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PATRIA HISPANOAMERICANA 16

Nº 16, Otoño de 2.002.

EDITORIAL: LEY DE PARTIDOS... DEMOCRÁTICOS


RUIZ DE ALDA: ENTRE LA POLÍTICA Y EL CIELO
PATRIA HISPANOEUROPEA
MARRUECOS, EL AMIGO DEL SUR
CORREO AZUL
EL ESPÍRITU SECTARIO-UNIVERSITARIO
EL ENEMIGO DEL PUEBLO
Congreso de Servicios Sociales de Castilla y León
EL FES EN LA SEMINCI
NOTICIAS
LAURELES Y RICINOS

A continuación se encuentran algunas noticias y los artículos recogidos en el último


número del boletín de la Falange de Castilla la Vieja. Si deseas obtener la versión
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EDITORIAL: LEY DE PARTIDOS... DEMOCRÁTICOS

Como suele suceder cada vez que se tocan temas relativos a las libertades y derechos
democráticos, la aprobación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos, el pasado 27 de
junio, ha provocado un sinfín de polémicas y acalorados debates. La discusión ha
enfrentado principalmente a los héroes justicieros del P.P. y a los sectores más
recalcitrantes de la izquierda proetarra y del separatismo de todo pelaje, y, como de
costumbre, ha sido convenientemente manipulada y simplificada por el bien llamado
Cuarto Poder, que ha venido informándonos de un conflicto entre quienes creen que la
norma respeta todas las ideas de cualquier partido y restringe tan sólo ciertas actividades
de éstos cuando sean violentas o terroristas, y los que opinan que se trata, ni más ni
menos, de una ley fascista -¡ya salió!- que veta y persigue, al estilo de la etapa de Franco,
las doctrinas y planteamientos contrarios a los del partido en el poder. Una vez que la tele
y los periódicos han cocinado y enlatado la polémica a su gusto, es bien sabido que hay
que comérsela sin chistar y posicionarse necesariamente en una u otra opción,
identificándonos con uno de los bandos, de tal forma que, desde junio, estar a favor de la
ley es lo mismo que ser pepero y, de paso, un demócrata ejemplar y un buen ciudadano;
en cambio, despotricar contra ella, en los términos que sean, supone convertirse en
sospechoso de poner bombas-lapa o de tener ideas ultras contrarias a la convivencia
cívica. Pero la cuestión no es tan sencilla como nos quieren hacer ver y merece la pena
profundizar en el asunto.

La Exposición de Motivos de la Ley, refiriéndose a las novedades en materia de disolución


de partidos, viene a decir que se ha optado por atender no a las ideas o fines proclamados

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por los mismos, sino al conjunto de su actividad, y, así, no se trata de prohibir la defensa
de ideas o doctrinas, por más que éstas pongan en duda el marco constitucional del
Estado de Derecho, sino de sancionar conductas ilícitas concretas y tasadas; todo lo
contrario –sigue la Exposición- a lo que sucede en otros países, en los que, para preservar
los elementos sustanciales del Estado Democrático, se exige a los partidos acatar y
someterse dócilmente a la Constitución y a sus principios. En definitiva, la Ley Orgánica,
en el colmo de la generosidad, nos autoriza, por ejemplo, a los falangistas a estar en
contra de la democracia, de los partidos y de la soberanía popular; nos permite opinar en
abstracto que los derechos de la Carta del 78 son una piltrafa, y nos deja especular,
siempre en el ámbito de las ideas, sobre lo injusta y perversa que es la Monarquía. Se nos
da manga ancha para pensar, pero siempre que no se nos note mucho lo que pensamos,
ni tratemos de materializar estas ideas, ni nos comportemos conforme a ellas buscando la
coherencia entre pensamiento y acción.

Desde luego, eso de andar con distingos entre las opiniones teóricas y las actitudes
prácticas se nos antoja bastante poco riguroso, máxime cuando, leyendo el articulado de
la ley, comprobamos cuáles son esas conductas proscritas. Para empezar, el
correspondiente juez o tribunal penal puede disolver una organización política cuando
incurra en el delito de asociación ilícita, lo que puede suceder si se promueven la
discriminación o el odio a determinados grupos por motivos de ideología, religión,
orientación sexual, etcétera. Pero además, una sala especial del Supremo, integrada por
su presidente y por los presidentes de sala, puede también disolver, a instancia del
Ministerio Fiscal o de las Cortes, cualquier partido que incurra en ciertas actividades; es
cierto que la mayoría guardan clara relación con el apoyo al terrorismo –que no al
separatismo o nacionalismo- , pero otras se definen con ambigüedad, llegándose a hablar,
en el famoso artículo 9, de conceptos jurídicos indeterminados como justificar la exclusión
de personas por razón de sus ideas o legitimar la violencia como método de consecución
de objetivos políticos.

En F.E.I., claro, andamos con la mosca detrás de la oreja, pues nunca nos hemos
recatado en defender la exclusión y la persecución de separatistas, musulmanes o
deformados sexuales que hagan proselitismo de sus respectivas ideas, religión y
comportamientos aberrantes. Tampoco rechazamos de plano los métodos más bien
expeditivos para acceder al poder y sí, en cambio, los cauces partitocráticos y
parlamentarios al uso. Así que cualquier día pueden llegar y disolvernos, sin comerlo ni
beberlo, por tratar de comportarnos igual que como pensamos. Y esto no es lo más grave;
lo peor es darse cuenta de que la última decisión sobre qué es el terrorismo, qué es lo
democrático, qué es lo violento o en qué consiste promover la discriminación, corresponde
en régimen de monopolio al Gobierno. Si los veinte vocales del Consejo General del Poder
Judicial se designan a propuesta de la mayoría de las Cortes (es decir, por el Gobierno), y
el Pleno del Consejo General del Poder Judicial propone el nombramiento del presidente y
los presidentes de Sala del Tribunal Supremo, y estos últimos son los que deciden, a
iniciativa de las Cámaras (o sea, del Gobierno), cuándo y por qué se disuelve un grupo
político, parece ocioso preguntarse quién se lo come y se lo guisa en materia de
disoluciones. Moraleja: que si no somos clandestinos es gracias la bondad de José María
y los suyos. Y aquí tenemos que coincidir con los izquierdistas en que todo esto recuerda
mucho al talante de cualquier dictadura y al del Generalísimo, que hacía –igual que el P.P.
de hoy- su santa voluntad, imponiendo sus criterios, pero, eso sí, sin andarse con tantos
rodeos y sin aprobar leyes estúpidas como esta última para justificar y camuflar lo
injustificable.

Muchas veces hemos comentado entre nosotros que, si el resultado último es la


ilegalización definitiva de los proetarras, no nos importa que, de paso, el Gobierno y su ley

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prohíban la Falange, pues la diferencia entre nuestra triste situación actual y la de un
grupo perseguido y al margen de la ley nos resulta demasiado nimia como para no
plantearnos el sacrificio. Por otra parte, nosotros sugerimos al Parlamento la disolución,
por los siglos de los siglos, no sólo de E.H., sino de todos los demás partidos, incluida F.E.
I., para dar paso a un orden nuevo, donde no tenga cabida la hipocresía escandalosa de
los populares, esos demócratas intachables a quienes ha faltado tiempo para regular la
posibilidad de quitar de en medio todo lo que no les gusta.

RUIZ DE ALDA: ENTRE LA POLÍTICA Y EL CIELO

Es triste que aquellos que tanto han dado por la Patria caigan en el ostracismo. La
dictadura democrática sólo venera a sus gigantes de pies de barro, estómagos
agradecidos que únicamente son ejemplo de vicios, intereses y mentiras. Por eso casi
nadie conoce a Ruiz de Alda. No se le menciona en las escuelas, no se le rinden
homenajes ni a él ni a sus gestas que, de haberse producido en otros países, le habrían
elevado a la categoría de héroe nacional. Triste España, que reniegas de tus hombres y
encumbras a resentidos, ignorantes, necios y mediocres.

En el pueblo navarro de Estella, allá por 1897, veía la luz, un 7 de octubre, Julio Ruiz de
Alda Miqueleiz -que nadie busque en 1997 una mínima mención con motivo del
centenario-. De infancia tranquila y apacible y temprana vocación militar -con seis años
acompañaba por el campo a los soldados-, el joven navarro ya encauzaba sus pasos
estudiantiles con buenos resultados. En Logroño completa el bachillerato y marcha a
Madrid a la edad de quince años para ingresar en la Academia Iriarte: el primer paso de su
formación castrense estaba ya dado. Es enviado a Segovia para estudiar en la Academia
del Real Cuerpo en la que se destaca como un estudiante inteligente y aplicado que
llegaría a número uno de su promoción. En 1913 se decanta por la Academia de Artillería
donde, durante cinco años, cursa sus últimos estudios de forma no destacable, para
licenciarse como teniente.

Comienza aquí su periplo militar que le lleva como primer destino a Vitoria. Sólo un año
estuvo en el Segundo Regimiento de Artillería de Montaña, tras el cual, se le destina a
Tetuán, donde no tarda en entrar en combate contra los marroquíes. Sus méritos le
permiten, en 1921, llegar al rango de capitán, momento éste en el que se replantea su
carrera en artillería y decide pasar a formar parte de la aviación, cuerpo en el que veía
unas enormes posibilidades. No opinaba lo mismo sus familiares que, ante el miedo que
suscitaba volar -estamos en los años veinte- le insta en un telegrama a que renuncie a
ellos o a la aviación, a lo que Julio responde: No renuncio ni aviación ni familia. Cumplido
su deseo, sus primeros trabajos son como fotógrafo aéreo, ocupación en la que consigue
aplicaciones de gran utilidad, por ejemplo, para perfeccionar el catastro. Esta actividad se
vio interrumpida en 1924 cuando se produjo un alzamiento en Tetuán y tiene que ir, de
nuevo, al frente.

