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Índice
Historia del convento
Comienzos y traslado
Extensión del recinto conventual
Vida del convento hasta su demolición
El solar del recinto monacal del siglo XIX al
XXI
Incendios
Cofradías
Arquitectura y obras de arte
Fachada a la plaza Mayor
La iglesia
Capilla mayor
Capilla de los Rivera
Capilla de Nuestra Señora de Dibujo de la portada del convento realizado por
Copacabana Ventura Pérez para ilustrar la Historia de
Capilla de San Antonio de Padua Valladolid de Juan Antolínez de Burgos.
Capilla de San Francisco Localización
Capillas de Santa Catalina y San
País España
Carlos Borromeo
Capilla de San Antonio el pobre Ubicación Valladolid, España
La fundación del convento del Señor San Francisco de Valladolid fue en la era de 1248, que es
año de 1210, por uno de los compañeros del Santo llamado fray Gil, lo cual fue dos años después
de su conversión y a los 27 de su edad. [...]
El historiador Manuel Canesi también hace mención de este fraile; dice que nació en Asís y que fue primero
discípulo y después compañero de San Francisco.5
En los primeros años del siglo XX se dio a conocer un manuscrito –que se había dado por perdido– llamado
Manuscrito de fray Matías de Sobremonte, escrito en 1660, con el título abreviado de Historia inédita del
convento de San Francisco de Valladolid. Lo descubrió el erudito Antonio de Nicolás6 que dedicó todo un
capítulo en el Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, tomo I; los estudiosos del texto y
divulgadores fueron Agapito y Revilla y José Martí y Monsó; se guardó el original en la biblioteca del Colegio
de Santa Cruz de Valladolid. El autor de dicho manuscrito es el padre franciscano Matías de Sobremonte. Este
fraile fue un estudioso de la historia de los conventos de su orden, entre los que se cuenta este de Valladolid.
Sobremonte habla de la tradicional fecha de 1210 como fundación del convento vallisoletano pero al mismo
tiempo lo pone en duda haciendo otras consideraciones. Investigadores de los siglo XX y siglo XXI han
asegurado una fecha posterior, hacia 1230, estando completamente de acuerdo en cuáles fueron los comienzos
y en su posterior traslado en la década de los 60 del siglo XIII.6
Comienzos y traslado
La reina Berenguela de Castilla, esposa del rey de León Alfonso IX, cedió a los padres franciscanos los
terrenos de una finca que se hallaba en la zona conocida como Río de Olmos.b Es posible que esto sucediera
hacia 1230, pero la fecha es controvertida. Este lugar estaba bastante alejado de la ciudad además de
considerarse bastante insalubre para vivir y al estar alejado de la villa las limosnas eran pocas. Los franciscanos
tratan siempre de edificar sus conventos en la propia ciudad, o al menos en las afueras cercanas, pues su
condición de predicadores y mendicantes requiere un continuo roce con la ciudadanía. Algunos años más tarde
otra reina, Violante, esposa de Alfonso X el Sabio les ofreció un terreno y unas casas cerca de la primera
muralla, para su posible traslado.8 Para esto dictó una carta-donación el 6 de marzo de 1267, firmada en
Sevilla, en la que declaraba que cedía terreno y casas
El amplio solar estaba situado extramuros pero pegado a la gran extensión que por entonces se utilizaba como
mercado. Pasados los siglos todo este espacio quedaría en lo más céntrico de la ciudad de Valladolid. Al
principio tuvieron los frailes muchas dificultades con el traslado pues contaban con la oposición del abad,c del
infante Sancho y del Cabildo Colegial, pero el apoyo de la reina Violante fue definitivo para la nueva
ubicación de los franciscanos.8 Un siglo más tarde, otra reina, María de Molina, protegería también este
convento, haciendo donación de unas casas-palacio que ella conservaba adyacentes a las instalaciones de los
franciscanos y que daban a la calle de Olleros y que formarían parte de la ampliación.2
El perímetro conventual llegó a comprender un gran espacio que se extendía por todo el frente que daba a la
plaza del mercado (futura plaza Mayor y futura Acera de San Francisco), daba vuelta a la esquina en la calle
de Olleros y por esta calle hacia el sur llegaba a la calle del Verdugo, nombrada calle de Montero Calvo
después de la desamortización;10 proseguía por esta calle hasta desembocar en la calle de Santiago y desde
allí subía hacia el norte hasta llegar otra vez a la Acera de San Francisco. En todo este enorme solar estaban las
dependencias monacales, iglesia, varios claustros, hospedería, huerta, corrales y jardines. Además había casas
de viviendas particulares vendidas o cedidas por los propios franciscanos, el hospital de Juan Hurtado y unas
dependencias concejiles junto a la puerta principal que daba al mercado. Estas dependencias fueron utilizadas
mientras se construía el antiguo edificio del Ayuntamiento.11
Estaba rodeado de una cerca que lo protegía, como era común en todos los conventos y monasterios, en la que
se abrían tan solo dos puertas: una era el acceso desde la Plaza Mayor, la puerta principal. Se llegaba a un gran
corralón e inmediatamente después estaba la iglesia que ocupaba el espacio que sería después la calle de
Constitución. La otra entrada estaba por la calle Santiago, a la altura de la propia iglesia de Santiago.12 Se
llamó Puerta de las Carretas y en ella se hizo en 1599 una
portada con arco, cornisa y frontispicio con una hornacina donde
se colocó una escultura de San Francisco hecha de alabastro y
piedra.13 Después de traspasar la puerta se llegaba a la iglesia
por medio de un estrecho callejón.
