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Como suele suceder cada vez que se tocan temas relativos a las libertades y derechos
democráticos, la aprobación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos, el pasado 27 de
junio, ha provocado un sinfín de polémicas y acalorados debates. La discusión ha
enfrentado principalmente a los héroes justicieros del P.P. y a los sectores más
recalcitrantes de la izquierda proetarra y del separatismo de todo pelaje, y, como de
costumbre, ha sido convenientemente manipulada y simplificada por el bien llamado
Cuarto Poder, que ha venido informándonos de un conflicto entre quienes creen que la
norma respeta todas las ideas de cualquier partido y restringe tan sólo ciertas actividades
de éstos cuando sean violentas o terroristas, y los que opinan que se trata, ni más ni
menos, de una ley fascista -¡ya salió!- que veta y persigue, al estilo de la etapa de Franco,
las doctrinas y planteamientos contrarios a los del partido en el poder. Una vez que la tele
y los periódicos han cocinado y enlatado la polémica a su gusto, es bien sabido que hay
que comérsela sin chistar y posicionarse necesariamente en una u otra opción,
identificándonos con uno de los bandos, de tal forma que, desde junio, estar a favor de la
ley es lo mismo que ser pepero y, de paso, un demócrata ejemplar y un buen ciudadano;
en cambio, despotricar contra ella, en los términos que sean, supone convertirse en
sospechoso de poner bombas-lapa o de tener ideas ultras contrarias a la convivencia
cívica. Pero la cuestión no es tan sencilla como nos quieren hacer ver y merece la pena
profundizar en el asunto.
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por los mismos, sino al conjunto de su actividad, y, así, no se trata de prohibir la defensa
de ideas o doctrinas, por más que éstas pongan en duda el marco constitucional del
Estado de Derecho, sino de sancionar conductas ilícitas concretas y tasadas; todo lo
contrario –sigue la Exposición- a lo que sucede en otros países, en los que, para preservar
los elementos sustanciales del Estado Democrático, se exige a los partidos acatar y
someterse dócilmente a la Constitución y a sus principios. En definitiva, la Ley Orgánica,
en el colmo de la generosidad, nos autoriza, por ejemplo, a los falangistas a estar en
contra de la democracia, de los partidos y de la soberanía popular; nos permite opinar en
abstracto que los derechos de la Carta del 78 son una piltrafa, y nos deja especular,
siempre en el ámbito de las ideas, sobre lo injusta y perversa que es la Monarquía. Se nos
da manga ancha para pensar, pero siempre que no se nos note mucho lo que pensamos,
ni tratemos de materializar estas ideas, ni nos comportemos conforme a ellas buscando la
coherencia entre pensamiento y acción.
Desde luego, eso de andar con distingos entre las opiniones teóricas y las actitudes
prácticas se nos antoja bastante poco riguroso, máxime cuando, leyendo el articulado de
la ley, comprobamos cuáles son esas conductas proscritas. Para empezar, el
correspondiente juez o tribunal penal puede disolver una organización política cuando
incurra en el delito de asociación ilícita, lo que puede suceder si se promueven la
discriminación o el odio a determinados grupos por motivos de ideología, religión,
orientación sexual, etcétera. Pero además, una sala especial del Supremo, integrada por
su presidente y por los presidentes de sala, puede también disolver, a instancia del
Ministerio Fiscal o de las Cortes, cualquier partido que incurra en ciertas actividades; es
cierto que la mayoría guardan clara relación con el apoyo al terrorismo –que no al
separatismo o nacionalismo- , pero otras se definen con ambigüedad, llegándose a hablar,
en el famoso artículo 9, de conceptos jurídicos indeterminados como justificar la exclusión
de personas por razón de sus ideas o legitimar la violencia como método de consecución
de objetivos políticos.
En F.E.I., claro, andamos con la mosca detrás de la oreja, pues nunca nos hemos
recatado en defender la exclusión y la persecución de separatistas, musulmanes o
deformados sexuales que hagan proselitismo de sus respectivas ideas, religión y
comportamientos aberrantes. Tampoco rechazamos de plano los métodos más bien
expeditivos para acceder al poder y sí, en cambio, los cauces partitocráticos y
parlamentarios al uso. Así que cualquier día pueden llegar y disolvernos, sin comerlo ni
beberlo, por tratar de comportarnos igual que como pensamos. Y esto no es lo más grave;
lo peor es darse cuenta de que la última decisión sobre qué es el terrorismo, qué es lo
democrático, qué es lo violento o en qué consiste promover la discriminación, corresponde
en régimen de monopolio al Gobierno. Si los veinte vocales del Consejo General del Poder
Judicial se designan a propuesta de la mayoría de las Cortes (es decir, por el Gobierno), y
el Pleno del Consejo General del Poder Judicial propone el nombramiento del presidente y
los presidentes de Sala del Tribunal Supremo, y estos últimos son los que deciden, a
iniciativa de las Cámaras (o sea, del Gobierno), cuándo y por qué se disuelve un grupo
político, parece ocioso preguntarse quién se lo come y se lo guisa en materia de
disoluciones. Moraleja: que si no somos clandestinos es gracias la bondad de José María
y los suyos. Y aquí tenemos que coincidir con los izquierdistas en que todo esto recuerda
mucho al talante de cualquier dictadura y al del Generalísimo, que hacía –igual que el P.P.
de hoy- su santa voluntad, imponiendo sus criterios, pero, eso sí, sin andarse con tantos
rodeos y sin aprobar leyes estúpidas como esta última para justificar y camuflar lo
injustificable.
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prohíban la Falange, pues la diferencia entre nuestra triste situación actual y la de un
grupo perseguido y al margen de la ley nos resulta demasiado nimia como para no
plantearnos el sacrificio. Por otra parte, nosotros sugerimos al Parlamento la disolución,
por los siglos de los siglos, no sólo de E.H., sino de todos los demás partidos, incluida F.E.
I., para dar paso a un orden nuevo, donde no tenga cabida la hipocresía escandalosa de
los populares, esos demócratas intachables a quienes ha faltado tiempo para regular la
posibilidad de quitar de en medio todo lo que no les gusta.
