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Desde que en la década de los cincuenta el dictador Rafael Leónidas

Trujillo decidió estatizar el servicio de la energía eléctrica, luego de


comprárselo a una empresa norteamericana por unos 13 millones de
dólares, sin proponérselo el Estado estaba creando las bases para que en
el futuro este negocio fuera inviable.

En el Barrio Lo Molinas de San Cristóbal, se han convertido en una


constante rutina el tema de apagones; tanto así que los habitantes de este
Barrio le han tomado la hora exacta de llegada y de ida.

Cerca de las 8:00 de la mañana, ocurre la primera interrupción en el


servicio eléctrico que dura cerca de 5 horas. Problema que aqueja al
Barrio Los Molinas hasta pasadas las 1:00 de la tarde. En otra
interrupción la situación se repite cerca de las 7:30 de la noche y se
prolonga por al menos 3 horas. 

Los ciudadanos manifiestan estar cansados de las constantes fallas, sobre


todo por el daño que producen en los electrodomésticos y
transformadores de luminarias en espacios públicos.
Daniel Mijares, afectado por las fallas de luz, señaló que como
ciudadanos se sienten burlados por la CDEEE, pues a pesar de las
numerosas denuncias y reclamos que diariamente formulan ante la
empresa, aún no reciben respuestas contundentes.
Panaderías, farmacias, locales comerciales y otros establecimientos
trabajan a media máquina en vista del problema eléctrico. Los
comerciantes aducen que las irregularidades con la energía les han
causado daños en equipos costosos y pérdidas económicas, porque sin
luz no pueden facturar.

TESTIMONIOS

PEDRO DE LEON (COMERCIANTE) “Con cada bajón de luz, se nos


dañan las neveras y otros equipos en las panaderías, esos gastos los
asumimos los propios comerciantes porque ningún ente atiende a
nuestros reclamos, son numerosas las pérdidas que tenemos cada vez
que se va la luz”

MIGUEL PÉREZ (AFECTADO) “En mi casa se averió la nevera y sé


de vecinos que han perdido aparatos electrodomésticos aun teniendo
protector, nada más esta semana tuvimos al menos unos tres apagones;
nosotros hacemos el reclamo, pero nadie nos atiende”

MARIA DE LA ROSA (AFECTADA) “El problema de la luz es diario,


hace un par de días explotó un transformador por las variaciones de la
corriente, se me dañó mi nevera, pero nadie me responde por eso, hace
tres semanas la luz se fue por más de dos días”

LEYRI MINIER (AFECTADA) “ sistema eléctrico sumamente


deficiente, es un problema de años por la falta de mantenimiento e
inversión en las subestaciones, al menos eso es lo que dicen cada vez
que hacemos un reclamo. Hubo un tiempo en que la luz se iba todos los
días”

RAMON PULINARIO (AFECTADO) “Problema de la luz es constante,


a diario hay problemas con la energía de 110 y 220 y a muchos de mis
vecinos se les han dañado los aires acondicionados, algunos incluso han
perdido aparatos que tienen protector.”

LEISI NUÑEZ “Cuando no hay luz, puede que haya agua, pero si hay
agua, entonces en definitiva no habrá luz. También puede que no haya
ninguna pero es imposible que se tengan las dos al mismo tiempo; es
como si se excluyeran mutuamente, como que no pudieran convivir
juntas y cada quien se asoma cuando la otra se esconde (o ninguna
aparece)”

En el Barrio Los Molinas se aprobó en las familias más necesitas el Plan


Reducción de Apagones (PRA). A pesar de esto el otro motivo del
porque la inconstancia en la Energía eléctrica es porque muchos de los
residentes iniciaran la práctica de conectarse al sistema energético sin
pagar el servicio, comenzando a producirse un consumo que nunca sería
cobrado y que el Estado cargaría sobre sus hombros.

En una encuesta realizada por Nuestro Grupo, de una población de


aproximadamente 700 personas residentes en el Barrio Los Molinas
apenas un 40% de estos pagaban la energía eléctrica, aun a pesar del
PRA que suponía el pago de 400 a 1000 pesos mensuales por el uso
energético. Esto desvela las razones del porque los constantes estallidos
y saturaciones de transformadores, la irregularidad de la energía
eléctrica y el alto precio de la facturación.

