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LOS CONQUISTADORES

J. Alberto A. Torres

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CAPÍTULO 1

EL REGALO

Mi nombre es Ángel, tengo 30 años, trabajo en unas oficinas de la secretaría


de comunicaciones y transporte, no tengo un gran salario, pero me alcanza para
vivir en la ciudad de Xalapa, capital del estado de Veracruz, recibe el nombre de
“Atenas Veracruzana” por sus diversas instituciones educativas y culturales, es
muy bonita por sus atracciones naturales y arquitectura, tranquila, con las
comodidades de una ciudad, pero con la calidad de vida de provincia.

«»

Dentro de sus contras, es muy costosa, pues todos buscan acercarse a la


capital, la renta se me incrementó más este año y se esfumó mi sueño de
comprarme un automóvil, dentro de poco, mi hijo cumple 10, para ser exacto, y
ahora planeo regalarle algo, que realmente le guste, que lo emocione, que sea
perfecto, pero ¿Qué podrá ser ese obsequio? Sobre todo, que me alcance para
comprarlo.

El año pasado no pudimos festejar, pues tenía pocos meses la muerte de mi


esposa Fernanda, por la epidemia de influenza H1N1, ese suceso cambio mucho
la conducta de mi hijo, paso de ser muy alegre y travieso, a ser serio, tranquilo y
en fin, los hechos lo obligaron a madurar un poco más rápido, pero este año será
diferente, haría lo que fuera, para que él estuviera feliz.

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Hoy es viernes y ya es casi la hora de la salida, mi reloj marca las 3:00 pm,
espero que hoy no necesite mi jefe, que me quede, pues quiero pasar más
temprano por mi hijo Adriano.

¡Alguien entró al baño! Yo estoy sentado en un sanitario, solamente


descansando y fumando un cigarro, solo veo los zapatos de un hombre que entró
y se metió a dos casetas de aquí ¿Me estarán buscando?, mejor apago mi
cigarrillo y me voy de aquí, hay que terminar el trabajo.

Aquí no se permite fumar, pero como son muy grandes las instalaciones y no
hay muchos trabajadores, se puede venir de vez en cuando a fumarse uno que
otro cigarrillo y desestresarse, envuelvo la colilla del cigarro en un trozo de papel
sanitario, donde también reuní la ceniza y lo dejo caer al cesto de basura, me
acerco a lavarme las manos y me miro en el espejo, realmente no estoy tan mal,
mido un metro con ochenta centímetros, estoy por arriba del promedio de
estatura de los mexicanos, aunque aquí en Xalapa la gente es muy alta, por lo
mismo del deporte, me mantengo en forma, porque me gusta jugar basquetbol y
entreno los fines de semana, también practico beisbol, tenemos un equipo con
amigos del trabajo y soy jonronero de los mejores de la liga, y me veo bien con
el uniforme entallado que se usa en esta disciplina, bueno al menos eso dice mi
novia Perla.

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Salgo del baño, me dirijo al pasillo principal, ya se empieza a ver gente por la
zona de los sanitarios, está muy desolado y obscuro, dicen algunos trabajadores
que aquí espantan, que han escuchado llorar a una niña, los veladores dicen, que
en la noche escuchan toda clase de ruidos, que incluso han visto sombras, ¡ja, ja,
ja, han de andar borrachos, como nadie los vigila!, en el terreno trasero de estas
bodegas, existe una entrada a los túneles que recorren la ciudad, pero ni aunque
fuera el fin del mundo quisiera entrar en ellos, pues podrías perderte y jamás
salir, recientemente desalojaron una estación de radio muy importante y cercana,
se cree que fue, por los ya tradicionales chaneques; ahí está la oficina del jefe,
realmente espero que me deje salir temprano, porque si no mi hijo me estará
esperando en casa de su amigo, ¡rayos ahí está el patrón! y tiene unos
documentos en las manos, son bastantes de seguro es más trabajo.

- ¡Ángel te andaba buscando! -, con voz grave dijo el jefe Alessandro.

- ¡Sí, aquí estoy! Alessandro para que soy bueno- le dije.

- ¡Necesito que me saques 20 juegos de estos archivos y me los lleves a mi


oficina! -menciono, entregándome los 20 folders que contenían esos archivos,
que a mí me parecieron 200 o tal vez más.

- ¡Sí, seguro! - le conteste con una sonrisa, alejándome hacia la copiadora que
estaba al fondo del pasillo principal, ¡rayos! me quería ir temprano, Alessandro
Biel, es un buen jefe y un gran amigo, pero siempre me encarga trabajo justo a la
hora que voy a salir, voy a tener que mandar un mensaje a mi hijo que me tardare
un poco más.

Mensaje de texto enviado: OYE CHICO ME VOY A TARDAR UN POCO


MÁS, POR FAVOR DILE A LA MAMÁ DE TU AMIGO FREDDY QUE, SI
TE PUEDE DAR DE COMER Y YO LLEGANDO LE PAGO POR FAVOR,
DIVIERTETE.

Mensaje recibido: SI CLARO PAPÁ, ESTAMOS EN INTERNET, VEMOS A


DANNA Y DANNY, EXPLORACION URBANA EN YOUTUBE, YA NOS
HABLARON PARA COMER, TE ESPERO, PERO NO TARDES MUCHO,
¡YA PUEDO SABER CUAL ES MI REGALO!
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Mensaje de texto enviado: ES UNA SORPRESA, PERO PRONTO LO
SABRAS, LO QUE SI TE PUEDO DECIR ES QUE ES ALGO FUERA DE LO
COMÚN Y GRANDIOSO.

Mensaje recibido: PERFECTO, YA ESTOY ANCIOSO POR SABER


DEQUE SE TRATA, BUENO NOS VEMOS AL RATO CUIDATE BYE.

- ¡Cielos! aún no sé qué le voy a regalar a mi hijo, mientras saco estas copias
voy a pensar ¿cuál sería el regalo perfecto?, -mmm, veamos-.

Le guastan los deportes igual que a mí, pudiera ser un balón, aunque eso sería
un regalo común, el uniforme de algún equipo de futbol, no, mejor llevarlo a ver
un juego a algún estadio, no le gusta más la lucha libre, pudiera ser que.

- ¿Qué es esto? – dije en voz alta, en un folder se traspapelaron unos boletos


para el espectáculo de Lucha libre, es lucha, pero con figuras internacionales,
Alessandro planea asistir con su hijo y es para el día domingo 10 de febrero el día
que mi hijo nació, este sería un buen reglo

- ¡sí, sería grandioso! - es lo que estaba esperando, pero, seria también


extremadamente costoso, mi niño lo vale, solo tengo que conseguir estos boletos,
hablare con Ale para ver si me podría conseguir tres boletos.

Por fin termine todo el trabajo es hora de retirarme y de paso hablare con Ale
para ver si consigue esos pases.

- Listo jefe, aquí esta lo que me pediste, oye, dejaste unos boletos de lucha en
estos archivos y los encontré, ¿planeas asistir con tu hijo? - le dije mientras él
estaba buscando algo en los cajones de su escritorio.

- ¡genial! pensé que los había perdido, si, le gustan las luchas y es una
oportunidad enorme asistir porque no muy seguido hay esta clase de
espectáculos- me dijo dejando de buscar y sentándose en su silla mientras
descansaba de la preocupación que le causaba el no encontrar esos pases.

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- mi hijo cumple años la semana que viene casualmente el 10 de febrero y me
preguntaba si me podrías conseguir otros 3 pases, pues quiero llevarlo, a él le
fascinan este tipo de lucha-le dije mientras ponía sobre su escritorio los archivos
y sus copias.

- Claro solo que es difícil encontrar buenos lugares y sobre todo el precio,
¿quieres que te preste? -me pregunto al momento que revisaba las copias que le
había entregado.

- sí, me ayudarías mucho, porque he andado un poco escaso de dinero, yo te lo


pagaré lo más rápido que pueda-, le dije sonriendo y que no podía contener la
alegría de que al fin había encontrado el regalo perfecto para mi hijo e
imaginando la cara de felicidad al darle la magnífica noticia.

- entonces te los voy a conseguir, espero que no haya ningún contratiempo,


mañana sábado te tengo noticias, te veo en el juego de beisbol, ¿me imagino que
vas a ir no?, estas a punto de establecer una nueva marca de jonrones con ese
buen swing que tienes.

- claro allá nos vemos- le dije y me retire a checar mi salida, no se para que
pues no me pagan las horas extras que trabajo.

No cumplí mi sueño de jugar en las ligas mayores, pero aquí me siento muy
apreciado por los compañeros y algunos de ellos ya hasta son mis fans, bueno en
fin mañana será un gran día.

Ahí viene mi transporte, ya estoy cansado de viajar siempre en autobús,


nuestra vida será mejor cuando logre tener un automóvil y pueda llevar y traer a
mi hijo más fácilmente, todos los días tenemos que tomar el autobús muy
temprano para poder llegar a la escuela pues está un poco retirado de donde vivo
pero cerca de mi trabajo, por si tiene algún problema pueda tomar un taxi y venir
a mi trabajo rápidamente, la señora Gómez me ha estado ayudando a cuidarlo
mientras salgo del trabajo, pero pienso que ya no se podrá más, por el mensaje
que me mando diciendo que tenía que hablar conmigo urgentemente hoy.

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En esta parada me bajo es un barrio muy solo, lo bueno es que no hay que
caminar mucho en la esquina siguiente viven los Gómez, al señor lo mataron en
una balacera, era policía, unos elementos solicitaron apoyo pues se encontraban
en una balacera contra unos presuntos integrantes de la compañía un cartel muy
conocido por estos rumbos, el señor Gómez por encontrarse cerca fue el primero
que llego y salvo a dos de sus compañeros no sin antes recibir 6 impactos de bala
en la espalda muriendo minutos más tarde en el asiento trasero de su patrulla,
dejando una esposa de 35 años y un hijo de tan solo 2 años de edad, desde
entonces la señora trabaja mucho para mantener a Freddy, tiene unas cuantas
horas en la jefatura de policía.

Bueno he llegado, son varios departamentos en este viejo edificio, tocaré el


timbre, es el número 2, ya empieza a obscurecer y me quiero ir antes de que caiga
completamente la noche, la hora es 6:40.

- ¡sí!, ¿quién es? - se escuchó por el aparato de interfaz que estaba junto al
botón del timbre.

- ¡Soy Ángel señora Gómez, he venido por Adriano! - dije acercándome a


dicho aparato.

- ¡Espera un segundo, te voy a abrir! - me contestó y se cortó a comunicación.

Solo tardo un instante y abrió la puerta

– ¡Pasa Ángel! l- me dijo bajando ligeramente la cabeza, señal de que me tenía


malas noticias.

- ¡Gracias, buenas noches! - conteste con voz suave tratando de aligerar las
cosas.

Subí los escalones que estaban inmediatamente después de la entrada, y me


gire hacia la derecha el cual era la entrada, espere que abriera, no nos dijimos
nada y entre.

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- ¡Papá! - escuche a mi hijo al mismo tiempo de que salía corriendo del cuarto
de su amigo.

- ¿Qué tal campeón?, ¿cómo te portaste?, diciendo y recibiendo un abrazo, yo


solo toque su cabeza.

- ¡Ángel quiero hablar contigo en el comedor, haz detener hambre! - me dijo la


señora Gómez mientras se alejaba con dirección a la cocina.

-Sí, claro- le conteste.

-hijo permíteme 10 minutos, vete a jugar- le dije cerca de oído.

Me senté y me sirvió 2 memelitas, antojitos típicos y tradicionales de la región,


después me trajo un vaso con jugo de naranja, la verdad tenía mucha sed y fue lo
primero que probé tratando de disimular mi sed.

- ¡lo siento!, pero no podre cuidar más a Adriano, me ofrecieron más horas en
la administración de la policía y es una gran oportunidad para mí, espero que
entiendas a partir del lunes ingresaré- me dijo mirándome fijamente.

– ¡No se preocupe!, es mucha ayuda la que me ha dado, yo buscaré donde


puedo encargar a mi hijo- conteste rápidamente y calmado, lo sabía desde que me
mando ese mensaje, la señora Gómez me había ayudado a cuidar a mi hijo, le
pagaba las comidas y los pasajes, pero en realidad yo sabía que solo era un
pequeño lapso de la tarde.

Después de terminas ese platillo, Salí de la casa de la señora Gómez


despidiéndome junto con mi hijo, quien se despidió de su amigo Freddy.

En el camino pensaba como rayos iba hacer para resolver ese problema, para
ese momento había caído la noche, mi reloj marcaba las 7:40 pm, mi hijo
recostado en mi hombro, pero sin dormir, sabía que él entendía el problema y
estaba preocupado, pero con la seguridad de que yo tenía que resolver el
problema.

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Venia yo tan concentrado pensando las opciones que tenía cuando, -mira Papá
un accidente, que habrá pasado, hay muchas personas rodeando el lugar, hay
ambulancias- me dijo mi hijo tratándose de acercar al otro extremo del

autobús, cuando reaccione, las demás personas que venían viajando con nosotros
se pararon ocuparon muchos de los espacios de las ventanillas de ese lado del
camión, impidiendo la visibilidad, pero por el tráfico y por la precaución del
operador del bus, alcanzamos a ver lo ocurrido.

- ¡Me mordió la mano ese infeliz! - decía el afectado cuando lo subían a la


ambulancia, era un señor de unos 35 años aproximadamente, se veía muy débil.

- ¡Que le robaron! - preguntaba uno que otro metiche, preocupados por saber
los detalles, parece que lo habían tratado de asaltar cuando estaba subiendo a su
auto particular, la policía por lo visto había matado al malhechor pues había un
policía temblando y los demás parecían preguntarle, que es lo que había pasado,
¿por qué lo asesino? El oficial no hacía ningún esfuerzo por contestarles solo
estaba ahí aterrorizado, cuando ya nos retirábamos más rápido en el autobús,
alcance a ver al presunto asaltante ya cubierto por sábanas blancas, y se notaba
que había sufrido varios disparos en el cuerpo y uno en la cabeza, bueno eso se
notaba por las manchas rojas de sangre que tenía la sábana.

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Era una escena muy fuerte, así que no deje ver a mi hijo, quien trataba de
colarse por los pasajeros que obstruían las ventanas.

- ¡Tranquilo Adriano, no veas eso! - le dije tomándolo de la cabeza y


abrazándolo, - ¿qué paso papi? - me dijo asustado, solo un accidente feo- le
mencione al momento de sentarnos en nuestro lugar.

Los pasajeros volvieron poco a poco a sus lugares y el bus continuo su camino,
esta ciudad es muy calmada pero últimamente se han escuchado muchos casos de
violencia, desde que se estableció “el cartel de la cruz” en esta zona mucha gente
anda con miedo e inseguridad, dicen que este cartel es muy peligroso y lo
fundaron unos hermanos que son oriundos de esta zona del estado.

Una vez en casa, dentro del baño, mirándonos al espejo los dos listos para
lavarnos los dientes le dije –ya tengo tu regalo, es el próximo lunes- le dije rápido
metiéndome el cepillo en la boca, él se sorprendió, lo sé, solo que trato de
disimular, se me quedo viendo y me dijo.

- ¡Ok! y ¿qué es? – Metiéndose también el cepillo dental a la boca.

- ¡Te lo diré mañana! - le mencioné y después escupí en el lavabo.

Terminamos de lavarnos y nos dirigimos a la cama, hay que acostarse


temprano pues mañana hay un partido de beisbol y no hay que llegar demorados.

- ¡Hasta mañana hijo, que descanses! - susurré mientras me alistaba a dormir,


me di la vuelta mirando hacia la pared del cuarto.

- ¿Papá? -me pregunto, asegurándose de que no hubiera conciliado el sueño


rápidamente.

- ¿Qué pasó? le conteste mientras cerraba los ojos tratando de dormir.

- ¡Ya se cuál es el regalo! - me dijo con una gran sonrisa dibujada en su rostro.

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- ¡Eso crees! y según tú ¿cuál es? - le pregunte también sonriendo mientras
habría los ojos, sabía que no aguantaba las ansias de saber ¿cuál era su obsequio?

- ¡Ir a ver la lucha libre! - me contesto haciendo un efecto grave en la voz.

- ¡Exacto!, ¿cómo lo supiste? -le dije girándome hacia él para poder platicar de
frente.

- ¡Eso es lo que quería!, hay carteles pegados por toda la ciudad


promocionando el espectáculo y sabía que tú me llevarías a verlo, ¡eres el mejor!
- me dijo casi destapándose y pateando las cobijas.

- ¡Ja-ja-ja!, mañana se resuelve todo tranquilo, cúbrete y a soñar con ese gran
día, te quiero- le dije mientras me acercaba para darle un beso en su frente.

- ¡Yo también! - me contesto dando un gran bostezo y abrazándome para


dormir.

¡Excelente!, fue el mejor reglo que pude dar, solo espero que Alex me pueda
conseguir esos boletos, si es así, tengo que trabajar mucho para poder pagárselos
lo antes posible, bueno, todo sea por mi muchacho, ha sufrido mucho, ya le
tocaba ser feliz.

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CAPÍTULO 2

EL JUEGO DE BEISBOL

Hoy es sábado 9 de febrero, 7:10 de la mañana, estoy buscando mi uniforme


en el closet, seguro lo guardé aquí pero no está, ya encontré mis zapatos, mi
gorra, mi maleta, solo que...

–¡Estas buscando tu uniforme! - escuche y di un giro rápidamente, Adriano


traía mi uniforme en las manos, - ¿dónde lo encontraste? - le pregunte al
momento que me acerque para cogerlo, - lo olvidaste en tu otra maleta junto al
bate que rompiste la última vez - me contesto, extrañado por que ya había
olvidado lo que paso la última vez, pues le pegue a una bola tan fuerte que la
saque del campo y rompí el bate, yo me quede con la empuñadura y la otra parte
salió volando hasta el ojo de una aficionada que tuvo que ser llevada al hospital,
para descartar cualquier cosa, fue una escena chistosa pero ¡gracias a Dios que no
pasó nada!.

- Bueno, ¡vámonos a jugar! que el partido empieza a las 8:00- le dije a mi hijo
mientras salíamos de la casa.

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Mi pequeño siempre esta pegado a mí, le he heredado el gusto por los deportes,
por eso, le encanta ir a ver los partidos, porque para él, soy el mejor en el campo
de juego y siempre trato de dar el cien por ciento, para no decepcionarlo.

Nos dirigíamos caminando a la parada del autobús, que estaba a unos cuantos
metros de nuestra casa, cuando de pronto, pasan 2 patrullas a una velocidad que
te hace pensar, que de verdad van a impedir un asalto o a salvar vidas, tratando
de llegar pronto al tiroteo o al banco y atrapar a los criminales, ¡ojalá así fuera!,
pero creo que muchos policías son valientes con las personas normales, pero
cobardes con los criminales.

Esperando el autobús en la parada, escuchamos a unas señoras platicar de sus


perros.

–Tuvimos que dormir a Nerón, ¡pobrecito hacia muy feo!, desde que regreso a la
casa con una mordida empezó a debilitarse, se le cayó casi todo el pelo y se
azotaba por toda su casa, mi esposo lo tuvo que encadenar y horas más tarde, lo
sacrificamos - le decía una señora a su compañera, se le notaba la preocupación
pero siguió hablando, -mi esposo sufrió unos rasguños al tratar de encadenar al
perro y también lo tuvimos que llevar ayer al hospital porque parece que se le
infectaron sus heridas, ¡solo le pido a Dios que no sea rabia! - le platicaba a la
otra mujer mientras su voz se cortaba por el sentimiento y la preocupación.

- ¡No te preocupes comadre, todo va a estar bien, ya ves a mi perro le paso lo


mismo y él, si me mordió una mano, pero al momento, no me ha pasado nada, de
todas formas, voy al hospital a que me den algún antibiótico y eso es todo, verás
que no tenemos nada! - decía la otra con cara despreocupada.

Una vez dentro del autobús, nos dirigimos al campo de beisbol, en el camino
nos encontramos con varios de mis compañeros y amigos, todos conocen a mi
hijo Adriano y él se lleva bien con la mayoría, le gusta platicar con ellos, así, que
no me preocupo por él en un buen rato.

Llegando al campo, me recibe un gran número de admiradores, con palabras


de aliento me llevan hasta los vestidores, mientras le digo a mi hijo que se
coloque justo arriba de la banca local, que es la de nosotros, - ¡espérame ahí, en
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un rato más te alcanzará Perla! - le mencione rápidamente pues se me estaba
haciendo tarde, - ¡claro papá, suerte!

Yo sé, que Perla no es del total agrado de Adriano y viceversa, pero él sabe
que la quiero y trata de llevarse bien por ello, hablando de Perla, pues la conocí
aquí, en este estadio, hace unos 2 meses, ella tiene 32 años, era porrista de otro
equipo donde jugaba su hermano y venía a verlo jugar, junto con toda su familia,
ellos aparentan ser de clase alta, pero la verdad es que todos sabemos que su
mama se ganó varios millones de pesos jugando la Lotería Nacional, hace ya
varios años, lo que causo que su familia dejara de esforzarse en la vida para
obtener lo necesario y ahora que ya no tienen dinero, les cuesta mucho aceptar
que tienen que trabajar en algo, ella a pesar de estudiar la carrera de gestión
culturar y programación de eventos, se dedica a cobrar las rentas de 4 locales
comerciales, bueno, en fin, no deja de ser una buena persona, el día que la conocí
fue antes de terminar la novena entrada, le tire a una recta y se fue directo hacia
donde estaba ella, la atrapo y al final del partido me fue a buscar para
entregármela y en ese momento la invite a cenar y empezó todo.

Estoy en el túnel que lleva al campo, a la mitad de éste están los vestidores, ahí
es donde nos reunimos y planeamos nuestra estrategia final.