Es triste que aquellos que tanto han dado por la Patria caigan en el ostracismo. La
dictadura democrática sólo venera a sus gigantes de pies de barro, estómagos
agradecidos que únicamente son ejemplo de vicios, intereses y mentiras. Por eso casi
nadie conoce a Ruiz de Alda. No se le menciona en las escuelas, no se le rinden
homenajes ni a él ni a sus gestas que, de haberse producido en otros países, le habrían
elevado a la categoría de héroe nacional. Triste España, que reniegas de tus hombres y
encumbras a resentidos, ignorantes, necios y mediocres.
En el pueblo navarro de Estella, allá por 1897, veía la luz, un 7 de octubre, Julio Ruiz de
Alda Miqueleiz -que nadie busque en 1997 una mínima mención con motivo del
centenario-. De infancia tranquila y apacible y temprana vocación militar -con seis años
acompañaba por el campo a los soldados-, el joven navarro ya encauzaba sus pasos
estudiantiles con buenos resultados. En Logroño completa el bachillerato y marcha a
Madrid a la edad de quince años para ingresar en la Academia Iriarte: el primer paso de su
formación castrense estaba ya dado. Es enviado a Segovia para estudiar en la Academia
del Real Cuerpo en la que se destaca como un estudiante inteligente y aplicado que
llegaría a número uno de su promoción. En 1913 se decanta por la Academia de Artillería
donde, durante cinco años, cursa sus últimos estudios de forma no destacable, para
licenciarse como teniente.
Comienza aquí su periplo militar que le lleva como primer destino a Vitoria. Sólo un año
estuvo en el Segundo Regimiento de Artillería de Montaña, tras el cual, se le destina a
Tetuán, donde no tarda en entrar en combate contra los marroquíes. Sus méritos le
permiten, en 1921, llegar al rango de capitán, momento éste en el que se replantea su
carrera en artillería y decide pasar a formar parte de la aviación, cuerpo en el que veía
unas enormes posibilidades. No opinaba lo mismo sus familiares que, ante el miedo que
suscitaba volar -estamos en los años veinte- le insta en un telegrama a que renuncie a
ellos o a la aviación, a lo que Julio responde: No renuncio ni aviación ni familia. Cumplido
su deseo, sus primeros trabajos son como fotógrafo aéreo, ocupación en la que consigue
aplicaciones de gran utilidad, por ejemplo, para perfeccionar el catastro. Esta actividad se
vio interrumpida en 1924 cuando se produjo un alzamiento en Tetuán y tiene que ir, de
nuevo, al frente.
Hasta este momento, la figura de Ruiz de Alda no ofrece ningún rasgo especialmente
diferenciador de cualquier otro joven militar de la época; sólo su gran sentido patriótico es
destacable, ya que a él subordina toda su vocación.
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Julio y José Antonio en el entierro de un camarada.
Es entonces cuando la vida del joven aviador va a sufrir un enorme cambio al ser
seleccionado por Ramón Franco como uno de los cuatro integrantes de la tripulación, junto
a Rada y Durán, del ya célebre avión Plus Ultra. El objetivo de este viaje no es otro que el
de recorrer, en la medida de lo posible, el trayecto que llevó a Colón desde España al
Nuevo Mundo. En ese mismo momento, Italia tenía intención de hacer un viaje similar, por
lo que urgía la pronta puesta en marcha del proyecto español. Así, el 22 de enero de 1926,
desde Palos emprendían viaje los cuatro compañeros. Las escalas estaban marcadas y no
resultó difícil alcanzar las dos primeras, Las Palmas y Cabo Verde. En esta última estaba
previsto que Durán continuara el viaje en barco, de ahí que sólo tres hombres serían los
que tendrían que sacar adelante la empresa. La expectación era enorme y se seguía con
gran interés cualquier noticia sobre el devenir del viaje. Tras algunas escalas y diversos
problemas, al fin se llega al continente americano. A partir de aquí los homenajes se
suceden en las ciudades de destino: Río, Montevideo y Buenos Aires, donde el 7 de
febrero, ante un enorme gentío, hace el hidroavión su último aterrizaje, quedando allí
cedido como un recuerdo de la unión entre los dos continentes. El reconocimiento se hace
mayor, si cabe, a su regreso a la península; Julio recibe la Medalla Aérea y la llave de
Gentilhombre de Su Majestad amén de numerosas condecoraciones extranjeras.
Una vez asentado, después de tanto homenaje, trabaja por la nacionalización de las
industrias del avión y del automóvil e intenta junto a Ramón Franco dar la vuelta al mundo
aunque el proyecto no ve la luz. Sí que lo vió, aunque de forma desafortunada, el del
Dornier 16, que pretendía hacer un viaje de ida y vuelta desde España a Nueva York y que
terminó naufragando.
Comienza aquí su interés político. Alejado de la vida militar se acerca a Cambó, pero no le
satisface; tras la quema de conventos, se entrevista con Ramiro Ledesma, pero también
es infructuosa su reunión. En octubre de 1931, contrae matrimonio con Amaya Azarola,
con la que tendría un hijo.
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Azaña le tache de fascista y le retire varios trabajos encargados. No contento con eso,
dispone una orden de arresto que eludió exiliándose en la Vasconia francesa, donde
comienza su trato con José Antonio, con el que decide realizar un Acto de Afirmación
Nacional el 29 de octubre de 1933. En él, no quería ser orador porque los pájaros no
hablan.
La actividad durante el resto de ese año y del siguiente es frenética. Sólo en 1936 se
produce un freno a esta labor cuando, el 18 de marzo, es detenido junto al resto de la
Junta Política de Falange, un mes después de la victoria electoral del Frente Popular.
Pese a ser declarado inocente, Julio no volvió a estar en libertad, pues el 22 de agosto un
asalto a la cárcel por parte de los seguidores del Gobierno acabó con la vida de este
hombre ejemplar que, como tantos otros, antes de ser fusilado, esbozó una sonrisa y
despidió brazo en alto a la vida mientras abrazaba la muerte.
