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Mo rodó los ojos cuando la puerta del puente se abrió y entró Mykel
dentro del puente. No era que pensara que el pequeño hombre alienígena no
fuera caliente, porque Mykel era guapísimo, ¿pero su pareja? Mo no sabía
una mierda sobre parejas, y la idea de tener una, casi le dio urticaria.
¿No lo era?
No estaba seguro de por qué se sentía tan protector con Mykel, pero
la sensación le carcomía las entrañas. Joder, estaba perdiendo la maldita
cabeza. Tal vez este viaje al futuro de mierda le había erosionado sus
células cerebrales.
Mo esperó hasta que todos los ojos estuvieron en otro lugar antes de
mirar dentro en el recipiente de plata. Su ceño se profundizó cuando vio
una pequeña piedra ubicada en el interior. Estaba brillando azul y verde, los
colores dando vueltas uno alrededor del otro, fluyendo sin problemas. ¿Por
qué Mykel le daría una piedra?
»¿Tienes curiosidad por saber qué es eso? —preguntó Colt cuando se
sentó en su puesto.
—¿Cómo?
Colt sonrió y bajó la mirada hacia sus manos. —Una vez más, ese es
un ritual de mi pueblo. Huelga decir que, Mykel te ha dado su Ador.
—No.
—¿Puedo devolvérselo?
—Pero yo no la quiero.
—Lo sé, pero... —Mo dejó de hablar cuando Colt alzó la mano.
—Pero...
Mo hervía de ira, por ambos, con Colt por no darle más información
y con Mykel por hacerle sentirse tan confuso y conflictivo.
No parecía que hubiera nada más que decir. ¿Qué podía decir? La
había cagado, y ahora estaba pagando el precio. Estaría pagándolo por el
resto de su vida... sin importar el tiempo que fuera. Seguramente nadie
podría vivir durante años con este nivel de dolor dentro.
Mykel se volvió para decir que lo hacía sólo para darse cuenta de que
Mo estaba de pie junto a él. Su fuerte, masculino olor hizo que el corazón
de Mykel latiera más rápido mientras tomaba el aroma en sus pulmones,
dejando que el olor penetrara en su cerebro. Quería recordar ese olor
mucho después de que Mo hubiera desaparecido de su vida. Mykel quería
recordarlo para siempre.
—¿Película?
—Un vídeo.
Tuvo que admitir, que Mo era todo lo que un hombre debería ser y
más. Lástima que hubiera fracasado en hacer suyo a Mo.
Mykel lo vio como una manera de hacer las paces por la vergüenza
que trajo a Mo. Tal vez si se hacía amigo de Mo, entonces el humano podía
ver que Mykel realmente no era un mal chico.
Tal vez tuvieran una oportunidad. Los ojos de Mykel vagaron por las
marcas en el cuerpo de Mo, preguntándose qué significaban.
—¡Te tengo!
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Capítulo 2
Mo se aferró a la mano Mykel con un agarre de acero, mientras
lentamente se puso de rodillas y se arrastró para conseguir agarrarse a una
de las patas de la mesa. Ahora, entendía por qué la maldita mesa estaba
atornillada al suelo.
—No creo que nos estén disparando, Mo —dijo Mykel detrás de él.
—Ni una maldita cosa, pero sonaba como la pregunta que debía
hacer.
—¿Qué hace?
—No tengo ni idea, pero es de color rojo. Eso no puede ser bueno.
Una lenta sonrisa se apoderó de los labios de Mykel que hizo que el
aire se quedara atrapado en la garganta de Mo. Tragó saliva para pasar el
bulto y vio cómo Mykel extendió la mano y apretó el botón rojo,
disparando una explosión a la nave atacante.
La boca de Mo se abrió, cuando el disparo dio directo y la nave
empezó a echar humo, pequeñas explosiones saliendo por todo el casco. —
Maldita sea, bebé, lo golpeaste.
—¿Lo hice?
—Sí.
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Remy, junto con Blade, Colt, y Mo, caminaban con cuidado por las
calles de Paktil. Iban a reunirse con el General Merrick al mediodía frente
al mercado de vendedores. Remy y la tripulación cuidadosamente vigilaron
el área, en busca de cualquiera de la Fuerza de Élite, que pudiera estar aquí
para capturarlos.
