, mientras que el
surco lateral lo separa inferiormente del lóbulo temporal. Presenta los siguientes surcos: frontal superior,
frontal inferior y precentral.
Los surcos frontales superior e inferior dividen el lóbulo frontal en tres giros: giro frontal superior, medio e
inferior.
El giro frontal inferior está dividido por los surcos que se desprenden del surco lateral en tres porciones de
rostral a caudal: orbitaria, triangular y opercular. La porción triangular corresponde a la región central del
área motora del habla [área de broca].

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El giro frontal medio se encuentra entre los surcos frontal superior e inferior. Por encima del surco frontal
superior encontramos el giro frontal superior. El surco precentral corre por delante y paralelo al surco
central. Entre estos dos surcos se halla el giro precentral, área motora primaria.

LOBULO PARIETAL:
Está limitado anteriormente por el surco central y posteriormente por el surco parietoccipital; su límite con
el lóbulo temporal es una línea imaginaria, que va desde el extremo caudal del surco lateral hasta chocarse
en forma perpendicular con otra línea imaginaria que pase entre la incisura preoccipital y el surco parieto-
occipital (ver figura 8). El lóbulo parietal presenta los siguientes surcos: poscentral e intraparietal. El surco
poscentral está posterior y paralelo al surco central. Entre estos dos surcos está el giro poscentral, principal
área sensitiva. El surco intraparietal, inconstante, separa el lóbulo parietal en un lóbulo parietal superior y
otro inferior. El giro supramarginal es el giro que rodea al ramo posterior del surco lateral.

LOBULO OCCIPITAL:
Esta separado parcialmente del lóbulo parietal mediante el surco parietoccipital, y del lóbulo temporal
mediante la incisura preoccipital; su límite es una línea imaginaria que pasa entre estos dos puntos. Su
extremo posterior corresponde al polo occipital. Encontramos dos surcos: el surco semilunar y el surco
occipital transverso. El surco semilunar es inconstante y forma el límite rostral de la corteza visual primaria.
El surco occipital transverso es la continuación del surco intraparietal. La disposición de los surcos del
lóbulo occipital es variable, por lo que no se puede determinar un número concreto de giros.

LOBULO TEMPORAL:
Está limitado en dirección dorsal por el surco lateral. El extremo anterior del lóbulo temporal corresponde
al polo temporal. En la cara superolateral del hemisferio cerebral podemos ver el lóbulo temporal presenta
un surco temporal superior y un surco temporal inferior dividiendo al lóbulo en giros temporal superior,
medio e inferior. A nivel del piso del ramo posterior del surco lateral encontramos los giros temporales
transversos anterior y posterior, que forman parte del área de la percepción auditiva [área de Wernicke].

LOBULO DE LA INSULA:
Es la porción de la corteza cerebral ubicada a nivel de la fosa cerebral lateral cubierta por los lóbulos frontal,
parietal y temporal. La ínsula por lo tanto es un lóbulo profundo de forma triangular, cuya base es superior
y cuyo vértice está orientado en dirección inferior.
A nivel del vértice se encuentra el limen de la ínsula, que corresponde al punto de unión de la ínsula con la
sustancia perforada anterior. El limen de la ínsula está cubierto por la arteria cerebral media. El surco que
rodea a la ínsula es el surco circular de la ínsula. Encontramos giros largos y cortos de la ínsula que están
separados entre sí por el surco central de la ínsula.

CARA MEDIAL (ver figura 9)

La cara medial del hemisferio cerebral es plana y está estructurada alrededor del cuerpo calloso, del cual
está separado por el surco del cuerpo calloso.
Presenta un borde superior de convexidad superior y un borde inferior que está interrumpido por las fibras
interhemisféricas. En esta cara se encuentra los siguientes surcos interlobares: el surco del cuerpo calloso,
el surco del cíngulo, el surco subparietal, el surco parietoccipital, el surco colateral y el surco central.
El surco del cuerpo calloso separa al cuerpo calloso del giro del cíngulo, rodeando la porción superior del
cuerpo calloso.