Hasta este momento, la figura de Ruiz de Alda no ofrece ningún rasgo especialmente
diferenciador de cualquier otro joven militar de la época; sólo su gran sentido patriótico es
destacable, ya que a él subordina toda su vocación.

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Julio y José Antonio en el entierro de un camarada.

Es entonces cuando la vida del joven aviador va a sufrir un enorme cambio al ser
seleccionado por Ramón Franco como uno de los cuatro integrantes de la tripulación, junto
a Rada y Durán, del ya célebre avión Plus Ultra. El objetivo de este viaje no es otro que el
de recorrer, en la medida de lo posible, el trayecto que llevó a Colón desde España al
Nuevo Mundo. En ese mismo momento, Italia tenía intención de hacer un viaje similar, por
lo que urgía la pronta puesta en marcha del proyecto español. Así, el 22 de enero de 1926,
desde Palos emprendían viaje los cuatro compañeros. Las escalas estaban marcadas y no
resultó difícil alcanzar las dos primeras, Las Palmas y Cabo Verde. En esta última estaba
previsto que Durán continuara el viaje en barco, de ahí que sólo tres hombres serían los
que tendrían que sacar adelante la empresa. La expectación era enorme y se seguía con
gran interés cualquier noticia sobre el devenir del viaje. Tras algunas escalas y diversos
problemas, al fin se llega al continente americano. A partir de aquí los homenajes se
suceden en las ciudades de destino: Río, Montevideo y Buenos Aires, donde el 7 de
febrero, ante un enorme gentío, hace el hidroavión su último aterrizaje, quedando allí
cedido como un recuerdo de la unión entre los dos continentes. El reconocimiento se hace
mayor, si cabe, a su regreso a la península; Julio recibe la Medalla Aérea y la llave de
Gentilhombre de Su Majestad amén de numerosas condecoraciones extranjeras.

Una vez asentado, después de tanto homenaje, trabaja por la nacionalización de las
industrias del avión y del automóvil e intenta junto a Ramón Franco dar la vuelta al mundo
aunque el proyecto no ve la luz. Sí que lo vió, aunque de forma desafortunada, el del
Dornier 16, que pretendía hacer un viaje de ida y vuelta desde España a Nueva York y que
terminó naufragando.

Comienza aquí su interés político. Alejado de la vida militar se acerca a Cambó, pero no le
satisface; tras la quema de conventos, se entrevista con Ramiro Ledesma, pero también
es infructuosa su reunión. En octubre de 1931, contrae matrimonio con Amaya Azarola,
con la que tendría un hijo.

Julio aspiraba a la constitución de un movimiento nacional amplio conducido por espíritus


convencidos y dispuestos al sacrificio. Su concepción política hace que el Gobierno de

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Azaña le tache de fascista y le retire varios trabajos encargados. No contento con eso,
dispone una orden de arresto que eludió exiliándose en la Vasconia francesa, donde
comienza su trato con José Antonio, con el que decide realizar un Acto de Afirmación
Nacional el 29 de octubre de 1933. En él, no quería ser orador porque los pájaros no
hablan.

Constituida ya Falange Española, Julio muestra especial interés es la sección universitaria


del movimiento, el S.E.U.; prueba de ello es que en su domicilio se realizaron los estatutos
del sindicato de los estudiantes falangistas, a los que el denominó gracia y levadura de la
Falange. En febrero del año siguiente se produce la fusión con las J.O.N.S., el grupo de
Ramiro, quedando como órgano dirigente el triunvirato formado por Ramiro, José Antonio
y Julio.

La actividad durante el resto de ese año y del siguiente es frenética. Sólo en 1936 se
produce un freno a esta labor cuando, el 18 de marzo, es detenido junto al resto de la
Junta Política de Falange, un mes después de la victoria electoral del Frente Popular.
Pese a ser declarado inocente, Julio no volvió a estar en libertad, pues el 22 de agosto un
asalto a la cárcel por parte de los seguidores del Gobierno acabó con la vida de este
hombre ejemplar que, como tantos otros, antes de ser fusilado, esbozó una sonrisa y
despidió brazo en alto a la vida mientras abrazaba la muerte.

Tendrá que pasar tiempo para que Julio Ruiz de Alda ocupe el sitio que se merece.
Mientras tanto, sirvan estas líneas de homenaje.

PATRIA HISPANOEUROPEA

Tras el repaso realizado en pasados números de Patria Hispanoamericana a la historia y


naturaleza del Imperio español, concluye esta serie de artículos con el dedicado, por
último, a la Hispanidad en Europa.

UNA PRESENCIA ANTIGUA


La Península Ibérica siempre ha estado vinculada al resto de Europa. Desde la Antigüedad
más remota hasta la Contemporaneidad más cercana; desde el ámbito natural, geográfico
o histórico, hasta el político, social o económico. Y esta relación se ha mantenido, en
primer lugar, por la pertenencia ibérica a este continente, pero también por lazos humanos.
Esto no quiere decir que debamos considerarnos europeos o españoles en épocas tan
remotas. El Imperio Romano tenía su propia identidad, como la tenían los visigodos
arrianos, no pudiéndose hablar aún de España como ente político-social, ni tampoco de
Europa como concepto político.

Desde la época medieval, Europa pone los ojos en la naciente España, encomendándose
a los reinos cristianos peninsulares la defensa de la Fe Católica a través de la lucha por el
territorio contra el Islam esclavizador. Los reyes cristianos van a defender con todas sus
armas posibles la religión de Cristo, un proceso que va a culminar en el siglo XV, cuando
los Reyes Católicos libren a la cristiandad occidental del peligro islamizador.

LA NACIENTE ESPAÑA

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Fruto de esta dinámica y de la extraordinaria maestría política y militar de los Reyes
Católicos, España va a liderar el carro de la modernidad. Se sitúa además a la vanguardia
militar, renovando un anquilosado sistema castrense compuesto por diferentes
contingentes nobiliarios, y dando paso a un verdadero ejército popular, integrado por los
legendarios Tercios, que concibió El gran Capitán y que tantas victorias conseguirían en
Italia, Francia, Flandes, o Alemania. Isabel y Fernando se van a erigir justamente en
árbitros internacionales, y en protectores de la Iglesia de Cristo.

El Imperio Español alcanza su punto álgido con la llegada al trono de Carlos I de España y
V de Alemania, al incorporarse a la Corona numerosos territorios de Centroeuropa. Con el
tronío de las tropas imperiales (compuestas por alemanes, italianos, castellanos,
aragoneses, vascos...), el César Carlos dejaba a las puertas de la amenazada Europa a la
morisma turca que no obstante, en 1529, había conseguido llegar hasta Viena. El
Emperador tiene dos amplios frentes de lucha: por un lado, el interno, debiendo hacer
frente a los herejes protestantes cuya doctrina se cernía peligrosamente sobre los reinos
católicos.

El otro es nuevamente el Islam, subyugador de libertades y verdadero enemigo externo. Y


serán dos amenazas constantes, que tendrá que combatir también su hijo Felipe II, el Rey
Prudente, el gran hombre de Estado, el gran príncipe a caballo entre el Renacimiento y el
Barroco, que se va a ocupar personalmente de todos los asuntos de Estado; el inigualable
estadista que ceñirá la corona del Reino Hispánico de Portugal y de todas sus posesiones
ultramarinas, logrando configurar el imperio más extendido que han conocido los hombres;
el soberano que se lamenta ante Dios de no haber recibido un hijo capaz de estar al frente
de sus reinos. Felipe II fue el gran arquitecto que supo construir un Imperio que,
desgraciadamente, previó truncado.

Cuando los reyes guiaban a su pueblo.

DEBILIDAD Y ACOSO INTERNACIONAL


Efectivamente, la institución monárquica entra en crisis en el sigo XVII, al tiempo que los

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españoles caen en una abúlica existencia. España, desgastada por tantos años de luchas
militares y extenuada por el gran esfuerzo humano y económico realizado, se tambalea,
como fácil presa moribunda, bajo el vuelo de los buitres del resto de Europa. Y estos
buitres lanzarán sus picos y garras contra España, y cada uno se llevará su pedazo de
carne. Los españoles se dejarán seducir por lo extraño, por lo foráneo, por las nuevas
corrientes de pensamiento individualistas, que van acuciando la llegada de un nefasto
siglo XVIII para nuestra Patria.

En 1648 se independizaban las Provincias Unidas (con sus territorios ultramarinos). Once
años después se pierden Luxemburgo, Flandes, Rosellón, la Cerdaña, y los derechos
sobre Alsacia. En 1668 se separaron para siempre Portugal (a través de Tratado, ya que
de facto lo había hecho en 1640), Charleroi, Binchn Ath, Donai, Commines, Tournay,
Oudenarde, Lille, Armentieres, Courtray, Boranes y Furnes. Una decada después, el
Franco Condado, Valenciennes, Bouchain, Condé, Saint Omer, Yprés, Warwick, Cassel...
En 1713, en el mal llamado Siglo de las Luces, Gibraltar y Menorca pasan a la Pérfida
Albión, y los Estados de Flandes, se desgajan de España, al igual que Italia. La influencia
hispánica en el Viejo Continente sólo se mantenía en Sicilia.