Tendrá que pasar tiempo para que Julio Ruiz de Alda ocupe el sitio que se merece.
Mientras tanto, sirvan estas líneas de homenaje.
PATRIA HISPANOEUROPEA
Desde la época medieval, Europa pone los ojos en la naciente España, encomendándose
a los reinos cristianos peninsulares la defensa de la Fe Católica a través de la lucha por el
territorio contra el Islam esclavizador. Los reyes cristianos van a defender con todas sus
armas posibles la religión de Cristo, un proceso que va a culminar en el siglo XV, cuando
los Reyes Católicos libren a la cristiandad occidental del peligro islamizador.
LA NACIENTE ESPAÑA
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Fruto de esta dinámica y de la extraordinaria maestría política y militar de los Reyes
Católicos, España va a liderar el carro de la modernidad. Se sitúa además a la vanguardia
militar, renovando un anquilosado sistema castrense compuesto por diferentes
contingentes nobiliarios, y dando paso a un verdadero ejército popular, integrado por los
legendarios Tercios, que concibió El gran Capitán y que tantas victorias conseguirían en
Italia, Francia, Flandes, o Alemania. Isabel y Fernando se van a erigir justamente en
árbitros internacionales, y en protectores de la Iglesia de Cristo.
El Imperio Español alcanza su punto álgido con la llegada al trono de Carlos I de España y
V de Alemania, al incorporarse a la Corona numerosos territorios de Centroeuropa. Con el
tronío de las tropas imperiales (compuestas por alemanes, italianos, castellanos,
aragoneses, vascos...), el César Carlos dejaba a las puertas de la amenazada Europa a la
morisma turca que no obstante, en 1529, había conseguido llegar hasta Viena. El
Emperador tiene dos amplios frentes de lucha: por un lado, el interno, debiendo hacer
frente a los herejes protestantes cuya doctrina se cernía peligrosamente sobre los reinos
católicos.
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españoles caen en una abúlica existencia. España, desgastada por tantos años de luchas
militares y extenuada por el gran esfuerzo humano y económico realizado, se tambalea,
como fácil presa moribunda, bajo el vuelo de los buitres del resto de Europa. Y estos
buitres lanzarán sus picos y garras contra España, y cada uno se llevará su pedazo de
carne. Los españoles se dejarán seducir por lo extraño, por lo foráneo, por las nuevas
corrientes de pensamiento individualistas, que van acuciando la llegada de un nefasto
siglo XVIII para nuestra Patria.
En 1648 se independizaban las Provincias Unidas (con sus territorios ultramarinos). Once
años después se pierden Luxemburgo, Flandes, Rosellón, la Cerdaña, y los derechos
sobre Alsacia. En 1668 se separaron para siempre Portugal (a través de Tratado, ya que
de facto lo había hecho en 1640), Charleroi, Binchn Ath, Donai, Commines, Tournay,
Oudenarde, Lille, Armentieres, Courtray, Boranes y Furnes. Una decada después, el
Franco Condado, Valenciennes, Bouchain, Condé, Saint Omer, Yprés, Warwick, Cassel...
En 1713, en el mal llamado Siglo de las Luces, Gibraltar y Menorca pasan a la Pérfida
Albión, y los Estados de Flandes, se desgajan de España, al igual que Italia. La influencia
hispánica en el Viejo Continente sólo se mantenía en Sicilia.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se cierne sobre Europa la sombra de la URSS, el peligro
soviético. Stalin, tras haber realizado la revolución dentro de la Unión Soviética, pretende
extenderla al resto de naciones, comenzando por Europa. España se muestra entonces
como ejemplar defensora de la civilización occidental, con su participación en el Frente del
Este con la División Azul
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yankis, tan sólo a cambio de vender la ideología y voluntad del pueblo español por unas
coca-colas, unos vaqueros, o unos chicles. Se nos perdona incluso el pecadillo de haber
luchado al lado de Alemania en el frente ruso (era contra el comunismo, enemigo común,
dirá algún que otro congresista estadounidense), a pesar de que Muñoz Grandes, al ser
recibido en EEUU, fue visto como un general de Hitler que había sido condecorado con la
Cruz de Hierro. De este modo, los políticos mediocres de siempre van a forzar a España a
subir al tobogán del capitalismo de occidente, de la mano del american way of life, pero es
un tobogán que no lleva a buen camino.
LA VERGÜENZA DE GIBRALTAR
Los españoles, desde hace varios siglos a esta parte, hemos vivido acomplejados por
nuestros propios miedos. Uno de estos miedos, ha sido el de decir en voz alta quienes
somos, qué es lo nuestro, y qué queremos. Estas tres fobias, se encarnan en un territorio
concreto: el Peñón de Gibraltar.
Desde el Tratado de Utrecht de 1714, este pequeño trozo de Cádiz está administrado por
Inglaterra. En múltiples ocasiones a lo largo de la Historia, los anglosajones han ido
arrebatando terreno supuestamente neutral para ampliar su colonia, un enclave que nada
tiene que envidiar a los tugurios de Barbarroja o los antros de Francis Drake, en lo que a
volumen de contrabando, trata de blancas o lavado de dinero se refiere.
Los ingleses, que, si entienden de algún arte, éste es el del pirateo, se han aprovechado
de las vergüenzas españolas. Aquí no decimos que somos españoles, como tampoco
decimos que Gibraltar es nuestro, y mucho menos que lo queremos, lo deseamos y lo
exigimos. Durante años, fracasado el proyecto de recuperarlo por las armas tras el término
de la Guerra Civil, hemos puesto buena cara a los pálidos ingleses, por si podía lograrse
algo con la vía diplomática y tibia de las buenas maneras. Pero no ha sido así. España ha
realizado concesión tras concesión, y no ha servido para nada. Ni tan siquiera la ya
famosa resolución de la ONU 1514-XV, de 14 de Diciembre de 1960, sobre
descolonización, parece importar a nadie.