En un análisis referente a este problema energético más en general cita


lo siguiente:

“El crecimiento poblacional y la modernidad del país fueron


aumentando considerablemente el consumo de electricidad, mientras que
el Gobierno por sus grandes pérdidas mensuales veía disminuir su
capacidad de ir instalando los megavatios necesarios para suplir la
demanda de la población.

La situación llegó a ser tan crítica que por el deterioro del parque
nacional generador de energía, con plantas denominadas Hainas e Itabos,
el Estado se vio precisado a contratar generadores privados para
comprarles la energía, llegando éstos a representar cerca del 40 por
ciento de la oferta eléctrica nacional.

Esto significa que hace mucho tiempo que la industria eléctrica no es


totalmente estatal, sino que depende de generadores privados, sobre todo
de capital norteamericano, como la Aes Dominican Power, con sus
plantas Los Mina V y VI, y con un aporte de 210 megavatios, y la Smit
and Enron, con 185 megas.

Estas plantas juntas a otras como las denominadas Metaldom y Puerto


Plata I y II forman los denominados generadores privados conocidos
como IPPS. Esto demuestra que el servicio energético nacional ha estado
semiprivatizado desde hace muchos años debido a la imposibilidad de
los gobiernos de suplir la energía que demanda el país.
A finales de los ochenta y en la década de los noventa el escape de
energía llegó a niveles insoportables para el Estado, ya que se perdía por
las conexiones ilegales y por el franco deterioro de las redes de
distribución, llegando agudizarse el problema de los apagones.

En ese entonces la Corporación Dominicana de Electricidad sólo


cobraba aproximadamente el 40 por ciento de la energía que enviaba a
las líneas, teniendo el Gobierno que subsidiar esta empresa con cerca de
1,500 millones de pesos cada año.
En los tiempos de mayor índice de cobranza, que fue en la
administración del ingeniero Radhamés Segura, la CDE llegó a recaudar
hasta 600 millones de pesos al mes, pero sus gastos rondaban los 1,000
millones de pesos mensuales, manteniendo un déficit de unos 400
millones cada mes.

Ante este panorama el gobierno del presidente Leonel Fernández analizó


que agotaría gran parte del presupuesto nacional tratando de acabar con
los apagones, pero que si no lograba que todos los usuarios del servicio
energético fueran clientes el déficit aumentaría con el pasar del tiempo.

Cuando se acentuó el problema de los apagones, algunos sectores del


país comenzaron abogar por la privatización de la distribución y
comercialización de la energía, motivados en el hecho de que como al
Estado no se le pagaba el sector privado mejoraría el cobro de la luz.

El gobierno peledeísta materializó este plan mediante el modelo de la


capitalización trayendo al país socios para distribuir la energía, pero en
ningún cerebro puede caber la idea de que esto solucionaría el problema
en corto plazo, porque si el Estado perdía tantos millones de pesos
tendrían que ser brujas las empresas distribuidoras para sacar dividendos
con la comercialización de este servicio.
Sólo en mentes politiqueras puede rondar la idea de que donde tantas
personas no pagan la energía puede ser rentable este negocio.

Es preciso señalar que el fraude en los barrios marginados no es


significativo en las pérdidas de energía, ya que éstos sólo representan
cerca de un 10 por ciento del consumo nacional, lo que indica que la
sustracción de luz se origina en mayor cantidad en la clase media y alta
del país.

Se equivocan los que creen que la solución al problema energético se


logra cargando con alta facturación al grupo de la población que siempre
ha pagado el servicio. Con esto sólo se irrita más a este sector y los
apagones siguen su agitado curso.

La solución al problema energético está en que cada dominicano


entienda que cuando enciende un bombillo consume petróleo, que se
compra en dólares porque no lo produce el país y que por lo tanto
alguien debe pagarlo.

Mientras que el problema energético se trate con politiquería y no se


llegue al fondo, tomando en cuenta que es un asunto de seguridad
nacional, estaremos nadando en lo seco, porque los apagones seguirán
aunque vuelva el Estado y se vayan las Edes”

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