Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
21843-Texto Del Artículo-73744-1-10-20191128 PDF
21843-Texto Del Artículo-73744-1-10-20191128 PDF
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
RESEÑAS
351
analiza el peso del «mitismo» que ha- La segunda parte del bloque his-
bría negado la existencia de Jesús para tórico (pp. 115-335) está dedicada,
convertirlo en el producto de una reli- partiendo de estos presupuestos, a una
gión a partir de elementos creíbles de reconstrucción crítica de la figura de
la historia judía y greco-romana, al que Jesús. Partiendo de un criterio acadé-
contrapone un núcleo de testimonios mico impecable, el postulado esencial
históricos, a veces demasiado com- es que un cuerpo de fuentes «exiguas
prometedores, lo que habría llevado y tendenciosas» (p. 115), como el que
–siempre en la idea de convertir a la se enfrenta, exige una precisa contex-
figura en un icono religioso– a reinven- tualización histórica, que incluya acon-
tarlo como un producto más atemporal teceres pero, igualmente, procesos
y menos espinoso de lo que las fuentes económicos y una perfecta compren-
evidencian. Una pura invención habría sión de la compleja matriz religiosa
producido un material mucho más ho- y cultural judaica donde la figura se
mogéneo. El autor declara la intención gesta. De igual manera se exige una
de desentrañar el núcleo histórico ori- aproximación cuidadosa al medio
ginal que habría sido «remodelado en greco-romano con el cual esta cultu-
virtud de intereses apologéticos y po- ra hebrea vive un difícil proceso de
lémicos» (p. 93). Para ello se posiciona acomodo. Elegir la escena del Gólgota
frente a las metodologías tradicional- como punto nodal, momento de parti-
mente aplicadas al estudio del material da de la reconstrucción crítica, resulta
neotestamentario. Cuestiona la aproxi- atractivo, aunque hasta cierto punto
mación criteriológica tradicional, recha- paradójico. Este acontecimiento ocupa
za la «historia de las formas» por pensar un lugar central en cualquier relato
que sacó de su contexto los posibles apologético, la crucifixión, como mo-
fragmentos del mensaje original de mento cumbre de la muerte sustituta,
Jesús, expone lo que entiende proble- redentora, que la teología cristiana ha
mas de la atestiguación múltiple, donde hecho del sacrificio de Cristo; por ello,
cree que mayor afinidad es indicativo que sea el punto de partida de la re-
de menor credibilidad y concluye que construcción del acontecer humano,
todos estos criterios están contamina- genuinamente histórico, que se preten-
dos por las preconcepciones acerca de, resulta arriesgado. Aunque el pro-
de quién fue (o debió de ser) Jesús. pósito perseguido se desvela pronto,
Frente a esto, considera que es en la cuando la argumentación se centra en
tensión de los textos contradictorios la extravagante inverosimilitud de los
donde subyace una lógica precisa. Es relatos de la crucifixión. Relatos cons-
en la incongruencia donde debe bus- truidos para enmascarar la naturaleza
carse la fiabilidad de los textos hasta el del delito que se condena; la pena de
punto de resolver que Jesús no es un muerte castigaba el entusiasmo esca-
mito creado. Lo que nos ha quedado tológico de un visionario apocalíptico:
son «los restos de un naufragio» (p 112), «Jesús parece haber albergado una pre-
a partir de los cuales propone construir tensión regia en el tradicional sentido
una hipótesis plausible, contextualiza- davídico, que entrañaba la restaura-
da y verosímil, explicativa incluso de la ción política de la soberanía de Israel»
tradición que ha generado. (p. 193). Frente a esta caracterización,
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
352 RESEÑAS
Fernando Bermejo piensa que la mani- (p. 303). El juicio judío es simplemen-
pulación editorial hizo todo lo posible te inverosímil, como lo es la compa-
por alterar «la atmósfera políticamente recencia ante Pilatos; la acusación de
revolucionaria de las actividades de insurgencia no necesitaba tan siquiera
Jesús hasta hacerla casi irreconocible» un proceso formal, todo lo más un in-
(p. 221). Las actividades de Jesús y terrogatorio, donde el sufrimiento de
sus seguidores, comparables con las la pasión probablemente recuerda la
de otros grupos contemporáneos y es- tortura asociada al mismo. Las preten-
trechamente vinculadas a las de Juan siones regiomesiánicas de Jesús eran
el Bautista, comportaban un proyecto un crimen maiestatis, un atentado a la
nacionalista, étnicamente exclusivista, majestad del emperador, y el castigo
envuelto en la retórica de un preten- en la cruz habría alcanzado a su di-
diente mesiánico. Un anti-romanismo rigente y a los seguidores capturados
que ha sido prácticamente borrado en con él. En esta perspectiva, Jesús es
la transmisión literaria. un judío perfectamente clasificable en
Esta eliminación de factores que el judaísmo contemporáneo, el de los
hacían demasiado evidente que Jesús movimientos milenaristas y mesiáni-
era un enemigo de Roma, y la causa cos, en el del profetismo popular del
de su ejecución, afectaría no solo al Bautista, en el de la Cuarta Filosofía
relato de la crucifixión, sino a la de los que recuerda Flavio Josefo, donde reli-
episodios inmediatamente anteriores gión y política aparecen estrechamente
que habrían culminado en su conde- imbricadas. La indudable originalidad
na. La transversalidad del movimiento de Jesús, reiteradamente reivindicada,
de Jesús parece típica del mesianis- lo es cada vez menos según avanza el
mo y los movimientos apocalípticos. conocimiento del judaísmo del segun-
Es ahí donde se entiende su rela- do templo.