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El surco del cíngulo [cisura callasomarginal] se origina por debajo de la rodilla del cuerpo calloso y recorre
la cara medial paralelo al cuerpo calloso, ubicándose entre el giro del cíngulo y el giro frontal medial.
Presenta en su porción caudal a un ramo marginal ascendente, y su prolongación pasa a conformar el
surco subparietal.
En la porción caudal encontramos a el surco parietoccipital que separa el lóbulo occipital del lóbulo parietal.
El surco central es la continuación medial del surco central de la cara anterolateral.

FIGURA - 9

Vista medial del encéfalo

LOBULO FRONTAL
Se extiende desde el polo frontal hasta el surco central. En esta cara encontramos el giro frontal medial,
entre el borde superior de la cara medial y el surco del cíngulo. El surco precentral de la cara superolateral
del telencéfalo, se continúa medialmente como surco paracentral. Entre este surco y el central,
encontramos al giro paracentral anterior, que tiene continuidad con el giro precentral de la cara
superolateral.

LOBULO PARIETAL
Está delimitado a nivel de la cara medial por el surco central en dirección anterior, y el surco parietoccipital
en dirección posterior. Como continuación de los giros precentral y poscentral encontramos a los giros
paracentral anterior (descripto anteriormente) y paracentral posterior respectivamente, formando al lobulillo
paracentral. Caudal al mismo se encuentra la precuña, limitada entre el surco del cíngulo y el surco
parietoccipital.

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LOBULO OCCIPITAL
Se encuentra delimitado entre el surco parieto-occipial, el surco calcarino y una línea imaginaria que pasa
entre el extremo anterior del surco calcarino y la incisura preoccipital. A ambos lados del surco calcarino
está ubicada el área visual primaria. Entre los surcos calcarino y parietoccipital encontramos a la cuña, y
por debajo de esta, a la língula.

LOBULO LIMBICO
Está formado por estructuras que se extienden continuamente por la superficie medial del hemisferio
cerebral. Sus componentes son: el área subcallosa, el giro del cíngulo, el istmo del giro del cíngulo y
el giro parhipocampal, el uncus.

Area subcallosa: es un área pequeña y triangular, ubicada ventral al extremo rostral del giro del cíngulo.
Se continúa por debajo con el trígono olfatorio.
Giro del cíngulo: contornea el dorso del cuerpo calloso. Presenta un estrechamiento a nivel de su
transición con el giro parahipocampal, que se denomina istmo del giro del cíngulo.
Giro fasciolar: corresponde a la continuación en dirección posterior del giro dentado, que pasa por encima
del esplenio del cuerpo calloso.
Giro parahipocampal: está ubicado en dirección al surco hipocampal. Su porción anterior tiene forma de
gancho, por lo que se denomina uncus. En dirección lateral al uncus encontramos el surco rinal. Entre el
giro parahipocampal y el giro dentado encontramos el surco hipocampico.

CARA INFERIOR

La cara inferior del hemisferio cerebral está formada por los lóbulos frontal, temporal y occipital; los dos
primeros se encuentran separados por el surco lateral y la división entre el lóbulo termporal y occipital se
da por una línea imaginaria que va desde el surco parieto-occipital y borde anterior del surco calcarino a la
incisura preoccipital.

La cara inferior del lóbulo frontal presenta de medial a lateral: el surco olfatorio y dos surcos
anteroposteriores unidos por una porción transversal formado una “H” llamados surcos orbitarios. Ventral
al surco olfatorio, encontramos al tracto olfatorio. La continuación de las estrías olfatorias medial y lateral
va a conformar los giros olfatorios medial y lateral. Por otro lado, laterales al giro recto y entre los surcos
orbitarios están los giros orbitarios. Finalmente, medial a estas estructuras se encuentra el giro recto.

Con respecto al lóbulo temporal y occipital encontramos, de medial a lateral a: el uncus, giro
parahipocampal, giro occipitotemporal medial y el giro occipital.

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ACLARACIÓN IMPORTANTE SOBRE EL USO DE ESTE MATERIAL


La información contenida en este material es de uso complementario para el estudio de la materia
anatomía en la Cátedra I de Anatomía de nuestra Facultad. Bajo ningún concepto reemplaza la
lectura de los libros de texto recomendados por la cátedra.

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