EL FIN DE LA DEFENSA ESPIRITUAL


En el siglo XVIII, España va a cometer uno, quizá el mayor, de sus errores: va a admirar
públicamente a Francia y al movimiento ilustrado y va a cuestionar su propia naturaleza,
ignorando que las raíces cristianas de la Reconquista y del

Descubrimiento son, en realidad, sus únicos referentes nacionales. Napoleón, años


después, se aprovecharía de esta admiración, intentando anexionarse la Península, pero
no contaba con la resistencia del pueblo que, no dejándose embaucar por la burguesía
afrancesada y liberal, saltará a las calles y a los campos para combatir con fusiles, piedras
o incluso palos, al grito de no al invasor, que uniría, a principios del XIX, a todos los
españoles de cualquier tendencia, desde el conservador Cura Merino al liberal filomasón
Juan Martín El Empecinado. Como circunstancial aliada de Inglaterra, España va a
sepultar los territorios americanos, que se dejarán seducir por la sutil propaganda inglesa.
El librecambismo económico y el liberalismo político campan a sus anchas por el Nuevo
Mundo. Desgraciadamente para España, toda su suerte estaba ya echada.

El siglo XIX va a suponer el ostracismo político internacional para España, en parte


favorecido por la política de aislamiento de Cánovas y en parte por la pujanza de nuevas
potencias. Tras la crisis con Alemania por las Islas Carolinas y la pérdida de los últimos
territorios, la Patria se sumerge en un olvido del que tardará medio siglo en despertar. Tan
sólo la guerra de Marruecos favorecerá una colaboración estrecha con Francia, que será
finalmente la que se lleve el mejor trozo del pastel.

Tras la Segunda Guerra Mundial, se cierne sobre Europa la sombra de la URSS, el peligro
soviético. Stalin, tras haber realizado la revolución dentro de la Unión Soviética, pretende
extenderla al resto de naciones, comenzando por Europa. España se muestra entonces
como ejemplar defensora de la civilización occidental, con su participación en el Frente del
Este con la División Azul

Poco después, su suculenta posición estratégica favorece las pantagruélicas ayudas

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yankis, tan sólo a cambio de vender la ideología y voluntad del pueblo español por unas
coca-colas, unos vaqueros, o unos chicles. Se nos perdona incluso el pecadillo de haber
luchado al lado de Alemania en el frente ruso (era contra el comunismo, enemigo común,
dirá algún que otro congresista estadounidense), a pesar de que Muñoz Grandes, al ser
recibido en EEUU, fue visto como un general de Hitler que había sido condecorado con la
Cruz de Hierro. De este modo, los políticos mediocres de siempre van a forzar a España a
subir al tobogán del capitalismo de occidente, de la mano del american way of life, pero es
un tobogán que no lleva a buen camino.

LA EUROPA DEL COMERCIO


A partir de los años ochenta, España ingresa en la OTAN y en la UE, renunciando a todo
su pasado para poder salir en la foto. Ahora dicen que España es heredera de toda la vida
de las teorías unionistas de los padres de Europa. Se venera a Adenauer. Se nos intenta
vender la UE (a una España que está en vías de desarrollo) como la gran panacea.
España va a pagar un alto precio por su adhesión a las Comunidades Europeas: la factura
económica pasa por desmontar la mitad de la flota pesquera, eliminar un gran porcentaje
de la cabaña bovina y no poder desarrollar todo su potencial agrícola. Pero esto no es lo
más grave: España también debe renunciar a sus principios espirituales. Tras diez años de
acoso socialista y alguno más de acoso liberal, se pide a España que ahogue sus
principios, que siga el ejemplo holandés, el ejemplo de la eutanasia, del aborto, del
divorcio...,el ejemplo noruego de la homosexualidad institucionalizada, el alemán de la
legalización de la prostitución, el francés del laicismo, o el suizo del cantonalismo...

Y en el colmo de la antítesis, el PSOE va a iniciar, ya hacia finales de la década de los


ochenta, una agresiva política privatizadora, una política económica que ya quisieran para
sí muchos gobiernos de derechas, y que le valdrá no sólo una huelga general. Algo
pasaba en España. Los dictados de la UE demandaban un cambio e la política económica,
un golpe de timón que no hizo sino zozobrar la goleta.

LA VERGÜENZA DE GIBRALTAR
Los españoles, desde hace varios siglos a esta parte, hemos vivido acomplejados por
nuestros propios miedos. Uno de estos miedos, ha sido el de decir en voz alta quienes
somos, qué es lo nuestro, y qué queremos. Estas tres fobias, se encarnan en un territorio
concreto: el Peñón de Gibraltar.

Desde el Tratado de Utrecht de 1714, este pequeño trozo de Cádiz está administrado por
Inglaterra. En múltiples ocasiones a lo largo de la Historia, los anglosajones han ido
arrebatando terreno supuestamente neutral para ampliar su colonia, un enclave que nada
tiene que envidiar a los tugurios de Barbarroja o los antros de Francis Drake, en lo que a
volumen de contrabando, trata de blancas o lavado de dinero se refiere.

Los ingleses, que, si entienden de algún arte, éste es el del pirateo, se han aprovechado
de las vergüenzas españolas. Aquí no decimos que somos españoles, como tampoco
decimos que Gibraltar es nuestro, y mucho menos que lo queremos, lo deseamos y lo
exigimos. Durante años, fracasado el proyecto de recuperarlo por las armas tras el término
de la Guerra Civil, hemos puesto buena cara a los pálidos ingleses, por si podía lograrse
algo con la vía diplomática y tibia de las buenas maneras. Pero no ha sido así. España ha
realizado concesión tras concesión, y no ha servido para nada. Ni tan siquiera la ya
famosa resolución de la ONU 1514-XV, de 14 de Diciembre de 1960, sobre
descolonización, parece importar a nadie.

Quede claro que los falangistas no nos sentimos identificados con la Europa capitalista de
los mercaderes, ni con el colonialismo que padecemos en nuestras carnes patrias. Y

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mucho tenemos que cambiar el panorama, para que España vuelva a ser la regidora de
los destinos históricos de Europa. Por el momento, hoy sólo tenemos el arma de la
palabra; mañana, si fuera necesario, empuñaríamos los fusiles.

MARRUECOS, EL AMIGO DEL SUR

LA INVASIÓN
El 11 de julio de este año, un grupo de seis soldados pertenecientes a la gendarmería de
Marruecos establecía una tienda de campaña en un pequeño y, hasta ese momento, casi
desconocido islote. La deshabitada plaza, de soberanía española y superficie
aproximadamente igual a la de un campo de fútbol, no es más que un pequeño pedazo de
roca que, a raíz de la invasión, se ha convertido en una de las posesiones españolas más
famosas en el Norte de África: Perejil. Tras un primer intento de desalojo, ese mismo día,
por un patrullera de la Guardia Civil, que fue recibida a punta de pistola, y los consabidos e
inútiles intentos de negociación con un prepotente y desafiante Marruecos, que en esas
fechas celebraba las nupcias del sultán Mohamed VI con una joven ingeniero de rostro
desconocido, y antes de que se consumaran nuevas invasiones -el reino alauí ya
amenazaba la chafarina Isla del Rey y el canario islote de Lobos-, un grupo de guerrilleros
de las Fuerzas Armadas desalojaron, seis días más tarde, Perejil, que pasaría a ser
ocupado por setenta legionarios. Bajo la pretensión de restablecer el statu quo anterior al
11 de julio, la semana siguiente se pacta el desalojo total de la isla, demorando sin fecha
las negociaciones entre los ministros de exteriores español y marroquí -Ana Palacio y
Mohamed Benaisa- , gracias a que Marruecos adquiría el compromiso verbal de no volver
a ocupar ni éste ni ningún otro islote o peñón. Y mientras en los medios de prensa
española, los políticos y el mismo Benaisa se llenaban la boca con grandilocuentes
declaraciones que apelaban a la historia de amistad entre Marruecos y España, los
periódicos marroquíes alentaban una nueva Marcha Verde, esta vez sobre Ceuta y Melilla.

Una dinastía perversa.

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En este asunto, una vez escuchadas las barrabasadas de toda la ralea de politicuchos e
intelectualoides españoles, sólo nos quedaba por oír una voz: la del todavía Jefe del
Estado que tantas veces ha mostrado su afecto hacía la dinastía hermana de Marruecos.
Suponemos, ante su total mutismo, que debía estar demasiado ocupado con su veraneo
como para preocuparse de invasiones y naderías semejantes.

ESPAÑA Y EL NORTE DE ÁFRICA


Con el fin de hacer un poco de memoria y tapar la boca a Marruecos en el asunto de sus
reivindicaciones sobre las plazas españolas en África, debemos recordar que lo que hoy
es el Norte y gran parte de la costa atlántica del actual Marruecos -que no existe como tal
hasta el siglo XVI- ha sido históricamente español.

Ceuta fue inicialmente una colonia perteneciente, y de forma sucesiva, a Cartago, Roma y
Bizancio, formando parte de la España visigoda hasta la invasión musulmana. En 1.415
fue conquistada por Portugal a los musulmanes y, desde la adhesión de Portugal, es
plenamente española, permaneciendo fiel tras la separación lusa en 1.640.

Los fenicios fundaron en la actual Melilla una colonia conocida como Rusaddir.
Posteriormente se constituyó como dominio cartaginés y romano. Tras ser conquistada por
los vándalos, acabó formando parte de la España visigoda, como todo el Norte occidental
de África, hasta ser tomada por los árabes. En 1.497, un siglo antes del nacimiento de
Marruecos, fue retomada por la Corona de Castilla junto con el resto de los antiguos
territorios visigodos en el Norte de África, haciendo así realidad una aspiración que ya
fuera expresada por el Fernando III El Santo.