A comienzos del siglo XV los monjes franciscanos habían llegado Plano de Ventura Seco, 1738. El 1 es la
a una forma de clausura bastante relajada.d En 1416 hubo un ubicación del convento que se extiende
movimiento reformista agrupándose varios conventos que hacia el sur y hacia los lados.
eligieron al de Valladolid como cabeza de la Provincia
franciscana de la Inmaculada Concepción.15 Por entonces este
convento tenía una numerosa comunidad. Hasta el punto que el padre Sobremonte dice en su historia
En el convento tenían lugar importantes eventos relacionados con la vida religiosa en general o con la vida
civil de la ciudad:
En 1570 fray Juan Pérez de Pineda (1513?-1593?) (que tuvo problemas con la Inquisición),
decidió cambiarse desde la Provincia de Santiago, a la Provincia de la Concepción en el
convento de Valladolid, donde fue bien acogido y residió bastante tiempo. Juan de Pineda,
erudito predicador, fue uno de los mejores escritores de su época en lengua castellana.
Juan de Zumárraga, primer obispo de Nueva España, nombrado por Carlos I en 1528, tuvo
que regresar a España para ser consagrado, ceremonia que tuvo lugar el 27 de abril de 1533
en este convento.
[...] edificio que fue convento de San Francisco situado en la Acera a que da nombre, con su
iglesia, capillas, habitaciones altas y bajas, bodega, patios, huerta con su noria, aljibe, siete pozos
de agua potable, otro para nieve, cuadras y pajares [...] tasado en 4 520 060 reales 17 maravedíes.
No consta que acudiera nadie a la oferta, por lo que la junta de ventas de edificios y efectos de los conventos
desamortizados en la provincia de Valladolid tuvo que hacerse cargo y propuso la demolición a expensas del
Estado. La demolición comenzó el 1 de febrero de 1837 y una vez derruidas todas las construcciones se
pusieron a la venta los solares. Los compradores estaban obligados a ceder al Ayuntamiento 16 710 pies
cuadrados para abrir una calle (que sería la de la Constitución) desde la portería de la calle de Santiago hasta la
calle de Olleros (Duque de la Victoria).22 Muchas de las baldosas del convento sirvieron para pavimentar el
Ayuntamiento viejo que estaba decrépito y para construir la torre del reloj. Casi un año después todavía
continuaban las labores de derribo. Algunas obras de arte importantes pudieron ser rescatadas por el Estado y
salvadas en el Museo Nacional de Escultura, pero la mayoría desaparecieron —al no haberse levantado actas
— sin dejar rastro.14
Incendios
Cofradías
Banco Castellano en Duque de la Victoria,
El convento estuvo muy vinculado a dos cofradías: la de la Vera antigua Olleros.
Cruz y la de la Pasión. La cofradía de la Vera Cruz nació dentro
del convento y aun después de tener su propia sede a finales del
siglo XVI, los franciscanos siguieron cuidando de ella, siendo las relaciones siempre buenas entre ambos. La
cofradía de la Pasión era la encargada de buscar por los caminos los restos mortales de los ajusticiados y
descuartizados (por delito de sangre) y acompañarlos después, el Domingo de Lázaro (quinto domingo de
Cuaresma), hasta el convento de San Francisco donde tenían dispuesto un lugar para su enterramiento, una
capilla especial que servía de osario. Era la llamada capilla de los Ajusticiados.25
En la capilla de San Antonio de Padua (descrita más abajo) tuvieron su patronazgo los cofrades-sastres de la
Cofradía-Hermandad de los Mancebos Sastres a partir del siglo XVII. La capilla de los condes de Cabra tenía
como patrono a la Cofradía de Nuestra Señora de la pura y limpia Concepción.