Quede claro que los falangistas no nos sentimos identificados con la Europa capitalista de
los mercaderes, ni con el colonialismo que padecemos en nuestras carnes patrias. Y
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mucho tenemos que cambiar el panorama, para que España vuelva a ser la regidora de
los destinos históricos de Europa. Por el momento, hoy sólo tenemos el arma de la
palabra; mañana, si fuera necesario, empuñaríamos los fusiles.
LA INVASIÓN
El 11 de julio de este año, un grupo de seis soldados pertenecientes a la gendarmería de
Marruecos establecía una tienda de campaña en un pequeño y, hasta ese momento, casi
desconocido islote. La deshabitada plaza, de soberanía española y superficie
aproximadamente igual a la de un campo de fútbol, no es más que un pequeño pedazo de
roca que, a raíz de la invasión, se ha convertido en una de las posesiones españolas más
famosas en el Norte de África: Perejil. Tras un primer intento de desalojo, ese mismo día,
por un patrullera de la Guardia Civil, que fue recibida a punta de pistola, y los consabidos e
inútiles intentos de negociación con un prepotente y desafiante Marruecos, que en esas
fechas celebraba las nupcias del sultán Mohamed VI con una joven ingeniero de rostro
desconocido, y antes de que se consumaran nuevas invasiones -el reino alauí ya
amenazaba la chafarina Isla del Rey y el canario islote de Lobos-, un grupo de guerrilleros
de las Fuerzas Armadas desalojaron, seis días más tarde, Perejil, que pasaría a ser
ocupado por setenta legionarios. Bajo la pretensión de restablecer el statu quo anterior al
11 de julio, la semana siguiente se pacta el desalojo total de la isla, demorando sin fecha
las negociaciones entre los ministros de exteriores español y marroquí -Ana Palacio y
Mohamed Benaisa- , gracias a que Marruecos adquiría el compromiso verbal de no volver
a ocupar ni éste ni ningún otro islote o peñón. Y mientras en los medios de prensa
española, los políticos y el mismo Benaisa se llenaban la boca con grandilocuentes
declaraciones que apelaban a la historia de amistad entre Marruecos y España, los
periódicos marroquíes alentaban una nueva Marcha Verde, esta vez sobre Ceuta y Melilla.
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En este asunto, una vez escuchadas las barrabasadas de toda la ralea de politicuchos e
intelectualoides españoles, sólo nos quedaba por oír una voz: la del todavía Jefe del
Estado que tantas veces ha mostrado su afecto hacía la dinastía hermana de Marruecos.
Suponemos, ante su total mutismo, que debía estar demasiado ocupado con su veraneo
como para preocuparse de invasiones y naderías semejantes.
Ceuta fue inicialmente una colonia perteneciente, y de forma sucesiva, a Cartago, Roma y
Bizancio, formando parte de la España visigoda hasta la invasión musulmana. En 1.415
fue conquistada por Portugal a los musulmanes y, desde la adhesión de Portugal, es
plenamente española, permaneciendo fiel tras la separación lusa en 1.640.
Los fenicios fundaron en la actual Melilla una colonia conocida como Rusaddir.
Posteriormente se constituyó como dominio cartaginés y romano. Tras ser conquistada por
los vándalos, acabó formando parte de la España visigoda, como todo el Norte occidental
de África, hasta ser tomada por los árabes. En 1.497, un siglo antes del nacimiento de
Marruecos, fue retomada por la Corona de Castilla junto con el resto de los antiguos
territorios visigodos en el Norte de África, haciendo así realidad una aspiración que ya
fuera expresada por el Fernando III El Santo.
A principios del siglo XIV llegaron al archipiélago de las Canarias las primeras
expediciones de aragoneses; pero no va a ser hasta 1.402 cuando Juan de Bethencour,
noble normando al servicio de la Corona de Castilla, inicie el proceso conquistador de
Canarias que culminará algunos años después con el reinado de los Reyes Católicos. En
1.476 Castilla funda en Ifni un pequeño puerto pesquero y, en 1.502, la ciudad de Villa
Cisneros en el Sáhara Occidental. Por último, las islas Chafarinas siempre se habían
considerado españolas desde los tiempos de los Reyes Católicos a pesar de no ser
ocupadas militarmente de forma estable hasta finales del siglo XIX.
En 1.524, antes de la creación del reino de Marruecos, los bereberes atacan Ifni, que es
abandonado hasta 1.860. En 1.556 tiene lugar la primera guerra contra las cábilas del Rif,
tribus de bereberes de dicha cordillera. El 28 de mayo de 1.767 el sultán Sidi Ahmet El
Gazel firma con la España de Carlos III un tratado de paz firme y duradero, pero, apenas
siete años más tarde, el mismo sultán pone sitio a Melilla y al Peñón de Vélez so pretexto
de considerar contrario al derecho de gentes la existencia de cárceles en lo que él llama
su Imperio. España, siguiendo una desafortunada estrategia, no ataca a Marruecos con la
contundencia suficiente, por lo que obtiene un débil acuerdo de paz.
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En 1.790, para celebrar su llegada al trono, el sultán Muley Eliacit ataca Ceuta. A pesar de
resultar literalmente destrozadas, las fuerzas islámicas siguen realizando hostigamientos
constantes que se traducirán, dos años más tarde, en la pérdida de las plazas españolas
de Mazalquivir y Tlemecén.
Desde esa fecha, a pesar de la ausencia de grandes batallas, los marroquíes añaden los
ataques de la piratería bereber a su acoso tenaz. Llegamos así hasta 1.843, cuando el
bajá de Tánger invade los territorios limítrofes a Ceuta y ataca Melilla. Aunque el sultán
Muley Solimán firma los convenios de Tánger, en 1.844, y de Levante, en 1.845, para
poner fin a la guerra, en 1.848 se producen nuevos ataques que obligan a España a
ocupar militar y definitivamente las Chafarinas.
