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Los Ingredientes de La Uncion
Los Ingredientes de La Uncion
Éxo 30:23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela
aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos
cincuenta,
Éxo 30:24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin.
Éxo 30:25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del
perfumador, será el aceite de la unción santa.
Éxo 30:30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes.
Éxo 30:31 Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por
vuestras generaciones.
• Los ingredientes de la unción son mirra, canela, cálamo, casia y aceite de oliva.
• El arte del perfumador es el Espíritu Santo. 2 Corintios 2.14-15
V. El aceite de olivas.
a. ¿Qué representa esto para nosotros? Los tratos de Dios con nosotros.
b. El aceite era extraído de las olivas maduras. Las olivas eran llevadas a una
cisterna y con unas piedras pesadas se machacaban para quitarle el
cascarón y extraer el aceite.
c. Después, el aceite permanecía en la cisterna por un tiempo para que las
impurezas salieran.
d. La suciedad salía a la superficie y se botaba.
e. La piedra que se usaba para machacar las olivas en el hebreo se le llama
“Gath Shemen”, que significa “Getsemaní” y su traducción es molino de
aceite.
f. La palabra de Dios nos enseña cómo Jesús fue llevado a Getsemaní para ser
exprimido y machacado.
g. Allí fue el lugar donde Jesús rindió su voluntad.
h. ¿Qué representa esto para nosotros? El ser llevados a través del Getsemaní
es una tipología, de cómo somos machacados y exprimidos.
i. Es, en esta condición, que sale todo lo sucio y lo escondido de nuestra vida.
j. Además, es donde se lleva a cabo la muerte del yo y de nuestra voluntad
k. Es el lugar donde Dios trata, purifica y procesa los motivos por los cuales
hacemos las cosas.
Recuerde que la unción nos es dada, no para nosotros mismos, sino para servir y bendecir
a otros.
La mirra representa la muerte del ego, el sufrimiento, los desiertos, las pruebas y las
tribulaciones en nuestra vida.
La canela representa el desarrollo del carácter de Cristo con los dones del Espíritu.
La Casia representa la adoración; es adorar y humillarse delante de Dios.
El Cálamo representa la autoridad y nos demanda sumisión a la autoridad.
El aceite de olivas representa los tratos de Dios en nuestra vida. Nuestro ego es
machacado y, como consecuencia, logramos la purificación de los motivos, por los
cuales hacemos las cosas. Entonces, cuando hemos pasado por todo este
proceso viene el arte del perfumador (el Espíritu Santo) y nos unge con su
unción.
Cada hombre y mujer de Dios que desee moverse poderosamente en la unción del
Espíritu Santo tiene que entender que hay que pasar por un proceso. (no solo un
evento, es un estilo de vida)
Cada uno de nosotros debemos estar dispuestos a pasar por ese proceso.
Este aceite que viene SOBRE el cristiano ungido, lo impregna totalmente, y permanece
perfumando todo lo que hace, lo prepara para morir y para estar sepultado a todo lo que no le
conviene, lo perfuma a él, es decir le da un olor grato que cubre y quita la hediondez de la carne
para presentarse a Dios como perfume grato de Cristo (2 Corintios 2:15), así fue como esta unción
preparó al Señor para su muerte, y también fue preparado su cadáver con óleo para la sepultura,
aunque la carne de Cristo no tuvo corrupción.
Mateo 26:12
Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la
sepultura.
1 Tesalonicenses 5:23
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Esa unción o perfume sobre nosotros debe trascender a toda la casa, es decir debemos ser
santos en todas las áreas de nuestra vida, y presentarnos como instrumentos de santidad a donde
quiera que vayamos, de tal forma que al lugar donde nos movamos debe oler al perfume que
traemos impregnado. (2 Corintios 2:14). Así a donde vaya o entre un verdadero cristiano ungido, las
gentes recibirán algo del conocimiento de Dios, quedarán tocados y no tan solo dirán por aquí paso
o estuvo un evangélico más.
Salmo 45;7-8ª
7Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.8Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
La verdadera Unción es única y no tiene comparación, el aceite original no se puede falsificar,
aunque sus ingredientes parecen fáciles de preparar: Seis Kg. de Mirra, Tres Kg. De Canela
Aromática, Tres Kg. De Cálamo aromático (Caña dulce), Seis Kg. De Casia y Tres Lts. y medio de
Aceite de Oliva., no nos podemos engañar, algunos antiguamente quisieron usar la fórmula para
darle usos conforme a sus gustos, pero Dios dijo que el que hiciera otro aceite aun con la misma
fórmula moriría.
Así vemos como hoy algunos ignorantemente desprecian la verdadera unción que trae su
cuota de sufrimiento, pruebas, santidad y alejamiento del mundo y hablan de la unción
malinterpretándola, la promueven sin conocerla o sin que está verdaderamente SOBRE sus vidas,
del mismo modo estamos viendo falsos moveres y manifestaciones del Espíritu Santo, falsos dones
de lenguas, falsos ministerios proféticos y apostólicos, porque han querido usar las cosas sagradas
de Dios para sacar provecho y hacer promoción personal, pero sus vidas aunque parecen estar en
altos niveles de “Éxito Espiritual” están muertas Espiritualmente para Dios.
El no expulsar los deseos de nuestro corazón egoísta y el tratar de mezclar nuestra propia
voluntad con la voluntad de Dios, hace que la unción que manifestamos tener no sea la original,
pues El Sagrado Ungüento precisamente contenía al igual que la mirra seis kilos de CASIA, un
ingrediente que contiene elementos que hacen que se expulse del interior del cuerpo lo que no
sirve, lo que esta inmundo y corrompido, así que la verdadera unción va produciendo en nosotros,
la salida de las toxinas espirituales como lo es una voluntad no rendida al Señor.
Por eso cuando vemos a un siervo de Dios dominado por cosas desagradables al Señor
podremos estar seguros que la verdadera unción todavía no se ha manifestado sobre él.
Y entendemos que el Ungido de Hoy no es que ya haya alcanzado la perfección sino que camina
hacia ella, arrepintiéndose de sus malas obras pero apartándose de ellas es decir se mantiene en
limpieza permanente para también mantener una comunión permanente con su Señor. 1 Juan 2:27
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