La iglesia
La puerta principal de la iglesia había estado a los pies, al oeste, pero más tarde se cambió por la del lado norte,
entre las capillas de Santa Catalina y la de San Antonio de los Cañedos. Esta puerta estaba precedida por un
pórtico de sillería abovedado. La iglesia era de estilo gótico y tenía una sola nave que medía 39,20 m de largo
por 12,60 m de ancho. En su origen solo estaba abovedada la capilla mayor, mientras el cuerpo de la iglesia se
cubría con madera, hasta que en el siglo XVI se hicieron reformas y se modificó con siete bóvedas de crucería.
El templo contaba con 10 capillas además de la capilla mayor. Todas las capillas fueron fundadas y
patrocinadas por las familias linajudas más influyentes de la ciudad que además tomaron esos espacios como
lugar de enterramiento. También personajes de la realeza fueron sepultados bajo las bóvedas de este
convento.29
Capilla mayor
En sus orígenes el convento fue una fundación real (patronazgo de tres reinas consecutivas, Berenguela,
Violante y María de Molina), así que la capilla mayor también lo fue. Pasados los siglos, esta protección
pertenecería a otros personajes, bien de la nobleza, bien mercaderes ricos que se podían permitir la ayuda
económica.
Desde los comienzos del siglo XVI la familia de Gómez Manrique de Mendoza quiso acceder al patronazgo de
esta capilla, aunque tuvo una fuerte oposición por parte de los frailes. Aun así en 1613 se sabe que Carlos
Manrique de Mendoza, conde de Castro, enterró en esta capilla los restos de sus padres que había mandado
traer desde Castrogeriz en Burgos.30 pero, o no consiguieron el patronazgo tal y como lo hubieran deseado o
lo compartieron con el mercader Alonso de Portillo quien en 1543 contrató a los yeseros y albañiles Gaspar de
Mendoza y Diego de Segovia para:
[...] enyesar, bañar y pincelar el casco y cruceros de la capilla mayo [...] bañar y pincelar las
paredes que están debajo del altar mayor [...] hacer a donde acaban las repisas de la dicha capilla
mayor un letrero pintado al fresco, dándonos vos el dicho Alonso de Portillo las letras dibujadas
que tenemos que poner en el dicho letrero [...]
Se entraba en la capilla mayor por un arco apuntado y estaba separada del resto de la iglesia por una reja.
Dentro de esta zona estaba situada la capilla de los Rivera (en el lado del Evangelio), las sacristías Vieja y
Nueva y la capilla de San Bernardino, llamada resacristía por el padre Sobremonte. Contenía la capilla mayor
varias obras de arte y lienzos muy valiosos, inventariados en 1809. Además del retablo mayor tenía otros dos
laterales.28
Retablos
La capilla mayor tuvo tres retablos mayores consecutivos y dos colaterales del siglo XVI que también fueron
sustituidos por otros un siglo más tarde.
El primer retablo mayor fue adquirido y patrocinado en 1578 por los testamentarios de Gómez Manrique, hijo
de los condes de Castro. Sobre este particular hizo Martí y Monsó un estudio exhaustivo, aportando
documentación de tasadores y compradores.31
Por la fecha de 1628 la capilla tenía un retablo con la imagen de la Inmaculada, del escultor Francisco de
Rincón. Durante los años siguientes la capilla se mantuvo descuidada hasta que en 1675 fue transformada
totalmente, cambiando de título y advocación y pasando a llamarse capilla de Nuestra Señora de Copacabana.
Ocupó el mismo espacio que la capilla de los Rivera, cambiando de advocación y de nombre. Entre los años
1676 y 1679 se hicieron obras de ensanchamiento y de reparación teniendo como resultado final un importante
recinto. En 1679 se terminaron las obras y se llevó a cabo la ceremonia de bendición de la imagen de la Virgen
de Copacabana que fue entronizada en su camarín.38
La capilla fue patrocinada por fray Hernando de la Rúa, monje del convento que había tenido el puesto de
Comisario General de las Provincias de Nueva España. Fray Hernando trajo desde América la imagen de
Copacabana que fue muy querida y venerada. El maestro de cantería Juan Mazo realizó las obras de la capilla,
con piedra traída del pueblo vallisoletano de Campaspero, bajo la dirección del maestro de obras Antonio de
Bustamante. La capilla resultó ser un espacio bastante amplio, casi como una pequeña iglesia con capilla
mayor, crucero, altar mayor y dos colaterales más otros dos en la nave, sacristía y coro con un pequeño
órgano. En el exterior se remataba con un chapitel.39
Retablo
El historiador Canesi hace referencia y describe el retablo ensamblado por el maestro Blas Martínez de
Obregón. Tenía un pedestal con pilastras y columnas salomónicas en los dos cuerpos. En el primer cuerpo se
situó la Virgen de Copacabana. Debajo del camarín había un cuadro de azulejos con el escudo de Ana Mónica
Pimentel y Córdoba, VI condesa de Alcaudete, que había sido la primera camarera de la Virgen.40
Puertas
Se rehízo la puerta principal de salida a la capilla mayor y se abrieron otras cuatro más pequeñas que daban
salida al cuerpo de la iglesia y a la sacristía. Fue obra del ensamblador Obregón antes citado.