- ¡Hola francisco!, ¿ya estás listo Ríos?, y ¿dónde anda Gerardo? –Les
pregunte a todos los compañeros que estaban en el cuarto, todos los muchachos
estaban muy serios, -que pasa- dije.

- ¡Gerardo está muy mal!, anoche alguien se metió a su casa y ataco a toda su
familia, por defenderlos resultó gravemente herido y está en el hospital-, me dijo
el entrenador.

- ¡Son malos tiempos! – dijo francisco – hay que estar preparados – volvió a
mencionar, con la cabeza agachada.

- ¡Bueno, vamos a dejar estas tonterías y saldremos a ganar, eso hubiera


querido nuestro "short-stop" Gerardo Murrieta, que ha de estar escuchando el
partido por la radio! Dijo nuestro entrenador, dando una palmada, tratando de que
nos concentráramos para el juego.
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–¡Si vamos, vamos! – respondió en coro el equipo, animándose y dejando atrás
las preocupaciones.

Salimos al campo, ya las gradas estaban llenas, hoy era un partido importante
pues era la última oportunidad para poder clasificar a los playoffs.

Rápidamente busqué a mi hijo y lo encontré donde la había dicho, estaba junto a


mi novia, cuatro filas arriba de la banca de "los chileros" nombre que tenía
nuestro equipo.

Empezó el juego contra "los cañeros" de Córdoba, equipo que va con buena
marca en la liga, tienen a Roger "la línea" Ramírez, uno de los mejores pitchers
que hay, lanza todas sus bolas arriba de las 100 millas y tiene una curva que hace
ver como novato a cualquier jonronero.

- ¡Al cuarto bate Ángel! - se escucha por el sonido del estadio, mientras una
bulla empieza en la tribuna, señal de que a los fanáticos les gusta mi entrada al
diamante, tengo corredor en tercera y uno más en primera, volteo a ver al
entrenador, me hace señal que quiere un hit entre primera base y segunda, veo al
pitcher, sé que va a lanzar una recta, lo sé por la fuerza con que toma la pelota,
aprieta la mandíbula y lanza, no veo la bola, pero es una recta, con que choque
con mi bate seguro se va del estadio, hacia esos edificios que resaltan atrás, pues
el estadio no es muy grande y muchas veces la he puesto fuera, - strike uno-
escucho la voz del ampáyer y volteo, ya la bola la tenía en su mascota el cátcher,
el segundo tiro tiene que ser para mí, estoy un poco distraído, el pitcher se
prepara y lanza, la pelota la veo pero es tarde para batearla, se va abriendo,
¡puede ser que le dé!, suelto el swing y solo la rebano para que termine de faul.

¡Es la última oportunidad!, tengo que estar muy concentrado para ver la bola,
sé que "la línea" estará deseoso de poncharme, así que tirara con todo para
propinarme un chocolate, sin embargo, este momento es el que he estado
esperado.

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Lanza con gran fuerza la pelota y la veo completamente a pesar de la velocidad
que le imprimió, 110 millas x hora, es un rayo, así que sin dudarlo la recibo con
mi poderoso bate mandándola directo para fuera del estadio, la gente se queda
cayada mirando como la pelota se hace cada vez más chica y se dirige hacia los
edificios con departamentos, todos seguimos la trayectoria pero cuando va
descendiendo, que es eso, una gran nube de humo cubría toda esa parte, en ese
instante se nos olvidó todo el juego, y se empezaron a escuchar las sirenas de la
policía.

Como estaban cerca los edificios, los espectadores que estaban sentados en esa
parte de las gradas, comenzaron a alejarse de esa zona, pero cuando se
empezaron a escucharse las sirenas, la gente empezó a entrar en pánico y se
lanzaron a correr, a tratar de desalojar el estadio. Rápidamente busque a mi hijo –
papá por aquí- escuche a Adriano llamándome, rápidamente lo ubique y saltando
las barras de protección y la maya atrapa pelotas llegue donde estaba mi novia
que abrazaba a mi hijo, cuando llegue vi sus caras de incertidumbre trate de que
no se me notara el pánico que tenía y con voz calmada le dije – vámonos de aquí,
por los vestidores-, ellos me siguieron si hablar hasta la calle donde se
encontraban muchas patrullas y un camión de bomberos, cuando vi a los
uniformados pues me tranquílese más, un incendio muy grande ocurría en los
edificios departamentales el humo abarcaba muchísimas cuadras y se sentía el
calor de las llamas que consumían las construcciones.

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Nosotros mirábamos desde lejos, como salían las personas corriendo de sus
casas, muchas mujeres estaban llorando, pues lo perderían todo en ese incendio,
de pronto se escuchó un grito, muy fuerte, de una señora que alcanzo a ver
personas dentro de la construcción, -se están quemando- con una voz
desgarradora decía aquella persona.

De inmediato los bomberos y personal de protección civil, así como policías,


empezaron a agilizar los trabajos de prevención para las personas que estaban de
chismosas y acciones de protección para las que resultaron dañadas, empezó a
surgir un nombre, entre murmullos y gritos de los oficiales, ¡el jefe Moreno!, así
es como le llamaban a este personaje que sería el encargado de salvar a las
personas, que se quemaban dentro del inmueble.

Llego el jefe de bomberos, Diego Moreno, quien era de una complexión


grande y fuerte, rápidamente dio órdenes a sus muchachos y corrió a la entrada
del edificio, de camino un compañero de esa benemérita institución comenzó a
explicarle – ¡hay muchas persona todavía en el edificio, el suministro de gas fue
cancelado, pero aún queda gas en las tuberías del edificio, con cuidado jefe! -
exclamo el encargado de los bomberos mientras el jefe Moreno se colocaba su
máscara antigás , colocaron una escalera que llegaba hasta una ventana en el
segundo piso y empezó a subirlas, donde se perdió su silueta entre el denso humo
negro, los demás sujetaban la manguera, algunos otros atendían a las personas
que aun salían del interior del monstruo de fuego.

- ¡Por favor, retírense de ahí! - escuché a un policía que me decía mientras


colocaba cinta peligro, -sí, claro, vámonos- les dije a mis dos compañeros y nos
fuimos de esa espantosa escena.

De regreso a la casa nadie hablo, mi hijo me tenía sujetado fuertemente de un


brazo, y con mi otra mano de la misma manera apretaba la mano de Perla. Ella se
bajó del camión cerca de su casa y no me dijo casi nada solo un adiós muy seco,
yo lo atribuí a la espantosa escena que acabábamos de presenciar.

Al día siguiente, domingo 10 de febrero, compré muy temprano el periódico,


para ver si encontraba alguna nota de los hechos que ocurrieron esa tarde, leí la

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noticia y no tenía mucha información de la que vimos ese día, algunas cosas que
decía son las siguientes:

“Fuerte incendio arrasó 4 edificios de una unidad habitacional, cerca de 24


departamentos quedaron destruidos, muchas familias resultaron afectadas, el jefe
de bomberos dice que fue un intento de suicidio o un acto terrorista, pues al
entrar a rescatar a las personas que se quedaron atrapadas, varios sujetos lo
atacaron tratando de matarlo, él se defendió y tuvo que ser salvado por elementos
del mismo cuerpo de bomberos, se desconoce quiénes eran estas personas que
murieron calcinadas en el interior del edificio”.

Seguí leyendo el periódico, me di cuenta de que eran tiempos malos, pues la


mayoría de las noticias eran de muerte y destrucción, daba un poco de miedo ver
tantas notas malas, la muerte está rondando la tierra, acaso nos aproximaremos al
final de los tiempos, la humanidad se está perdiendo y no hacemos nada o no
queremos hacer nada para evitarlo. Después de esta reflexión, seguí leyendo algo
que decía así:

“Un trabajador joven de una gasolinera quemó a su jefe, dice que quería
atacarlo y fue en defensa personal, tal vez estaba drogado; maestra de primaria
muerta a tiros por la policía después de golpear y morder a 3 alumnos de su
escuela, las madres dicen que era buena con ellos, no saben que es lo que le paso,
los niños están graves en el hospital los Ángeles; Mario "la Cruz" Díaz presunto
jefe de un cartel de Veracruz ahora también es buscado por asesinar a su hermano
Ricardo “el Richy” Díaz, éste fue encontrado muerto en su mansión de la colonia
Briones ayer en la mañana, le dieron el tiro de gracia; policía encerrado por
asesinar a sangre fría a un ladrón quien intento despojar a un arquitecto de su
automóvil último modelo”.

-oh, este fue el que vimos cuando veníamos de regreso a la casa la noche
pasada- dije en voz alta, -¿Cuál Papá?- me dijo mi hijo mientras se trataba de
asomar para ver la noticia, -nada son cosas feas, simplemente hay que estar
atentos y ser cuidadosos cuando salgamos algún lado- le dije doblando el
periódico y alejándolo de Adriano.

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-Muy bien, nos tenemos que preparar para ir en la noche a ver la Lucha Libre
internacional- le dije animándolo para olvidar todo lo que había pasado, - muy
bien le voy hablar a mis amigos de la escuela para saber si alguien va a ir- dijo
mientras corría al teléfono.

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CAPÍTULO 3
LUCHA LIBRE

Llego la hora de marcharnos, el gran evento era hoy, desde temprano le canté
las mañanitas como tradicionalmente se hace en México, le hice de comer lo que
más le gusta, espagueti verde con pierna, y una buena horchata, después nos
arreglamos para irnos, eran las 6:30 de la tarde y teníamos que apresurarnos por
qué el evento comenzaba a las 8:00 y teníamos que llegar a formarnos, ya que
estos eventos son muy concurridos y tardas horas para entrar.

Le mande el último mensaje a mi novia, diciéndole que la esperaba a las 7:00


en punto en la entrada, y salimos en camino al estadio Xalapeño el cual sería sede
de este evento único en la región.

Al llegar no encontré a Perla por ningún lado, no había sido la misma desde
hace varios días, algo estaba ocultando, tal vez alguna mala noticia, bueno pues
hay que esperarla.

-ya vamos a entrar Papá- dice mi hijo sonriendo, -si vamos- le conteste,
mientras avanzábamos despacio en la fila, entregue mis boletos en la entrada y
pregunte si podía salir al rato por una chica que no había podido llegar a tiempo,
y el guardia de seguridad me dijo que sí.

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Una vez dentro todo estaba forrado por lonas y estructuras metálicas, el pasillo
para llegar a la arena improvisada estaba totalmente iluminado por lámparas de
neón y algunos focos de varios colores, llegamos al salón donde iba a ser el
espectáculo, para esto ya se veía mucha gente dentro, y hasta se sentía calor, pues
afuera estaba haciendo frio, hasta traíamos suéteres y gorros.

El cuadrilátero era muy grande, más que en otros eventos de lucha, habíamos
ido a muchos espectáculos ya que mi muchacho era fanático de los luchadores,
pero este era único, sin duda una gran experiencia.

Nos sentamos cerca del túnel de salida, para esperar a Perla y también estaba
cerca de los sanitarios, nos acomodamos y esperamos a que se fuera llenando la
arena, logrando un lleno total en pocos minutos, que bueno que llegamos
temprano.

- ¡Hola Ángel, por aquí! - escuche una voz familiar, era mi jefe.

- ¡Hola Alex! - sacudía la mano saludando, mi jefe si había ido y estaba sentado
frente a nosotros, pero del otro lado del cuadrilátero, - ¡hola, Jimmy! - salude a su
hijo.

De pronto comenzaron las luces a titilar cada vez más rápido, señal de que
comenzaría el evento, todos gritaban, silbaban y aplaudían para animar a los
luchadores, de pronto se escuchó la voz de la presentadora y comenzó el
espectáculo:

- ¡Damas y caballeros bienvenidos a la mejor lucha libre del mundo,


presentamos a Rey misterio! -, todos aplaudían la entrada del mexicano, mi hijo
estaba feliz, con su gorra, su camisa, y una mano gigante de esponja, que vendían
en la entrada. Yo estaba un poco impaciente por que mi novia no llegaba, intente
localizarla por celular, pero no funcionaba, parece que no está encendido, con
frecuencia volteaba hacia el túnel, para ver si estaba, pero nada, bueno tendría
que salir para esperarla en la entrada, sin embargo, no

21
quería dejar solo a mi hijo, ni por instante, aunque pensándolo bien solo era
asomarme del otro lado del túnel, pues desde ahí se veía muy bien la entrada.

En el cuadrilátero Rey Misterio seguía hablando y retando a uno llamado Blue


Demon, la gente esperaba la música que presenta y acompaña al luchador cuando
de pronto salió sin ninguna presentación, sin ningún anuncio, - ¿quién es? - decía
la gente que estaba cerca de nosotros, todo mundo aplaudía y gritaba el nombre
de Demon, Demon, Demon, quien salió y se detuvo justo delante de las pantallas
gigantes que anunciaban su nombre, ya tarde empezó la canción con la que
siempre se presenta, pero él no avanzaba, solo estaba ahí parado con la cabeza
agachada, sin duda una buena presentación.

- ¡Acabalo Rey!, es un oportunista- gritaban algunos de los espectadores que


disfrutaban del encuentro.

- ¿Qué paso? ya habían anunciado el combate de rey misterio VS Blue Demo


-me dijo mi hijo que apenas lo pude escuchar, por la rechifla de los aficionados.

- ¡No te preocupes, esto es parte de show! - le dije y después volví a voltear


hacia la entrada.

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De pronto, este personaje empezó a moverse, lentamente con dirección al ring,
arrastraba los pies, se movía con lentitud, pero preparando su ataque, aunque
seguía con la cabeza agachada, sin duda un buen show estaba a punto de
empezar, conforme avanzaba y pasaba junto al público, se escuchaba como una
ola de silencio empezaba avanzar junto con él, callando a los ruidosos fanáticos
que no sabían que era lo que pasaba ahí.

Este silencio, segundos después fue cambiado por murmullos de la afición,


preguntándose qué le pasa, los espectadores que tuvieron la oportunidad de verlo
pasar cerca de su lugar exclamaban un ¡ahaa! por la impresión y por su olor, el
cual parecía que salía de alguna alcantarilla cerca del lugar.

Los técnicos de este espectáculo hacían su trabajo, apagaron todas las luces y
solo se veía alumbrado, por un foco brillante, a mitad de su recorrido, empezaron
a soltar humo blanco, de ese que lanzan en los antros o en las discos.

Rey Misterio esperaba arriba del ring, dando pequeños saltos y moviendo los
brazos, señal de calentar para este encuentro, pero a su vez movía la cabeza
buscando algún oficial, porque no se esperaba, que este ser apareciera y actuara
de esta forma, el esperaba, al Blue Demon de siempre.

Blue, llego al cuadrilátero, y se subió al ring con mucha dificultad, pues se


arrastró por debajo de la tercera cuerda, en ningún momento subió la mirada, se
alcanzaba a percibir una gran mancha roja en su camisa rasgada, no estaba
vestido como habitualmente sale en su combates, parecía ropa normal, zapatos
negros, pantalón de vestir café obscuro, y una camisa blanca, todos se quedaron
callados al momento de ponerse de frente a Rey Misterio, quien extrañado
alcanzamos a oír como le preguntaba.

- ¿Que te pasa Demon?, ¿porque sales así?, ¿te sucedió algo?, ¡contesta
Demon! - cada vez con más fuerza en su voz, pero sin recibir ninguna señal de
respuesta, de pronto las luces se encendieron y Blue Demon poco a poco empezó
a levantar la cara.

Dios, sus ojos estaban totalmente blancos y nublados, y tenía la mitad de la


boca ensangrentada y la otra mitad dejaba ver su dentadura, pues le faltaba un
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pedazo del labio superior, el cuello lo tenía ligeramente fuera de su lugar, pues el
cartílago formado por la tiroides y laringe conocido como la manzana de Adán,
se encontraba colgando de su cuello. Dejo salir de su boca un lamento mezclado
con un gruñido y sin más, se lanzó contra el mexicano, quien lo aventó hacia
atrás y lo retiro unos metros, pero este sujeto seguía siempre avanzando para
delante, sus movimientos eran torpes, pero se veía que tenía una gran fuerza, sus
brazos los alzo, como si lo quisiera abrazar pero Rey Misterio hábilmente se
agacho y se deslizo librándose de ese mortal abrazo.

La gente estaba callada un poco desconcertada por lo que estaba viendo hasta
que – ¡eso Misterio bravo! - gritó un aficionado que se encontraba en las gradas
de más arriba y automáticamente.

– ¡Heee! – grito toda la gente, rompiendo con el silencio sepulcral, sin duda
alguna era un buen espectáculo.

Yo aproveche esta situación, - ¡voy al baño, no te vayas a mover, regreso en un


minuto! - le grite para que me atendiera, pues el ruido era mucho.

- ¡Sí! no te tardes mucho- me dijo volteando casi de inmediato a seguir viendo


la pelea.

Rápidamente me Salí de la arena y pase por el túnel de acceso hasta llegar al


otro lado, pase de largo por los baños y llegue a la entrada ahí estaba el garrotero
quien se me quedo viendo y le hice una seña si podía ver aquí afuera y él me
asintió con la cabeza.

Salí a la calle, ya había caído la noche, no había mucha iluminación ya que es


una zona donde hay campos deportivos y por consecuencia el alumbrado es un
poco escaso, vi a mi novia a un cuadra del lugar, la reconocí de inmediato por su
silueta y su cabellera rubia, estaba volteada hacia el otro lado dándome la
espalda, hablando con un sujeto al que no reconocí, decidí acercarme para
recibirla y entrar al estadio, después de todo no me podía tardar casi nada.

Mientras tanto en el Ring, Rey misterio esquivaba por cuarta vez a este sujeto
que se la abalanzaba y le tiraba zarpazos con ambas manos.
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-Ya se tardó mi papa, se me hace que fue a buscar a Perla, ¡vamos Misterio,
acabalo! - decía Adriano mientras agitaba su mano gigante y tomaba su refresco
con la otra mano.

- ¡Oye!, ¿qué te pasa?, tranquilo, ¡rayos!, voy a tener que golpearte- decía Rey
misterio, empujo al sujeto y le lanzo unas patadas voladoras derrumbando, al
contrario, ganándose el aplauso de los espectadores, que empezaban a silbar en
señal de molestia por que no había pelea.

Sin embargo, se volvió a poner de pie frente a él y se abalanzo sobre él, Rey
esquivo de un salto y propino una cachetada que le ardió a todos los que vieron
menos a Blue, quien no mostraba otro rostro que el de los ojos en blanco.

De repente abrazo a Misterio y se fueron hacia abajo, los dos, como una tabla,
parecía que lo quería morder porque estiraba el cuello y la boca de una forma
aterradora y Rey se lo impedía con su mano derecha que sujetaba su garganta y la
otra trataba de zafarse de ese abrazo del oso, por fin logra soltarse y doblando sus
piernas puso sus pies en el abdomen de este ser y lo catapulto hacia las cuerdas
cayendo con la cabeza escuchándose la ruptura total de su cuello – ¡ahaaa!- se
escuchó el público.

Mientras tanto, me acerque a unos metros de ella, estaba a punto de hablarle


cuando vi que ella se le lanzo y lo beso apasionadamente, me quede mudo, sentí
que me callo un balde de agua fría, quedándome sin poder reaccionar, así que mi
reacción fue acercarme rápidamente y separarlos empujándola hacia atrás.

- ¿Qué te pasa?, ¡por él es que no querías venir! - le reclame, - ¡oye lo siento,


pero lo quiero y te voy a dejar! - me respondió.

- ¡Amigo tranquilo, eres un perdedor y ya la perdiste imbécil! - me dijo el


sujeto, al momento que le daba la luz en el rostro.

- ¡Te conozco, eres Luciano, el estúpido que fue arrestado por permitir nexos
del ejercito con el narcotráfico!, ¿verdad? - le dije cuando reconocí al soldadito,
él se me fue encima y me soltó un golpe en el estómago que me saco el aire por
un momento.
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- ¡Ya déjalo, aquí terminamos, ya estaba cansada de tus tonterías y de tu hijo,
no te voy a volver a ver! - dijo esto al momento que se subía a la camioneta de
este narco y se alejaba en la obscuridad.

Me quede recargado en la pared un momento mientras me recuperaba del


golpe, se me salía unas cuantas lagrimas por la desilusión, pero estas poco a poco
se fueron extinguiendo, para dar paso al enojo, a la furia, molesto me regrese al
estadio mientras maldecía todo el camino.

Todo mundo estaba asombrado parecía que rey misterio había matado a
Demon, pues callo de cabeza y se disloco la tráquea, rey no sabía qué hacer y se
acercó a ver a su amigo, este tipo de movimientos, los tienen bien ensayados, que
pudo pasarle para caer de tal forma, volvió el silencio a la arena, todos estaban
muy impresionados, -un paramédico por favor- grito Rey mientras le hacía señas
al réferi, este salió corriendo a llamar al servicio médico, -vamos reacciona
quería voltear el cuerpo pues estaba en una posición totalmente descompuesta.

-¡Aaarrg! - se abalanzo el difunto y lo pesco con los dientes en el brazo, se


alcanzó a ver como se quedaba con un pedazo de musculo que desprendió del
Rey Misterio.

- ¡Ahaaa! - grito Misterio mientras salió arrastrándose para atrás, dejando


manchado el cuadrilátero de sangre fresca, Demon se comenzó a incorporarse,
pero la cabeza la tenía totalmente desviada hacia su izquierda, y comenzó a
caminar hacia el malherido Rey, quien estaba entrando en shock debido al fuerte
dolor que estaba sintiendo.

- ¿Qué está pasando, será parte de algún espectáculo especial? - dijo Adriano,
empezando a desconfiar de este montaje, algunas personas empezaron a gritar.