A principios del siglo XIV llegaron al archipiélago de las Canarias las primeras
expediciones de aragoneses; pero no va a ser hasta 1.402 cuando Juan de Bethencour,
noble normando al servicio de la Corona de Castilla, inicie el proceso conquistador de
Canarias que culminará algunos años después con el reinado de los Reyes Católicos. En
1.476 Castilla funda en Ifni un pequeño puerto pesquero y, en 1.502, la ciudad de Villa
Cisneros en el Sáhara Occidental. Por último, las islas Chafarinas siempre se habían
considerado españolas desde los tiempos de los Reyes Católicos a pesar de no ser
ocupadas militarmente de forma estable hasta finales del siglo XIX.

UNA HISTORIA DE AMOR


O al menos eso quieren hacernos creer que ha sido la relación secular entre España y
Marruecos desde la creación de este reino en el siglo XVI bajo el dominio del sultán
Ahmed I al-Mansur. Pero si nos atenemos a los hechos, la historia conjunta de España y
Marruecos sólo puede resumirse en una palabra: guerra.

En 1.524, antes de la creación del reino de Marruecos, los bereberes atacan Ifni, que es
abandonado hasta 1.860. En 1.556 tiene lugar la primera guerra contra las cábilas del Rif,
tribus de bereberes de dicha cordillera. El 28 de mayo de 1.767 el sultán Sidi Ahmet El
Gazel firma con la España de Carlos III un tratado de paz firme y duradero, pero, apenas
siete años más tarde, el mismo sultán pone sitio a Melilla y al Peñón de Vélez so pretexto
de considerar contrario al derecho de gentes la existencia de cárceles en lo que él llama
su Imperio. España, siguiendo una desafortunada estrategia, no ataca a Marruecos con la
contundencia suficiente, por lo que obtiene un débil acuerdo de paz.

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En 1.790, para celebrar su llegada al trono, el sultán Muley Eliacit ataca Ceuta. A pesar de
resultar literalmente destrozadas, las fuerzas islámicas siguen realizando hostigamientos
constantes que se traducirán, dos años más tarde, en la pérdida de las plazas españolas
de Mazalquivir y Tlemecén.

Desde esa fecha, a pesar de la ausencia de grandes batallas, los marroquíes añaden los
ataques de la piratería bereber a su acoso tenaz. Llegamos así hasta 1.843, cuando el
bajá de Tánger invade los territorios limítrofes a Ceuta y ataca Melilla. Aunque el sultán
Muley Solimán firma los convenios de Tánger, en 1.844, y de Levante, en 1.845, para
poner fin a la guerra, en 1.848 se producen nuevos ataques que obligan a España a
ocupar militar y definitivamente las Chafarinas.

Aún así, las guerras continúan hasta 1.859, cuando el sultán Abd Erraj Man firma el
Convenio de Tetuán. Como no podía ser de otra forma, mientras se está firmando el
acuerdo, los moros de Anghera atacan Ceuta y el gobierno de O’Donell da un plazo de
diez días para reparar la ofensa. El sultán muere el noveno día y su sucesor, Sidi
Mohamed, entra en guerra en octubre. El mismo O’Donell toma el mando supremo del
ejército de 40.000 españoles que entra en combate, siendo conquistado Tetuán por el
general Prim tras la aplastante victoria de Monte Negrón. A pesar de ello, la guerra no
finaliza el 26 de abril de 1.860 con el tratado de paz de Wad-Ras, según el cual España
recupera todos sus territorios históricos del Norte de África, desde el barranco de Anghera
hasta el Mediterráneo y desde el Atlántico hasta Santa Cruz de la Mar Pequeña. Además,
España toma Tetuán y se ratifican los convenios sobre Melilla, el Peñón de Velez y
Alhucemas, al margen de fijarse una indemnización de guerra que Marruecos, cómo no,
nunca hizo efectiva.

En 1.880, una cábila rebelde al sultán ataca Melilla y Sidi Aguriach. El sultán, por miedo a
Martínez-Campos, dispuesto a arrasar Marruecos por completo, ofrece a España las
cabezas de los rebeldes y se compromete a hacerse cargo de una indemnización de
cuatro millones de duros que su sucesor, Abd El Aziz, tampoco pagaría jamás.

En 1.902, 1.904 y 1.912 se ceden, de forma sucesiva, diversos territorios a Francia,


estableciéndose la figura del protectorado mediante la Convención de Fez. Pero antes, en
1.907, Abd El Krim, el Kadi Kadat o juez de jueces de las cábilas del Rif, forma un ejército
rifeño unido que atacaría Melilla en 1.909, provocando el llamado Desastre del Barranco
del Lobo, cuya repercusión en España sería enorme, desembocando en la Semana
Trágica de Barcelona. Los enfrentamientos con los rifeños se suceden, culminando en
1.921 con el Desastre de Annual, donde se producirían unas 13.000 bajas españolas. Así
comienza formalmente la Guerra de Marruecos, que movilizará a 100.000 españoles. Don
Miguel Primo de Rivera pondrá fin a esta larga y costosa contienda en 1.926 con el
Desembarco de Alhucemas, pacificando Marruecos hasta su independencia treinta años
más tarde. Desde esta fecha, los enfrentamientos se reanudan con continuos ataques
tanto en el Sáhara como en Ifni, cediéndose este último en 1.969. En 1.974, la presión
sobre el Sáhara Occidental se incrementa. Hassan II organiza la famosa Marcha Verde,
escudo humano tras el que ocultar un fabuloso despliegue bélico. Ante la inoperancia del
ya Jefe del Estado, Juan Carlos I, España abandona a su suerte, por los Acuerdos de
Madrid, a miles de hispano-saharauis en 1.976.

Pero, aún así, los enfrentamientos han continuado con sucesivos ataques a pesqueros
españoles y patrulleras de la Guardia Civil que, en ocasiones, se han visto encañonadas

11
por gendarmes marroquíes en aguas españolas e internacionales.

MARRUECOS DE ARMA
Pero si la historia no enseña nada a nuestros políticos, también existen argumentos
actuales de suficiente peso que nos permiten adivinar las intenciones que esconde
Marruecos tras la cínica sonrisa de Benaisa.

A finales de julio, una vez zanjado el asunto sobre el Perejil, se hizo público que
Marruecos acababa de adquirir a Arabia Saudita una docena de helicópteros de tipo
Apache. En agosto se conoció la compra efectuada a Bielorrusia de medio centenar de
tanques de tipo T-72, capaces de aplastar a los M-60 que España tiene desplegados en
Ceuta y Melilla. Por otro lado, estas armas españolas han sido adquiridas de segunda
mano a los Estados Unidos, que no permite que se usen contra sus aliados, entre los que
se encuentra, cómo no, Marruecos. Esto ya sucedió durante la Marcha Verde, cuando los
gringos prohibieron a España la utilización de artillería y aviación de procedencia
estadounidense. Por otro lado, desde marzo, Marruecos negocia con Arabia Saudita la
compra de una veintena de cazas F-16 mientras entrena a sus pilotos en Bélgica. También
se conoce que Rabat ha comprado recientemente a Francia piezas de artillería de 155
mm. sin restricciones de uso a diferencia de las españolas de Ceuta y Melilla que, junto a
nuestros cazas F-18, también son de origen norteamericano.

Pero lo más grave es que, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo,
entre 1.998 y 2.000, Marruecos ha abonado a España casi 3.320 millones de pesetas en
concepto de compra de armamento, convirtiéndose en el séptimo comprador de
armamento español después de, entre otros, Arabia Saudita. Por lo visto, ése es el fin que
da Rabat a las ayudas económicas españolas, de las que es el primer destinatario mundial
por encima de Hispanoamérica. Y así, a la vez que España vende armas a su primer
enemigo, éste logra una superioridad militar aplastante con material sin restricciones de
uso, mientras nuestro Ministerio de Defensa, para ahorrar trabajo a los servicios de
inteligencia marroquíes, anuncia a los cuatro vientos que los famosos carros de combate
Leopard no estarán disponibles en menos de un año.

Y, como guinda del pastel, ni siquiera podemos contar con nuestros propios soldados que,
aun armados con palos y tirachinas, algún problema causarían a la potente máquina militar
marroquí. Dos legionarios musulmanes del tercio que ocupó Perejil se negaron a participar
en la operación con la excusa de que sería enfrentarse contra su líder religioso: Mohamed
VI.

AVISO A NAVEGANTES: LA RECONQUISTA DE AL-ANDALUS


Hasan II, a quien el aún rey de España proclamó su hermano mayor, hizo un llamamiento
público a su pueblo no sólo para reconquistar Ceuta y Melilla, sino que también anunció su
intención de recuperar para el Islam el antiguo Al-Andalus, fijando su meta inicial en
Toledo.

Para lograr el objetivo de su padre, Mohamed VI ha seguido la misma estrategia que


iniciara éste hace una década: implantar una enorme quinta columna dentro del territorio
español, consciente de que, según los planes de la OTAN, España actuaría como tapón

12
en caso de un intento de invasión islámica de Europa. Como inciso, hemos de señalar que
Ceuta y Melilla no entran dentro de los planes defensivos de nuestros ¿aliados? como han
demostrado con su inhibición en el conflicto de Perejil.

Hace unos meses ha visto la luz un informe que destapa un plan secreto de Marruecos y
Arabia Saudita para reislamizar España. En los últimos años, más de 30.000 españoles se
han convertido al Islam gracias a la labor propagandística de las asociaciones islámicas
españolas que, subvencionadas por Marruecos y Arabia Saudita, han pasado de la decena
que eran en los años ochenta a más de doscientas en la actualidad. Sobra decir que
España es la única nación de Europa donde el Islam realiza semejante proselitismo.