Inventario de 1809
Se contabilizaron cinco altares con su ajuar, un arca con siete vestidos de la Virgen, un arca con tres hábitos de
franciscanos, un libro con conteras de plata de San Pedro Regalado, varios cuadros en las paredes. En el
cuarto que había junto al camarín, para uso del sacristán, se inventarió una alacena, láminas con marcos
sobredorados, dosel con forro de tisú, siete sillas de paja, una cama con tres colchones, una mesa, dos baúles
pequeños, un arca.41
Se encontraba en el muro norte de la iglesia, (lado del Evangelio). Fue fundada en el siglo XV por Luis
Morales, tesorero del rey Juan II de Castilla con la advocación de Santa Ana. Después pasó al patronazgo de
la familia Ulloa hasta que en el siglo XVII otro miembro de esa familia vendió todo el recinto de la capilla a la
Cofradía-Hermandad de los Mancebos Sastres y desde entonces pasó a llamarse capilla de San Antonio de
Padua, que es el patrón y titular de esta hermandad. La Cofradía encargó en 1650 un retablo al ensamblador
José de Castilla. En el contrato se dice que debían pagar al maestro 5.900 reales.42 En el centro estaba la
estatua de San Antonio que había traído desde Florencia el banquero genovés afincado en Valladolid, Jácome
Espínola, para donarla a la Cofradía. Sobremonte escribe sobre esta imagen calificándola de buenísima y dice
que se la conocía como San Antonio el Rico para distinguirla de la capilla conocida como San Antonio el
Pobre.43
donde pueden verse, junto con el retablo y una imagen de Santa Catalina
hecha por Francisco de Rincón y otras imágenes más pequeñas.
Estatuas funerarias de la familia
Venero-Leyva. Están depositadas
Capilla de San Antonio el pobre en la catedral de Valladolid.
Esta capilla se hallaba situada a los pies de la iglesia, debajo del coro y su
espacio comprendía la zona de dos capillas anteriores llamadas de la Trinidad y de San Antonio. Fue
remodelada y adornada en 1617. Tenía también el título de capilla de los Cañedos cuyos enterramientos
estaban en dos tumbas de yeso bajo arcos góticos.47
Se sabe que a partir de 1659 pasó a propiedad de tres familias consecutivas. En primer lugar la compró Casilda
de Espinosa que estaba casada con el secretario del Santo Oficio de la Inquisición Diego Montero de Carrera.
Después pasó a manos de Juan de Para, contador de S. M. para finalmente heredarla Sebastián Montero de
Espinosa y Juana Durango de Quirós, señores de la villa de Castroserna (Segovia). La capilla tenía dos rejas,
una que daba a la nave de la iglesia y otra a la llamada nave de Santa Juana.48
Esta capilla como todas las que se describen a continuación estaba en el muro sur que daba al claustro al cual
tenía acceso. Fue su protector el licenciado Diego de Escudero. Tenía una imagen del titular de San Diego de
Alcalá, obra de Gregorio Fernández.49
Capilla de la Encarnación
Había dos capillas diferentes con esta misma advocación, aunque esta se
llamaba antes capilla de Santiago. En el siglo XVII era patronazgo de
Clemente Formento, Regidor perpetuo de Valladolid que la adquirió en
1622, emprendiendo obras de restauración y cambiando el titular. Su
escudo podía verse adornando la capilla. La descripción de esta capilla se
encuentra en varios documentos por lo que ha sido posible hacer una
buena exposición de todos sus componentes y de los maestros que
intervinieron.h Los autores de las nuevas trazas fueron Francisco de
Praves y Rodrigo de la Cantera. El arco de acceso se construyó en
cantería. Los maestros canteros fueron Pedro de Vega y Domingo del
Rey. El altar estaba colocado en el muro este mientras que en el muro del
fondo se abría una puerta que daba al claustro.49
Retablo
Era de un solo cuerpo más ático, con un gran lienzo de la Anunciación que se supone obra de Diego Valentín
Díaz. El retablo fue dorado por el maestro Tomás de Prado que doró también la reja, según consta en
documentos del Archivo.50
El primer patronazgo de esta capilla fue de Pablo de la Vega cuyo retrato se encontraba colgado de una de las
paredes con un pie que decía:
Retablo
Estaba situada en el muro sur de la iglesia que daba al claustro. En 1576 tenía como titular a San Andrés. Los
frailes la vendieron a su médico de cabecera (clérigo) Juan Rodríguez de Santamaría para capilla funeraria para
él y su familia. Juan Rodríguez la restauró y adornó.
