Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Grupo B.
1. Mencionar las características epidemiológicas de los virus de la Hepatitis A,
B, C, D, E
La hepatitis viral es una enfermedad infecciosa que afecta al hígado. Hasta el momento, han
sido reconocidos y caracterizados minuciosamente en humanos cinco diferentes virus de la
hepatitis: el virus de la hepatitis A (VHA), el virus de la hepatitis B (VHB), el virus de la
hepatitis C (VHC), el virus de la hepatitis D (VHD) y el virus de la hepatitis E (VHE). Los
virus de la hepatitis difieren ampliamente en sus formas de transmisión y características
clínicas; ya que mientras todos pueden causar hepatitis aguda, sólo el VHB, el VHD y el
VHC ocasionan hepatitis crónica.
Mencionar los períodos de incubación y grupos de riesgo
Hepatitis A
Periodo de incubación: 15 a 45 días (Promedio 30)
Grupos de riesgo. Entre los grupos de riesgo para contraer la hepatitis A encontramos los
siguientes: a) las personas que mantienen contacto sexual y familiar con* pacientes
infectados; b) el personal sanitario; c) los viajeros a países de alta endemicidad procedentes
de países desarrollados; d) las personas que viven en regiones endémicas de hepatitis
A; e) los niños y el personal de guarderías; f) los trabajadores en contacto con aguas
residuales; g) los pacientes con enfermedad hepática crónica; h) los UDVP que utilizan
material no estéril; i) los varones homosexuales promiscuos; j) las personas internadas en
campos de refugiados; k) los residentes en instituciones cerradas; l) los manipuladores de
alimentos; m) las personas que trabajan con primates no humanos, y n) las personas con
alteraciones en los factores de coagulación. Como medida preventiva, todas las personas
incluidas dentro de los grupos de riesgo son candidatas a ser vacunadas frente al VHA.
Hepatitis B
Periodo de incubación: 45 a 180 días (60 a 90 promedio)
Grupos de riesgo. Entre los principales grupos de personas que tienen riesgo de contraer la
hepatitis B se encuentran los siguientes: a) los recién nacidos de madres infectadas; b) los
niños de zonas endémicas que están internados en guarderías; c) los contactos familiares y
sexuales de personas infectadas; d) los trabajadores sanitarios expuestos a sangre o fluidos
corporales infectados; e) los pacientes y empleados en centros de hemodiálisis; f) los
UDVP que comparten agujas sin esterilizar; g) las personas que utilizan equipamiento
médico y dental sin esterilizar; h) las personas que realizan y reciben tatuajes y acupuntura
con aparataje no esterilizado; i) las personas recluidas en prisiones o instituciones para
discapacitados; j) los receptores de sangre no seleccionada o productos hemoderivados
inactivados; k) las personas no inmunizadas que viven o viajan a regiones endémicas para
la hepatitis B, y l) los heterosexuales y homosexuales sexualmente activos o con historia de
ETS.
Hepatitis C
Periodo de incubación: 40 a 120 días
Grupos de riesgo. Aunque en el 40% de los casos de hepatitis C los factores de riesgo no
pueden ser identificados, sí que se han determinado los siguientes grupos como de riesgo
para contraer la infección por el VHC: a) los receptores de sangre, productos sanguíneos y
órganos con anterioridad a 1992; b) los pacientes y empleados en centros de hemodiálisis
donde la hepatitis C se considera como una infección nosocomial; c) los pacientes
hemofílicos; d) los UDVP que utilizan y comparten material contaminado; e) las personas
expuestas a material médico o dental contaminado y sin esterilizar; f) las personas
expuestas a sangre de forma ocupacional; g) las personas que realizan y reciben tatuajes y
acupuntura con aparataje no esterilizado; h) los trabajadores sanitarios, e i) los recién
nacidos de madres infectadas.
Hepatitis D
Periodo de incubación: En coinfección similar a la hepatitis B.