- ¡Deténganlo, deténgalo, lo va a matar, por favor! -decían algunas mujeres


fans de Rey Misterio, pero todo mundo estaba paralizado, hasta que llego Blue
Demon donde estaba Rey Misterio y se detuvo.

- ¡Vámonos Adriano! - le dije a mi hijo cuando regresé a su lugar después de


pasar por aquella humillación.
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- ¡Pero papá, mira a Rey Mis...! - me decía cuando interrumpí por segunda vez.

- ¡Dije que nos fuéramos! - esta vez lo tome del brazo y le di un jalón un poco
brusco, de verdad estaba muy enojado y no le di importancia a los comentarios
de mi hijo, nos dirigimos al túnel, el guardia de seguridad se me quedo viendo,
nos dirigimos a la salida, hasta llegar a la calle, una vez fuera no sabía qué hacer
empecé a caminar y más adelante compuse la dirección para ir hacia la parada del
camión.

- ¡No puede ser!, ¿qué pasa?, maldito, ¡vamos, desgraciado! - decía Misterio
perdiendo lo que le quedaba de fuerza.

- ¡Ahaaarg! - se lanzó contra el luchador mordiéndole el cuello, y salieron


disparados chorros de sangre contra el público, dejando el cuadrilátero y algunas
personas de las primeras filas bañadas en sangre de su ídolo.

- ¡Ahaaa! - empezó el pánico y todos los espectadores empezaron a pararse de


sus asientos y correr a las salidas más cercanas, algunos se quedaron a seguir
viendo esa espantosa escena donde Demon seguía alimentándose de Misterio.

- ¡Junto a mi hijo, por acá! - decía Alex mientras trataba de salir por los
vestidores de los luchadores, para esto tenía que saltar 2 filas hacia abajo y pasar
cerca de donde estaba este ser, pues las salidas de los 2 túneles de entrada estaban
llenas de personas locas por salir lo más rápido posible.

- ¡Vente, vamos a salir por acá! - decía Alessandro mientras veía a Blue
comiendo y la puerta hacia los camerinos.

- ¡No papá, por ahí no, no quiero, me asusta, no! - le decía Jimmy, muy
asustado y jalándose de la mano de su papá, estos jalones ocasionaron que Alex
se tropezara y volteara por un instante al estar pasando por la última fila,

- Tranquilo por favor vamos a estar bien ¡sígueme, confía en mí, vamos! - le
decía, tratando de darle confianza a su hijo.

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Pero al voltear nuevamente para tratar de salir por la puerta trasera ya no
estaba el luchador donde lo había visto por última vez, que fue arriba del ring,
solo estaba en una esquina el cadáver de Rey y mucha sangre alrededor del
cuadrilátero.

- ¡Rayos!, ¿dónde fue? - dijo Alex, mientras trataba de ubicarlo volteando


hacia todos lados, pero sin éxito.

- Papá, ¿qué pasa?, ¿dónde está el loco? - dijo Jimmy, atemorizado.

- ¡No lo sé, avanza rápido! - dijo Alex y terminaron de pasar las butacas,
dirigiéndose a la puerta para escapar.

Cuando de pronto, salió Demon de la esquina del cuadrilátero, ahora se notaba


más fuerte, más rápido, la carne le dio más potencia, más vida, era claro
necesitaba comer.

- ¡Atrás de mí, hijo, yo te protejo! - Alex muriéndose de miedo, pero sabía que
su hijo necesitaba seguridad.

Demon, comenzó a agazaparse, como un animal que busca a su presa, mientras


padre e hijo caminaban hacia atrás tratando de llegar a la otra esquina del ring
para poder, correr y salvarse.

- ¡Dale la vuelta al ring hijo, no te preocupes por mí! - dijo Alex como última
opción pues sabia de la fuerza del agresor y tenía que detenerlo para darle una
opción de vida a su hijo, aunque esto significara sacrificar su vida.

- ¡no, papa vámonos, ven conmigo! - dijo el niño.

- ¡Corre! - alzo la voz Alex.

- ¡Ahaaarg! - Demon se abalanzó con furia sobre Alex, quien lo recibió con un
fuerte derechazo directo a la mandíbula descarnada, pero no fue suficiente,
porque en el trayecto de la caída Blue, se prenso aborazadamente de su objetivo

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como cuando una serpiente enrolla a su presa y se lo llevo al suelo, montándose
en Alex y mordiéndole el vientre en repetidas ocasiones.

- ¡No papá, nooo! - Jimmy veía aterrorizado, como su padre estaba siendo
devorado por ese ser maldito y peor era su frustración al no poder hacer nada, ni
si quiera acercarse, cuando de pronto vio que su padre aún con vida lo veía con
un terror y le señalaba con ojos y manos que volteara.

Jimmy no lo hizo, pero se imaginó, que era, pues sentía la respiración de Rey
Misterio quien lo asechaba atrás listo para alimentarse.

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CAPITULO 4

LA HORDA

Me dirijo hacia la parada, que está a 2 cuadras del estadio xalapeño, con
dirección a un parque muy famoso en Xalapa llamado los berros, mi hijo va
confundido y un poco enojado, no sabe que paso conmigo, sé que actué mal con
él, pero en ese momento no me importaba mucho, ya que el enojo y el orgullo se
apoderaban de mis acciones.

- ¡Con permiso!- dijo un muchacho, que paso corriendo junto a mí y por poco
me tira.

- ¡Corre, vámonos! - grito un señor, que paso rápidamente del otro lado de la
acera jalando a su esposa y a su hijo.

- ¿Qué pasa? - dijo mi hijo, al ver que mucha gente que pasaba corriendo por
lo ancho de la carretera, sin ningún cuidado de los autos, que podían pasar y
atropellarlos.

- Nada, ¡vámonos!, ahí viene nuestro autobús - le dije cuando casi llegamos a
la parada se detuvo el autobús y nos subimos.

Era un autobús muy largo, parecía nuevo, de esos que están introduciendo en
las ciudades grandes, había poca gente, nos sentamos hasta atrás, pues cuando mi
hijo va cansado se duerme en los asientos desocupados de atrás de los camiones.

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Mucha gente al ver al camión, se abalanzaron para tratar de subir, pero resulto
que eran demasiados, cerca de 60 personas, el conductor viendo que no había
suficiente, cerró la puerta y trato de decirles que todavía pasarían 3 camiones
más, solo podía subir a unos cuantos, pero la gente no hacían caso y comenzó a
golpear los cristales y el lado del camión, se veían muy desesperadas, pero corría
peligro el conductor, así que al ver que no hacía entender a esas locas personas
hecho en marcha el camión y nos alejamos de esa zona histérica.

Una vez que el camión se incorporó al circuito presidentes con dirección a


plaza las Américas, se acabó el ruido y nos fuimos más tranquilos, Adriano no
decía nada, parecía algo asustado y molesto a la vez, era de entenderse porque le
arruiné su fiesta, hasta ese momento empezaba a entrar en razón, no debí de
actuar de esa manera, tanto que mi hijo espero ese día y por la mujercilla se vino
todo abajo.

- Si quieres, puedes dormirte un rato - le dije sin recibir ninguna contestación


de parte de él, pero me hizo caso y se acostó a lo largo del asiento de atrás.

El camión siguió su ruta, mi mente, mi pensamiento estaba en otro lugar, no


me di cuenta del tiempo, solo estaba mirando hacia el obscuro cielo, recargado en
el cristal del ultimo asiento, mi hijo a un lado, me sentía desorientado, poco a
poco comencé a sufrir de pequeños lapsos de sueño, que me hacían cabecear en
un par de ocasiones, el frio de la noche que se sentía afuera no era normal, había
un aire helado que erizaba los bellos del cuerpo, sin embargo como íbamos
encerrados en el autobús, empecé a dormir profundamente.

Me perdí en el sueño durante unos 30 minutos aproximadamente, cuando de


repente siento una fuerte presión en el brazo derecho, esto me hizo regresar a la
realidad de mi vida, mi hijo me tenía bien agarrado casi de todo el brazo.

- ¿Qué pasa hijo? tranquilo - le decía tratando de calmarlo porque estaba algo
asustado.

- ¿Qué es eso papá? - me dijo mirándome y guardando silencio para que


escuchara.

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De repente se escuchó una explosión que estremeció el suelo y por lo
consiguiente también al camión.

- ¡Rayos que fue eso! ¿qué pasa? - dije en voz fuerte.

La gente se empezó a parar y a mirar para afuera desde sus cristales, yo no vi


nada desde mi lugar, solo distinguí que estábamos llegando a plaza Américas, un
centro comercial de los más lujosos y grandes de la ciudad.

- ¡Hey, quítate cabrón! - grito el operador de la unidad al momento que dio un


volantazo, para evitar un choque, no sé con quién, solo sentimos el fuerte
movimiento del autobús y todos los pasajeros se fueron del lado derecho del
camión y regresando algunos instantáneamente a su lugar.

Después el camión freno bruscamente pues casi se estrella con una estructura
de metal en forma de caseta, que cumple la función de parada de camiones, casi
frente a la plaza comercial.

El operador enojado, por el incidente hacia señas por el parabrisas del camión,
parecía que alguien estaba parado frente a la unidad y el chofer le decía que se
quitara.

El autobús era muy largo y quedamos a obscuras, solo estaban encendidas


unas luces muy tenues en el pasillo cerca de los primeros 3 asientos de frente del
camión.

-Parece que hubo alguna balacera en la plaza, hay muchas personas corriendo-
dijo asustada una joven que estaba 2 asientos delante de nosotros, pero del lado
contrario de nuestra fila.

-papa que hacemos- me dijo mi hijo, queriendo seguir a unas personas que se
estaban alistando para salir.

- ¡Nosotros aquí nos quedamos, estamos más seguros aquí, nos vamos a
resguardar de tras de los asientos! - le conteste al momento que lo guiaba con mis
acciones agachándome yo primero.
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El chofer del camión seguía haciendo señas por dentro del camión a un
individuo que se encontraba parado justo frente al autobús, mientras que 3 de los
pasajeros tomaron sus cosas y se pararon junto al chofer convenciéndolo que
abriera la puerta para irse a resguardar en otro sitio, ya que la idea de quedarse en
autobús, donde posiblemente había una balacera, representaba un peligro para sus
vidas.

Así que el chofer, convencido por los argumentos que estas personas, entre
ellos una viejecita, le decían, procedió a oprimir el botón que dejaba las puestas
abiertas, solo por la parte delantera, ya que al final de esa unidad también venia la
puerta de salida.

Estas 3 personas salieron corriendo y desaparecieron sus siluetas dentro del


humo que empezaba a llegar producto de algún incendio y de la niebla natural
que extrañamente invadía en ese momento a la ciudad.

Algunas personas en la parte delantera trataban de mirar hacia afuera y otras se


estaban armando de valor para seguir a las 3 personas que se fueron primero,
pero el miedo las traicionaba y no las dejaba avanzar hacia la puerta que seguía
abierta.

El operador en ese instante hizo un movimiento con su cuerpo hacia adelante,


signo de que se disponía a bajar, pero una sombra que se asomaba en la entrada
se lo impidió regresándolo instintivamente a su lugar.

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Sorpresivamente subió un sujeto al autobús, este era alto y muy delgado, muy
despacio puso el pie en el primer escalón, yo no podía distinguir los rasgos a
pesar de que estaba a muy corta distancia, ya que nosotros nos encontrábamos
solo alumbrados por las luces del pasillo, y esta persona estaba a contraluz, así
que no distinguíamos su rostro.

- Pero ¡qué diablos! - alcanzo a expresar el chofer, cuando este ser, se abalanzo
sobre él, atacándolo.

- ¡Ahaaa! - la gente que estaba cerca de esa escena empezó a gritar


histéricamente y sin poder moverse de su asiento por el terror que sentía.

-rayos, abajo- le dije a mi hijo quien solo me miraba y me abrazaba con todas
sus fuerzas, mientras los gritos del chofer se dejaban escuchar a kilómetros.

De repente, como atraídos por el ruido de los gritos de las personas de ese
camión, empezaron a subir frenéticamente muchas personas ensangrentadas, y
con las ropas desgarradas, dejando salir gruñidos y algunas respiraciones que no
eran normales, atacando a las personas que se encontraban en los primeros
asientos, cada una de estas criaturas se abalanzo sobre un pasajero, dejando salir

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algunos chisguetes de sangre símbolo de mordidas aparatosas sobre el cuello y
brazos de todos los ocupantes del camión.

- ¡No puede ser, no puede ser! - exclamaba en voz baja.

- Papá, tengo mucho miedo - me dijo mi hijo, imitando el nivel de ruido que
utilice con mis palabras anteriores.

- ¡Shhh! - lo calle, al mismo tiempo que me asomaba por un lado del asiento y
distinguí que el ser que había subido al camión en primera instancia, había
apartado del chofer que yacía en el piso y seguía moviéndose, víctima de los
mordiscos que le propino el maligno tipo.

Esta vez el ser flaco y alto parecía haber recobrado fuerzas y se movía más
rápidamente y con espasmos en todo el cuerpo provenientes de sus músculos, se
dirigía hacia nosotros, como revisando los asientos conforme iba pasando por
ellos.

- ¡Rayos, viene hacia acá, tranquilo, tranquilo! - le decía a mi hijo, mientras


buscaba mirando hacia todos lados buscando una salida de esa trampa, sabia
dentro de mí, ¿qué? si nos veía, estábamos perdidos.

De repente mire hacia arriba, ahí estaba nuestra salvación, la escotilla en el


techo, por donde entra el aire.

RETIRE EN CASO DE URGENCIA, EMPUJE AQUÍ, leí rapidísimo y no sé


cómo mi cerebro reaccionó creando rápidamente un plan de escapé, pero como
hacerle si el autobús era muy alto y no iba a poder llegar y mucho menos mi hijo,
sobre todo teniendo a unos 6 metros a ese ser maldito, que seguía avanzando sin
detenerse, pasando por donde los demás seres quienes seguían devorando a esos
pobres y desafortunados individuos.

Por suerte, se detuvo un momento ese enorme y delgado moustro, tratando de


guardar silencio para escuchar algún ruido proveniente de los últimos lugares del
camión, yo aguante la respiración mirando a mi hijo quien estaba igual de tenso
que yo, este ser parecía salido del mismísimo infierno, su cara solo demostraba
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terror, los ojos en blanco, la cara cadavérica abría la boca y dejaba salir la lengua,
parecía no tener control de ella porque se salía como si no tuviera vida, en el
lugar donde debería tener la nariz solo existían dos hoyos de donde le escurría un
líquido entre rojo y negro.

Entonces dio la vuelta regresando muy lentamente por su anterior víctima, en


ese momento aproveche y sin pensarlo, mientras estaban ocupados devorando a
los pasajeros, trate apoyándome de los sillones o asientos de tirar esa escotilla y
por ahí escapar.

Empuje tratando de no hacer ruido, pero era inútil tenía que golpear para abrir
bruscamente esa ventanilla, espere ahí arriba de los asientos del autobús, a que se
alejara un poco más y entonces, ¡zas!, de un golpe abrí la ventana, en ese
momento volteo el sujeto, y alzando las manos como queriendo llegar al blanco
comenzó a avanzar rápidamente otra vez hacia nosotros.

- ¡Rayos, Adriano apúrate, vamos, rápido! - le dije desesperado pues solo


estaba a unos cuantos metros de nosotros, sentí que el corazón con cada paso que
daba el lunático se aceleraba más y más.

- ¡Sí, papá! - exclamo mi hijo, valientemente.

Ágilmente mi hijo se subió a los mismos asientos donde estaba guardando el


equilibrio, lo sujete con una mano y de un brinco él ya estaba casi en el toldo del
autobús.

Le empuje las piernas y logro subir, cuando regrese la mirada para saber a qué
distancia se acercaba ese podrido ser, cuál fue mi sorpresa, cuando una chica
estaba agazapada frente a mí con una mirada que me decía, por favor ayúdame,
sálvame.

- ¡Vamos, rápido! - le grite mientras le extendía la mano, mostrándole que ella


podía hacer lo mismo que Adriano.

Sin pensarlo se levantó de su lugar y en segundos estaba ya tratando de salir


por la diminuta salida.
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- ¡Me atore, no puedo salir! - me dijo, al momento que sentí mucha
desesperación ya que ese individuo se encontraba a solo 3 asientos de mí y yo sin
poder salir.

Me sentí, atrapado no sabía qué hacer, entonces, subí a la fuerza donde ella
tenía medio cuerpo dentro del camión, coloque mi hombro y ambas manos en su
trasero y lo empuje con toda la fuerza que tenía, logrando así que esta chica
saliera completamente del bus.

Cuando al fin era mi turno de escapar, sentí que ya lo tenía de tras de mí,
aunque todavía le faltaba 2 metros para alcanzarme, cuando de pronto.

- ¡Ahaaa! - se escuchó un grito de una señora que se encontraba escondida de


bajo de unos asientos, a tan solo un lugar de donde yo estaba.

- ¡Ahaaarg! - gruño el monstruo, mientras se desentendió de mí y centro su


atención en su nuevo objetivo, quien seguía gritando.

Se le abalanzo y la empezó a morder sádicamente.

-lo siento- pensé, esa persona me salvo la vida, y subí con algo de trabajo y de
tiempo por la ventanilla del camión ahora infestado de gente muerta.

Una vez en el techo del autobús, con mi hijo y esa chica, observamos como
miles de personas corrían por todos lados, gritando y llorando, tratando de llegar
algún lugar seguro, muchas de estas personas salían de la plaza comercial,
seguidas de muchas personas ensangrentadas que los seguían tratando de dar
alcance y algunas veces lográndolo y mordiéndolas por todas partes.

De verdad era la escena del fin del mundo, los demonios en la tierra
destrozando a la humanidad, nunca había imaginado que yo sería parte de esta
historia.

Los automóviles que todavía circulaban sobre la avenida pasaban sin


importarles llevarse entre sus llantas tanto a esos zombies como a gente que aun

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luchaba por seguir con vida. Quien detenía su choche para ayudar de inmediato
era atendido por esos entes del mal y en segundos destazado.

No podía ocultar más esa situación de los ojos de mi hijo, así que solo lo
abrace, si mencionar palabra y nos recostamos muy juntos, yo, la chica y el niño
a pasar la noche esperando que estuviéramos seguros ahí arriba y esperanzados
en volver a ver la luz del sol.

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CAPITULO 5
EL POLICIA

Dos días antes de estos hechos se encontraban una pareja de policías cerca de
una plaza comercial llamada animas, perteneciente a una colonia de gente de
clase alta, el agente Manuel Sol, un tipo de 40 años, delgado pero alto
aproximadamente 183 centímetros, de tez clara y cabello ondulado color café,
con un bigote del mismo color, dentro de la patrulla escuchaba música de un
artista llamado pepe Aguilar, mientras espera a su compañero el agente Enrique
Arcos, quien estaba comprando unas aguas embotelladas para seguir con su
recorrido por toda la zona.
-acaba de una vez, con esta historia, apúntame directo al corazón, dispara
fríamente a quema ropa, te juro que me haces un favor- estaba cantando Manuel
cuando Enrique lo interrumpe al abrir la puerta de la patrulla.
- ¿Qué tal parejita?, solo había de estas- exclamo Enrique lanzándole la botella
hacia el lugar del copiloto y Manuel en un movimiento muy rápido logro sujetar
la botella en el aire.
- ¿Qué vas a hacer en tus vacaciones? Enrique, ¿te iras a casa de tus padres?,
¿en dónde está la cabaña de tus papas? – decía Manuel al tratar de destapar el
agua embotellada.
-Rumbo a la ciudad de Mexico, sin embargo, esa zona esta apartada del ruido y
el clima de la ciudad, aun es zona de bosque, mi padre ha invertido mucho en su
casa, ya que piensa, que, es bueno tomar precauciones en caso de una guerra en
suelo mexicano, pero bueno, solo son ellos y a mí me gusta mucho ir a pasarla
bien con esos espectaculares paisajes y la compañía de mis viejos - Explicaba
Enrique bajándole a la música y destapando posteriormente su botella de agua.

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Enrique era un agente de 29 años, que a pesar de su 174 de estatura tenía un
físico fuerte a consecuencia de sus horas en el gimnasio y su sana alimentación,
tenia fama entre sus compañeros de ser muy valiente, ya que el solo y sin arma,
había impedido un secuestro, sometiendo a 2 personas e impidiendo que escapara
el tercer criminal abordo de una camioneta, al lograr ponchar una llanta con la
misma pistola de los asaltantes.
- ¡Emergencia! tenemos un posible 52 por el estacionamiento de la plaza
animas, alguna unidad cerca que pueda acudir- se escucha por la radio.
-unidad 108, nosotros estamos cerca- contesto el agente Manuel por la radio,
sin mucha preocupación sabedor que la clave 52 era una persona en estado de
ebriedad que puede causar problemas.
-¡vamos, compañero!- dijo el oficial Manuel al mismo tiempo que los 2
guardaban sus botellas de agua y Enrique encendía la patrulla para dar vuelta en
u y avanzar a dicha plaza comercial.
-Manuel yo me bajare en la entrada del estacionamiento y tu conduces la
unidad a la salida que colinda con la avenida Lázaro, para que no se vaya a
escapar, atravieso el estacionamiento y salgo del otro lado, espero atraparlo- dijo
el oficial Enrique al mismo tiempo que observaba su reloj que ya marcaba la 6.50
de la tarde y aun había claridad, pero no por mucho ya que en minutos el sol se
estaría ocultando.
Así lo hicieron, el oficial Enrique bajo de la unidad y se dispuso a cruzar por el
estacionamiento subterráneo de esa gran plaza, debido a la hora y el día, que era
jueves no había muchos autos estacionados en ese lugar, las luces eran muy
tenues ya que aun entraba luz solar en ese frio lugar.
- ¡ten cuidado! - le dice en voz alta el agente Manuel Sol, ocupando el asiento
del conductor después de darle la vuelta a todo el frente de la patrulla y

40
velozmente se dispone a colocarse en su lugar siguiendo la directriz de su
compañero.
El oficial Enrique Arcos avanza cauteloso adentrándose al estacionamiento,
observa y cuenta los autos estacionados que sobrepasan los 30, sin embargo,
existen más, ubicados en otros puntos del estacionamiento pero que ya no se
alcanzan a distinguir, pues la luz se desvanece y en cuestión de minutos llegara la
obscuridad.
Conforme cruza hasta la mitad del gigantesco estacionamiento la luz se va ya
que en su reloj se distinguen las 7:05 PM, decide prender su lampara táctica y
abusar de su valentía avanzado por uno de los túneles de salida que se distinguían
al usar su linterna.
Estando casi llegando a los túneles de salida, se da cuenta que hay una persona
tratando de abrir un auto, de forma desesperada, al no lograrlo se abalanza contra
otro y con nuevos bríos, trata sin éxito sobre la manija, abrir la puerta de ese
carro.
Llevando una mano a su sig sauer 2022, pistola que utilizaba a un costado de
su cintura, el oficia Enrique, mientras alumbraba con la otra a su posible
infractor.
-manos sobre el vehículo y piernas separadas- exclamo estruendosamente para
imponer autoridad.
El sospechoso giro el cuello y vio al agente de la ley, por lo que avanzo
directamente hacia el de forma rápida, pero en ocasiones perdiendo el equilibrio.