Con una población extremadamente empobrecida y desesperada, el gobierno de


Mohamed VI tolera abiertamente las mafias de la inmigración que introducen a cientos de
hambrientos y desesperados cada año en España, lo que sirve como válvula de escape
para la presión interna marroquí. Una vez en España, las asociaciones islámicas brindan a
los inmigrantes, con fondos marroquíes, un apoyo que este gobierno les niega en su tierra,
proporcionándoles dinero y alojamiento, comenzando, así, una labor de proselitismo
fanatizador en musulmanes que, hasta su llegada a España, eran moderados. La prueba
de esto radica en el hecho de que nuevos imanes integristas están sustituyendo a los
existentes en las comunidades musulmanas españolas. Un ejemplo claro se da en Ceuta
donde los mahometanos residentes desde hace años en España están claramente
enfrentados con las nuevas asociaciones islámicas pro-marroquíes. En Melilla, por poner
otro ejemplo idéntico a lo que se está produciendo en toda España, el nuevo imán,
aprovechando la ausencia del que era imán oficial, hacía apología entre los fieles del
terrorismo y la violencia contra las mujeres. Cuando el oficial presentó una denuncia ante
las autoridades civiles españolas, recibió constantes amenazas por grupos de jóvenes
musulmanes que le obligaron a abandonar Melilla. Lo mismo sucede con los imanes de
Andalucía que reciben enormes aportaciones monetarias del rey Fahd de Arabia, el tirano
amiguísimo del Príncipe de Asturias, que derrocha todos los años miles de millones en sus
vacaciones de Marbella y en construir suntuosas y enormes mezquitas en la Costa del Sol
y el resto de Andalucía, mientras en su nación se tortura, encarcela y ejecuta a miles de
cristianos.

Por otro lado, es de destacar la reciente creación en España de un Consejo Superior de


Imanes, de corte claramente integrista, y cuyas actividades abarcan desde fomentar la
violencia contra las mujeres hasta servir de apoyo a la red de Ben Laden en la Península.

¿CALLAREMOS AHORA PARA LLORAR DESPUÉS?


Los planes de Marruecos y de Arabia Saudita están claros. Los primeros nunca han
renunciado a sus aspiraciones territoriales sobre gran parte de España, faltando, como
hemos visto, una y mil veces a su palabra. Por otro lado, España supone un claro
obstáculo en el asunto del Sáhara Occidental. Además, Marruecos es un gran aliado de
Estados Unidos que lo contempla como un tapón para el integrismo islámico, lo que no
impide que éste trate de sacar el máximo provecho de dicho integrismo para recabar
apoyo económico y material de los saudíes -con el fin de atacar España desde dentro y
fuera- que, a su vez, aprovechan las actuaciones marroquíes con el objetivo de difundir un
integrismo islámico -no antiamericano- en Europa, ante los ojos impasibles de los yanquis,
que nunca mezclarán la moral ni la defensa de la verdad con sus intereses económicos.

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Dos enemigos de España.

Marruecos no es una nación amiga. Tras el separatismo, supone el mayor peligro


existente para la integridad nacional. La historia demuestra que con los sultanes alauitas
no se puede andar con paños calientes. Y la OTAN, la UE y el resto de nuestros ¿aliados?
ya hemos visto cómo han actuado en el asunto del Perejil. La inmigración no supone un
peligro para España; el verdadero riesgo se debe a que la pérdida progresiva de valores
ha convertido nuestra Patria en un verdadero barbecho donde el islamismo podrá cultivar y
obtener buenos frutos, de la misma forma que proliferan budistas, protestantes e incluso
sectas satánicas. El Islam no es paz, a pesar de lo que afirme George W. Bush; pero en la
España eterna y gloriosa que deseamos los falangistas, seríamos nosotros los que
convertiríamos a los mahometanos y no al revés. El velo musulmán no puede combatir
contra la hispánica mantilla del Jueves Santo, pero no tendrá dificultad para triunfar sobre
piercings, tatuajes y cabellos de colorines.

UNA TRISTE LECCIÓN


España está siendo gobernada por la generación más corrupta y corruptora que la historia
ha conocido. Esta generación, que lleva asentada en el poder desde hace cuarenta años,
tiene como elemento distintivo que es la primera de la historia española que no ha
conocido una guerra de forma directa. Aún resuenan en nuestros oídos las voces de los
políticos del PSOE afirmando, el 17 de julio, lo orgullosos que se sentían de ser españoles
tras la reconquista del islote. Quizás resulte triste, pero a lo mejor es cierto que la guerra
actúa como elemento depurador en el espíritu de los pueblos. Si tras una pequeña trifulca
por unos metros de roca, los pogres más apátridas y recalcitrantes ven resucitar su vena
patriótica, ¿qué sucedería si nos enfrentáramos a una invasión en toda regla y no a un
simple tanteo? En cierta forma, sería triste que la salvación de España se debiera a un
ataque extranjero. Todo se verá, ya que Mohamed VI no se duerme en los laureles, ni en
los perejiles.

CORREO AZUL.

En esta nueva sección publicaremos una carta seleccionada entre todas las que nos

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mandan los lectores de Patria Hispanoamericana. Los textos enviados no podrán ocupar
más de una cara de folio a máquina, a doble espacio. FEI podrá extractar o acortar las
cartas si lo cree necesario.

LOS ARCHIPIÉLAGOS OLVIDADOS

Estimados amigos de FEI-Castilla:

Cuando se firmó el Tratado de París (10 de diciembre de 1898), no se incluyeron entre las
islas españolas que se cedían a los EE.UU. cuatro archipiélagos de la Micronesia: Islas Os-
Guedes, Islas O-Cea, Islas As-Coroas e Islas Os Pescadores. Cuatro archipiélagos que
nos habían venido de manos portuguesas en el siglo XVI y que se adquirieron a los
portugueses en plena propiedad a cambio de una parte de las Molucas.

La retirada de la flota y tropas españolas del Pacífico tras el Desastre de Filipinas no


significó, en ningún momento, que se hiciera renuncia legal a los derechos de propiedad
sobre estas islas. De hecho, el Consejo de Ministros, en sesión celebrada el día 12 de
enero de 1949, al cumplirse cincuenta años de la pérdida de Filipinas, se ocupó del tema y
se hizo constar que es cosa cierta y de antiguo sabida que, según el artículo 3º del
Tratado de 1 de julio de 1889, España se reservó una serie de derechos en Micronesia y
que, por otra parte, la especificación de los territorios que España cediera en 1899 deja al
margen determinados grupos de islas en la misma zona. Estos derechos subsisten
plenamente y, como en el momento actual, todos estos territorios se hallan en régimen de
fideicomiso, es oportuno recordar la posesión española, sin perjuicio de volver sobre el
asunto según lo demande la conveniencia nacional, cuando internacionalmente se decida
sobre esta cuestión.

Situados bajo fideicomiso y encomendada su administración a los EE.UU., se puede y se


debe reivindicar que estas islas pasen a la soberanía española, por ser las últimas
provincias de Ultramar del viejo Imperio Español. Este es el último lazo que nos sigue
uniendo a la memoria de aquellos marinos y soldados españoles que un día no tan lejano
dominaron el mundo.

Roberto (Valladolid)

EL ESPÍRITU SECTARIO-UNIVERSITARIO

A lo largo del pasado mes de octubre, se celebraron en el Palacio de Santa Cruz, sede
administrativa de la Universidad de Valladolid, dos exposiciones. La primera de ellas,
organizada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, versaba sobre los últimos 25
años de la vida de la antigua provincia española. La segunda, que contaba con mayores
medios, se anunció, desde un principio, como dedicada al arte de la propaganda política
durante la II República. Como se suele hacer en casos semejantes, algunos militantes del
FES acudieron a ambas muestras, no sólo por lo llamativas e interesantes que resultaban,
sino, sobre todo, porque los estudiantes falangistas albergaban sospechas de que la cosa
tenía truco y no podía esperarse de ellas ni neutralidad, ni partidismo: solamente
sectarismo.

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Cartel promocionando la exposición.

Efectivamente, la dedicada al Sáhara, si bien resultaba atractiva a pesar del escaso


material allí expuesto, por el romanticismo que sobre nosotros ejerce la antigua provincia
52, acabó por confirmar las suspicacias de nuestros camaradas. Allí se hacía, en realidad,
una ingente propaganda antiespañola, e incluso se falseaba la Historia. En sendos
paneles explicativos se afirmaba que el Sáhara Occidental era colonia en los años 70
(nada más lejos de la realidad), a la vez que se relataban las torturas y matanzas
indiscriminadas perpetradas por la Legión y la Guardia Civil sobre pobres civiles
indefensos. Ni una mención a los atentados del Frente Polisario contra españoles, ni
ningún testimonio de alguno de los muchos saharauis que se consideran españoles y aún
guardan su DNI español como único certificado de identidad. De esta exposición, uno salía
con la tristeza de ver un pueblo sometido por el yugo marroquí, bajo las palmaditas
internacionales en la espalda, y la estúpida sonrisa en el rostro del plan Baker para un
referendum que Marruecos lleva años intentando boicotear (y que de momento está
consiguiendo).