Inventario
Capilla de la Encarnación
Coro
Hasta el siglo XVI el coro de la iglesia estaba situado en el presbiterio, hasta que el convento decidió quitarlo
para levantar uno nuevo en lo alto y a los pies del templo. Este coro alto tuvo una sillería con dos pisos de
sitiales que en total sumaban 84, por lo que en algunas épocas de la vida del convento no cabían sentados
todos los monjes, cuando alcanzaron la cifra de 100. Este coro antiguo fue ejecutado por dos franciscanos
entalladores, frailes de esta casa y fue sustituido en 1735 por una nueva sillería a la moda rococó cuya obra de
talla se debe a Pedro de Sierra. Fue colocada y ensamblada por su hermano fray Jacinto de Sierra, con la
ayuda de otros ensambladores, de cuyo hecho da noticia Ventura Pérez (que también era ensamblador) en su
Diario de Valladolid:51
Año de 1735, día de San Francisco se estrenó la sillería del coro de su real convento, aunque no
del todo perfeccionada, que de todo punto se concluyó el día 7 de Diciembre de dicho año. La
costeó y mandó hacer el reverendísimo P. Fr. Juan de Soto, ministro general de toda la orden e
hijo de esta ciudad y convento. La ejecutó Fr. Jacinto de Sierra, religioso sacerdote recoleto de
dicha orden, hijo del convento del Abrojo;j y de los oficiales que la concluyeron, entre muchos
que trabajaron, fueron Tomás Rey, Manuel Villa, Manuel Mazariegos, Juan de Paredes, Manuel
Conde, José García y yo Ventura Pérez. Sea para honra y gloria de Dios y su culto divino.
Según cuenta Canesi, el suelo era de ladrillo y azulejos y fue costeado por el Gran Capitán que había sido
huésped del convento. En 1567, María de Mendoza, por entonces viuda del secretario y banquero de Carlos I,
Francisco de los Cobos, donó una limosna para que los frailes pudieran reparar las bóvedas que se habían
hundido.
Sobremonte, en el siglo XVII, hace mención de otra obra que fue necesario hacer, asegurando el coro con dos
pilastras. Esta noticia se ve respaldada por el testamento del maestro de cantería Pedro de Vega, en que decía
que el convento le «debía dineros por la obra ejecutada en los pilares de sustentación del coro».
García Chico, en su obra Documentos... Pintores II (Valladolid 1956), dice que en 1612 Diego Valentín Díaz
pintaba un lienzo para colocar entre las dos puertas del coro.
En 1740, según Ventura Pérez, todavía se encontraba presidiendo el coro la imagen de la Inmaculada, obra de
Pedro de Sierra.
Inventario de 1809
Estaba construida a los pies de la iglesia, tan larga como la anchura de esta y perpendicular a la nave. Era
como una verdadera iglesia, con altar mayor y ocho capillas distribuidas a derecha e izquierda. Las capillas del
lado del Evangelio eran: San Diego; San Miguel; Santa Ana y Santo Cristo. Las capillas del lado de la
Epístola eran: San Cosme y San Damián; Nuestra Señora la Blanca; San Juan Bautista y Nuestra Señora. Se
entraba desde el claustro y servía como lugar de paso para acceder a la portería principal que a su vez daba a la
Plaza Mayor.52
Estaba situada junto a la nave de Santa Juana en el primer patio según se entraba por la puerta principal. Fue
construida en 1598, situada, según los comentarios de Sobremonte:
[...] entre la puerta de la iglesia o nave de Santa Juana y la pared de la casa de Baltasar de Paredes
[...]
Tenía un altar con un Cristo acompañado de la Virgen y Juan Evangelista, donde siempre había una vela
encendida. En el suelo había grandes losas de enterramiento para los ajusticiados, salvo aquellos que habían
sido degollados, que eran enterrados en el claustro. Por las paredes de la capilla corría una inscripción que
daba noticia del patronazgo ostentado por la Real Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de la Pasión y San
Juan Bautista Degollado y de las indulgencias concedidas por el obispo de Valladolid Juan Vigil de Quiñones
para aquellos que rezasen en la capilla implorando por el alma de los difuntos enterrados allí. Así funcionó
durante dos siglos hasta que en los primeros años del siglo XVIII se hizo una remodelación del recinto, a
petición del peinero Antonio Fernández que, junto con otras personas piadosas, dio limosna para las obras. La
nueva construcción fue realizada por el maestro Joseph Gómez que dejó como limosna los 12 reales que le
correspondían por hacer el proyecto.60
Ventura Pérez en su Diario de Valladolid da la noticia en 1752 de la construcción de una nueva capilla junto a
la antigua, para enterramiento de nobles y muertos por garrote, más un espacio entre las dos capillas para los
ajusticiados que no son descuartizados y esparcidos sus restos por los caminos, según era costumbre para los
delitos de sangre.