Todavía no estaba seguro de si esto era una trampa, pero tenía que
intentarlo. La tripulación era todo lo que tenía, y no estaba a punto de
hundirla con facilidad. Su padre podría haber renegado de él, pero Remy
tenía su equipo. Ellos significaban más para él que lo que su padre lo había
hecho.
—Por aquí, —gritó Remy por encima del hombro, mientras corrían
hacia un edificio de ladrillo que parecía libre de la triste situación en la que
estaban involucrados.
Mo no podía entender por qué se dirigían a un edificio. Eso les
aprisionaría. Tenían una mejor oportunidad de esquivarles por las calles
que esconderse en algún edificio. Corrió detrás de todo el mundo, sintiendo
la frescura del interior tan pronto como entró.
Mo le siguió.
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Capítulo 3
Mykel se paseaba por el pasillo fuera de la bahía de la lanzadera,
junto con Gigi, Pax, y Adwaka. Sus hombres deberían haber vuelto ya. No
le había gustado el plan, en primer lugar, pero no hubo manera de detener a
los miembros de la tripulación, cuando abandonaron la nave. Sabía que no
debía pensar en Mo como su hombre. Pero Mykel no podía evitarlo. No
importa cómo examinara su relación con Mo, seguía pensando en el
humano como su compañero. Sí, Mo quería que fueran amigos, y Mykel
estaba por ello, pero sabía que Mo era su pareja.
—A Remy no le gustaría. 28
—Lo sé, pero... —Mykel se mordió el labio inferior por un
momento...— ¿Y qué pasa si están en problemas? ¿Qué pasa si realmente
era un engaño? —El miedo era lo único que podía sentir Mykel, miedo y
una abrumadora sensación de pérdida y angustia. Era tan espesa en su
garganta que casi no podía respirar—. Tenemos que hacer algo.
—Necesitamos armas.
Mykel negó con la cabeza mientras seguía detrás de las parejas. Tal
vez esto no fuera tan buena idea. Redimirse a los ojos de Mo no estaba
funcionando tan bien.
Mykel sabía que iba a perder todos los premios que había recibido en
su vida, estando en la Lady Blue. ¿Valía la pena? Pensaba que sí cuando
creía que Mo estaba en peligro. Dejaría todo lo que tenía para tener a su
pareja de vuelta a bordo de la nave y a salvo.
Había sido educado para obedecer las leyes. Las leyes eran la cosa
más importante en la vida de una persona. Mantenían las cosas ordenadas.
Mantenía las cosas alejadas de ir hacia el caos.
—¿Mo te lo dijo?
—Mira.
No era estúpido. Sabía que había sufrido una lesión mortal. La caída
en el suelo estaba demasiado lejos, las lesiones en su cuerpo demasiado
grandes. La respiración se estaba convirtiendo rápidamente en algo del
pasado. Se estaba muriendo y quería que su última visión fuera la del
hombre que amaba.
Levantó la vista entre los edificios una vez más, justo a tiempo para ver la
cabeza de Mo aparecer sobre el borde. Ahora esa era una hermosa vista.
Mejor incluso que el cielo abierto. Mykel simplemente se quedó mirando a
Mo hasta que las luces alrededor del hombre se desvanecieron. Y luego no
vio nada.
Capítulo 4
—¿Qué coño quieres decir con que era Mykel? —gritó Mo mientras
corría hasta el borde del edificio y miró. Su corazón dejó de latir en su
pecho cuando vio a Mykel tendido en el suelo, su cuerpo en un ángulo raro.
Había pensado que era uno de los enemigos que había perdido su
agarre sobre él. Mo se sentía como que iba a vomitar cuando pensaba en
cómo había estado a punto de cambiar su Phaser para matar. Casi había...
—Sé que si te digo que salgas, no vas a escuchar, así que mantente
fuera de mi camino —dijo Imlay mientras empujaba a Mo a un lado y
comenzó a trabajar. Mo está atrás contra la pared mientras observaba el
cuerpo todavía tumbado de Mykel en la camilla.