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Por las condiciones en que Enrique vio a ese sujeto, decidió no desenfundar su
arma y detenerlo en forma de ayuda para hablar con él.
El sujeto seguía avanzando hacia él, ya se encontraba a 3 metros del oficial
cuando exclama – ayuda por favor, tienes que ayudarme- llegando hasta donde se
encontraba el policía.
- ¡qué le pasa señor! - pregunto Enrique.
-esto va a ser un infierno, tenemos que avisar, yo no podre porque me mordió,
pero usted me tiene que escuchar- dijo el sujeto mientras se apoyó del oficial al
perder la fuerza en las piernas y caer lentamente al suelo hasta sentarse.
-Dígame que pasa, lo escucho, empezando por ¿quién es usted? - dijo Enrique
tratando de calmar al sujeto mientras revisaba las mordidas en las muñecas que
tenía.
- soy el Dr. Robinson, traía una muestra del virus VEYRN, para que un
científico muy bueno de esta ciudad, lo analizara, él trabajo varios meses, hasta
dar con la cura, pero fuimos asaltados en el avión y se infectó un ayudante, como
desapareció la muestra, trajimos al portador, tratamos de contenerlo pero todo se
salió de control, mordió al equipo que venia conmigo y se fue, la forma de
contagio es por transmisión hemática, por lo que si te muerden, estas ya
infectado, pronto desaparecerá todo lo que conoces- explico el Dr. Al mismo
tiempo que intentaba ponerse de pie nuevamente.
-quien es su contacto aquí en Xalapa y como es que usted termino en el
estacionamiento de una plaza comercial-pregunto el oficial.
Buscamos al Dr. Bruno Borges, quien tiene su laboratorio en la torre animas,
pero no pudimos llegar por helicóptero, ya que éramos 14 en mi equipo, mas el
infectado que teníamos que traerlo monitoreando y amarrado en una camilla, la
velocidad de contagio va desde el minuto hasta la hora, por lo que ya mis
camaradas están muertos yo fui el ultimo en infectarse al perseguir a mi
compañero hasta acá pero desapareció, puede corroborar mi historia buscando
nuestro trailer que se quedó en la calle… - estaba informando el doctor al ser
interrumpido por la voz de Manuel que se escuchó por la radio policiaca.
-Todo bien, pareja, encontraste al 52-dijo en voz burlona Manuel.
-si aquí estoy con el 52- contesto Enrique preocupado por lo que estaba
escuchando de viva voz del doctor Robinson,

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- ¿qué es lo que podemos hacer Dr. o cuál es su plan? -preguntaba Enrique al
ser interrumpido por el supuesto Dr.
-usted no me cree verdad, solo piensa que soy un simple loco tratando de
alterar el orden, váyase a la mierda- exclamo el Dr. Y empezó a correr lejos del
oficial buscando otro carro para huir del lugar.
El agente Enrique sabía que el doctor entendió la clave 52 y ya no confiaría
nuevamente en él, así que corrió tras el sujeto, mientras apagaba su radio para no
ser interrumpido nuevamente, pues trataría de convencer al investigador de su
llaneza.
Al correr y salir del túnel se encontró que el supuesto Dr. estaba al lado de un
señor quien se sujetaba el antebrazo y poco a poco daba pasos hacia atrás
alejándose del malvado.
-Dr. Robinson esta usted bien, le creo y pienso ayudarlo, por favor- exclamaba
Enrique mientras avanzaba cuidadosamente hacia el doctor, al mismo tiempo, le
hacia señas al otro sujeto que se alejara del auto que trataba de abrir el Dr. Con
las llaves que le había quitado a este señor.
- ¡que chingados le pasa a este viejo loco, me mordió la mano! - decía la
victima avanzando para atrás hasta chocar con pared y deslizarse hacia abajo
hasta terminar sentado, mientras dejaba escurrir mucha sangre que le brotaba del
brazo.
El doctor trataba de abrir la puerta del auto pero los espasmos en sus manos
hacían que fuera una tarea imposible, el parecía no escuchar ya nada de las
advertencias del oficial, hasta que poco a poco se fue calmando y quedo sin
moverse dándole la espalda al oficial pero recargado de frente en el vehículo.
- ¡Dr. Doctor, esta usted bien! - poco a poco se acerco mas el agente Enrique
precavido pero valiente, llevo nuevamente la mano a su Sig Sauer y con la otra
volvió a alumbrar al moribundo.
-Haaaaaa- volvió a moverse el Dr. Levantándose popo a poco del auto de la
víctima, giro su cabeza y abriendo su boca, se dirigió hacia su presa quien estaba
sentado desangrándose a unos 10 metros de donde el Dr. Estaba.
- ¡alto! - grito el policía, sacando su arma y apuntando al tipo quien no seguía
ninguna orden solo buscaba llegar a su presa.
Inteligentemente sabiendo que el doctor estaba desarmado, apunto a una de sus
piernas y disparo, doblando al individuo, pero unos segundos después se volvió a
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enderezar y siguió caminando a lo que el agente decidió disparar 2 veces mas
contra las piernas del caminante, quien se detuvo un instante, pero nada más,
pues siguió paso a paso acercándose mas y más al hombre que estaba casi en el
desmayo por la pérdida de sangre.
-Doctor, deténgase por favor- grito por ultima vez el policía, viendo como era
inútil sus indicaciones y como se acercaba a solo 2 metros, el atacante, quien
empezó a levantar los brazos como queriendo ahorcar y abría la boca enseñando
toda la dentadura.
Bang bang, dos tiros ensordecedores que golpearon el costado del doctor, pero
para nada distrajeron al cazador de su presa; el oficial tuvo que actuar rápido al
ver que no consiguió detener al sujeto corrió a sus espaldas y coloco la pistola en
su nuca, logrando que el doctor fijara su atención en su nueva presa; sus ojos ya
no tenían vida, las pupilas permanecían sin reaccionar ante la luz de su linterna,
derrames rodeaban el iris huellas de mucha presión arterial, y hundimiento
inexplicable dejando ver sus cuencas oculares, ya no era el doctor, era otro ser
buscando matar a quien estuviera cerca; sin pensarlo caminando hacia atrás y
apuntando el arma a su cabeza disparo acabando con la miseria de ese tipo.
El oficial Manuel llego de inmediato orientado por las detonaciones y encontró
a su amigo sin poder mover y sin entender lo que había sucedido, de inmediato
llamo a la estación a pedir apoyo médico.
7:35 marcaba el reloj cuando llegaron los apoyos, quienes no se explicaban
como el oficial Enrique Arcos mato a un sujeto borracho y desamado, mientras
cubrían con una sabana blanca el cuerpo y revisaban al individuo mordido en el
brazo.
7:40 -que no se detengan los autos- daba instrucciones el oficial Manel Sol a
los demás compañeros al ver que un autobús pasaba y casi se detenía fomentando
el morbo en las personas que ahí viajaban.
- ¿Que paso, oficial, porque le disparaste?- peguntaban agentes de asuntos
internos de la policía.
-no se detenía por nada- contestaba Enrique quien no lograba entender la
situación.
-estarás sujeto a investigación- le informaron dichos agentes, mientras lo
levantaban para subirlo a una patrulla y llevarlo en calidad de detenido.

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El oficial Enrique Arcos fue ingresado a una celda preventiva el día sábado
9:00 AM. en el cuartel de san José de la ciudad de Xalapa, tomando este nombre
de la iglesia que se encuentra frente a dicho cuartel, en el barrio Techacapan.
Después de 12 horas encerrado, mientras empezaban las averiguaciones del
caso, el oficial aprovechaba este tiempo de espera, para analizar la información
recibida por el Dr. Robinson ¿Cómo era posible que cinco disparos no le
hubieran causado ningún daño y solo el ultimo, directo a la cabeza, fuera el que
detuvo a ese sujeto?
-solicitamos apoyo de todo el personal, para contener a una multitud que trata
de ingresar al cuartel- una voz femenina, se escuchó por la radio del vigilante de
las 3 celdas, donde solo se encontraba el oficial Enrique.
-Claro allá voy- contesto el vigilante pasándole una botella de agua con tres
cuartos de litro a Enrique y revisando su arma que estuviera cargada, saliendo
apresuradamente de la zona de detención.
Unos minutos después de la salida del guardia, se empezaron a escuchar
disparos lejanos y pronto mas cerca, Enrique no sabía que hacer, pego su rostro a
los barrotes y mirando hacia su lado izquierdo, empezó a buscar cerca del
escritorio del guardia las llaves de las celdas, para buscar la manera de salir de
ahí, el reloj de la pared marcaba 9:30 de la mañana, justo debajo del reloj se
encontraba el portallaves y solo un juego de estas grandes, acordes con la
cerradura de la celda.
Domingo 10 de febrero, el tiempo pasaba y ya no había respuesta de ningún
guardia en la zona, el reloj marcaba 10:00 am de esa mañana calurosa y más en
ese lugar, parecía un horno, el agua en la botella ya no existía y empezaba a
padecer de sed y hambre.
- ¡oigan hay alguien cerca, ayúdenme, necesito agua, por favor- gritaba
desesperado Enrique al no escuchar ningún ruido fuera de la zona donde se
encontraba; del lado derecho del escritorio, se podía observar unos ventanales
con micas blancas en lugar de cristales, dende se puede notar la silueta de alguien
recargado, pero sin moverse desde hace horas, no supo, cuando esa persona se
recargo en la mica pero ya no se volvió a mover más,
12:00 pm, marcaba el reloj y no había ninguna respuesta a sus gritos, ya estaba
muy cansado sin embargo ya había aminorado el calor que sentía en las horas
anteriores, ahora solo vestía con zapatos y pantalón ya que su ropa superior
estaba totalmente sudada, cuando empezó a escuchar ruidos de cosas que se

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movían de su lugar, cerraban algunas puertas y buscaban algo, abriendo y
cerrando cajones de los escritorios en las oficinas cercanas a la zona de las
celdas.
-por aquí, al fondo- grito el agente Enrique quedándose callado
inmediatamente para escuchar si había respuesta a su llamado.
-escuchaste eso, es por aquí alguien está vivo- alcanzo a descifrar esos
murmullos que venían de la sala de espera del cuartel.
-si aquí estoy, ayuda- insistió Enrique para que lo volvieran a escuchar y tal
vez lo sacaran de ahí.
Escucho pasos que primero eran tranquilos y después se convirtieron en pasos
de carrera; entraron a la zona de detención 2 personas un hombre y una mujer de
aproximadamente 21 y 19 años respectivamente.
-rápido, ya entraron, escóndete aquí- exclamo el joven acercándose a un
conducto de aire y abriéndolo fácilmente, en su interior quedaba un espacio
cuadrado en donde solo entraría alguien muy delgado.
-pero tu que vas a hacer- pregunto la mujer a su acompañante.
- ¡no te preocupes, sal cuando ya no escuches nada! - le contesto este
individuo.
- ¡Oye amigo, por favor, pásame las llaves, están abajo del reloj en la pared,
por favor, muero de sed!-dijo Enrique, mientras este sujeto termino de cerrar el
escondite de su amiga.
El tipo se paró frente a su celda y se le quedo observando, dudando que el
oficial Enrique fuera una persona en la que se podría confiar, ya que era un
desconocido y se encontraba en prisión quien sabe por qué delito.
Sin decir nada corrió hasta el escritorio y tomo las llaves de las celdas, volvió
hasta donde estaba el oficial, pero en lugar de pasarle las llaves y dejarlo salir, se
metió a la celda de enfrente y se encerró con llave.
-no, no, no, que estas haciendo, dame las llaves- Grito el oficial al mismo
tiempo que interrumpió el sujeto.
- cállate mejor y prepárate- dijo el joven
En ese momento, se comenzaron a escuchas muchos pasos fuera de la
habitación, acompañados de lamentos y cosas que se caían al suelo como vidrios

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y estantes. Poco a poco, se acercaban personas hacia donde estaban ellos, mientas
el joven de enfrente comenzaba a agacharse y taparse los oídos, signos de
desesperación.
Sombras empezaron a inundar la mica blanca de aquella habitación hasta abrir
la puerta entrecerrada y cual seria la sorpresa del oficial cuando entraron
personas con los mismos síntomas de aquel doctor muerto en el estacionamiento.
-Que chingados pasa aquí- exclamo el oficial, al ver como mas de 20 sujetos
invadían el pequeño pasillo e introducían sus brazos en las celdas donde se
encontraban los 2 sobrevivientes.
El Oficial Enrique Arcos, caminó hacia atrás hasta chocar con la pared,
asombrado, pero al mismo tiempo horrorizado, viendo como esos seres tenían la
misma mirada que el Dr. Robinson, sin alma, con el único fin de alcanzar a sus
presas y como le fue explicado, con una simple mordida contagiar ese virus
proveniente del infierno.

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CAPITULO 6
EL BOMBERO

Diego Moreno, es un hombre de 42 años, 187 centímetros de estatura,


complexión atlética y masa muscular bien trabajada, era jefe del departamento de
bomberos de la ciudad de Xalapa, era una inspiración para sus demás
compañeros ya que el no se quedaba tras un escritorio, sino que acompañaba a su
personal a todas las contingencias y desastres que se presentaban en la ciudad,
también daba cursos a las ciudades colindantes con Xalapa, excepto, en fin de
semana y como era sábado aprovechaban para entrenar desde temprano.
El escuadrón de bomberos, siempre se mantiene en forma ya que crearon su
gimnasio desde 1938, fecha de fundación de esa heroica institución, también
brinda servicio a hombres y mujeres que quieren ejercitarse y el personal esta
capacitado para brindar rutinas especificas con grandes resultados, cobrando solo
una cuota de recuperación de 200 pesos por persona, con lo que mucha gente

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asiste y conoce a sus bomberos, con más razón todos admiran al Jefe moreno ya
que además de salvar vidas se interesa por ayudar a la comunidad, es toda una
figura pública.
-jefe, hay un incendio cerca del parque deportivo Colon- dijo Suarez
comandante y mano derecha del jefe Moreno, reaccionando rápidamente,
haciendo sonar la alarma de incendios para alertar a sus compañeros.
-prepárense, Hernández, López, Castillo, vaca y Suarez, salimos en 5 minutos-
dijo el Jefe mientras todos alistaban los equipos y suben a la unidad asignada
para este siniestro.
El deportivo Colon se encuentra cerca de la estación de bomberos por lo que
solo les tomaría 4 minutos en llegar, desde la posición del cuartel se podía ver el
humo negro que formaba una gran nube que impedía el paso de la luz solar y
hacia una sombra gigantesca en las casas y comercios cercanos al siniestro.
-protección civil está llegando- aseguraba López encargado de escuchar la
radio y coordinar a las demás instancias de seguridad.
- ¡Vámonos! – grito el jefe Moreno al mismo tiempo que se encendía la sirena
del camión y salían muy rápido con dirección al centro, camino más reducido en
distancia para llegar a dicho campo deportivo.
Pasado por muy poco, los 4 minutos, llegaron al lugar del cataclismo y
apresuradamente conectaron las mangueras al hidrante de incendio, lanzando
poderosos caudales de agua contra el gigante en llamas. El incendio se había
salido de control y estaba afectando prácticamente a todos los departamentos
aunque. los mas afectados eran los de la ultima planta, el jefe se aproximo a sacar
a los vecinos que venían bajando por las escaleras de emergencia.
-todavía hay personas adentro- dijo una mujer de edad avanzada quien venía
cubriéndose las vías respiratorias con un pañuelo húmedo.
-voy a entrar- dijo el Jefe Moreno acomodándose la mascarilla de respiración y
llevando en la mano izquierda su herramienta Halligan.
Sus compañeros Suarez y Vaca colocaron una escalera que alcanzaba hasta el
segundo piso de un edificio de 4; el Jefe sin titubear escalo ágilmente la escalera
y entro por la ventana de un departamento que permanecía sin fuego.
Una vez dentro avanzo buscando la puerta de entrada de aquel departamento
que se encontraba abierta y daba hacia un pasillo largo donde al final de este
estaban las escaleras al piso contiguo, llegando velozmente se dio cuenta que era
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ya imposible la visibilidad por el denso humo que había, en ese piso ya se
encontraba el fuego en la parte superior de los hogares, por lo que se sentía como
el mismísimo infierno, revisó los 4 departamentos que se encontraban en el
pasillo, todas las puertas estaban abiertas, por lo que en

cada uno de ellas preguntaba con voz fuerte si había alguien con vida, solo así
podía entrar y no perdería tiempo para ayudar a los habitantes de ese lugar,
súbitamente al pasar por el ultimo apartamento, antes de llegar a las escaleras
para el 4 piso, vio que había personas agazapadas como protegiéndose del fuego
del techo.
-están bien, vengo a ayudar, tengo que sacarlos de aquí inmediatamente, ¿hay
algún herido? - pregunto con voz de mando y acercándose con decisión a donde
estaban estas personas.
Sin embargo, estos seres, no se estaban protegiendo sino alimentado de un
desafortunado sujeto que cayo en sus garras, los 4 engendros se levantaron
apresuradamente cuando escucharon sus palabras y decidieron atacarlo.
-¿qué es esto? ¡malditos! - exclamo el Jefe Moreno cuando vio sus rostros con
pedazos faltantes y carbonizados, se les alcanzaba a ver sus fauces abiertas y
ropajes quemados.
Estos caminantes se abalanzaron sobre el corpulento bombero y lo hicieron
caer, mientras mordían sus extremidades, por un momento se desoriento por
tremenda caída, pero sus años de entrenamiento lo ayudaron a recuperarse rápido
y gracias a la vestimenta gruesa que ocupan los bomberos no traspasaron al grado

50
de dañarlo e infectarlo, funciono como armadura contra las fuertes dentelladas
equiparables con las mordidas de un perro.
Giro su cabeza y localizo su Halligan a un metro de distancia, sin embargo,
cada ser, se ocupaba de uno de sus brazos, haciendo un esfuerzo sobre humano,
movió su brazo más cercano a su herramienta, jalando al malnacido que se
encontraba prensado con su mandíbula cerca del codo, una vez que alcanzo su
hacha con un movimiento rápido destrozo el cráneo del atacante de su brazo
contrario liberándose por fin y pudiendo apartar a los sujetos de sus brazos y
piernas.
-¿qué diablos son ustedes? - dijo con voz cansada por tremendo esfuerzo
incorporándose ayudado por su arma.
Al ver que se acercaban estos demonios, se preparó para enfrentarlos alzando
su herramienta y espero a que se acercaran, con un fuerte golpe en la cabeza
deshabilito al más próximo, pero inmediatamente un caminante se abalanzó
tratando de morderlo en el cuello, el Jefe lo sujeto y lo aventó hacia el fuego que
estaba inundando ya la habitación, pero al hacer este movimiento, dio la espalda
a su ultimo atacante quien lo pilló y lo abrazó tratando de propinarle una mordida
en la cabeza, doblando su cabeza hacia adelante evitaba estas mordidas sin
embargo era difícil soltarse, así que opto por correr, girar, aventarse y estrellarlo
contra el suelo, logrando quitárselo de encima pero al hacerlo se fracturo la
clavícula izquierda, dejando escapar un grito fuerte que se alcanzaron a escuchas
sus compañeros.
El fuego había invadido toda la habitación, ya era muy difícil salir, las vigas de
madera, que formaban parte de la estructura del edificio, estaban cediendo, así
como los marcos de las ventanas y las puertas labradas del mismo material
impedían que alguien entrara o saliera de ese lugar. Tumbado en el suelo, con su
lesión y su traje pesado, no se podía incorporar, así que decidió arrastrarse
tratando de salir de la habitación, pero escucho como se volvían a poner de pie
los 2 seres que no golpeo en la cabeza, uno en llamas y el otro parcialmente
achicharrado, seguían en su afán de matar al bombero.
-maldición, no es posible, que cosa son ustedes, porque no se mueren- les dijo
el Jefe al ver que tremendos golpes no causaban daño a estos sujetos, giro la
cabeza buscando su arma que al fracturarse la clavícula había soltado y quedo
muy retirada de su actual ubicación, por lo que vio su fin cerca.
Un enorme estruendo se escuchó, Diego Moreno sabia de donde venia ese
sonido infernal, sus años de trabajo le habían dado la experiencia de saber que el
51
edificio colapsaría en cualquier momento, tal vez estos edificios son muy
resistentes, pero si se derrumba el piso de arriba puede aplastar otros 2 pisos más.
Se recargo en la pared más próxima, se quito la mascarilla y cerro los ojos
esperando su muerte segura, ya sea por el colapso del edificio o en manos de esos
seres infernales.
Otro crujido fuerte acompañado de un temblor estructural, se dejaron escuchar
al mismo tiempo que se derrumbó techo y suelo del piso donde se encontraban,
cayendo los 3 hacia el segundo piso del edificio.
Después de varios minutos el Jefe Diego abrió los ojos y estaba siendo
arrastrado por el comandante Suarez y por el joven Castillo, lo habían escuchado
gritar y acudieron a su rescate, sacándolo de los escombros para posteriormente
del edificio.
Jamás había estado tan feliz y agradecido con sus compañeros, que no lo
dejaron solo, pero nadie se explicaba que fue lo que paso ahí adentro, por que
esas personas decidieron atacarlo, si quería salvarles la vida.
Domingo 10 de febrero, el paciente de la cama 32 ubicado en el 3er piso de la
clínica 66, perteneciente al instituto mexicano del seguro social, despertaba
después de estar inconsciente por inhalar cantidades peligrosas de humo.
-donde estoy- pregunto el Jefe diego a la enfermera que se encontraba
cambiándole su suero y agregando en éste, Fentanilo.
-hola soy Rebeca, voy a ser su enfermera, está en la clínica 66, segundo piso,
recuperándose de tres operaciones, tenía fractura en clavícula, así como de
costilla y dislocada la rodilla, pero se encuentra ya en buenas manos, nosotros
nos encargaremos que salga sano y salvo- dijo la enfermera, sonriendo
amigablemente en todo momento.
-cuantos días llevo aquí- dijo Moreno pensando que había estado inconsciente
por mucho tiempo.
-llego ayer como a las 13:00 horas, afuera están sus compañeros esperando a
que despertara, si se siente mejor, los puedo invitar a pasar- le informo la
enfermera amablemente.
- sí, por favor que pasen- contesto el Diego Moreno, tratándose de buscar una
posición más cómoda.