Sacristía y resacristía
Era un recinto de forma rectangular, de 16,80 m por 7,28 m, construido hacia 1574, que se extendía a lo largo
de la calle de Olleros con la que limitaba y donde se abrían tres ventanas; por el lado contrario el recinto estaba
pegado a la capilla mayor y a la capilla llamada de los Leones. Se cubría con bóveda de crucería con terceletes
y estaba bien reforzada con contrafuertes. A su lado estaba la capilla-lavatorio, también con bóveda de
crucería, y un poco más allá, por detrás de la cabecera del templo estaba la capilla de San Bernardino, que
hacía las veces de resacristía.61
Inventario de 1809
La relación que se hace de los bienes muebles y suntuarios de esta estancia es bastante extensa. Entre otros
muchos objetos se describen:61
Claustro mayor
Se sabe que el monasterio disponía de otros claustros o patios además del claustro mayor propiamente dicho,
pero no se conoce muy bien su situación ni el destino que se les daba. El claustro mayor estaba situado junto al
muro sur de la iglesia. Fue obra de finales del siglo XV, rehecho por Diego de Praves en 1595. En el siglo XVII
estaba adornado con un zócalo de azulejos y su suelo enchinarrado haciendo dibujos geométricos. Tenía
colgados de los muros lienzos sobre la vida de San Francisco, obra de Felipe Gil de Mena. Este pintor trabajó
mucho en este claustro no solo con la realización de los grandes lienzos sino pintando los lunetos de las
bóvedas. Otro pintor fue fray Diego de Frutos, lego del convento que en el siglo XVIII pintó sobre la vida de
San Pedro Regalado.k En 1641, el pintor Blas de Cervera se hizo cargo de la pintura del claustro bajo con
historias de la vida de san Francisco.62
Llamada también capilla de los Santisteban, una de las familias más notables de Valladolid.l Los historiadores
sitúan esta capilla junto a la de los condes de Cabra. Los libros antiguos del convento dicen que sirvió como
primitiva iglesia para la comunidad cuando todavía no se había construido la otra.
Capilla de la Porciúncula
Según Sobremonte, estaba situada en el segundo lado del claustro. Pertenecía a la familia Vitoria que ostentaba
el patronazgo en la figura del tesorero Luis de Vitoria quien invirtió mucho dinero en arreglarla, ponerle reja,
retablo de 1622 y adornos, incluidos sus escudos en las paredes. La capilla tuvo dos buenas rejas, una que la
separaba de la iglesia y la otra del claustro. A su muerte heredó la capilla su hija Antonia de Vitoria.63
Se encontraba en el entorno del claustro y, según el historiador Canesi en el tránsito oscuro que está al salir de
la capilla mayor a mano derecha.
Patronazgo
Se sabe que a principios del siglo XVI, Luis de la Cerda (señor de Villora) y su esposa Francisca de Castañeda
eran los patronos de la capilla. Su nieta Francisca de la Cerda Zúñiga y Castañeda se casó con el III conde de
Cabra, llamado Diego Fernández de Córdoba; el matrimonio obtuvo de nuevo el patronazgo y desde entonces
dio nombre a la capilla.
En 1617 el patronazgo revirtió al convento. Fue en este año cuando se colocó en esta capilla la famosa
Inmaculada de Gregorio Fernández, primera de la serie de Inmaculadas realizadas por este escultor, buscada
por historiadores e investigadores y que se halla en paradero desconocido. En el siglo XVIII los frailes cedieron
el patronazgo a Lope de Quevedo, personaje a quien al parecer debían muchos favores.