La segunda exposición se antojaba, si cabe, más sugerente, a la vista de los carteles y


anuncios en prensa con que la difundió la Universidad. Tal gasto merecía la mejor de las
expectativas. Cuál fue nuestra sorpresa cuando en la sala de muestras sólo encontramos
cuarenta carteles murales y pasquines de la CNT, del Partido Comunista y del Gobierno
Republicano. Como ya suponíamos, no había ni uno sólo de los artísticos carteles
diseñados y editados por otras fuerzas políticas que también existieron en la República,
tales como Renovación Española, el Partido Radical, Falange Española de las JONS, el
SEU o la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Aún nos
preguntamos, tras ver la exposición, si la Guerra Civil no se habrá librado realmente entre
anarquistas y marxistas.

16
Lo más grave de todo, es que acompañando a la exposición, la UVA editó un catálogo a
todo color. Un espléndido libro que seguramente mereciera ponerse en la estantería de las
mejores bibliotecas. Pero, sorpresa de nuevo: en un demoledor prólogo, firmado por dos
elementos de cuidado de la Universidad de Valladolid, el Rector Sanz Serna y su sicario
Mario Bedera, se afirma que la Universidad siempre ha estado por delante de la sociedad,
y que debe fomentarse el espíritu universitario. Para el Rector, este espíritu estriba en ser
crítico, abierto, progresista e ir con los tiempos. Vaya, del socialista impenitente y recién
encumbrado, Mario Bedera, casi mejor ni hablar. Hace no menos de un mes nos
sorprendía a todos, afirmando que Castilla hunde sus raíces en el pueblo prerromano de
los vacceos". De rechifla, vamos. La Castilla de hoy en día poco conserva de unas tribus
de origen indoeuropeo que no conocían ni tan siquiera la escritura.

La Universidad de Valladolid es una basura denigrante, en la que nos avergonzamos


profundamente de estudiar o de haber estudiado. Sólo sirve para adquirir, previo pago de
la tasa, un título imprescindible en esta sociedad aquejada de titulitis aguda. La
Universidad de Valladolid (que abarca los campus de Palencia, Segovia, Soria y
Valladolid) es una secta dominada por la política y gestionada por impresentables capaces
de autorizar la celebración, en sus facultades, de una manifestación a favor de la
insumisión o de vendernos una exposición promovida por una asociación de izquierdas
como una actividad cultural, histórica y rigurosa en la que puede aprenderse algo. El
espíritu universitario que continuamente proclaman tanto el Rector como el Vicerrector
Bedera brilla por su ausencia cuando se permite exponer en los pasillos material insultante
de una fundación de maricas depravados, o cuando habilita un aula para presentar una
publicación batasuna, ilegalizada meses después por los jueces. En cambio, si el FES
decide inscribirse en el registro de asociaciones, ya empiezan las pegas. ¿A qué jugamos
señor Sanz Serna? Si éste es el espíritu universitario, mejor quemamos la Universidad, o
boicoteamos sus actividades, o dejamos de ir a clase y nos formamos por libre, leyendo
cosas serias en nuestra casa, ¿no le parece?.

EL ENEMIGO DEL PUEBLO.

Desde siempre, los falangistas hemos manifestado no sólo nuestra más profunda
desconfianza, sino, ante todo, el mayor de los desprecios por todas y cada una de las
llamadas instituciones democráticas nacidas a raíz de la rúbrica de la nefasta Constitución
del 78 por el Jefe del Estado.

El artículo 54 de la vigente Constitución, con el fin de enmascarar un sistema que, a pesar


de lo que nos cuentan, deja todo el poder en manos de los partidos políticos -a los que les
preocupa mucho el español-votante y muy poco el español-persona-, creó la figura del
Defensor del Pueblo como alto comisionado de las Cortes Generales para la defensa de
los derechos fundamentales. Así, los medios de comunicación ya podrían disponer de una
especie de épico justiciero dispuesto a proteger al más débil de los ciudadanos de los
abusos -eso sí, escasos y nimios- que nuestro casi perfecto y divino sistema de libertades
pudiera cometer. En la actualidad, este caballero andante de la Democracia no es otro que
Enrique Múgica Herzog, ex-comunista donostiarra de ascendencia hebrea, hermano de
una víctima de ETA y actual miembro del PSOE -aunque suponemos que sin carné
porque, según la legislación, el Defensor del Pueblo no puede pertenecer partido, sindicato

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o asociación alguna-, cumpliendo así las condiciones idóneas para ocupar cualquier cargo
de importancia en las Cortes Generales, siguiendo la política de consenso deseada por el
mayor admirador de Manuel Azaña: José María Aznar López.

El pasado verano, al hilo de la una campaña promovida por una organización totalmente
ajena a FALANGE ESPAÑOLA INDEPENDIENTE, uno de nuestros camaradas de FEI-
Castilla se decidió a enviar, sin fe ni esperanza, una carta tipo a la Oficina de Defensor del
Pueblo, demandando una actuación de éste encaminada a prohibir en España cualquier
manipulación y experimentación con embriones humanos, es decir, con seres humanos
completos, únicos e irrepetibles. Tras varias devoluciones del escrito, por parte de dicha
oficina, escudándose en fallos burocráticos inexistentes que demostraban que los
oficinistas de turno, tras comprobar el tema de la petición, no se habían tomado ni siquiera
la molestia de leerla en su totalidad, ésta fue admitida para su estudio.

A las pocas semanas, recibimos la respuesta. Venía a decirnos que, por existir una amplia
controversia científica, este asunto sobrepasaba las competencias del señor Múgica
Herzog que no haría nada al respecto. Es decir, porque existe algún mal llamado científico
que defiende la experimentación y exterminio de seres humanos, claramente guiado por
intereses económicos -los beneficios monetarios que puede suponer son enormes-, el
señor Múgica Herzog, se lava las manos independientemente de lo que le dicten la ley y,
ante todo, su conciencia. Eso sí, si los que reclaman una actuación decidida de éste son
anormales sexuales no cabe controversia científica alguna a pesar de la más que
demostrada patología psicológica de los llamados homosexuales. Por lo visto, con la
Democracia siempre sucede lo mismo: los supuestos derechos de los depravados y los
problemas de plastilina siempre tendrán carta de naturaleza pero, cuando detrás del
asesinato de cientos de miles de inocentes no existe una caterva de periodistuchos o
políticos de verbena, cualquier excusa es buena para seguir pisoteando al no nacido. Y si
no se encuentra, Múgica argumentará que él no trata esos temas porque es hombre de
izquierdas y eso -el nasciturus- nadie puede asegurar que sea una persona como ya he
hecho en alguna ocasión, demostrando su supina ignorancia en ciencia, teología y moral.
Esto es, Múgica Herzog, utiliza los mismos argumentos que el nazismo contra los judíos, o
el apartheid y los gringos del XIX contra negros e indios.

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Un inútil en todos los aspectos.

Pero no debería sorprendernos. El sistema político actual se sustenta no sólo sobre


intereses económicos sino, y ante todo, en una enorme montaña de mentiras que acabará
engullendo a todo aquel que intente luchar contra ella desde ella misma. Nosotros, por
suerte, hemos sufrido tantas veces las arbitrariedades e injusticias del sistema
democrático que somos inmunes a cualquier ilusa aspiración. Es más, sólo nos falta que
algún científico de tres al cuarto opine que los fachas no son seres humanos para que
comiencen a vender nuestros órganos vitales al por mayor. Por su parte, ya vendrá el
señor Múgica Herzog a pedirnos ayuda si los separatistas del PNV lograsen sus planes -
aunque para ello tendrían que acabar con muchos falangistas- y le pidieran certificar su
raza vasca. Puede estar seguro de que le ayudaríamos sin pensarlo dos veces a pesar de
que sea hombre de izquierdas.

Congreso de Servicios Sociales de Castilla y León:

¿SERVICIOS SOCIALES PARA QUIÉN?


Los pasados días 23, 24 y 25 de octubre se celebró en la Feria de Muestras de Valladolid
el tan esperado Congreso de Servicios Sociales de Castilla y León, organizado por la
Junta, que pretendía ser un foro de debate entre los distintos sectores implicados en el
sistema asistencial, desde empleados públicos hasta voluntarios, pasando por teóricos de
la sociología, profesionales de diversos centros y residencias y representantes de
numerosas asociaciones de grupos excluidos o con necesidades específicas.
Inevitablemente, este Congreso ha tenido una gran repercusión en la prensa, en parte por
su fabuloso despliegue de medios y en parte por la presencia de reputados expertos en la

19
materia y, como no podía ser menos, del presidente autonómico Herrera, un verdadero
lince siempre a la caza de votos. Ya se sabe además que estos temas dan mucho juego
en una sociedad como la de ahora, tan engolosinada con la cantinela democrática del
bienestar y la calidad de vida para todos, y tan preocupada por no perder la senda de lo
políticamente correcto, que consiste en disimular al máximo nuestro materialismo y
nuestro egoísmo llenándonos la boca –en un rimbombante congreso, por ejemplo- de lo
pobrecitos que son los subnormales y los ancianos, hoy llamados discapacitados
psíquicos y mayores, y de lo mucho que hay que apoyarlos con todas las medidas
necesarias y gastando el dinero que haga falta. Nos suena mucho esta hipocresía de
quienes creen que todo se arregla hablando y pagando –si es sólo hablando, mejor- y
olvidan la importancia de otros gestos y otras actitudes mucho más necesarios.