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En lo que la enfermera salió a buscar a sus compañeros de trabajo, el recordaba
lo buenos amigos que tenía.
– el novato, castillo, llego muy joven a formar parte del equipo, oriundo de Cd.
Mendoza, con 20 años de edad, intrépido y muy ágil, destacaba rápidamente en
labores de rescate, llego a Xalapa a buscar superarse y algún día volverse
comandante; López, 33 años, técnico en Telecomunicaciones, tipo listo pero con
una trágica historia ya que su familia fue desaparecida en una ola de violencia
atribuida al cartel de la Cruz, sin pensarlo quiso entrar a la policía pero por giros
del destino acabo en mi escuadrón de bomberos; Juan Vaca, el paramédico, 45
años, con 3 hijos, su esposa esta en el extranjero haciendo un doctorado médico,
muy preparado y quiere mucho sus pequeños; Hernández el mas grande del
equipo con 57 años, ya cerca de su jubilación, tiene conocimiento en vuelo de
helicóptero y aviones pequeños, casado, tiene una hija que es piloto de aviación
comercial; y final mente mi gran amigo y compadre, el comandante Suarez, 38
años, el ha estado en los momentos más difíciles como cuando mi esposa
falleció, yo soy padrino de su pequeña de 7 años, siempre hemos sorteado los
problemas juntos- daba gracias de tener a los amigos cerca, que le salvaron la
vida.
-buena tarde, Diego como te encuentras- menciono Suarez al pasar por la
puerta y atrás de él, entraron todos los miembros de su unidad.
-ya levántate jefe, mira la hora- menciono Vaca mostrando su reloj que
digitaba las 19:00 Hrs.
- oye Jefe, como estuvo bien el asunto dentro del edificio, solo nos dijiste que
esa gente te ataco, crees en realidad, que sean terroristas- pregunto muy
interesado Hernández.
-los tuve demasiado cerca como para no saber que son esas aberraciones, era
gente muerta, que por alguna razón no permaneció así, vi como se alimentaban
de un infeliz que sucumbió ante ellos y por mas que trate, no logre frenarlos,
además, me di cuenta de 2 cosas; la primera es, que siempre buscan morderte, me
salve cuando no pudieron atravesar la ropa recubierta con kevlar, y la segunda es
que a los 2 que detuve, fue porque les destroce el cráneo-dijo el Jefe Moreno con
rostro de preocupación.
-muertos vivientes- que horrible suena eso, esperemos que así se queden y
jamás volvamos a saber de un caso - exclamo López con cierto miedo.
- ¡rayos! quiero ir al baño- dijo Diego, tratándose de levantas de la cama.

53
-no, quédate ahí acostado, te traeré un pato para que lo uses, nadie te dirá
jamás, que es recomendable ponerse de pie después de esas operaciones-
menciono Suarez mientras buscaba junto a la cama si no había dicho artefacto
donde pudiera orinar.
Cuando de manera sorpresiva entra Rebeca la enfermera y con una mirada de
terror dicciendo – rápido, póngase de pie, que el hospital está siendo atacado- y
salió velozmente acompañada de Castillo para corroborar lo dicho por la mujer.
Todos los demás bomberos salieron del cuarto y trataban de calmar a las
personas que empezaban a sufrir de histeria, mientras, dentro de la habitación el
Jefe se ponía de pie y asistido por Suarez se lograba poner sus pantuflas y sus
pijama que era lo único que le habían llevado sus compañeros.
Ya estaba listo el Jefe Moreno y salió de la habitación donde se encontraba,
cuando ven que regresa Castillo y Rebeca corriendo desde las escaleras de
emergencia, junto con muchas más personas que subían de los pisos de abajo.
- ¡diablos, allá abajo la gente esta siendo atacada por los muertos vivientes que
mencionaste Jefe, pero esta vez son mas de 100 y vienen hacia acá, logre atrancar
las escaleras de acceso pero no tardaran mucho en entrar! - dijo Castillo en lo que
se agachaba para recuperar la respiración.
-Los bebes- dijo rebeca preocupada, mientras salía corriendo hacia las
escaleras que conducían al piso 3.
-espera a dónde vas- pregunto Castillo.
-a neonatos- contesto apuradamente Rebeca.
-ves con ella, nos veremos en la azote de la clínica, los demás avisen a la gente
que nos vamos al terrado de este lugar, quien no pueda salir por enfermedad,
digan que atranquen bien sus puertas y no hagan ruido- ordeno el Jefe Moreno
mientras Castillo acompañaba a la enfermera y los demás empezaban a avisar a
los pacientes dichas órdenes.
La mayoría de los pacientes e incluso los doctores decidieron quedarse dentro
de los cuartos otros más obedecieron y siguieron a los bomberos por el camino
que proponían y atrancar las puertas para no permitir el acceso de nadie, gritos y
cristales rotos se empezaron a escuchar por todo el hospital, señal de que esos
seres estaban devorando sin piedad, a todo aquel desafortunado que fuera
sorprendido en su camino.

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El jefe Moreno pasaba por los laboratorios cuando descubrió a una persona
que registraba unos archivos.
-que hace usted, pronto fuera de aquí, esto en unos minutos va a estar lleno de
gente violenta- le decía Moreno a esa persona.
-por favor, solo necesito saber si aquí llego una persona muy importante-
contesto el señor mientras seguía revisando varios folders.
-usted no entiende, no sabe con quien tendrá que enfrentarse, o me acompaña
o muere aquí justamente- le grito Diego al individuo.
-claro que se, de que trata todo esto, son zombies y yo tengo la cura, que se la
administre a un paciente que llego a este hospital al parecer, por eso debo buscar
su nombre y saber si esta bien- contesto el supuesto científico.
-de que rayos habla, si usted tiene la solución mas vale que se mantenga vivo
para que pueda ayudar mas tarde, por ahora hay que salir de aquí-le decía
mientras lo jalaba del brazo para sacarlo de ese cuarto, a la vez que el doctor
accedía poco a poco a abandonar el lugar.
Subieron al piso 3 y se encontraron a Castillo que guiaba a 2 niños de 6 y 8
años y una niña de 11, mientras que Rebeca salía de la sala de neonatos cargando
a un recién nacido.
-si necesitas más manos, podemos llevar a mas niños- le dijo Diego Moreno a
la enfermera, al pasar junto a él.
-los otros 3 no respiran por si solos, no puedo sacarlos de ahí, una amiga se
quedará hasta el final, ya sello la puerta, si es necesario desconectara las cunas.
El jefe se quedó viendo hacia la puerta de esa sala, donde se quedarían 3
bebes, pero era imposible salvar a todos, subieron las escaleras hasta el 5 piso
donde se encontraba alrededor de 30 pacientes, 5 doctores, 3 enfermeras, un
conserje, 4 niños y los 6 bomberos.
Atrancaron la puerta y se dirigieron hacia las escaleras que daban a la solana
del hospital, siendo tantas personas, tardaban en subir las escaleras y traspasar la
puerta que daba a la azotea.
-esta puerta es de metal y parece muy sólida, tu, puedes cerra con llave- le
exigió al conserje, quien había momentos antes, abierto la puerta utilizando las
llaves.

55
El conserje metió llave y quedaron atrapados en el terrado de la clinica 49
personas, aun se escuchaban gritos y golpes por todo el hospital, esos seres
malignos destrozaban todo a su paso; repentinamente, algo golpeo bruscamente
la puerta de acceso a la azotea, que trozo la bisagra mas alta y se descuadro dicha
entrada.
- ¿que fue eso? - dijo Rebeca muy espantada a la vez que abrazaba más al bebe
que tenía entre sus brazos.
-La puerta no resistirá más-grito Hernández, al momento que señalaba con el
brazo y dedo estirados, la bisagra.
Rápidamente, el Jefe Moreno hizo un análisis de su entorno, descubriendo un
cable de metal que salía de la antena del edificio, traspasaba todo el patio central
del hospital aproximadamente 25 metros y llegaba al edificio administrativo del
mismo nosocomio, también descubrió un andamio que fue recientemente
ocupado y por el cual alguien podría bajar de manera veloz hasta el primer piso,
era la única forma de escapar antes de que la horda acabara tirando la puerta.
-Usaremos ese cable de tirolesa, quítense los cinturones para usarlos en el
pecho- dijo rápidamente Diego.

Todos obedecieron y se despojaron de sus cinturones, obteniendo solo 34 de


estas correas, se les explico a todos los pacientes la manera de atar sus cinturones
sobre el cable y el pecho quedando libres los brazos y piernas para abrazar el
cable e irse deslizando poco a poco hasta el edificio contiguo.

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-Castillo tu bajaras por el andamio junto con Rebeca y los niños hasta el
primer piso, ya que el andamio solo aguantara hasta 3 personas adultas y los
niños no podrían deslizarse por el cable, llegando al primer piso bajaran por los
contactos del aire acondicionado y llegaran hasta esa ambulancia, mientras los
demás bajaremos por la escalera flotante de mantenimiento y cuando estemos
todos abajo, arrancaras la camioneta y la colocaras junto para subir a todos.
-- ¿alguna duda?- pregunto el Jefe mientras señalaba todo lo que harían desde
un ponto alto de la azotea.
Rápidamente se formaron para pasar por el cable, cada quien con su cinturón y
los 5 bomberos cedieron los suyos a las personas que no llevaban, el bombero
Vaca fue el primero, mostrando como deberían de deslizarse, aunque el no
llevaría puesto ningún cinturón, seguido de doctoras y pacientes que aunque
tenían mucho miedo, fue más el miedo a ser atacados por los caminantes,
mientras el bombero Castillo usando su agilidad se descolgó hasta llegar al
andamio, los demás ayudaron a los infantes a bajar siendo la enfermera Rebeca la
ultima en alcanzar dicho andamio.
- ¡cuidado, van a entrar! - grito Hernández al ver como se vencían las bisagras
siguientes ubicadas a la mitad de la puerta, dejando paso para brazos y cabezas de
esos endemoniados seres, que estaban siendo aplastados por más que querían
entrar; Suarez reacciono rápido y corrió para empujar la puerta y ayudar a
retardar el paso de esas creaturas.
-Suarez, no- grito el jefe diego Moreno, mientras avanzaba a donde estaba su
compañero, pero se detuvo, al ver el rostro de Suarez que deseaba salvar a toda
esa gente.
-rápido- volvió a gritar el jefe- a las personas que aun faltaba de pasar por el
cable.
Mientras tanto, en el otro edificio, se encontraba ya, el bombero Vaca,
ayudando a bajar a las personas que terminaban de recorrer en tirolesa los 25
metros, a una altura de 12 metros aproximadamente, por su parte Castillo bajaba
con el mecanismo de poleas a los niños, que abrazados veían a través de los
vidrios a pacientes escondidos tras sus camas y a Doctores que los tachaban de
locos.
- ¡apúrense ya no aguanto más! - grito Suarez quien empujaba con su hombro
la puerta, pero no sería de mucho pues era inevitable su caída.

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Aun faltando 3 pacientes, López, Hernández y el Jefe, se empezó a vencer la
tercer bisagra y Suarez utilizo la ultima fuerza que tenia para da el último
empujón y lograr poner la puerta en su mismo lugar, cambiando rápidamente y
ahora sosteniendo con las dos manos pero ya no seria capaz de aguantar ni un
minuto más.
El siguiente en deslizarse fue Diego Moreno quedando solo tres personas, un
paciente, López y Hernández, a lo que este ultimo le dijo a sus compañeros.
-sálvenlos- corriendo a donde se encontraba una barreta y procedió a hacer
fisuras a los tanques de agua que se encontraban a un lado de la puerta de acceso,
que en ese momento termino por vencerse la ultima bisagra derribando a Suarez
y dejando pasar a una Horda de zombis hambrientos, propinándole mordidas al
bombero por todo su cuerpo.
Hernández, utilizo su barreta para golpear las cabezas de muchos caminantes,
sin descanso hasta que fueron tantos que cubrieron por completo el cuerpo de
Suarez , quien solo gritaba con una desesperación al no poder hacer nada y
sabiendo que sería su fin; Hernández empezó a avanzar hacia atrás y volteo a ver
a López quien ya era el ultimo en subirse al cable, quedándose un momento los
dos, mirándose fijamente a los ojos para despedirse por última vez , esos
bomberos y amigos habían dado su vida por salvar a personas que no conocían,
pero al mismo tiempo comprendió, que de eso se trataba su profesión, arriesgarse
para salvar a los demás.
Hernández se dirigió a un cable de alta tensión, importante, uno de los cinco
que abastecía al hospital de luz y utilizando su barreta con fuerte golpe logro
soltarlo, lo tomo con sus dos manos, al mismo tiempo que al agua de los tanques
llenaba la azote y se dispuso a electrocutar a todos los invasores, quienes se
acercaban a menos de dos metros de él.
-Mueran desgraciados- exclamo Hernández, quien con sus dos manos hundió
el cable en el agua, provocando que todos empezaran a recibir una descarga de
mas de 20 000mA rostizando sus cerebros casi al instante y provocando un
estallido, como si de un rayo se tratara.
Castillo llego hasta la ambulancia que se encontraba abierta, esperando que la
batería aun funcionara, hábilmente cruzo algunos cables y la encendió, mientras
los niños subían en la parte de atrás, al oír el motor, los caminantes que andaban
cerca se apresuraron a seguir el ruido, por lo que en cuestión de segundos arranco
y llego a donde ya los sobrevivientes comenzaban a bajar de las escaleras de
mantenimiento.
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-rápido que ya vienen- dijo Castillo mientas veía que la mayoría seguía
bajando las escaleras y tardarían mas de 5 minutos en estar todos arriba del
vehículo, en cambio distinguía 20 caminantes que se acercaban rápidamente
hacia ellos, así que, armándose de valor, cogió un bastón de seguridad del auto y
bajo para enfrentar a esos muertos.

CAPITULO 7
NARCOS VS ZOMBIES

En estacionamiento del aeropuerto de Veracruz, nombrado como el General


Heriberto Jara, quien fue gobernador de este estado en 1924 a 1927, se
encuentran dos camionetas, ambas color negro, pero una con blindaje nivel 5 y la
otra con nivel 7, cada una con piloto y copiloto, se bajan estos 4 hombres y
caminan a la puerta de entrada en este inmueble, pasan a la ala de espera donde 2
se sientan y 2 permanecen parados, uno viste un traje azul obscuro marca Dolce
and & Gabbana, mientras que los tres restantes parecen uniformados pues llevan
el mismo traje negro marca Massimo Dutti.
Uno de estos hombres, es Ricardo Diaz Hermano de Mario Diaz y segundo al
mando del cartel de la cruz, que ya se extendió por todo el territorio Veracruzano,
tiene 24 años, es un hombre apuesto, seguido por muchas chicas pero de un
comportamiento violento y extremista, sin embargo, todos saben que es el
protegido de Mario, quien es una persona muy lista, fría y calculadora, por lo

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cual, sabe cómo trabajar y generar millones de pesos sin estar en peligro, prueba
de ello es que todas las autoridades saben donde vive pero nadie se atreve a
meterse con él, por eso, mando a su mejor amigo a proteger a su Hermano, el
terrible Pablo “ Flaco” Tovar, considerado uno de los mejores asesinos en toda
América Latina, tiene ya 45 años pero aun es considerado por muchos como el
mejor pistolero de la actualidad, pues tiene una coordinación óculo - manual
impresionante acompañada de una puntería envidiable por cualquiera que se
considere un experto en tiro.

Tras ellos dos, se encuentran los pilotos José Victoria alias “el campeón” quien
es nombrado asi por que ganó un campeonato en la Nascar, promete mucho, pero
es estos momentos se encuentra a prueba para ganarse un lugar dentro de la
organización criminal; por último, con 46 años, el exboxeador de peso completo,
Magdaleno “el tren” Muñoz, quien dejo la carrera por adicción a muchísimas
substancias y fue “la cruz” Diaz quien lo ayudo en su recuperación, pidiéndole
que entrera en su equipo y entregándole 3 millones de pesos, asegurando un
futuro a la familia de este Oaxaqueño.
-¡Mira Richy, habrá luchas en Xalapa este fin de semana! como quisiera probar
a ese demonio azul pa ver si me aguanta los golpes- dijo Magdaleno señalando el
aterrizar de un avión que llevaba pintado las siglas LLM (Lucha Libre
Mexicana).
-ellos son unos vagos, tu estas en este momento en las grandes ligas, aquí no
tienes reglas y serás recordado por gente mil veces mas importante, ellos son
simples actores, pero cuando tenga tiempo tratare de conseguirte una pelea contra

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ese personaje para que lo destroces- le explico Richy mientras veía como poco a
poco se acomodaba el avión para que bajaran los luchadores.
Reían los 4 tipos mientras se anunciaba la llegada del avión procedente de cd
de mexico con hora de 11:00 am, lo cual hizo que se pusieran de pie y se
prepararan para recibir un paquete que era de mucha importancia para Mario ya
que había mandado a su hermano y a 3 de sus mejores hombres.
-Que será lo que el patrón estará esperando, debe ser muy importante- dijo El
campeón cuando empezaba la a entrar la gente del avión a la sala de recepción.
De momento muchas personas con cámara se levantaron y se acercaron hacia
la puerta principal ya que hacían su aparición personajes de la lucha libre
mexicana, lo que incomodo a estos hombres pues había bastantes reporteros, a
los que Richi ocultando su rostro, coloco unas gafas negras.
- ¡Atentos mi hermano dijo que nuestro contacto vestiría de rojo!-decía Richy
mientras veían a toda la gente que se tomaba fotos y entrevistaba a los atletas de
la lucha.
-Creo que es ella- señalo el campeón solo con la mirada.
Todos voltearon para donde señalaba el piloto y vieron que en medio de toda
esa multitud apareció una mujer muy bonita, con un vestido color rojo
descubierto de la espalda y zapatillas que le hacían juego, una bolsa mediana
negra de mano y jalaba una pequeña maleta donde a lo mucho habría guardado
ropa para 2 días.
Richy y Pablo se pusieron de pie y se dispusieron a recibir a la señorita como
les dijo Mario “La Cruz” Diaz.
-bienvenida a Veracruz, primer ayuntamiento de Mexico, esperamos que su
estancia sea muy placentera y cuente con nuestra protección hasta que sea
presentada al Jefe, yo soy Richy, Flaco, Tren y campeón- menciono Richy
mientras señalaba a cada uno de sus compañero y después le daba su brazo para
que saliera con el del aeropuerto.
-¡Que bien, ya Vámonos!- dijo apurada la joven y soltó su maleta para que se
la llevaran hasta el auto, no tomo el brazo de Richy, si no que paso apurada junto
a él, lo que provoco ligera sospecha de ¿Por qué deseaba salir tan rápido de ese
lugar?.