Algo bueno hacía eso porque estaba mirando al hombre que había
disparado y matado tal vez.
Mo sentía más lágrimas brotar de sus ojos con las palabras de Imlay.
—¿Has oído eso, cariño? Estás viniendo a mí. Tienes que luchar, Mykel,
luchar con todo lo que tienes y volver a mí. No me puedes dejar. ¿Quién me
va a enseñar lo que significa vivir en este nuevo mundo, huh? ¿Quién va a
conocer las leyes para que yo no la cague? No quiero ir a la cárcel, Mykel y
tú eres el único que puede mantenerme fuera. Te necesito para mantener mi
seguridad, cariño.
Con los ojos castaños empañados miró a Mo cuando Mykel abrió los
ojos, la esperanza y el miedo rebosando hasta el punto de las lágrimas.
Secándose las lágrimas con las yemas de los pulgares, Mo sonrió a
Mykel. »Tenemos mucho que hablar, pero primero que hay que mejorar,
¿de acuerdo? —Se inclinó hacia adelante, poniendo un beso en la frente de
su compañero.
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Remy se paseaba por el puente de mando, lívido. —¿Qué os poseyó
a cualquiera de vosotros para tomar una lanzadera hasta el planeta? Quiero
saber de quién fue esta idea.
Uno por uno, Remy vio cómo todas las parejas dieron un paso
adelante, con toda la pretensión de intentar que la idea era suya. Gruñó bajo
mientras miraba a todos y cada uno de ellos. —Está bien, ya que los
hombres parecen haberse unido en esto, tendréis el castigo.
—El replicador —dijo Remy y casi hizo una mueca cuando Gigi
gritó. Dios, su pareja tenía un par de pulmones sobre él.
—Eso fue duro —dijo Tank y luego se echó a reír—. No creo que
jamás haya visto a mi pareja parecer tan cabreado.
—Tal vez eso les hará pensar dos veces antes de decidirse a ir
corriendo a rescatar a alguien que no necesita ser rescatado la próxima vez.
—¿Qué trampa?
—Hecho.
1
N de T: Literalmente significa una gota en el océano.
Antes de que Remy pudiera decir una palabra, la video-pantalla se
quedó en blanco. Maldita sea. —Dirige una ruta hacia Beta Cinco, Tank.
Quiero estar allí por lo menos veinticuatro horas antes que el General. Si
esto es otra trampa, quiero saber antes que el hombre incluso aterrice en el
planeta.
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Capítulo 5
Mykel se sentó en el borde de la cama, mirando fijamente sus manos.
Era un manojo de nervios. Mo se sentó tan cerca que su piel se sentía como
si estuviera en llamas con el calor del cuerpo de su pareja. Le sorprendió
que no tuviera una combustión.
—Sólo quiero que sepas que voy a tratar de hacer que las cosas
funcionen entre nosotros —comenzó Mo—. Ya he perdido a alguien que
estaba cerca, y todavía estoy tratando con eso. Sin embargo... —Mo alargó
la mano y agarró la de Mykel en la suya más grande... —estoy dispuesto a
intentarlo.
Y ahora estaba allí sentado sudando como un loco. Tenía la boca seca,
sus manos sudaban y su corazón le latía tan fuerte que no le sorprendería si
se liberara y se fuera.
»Ahora la camisa.
Mykel agarró el dobladillo, tirando de él por encima de su cabeza, y
la arrojó con el resto de su ropa que estaba en el suelo. Se quedó mirando
fijamente a su ropa, temeroso de mirar a Mo. Tragó saliva, sintiéndose tan
nervioso que tenía el estómago hecho nudos.
»Tan hermoso.
Mykel extendió sus piernas separándolas, dando a Mo todo el
espacio que necesitaba.
»¿Estás seguro?
Una vez más asintió con la cabeza.
»Dime lo que quieres, Mykel, —Mo ordenó con voz profunda—.
Dime qué quieres que haga con este pequeño cuerpo sexy tuyo.