Grupos de riesgo. Dentro de los grupos de riesgo para contraer la infección por el VHD
encontramos los siguientes: a) los UDVP que utilizan jeringuillas contaminadas con el
VHD; b) los grupos de homosexuales y heterosexuales promiscuos; c) las personas
expuestas a sangre y productos sanguíneos sin tratar; d) los hemofílicos, y e) las personas
con alteraciones en la coagulación, aunque en estos dos últimos grupos el riesgo ha
decrecido notablemente debido al mayor control de las fuentes.
Conviene señalar que para el VHD la transmisión por vía sexual es menos frecuente que
para el VHB o el VIH. No obstante, se consideran de riesgo todas aquellas actividades que
impliquen un intercambio de fluidos corporales.
Hepatitis E
Periodo de incubación: 15 a 45 días.
Grupos de riesgo. Entre los grupos de personas que presentan riesgo de contraer la
infección por el VHE se encuentran: a) las que viven en zonas donde son frecuentes los
brotes epidémicos entre la población; b) los viajeros a regiones del mundo donde la
infección por el VHE se considera endémica; c) los residentes en campos de refugiados
constituidos a raíz de catástrofes naturales; d) los afectados por una enfermedad hepática
crónica, y e) posiblemente los que trabajan con animales considerados como reservorios del
VHE.
Una vez en la sangre, el virus VHC inflama el hígado causando los síntomas de la hepatitis
C aguda: debilidad general, malestar, color amarillo de la piel y orina oscura, náuseas y
vómitos. Por ser una enfermedad viral, la hepatitis C no tiene un tratamiento curativo; todo
lo que el médico puede hacer es aliviar los síntomas.
Sin duda, lo más peligroso de esta enfermedad es que la gran mayoría de los pacientes no se
van a curar nunca y van a desarrollar lo que se llama infección crónica. Se estima que de
cada 100 casos de hepatitis C, 75 a 85 van a desarrollar infección crónica; 60 a 70, hepatitis
crónica; 5 a 20 desarrollarán cirrosis en los próximos 20 a 30 años; y de 1 a 5 morirán por
cirrosis o por un cáncer en el hígado.
La infección crónica por el VHC produce inflamación crónica del hígado, la que al padecer
por varias décadas puede causar cirrosis hepática, una enfermedad en la que el delicado
tejido de ese órgano es reemplazado por tejido cicatrizado y puede degenerar en cáncer del
hígado. Se estima que la hepatitis C y la hepatitis B causan 80% de los casos de cáncer del
hígado en el mundo.
B. ¿Cuáles son los desenlaces de la infección por cada uno de los virus de la hepatitis?
Hepatitis A
Es clínicamente indistinguible de otras hepatitis y puede presentarse de forma ictérica o
anictérica, pero su curso y evolución suelen ser más benignos. En niños se da de forma
asintomática o con clínica general acompañada de fiebre elevada. Sin embargo, en adultos
se manifiesta un malestar general, anorexia, molestias abdominales principalmente en el
hipocondrio derecho, náuseas e ictericia.
Hepatitis B
El VHB puede provocar una enfermedad aguda o crónica, sintomática o asintomática. En la
hepatitis B aguda, el periodo prodrómico puede haber síntomas como fiebre, malestar y
anorexia, seguido de nauseas, vómitos, malestar intestinal. Luego aparece la ictericia
debido a lesión hepática. La recuperación se caracteriza por reducción de la fiebre y
recuperación del apetito. Se puede producir una hepatitis fulminante que puede ser mortal.
Se caracteriza por síntomas más graves e indicios de lesión hepática grave como ascitis y
hemorragia. La hepatitis crónica persistente puede conllevar a enfermedades extrahepáticas
como glomerulonefritis. Sin embargo, cuando la hepatitis crónica se vuelve muy activa se
dan casos de cirrosis y carcinoma hepatocelular.