Las distintas ponencias y Mesas Redondas del evento versaron sobre las cuestiones más
variadas. Se analizaron la inmigración, el fenómeno impresionante y casi nos convencen
de que mayoritario del Voluntariado y el asociacionismo social, el maltrato machista a las
mujeres, la asistencia a los enfermos de Alzheimer, la inclusión laboral, la prevención del
envejecimiento o envejecimiento activo y la inserción de minorías excluídas. Sin embargo,
la parte del congreso que más llamó nuestra atención, dejándonos de piedra, fue una
conferencia sobre las perspectivas de atención a los colectivos dependientes (personas
que no pueden realizar por sí mismas las actividades cotidianas) seguida de una Mesa
Redonda acerca de los programas de apoyo a la familia en el ámbito de los Servicios
Sociales. En ambas se expusieron las nuevas y siniestras tendencias del asistencialismo
en España

Nosotros ya sabíamos que el capitalismo de la libre competencia y del tanto eres, tanto
vales ha barrido hace mucho los valores cristianos. Ya estábamos al tanto de la crisis de la
familia, favorecida por el individualismo atroz y por el relativismo moral característicos de
los regímenes liberales partitocráticos. Ya nos percatábamos de que los animales de
compañía, los niños pequeños o los seres queridos que no pueden valerse son
considerados un estorbo que puede arruinar unas buenas vacaciones y, en general, una
vida más placentera. Pero al menos suponíamos, con candidez algodonal, que el sistema
de Servicios Sociales estaba llamado precisamente a atenuar o a compensar en alguna
medida este abandono y falta de atención familiar que sufren, cada vez con más
frecuencia, los ancianos, los minusválidos, los deficientes y los enfermos. En definitiva,
imaginábamos que los llamados Servicios Sociales tenían como destinatarios a los débiles
y a los asistidos, aunque sólo fuera para ofrecer una buena imagen o para dar
cumplimiento a las tesis de Keynes, que socializaron levemente el liberalismo a ultranza
para evitar conflictos sociales derivados de la desigualdad demasiado escandalosa.

Nada más lejos de la realidad. Asistiendo a este congreso castellano-leonés, ya nos


hemos enterado de cómo funciona todo. Resulta que los catedráticos de sociología y los
políticos del siglo XXI piensan que el Estado del Bienestar, repleto de prestaciones y
ventajas, debe ser, en principio, disfrutado por todos, pero, especialmente y
prioritariamente, por los que aportan una contraprestación, es decir, por quienes trabajan y
pagan más impuestos. Las crecientes ofertas de ocio y disfrute y la posibilidad de gozar de
una vida lo más despreocupada posible están sobre todo concebidas para la gente joven y
sana, para esas parejas de hecho tan en boga y para los matrimonios sin hijos o con un
sólo retoño y con dos buenos sueldos a fin de mes. Si, por desgracia, a alguien le toca un
discapacitado en la familia o se ve en la tesitura de tener que hacerse cargo del abuelo y
de su silla de ruedas, es muy importante que esta circunstancia adversa no redunde en
perjuicio de la calidad de vida del matrimonio, ni impida la realización personal de la mujer
trabajadora, ni deteriore el descanso, ni dificulte unas vacaciones relajantes y bien
merecidas, ni, sobre todo, provoque estrés, porque eso del estrés pone a la gente muy

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alterada y es entonces cuando surgen los malos tratos al anciano o al asistido, y ello no
favorece el crecimiento personal de unos y otros. Cuando un contribuyente se encuentra
con una carga así, debe despreocuparse y acordarse de la existencia de los Servicios
Sociales modernos, que ya no están diseñados para atender de forma directa a las
personas inválidas y dependientes, sino a sus pobres familiares trabajadores y estresados.
La asistencia al anciano o al minusválido –a través de residencias, Centros de Día,
talleres, terapias e internamientos veraniegos llamados irónicamente Programas de
Respiro Familiar- es sólo el instrumento del Sistema para servir al que tributa, al que
cotiza, al que pinta algo y –a diferencia de los viejecitos, a quienes tantas veces se
prepara el sobre en las elecciones- puede presionar con su voto para que el Estado vele
su sueño de comodidad democrática. Quien trabaja, tiene derecho a disfrutar; quién no
está en activo y contribuye, debe ser aparcado.

El liberalismo da por sentado que las familias han perdido su función tradicional de
proteger a sus miembros más débiles y que los hijos ya ni se plantean cuidar con cariño y
agradecimiento a quienes, en su día, lo dieron todo por ellos sin escatimar en sacrificios y,
desde luego, sin cuantificar el valor económico de los cuidados, no como en el congreso
de la Junta, en el que sesudos economistas divagaron, sin temblarles la voz, sobre las
horas laborales que representa dar un biberón o ayudar a una madre a acostarse o -¡qué
barbaridad! – hasta hacer compañía a la abuela que vive sola. Esta sociedad podrida y sin
pilares demanda que el Estado deje de cumplir su típico papel subsidiario en esta materia
y no sólo intervenga en supuestos de abandono o desprotección real, sino en todos los
casos en que exista cualquier grado de dependencia, cofinanciando las atenciones,
haciéndose cargo de los familiares incómodos o favoreciendo la contratación de
inmigrantes para el cuidado a domicilio.

Semejante modelo asistencial, copiado de países bárbaros del Centro de Europa, tiene
dos graves vicios de fondo. De una parte, contribuye a la desintegración de la familia, pues
la red de servicios, a través de las administraciones locales, funciona mecánicamente,
atendiendo las peticiones de las familias –cuidadores informales, en terminología técnica-
sin detenerse a estudiar los deseos del inválido, y casi imponiendo el ingreso en asilos con
el fin de favorecer un determinado tipo de sociedad antifamiliar, sin sentimientos ni
relaciones intergeneracionales. Por otro lado, se basa en el más brutal materialismo, casi
al estilo nazi, al darse prioridad a las necesidades del sector social productivo y
menospreciarse la libertad, las inquietudes y los afectos de quienes, en teoría, ya no son
útiles, por muchas palabras bonitas que suelten los políticos o por muchos viajes del Club
de los 60 y Universidades de la Experiencia que se inventen para hacernos creer que se
da importancia a los jubilados. Visto lo visto, nos preguntamos con el corazón en un puño
cuánto tardará en legislarse en nuestro país la libre práctica de la eutanasia, o sea la
eliminación impune de los que nos incordian haciéndose sus necesidades encima u
obligándonos a renunciar a un fin de semana en la sierra.

El mundo es incluso peor de lo que pensábamos si es que el poder público se ve obligado -


de forma interesada- a sustituir la ayuda mutua y la abnegación en la familia por una
intervención fría e institucional, se invierta lo que se invierta. Gracias a Dios, hay cosas
que jamás podrán comprarse con dinero.

EL FES EN LA SEMINCI: WAR PHOTOGRAPHER FOTÓGRAFO DE GUERRA

Un año más, el FRENTE DE ESTUDIANTES SINDICALISTAS acudió a la llamada de la

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cita más grande de la cinematografía en Castilla. La 47 Semana Internacional de Cine de
Valladolid era un reclamo lo bastante interesante como para resistirse a él.

Varios ciclos resultaban atractivos: los dedicados al Arte Grand Format y Docs in Europe,
pero un año más los documentales de Tiempo de Historia fueron los que centraron la
atención del sindicato falangista de estudiantes desde un primer momento. En particular,
un documental que no reclamaba una revisión de la Guerra Civil Española, ni buscaba
justificar una determinada visión de un hecho histórico. Era un documental basado en el
trabajo de un fotógrafo de guerra que ofrecía la visión del mundo actual a través del ojo
que mira a través de un objetivo de 35 milímetros.

El documental suizo se centraba en la


labor de James Nachtwey, fotógrafo que
ha trabajado para las revistas GEO,
SPIEGEL, NATIONAL GEOGRAPHIC o la
Agencia MAGNUM en diversos conflictos.
Con una dilatada carrera de más de
veinte años, ha ganado cinco veces el
Premio Nobel de Fotografía, así como
diversos galardones internacionales.
Kosovo, Ruanda, Honduras, Indonesia,
Palestina, o los propios Estados Unidos
son lugares en los que se centra el
documental, pero bien podría aplicarse a
otros puntos calientes como Irán, China,
Marruecos, Argelia, Rusia o Sudáfrica. La
película muestra la guerra y sus efectos
más inmediatos sobre la población civil:
hambre, epidemias..., pero no es una denuncia antibelicista al uso. No sigue un calculado
hilo conductor que sirva para transmitir un prosélito mensaje pacifista. Se trata de algo
mas profundo. Va mucho más allá. Remueve la conciencia del espectador, sin caer en lo
morboso, sin regocijarse en la miseria ni en la crueldad con la que los poderosos se
ensañan con los débiles. Retrata el perfil extremo humano, hasta donde pueden llegar las
cotas de sadismo amparadas en el anonimato de la masa: fosas comunes en el cercano
Kosovo, un millón de muertos -la mayor parte de ellos masacrados a machetazos o
garrotazos- en Ruanda..., pero también la miseria derivada de la guerra, la pobreza de
Indonesia, el fanatismo islámico -una muchedumbre matando a un cristiano en aquel país-,
niños que en sandalias rebuscan en los vertederos de basura de Tegucigalpa, en
Honduras; o el tóxico trabajo en las minas de azufre de jóvenes asiáticos, sin siquiera la
protección de unos guantes.

Pudimos ver un escalofriante testigo mudo de los mayores crímenes cometidos en la


actualidad contra la Humanidad, en los cinco continentes, que hace revolverse los
intestinos de todos los afortunados que disfrutamos del primer mundo; un verdadero
documento, que remueve conciencias, sin caer en la gula periodística, y que lleva al
espectador a plantearse casi las mismas preguntas que Nachtwey: ¿Me estoy
aprovechando de la miseria de esta gente para obtener éxito? ¿He sacrificado mi
humanidad por una fotografía? ¿Llegará el día en que los conflictos y la miseria tan sólo
me parezcan un trozo de celuloide?