Mykel cerró los ojos, rezando por decir las palabras correctas. Ya se
había avergonzado una vez por violar la ley. No quería avergonzarse a sí
mismo, una vez más, mientras Mo se encontraba en medio de reclamarlo.
» No te oigo.
Su rostro se sentía como que estaba demasiado cerca del sol, caliente,
abrasador y rojo ardiente. —¿Puedo probarte?
»Tan dulce.
Mykel se estremeció ante el tono sensual de su compañero. Le estaba
alabando, diciéndole lo bueno que su cuerpo se sentía, y lo que complacía a
Mykel más que nada. Quería que Mo aprobara todo lo relacionado con
Mykel, incluso su cuerpo.
»No deberías haber hecho eso, Mykel. —La reprimenda fue ligera,
con un toque de preocupación en la voz de Mo. Le encantaba que su pareja
estuviera preocupado, pero Mykel había estado tan atrapado en la emoción
del momento que el sentido común había huido de él.
Mykel podía oír la tensión en la voz de Mo. No era una ventaja, pero
le dijo a Mykel que Mo estaba a punto de perderse. Le encantaba tener ese
efecto en su pareja. Le gustaba que su pareja estuviera tan perdido en el
momento.
Mykel gritó una protesta cuando Mo sacó la polla del culo de Mykel.
Hizo un mohín, arremetió contra el sentimiento de pérdida, listo para pedir
a Mo que terminara lo que empezó cuando su pareja se dio la vuelta,
retrocedió sus piernas, y luego se sumergió de nuevo en su tierno culo.
—Agradable.
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—¿Fuiste reclamado también? —preguntó Pax.
Salvo eso.
—Bueno, ¿ya sabéis cómo los chicos están pensando en reunirse con
este tipo, el General, otra vez?
Mykel golpeó las manos en las caderas y dejó caer la cabeza hacia
atrás para mirar arriba al techo. Esto era una locura, y no podía creer que en
realidad estuviera considerándolo. Si esto no causaba que Mo lo castigara,
Mykel no sabía qué lo haría. ¿Pero perder a Mo era una mejor alternativa?
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Mo se sentó en el puente de mando, sus dedos corriendo sobre el
tatuaje que tenía, de rodillas delante de una lápida, sobre lo que perdió.
Mo estuvo de acuerdo.
Algo de todo este completo asunto olía a basura, sin retirar en
semanas, en pleno verano. Nada se añadió. Si se les permitiera tener una
reunión con el General para argumentar su caso en un terreno neutral,
entonces ¿por qué la Fuerza de Élite se presentó y trató de despellejar sus
cerebros?
Mo tenía ganas de reír, pero sabía que tenía que encontrar una
manera de pararlos. Sólo irrumpiendo y diciéndoles que sus planes estaban
frustrados sólo haría que las parejas llegaran a un esquema más disimulado.
Remy apretó los labios con tanta fuerza que se volvieron blancos. —
¿Qué ha planeado mi pequeña pareja ahora?
—Quieren secuestrar al General.
Mo tragó. Tal vez venir a Remy no fue tan buena idea. —Quieren
secuestrar al General.
Mo se congeló.
—Bueno, yo... eh... fui a buscar a Mykel y oí voces que venían del 67
comedor. Las parejas estaban todas sentadas alrededor hablando de
secuestro del General.
—Espiar.
—¿Huh?
Remy sonrió, y no era una de esas sonrisas cálidas y difusas tampoco.
Enviaba un escalofrío por la espina dorsal de Mo que no creía que alguna
vez entrara en calor.
Pero con cada palabra que las parejas hablaban, su boca se abría aún
más. ¿Tal vez estaba equivocado?
Gigi rodó los ojos. —¿Cómo demonios esperas que salgamos de esta
nave, si nuestras parejas están despiertos?
—No me mires así. Sólo quiero que duerman por un rato, no más de
veinte minutos o así. Sólo el tiempo suficiente para que consigamos la
lanzadera en la superficie. —Gigi se encogió de hombros—. No es como
que no nos permitan volver a bordo.
Mierda.
Serían masacrados.
—Remy —Mo gruñó—. Haz algo. Páralos antes de que los maten.