La Cofradía de la Concepción
La Cofradía de Nuestra Señora de la pura y limpia Concepción tenía su sede en el convento, donde llevaban
a cabo sus fiestas religiosas, capítulos y reuniones. En 1617 la comunidad cedió a esta cofradía la capilla de los
condes de Cabra, llamada nuevamente de la Concepción, para que allí pudiesen realizar en adelante todos sus
eventos. Para tal ocasión, los frailes proporcionaron una imagen de la Inmaculada que previamente habían
encargado al escultor Gregorio Fernández, que era miembro de dicha cofradía. La comunidad ofreció también
una lámpara de plata. Los frailes, no obstante, insistieron mucho en el contrato en que ellos mantendrían
siempre la propiedad de esta escultura y de otros objetos que mencionan:
[...] porque todo lo que se diere y adquiriere después de la fundación de la dicha cofradía se da y
ofrece a la imagen de nuestra señora y no a la cofradía [...] excluyendo lo que la cofradía y
cofrades hubieren puesto de su hacienda [...]
La escritura del contrato decía además que debían celebrarse en la capilla las fiestas de la Inmaculada y de
Difuntos. Los frailes otorgaban también otro emplazamiento para los cabildos y juntas, una sala que estaba
junto al balcón principal que daba a la plaza. Por todo lo cual, la cofradía se comprometía a pagar al año una
limosna de 200 reales y se comprometía a enterrar a todos los religiosos del convento. Más tarde hubo un
nuevo acuerdo por el que la cofradía decía que se conformaba para sus juntas con «... la sala donde se lee
teología [...] donde hasta ahora han hecho y hacen sus juntas los cabildos [...]», y a cambio declinaban la
obligación de enterrar a los frailes.
La imagen de la Inmaculada
Se sabe que en noviembre de 1617 Gregorio Fernández había terminado ya esta imagen, primera de la serie
que haría más tarde a lo largo de su vida a partir de futuros encargos. En 1618 la cofradía de la Concepción
encargó un retablo para ubicarla y el convento encargó su dorado al afamado y muy elogiado en su tiempo, el
pintor Tomás de Prado, con fecha de 16 de junio de 1619.
En 1622 la comunidad encargó un nuevo retablo para su capilla mayor y trasladó a la caja central la
Inmaculada de Gregorio Fernández. En su lugar, en la capilla de los condes de Cabra, instaló otra Inmaculada,
obra de Francisco de Rincón.
[...] el trono de la Purísima Concepción, con su imagen la que tiene su corona de bronce, con sus
arcos con rayos de plata, algunos sobredorados y en los arcos varias piedras embutidas. Tras dicho
trono hay una especie de camarín [...]
Como ya se ha dicho, esta imagen está en paradero desconocido y es uno de los grandes temas especulativos
entre los historiadores españoles de arte.
Llamada también capilla del Sepulcro por albergar en ella esta obra escultórica de Juan de Juni. Son muchos
los autores que dan datos de esta capilla y existen varios documentos sobre contratos de obras de albañilería y
carpintería y contratos de artistas.64
La capilla fue construida a instancias de fray Antonio de Guevara (franciscano, muerto en 1545), obispo de
Mondoñedo, escritor y cronista de Carlos I, como capilla funeraria para ser enterrado. El lugar de construcción
fue “en el tránsito oscuro entre el claustro y la sacristía”, en la zona donde estaba la capilla del conde de Cabra.
Se construyó también un pequeño claustro precediéndola. Fray Antonio de Guevara financió también las obras
de otros dos claustros. En uno de los contratos puede leerse sobre el carpintero Pedro de Salamanca que se ve
requerido para:
[...] hacer 4 paños de claostra que son los 3 paños y por el cuarto hacia el refitorio tengo de hacer
una roza en la pared del refitorio para que quepa el alto de la solera [...] e más tengo de hacer un
zaguán [...]
Inventario de 1809
Cita principalmente la obra del Entierro de Cristo, de Juan de Juni y un apostolado ubicado en las paredes.66
Tras la ampliación, acabó siendo una verdadera iglesia, con 25,20 m de largo y 7,84 m de ancho en la nave,
más 9,80 m de ancho en la capilla mayor. La sacristía se situaba del lado del Evangelio. El cuerpo de la iglesia
estaba dividido en 3 tramos y la cubierta era abovedada y de ladrillo. El suelo también era de ladrillo. Las
paredes estaban encaladas. En 1675 el pintor Antonio de Noboa Osorio las cubrió de pinturas, ocupándose
también del dorado y decoración en otros muchos puntos del recinto (bóvedas, lunetos, arcos, ventanas, etc.).