ción aparentemente equívoca con el El siguiente gran bloque del libro
Templo pero hace implausible el cú- (pp. 339-513), se ocuparía de lo que
mulo de relatos que transfieren la res- el autor denomina «ficción». El pro-
ponsabilidad de las acusaciones a las ceso literario e intelectual, teológico
autoridades judías, que en un sesgo y apologético, por el cual «un nacio-
interpretativo hacen creer al lector nalista anti-romano y visionario apo-
que habrían visto en Jesús y sus segui- calíptico fracasado» (p. 339), un judío
dores una amenaza para el judaísmo insurgente crucificado por Roma, pro-
tradicional. Episodios encadenados bablemente junto a una parte de sus
en los cuales resulta inevitable ver seguidores, fue convertido en un ser
una reconstrucción apologética. Los divino. En las fuentes cristianas la
evangelistas, que escriben desde una muerte de Jesús parece constituir un
distancia donde las revueltas judías acontecimiento inesperado, la espe-
han provocado un desencuentro sin ranza de que fuese a liberar a Israel
retorno con el Imperio, se afanan en se ve bruscamente decepcionada. Sin
desconectar a su protagonista de toda embargo, el compromiso y la solida-
dimensión política, centrando todo el ridad de los miembros supervivientes
peso en «la historia conmovedora y fueron tan altos que estos se negaron
ejemplarizante del justo perseguido» a reconocer el fiasco que el violento
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
RESEÑAS
353
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
354 RESEÑAS
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
RESEÑAS
355
por explicar la figura de Jesús. Al his- valía lo mismo. Por ello resulta cho-
toriador de las primeras 500 páginas cante que se escandalice ante el olvi-
parece sumarse en las 160 siguientes do por parte de los discípulos de R.
un polemista agraviado: «La invención K. Bultmann de toda una legión de
de Jesús no fue ni es inocente; ha de- estudiosos preocupados por buscar un
jado, desde muy pronto, un intermina- Jesús histórico. Conjeturar que «Las tres
ble reguero de víctimas colaterales» (p. búsquedas» sea una ficción historiográ-
643). fica, «que pueda estar sirviendo a una
El historiador sabe que esto es así agenda teológica» (p. 524), no supone
desde el momento que intenta desen- desvelar algo oculto. Es muy probable
trañar al Jesús histórico de entre las que cuando N. T. Wright acuñó la eti-
fuentes que fueron reconstruidas en queta Third Quest no tuviese en mente
beneficio del Jesús inventado. Es el pa- una preocupación histórica tanto como
radójico problema al que aludíamos al la necesidad de dar historicidad a la
comienzo de este comentario. El Jesús construcción teológica. En tal sentido,
histórico interesa al estudioso del ju- afirmar que el objetivo de esta corrien-
daísmo del cambio de era, en ese con- te es favorecer una visión mítica de
texto se ubica y se entiende. Fernando Jesús (p. 525), y considerar que el uso
Bermejo hace un extraordinario ejerci- recurrente de falacias (des-judaización
cio de heurística para desentrañar ese de Jesús, muerte a manos judías, apo-
personaje, y lo hace igualmente para liticismo, incomprensión del mensaje
entender por qué el Jesús inventado por parte de los discípulos…) impiden
y devenido Cristo tuvo credibilidad «una inserción cabal del predicador ga-
para una parte de sus contemporá- lileo en su contexto histórico» (p. 532),
neos, porque era una «inventio» llena supone no asumir que el objetivo que
de plausibilidad. Ahora bien, una vez se pretende por todos los estudiosos
que ha entendido y argumentado de Jesús no es el mismo. No entender-
que es una creación apologética, una lo así justifica las duras críticas que el
construcción al servicio de una reli- autor vierte contra J. P. Meier, del cual
gión, remodelada exegéticamente para elogia por otra parte su pormenoriza-
construir un teología o para justificar do análisis de los textos. La investiga-
otra, es fácil entender que su estudio ción sobre Jesús es «la crónica de un
se convierta en exégesis para quienes, conflicto entre la historia y la teología»
en primer lugar y ante todo, ven en el (p. 534); partiendo de esa afirmación
texto un cuerpo doctrinario y no un del autor, quizás fuese necesario con-
documento histórico. cluir que el personaje que interesa a
Fernando Bermejo demuestra una y otra disciplina no necesitan ser
conocer, y valora críticamente, cada reconciliados porque, como magnífi-
tentativa de aproximación a la figura camente muestra el libro, son irrecon-
de Jesús, desde las que podemos ver ciliables.
apenas bosquejadas en autores de la El libro aun incluye seis apéndi-
Antigüedad a aquellas que desde el ces que, tras el exhaustivo argumenta-
Renacimiento intuyeron ya que en rio precedente, apenas añaden algún
los textos neotestamentarios no esta- matiz, aunque pueden servir como
ba todo, y que todo lo que estaba no sendas propuestas de nuevas líneas de
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356
356 RESEÑAS
Ediciones Universidad de Salamanca / cc by-nc-nd Stud. hist., H.ª antig., 37, 2019, pp. 350-356