—Estoy dentro.
Capítulo 7
Mo se sentía como un hijo de puta de categoría al salir de la nave.
Todas las parejas fueron sedadas, incluyendo Mykel. Había tumbado a su
pareja abajo suavemente en la cama, y luego se escabulló como un ladrón
en la noche.
Le sorprendió.
—Tank, quiero que empieces una pelea con Blade —dijo Remy
mientras conducía la lanzadera hacia su punto de encuentro—.
Necesitamos ese foco de distracción de la que mi pareja estaba hablando
mientras Colt y yo ayudamos a sacar al General de allí. Livewire
mantendrá un ojo en las personas que nos rodean en el interior de la taberna.
—¿Y yo que soy, hígado picado? —preguntó Mo en una rabieta.
Joder.
Pero eso no tenía ningún sentido. Había otra cosa mucho más grande
pasando aquí, y el intestino de Mo le dijo que Merrick quería llegar al
fondo de la cuestión mucho más de lo que ellos lo hacían. Su instinto no le
había dirigido mal antes, pero los hombres eran buenos en mentir.
Anomalías y todo.
¡Mierda!
Bueno, esto no estaba funcionando tan bien. Livewire sabía que tenía
que hacer algo, y rápido. Al parecer, el General Merrick estaba en la lista
peligrosa también. No era de sorprender cuando se trataba de la Federación
de Planetas Unidos.
Hijos de puta.
Está bien, entonces. —¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar
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de camarero o algo así?
Mo volvió el arma hacia los lados hasta que encontró la luz azul. —
Genial. ¿Cómo podemos volver a cargarlo?
—¿Tienes una?
—Algo por el estilo. —¿Por qué siempre tropezaba con los locos?
Parecía que no importa dónde fuera, había uno en cada grupo, y Mo era el
bastardo con suerte con el que el loco siempre hablaba.
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Capítulo 8
Mykel vio como Colt atracó la lanzadera por segunda vez en ese día.
Sabía que Mo iba a bordo, y Mykel estaba lívido. No sólo el plan de las
parejas de secuestrar al General y pasarlo de contrabando a bordo falló, se
había vuelto contra ellos. Claro, consiguieron al General, pero la verdadera
razón para el plan se había ido a la mierda. Mo estaba todavía en peligro.
Oyó a los otros hombres reírse, pero Mykel les ignoró. —Te quiero
en nuestro cuarto, ahora. —Mykel estaba un poco sorprendido por su tono
de mando, pero estaba enojado en ese momento. Su papel de sumiso en su
relación se fue disparado por la portilla.
—¿Mykel? —Mo miró con extrañeza—. ¿Te sientes bien?
Algo. 86
Cualquier cosa.
Mykel había estado muy preocupado desde que despertó, sin saber si
Mo estaba vivo o muerto. Y luego, cuando Colt volvió, al enterarse de que
habían perdido a Mo... Mykel nunca quería vivir ese tipo de miedo otra vez.
Su corazón no lo aceptaría.
Mykel sabía eso. Pero estaba enfadado, maldita sea. Mo se había ido
sin decir adiós. Le había golpeado a Mykel de modo que no había manera
de que pudiera ayudar si Mo estaba en problemas. Fue un error.
—Pon tus piernas hacia atrás, Mykel —dijo Mo, mientras tomaba el 89
lubricante.
Mykel estaba allí congelado, sin saber qué decir. Se empujó más
cerca del cuerpo de Mo, tratando de dar tanta comodidad como pudo.
Mykel sabía que era una lápida cuando la vio. Todavía las utilizaban en
Hyberian. Así que sabía que el hermano de Mo estaba muerto.
Mykel no tenía ni idea de qué decir, así que estaba allí tumbado
sosteniendo a su compañero mientras escuchaba sus latidos del corazón
fuertes y constantes. ¿Qué habría hecho si su hermano menor fuera
asesinado? No estaba seguro de lo que era un tiroteo 2 pero no parecía
prometedor. Fuera lo que fuese, el resultado final fue la muerte de Shane. 93
Las manos fuertes de Mo corrían arriba y abajo de la espalda de
Mykel cuando Mo dejó escapar un suspiro. »Y eso es lo que ese tatuaje
representa. —Mo sorprendió a Mykel cuando rodó, colocando a Mykel
debajo de él, cuando un gruñido pequeño salió de sus labios—. Y es por eso
que nunca permitiré que te pongas en peligro otra vez, Mykel.