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Ricardo volteo para ver si todo seguía tan tranquilo como hasta ahora, pero
distinguió que también cerca de la multitud se encontraban unas personas con
batas blancas y parecían estar buscando a algún sujeto.
-Por favor Adelántate en un momento llego- dejo Ricardo a campeón
quedándose sin que notara pablo o Magdaleno que su compañero se quedaba a
investigar que pasaba.
Richy se acercó para escuchar la conversación de dichos individuos de bata, a
ver que podría descubrir.
-por favor necesitamos de inmediato el trailer que nos prometieron, no
podemos esperar media hora, lo que transportamos es algo muy costoso- le
reclamaba dicho sujeto a un agente de policía quien trataba de informarle algún
retraso de este transporte.
-por el momento pueden hacerlos pasar hasta el área de mantenimiento - le
contesto el policía.
-está bien, pero quiero que mande personal de mucha confianza y capacidad
para resguardas esta mercancía- volvió decir este hombre misterioso.
Sin pensarlo Richy se escabullo por la puerta que decía “solo personal de
servicio y mantenimiento”, avanzo sigilosamente hasta la segunda puerta y entro
hasta una habitación con muchas tuberías, y lockers, donde el personal de
mantenimiento guardaba sus cosas personales, continuó y llego hasta una tercera
puerta, tras esta escuchaba voces de personas que trabajaban en la habitación
continua.
-rápido pongan a enfriar los contenedores, no queremos que suba la
temperatura, el sujeto de prueba 1 se quedara encerrado aquí lo vigilaran 3
escoltas y preparen al número 2, será es el que transportaremos- gritaba el
científico que estaba al mando de todos.
Richy saco su Beretta de su cinturón y se preparo para sorprender a esos
sujetos y robarles la mercancía valiosa de la que escucho hablar al científico.
Sorpresivamente, recibió un golpe en la cabeza de parte de uno de seguridad
dejándolo noqueado, este sujeto tomo el arma y entro a la habitación principal
diciendo- tenemos otro sujeto de prueba-
De vuelta en el estacionamiento, ya los tres integrantes del cartel y la bella
dama esperaban ya muy impacientes el regreso de su líder.

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-ya te dije, el solo menciono que nos alcanzaba en los autos- le explicaba el
Campeón a Pablo.
-iré por el- dijo flaco mientras habría la puerta de la camioneta.
Flaco regreso velozmente hasta el aeropuerto donde ya no había mucha gente,
los reporteros y luchadores ya se habían retirado, no encontraba nada sospechoso,
sin embargo tenia instintos para encontrar a las personas, era una parte que lo
hacia tan buen rastreador y asesino, no había lugar en el que pudiera estar oculto
y si hubiera investigado algo importante buscaría la manera d acceder a las
instalaciones, así que voltio y vio la puerta de mantenimiento, se acercó y entro
sin hacer ruido, avanzo por el pasillo hasta encontrar la segunda puerta distinguió
a lo lejos dos guardias con armas, así que se dispuso a acabar con ellos,
desabotonándose el saco y sacando su FN five – seven de la empuñadora bajo
brazo.

Richy abrió los ojos, y se halló en una habitación obscura, se encontraba


amarrados de pies y manos a una silla de madera, estaba sangrando de la cabeza
y lo habían dejado sin su arma, espero un momento hasta que sus ojos se
empezaron a acostumbrar a esa obscuridad y empezó a ver mejor, había un
hombre frente a él, estaba como a unos 8 metros de distancia, pero estaba
cubierto por sabanas blancas pero sucias por tierra y manchas de sangre, se
notaba que era hombre, por que se veían sus zapatos y parte de su pantalón,
parecía que estaba muerto pues no se notaba su respiración.
-¿Está usted bien?- pregunto Richy al mismo tiempo que ese hombre se
empezó a mover.
-aaaaaaaaa- empezó a quejarse ese sujeto al recibir el estimulo del ruido que
hizo Ricardo, pronto se movió mas aun hasta que cayo al piso dejando atrás la
sabana y dejando al descubierto su verdadero rostro, era un ser descarnado
totalmente, se podía ver sus dientes por los agujeros cercanos a la boca, no tenia
ojos y las piernas los tenía quebrados por lo que empezó a arrastrarse en
dirección de quien produjo esas palabras.
-maldita sea, auxilio, grito Richy, mientras esa cosa avanzaba buscando sus
pies y el trataba de desatarse, sin lograr algún avance.
Pablo se encontraba muy cerca y escucho el grito de auxilio, así que saco un
silenciador y lo atornillo a su Five-seven, se dispuso a matar a los guardia,
raudamente avanzo hacia ellos y disparo acertando en la frente de los 2 tipos y
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avanzando hasta la tercera puerta, la abrió y encontró a otros 2 tipos sentados con
sus armas en una mesa, cuando vieron a Pablo se abalanzaron a coger sus armas,
pero el Flaco apunto nuevamente y en segundos mato a esos guardias.
-auxilio- escucho nuevamente el grito que provenía de la puerta custodiada por
esos difuntos.
-Richy eres tu- pregunto Pablo.
-si sácame, me quieren matar- imploro Richy sabiendo que Pablo haría lo que
fuera para proteger a el hermano de su amigo.
Al ver que la puerta de hierro tenía llave, procedió a registrar a sus víctimas,
no sin antes gritar – aguanta, tiene llave- mientras escuchaba un ruedo extraño
aparte de los gritos de su amigo.
El hombre muerto estaba casi llegando a donde se encontraba atado Ricardo,
quien opto por empujarse hacia atrás y tratar de ganar más distancia y tiempo
hasta que Pablo lograra entrar a aquella habitación.
Al caer la silla se partió y pudo soltarse de sus pies, sin embargo sus brazos
seguían atrapados y no se podía poner de pie, cuando el monstruo, llego hasta sus
pies, comenzó a patearlo pero este ser era incansable y cuando tubo la
oportunidad, le mordió el tobillo, al mismo tiempo en que se abrió la puerta y con
tino magistral Pablo disparo justo en la cabeza matando al agresor.
-che chinga es eso, estas bien- le pregunto Flaco, tratando de levantarlo del
suelo.
-si estoy bien, solo me mordió el malnacido en el pie, salgamos de aquí-
contesto Richy.
Los dos llegaron hasta los autos, sin ver por el camino a los supuestos
científicos, Richy en todo momento se apoyo de Pablo quien pensó que la lesión
que tenia era mas grave de lo que decía el segundo al mando del cartel de la cruz.
Se subieron a los autos, Richy y el Tren en uno; José campeón, Flaco y la
chica en otro, saliendo a alta velocidad con dirección para la capital Xalapa, en el
camino se comunicaban por radio.
-Como vas- pregunto Flaco por la radio.
-muy bien solo que esta mordida no para de sangrar- contesto Richy

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-si lo mordieron esta en verdadero peligro- interrumpió la chica al saber de la
mordida.
-dinos quien eres y que es lo que sabes- dijo pablo poniéndose mas serio de lo
que ya es.
-Mi nombre es Violeta Amoretti- fui novia de Mario hace algunos años, pero
fui detenida en España cuando trataba de robar una poderosa arma biológica,
Mario se entero de mi captura y pago por que me liberaran, me las arregle para
subirme al mismo Avión que esos científicos y les logre robar la cura.
-jajaja y de que te servirá solo la supuesta cura, si no tienes el arma Biológica-
dijo el piloto Juan Victoria.
-Es verdad, pero gracias a ustedes el Virus va en el otro auto- dijo Violeta
mientras sacaba un cigarrillo y lo prendía.
Pablo recordaba la mordida en el tobillo que sufrió Ricardo y sus palabras -la
mordida no para de sangrar- entonces descubrió que Richy podría terminar como
aquel cadáver que descansa en aquella habitación.
-Si tienes la cura, ¿cómo se la administramos para salvarle la vida y cuánto
tiempo tenemos? - dijo pablo sin dejar de ver el camino.
-No lo sé, necesitamos a un médico o un científico que pueda descubrirlo,
ellos vienen a Xalapa a ver a un Doctor Epidemiólogo muy experimentado
llamado el Dr. Bruno Borges, que colaboro con la cura del Coronavirus en la
ultima pandemia, que acabo con un cuarto de la población mundial- contesto
Violeta.
-quiero ver como manejan hijos de perra, debemos llegar en media hora a
Xalapa- dijo Pablo después de oprimir el botón de la radio refiriéndose a los 2
pilotos, quienes empezaron a acelerar mas de los 120 km que el velocímetro
median en cada una de las camionetas.
Mario “La Cruz” Diaz, se encontraba en su mansión ubicada en el camino
antiguo a Coatepec llamado Briones, donde se encuentran muchas casas de lujo y
su mansión pasa un poco desapercibida ya que muy pocas personas se preguntan
¿a quién pertenece una mansión tan lujosa?, Flaco ya se había comunicado y
explico todo lo que Violeta había mencionado momentos antes, por lo que “La
Cruz” Diaz mando a traer su mejor medico en la nomina del cartel cercano a
Xalapa, Nelson James alias “el enterrador” medico originario de Texas EUA. el
cual se había quedado cerca del cartel para ayudar a desaparecer a mucha gente

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utilizando químicos y derritiendo cadáveres, también curando a los integrantes
mas importantes de la organización, esto le había dado estatus pues Mario lo
volvió director del Hospital San Gabriel ubicado en el centro de esta ciudad con
instalaciones de primera línea.
-Ya quedo todo para atender a tu hermano- dijo el enterrador, mientras Mario
degustaba un Courvoisier solo preparado en las rocas, disimulando la
preocupación por la salud de su hermano, pero al mismo tiempo la emoción que
le causaba volver a ver a su viejo amor.
- ¿qué investigaste del tal Dr. Bruno Borges? - no sabemos ¿dónde? se
encuentra, hay reportes de gente que asegura estar sacando a prisioneros del
penal y estudiar varias enfermedades en ellos, sin embargo no lo podemos
comprobar y solo quedan en historias.
- pues espero que seas tan listo como dices porque si mi hermano muere, tú
serás el próximo- dijo Mario muy calmado mientras agitaba su bebida.
-Hare lo que pueda, por que no se nada de ese virus ni esa cura- contesto
Nelson al mismo tiempo que se escucho por la radio que cargaba este médico
asesino.
-estamos llegando- se abrieron las puertas de la entrada y las 2 camionetas
pasaron y cruzaron rápidamente el pequeño bosque seguido de los jardines,
llegando a una gran fuente con estatuas de tigres bebiendo agua, dicha fuente
adornadas con muchas flores daba la bienvenida a la casa de Mario “La Cruz”
Diaz.
Pararon las camionetas y en seguida se acercaron al médico Nelson y 4
ayudantes, quienes ayudaron a bajar a Richy que ya tenia mucha temperatura y su
tobillo no dejaba de sangrar, lo subieron un camilla y lo ingresaron a la mansión,
al pasar junto a Mario, se detuvieron.
-Richy hermano, no te preocupes ya estás aquí y yo siempre te protegeré,
aguanta- le expreso Mario, pero en este punto Richy no le pudo contestar, tenia
un mal semblante, como se de un muerto se tratará.
Mario llego hasta donde se bajaban los ocupantes de las 2 camionetas y al ver
a Violeta otra vez, la abrazo y le dijo -que bueno que estés aquí princesa, pasa
por aquí- tomándola de la mano y guiándola al interior de la mansión.
Llegaron hasta la sala de recepción, donde se encontraba una hermosa sala
blanca y empezaban las escaleras hacia el segundo piso, ahí se sentaron solo

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Mario y Violeta, los demás integrantes se quedaron parados junto pues el Jefe
tendría nuevas indicaciones.
-te agradezco Pablo por proteger a mi hermano, es necio y no es prudente, por
eso te envié con él, gracias por traerlo con vida, ¿cómo viste al nuevo piloto?-
pregunto “La Cruz”.
-el “campeón” es muy bueno manejo a mas de 190 Km/Hr., sin duda nos hará
falta en otras misiones- menciono Pablo y viendo la seña que Mario le hizo con
los ojos, procedió a retirarse junto con todo su equipo.
-Ahora si princesa, me alegra que pagues tu deuda y que aceptes también mi
protección, pero estoy muy interesado en esta cura, cuéntamelo todo- dijo Mario
mientras la veía fijamente a los ojos.
El medico Nelson inyecto un poco de la muestra robada, contenida en un
cilindro de 13.5 onzas, para empezar con el tratamiento, pues tenia que ir
administrando pequeñas dosis para ver cual sería la reacción de Richy en cada
una de las etapas; en la primer inyección, se quitó de forma inmediata la
temperatura que sobrepasaba los 44°, en a segunda aplicación, redujo la
taquicardia elevada que presentaba el paciente, a la 1:30 am recibió la 3er dosis
que no quito ningún otro síntoma por lo cual tenia que esperar resultados, se
quedaron 3 ayudantes de guardia y el “enterrador” se retiró a descansar.
Siendo ya sábado 09 de febrero 2:00 am, violeta terminaba de platicarle toda
su historia y de como ella terminaba decidiendo robar dicha cura.
- ¡que terrible arma! no puedo creer que este dictador quiera acabar con la
humanidad y que los gobiernos de estos países estén de acuerdo en infectar a
toda su población, solo por tener el control total- decía Mario cuando
repentinamente entro Pablo Tovar a la habitación.
-Jefe los guardias vieron luces de linterna rodeando la casa, parece que es la
policía- le avisó Pablo.
- no puede ser, si estamos protegidos por esos infelices- contesto Mario
-tal vez nos siguieron desde el aeropuerto y descubrieron la ubicación de la
casa, es una empresa muy importante a nivel mundial fácilmente pueden pagar
por recuperar esta cura- menciono Violeta ante la mirada de desconcierto de los 2
caballeros en la habitación.
-ya verán esos desgraciados con quien se están metiendo, habrán las puertas y
apliquen la jugada Marshall - dijo Mario con enojo, mientras se dirigía a una
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habitación junto a Violeta y sacaba a las gemelas Hi Power, que coloco en su
pechera con fundas para estas pistolas.
-soy una excelente tiradora, pero de armas blancas, tomando unas estrellas
shuriken y dagas con mango de hueso exhibidas en el mostrador de su Armería.
La jugada Marshall, había sido estudiada por Mario Diaz, ya que le fascinaba
el ajedrez e invento un sistema casi impenetrable en su casa, donde el sería el
anzuelo y permitirá caer a los policías que tenían todo bajo control.
Salió de su casa, poniéndose un saco de su costoso traje Briori Vanquish,
ocultando sus armas, colocándose a un lado de la fuente de los tigres, dando la
bienvenida a los policías, sabiendo que tenía muchos hombres custodiando la
entrada, tanto en las 2 torres de la entrada como en las ventanas de la mansión y
por ultimo tenía ocultas 2 trincheras al lado del camino que se dirigía hacia la
casa con 10 hombres en cada una y con Ar 15 listas para atacar.
Al levantar el brazo, se abrieron las puertas y dejaron pasar a un convoy de 10
camionetas de la policía federal acompañadas de muchos elementos policiales
que corrieron y se protegieron en los tras los árboles del bosque que se
encontraban en la entrada de la propiedad.
-Mario Días, estas rodeado dejen sus armas y salgan al frente de la casa con las
manos en alto- se comunicó por megáfono el jefe de la policía.
-sabes en lo que te metes comisionado Arturo- grito Mario
- ¡última oportunidad Diaz, dile a tu gente que no se resista, hoy se acaba su
organización criminal! - contesto el Jefe Arturo quien se escondía en alguna de
las patrullas que alumbraban con luces latas toda la propiedad.
“La Cruz “ Diaz levanto un brazo y salieron 5 pistoleros de la casa quienes
dejaron sus armas y las pusieron en el suelo, llevaron ambos brazos a la nuca
como lo hizo Mario.
La policía comenzó a avanzar, unos 50 metros hasta salir le la zona arbolada,
entrando a los jardines a unos 20 metros de la fuente donde se encontraba Diaz.
-No cometas una estupidez y entrega a la mujer- menciono el jefe Arturo.
- ¡última oportunidad comisionado, saque a sus hombres de mi propiedad y
pasare por alto esta traición! - Dijo el ya ansioso Mario Diaz.
Al ver que la policía continuaba avanzando y los elementos escondidos en los
arboles apuntaban con laser a varios puntos de su morada, Mario dio la señal de
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ataque, la cual consistía en correr y colocarse tras la fuente, automáticamente los
5 pistoleros tomaron sus armas del suelo y buscando un lugar para protegerse
comenzó una balacera sin precedentes.
La policía soltó ráfagas contra la casa, destruyendo todo a su paso, esperando
acabar con los tiradores que se encontraban resguardados en ella; al cabo de 1
minuto de ataque policial se detuvieron las detonaciones y alver que no había
respuesta las patrullas comenzaron a avanzar precavidamente hacia la casa.
De las torres que custodiaban la entrada, salieron de lo alto 2 criminales cada
uno con sus lanzagranadas; uno disparo contra los arboles y otro contra las
ultimas unidades del convoy de policías, haciendo estallar los autos con sus
tripulantes adentro.
Coordinadamente se descubrieron las trincheras y comenzaron la Ar 15 a
soltar ráfagas contra los policías, se escucharon vidrios rotos de las armas que se
asomaban en cada una de las ventanas de la mansión quienes disparaban a sus
blancos que se encontraban escondidos tras los árboles.
Después de 2 minutos de respuesta por parte del cartel de la Cruz, se pararon
nuevamente las detonaciones, mientras los policías se acomodaban y alistaban
para otra ola de ataque por diversos ángulos, la cabeza de un tigre de la fuente,
se desprendió cayendo al agua de la fuente, dejando a la vista a Mario Diaz
armado con una Browning M2 quien sin avisar dejo caer una cascada de balas
conta las indefensas patrulla de la policía matando a casi todos los corruptos
policías que ahí se encontraban, una vez acabado en este punto siguió la zona de
bosque, donde se escondían los francotiradores, cuando paso la ola de balas
gigantes, los árboles empezaron a caer aplastando a los que se refugiaban en
ellos.
Violeta estaba protegiéndose bajo el muro de a ventana cuando escucho un
lamento, dando vuelta, se dio cuenta que caminaban hacia ella, Richy y los
guardias que había dejado el doctor Nelson ahora convertidos en muertos
vivientes, cada uno de estos seres mordieron a los tiradores que se encontraban
arrasando a la policía desde las ventanas y Richy se abalanzo contra Violeta
dejándola inmóvil sujetando el cuello con una mano y la otra el brazo de este
zombie.
Los guardias al recibir las mordidas cerca del corazón o de la cabeza solo
tardaron 1 minuto en despertar, pero ahora pertenecían al ejército de los muertos.

69
La lluvia de balas termino y la organización de la policía termino muy dañada,
se preparaban para atacar a los policías sobrevivientes del enfrentamiento,
cuando se empezaron a escuchar gritos y balazos dentro de la casa.
Mario se aparto del tripoide que sostenía la Browning M2 y entro corriendo a
la casa, donde encontró a su hermano apunto de morder a Violeta que solo
Lloraba al no aguantar mas el cuello y la presión que ejercía Ricardo al tratar de
morderla.
Diaz aparto a su hermano y le disparo en la cabeza salvando a Violeta de una
muerte segura, la ayudo a ponerse en pie y observaron que mas de 16 muertos
rondaban ya la casa en busca de más victimas por destrozar.
Pablo “Flaco” Tovar entro en acción disparando en la cabeza de un caminante,
viendo que no se volverían a parar.
-A la cabeza- grito pablo al mismo tiempo que mataba a otro ser infernal.
Muchos integrantes del cartel entraron a despachar a los caminantes
disparándoles en la cabeza, cuando por fin habían vencido a estos monstruos,
escucharon como se accionaba de nuevo la browning M2, pero esta vez en contra
de la casa de Diaz, ya que un policía valiente aprovecho la confusión para
apoderarse de la peligrosa ametralladora.
Comenzaron los disparos y uno a uno fueron cayendo los mafiosos, que no
presentaron resistencia alguna, mientras afuera los policías restantes capturaban y
detenían a muchos integrantes del cartel.
Terminando la balacera, comenzó a subir los escalones hacia la casa de Mario,
quien estaba desconcertado, en unos minutos y por culpa de estas creaturas su
plan quedo deshecho, resignándose a ser ejecutado en ese instante.
-váyanse, yo les daré tiempo- dijo Magdaleno el Tren” Muñoz sacando un
subfusil H&K MP5 y comenzó a disparar para todos lados.
Los policías rápido se agazaparon y comenzaron a disparar hacia adentro de la
ya maltrecha mansión, aprovechando para huir en la última opción, un Audi
escondido dentro de una de sal habitaciones con ventanal colindante con los
jardines, solo Mario, Violeta, Flaco y el piloto salieron, con rumbo desconocido.
La policía entro y a pesar de la resistencia fisica del Tren, con ayuda del
Enterrador, fueron abatidos por más de 15 elementos policiales sobrevivientes a
esa masacre.

70
CAPUTULO 8
EL DESPERTAR

Por un momento pensé que todo había sido una pesadilla hasta que esperté
arriba de ese autobús el lunes 11 de febrero, el sol ya me estaba lastimando los
ojos, en mi reloj son las 6:30 am, la señal del celular había desaparecido, estamos
incomunicados, mi hijo seguía junto a mí, su rostro era tan normal, sin
preocupaciones ni miedos, justo como yo quería, al lado de él, se encuentra
aquella chica, los dos están encogidos por que hizo un poco de frio durante la
noche, mi sudadera alcanzo a cubrirnos aunque no del todo, no se su nombre, no
tuve la cortesía de preguntárselo, me siento satisfecho de haber podido ayudarla,
parece tener unos 25 años, no los despertare, primero tengo que girar mi cuero y
colocarme en la orilla, necesito saber que paso con todos esos seres que nos
atacaron anoche.
En la calle no hay nadie todos los cuerpos han desaparecido, solo quedan
rastros de lo que alguna vez fueron personas, la calle esta manchada de sangre, se
alcanza a oler ese aroma a muerte, no me atrevo a hacer ningún ruido por el
temor a que regresen, la plaza comercial esta a unos 100 metros, necesitamos
refugiarnos en ese lugar, aun recuerdo las olas de gente que salía de ese lugar,
perseguida por esos seres provenientes de la obscuridad, lo cual quiere decir que
se encuentra deshabitada, pero nada me asegura que algún ser este refugiado allí.