Aún así, las guerras continúan hasta 1.859, cuando el sultán Abd Erraj Man firma el
Convenio de Tetuán. Como no podía ser de otra forma, mientras se está firmando el
acuerdo, los moros de Anghera atacan Ceuta y el gobierno de O’Donell da un plazo de
diez días para reparar la ofensa. El sultán muere el noveno día y su sucesor, Sidi
Mohamed, entra en guerra en octubre. El mismo O’Donell toma el mando supremo del
ejército de 40.000 españoles que entra en combate, siendo conquistado Tetuán por el
general Prim tras la aplastante victoria de Monte Negrón. A pesar de ello, la guerra no
finaliza el 26 de abril de 1.860 con el tratado de paz de Wad-Ras, según el cual España
recupera todos sus territorios históricos del Norte de África, desde el barranco de Anghera
hasta el Mediterráneo y desde el Atlántico hasta Santa Cruz de la Mar Pequeña. Además,
España toma Tetuán y se ratifican los convenios sobre Melilla, el Peñón de Velez y
Alhucemas, al margen de fijarse una indemnización de guerra que Marruecos, cómo no,
nunca hizo efectiva.
En 1.880, una cábila rebelde al sultán ataca Melilla y Sidi Aguriach. El sultán, por miedo a
Martínez-Campos, dispuesto a arrasar Marruecos por completo, ofrece a España las
cabezas de los rebeldes y se compromete a hacerse cargo de una indemnización de
cuatro millones de duros que su sucesor, Abd El Aziz, tampoco pagaría jamás.
Pero, aún así, los enfrentamientos han continuado con sucesivos ataques a pesqueros
españoles y patrulleras de la Guardia Civil que, en ocasiones, se han visto encañonadas
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por gendarmes marroquíes en aguas españolas e internacionales.
MARRUECOS DE ARMA
Pero si la historia no enseña nada a nuestros políticos, también existen argumentos
actuales de suficiente peso que nos permiten adivinar las intenciones que esconde
Marruecos tras la cínica sonrisa de Benaisa.
A finales de julio, una vez zanjado el asunto sobre el Perejil, se hizo público que
Marruecos acababa de adquirir a Arabia Saudita una docena de helicópteros de tipo
Apache. En agosto se conoció la compra efectuada a Bielorrusia de medio centenar de
tanques de tipo T-72, capaces de aplastar a los M-60 que España tiene desplegados en
Ceuta y Melilla. Por otro lado, estas armas españolas han sido adquiridas de segunda
mano a los Estados Unidos, que no permite que se usen contra sus aliados, entre los que
se encuentra, cómo no, Marruecos. Esto ya sucedió durante la Marcha Verde, cuando los
gringos prohibieron a España la utilización de artillería y aviación de procedencia
estadounidense. Por otro lado, desde marzo, Marruecos negocia con Arabia Saudita la
compra de una veintena de cazas F-16 mientras entrena a sus pilotos en Bélgica. También
se conoce que Rabat ha comprado recientemente a Francia piezas de artillería de 155
mm. sin restricciones de uso a diferencia de las españolas de Ceuta y Melilla que, junto a
nuestros cazas F-18, también son de origen norteamericano.
Pero lo más grave es que, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo,
entre 1.998 y 2.000, Marruecos ha abonado a España casi 3.320 millones de pesetas en
concepto de compra de armamento, convirtiéndose en el séptimo comprador de
armamento español después de, entre otros, Arabia Saudita. Por lo visto, ése es el fin que
da Rabat a las ayudas económicas españolas, de las que es el primer destinatario mundial
por encima de Hispanoamérica. Y así, a la vez que España vende armas a su primer
enemigo, éste logra una superioridad militar aplastante con material sin restricciones de
uso, mientras nuestro Ministerio de Defensa, para ahorrar trabajo a los servicios de
inteligencia marroquíes, anuncia a los cuatro vientos que los famosos carros de combate
Leopard no estarán disponibles en menos de un año.
Y, como guinda del pastel, ni siquiera podemos contar con nuestros propios soldados que,
aun armados con palos y tirachinas, algún problema causarían a la potente máquina militar
marroquí. Dos legionarios musulmanes del tercio que ocupó Perejil se negaron a participar
en la operación con la excusa de que sería enfrentarse contra su líder religioso: Mohamed
VI.
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en caso de un intento de invasión islámica de Europa. Como inciso, hemos de señalar que
Ceuta y Melilla no entran dentro de los planes defensivos de nuestros ¿aliados? como han
demostrado con su inhibición en el conflicto de Perejil.
Hace unos meses ha visto la luz un informe que destapa un plan secreto de Marruecos y
Arabia Saudita para reislamizar España. En los últimos años, más de 30.000 españoles se
han convertido al Islam gracias a la labor propagandística de las asociaciones islámicas
españolas que, subvencionadas por Marruecos y Arabia Saudita, han pasado de la decena
que eran en los años ochenta a más de doscientas en la actualidad. Sobra decir que
España es la única nación de Europa donde el Islam realiza semejante proselitismo.
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Dos enemigos de España.
CORREO AZUL.
En esta nueva sección publicaremos una carta seleccionada entre todas las que nos
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mandan los lectores de Patria Hispanoamericana. Los textos enviados no podrán ocupar
más de una cara de folio a máquina, a doble espacio. FEI podrá extractar o acortar las
cartas si lo cree necesario.
Cuando se firmó el Tratado de París (10 de diciembre de 1898), no se incluyeron entre las
islas españolas que se cedían a los EE.UU. cuatro archipiélagos de la Micronesia: Islas Os-
Guedes, Islas O-Cea, Islas As-Coroas e Islas Os Pescadores. Cuatro archipiélagos que
nos habían venido de manos portuguesas en el siglo XVI y que se adquirieron a los
portugueses en plena propiedad a cambio de una parte de las Molucas.
Roberto (Valladolid)
EL ESPÍRITU SECTARIO-UNIVERSITARIO
A lo largo del pasado mes de octubre, se celebraron en el Palacio de Santa Cruz, sede
administrativa de la Universidad de Valladolid, dos exposiciones. La primera de ellas,
organizada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, versaba sobre los últimos 25
años de la vida de la antigua provincia española. La segunda, que contaba con mayores
medios, se anunció, desde un principio, como dedicada al arte de la propaganda política
durante la II República. Como se suele hacer en casos semejantes, algunos militantes del
FES acudieron a ambas muestras, no sólo por lo llamativas e interesantes que resultaban,
sino, sobre todo, porque los estudiantes falangistas albergaban sospechas de que la cosa
tenía truco y no podía esperarse de ellas ni neutralidad, ni partidismo: solamente
sectarismo.