2
N de T: Aquí en tiroteo no se emplea la palabra típica que sería shooting, sino drive-by omitiendo
shooting, lo que viene a significar un tiroteo desde un coche en marcha. De ahí la confusión.
Los ojos de Mo brillaron con lágrimas no derramadas mientras se
inclinaba hacia adelante y hundía el rostro en el cuello de Mykel. —No
puedo perderte.
—¡Pero eso es secuestro! Lo que has hecho viola tantas leyes que,
incluso si fuerais inocentes, la habéis jodido vosotros mismos.
Remy se puso de pie, golpeando con el puño la parte posterior de la
silla de comandante. Unos pocos miembros de la tripulación estaban allí,
todos en silencio cuando Remy y Merrick iban y venían. —¡Y también
salvé tu jodida vida!
—El infierno que no. —Remy podía verlo en los ojos del tipo.
Merrick sabía que alguien estaba detrás de él.
Remy se cruzó de brazos sobre el pecho y empezó a caminar arriba y
abajo enfrente del General—. Mi tripulación y yo somos inocentes, General,
y lo sabes, al igual que sabes que alguien está tratando de matarte, y los dos
caminos conducen derechos a la Fuerza de Élite.
Los labios de Remy se torcieron. —Muy bien. Tank, traza una ruta
de vuelta a Beta Cinco. Tenemos que devolver al General a su gente.
—Oh, eso no fui yo. Sospecho que quienquiera que esté tratando de
sacarme también está tratando de eliminarte a ti.
—¿Quién?
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Capítulo 9
Mo mantuvo su brazo alrededor de Mykel cuando entró en el
comedor. Sonrió cuando Mykel colocó un pequeño cojín en el asiento antes
de sentarse. Casi rompió en una completa carcajada, cuando se dio cuenta
de que los otros compañeros también se sentaban en cojines. Arqueó una
ceja a Remy. El hombre se echó a reír y sacudió la cabeza.
—Lo sabe.
—¿Quién?
Mo se rió cuando Gigi disparó puñales a Remy con los ojos. Había
represalias en esos ojos dorados. —Así que, ¿cuál es el plan? —Mo 99
preguntó—. Va a ser todo sobre el sistema que secuestramos al General.
¿Alguna idea sobre cómo mantener nuestros culos alejados del fuego?
—Sí.
—Hazlo.
Jodidamente estupendo.
—¿Mo? —dijo Remy desde el otro lado del puente—. ¿Qué pasa?
—Lo siento, Remy, es por una buena causa. —Mo miró hacia abajo
en el orbe azul grande flotando en frente de él—. Shane, hermano, aquí
vengo.
—Estoy en ello.
—¿Por qué?
—Pero yo no lo sé.
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Mykel tragó saliva mientras seguía a Remy, Colt, e Imlay a través de
los árboles de un parque. No tenía ni idea de dónde estaban, pero Livewire
había hecho algo con su pequeña computadora y localizó el antiguo
apartamento de Mo. Se suponía que iba a estar en la orilla del parque. Con
suerte, el campo en la parte exterior de la ciudad escondería la Lady Blue.
Mykel rodó los ojos. ¿Era todo lo que podía hacer, permanecer
oculto?
Oops.
—Bueno...
110
Capítulo 10
Mo se quedó allí aterrorizado mientras escuchaba a Imlay. Tenía que
haber una manera de salvar a su hermano pequeño. El hombre lo era todo
para Mo, y no podía soportar verlo morir por segunda vez. Sólo tenía que
haber una manera de salvarlo.
Shane estaba en sus veinte con una vida plena que podría
posiblemente vivir. Mo quería eso para su hermano. Fue un derroche para
un hombre tan vibrante perderlo en esa matanza sin sentido. Miró por
encima a la construcción de viviendas, una vez más antes de volver su
atención a Imlay.