Los rostros de los niños famélicos y de los ancianos esqueléticos llevan décadas
clamando por un mundo más justo. La indiferencia de nuestra generación hará que tengan
que pasar aún muchos años más para que todo el sufrimiento humano se recuerde, tan

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sólo, por unas fotografías.

NOTICIAS. (Sección incluida sólo de forma parcial)

Otra vez a Santiago.


En el verano de 1.999, coincidiendo con el último Año Jacobeo, la Falange de Castilla
organizó una peregrinación a pie hasta Santiago de Compostela. Este año, entre el 2 y 9
de agosto, FALANGE ESPAÑOLA INDEPENDIENTE ha repetido la experiencia a nivel
nacional. Varios de nuestros camaradas de toda España recorrieron a pie la distancia que
separa la localidad leonesa de Ponferrada de la capital de Galicia, en lo que supuso un
itinerario de unos 230 kilómetros, a completar en siete jornadas que transcurrieron, en
algunas ocasiones, bajo un sol abrasador y, en otras, bajo la sempiterna lluvia gallega.
Asfalto, caminos de tierra, barro, polvo y corredeiras que nos obligaban a recordar la gran
fe que debía mover a aquellos humildes peregrinos que, sin los medios y recursos
actuales, abandonaban todo para ganar las indulgencias, lo que contrasta en gran medida
con una ruta que, por desgracia, hoy en día se ha convertido más en una atracción
turística que en una actividad religiosa.

¡ Qué gañán!
El último día de agosto, todos los falangistas de Castilla nos vimos enormemente
ultrajados tras comprobar como un tal Javier Ortiz, subdirector de El Mundo, en su ridícula
columna, y con motivo de la visita anual que José María Aznar realiza al vallisoletano
pueblo de Quintanilla de Onésimo, despotricaba contra el histórico líder castellano,
tachando a Onésimo de racista, antisemita, violento, pistolero fascista y «nazi de tomo y
lomo». Tras enviar la correspondiente réplica al director del diario -Pedro J. Ramírez, el
mismo que se sienta a la derecha del presidente del Gobierno en cenas y bodas- por
múltiples medios sin obtener respuesta alguna, decidimos remitírsela directamente al
mismo Javier Ortiz. Su respuesta no se hizo esperar -no así la publicación de una réplica
que todavía ansiamos- y se correspondía fielmente a lo que podíamos temernos de un
tipejo como éste, el típico progre de izquierdas y filoetarra -se muestra radicalmente en
contra de la ilegalización de Batasuna y de las sentencias de Garzón al respecto-, eterno
segundón con aspiraciones incumplidas que es colocado de número dos en el diario que
sirve de vocero del régimen con el fin de dar la impresión de pluralidad. Un número dos
que, a falta de méritos y valía propios -sus mayores «triunfos periodísticos» los ha logrado
en una revista de pesca y similares-, ha visto Internet como el medio ideal para satisfacer
sus ególatras aspiraciones, construyéndose una página WEB que publicita a diestro y
siniestro, sintiéndose, de esta forma, alguien tan importante como todos los virtuales
personajillos que pululan por esos cybermundos.

En su contestación, Javier Ortiz nos confirma que es un auténtico gañán. Hemos


comprobado, en más de una ocasión, que este tipo de cagatintas es incapaz de contestar
correcta y educadamente a una carta que le haya sido remitida en términos
completamente corteses y caballerosos. Sencillamente, venía a decirnos que «fuéramos a
darle la vara (sic) al director de El Mundo» porque él, Javier Ortiz, sabía muy bien de qué
estaba hablando al referirse al «Onésimo de marras». Acababa confirmando que nos
encontrábamos ante un profundo resentido, sentenciando que «bastantes palizas me han
dado ya ustedes, los falangistas». Por lo visto, no las suficientes, pero que no se
preocupe: todo tiene solución.

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Inauguración del curso político 2.002-2.003 en Valladolid.
El pasado mes de octubre tuvo lugar la reunión inaugural que daba inicio al presente curso
político. A la reunión asistieron camaradas de Valladolid, Palencia, Segovia y Burgos. Se
presentó el calendario de actividades para el nuevo curso: charlas de formación, video-
foros, campañas de propaganda, tenderetes, albergues, campamento así como el
tradicional acto del 4 de Marzo que todos los años viene organizando la Falange de
Castilla, y la labor de defensa del alumnado que viene desarrollando el FES desde hace
varios años.

A la convocatoria acudieron los nuevos afiliados que se han sumado con entusiasmo
falangista a un proyecto que, si bien va despacio, continúa creciendo.

II Curso de formación Luis Alcocer.


El día 1 de este mes de noviembre, ha dado comienzo en Valladolid el III curso de
Formación de JUVENTUDES FALANGISTAS de Castilla Luis Alcocer. Esta primera sesión
de apertura ha servido para la presentación de los temarios y lecturas a los camaradas
encuadrados en este curso, que, como en años anteriores, hará un repaso por la doctrina,
la historia y la naturaleza de la Falange, a la luz de los textos fundamentales de los
fundadores.

LAURELES Y RICINOS.

Con los laureles o el ricino (típico correctivo falangista para los nenes malos), pretendemos
dar un rapapolvo o felicitar a diversas personas o instituciones públicas y privadas por
intervenciones, medidas o actitudes puntuales, sin que, en ningún caso, otorgar un laurel o
un traguito de ricino implique apoyar o rechazar íntegramente la ideología ni la línea
general de comportamiento de un laureado o ricinado en concreto, siendo así que hoy
podemos felicitar a quien mañana purguemos o viceversa. Participa y envíanos tus ideas,
con un máximo de 60 palabras, a nuestro apartado de Valladolid.

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LAURELES RICINO

Para el Embajador Español en Irak, que Al Gobierno español, por permitir que
ha dimitido por oponerse a la absurda y tropas de la ONU desfilaran por la
criminal política exterior de EE.UU., Castellana el 12 de Octubre, con
Aznar y Palacio. Muchos niños están banderas de Francia, EE.UU y Reino
muriendo de hambre y enfermedad en Unido, países que se han pasado la
aquel país gracias a los consejos del historia escupiendo y pisoteando la
amigo americano. Hispanidad.

Para el diario La Razón, por destapar Para la Juez Ruth Alonso, por conceder
los chanchullos de los sindicatos UGT y el tercer grado a un etarra con 300 años
CC.OO., que venían cobrando de condena ¿A qué jugamos, doña
subvenciones por cursos de formación Ruth? ¡Por lo menos, disimule un poco
que nunca llegaban a impartirse. ¿Para su pánico a los paquetes-bomba y
cuándo el linchamiento y/o el conserve la dignidad!
encarcelamiento de esta chusma
parásita y enemiga de los trabajadores?
Para nuestros amiguísimos de la
Fundación Triángulo de Gays y
Para El Mundo-digital que, en su Lesbianas, quienes en la Feria del
edición del 25 de octubre, publicó una asociacionismo se dedicaron a repartir
instantánea en la que aparecía Felipe preservativos, suponiendo que toda la
de Borbón junto a Woody Allen sobre el juventud está tan viciada como ellos.
pie de foto el comediante y el príncipe. ¡Más duchas frías, marranos!
El orden de los factores sí altera el
producto, aunque no seamos
quisquillosos... Para el Gobierno, por su inseguridad
con el Decretazo del desempleo.
Aunque, decidan lo que decidan los
Para el Ministerio de Fomento, la Junta señores del P.P. en materia laboral,
de Castilla y León y el Ayuntamiento de siempre va a ser injusto, sugerimos a
Valladolid por decidirse, por fin, a este partido que se aclare, pues, si al
soterrar la línea férrea que divide final iba a ceder y modificar el Decreto,
antiestéticamente la ciudad y margina podía habérselo pensado antes de la
los barrios de Pajarillos y Delicias. huelga, ahorrándonos a todos muchos
millones.
Para la empresa galletera Siro, por
hacerse cargo de la factoría de Para la ONU, que, pese a la gravedad
Fontaneda en Aguilar de Campoo de los problemas que amenazan al
(Palencia). Después de todo hay que mundo (guerra en Israel, hambruna en
agradecer que ni las instalaciones ni los África, represión marroquí en el
trabajadores se desplacen por media Sáhara...) se dedica a crear ridículas
península para satisfacer los anhelos comisiones, como la última, destinada a
capitalistas de United Biscuits. estudiar los casos de desaparecidos en
nuestra Guerra Civil, siempre del bando
rojo, como es obvio.
Para la Hermandad de Alféreces
Provisionales que, año tras año, sigue
fiel a los Caídos por Dios y por España Para todos los establecimientos de ocio

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con las distintas convocatorias que y medios de comunicación que se
realizan en la semana del 20 de empeñan en imponer en España la
noviembre. Desde aquí, nuestro celebración del pagano y hortera
agradecimiento. Halloween. La fecha en que
recordamos con Fe a nuestros difuntos
es demasiado seria como para
Para José María Bergareche, mezclarla con calabazas, disfraces y
vicepresidente del Grupo Correo, por otras americanadas similares.
reconocer que “la subordinación
partidista compromete la credibilidad de
la Prensa”. Ahora sólo falta que, Para la Junta de Castilla y León, que ha
además de admitirlo, intenten creado, a finales de octubre, el Registro
remediarlo. ¿Es mucho pedir? regional de Uniones de Hecho para
parejas no casadas, incluso del mismo
sexo. Estos del P.P. no tienen remedio:
cada día son más progres.

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