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Cartel promocionando la exposición.
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Lo más grave de todo, es que acompañando a la exposición, la UVA editó un catálogo a
todo color. Un espléndido libro que seguramente mereciera ponerse en la estantería de las
mejores bibliotecas. Pero, sorpresa de nuevo: en un demoledor prólogo, firmado por dos
elementos de cuidado de la Universidad de Valladolid, el Rector Sanz Serna y su sicario
Mario Bedera, se afirma que la Universidad siempre ha estado por delante de la sociedad,
y que debe fomentarse el espíritu universitario. Para el Rector, este espíritu estriba en ser
crítico, abierto, progresista e ir con los tiempos. Vaya, del socialista impenitente y recién
encumbrado, Mario Bedera, casi mejor ni hablar. Hace no menos de un mes nos
sorprendía a todos, afirmando que Castilla hunde sus raíces en el pueblo prerromano de
los vacceos". De rechifla, vamos. La Castilla de hoy en día poco conserva de unas tribus
de origen indoeuropeo que no conocían ni tan siquiera la escritura.
Desde siempre, los falangistas hemos manifestado no sólo nuestra más profunda
desconfianza, sino, ante todo, el mayor de los desprecios por todas y cada una de las
llamadas instituciones democráticas nacidas a raíz de la rúbrica de la nefasta Constitución
del 78 por el Jefe del Estado.
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o asociación alguna-, cumpliendo así las condiciones idóneas para ocupar cualquier cargo
de importancia en las Cortes Generales, siguiendo la política de consenso deseada por el
mayor admirador de Manuel Azaña: José María Aznar López.
El pasado verano, al hilo de la una campaña promovida por una organización totalmente
ajena a FALANGE ESPAÑOLA INDEPENDIENTE, uno de nuestros camaradas de FEI-
Castilla se decidió a enviar, sin fe ni esperanza, una carta tipo a la Oficina de Defensor del
Pueblo, demandando una actuación de éste encaminada a prohibir en España cualquier
manipulación y experimentación con embriones humanos, es decir, con seres humanos
completos, únicos e irrepetibles. Tras varias devoluciones del escrito, por parte de dicha
oficina, escudándose en fallos burocráticos inexistentes que demostraban que los
oficinistas de turno, tras comprobar el tema de la petición, no se habían tomado ni siquiera
la molestia de leerla en su totalidad, ésta fue admitida para su estudio.
A las pocas semanas, recibimos la respuesta. Venía a decirnos que, por existir una amplia
controversia científica, este asunto sobrepasaba las competencias del señor Múgica
Herzog que no haría nada al respecto. Es decir, porque existe algún mal llamado científico
que defiende la experimentación y exterminio de seres humanos, claramente guiado por
intereses económicos -los beneficios monetarios que puede suponer son enormes-, el
señor Múgica Herzog, se lava las manos independientemente de lo que le dicten la ley y,
ante todo, su conciencia. Eso sí, si los que reclaman una actuación decidida de éste son
anormales sexuales no cabe controversia científica alguna a pesar de la más que
demostrada patología psicológica de los llamados homosexuales. Por lo visto, con la
Democracia siempre sucede lo mismo: los supuestos derechos de los depravados y los
problemas de plastilina siempre tendrán carta de naturaleza pero, cuando detrás del
asesinato de cientos de miles de inocentes no existe una caterva de periodistuchos o
políticos de verbena, cualquier excusa es buena para seguir pisoteando al no nacido. Y si
no se encuentra, Múgica argumentará que él no trata esos temas porque es hombre de
izquierdas y eso -el nasciturus- nadie puede asegurar que sea una persona como ya he
hecho en alguna ocasión, demostrando su supina ignorancia en ciencia, teología y moral.
Esto es, Múgica Herzog, utiliza los mismos argumentos que el nazismo contra los judíos, o
el apartheid y los gringos del XIX contra negros e indios.
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Un inútil en todos los aspectos.
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materia y, como no podía ser menos, del presidente autonómico Herrera, un verdadero
lince siempre a la caza de votos. Ya se sabe además que estos temas dan mucho juego
en una sociedad como la de ahora, tan engolosinada con la cantinela democrática del
bienestar y la calidad de vida para todos, y tan preocupada por no perder la senda de lo
políticamente correcto, que consiste en disimular al máximo nuestro materialismo y
nuestro egoísmo llenándonos la boca –en un rimbombante congreso, por ejemplo- de lo
pobrecitos que son los subnormales y los ancianos, hoy llamados discapacitados
psíquicos y mayores, y de lo mucho que hay que apoyarlos con todas las medidas
necesarias y gastando el dinero que haga falta. Nos suena mucho esta hipocresía de
quienes creen que todo se arregla hablando y pagando –si es sólo hablando, mejor- y
olvidan la importancia de otros gestos y otras actitudes mucho más necesarios.