—Si nos damos prisa. Sólo tenemos unos pocos minutos. El cerebro
se privará de oxígeno, así que tenemos que hacerlo en el menor tiempo
posible. Cuanto más tiempo su cerebro se vea privado, mayor será la
posibilidad de que vaya a tener daño cerebral. El tiempo es la esencia aquí,
señores. Tenemos que actuar con rapidez.
Imlay asintió con la cabeza. —Lo hará. La gente recordará el cuerpo 112
de Shane desapareciendo al igual que Mo lo hará. Eventos pequeños
pueden ser alterados y no afectar a la línea de tiempo. Hechos relevantes
como la vida o la muerte no pueden ser alterados en la línea de tiempo. Es
por eso que Shane tiene que morir. Si hubiera alguna otra manera...
—¿Mo?
Mo tragó cuando oyó una voz que no había oído en tanto tiempo.
Cerró los ojos brevemente cuando se dio la vuelta, viendo a Shane de pie
en el otro lado de los arbustos mirándolo fijamente, con curiosidad. Su
corazón latía más rápido, como su pecho apretado. Antes de que supiera lo
que estaba haciendo, Mo agarró a Shane a sus brazos y lo estrechó contra
su pecho. —Shane.
Mientras Mo volvía a tomar a Shane con él, oyó los disparos. —¡Al
suelo!
Imlay nunca había visto nada como esto. La pequeña pieza de metal
pesada era simplemente increíble. Pensar que algo tan pequeño pudiera
hacer tanto daño. Sacudió la cabeza mientras dejaba caer la pequeña pieza
de metal en la bandeja sobre la mesa al lado de la cama.
Utilizó el pequeño láser para coser los agujeros que las pequeñas 115
piezas de metal realizaron y cerró las heridas de Shane. Si la Tierra hubiera
tenido la tecnología que tenía en la mano Imlay, podrían haber salvado
incontables vidas en aquel entonces.
Y esa era una de las razones por las que Imlay se había introducido
en la medicina en primer lugar.
—¿Dónde estoy?
La cabeza de Mykel miró alrededor para ver los ojos color avellana 116
de Shane saltando por todas partes de la enfermería. —¿Estoy muerto?
—¿Una nave?
Mykel dio una pequeña sonrisa cuando asintió con la cabeza. —Una
nave espacial.
»Shane, abre los ojos —dijo en voz baja Mykel para no despertar a
Mo. No quería que su pareja se asustara si se despertaba y encontraba a
Shane, bueno... volviéndose loco—. Vamos, Shane, ábrelos.
—¿M-Mo? 117
—Eso es —canturreó Mykel—. Abre tus ojos para que Mo pueda ver
que estás vivo y bien.
—Por favor.
Mykel sonrió y caminó por el lado de la cama hacia Mo. Le guiñó un
ojo a Shane y luego se inclinó y lamió una línea de la mejilla de Mo. Mo
comenzó a balbucear casi de inmediato.
—¿Huh?
»Te oigo fuerte y claro, cariño, y juro que no volveremos por Brian.
Tú eres el único Hyberian para mí.
—Shane, no entiendes.
—Eso es hoy.
Mo volvió a asentir.
—¿Vuestro tiempo?
122
—Ya es suficiente por ahora —dijo Mo cuando puso las mantas
alrededor de su hermano—. Vamos a hablar de todo cuando te sientas mejor.
3
N de T: infracciones por conducir ebrio.
Mo rodó los ojos. Podía ver a su hermano que iba a salir a
escondidas de la cama y correr alrededor en la Lady Blue antes de que
tuviera autorización médica para hacerlo.
—Gigi.
—Está bien. —Gigi resopló y rodó los ojos—. Voy a bajar y jugar
con Bob.
—Aguafiestas.
—Me tienes.
—Eso es, cariño, vente para mí. —Mo gruñó, levantando sus labios
una sola pulgada de los de Mykel.
—¿Estás seguro?
Mo podía ver el deseo en los ojos de Mykel. Quería dejar sus marcas
en Mo tanto como Mo quería que estuvieran allí. —Estoy seguro, cariño.