Hepatitis C
En la infección aguda por el virus de hepatitis C un 15 % presenta curación y eliminación
del virus, un 15 % desarrolla cirrosis de inicio rápido y un 70 % presenta infección
persistente la cual conlleva a hepatitis crónica dando lugar a insuficiencias hepáticas en un
6 %, cirrosis en un 20 % y carcinoma hepatocelular en el 4 %.
Hepatitis D
Este agente incrementa la gravedad de las infecciones producidas por VHB. Es mucho más
probable que la hepatitis fulminante se produzca en individuos infectados por el agente
delta. Esta forma muy grave produce encefalopatía hepática, ictericia amplia necrosis
hepática masiva, la cual es mortal en el 80 % de los casos.
Hepatitis E
Los síntomas y la evolución son similares a los de la enfermedad producida por VHA. La
tasa de mortalidad oscila entre el 1 y el 2 % y esta infección es especialmente grave en las
mujeres embarazadas (20 %). La enfermedad es autolimitada y no se asocia a hepatopatía
crónica o viremia persistente en pacientes inmunocompetentes. Se produce hepatitis crónica
en pacientes con SIDA y en trasplantados inmunodeprimidos.
4. Formular el diagnóstico definitivo en base a las características clínicas, epidemiológicas y
de laboratorio
Hepatitis A:
Criterio de diagnóstico epidemiológico: Se transmite casi exclusivamente a través de la vía fecal-
oral. La diseminación de una persona a otra del VHA aumenta con la deficiente higiene
persona y el hacinamiento
Criterio de diagnóstico clínico: anorexia, náuseas, vómitos, fatiga, malestar, artralgias, mialgias,
cefalea, fotofobia, faringitis, tos y coriza pueden aparecer en 1 ó 2 semanas de la aparición
de ictericia. Niveles elevados de aminotransferasa sérica.
Criterio de diagnóstico de laboratorio:
Detección del ácido nucleico del virus de la hepatitis A en suero o heces.
Respuesta de anticuerpos específicos (IgM) del virus de la hepatitis A.
Detección del antígeno del virus de la Hepatitis A en heces.
Hepatitis B:
Hepatitis C:
Hepatitis D
Hepatitis E
Diagnóstico A B C D E
de laboratorio
.síntomas e . síntomas y títulos en .síntomas y ELISA . ELISA anti- -
IgM anti- suero de HBsAG, anti-VHC VHD
VHA HBeAG anti-HBc
Virus de las hepatitis Repuesta humoral
Hepatitis A La respuesta inmune humoral también juega un papel en el daño hepático ya que la
unión de anticuerpos a células infectadas desencadenaría el mecanismo de
citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos (ADCC). El examen de pacientes con
infección aguda por VHA en búsqueda de la presencia de citoquinas mostró niveles
elevados en suero de interleuquina 1α y 1β, interleuquina 6 (IL 6) y factor de necrosis
tumoral α (ΤΝFα), lo que sugiere que estos mediadores químicos puedan estar
asociados a la enfermedad y tener algún rol en el daño hepático. Se ha demostrado
también la presencia en suero de inmunocomplejos IgM-antígenos e IgG-antígenos,
siendo los primeros los más abundantes
Hepatitis B Él virus se instalará en los hepatocitos dando lugar a una infección productiva. Como
característica se liberan grandes cantidades de partículas virales vacías, no infectantes,
al torrente sanguíneo. Es decir la infección por el VHB determina no sólo la
producción en el hígado de viriones completos, sino también una gran producción de
partículas incompletas (con capacidad inmunogénica pero no infecciosa) constituidas
exclusivamente por HBsAg y la liberación a la sangre de un antígeno soluble ligado al
HBcAg, denominado antígeno e (HBeAg).