Unos años antes Diego Valentín Díaz había pintado las pechinas. Sobremonte y el padre Calderón describen el
resultado de todos estos trabajos dando una impresión de conjunto barroco rico en temas y colorido. Dan
cuenta así mismo del mobiliario y de las distintas zonas existentes: dos altares colaterales, un coro con órgano,
sacristía con ricos ornamentos, púlpito y un pequeño jardín.67
El primer retablo mayor (que se quemó en 1710) era, según Sobremonte, “todo él un ascua de oro”. Lo realizó
el ensamblador Antonio Villota, con columnas salomónicas y estaba dividido en dos cuerpos y tres calles. En
la caja central se colocó una imagen de la Inmaculada. El segundo retablo se concertó con los hermanos
doradores Claudio y Cristóbal Martínez de Estrada.68
Véase también
Anexo:Patrimonio disperso del Convento de San Francisco de Valladolid
Enterramientos en el Convento de San Francisco de Valladolid
Orden Franciscana
Franciscanos conventuales
Manuscrito de fray Matías de Sobremonte
Notas
e. A esta calle le faltaban tan solo tres años
a. En 1513, Fernando el Católico mandó para cambiar de nombre y llamarse Duque
trasladar sus restos a la Cartuja de Santa
de la Victoria.
María de las Cuevas, extramuros de Sevilla.
El emperador Carlos I dictó Real Cédula en f. También se habían encontrado tumbas en
Valladolid el día 2 de junio de 1537 a doña 1853, cuando se removió la tierra para echar
María de Toledo para que se enterrase a los cimientos del Círculo de Recreo
Colón en la capilla mayor de la catedral de g. Desde muy antiguo los frailes habían
Santo Domingo de la isla Española. La isla vendido o alquilado la zona inmediata a la
fue cedida a los franceses en 1796 por lo tapia que corría todo lo largo de la plaza
que fueron trasladados los restos a la Mayor, para que sus propietarios lo
catedral de La Habana, guardados en rica destinasen a tiendas. Poco a poco estos
urna de plata en el lado del Evangelio del propietarios fueron levantando encima uno o
presbiterio, como gran honor. Pero La dos pisos de vivienda, con gran disgusto de
Habana dejó también de ser española y los frailes, pues superaban la altura de la
entonces los restos de Colón volvieron a cerca y desde allí se podía ver el interior del
cruzar el Océano para ser colocados en convento, si es que se abrían ventanas por
1899 en la Santa Iglesia Catedral Basílica el lado sur.26
de Sevilla. h. García Chico en Arquitectura hizo los
b. Era conocido como Río de Olmos una zona dibujos del arco de entrada; AHPV leg.
comprendida entre el río Pisuerga (a la 1609, 1659, 1660.
altura del puente de Arturo Eyríes) y el i. Consta de un banco con pinturas de San
paseo de Zorrilla, cerca del matadero hasta Juan Bautista, San Francisco, San
llegar por el Camino Viejo de Simancas al Bernardino y la Magdalena. La caja principal
puente de Hispanoamérica o de la está ocupada por el altorrelieve de la Piedad
Hispanidad. En esos terrenos hubo muchas (conocido como la Quinta Angustia), obra de
propiedades con casas, huertas y árboles Gregorio Fernández. En el ático se ve la
frutales, a las que se llamaba riberas por Imposición de la casulla a San Ildefonso, del
estar a la orilla del río. Algunas de estas
pintor Diego Valentín Díaz.50
propiedades fueron donaciones de sus
dueños para fundar conventos, como este de j. El Abrojo fue una finca cercana a Laguna de
los franciscanos, otro de los frailes Duero (Valladolid), a orillas del río Duero,
carmelitas y una primera casa de Santa donde tuvieron los franciscanos un convento
fundado por San Pedro Regalado. Se
Teresa de Jesús.7
conserva íntegra la tapia que rodeaba la
c. En el siglo XIII Valladolid no era una diócesis enorme extensión. En el año 2007 se
catedralicia sino que tenía una colegiata al empezó a parcelar para urbanizaciones
frente de la cual se encontraba un abad. particulares.
Dicha colegiata tenía su propio Cabildo
k. Esta obra se conserva en los fondos del
colegial.9 museo de Escultura, así como algunos de
d. Todas las órdenes monacales, pasado un los cuadros de Gil de Mena.
tiempo, llegan a la relajación. Es entonces l. Esta familia fue la primera propietaria de la
cuando surgen las reformas y la Casa de las Aldabas (patrimonio
observancia, tratando de ajustarse de nuevo desaparecido) en la que nació Enrique IV en
a las primitivas reglas del fundador. 1425. En el siglo XVII esta casa pertenecía a
Rodrigo Calderón, muerto en la horca, m. En el A.H.P.V. (leg. 1562, fol 1233) se
patrono del convento de Porta Coeli de conservan las escrituras y el dibujo de la
Valladolid, lindante con su casa. Urrea, planta de la iglesia, obra de Juan de Répide.
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muerte de Fernando VII. particulares ocurridos en la 30. Fernández del Hoyo, 1998,
ciudad de Valladolid del p. 68. Cfr: AHPV, leg. 96,
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