Las distintas ponencias y Mesas Redondas del evento versaron sobre las cuestiones más
variadas. Se analizaron la inmigración, el fenómeno impresionante y casi nos convencen
de que mayoritario del Voluntariado y el asociacionismo social, el maltrato machista a las
mujeres, la asistencia a los enfermos de Alzheimer, la inclusión laboral, la prevención del
envejecimiento o envejecimiento activo y la inserción de minorías excluídas. Sin embargo,
la parte del congreso que más llamó nuestra atención, dejándonos de piedra, fue una
conferencia sobre las perspectivas de atención a los colectivos dependientes (personas
que no pueden realizar por sí mismas las actividades cotidianas) seguida de una Mesa
Redonda acerca de los programas de apoyo a la familia en el ámbito de los Servicios
Sociales. En ambas se expusieron las nuevas y siniestras tendencias del asistencialismo
en España
Nosotros ya sabíamos que el capitalismo de la libre competencia y del tanto eres, tanto
vales ha barrido hace mucho los valores cristianos. Ya estábamos al tanto de la crisis de la
familia, favorecida por el individualismo atroz y por el relativismo moral característicos de
los regímenes liberales partitocráticos. Ya nos percatábamos de que los animales de
compañía, los niños pequeños o los seres queridos que no pueden valerse son
considerados un estorbo que puede arruinar unas buenas vacaciones y, en general, una
vida más placentera. Pero al menos suponíamos, con candidez algodonal, que el sistema
de Servicios Sociales estaba llamado precisamente a atenuar o a compensar en alguna
medida este abandono y falta de atención familiar que sufren, cada vez con más
frecuencia, los ancianos, los minusválidos, los deficientes y los enfermos. En definitiva,
imaginábamos que los llamados Servicios Sociales tenían como destinatarios a los débiles
y a los asistidos, aunque sólo fuera para ofrecer una buena imagen o para dar
cumplimiento a las tesis de Keynes, que socializaron levemente el liberalismo a ultranza
para evitar conflictos sociales derivados de la desigualdad demasiado escandalosa.
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alterada y es entonces cuando surgen los malos tratos al anciano o al asistido, y ello no
favorece el crecimiento personal de unos y otros. Cuando un contribuyente se encuentra
con una carga así, debe despreocuparse y acordarse de la existencia de los Servicios
Sociales modernos, que ya no están diseñados para atender de forma directa a las
personas inválidas y dependientes, sino a sus pobres familiares trabajadores y estresados.
La asistencia al anciano o al minusválido –a través de residencias, Centros de Día,
talleres, terapias e internamientos veraniegos llamados irónicamente Programas de
Respiro Familiar- es sólo el instrumento del Sistema para servir al que tributa, al que
cotiza, al que pinta algo y –a diferencia de los viejecitos, a quienes tantas veces se
prepara el sobre en las elecciones- puede presionar con su voto para que el Estado vele
su sueño de comodidad democrática. Quien trabaja, tiene derecho a disfrutar; quién no
está en activo y contribuye, debe ser aparcado.
El liberalismo da por sentado que las familias han perdido su función tradicional de
proteger a sus miembros más débiles y que los hijos ya ni se plantean cuidar con cariño y
agradecimiento a quienes, en su día, lo dieron todo por ellos sin escatimar en sacrificios y,
desde luego, sin cuantificar el valor económico de los cuidados, no como en el congreso
de la Junta, en el que sesudos economistas divagaron, sin temblarles la voz, sobre las
horas laborales que representa dar un biberón o ayudar a una madre a acostarse o -¡qué
barbaridad! – hasta hacer compañía a la abuela que vive sola. Esta sociedad podrida y sin
pilares demanda que el Estado deje de cumplir su típico papel subsidiario en esta materia
y no sólo intervenga en supuestos de abandono o desprotección real, sino en todos los
casos en que exista cualquier grado de dependencia, cofinanciando las atenciones,
haciéndose cargo de los familiares incómodos o favoreciendo la contratación de
inmigrantes para el cuidado a domicilio.
Semejante modelo asistencial, copiado de países bárbaros del Centro de Europa, tiene
dos graves vicios de fondo. De una parte, contribuye a la desintegración de la familia, pues
la red de servicios, a través de las administraciones locales, funciona mecánicamente,
atendiendo las peticiones de las familias –cuidadores informales, en terminología técnica-
sin detenerse a estudiar los deseos del inválido, y casi imponiendo el ingreso en asilos con
el fin de favorecer un determinado tipo de sociedad antifamiliar, sin sentimientos ni
relaciones intergeneracionales. Por otro lado, se basa en el más brutal materialismo, casi
al estilo nazi, al darse prioridad a las necesidades del sector social productivo y
menospreciarse la libertad, las inquietudes y los afectos de quienes, en teoría, ya no son
útiles, por muchas palabras bonitas que suelten los políticos o por muchos viajes del Club
de los 60 y Universidades de la Experiencia que se inventen para hacernos creer que se
da importancia a los jubilados. Visto lo visto, nos preguntamos con el corazón en un puño
cuánto tardará en legislarse en nuestro país la libre práctica de la eutanasia, o sea la
eliminación impune de los que nos incordian haciéndose sus necesidades encima u
obligándonos a renunciar a un fin de semana en la sierra.
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cita más grande de la cinematografía en Castilla. La 47 Semana Internacional de Cine de
Valladolid era un reclamo lo bastante interesante como para resistirse a él.
Varios ciclos resultaban atractivos: los dedicados al Arte Grand Format y Docs in Europe,
pero un año más los documentales de Tiempo de Historia fueron los que centraron la
atención del sindicato falangista de estudiantes desde un primer momento. En particular,
un documental que no reclamaba una revisión de la Guerra Civil Española, ni buscaba
justificar una determinada visión de un hecho histórico. Era un documental basado en el
trabajo de un fotógrafo de guerra que ofrecía la visión del mundo actual a través del ojo
que mira a través de un objetivo de 35 milímetros.
Los rostros de los niños famélicos y de los ancianos esqueléticos llevan décadas
clamando por un mundo más justo. La indiferencia de nuestra generación hará que tengan
que pasar aún muchos años más para que todo el sufrimiento humano se recuerde, tan
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sólo, por unas fotografías.
¡ Qué gañán!