Hepatitis C La infección por VHC induce la formación de anticuerpos contra las diferentes
proteínas del virus. Estos anticuerpos aparecen después del inicio de la hepatitis aguda
y persisten tanto en los pacientes que evolucionan a la cronicidad (más del 75%) como
en los casos que curan. Su detección suele interpretarse como evidencia de infección
activa cuando se asocia a elevación de las transaminasas. Cuando éstas son normales
no permite distinguir entre infección activa o pasada. Para ello puede recurrirse a la
determinación del RNA del VHC en el suero, cuya positividad es sinónimo de
infección activa. Los anticuerpos anti-proteína de la cápside son los primeros que
generalmente se detectan, dentro de los primeros días o semanas del inicio de la
hepatitis clínica
Hepatitis D coinfección y superinfección se sumarán los cambios serológicos propios de la
hepatitis B con los propios de la infección delta, estos últimos consisten en la aparición
en la sangre durante un breve período de tiempo (días) del antígeno delta (HDAg),
seguido de la aparición de una respuesta anti-delta en forma de anticuerpos IgM e IgG.
La repuesta IgM aparece en forma temprana y de manera transitoria. Esta persiste
además durante la infección crónica por lo que no es posible distinguir entre infección
aguda y crónica a través de esta. La IgG anti-delta es indetectable una vez que el
antígeno S ha desaparecido. La infección induce inmunidad tanto humoral como
celular. Esta respuesta inmune no es protectora contra una reinfección, aunque puede
modular la sintomatología.
Hepatitis E Tanto los humanos como los primates infectados experimentalmente han
demostrado una respuesta en fase aguda caracterizada por la presencia de
anticuerpos clase IgM y posteriormente de IgG, aunque algunas infecciones agudas o
recientes pueden presentar niveles virtualmente indetectables de IgM (aunque casi
siempre aparece IgG). La fase convaleciente está asociada con un grado variable de
respuesta de IgG, aunque en aquellas personas que viven en áreas endémicas esto
puede estar indicando una infección pasada o que se encuentra en un periodo de
incubación. Esto se debe en parte a que el título de IgG disminuye con mayor rapidez
que para el VHA, lo que genera interrogantes acerca de la duración de la enfermedad.
Sin embargo estos anticuerpos han sido detectados hasta 13-14 años después de la
infección. Se han encontrado también IgA aunque se desconoce su importancia.
HBs Ag: es el primer marcador serológico que aparece en la infección activa por
el VHB (Towell V, 2012). Los métodos actuales permiten su identificación a
partir de los 9 días de la infección y alcanzan una especificidad
diagnóstica casi del 100%.
Anti-HBs: es el último marcador que aparece y lo hace tras aclararse el HBs Ag
con un intervalo hasta de 6 meses. Es el único marcador serológico que
presentan las personas vacunadas, considera una respuesta inmune adecuada
Hepatitis B
cuando alcanzan un título superior a 10mUI/ml-
HBe Ag: se detecta entre las 6-12 semanas tras la infección. Indica replicación
viral activa e infectividad elevada y con frecuencia se acompañada niveles altos
de DNA. Su persistencia se relaciona con infección crónica y en portadores
crónicos, con el desarrollo de cirrosis y de aumento del riesgo de carcinoma
hepatocelular.
Anti-HBe: aparecen tras la negativización del HBe Ag.
Anti-VHC totales: los diferentes métodos ELISA permiten el cribado en
población de riesgo y se consideran la prueba inicial en el diagnóstico de la
hepatitis por VHC. Su presencia solo indica contacto con el virus y su
ausencia en una determinación puntual tampoco excluye totalmente la
infección.
RNA-VHC: su determinación está indicada tras obtener un resultado
Hepatitis C positivo en los test de detección de anticuerpos anti-VHC, permiten el
diagnóstico de la hepatitis crónica C si persisten tras los 6 meses de la infección.
También confirma la infección activa y por tanto replicación de la vida. Su
presencia junto con el anti-VHC no permite diferenciar si se trata de una hepatitis
aguda o una exacerbación aguda de una hepatitis crónica.
Genotipo del VHC: se considera una de las mejores opciones para el diagnóstico
de la infección reciente (Pondé RAA, 2017)