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Les hará daño el sol, si es así, estamos seguros caminando en la calle, pero si
están escondidos esperando a que bajemos de este camión, lo mejor sería esperar
ayuda aquí arriba, seguro en un rato más empezaran a llegar los militares y nos
rescataran, pero si no es así, moriremos de sed.
Me asomare por la parte delantera del camión haber si no hay nadie, tal vez lo
pueda arrancar y asi podemos llegar a la estación de policía más rápido, creo esa
es la mejor idea que he tenido.
Tengo que hacer el menos ruido posible, comienzo a ponerme de pie y camino
el cofre, empiezo a deslizarme, adentro se distinguen personas, son las que fueron
atacadas por esos malditos, pero no hay nadie más, regreso al toldo del camión y
despierto a los dos.
-hola despiértate- le digo a mi hijo, mientras me llevo el dedo a la boca en
señal de total silencio, también despierto a nuestra amiga, moviéndole el hombre.
-que pasa, ya se fueron esas cosas- me dijo en voz baja mientras trato de
explicarle por señas que no hable fuerte pues no sabemos quien está dentro del
camión.
-como te llamas- le pregunto para poder comunicarme mejor con ella.
-Paula, que es lo que podemos hacer- me contesto.
-Yo soy Ángel y el Adriano, escucha Paula, no sé lo que sucede aquí, no hay
señal de que alguien este con vida, tenemos que tratar de bajar del camión, si se
puede arrancar nos vamos, si no tenemos que llegar corriendo a la plaza
comercial y buscar ayuda- le explico mientras mi hijo se asoma a las orillas del
camión.
-tratando de no hacer ruido bajamos rápido, por el frente del camión y nos
metemos, lo arrancamos y nos vamos de aquí buscando a la policía, ¿están
listos?- les pregunte a los dos y ellos me asintieron con la cabeza.
Empezamos a bajar rápidamente, primero yo descendí a la trompa del camión
y después ayudé a bajarlos hasta el piso, ellos entraron mientras volteaba para
todos lados, cuando se escucha un grito de Paula.
-Haaaaa, los cuerpos se están moviendo, salgamos de aquí- salió aterrada la
chica y mi hijo abrazándome ambos.
-tranquilos- observe como se ponían de pie 3 sujetos dentro del camión y
comenzaban a avanzar con dirección a nuestra salida.

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-corran a la plaza y no volteen, en la entrada nos detenemos- les decía
mientras corrían y yo giraba para vigilar si nos alcanzaban esas personas.
Atravesamos el estacionamiento semivacío y llegamos a la entrada.
-No quiero entrar, ha de haber más de ellos allí adentro- decía Paula sin parar
de temblar.
-no tenemos otra opción, nos tenemos que esconder de esas cosas, yo lo
protegeré, pasaremos a la tienda deportiva y lo tenemos que hacer sin ruido- le
explique mientras entramos sigilosa pero apuradamente.
El primer comercio es una tienda deportiva en el cual ingresamos pues no se
veía nadie, les señale que se escondieran tras el mostrador y fui a buscar algo que
me sirviera como arma para defenderme de esos 3 seres quienes por el cristal de
la tienda se veían casi terminando de pasar el estacionamiento.
Seguí buscando entre prendas de ropa tiradas, patineta, balones deportivos,
zapatos y letreros de ofertas, de momento me quede estático en mi lugar, ahí
estaba el arma perfecta, un bate de beisbol, hecho de madera de arce, marca
Rawlings Adirondack, ideal para romperlas la cabeza a esos individuos, me
coloque tras la puerta para sorprenderlos y me quede esperando a que ingresaran.
En cuestión de 2 minutos escuche como empezaban a entrar por la puerta, de
verdad tenia mucho miedo, pero tenia que acabar con esos sujetos y evitar que
alguno de nosotros resultara herido, ahí estaban, era una señora que apenas se
sostenía en pie, tenía expuestos el fémur y la tibia de ambos pies, el segundo era
un señor de la tercera edad no tenia un brazo, es lo que pude apreciar por que me
daban totalmente la espalda, el tercero no entraba, se había quedado golpeando el
cristal de la puerta, tenia que ser veloz acabar con 2 y después seguir con el
atrasado.
Nunca lo había experimentado, pegarle a un sujeto y sobre todo a una señora
era algo muy impactante para mí, me temblaban los brazos, se me hacia tan
pesado el bate como nunca había sentido, así que me arme de valor y
atropelladamente Sali de mi escondite, le propine un fuerte golpe en la cabeza al
señor que automáticamente callo al piso sin moverse más.
La señora dio la vuelta y se me abalanzó tratándome de sujetar, me retire 3
pasos hacia atrás y le pegue muy fuerte en las costillas haciéndola perder el
equilibrio, cayéndose sobre un montón de zapatos acomodados en una mesa de
exhibición, en automático di la vuelta y vi que se acercaba otro señor, pero la

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cara la tenía totalmente destrozada ¿cómo es posible que siga caminando?
prepare mi bate y me dispuse a sacarlo de su agonía.
-cuidado Papá- grito mi hijo al ver que la señora se arrastraba y me agarraba
los pies tratando de morderme.
-no puede ser, suéltame- le dije a esa mujer que no paraba en su afán de
sujetarme.
Sin pensarlo le di con fuerza en la cabeza y solo así me soltó, sin embargo ya
no puede con el otro sujeto que se me aventó y caímos los dos a suelo, con mi
bate me protegí de las mordidas de su boca irreconocible, con todas mis fuerzas
le di la vuelta y me coloque arriba de él , oprimí con mucha fuerza, utilizando el
bate que atravesé en su dentadura aplaste con fuerza su cráneo y dejo al fin de
moverse.
- ¿Papa estas bien? - me pregunto Adriano saliendo de su escondite.
- ¿Como es posible que estén caminando?, parece que están muertos- afirmo
Paula.
-tenemos que buscar algo con lo que se puedan defender, debe haber mas de
estas cosas en la plaza, tenemos que ser muy cuidadosos- les explique mientras
empezamos a registrar la tienda.
El tiempo pasaba volando, ya en mi reloj daban las 2 p m, durante ese
transcurso de tiempo tomamos prestado de esa tienda 3 gorras que nos
protegerían contra el sol, dos mochilas de acampar, los 3 nos cambiamos de
calzado, por tenis deportivos y un bate ligero para Adriano, adentrándonos solo
unos cuantos locales más, encontramos la zona de jardinería, tomamos un
machete quien se lo quedo Paula y 3 pares de guantes antiderrapantes.
-papá tengo sed- me decía Adriano señalándome del otro lado del pasillo se
encontraba una farmacia muy surtida también aparte de medicamentos por
refrescos, aguas, frituras etc.
-Si es importante llevar algo de medicamento para la gripa, dolor, antibióticos
y aguas- les exclame.
-sí, tú busca el medicamento y yo lo demás- contesto Paula, empezando a
tomar frituras y aguas.

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Todo estaba ya muy tranquilo, nos estaba dando tiempo para pensar y
acomodar todas nuestras provisiones, cuando a lo lejos escuchamos como
empezaban a disparar, y se acercaba cada vez mas al cetro comercial.
-Es un grupo de personas que se acercan en 2 autos y son perseguidos por esas
cosas- exclamo Paula al acercarse más a la salida.
La tomé del brazo y le pedí que nos escondiéramos, aunque fueran
sobrevivientes como nosotros, venían armados y habría que ser precavidos.
Corrimos para después subir con cuidado y sin hacer ruido por las escaleras
eléctricas que se encontraban apagadas, para refugiarnos en una tienda de ropa
para damas, donde presenciamos como entraban estos tipos disparando a la horda
de seres que los acosaban.
- ¡Cierren las malditas puertas! - grito uno de estos tipos, mientras los demás
obedecían y ponían los seguros en las entradas.
-son muchos no creo que resistan-grito otro del grupo.
-Revisen el lugar no queremos ser sorprendidos- les ordeno con voz de mando
el sujeto que parecía ser el líder.
Tardaron en asegurar el lugar y por el momento no había subido nadie cerca de
nuestra posición, sin embargo no tardarían en encontrarnos, empecé a sentir esa
sensación de miedo, pues si nos descubrían tendría que matar a uno de esos
sujetos que se disponían a revisar el centro comercial, cambie con Paula el bate
por el machete y me dispuse a salir y esconderme en otro lugar.
Varios sujetos entraban y revisaban local por local, algunos estaban cerrados,
pero en su mayoría los dueños y empleados huyeron dejando abierto.
Cuando revisaron los comercios de la primera planta descubrieron a 4
vendedoras 2 hombres posiblemente guardias de seguridad, que se escondían en
las pequeñas bodegas de los establecimientos, empezaron a subir por las mismas
escaleras que momentos antes habíamos utilizado nosotros, mientras que las
vendedoras y los guardias eran acostados en posición decúbito ventral.
- ¿qué hacemos con estas personas? - se escuchaba una voz de mujer, decir
sobre las vendedoras encontradas.
-tranquila necesitamos carnada, si es que llegan a entrar los zombies, ellos se
tardan comiendo, así podremos escapar, ocupando a estas personas para abrirnos
camino- respondió el jefe.

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-miré jefe lo que encontré- Dijo un individuo que sujetaba a Paula y a mi hijo.
Pensaba salir inmediatamente, pero vi la sombra de uno entrando al local
donde me encontraba, sigilosamente salí de mi escondite, cuando me daba la
espalda, procedí a doblarle el brazo mientras le ponía el machete en el cuello.
-tira el cuchillo desgraciado o jugare futbol con tu cabeza- le dije con voz baja
cerca del oído, para que los demás no escucharan y no fuera sorprendido por
alguien mas que se encontrara afuera de la tienda.
El tipo obedeció y salimos muy lentamente de la tienda, me diriji hacia las
escaleras donde tenían a Paula y Adriano, estaban obligándolos a bajar a la planta
baja, Paula volteo y me vio, lo cual me hizo pensar que daba gracias por que yo
era su última oportunidad para vivir.
-Alto déjalos ir o le voy a cortar la cabeza a este desgraciado- grite mientras
me acercaba hacia ellos.
-suéltala tu primero- grito el tipo colocándose atrás de Paula y Adriano
apuntando su arma a la cabeza de la chica.
-tranquilos, tranquilos, amigo solo estamos de paso y no queremos hacerles
daño, si sueltas a mi trabajador te prometo que dejare ir a todos, pero si lo
lastimas entonces te perseguiré hasta acabar contigo y mira que mi palabra es de
las mas respetadas, pues soy Mario Diaz líder del “cartel de la cruz”-expreso el
jefe de esos individuos.
Conte rápidamente y había 9 hombres pertenecientes a esa organización
criminal, una mujer que estaba parada junto al líder y las 5 vendedoras recostadas
en el suelo, no podría enfrentar a todos, pero tampoco me rendiría porque ¿Cómo
confiar en la palabra de un poderoso capo? Era absurdo tendría que buscar la
opción más fácil, tratar de huir del centro comercial corriendo y en compañía de
la chica y mi hijo.
-ya viene el grande- dijo la mujer que acompañaba a la “cruz “ Diaz.
- escucha, hay muchos muertos allá afuera, en general son estúpidos y lentos,
pero hay unos que son muy fuertes, el virus los ayudo a incrementar su fuerza, ya
los enfrentamos y casi nos terminan ganando, no basta darles una vez en la
cabeza si no hay que destrozarla por completo, esta por llegar uno de eso sino es
que varios y pueden romper el cristal de la plaza, voy a contar hasta 3 y sino
desistes, el “campeón” le meterá una bala a tu noviecita y después a su hijo- me

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explico Mario Diaz al tiempo que los demás malhechores, prepararon sus armas
y me apuntaban.
Estaba asustado, por lo que nos fuera a pasar, a esa gente no le importamos en
lo más mínimo, ellos quieren un mundo así, donde abusen de las personas y no
haya ley que pueda detenerlos, que puedo hacer, lo siento Adriano, no puedo
protegerte, no tengo otra salida, lo siento Paula, ni si quiera te conocí bien y ya
siento mucho aprecio por ti; miro a mi hijo por ultima vez antes de rendirme y
ponernos a la disposición de ese criminal, pero que hace, Adriano esta sacado
una navaja de su bolsa, lo hace muy lentamente cuando todas las miradas están
hacia mí.
-Una, dos- se, escucha a lo lejos el conteo, de Mario Diaz, cuando de pronto
mi hijo se voltea y le hunde la navaja hasta el fondo del estomago al tal
“campeón” comprendo, gracias hijo; corto la garganta del criminal que capture, y
lanzo el machete acertando en el pecho de este campeón muriendo al instante.
- ¡al suelo! - le grito a Paula y Adriano, quienes reaccionaron rápido y
comenzaron a reptar hacia mí, mientas comenzaba la balacera desde la planta
baja.

-vámonos, por los cines esta la salida de emergencia- me dice Paula, tomando
la mochila y el bate que habían dejado cerca.
Sin embargo, no podíamos levantarnos, ya que había hombres esperando a que
nos pusiéramos de pie, para jugar al tiro al blanco.

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-ya está aquí, cuidado- grito la mujer al lado de Mario Diaz, suspendiendo el
tiroteo y centrándose en la puerta principal, ya que estaba haciendo presencia un
ser mas grande que los demás, 2 metros aproximadamente, quien empezó a
golpear los vidrios de la tienda.
-Parece que resistirán los cristales de la puerta, mientras podemos escapar-
dijo un pistolero del cartel.
-No se preocupen, yo los ayudare- dije mientras me ponía totalmente de pie,
frente a la entrada y con la pistola del sujeto muerto segundos atrás, dispare
desde el primer piso, toda la carga, contra la puerta de vidrio, rompiéndose y
dejando entrar a esa horda hambrienta.
Los criminales empezaron a disparar contra los muertos que entraban en
cantidades poco antes vistas, desde que la plaza saco su línea de descuentos,
aproveché el desconcierto sujete mi maleta y salí corriendo para encontrar a mis
seres queridos en la puerta del cine, sin detenerme, cruzamos todo el pasillo hasta
salir al estacionamiento trasero de la plaza comercial.
-papá aquí hay más autos, podemos revisar si están abiertos- me dijo Adriano,
mientras observaba las posibles rutas de escapatoria.
-no hijo, aunque alguno este abierto, no sabría como encenderlo sin las llaves,
y estos tipos no tardaran mucho en salir de plaza Américas, tenemos que seguir
caminando rumbo al bosque que colinda con este lugar.
Los disparos habían cesado, señal de 2 cosas; la primera seria la mejor opción,
que los muertos hallan acabado con esos sujetos; y la segunda es que fuera al
contrario y estuvieran buscando la salida por donde escapamos.
Tendríamos que adentrarnos al Parque Natura, pues hay muchas salidas hacia
varios puntos de la ciudad y mas posibilidades de perder a estos tipos.
El Parque Natura, fue inaugurado dentro de una zona natural protegida desde
1986 llamada el Tejar-Garnica, por el entonces gobernador de Veracruz Lic.
Agustín Acosta Lagunes, con aproximadamente 100 hectáreas de bosques, lagos,
miradores, camino para ciclistas y canchas deportivas, existen diversos tipos de
flora y fauna, arboles muy grandes que dan mucha sombra y diversas
construcciones antiguas.
Caminando por estos senderos nuestro plan es cruzar hasta salir con dirección
a la estación de policía mas cercana, tal ves ellos nos puedan ayudar o sacar de
este lugar.

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- ¿cuál es tu apellido y donde vives? - le pregunte a Paula tratando de hacer
menos el silencio del camino.
-soy Paula Márquez, estudio artes en la zona universitaria y soy de la ciudad
de Orizaba rento un departamento en las afueras de la ciudad, me dirigía hacia el
cuando paso lo del camión- me contesto mi amiga.
-mi papa también estudio allí, es ingeniero ¿verdad? - respondió Adriano
mientras nos miraba.
-si hijo, y ¿Cuántos años tienes? Disculpa que te interrogue, pero me di cuenta
que no habíamos tenido tiempo de conocernos- le dije a Paula Márquez.
-si es extraño, siento que los conozco de mucho tiempo y no habíamos tenido
la oportunidad de hablar, tengo 22 años, por cierto, gracias a ambos, por
salvarme ya dos veces la vida- contesto la chica mientras ponía el bate en su
hombro.
Mientras avanzamos, pienso en lo bueno que es tener esta oportunidad de
conocer a nuevas personas y espero poder llevarlos sanos y salvos a un lugar
seguro, aunque no sabemos como están en otros puntos de la ciudad, ¿cómo
estarán mis familiares, mi hermano; los padres de Paula? deben estar
desesperados por no saber ¿dónde está? o si se encuentra bien, la noche esta
cayendo tenemos que salir de esta reserva natural, pues en el cielo se identifica el
celaje obscuro que provee el crepúsculo.
-Papá, acabo de ver una persona que corrió por aquellos matorrales-
interrumpió en mis pensares Adriano.
-guardé linternas en las maletas, ayúdenme a sacarlas- les informé, sacando
una linterna para cada uno.
-tengan cuidado, podrían ser los caminantes, vayamos hacia aquella torre, en la
cima, hay un cuarto donde podemos refugiarnos- les dije, pensando en que,
pudieran rodearnos esos seres y en la noche, sería muy difícil distinguirlos.
Llegamos hasta el observatorio de aves, la construcción era una torre alta,
sobresale de entre las copas de los árboles, tiene unas escaleras de metal que la
rodean hasta la cima, con forme vamos subiendo, puedo distinguir las luces de
linternas que sobresalen del follaje con dirección a esta posición.
-apaguen sus luces, nos vienen siguiendo, seguro son los del Cartel de la Cruz-
advertí a mis acompañantes, quienes hicieron lo solicitado.

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-Por aquí se fueron- grito un sujeto.
-Esperen vi algo moverse, por esos árboles, parece ser un niño- dijo otro
individuo.
-Que rayos son esas cosas- grito la mujer que estaba con “la Cruz” Diaz.
Se empezaron a escuchar disparos, nosotros estábamos escondidos tras la torre,
comenzando apenas a subir, sin embargo, quise ver que ocurría, me quite la
mochila pesada y baje rápidamente, me quede paralizado cuando, frente a mi
estaba un niño, en una posición encorvada, su traje era, de los que usan los

boys scouts, pero cubierto de sangre, lleva la cabeza haca atrás, poniendo en alto
su nariz con el propósito de olfatear a su presa.
Solo esta unos segundos frente a mi y me voltea a ver, sus ojos son totalmente
negros, su boca se comienza a abrir, no tiene fin, dejó ver sus dientes ya podridos
y rotos que servirían para desgarrar la piel de cualquier animal o humano que
fuera su víctima.
Al detectarme, empezó a correr con dirección a donde me encontraba, lo hacia
como un animal, apoyando sus manos en el sedimento, parecido al
desplazamiento de los mandriles.
No tuve capacidad de rección para darme la vuela y seguir subiendo a la cima
de la torre, me quede impactado al ver como de un salto llego hasta el barandal
de las escaleras en el cual se apoyó para dar el otro salto y caer encima de mí, la
única reacción para salvar mi vida, fue colocar el machete enfrente de mí y

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recibir al engendro, enterrando este artefacto en su pecho, pero no se detenía,
seguía intentando alcanzarme para devorarme, empezó a emitir sonidos parecidos
al crotorar delas cigüeñas, pero mas terrorífico, estaba en una posición muy
incomoda como para alejarme de esa creatura, a la que trataba de alejar pero sin
tener mucho resultado pues la fuerza que empleaba para alcanzarme era superior
a la de un niño de su edad.
- ¡toma maldito! -dijo Paula al tiempo que le propino un tremendo batazo en la
nuca, quedan el cuerpo automáticamente sin moverse, lo hice aun lado y
visualicé las luces de las linternas de Mario Diaz y su gente corriendo hacia
donde estábamos, trataban de llegar a la torre, pero eran cazados por
aproximadamente por veinte de esa nueva clase de zombies.
-papá ayúdalos, vienen con mas sobrevivientes- me grito Adriano, mientras me
ponía de pie y tomaba el bate de beisbol de Paula.
-ustedes suban a la cima- les ordene, mientras bajaba escalones para ayudar a
esas personas.
La gente de Diaz corría en fila, los dos últimos disparaban a las creaturas que
lo seguía, sin embargo, tras los arboles y matorrales que estaban a los lados del
camino se podían distinguir que esos depredadores esperaban su paso para
saltarles encima.
-¡cuidado, a los lados!-les grite cuando pasaban por esa zona y no me
equivoque, se lanzaron sobre de ellos y empezó una carnicería, pues sus uñas y
dientes desgarraban como cuchillo en mantequilla a esa pobre gente, Mario Diaz
salió de entre toda esa matanza jalando a su compañera y disparando a los que se
le ponían enfrente, acertando algunas veces en la cabeza de esos infectados, mas
sin embargo no era suficiente para acabar con todos, al momento, también salió
un pistolero, de los que iba en último lugar y acabo con los que obstruían el paso
hacia la torre utilizando una puntería excepcional.
-¡muévanse hay que llegar hasta arriba, hay cuartos con puertas de metal!- les
mencione cuando pasaban junto a mí, llegando de su largo y peligroso recorrido,
los seres no se detuvieron comiendo a sus presas, sino que se levantaron y
siguieron su camino hacia nosotros.
-¡vienen nuevamente, rápido, rápido, rápido!- grite al darme cuenta como
volvían a correr en posición cuadrúpeda con dirección a las escaleras.