Asintió.
»Así que, he oído que habías muerto —dijo Gigi mientras empujaba
para abrir una serie de puertas cromadas dobles.
Pax se echó a reír cuando negó con la cabeza. —Eres gracioso. 131
Eso no respondía a la pregunta de Shane. Echó un vistazo dentro de
la habitación en la que habían entrado. Se veía como una cafetería normal,
pero tenía que asegurarse de que no había zombis alrededor. Una vez que
vio que estaban solos, se acercó por detrás de los dos hombres.
—Ahí está el replicador, pero no quiero jugar con esa cosa. Está
poseído, —Gigi le informó mientras se dirigía a una gran unidad de
almacenamiento en frío y agarraba un poco de fruta.
Shane miró para ver dónde Pax estaba señalando. Parecía como un
horno microondas de gran tamaño. Shane se acercó al replicador,
mirándolo por un momento antes de que comenzara a presionar los botones 132
al azar tan rápido como podía.
—¿Qué? —Gruñó.
—La alarma.
Shane saltó y se dio la vuelta, con las manos apretadas en los puños y
se mantuvo delante de él.
—Sí, lo fue.
Mykel sonrió.
—¿Qué?
—No.
—No.
—Claro.
—Sí.
—Bueno, infierno.
—¿Gigi? ¿Pax?
—Aquí mismo.
—No fui en esta ocasión, ¡lo juro! —Gigi levantó una mano—.
Shane lo hizo.
—Él lo hizo, Remy. Corrió hacia el replicador de alimentos y
empezó a apretar botones. La maldita cosa simplemente se volvió loca,
comenzó a echar humo y eructar y todo.
—Bueno, aguantad, los dos. —Una vez que Remy tenía a ambos a
Gigi y a Pax en sus brazos, empezó a volver por donde vino... por lo menos,
esperaba que fuera el camino por el que llegó—. Tira de la cuerda.
Mykel sonrió mientras la tela se hundió aún más abajo, más allá del
agujero de su compañero y hacia abajo, hacia sus bolas. —Extiéndelas. —
Soltó una risita.
Mykel obedeció, Mo sacó sus pies hacia fuera, así, estaba en una
posición extendida. Mo tomó el lubricante resistente al agua de la estantería
y preparó sus dedos, hundiéndolos más profundamente en el cuerpo
anhelante de Mykel.
»Dilo, Mykel.
Mykel rodó los ojos. —Empuja tu polla en mi culo. —Sabía que dijo
lo correcto cuando oyó un gruñido detrás de él y Mo hizo exactamente eso.
Mykel gritó por la repentina y rápida invasión, casi perdiendo el equilibrio
cuando Mo agarró sus caderas para sostenerlo.
Mo sentía un vínculo más fuerte con Mykel. Puso sus manos sobre el
rostro de su pareja, sonriendo mientras miraba hacia abajo, a Mykel. —Te
quiero, pequeña águila.
Shane retiró sus dedos hacia atrás. Su cara se tornó un poco gris. —
Mencionaste eso antes. ¿Yo realmente morí?
—Oh, eso es malo. Las naves siempre estallan cuando la jodes con el
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tiempo.
—Wow.
—¿Cómo qué?
—¡Mierda!
—¿Tank?
—Parece ser que mucho de eso pasa por aquí. —Shane movió las
cejas—. Yo vi la forma en que miras a Mykel.
Pero el mirar hacia otro lado valió la pena. No serviría de nada para 150
el hombre joven ver cuánto interés el General tenía sobre él. Vedic sabía
que no estaba en posición de encontrar cualquier relación sexual, y un
encuentro era todo lo que podría ser. No tenía tiempo para nada más.
—Sí, bueno...
—No, no lo es.
»¿Eres un cambiaformas?
—No.
—No.
—Soy un General.
Shane rodó los ojos. —No, como, ¿puedes disparar rayos láser desde
tus ojos o cualquier otra cosa? Ohhh, ¿puedes volar? Mykel puede volar,
pero sólo cuando es un águila. Eso sería genial.
Fin
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