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LA AMISTAD

Así como la mariposa se asienta en la flor para extraer su néctar, así como la
lluvia llena la tierra de fertilidad, también así como el sol brinda calor a toda la
existencia y la luna refulgente luz a toda la efusión. De tal manera son los que
conocen la amistad.

Amistad, más que una palabra, más que un sentimiento, más que un momento
y un lugar, es confiar, es notar la falta de quien nos hace reír y enojar cuando
no está, es más que hablar es escuchar, es más que tolerar es comprender, es
amar.

La amistad es como un río y su inverosímil caudal que baña con paz y


tranquilidad todo lugar al pasar, así es la amistad.

La amistad requiere más que la mitad de dos personas, más que un momento
requiere tiempo y un toca de entrega total.

Como el cisne extiende sus blancas alas para el vuelo emprender, el horizonte
alcanzar y toda prueba vencer, de tal manera la amistad rompe cadenas, abre
puertas y se extiende para alcanzar lo inalcanzable, vislumbrar la más densa
oscuridad y a la cúspide de la cima llegar.

Así como la luna se diferencia del sol, de igual forma un compañero de un


amigo.

El compañero se preocupa, el amigo te alienta


El compañero te presta atención, el amigo te escucha y da consejo.
El compañero descubre tus defectos, el amigo resalta tus virtudes.
El compañero conoce tu temperamento, el amigo tus sentimientos.
El compañero está a tu lado, el amigo al frente.
El compañero llega cuando lo necesitas, el amigo está en la necesidad.
Junto al compañero ríes en la alegría, junto al amigo lloras en la tristeza.
Con el compañero pasas tiempo, con el amigo aprovechas todo el
tiempo.
En fin el compañero te brinda confianza, el amigo te brinda el corazón.

Así como el cielo azul está lleno de nubes, así el mundo está henchido de
compañeros; pero así como la lluvia falta en verano y el calor en invierno, así
faltan amigos en este tiempo. 

Autor
Aris Daniel Pacheco

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