El último día de agosto, todos los falangistas de Castilla nos vimos enormemente
ultrajados tras comprobar como un tal Javier Ortiz, subdirector de El Mundo, en su ridícula
columna, y con motivo de la visita anual que José María Aznar realiza al vallisoletano
pueblo de Quintanilla de Onésimo, despotricaba contra el histórico líder castellano,
tachando a Onésimo de racista, antisemita, violento, pistolero fascista y «nazi de tomo y
lomo». Tras enviar la correspondiente réplica al director del diario -Pedro J. Ramírez, el
mismo que se sienta a la derecha del presidente del Gobierno en cenas y bodas- por
múltiples medios sin obtener respuesta alguna, decidimos remitírsela directamente al
mismo Javier Ortiz. Su respuesta no se hizo esperar -no así la publicación de una réplica
que todavía ansiamos- y se correspondía fielmente a lo que podíamos temernos de un
tipejo como éste, el típico progre de izquierdas y filoetarra -se muestra radicalmente en
contra de la ilegalización de Batasuna y de las sentencias de Garzón al respecto-, eterno
segundón con aspiraciones incumplidas que es colocado de número dos en el diario que
sirve de vocero del régimen con el fin de dar la impresión de pluralidad. Un número dos
que, a falta de méritos y valía propios -sus mayores «triunfos periodísticos» los ha logrado
en una revista de pesca y similares-, ha visto Internet como el medio ideal para satisfacer
sus ególatras aspiraciones, construyéndose una página WEB que publicita a diestro y
siniestro, sintiéndose, de esta forma, alguien tan importante como todos los virtuales
personajillos que pululan por esos cybermundos.
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Inauguración del curso político 2.002-2.003 en Valladolid.
El pasado mes de octubre tuvo lugar la reunión inaugural que daba inicio al presente curso
político. A la reunión asistieron camaradas de Valladolid, Palencia, Segovia y Burgos. Se
presentó el calendario de actividades para el nuevo curso: charlas de formación, video-
foros, campañas de propaganda, tenderetes, albergues, campamento así como el
tradicional acto del 4 de Marzo que todos los años viene organizando la Falange de
Castilla, y la labor de defensa del alumnado que viene desarrollando el FES desde hace
varios años.
A la convocatoria acudieron los nuevos afiliados que se han sumado con entusiasmo
falangista a un proyecto que, si bien va despacio, continúa creciendo.
LAURELES Y RICINOS.
Con los laureles o el ricino (típico correctivo falangista para los nenes malos), pretendemos
dar un rapapolvo o felicitar a diversas personas o instituciones públicas y privadas por
intervenciones, medidas o actitudes puntuales, sin que, en ningún caso, otorgar un laurel o
un traguito de ricino implique apoyar o rechazar íntegramente la ideología ni la línea
general de comportamiento de un laureado o ricinado en concreto, siendo así que hoy
podemos felicitar a quien mañana purguemos o viceversa. Participa y envíanos tus ideas,
con un máximo de 60 palabras, a nuestro apartado de Valladolid.
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LAURELES RICINO
Para el Embajador Español en Irak, que Al Gobierno español, por permitir que
ha dimitido por oponerse a la absurda y tropas de la ONU desfilaran por la
criminal política exterior de EE.UU., Castellana el 12 de Octubre, con
Aznar y Palacio. Muchos niños están banderas de Francia, EE.UU y Reino
muriendo de hambre y enfermedad en Unido, países que se han pasado la
aquel país gracias a los consejos del historia escupiendo y pisoteando la
amigo americano. Hispanidad.
Para el diario La Razón, por destapar Para la Juez Ruth Alonso, por conceder
los chanchullos de los sindicatos UGT y el tercer grado a un etarra con 300 años
CC.OO., que venían cobrando de condena ¿A qué jugamos, doña
subvenciones por cursos de formación Ruth? ¡Por lo menos, disimule un poco
que nunca llegaban a impartirse. ¿Para su pánico a los paquetes-bomba y
cuándo el linchamiento y/o el conserve la dignidad!
encarcelamiento de esta chusma
parásita y enemiga de los trabajadores?
Para nuestros amiguísimos de la
Fundación Triángulo de Gays y
Para El Mundo-digital que, en su Lesbianas, quienes en la Feria del
edición del 25 de octubre, publicó una asociacionismo se dedicaron a repartir
instantánea en la que aparecía Felipe preservativos, suponiendo que toda la
de Borbón junto a Woody Allen sobre el juventud está tan viciada como ellos.
pie de foto el comediante y el príncipe. ¡Más duchas frías, marranos!
El orden de los factores sí altera el
producto, aunque no seamos
quisquillosos... Para el Gobierno, por su inseguridad
con el Decretazo del desempleo.
Aunque, decidan lo que decidan los
Para el Ministerio de Fomento, la Junta señores del P.P. en materia laboral,
de Castilla y León y el Ayuntamiento de siempre va a ser injusto, sugerimos a
Valladolid por decidirse, por fin, a este partido que se aclare, pues, si al
soterrar la línea férrea que divide final iba a ceder y modificar el Decreto,
antiestéticamente la ciudad y margina podía habérselo pensado antes de la
los barrios de Pajarillos y Delicias. huelga, ahorrándonos a todos muchos
millones.
Para la empresa galletera Siro, por
hacerse cargo de la factoría de Para la ONU, que, pese a la gravedad
Fontaneda en Aguilar de Campoo de los problemas que amenazan al
(Palencia). Después de todo hay que mundo (guerra en Israel, hambruna en
agradecer que ni las instalaciones ni los África, represión marroquí en el
trabajadores se desplacen por media Sáhara...) se dedica a crear ridículas
península para satisfacer los anhelos comisiones, como la última, destinada a
capitalistas de United Biscuits. estudiar los casos de desaparecidos en
nuestra Guerra Civil, siempre del bando
rojo, como es obvio.
Para la Hermandad de Alféreces
Provisionales que, año tras año, sigue
fiel a los Caídos por Dios y por España Para todos los establecimientos de ocio
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con las distintas convocatorias que y medios de comunicación que se
realizan en la semana del 20 de empeñan en imponer en España la
noviembre. Desde aquí, nuestro celebración del pagano y hortera
agradecimiento. Halloween. La fecha en que
recordamos con Fe a nuestros difuntos
es demasiado seria como para
Para José María Bergareche, mezclarla con calabazas, disfraces y
vicepresidente del Grupo Correo, por otras americanadas similares.
reconocer que “la subordinación
partidista compromete la credibilidad de
la Prensa”. Ahora sólo falta que, Para la Junta de Castilla y León, que ha
además de admitirlo, intenten creado, a finales de octubre, el Registro
remediarlo. ¿Es mucho pedir? regional de Uniones de Hecho para
parejas no casadas, incluso del mismo
sexo. Estos del P.P. no tienen remedio:
cada día son más progres.
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