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Faltando una vuelta para llegar a dicha cima, el pistolero delgado se freno y
del bolsillo interno de su saco, sustrajo una granada, de la cual separo el anillo de
seguridad y la dejo caer por os escalones.
-¡protéjanse!- grito mientras se coloco tras el muro del mirador.
Los engendros llegaban a esta zona, donde se encontraba la granada, cuando se
escuchó una explosión muy fuerte que sacudió toda la torre y desprendió a más
de la mitad de las escaleras que cayeron junto con los zombies al pavimento,
matando definitivamente a varios, los demás seres trataban de trepar por el muro
o dar saltos, para alcanzar la mitad superior de las escaleras, sin resultados
favorables y protegiéndonos de sucumbir ante esa multitud.
Alcanzamos la cima donde había un corredor, el cual se utiliza para la
observación de aves y de la ciudad, también hay recamaras donde se pueden
dejar las cosas que ocupan los turistas o quienes practican la ornitomancia.
Al caer la noche, desde ese mirador se podía ver a lo lejos la ciudad encendida
no por las luces de las casas o los edificios, sino por el fuego de las diferentes
construcciones que se estaban quemando, era un espectáculo terrible, la cuidad
entera era victima de esa horda de muertos regresados del infiero.
Mario “la cruz” Diaz y sus compañeros estaban exhaustos por tremenda
carrera que dieron, sin embargo, no dejaban de ser peligrosos con las pistolas que
cargaban encima.
-no se tienen que preocupar de nosotros, estamos a mano, tu mataste a dos de
mis muchachos, pero también nos salvaste la vida la guiarnos a este refugio-
decía Mario el intentar recuperar el aliento.
-estoy de acuerdo, aunque si intentan dañar a mi familia, estoy dispuesto a
enfrentarlos-conteste con voz firme.
-respeto eso, ella es Violeta Amoretti, él se llama Pablo Tovar, alias “el Flaco”
el mejor pistolero que hay y mi gran amigo, a mí ya me conoces, no vas a
presentarnos a tu esposa e hijo- exclamo Mario Diaz al ver que no correspondía
con la presentación.
-¡oh, si claro! El es mi hijo Adriano y ella no es mi esposa, ni mi novia, no
quiero decir que no es bonita, sino que apenas nos estamos conociendo y quien
sabe, o sea pues a futuro y yo soy Angel- les dije, mejor quedándome callado al
ponerme nervioso y ver como Paula se empezaba a sonrojar por mis

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declaraciones fuera de lugar, al mismo tiempo que mi hijo se reía, volteándonos a
ver simultáneamente.
-ok, ya entendimos, mejor platiquen a donde se dirigen, por que la ciudad esta
cerrada, nosotros tratamos de escapar, pero en auto es imposible ya que hay
barricadas militares en las afueras de la ciudad- dijo Violeta
-nuestra idea era llegar a la estación de policías para posiblemente ser
rescatados y si no, pues ahí estaríamos mas seguros que en cualquier otro lugar-
aclaro Paula.
-jajaja si los policías fueran listos, no nos hubieran traicionado, lo que
debemos hacer es buscar la manera de salir de esta ciudad y llegar con el General
Camazo, ahí estaremos seguros ellos tienen un lugar donde nunca entraran estas
escorias- exclamo Pablo Tovar.
-¿Quién es ese general y donde esta ese lugar?-les pregunte muy interesado por
saber si hay la posibilidad de llegar a un lugar seguro.
-esta en la zona sur del país, es un centro de reunión de todas las
organizaciones poderosas del país, por lo mismo esta bien protegido y el líder es
el General Camazo, solo puede entrar quien tenga este anillo, pero por ahora
debemos preocuparnos por ¿cómo salir de aquí? sin que esos monstruos nos
destrocen-termino de contra “La Cruz” Diaz.
-hay tres curtos, esta noche dormiremos y mañana buscaremos la salida, tal vez
esas cosas se hallan esfumado, si desean las mujeres pueden utilizar un cuarto y
los hombres dormiremos en otro- mencione al momento que me acerco a las
puertas de metal de los cuartos y trato de abrir una ocupando el pasador.
-para nada, yo quiero dormir con Mario en un cuarto, además parece que
ustedes también quieren estar solos, no es verdad linda- exclamo Violeta
dirigiéndose a Paula mientras abrazaba a Diaz y acariciaba su gran barba.
-no se diga más, Flaco, te toca ese cuarto, ustedes el de allá y yo este-exclamo
apuradamente Diaz.
Todos nos metimos a los cuartos y aseguramos las puertas con los pasadores
que se podían manipular también desde dentro, había algunos casilleros, para
guardar artículos de valor, cada uno con su llave, dos bancas de metal y un foco
con su apagador que daba muy poca luz parecía que estaba a punto de fundirse.

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-solo guardamos 2 bolsas de dormir, Paula tu utilizaras una, Adriano la otra y
yo me acomodare en esta banca- les dije sacándolas de las maletas y sentándome
en la banca.
-estas seguro papá de que te gustará dormir allí- me pregunto mi hijo
metiéndose a su bolsa.
-si no te preocupes, están cómodas- le asegure, al tratar de acostarme en esas
incomodas bancas de metal.
Minutos después Adriano ya estaba durmiendo profundamente, a consecuencia
del día tan pesado que hemos tenido, me volví a mover tratando de acomodarme
mejor.
-confías en ellos, crees que nos puedan ayudar- me dijo Paula.
-no lo sé, pero por el momento, ellos nos podrán ayudar a saber ¿cuáles son
nuestras opciones?, después veremos que hacer- le comenté a Paula.
-crees que esto ya se allá extendido más allá de la ciudad-me volvió a
preguntar la chica.
-pues, platican que había barricadas abandonadas fuera de la ciudad, lo cual nos
dice que, esto se salió de control.
- y, es verdad que has pensado, que a futuro podamos tu y yo tener una
relación- me cuestiono Paula sabiendo que me quedaría sin palabras.
-mira, no quise decir nada, solo que me puse nervioso, como ahora y la verdad
es que, te me haces una chica linda, atractiva y …-le decía con voz nerviosa
cuando empezamos a escuchar, sonidos provenientes del cuarto próximo, que
indicaban que Mario y Violeta, estaban teniendo un encuentro sexual.
-les diré que bajen el volumen, porque hay un niño- le mencione a Paula
mientras me levantaba de mi cama de metal y caminaba hacia la puerta con el
objetivo de abrirla.
-Ángel, deja eso y ven, aquí hay mucho espacio- me dijo Paula y al voltear
abrió su bolsa de dormir.
Sin poder resistir la invitación de aquella joven, iniciamos esa noche una
relación muy prometedora, aunque en estos tiempos muy peligrosa, ya que mi
atención, preocupación y cuidados, se dividen.

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Martes 12 de febrero mi reloj marcaba las 5:30 de la mañana, salgo del cuarto
son hacer mucho ruido y me encuentro con Pablo “el flaco” ya esperando los
primeros rayos del sol, no perdía el tiempo, ya estaba fumando, pensando en
¿cómo? bajaríamos de esa torre y si logramos hacerlo, ¿Cómo? venceríamos a las
creaturas que nos esperaban abajo.
-Buen día, ¿están esas cosas aun esperando? - le pregunte a Pablo.
-¡No se distinguen, pero siguen acechando!, son distintos a las otras dos
formas de muertos que hemos visto, cada mutación de este virus tiene su forma
de atrapar a las personas; los caminantes son peligrosos en cantidades grandes,
los gigantes, son un poco más rápidos y resisten los ataques a la cabeza, esos los
conocimos el domingo tratando de escapar de la ciudad y finalmente los niños, se
vuelven más agiles, feroces, tienen características que ayudan a cazar mejor a
gente como nosotros, podemos escapar de los dos primeros, pero el virus
encuentra la forma para aniquilar a los sobrevivientes y para eso, creó a estos
engendros- me explicaba con mucha claridad Pablo.
- ¡Preste atención y observé! ¿cómo se organizaban para atraparlos?, al que
maté, empezó a lanzar sonidos con su garganta, avisando para preparar la
emboscada, si ellos tienen algo de inteligencia, entonces hay que ser más listos
que ellos, podemos utilizar los árboles para llegar a ese otro mirador- le comenté,
señalando hacia la salida del parque donde se encontraba una torre que sobresalía
de entre los árboles.
- ¡despertaremos a los demás hay que aprovechar que aún hay obscuridad! -
dijo Pablo.
Entre al cuarto y desperté a los dos, después de contarles nuestro plan,
accedieron a intentarlo, aunque les daba mucho miedo, pero sabían que, para
bajar de ahí, lo tenían que hacer, los árboles no estaban tan alejados de las
escaleras, aproximadamente 2 metros de distancia cuando más, por lo que con un
buen salto y sujetándote fuerte de una rama abandonarías esa torre. Al llegar al
mirador siguiente, bajaríamos por las escaleras para recorrer 400 metros hasta la
caseta del guardabosques.

85
Bajamos por las escaleras, hasta donde estalló la granada, una fracción del
barandal se había desprendido y colindaba con las ramas de un gran árbol de
eucalipto, para que vieran la técnica de salto, decidí pasar primero, después
Adriano, Paula, Mario, Violeta y por último Pablo.
Sin mayor dificultad uno a uno pasamos del mirador al árbol, no se veía rastro
de esos engendros del mal, pero conforme avanzábamos hacíamos cada vez más
ruido y observábamos como en el suelo se movían de un lado a otro buscando
Lafuente del ruido.
Nos faltan unos veinte árboles, tenemos que ser más silenciosos para que
llegando a las escaleras del mirados número dos, nos den oportunidad de bajar-
les explique mientras seguíamos avanzando de árbol en árbol.
Todos cooperaron y fuimos dejando a esas creaturas muy atrás, tuvimos mucha
suerte, antes de llegar al mirador se encontraba un árbol recargado en el que
estábamos, haciendo funciones de escalera para nosotros, con mucho cuidado y
silencio todos bajamos hasta el suelo, decidimos caminar en silencio para que
esos niños Boys scouts no nos pudieran rastrear. Llegando a la caseta del
guardabosques nos encontramos con que estaba cerrada.
- ¡No se preocupen yo la abriré, ustedes vigilen, tardare unos minutos!
-exclamo Violeta, mientras sacaba un pasador que utilizaría como ganzúa.
Los 3 hombre nos colocamos en abanico a unos 5 metros de a puerta, yo alisto
el bate de beisbol, Mario el machete y Pablo una rama pesada.

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- ¡Creo que ya vienen, acabo de ver algo que se movió por esos arbustos,
apresúrate violeta! - dijo Mario.
- ¡Si, ya casi está! -menciono violeta cuando de pronto se escuchó el crotorear
de esas bestias, señal de que están cerca y alguno está dando nuestra ubicación.
- ¡Prepárense a qui vienen, Enséñame que tan bueno eres pablo! - dice Mario,
sacando su arma y apuntando hacia el frente de donde salieron ocho de esas cosas
corriendo directamente hacia nosotros.
- ¡Solo tengo seis balas aproximadamente, espera a que se acerquen a veinte
metros y Ángel, tú los rematas! - explico Pablo.
Había escuchado del asesino que tenía Mario, pero no sabía que era muy
bueno, espero a que esas creaturas estuvieran cerca y disparo seis veces el mismo
número de engendros que cayeron con un disparo en la cabeza, de pronto Mario
Diaz le lanza su arma, siendo muy inteligente pues Pablo sabia disparar,
utilizando otras dos balas cayeron las últimas dos creaturas.
- ¡Wow, que precisión! -le exprese mi asombro, para después escuchar otra vez
ese sonido, llamando a más muertos scouts, de entre los árboles a unos cincuenta
metros empezamos a detectar alrededor de veinte creaturas lo que nos preocupó
pues solo quedaban 8 balas en la única pistola.
- ¡listo, la pude abrir! - dijo violeta, mientras pablo disparaba las siete,
acertando en todos.
Entramos a la casa del vigilante, quien estaba al fondo del pasillo principal,
pero muerto de un disparo en la cabeza por su misma arma, que seguía empuñada
en su mano izquierda, cerramos la puerta de la casa, que por ser la principal de la
policía las entradas estaban bien reforzadas impidiendo el acceso de los muertos.
- ¡Aquí está la radio de emergencia! - dijo Mario, sentándose para empezar a
buscar alguna señal.
- ¡Mira el guardia, tiene mordidas en piernas y brazos, seguro se enfrentó con
esas cosas y lo infectaron! - exclamo Paula mientras revisaba de lejos al cadáver.
- ¡Papá mira en el bolsillo de su camisa! - menciono Adriano sacando un
llavero de policía, solo con un par de llaves, pero de aspecto diferentes a las
tradicionales.

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-Son llaves de pines de alta seguridad para candados alemanes, son grandes,
regularmente plateados y esta llave, se tiene que quedar dentro cuando habrán el
candado, debe ser algo importante ayuden a buscar- nos informó Violeta.
La casa del vigilante no era muy grande, después de la entrada había un pasillo
que chocaba con pared, en medio, pero del lado izquierdo del pasillo había dos
marcos de puertas que daban acceso a 2 habitaciones, uno era la oficina y otro era
una recamarita, con las cosas personales del difunto guardia y en el mismo
pasillo junto al guardia la tercera puerta pero daba a un cuarto de 3 x 3 donde
estaba el baño y su patio de servicio.
Todos buscaban él o los candados de esas llaves, pues, si el guardia los tenía
consigo hasta su muerte, tal vez tuviera algo importante, que nos serviría, en
nuestro escape.
- ¡Me escuchan, hola, donde están por favor ayúdennos, estamos en una casa
de vigilancia del parque Natura, cerca del acceso norte!- comunicaba Mario por
radio esperando respuesta.
- ¡Te escuchamos, estamos en la estación de radio abandonada, como te
podemos ayudar! CAMBIO -dijo la voz que salía del radio.
- ¡Necesitamos armas!, pues nos tienen rodeados en la casa de vigilancia del
guardabosques, CAMBIO- dijo Mario al escuchar que había respuesta.
- ¡hola!, habla el jefe de bomberos Diego Moreno, estamos en la estación de
radio abandonada, frente a plaza animas, pero hay muchos caminantes fuera,
tardaremos mucho en llegar, ¿esta con ustedes Gilberto, es guardabosque que
tiene esa zona? CAMBIO – preguntó otra persona que se identificaba con el
nombre de Diego Moreno.
- ¡Infórmale que sí, aquí esta, pero está muerto! - dijo Paula, mientras revisaba
el parche con el nombre que llevaba pegado en su camisa.
- Lamento informar que el guardabosque Gilberto se disparó en la cabeza,
antes de que llegáramos, CAMBIO – contesto Mario.
- ¡Que mala noticia!, fuimos compañeros un tiempo, escuchen bien lo que les
diré, diríjanse a la Torre Animas, en la cima esta un helipuerto y de ahí saldrán
los últimos helicópteros con sobrevivientes en punto de las 7:00 PM, ¡no
esperaran a nadie más!, nosotros trataremos de llegar, pero llevamos muchos
sobrevivientes por lo que tal vez nos permitan subir, sin embargo ¡hay que
intentarlo! CAMBIO -informo el jefe Moreno, quien nos daba mucha esperanza.

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-No creemos lograrlo, pues nos tienen sitiados y se nos acabaron las
municiones, CAMBIO – respondió Diaz.
-Gilberto tiene una salida de emergencia busque donde esta, es todo lo que
puedo hacer por ustedes, sean fuertes y que Dios los ampare, CAMBIO Y
FUERA -dijo el jefe y apago la transmisión.
Mi reloj marcaba las 2:00 pm, solo nos quedaban cinco horas para llegar al
punto acordado, a pesar de que la casa era muy chica, no encontrábamos ninguna
salida de emergencia.
- ¡Paula, mira lo que esta abajo del policía! - dijo emocionado Adriano,
mientras, Paula se acercaba.
- ¡Miren, parece una salida de emergencia! - exclamo Paula mientras trataba de
quitar el cadáver, que ya estaba cubierto con una manta blanca.
Tanto tiempo buscando y parece que el guardabosques nos daba otra señal con
su muerte, ya que las señas contaban su historia, tratando de escapar de la misma
forma que nosotros, pero se dio cuenta que estaba contagiado y decidió no pasar
por esa transformación.
Hicimos, respetuosamente, a un lado su cuerpo y encontramos el candado
alemán, que aseguraba el mecanismo de una puerta de madera ubicada en el piso
de esa caseta de policía, saque una de las llaves y abrió con facilidad el artefacto,
al retirar la tapa de madera, se descubrieron unas escaleras, de aproximadamente
2 metros de profundidad.
-Denme el machete, yo bajare dijo Pablo- dijo pablo extendiendo la mano y
recibiendo el machete que portaba Mario Diaz.
Descendió Pablo, por uno minutos desapareció en la obscuridad de ese cuarto,
todos estábamos muy tensos pues no sabíamos que peligros pudiera encontrar
allá abajo, nos estábamos decidiendo a bajar para ayudar al “flaco” pero en ese
instante se encendió la luz y apareció Pablo.
- ¡Ya está! no encontraba ningún apagador y conecte unos cables directamente-
exclamo pablo mientras empezamos a descender por esas escaleras de madera.
Al bajar nos encontramos con otra oficina muy pequeña de al menos 2x2
metros, muy bien terminada, con piso y paredes revocadas solo con un escritorio,
una silla y un baúl grande, al sentir que corría el aire, observe varios apagadores,
que, al oprimirlos, se fueron encendiendo las luces de un túnel de
aproximadamente 25 metros de largo.
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- ¡Muy bien ahí esta nuestra salida! - exclamo Violeta.
- ¡Aquí está el otro candado, ábrelo! - dijo Mario a quien no se le quitaba la
voz de mando.
Me acerque y saque la segunda llave, la utilice para quitar el candado del baúl,
al abrirlo encontramos muchas cosas, fotos de la familia del guardia, más
uniformes de policía, un cuchillo de caza Big Five Rhino, hecho en manofacturas
Muelas; un revolver Python 355, con 3 cargadores rápidos de 6 tiros cada uno;
finalmente una escopeta de bombeo Rémington 870 con 12 cargas.
Una vez listos empezamos a recorrer el túnel, para salir muy cerca de plaza
animas, primero esta Pablo “Flaco” Tovar quien usa la Magnum, después lo
sigue Mario “la cruz” Diaz, con la escopeta, seguido de su novia Violeta
Amoretti quien se ha protegido llevando el cuchillo de caza, delante de mí,
camina Adriano, quien sostiene el bate de Beisbol, yo sigo con el machete y
finalmente sujetándola de la mano, sale del túnel Paula con la glock43
únicamente con un magazine.
Salimos casi enfrente de plaza animas removiendo una puerta de madera muy
sencilla y sobre puesta, pero cual fue nuestra sorpresa, todo el camino hacia la
torre, ubicada atrás de este centro comercial, se encontraba lleno de caminantes y
seria casi imposible de pasar con nuestras municiones.
- ¡Allá viene una camioneta!, creo que intentara pasar por todos esos muertos-
dijo Violeta mientras todos volteábamos ubicando el transporte mencionado.
La camioneta marca Suburban color negro, giro hacia la izquierda para entrar
en el Bulevar paseo de las palmas, cuando se encontró con estos seres quienes
bloqueaban la calle, sin detenerse, se abrieron los cristales eléctricos y de estos se
asomaron unos tipos cargando rifles tácticos, comenzaron a disparar liberando el
camino, algo paso y la camioneta perdió el control volcándose unos 200 metros
pasando la plaza comercial.
Entre nosotros nos miramos a los ojos, pero sabíamos que esas personas
necesitaban nuestra ayuda, además de estar en el camino hacia nuestra posible
salvación.

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-

CAPITULO 9
LA SALIDA

Domingo 10 de febrero, a las 10:00 pm. Treinta y nueve horas sin tomar agua
ni probar bocado, el oficial Enrique está sentado, los infectados se han quedado
quietos, unos colgando, con los brazos dentro de las celdas y otros semi
acostados, recargados en ambas jaulas, el nuevo inquilino de la celda de enfrente

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estaba grabando un video con su celular, hablando en muy baja voz, para no
despertar a esas creaturas.
La tapa que cubría el escondite de la mujer empieza a moverse muy
sutilmente, son ya 10 horas que estuvo adentro en una posición muy incómoda,
con mucha cautela quita totalmente la tapa protectora y sale casi sin hacer ruido,
caminando, utilizando las puntas de los pies abandona la sala donde se
encontraban detenidos, su compañero se da cuenta y solo la sigue con la mirada.
- ¡Oye, que haces aviéntame las llaves! - exclama el oficial enrique con muy
baja voz ocasionada no, por la presencia de los muertos, sino por la pérdida de
energías por las horas sin alimentos ni bebida.
La chica estando ya en el patio principal del cuartel descubre que muchos de
los cuerpos de policías y de gente que vieron al entrar, ya no están, entonces
decide hacer ruido para llamar la atención de los que están dentro de la
habitación de retención.
Primero busca un buen escondite, caminando por los pasillos encuentra los
baños, entra y los revisa, parecen estar vacíos por lo que decide entonces regresar
y abrir completamente la puerta, para que los infectados que están dentro de las
celdas puedan salir.
Un estante está en el suelo, por lo que decide darle con una silla para crear
mucho escandalo además de gritar.
- ¡Aquí estoy malditos, vengan a comer! - dice la chica mientras golpea la silla
de metal contra el estante que está hecho del mismo material.
Automáticamente los infectados que no dejan salir al oficial, se empiezan a
despertar y caminan hacia la puerta buscando el origen de ese molesto ruido, pero
al mismo tiempo muy apetecible.
La chica suelta la silla y corre al pasillo donde están los baños, pero también
hay infectados saliendo de las oficinas de junto, impidiendo el paso a este lugar
previamente inspeccionado, lo que causa que la chica entre en pánico y empiece
a buscar otro escondite, pero esta vez sin guardar silencio en sus movimientos.
Los muertos salen de muchos lados, son aproximadamente cuarenta de estas
bestias, muchos van arrastrándose, pero sin detenerse buscando a la chica.
Dentro de las celdas de detención, el joven usa las llaves para salir de su celda
y tratar de ayudar a su amiga.

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- ¡Por favor, déjame salir, soy policía también, pero estoy en investigación! -
aclaro Enrique tratando de convencer al joven quien estaba terminando de abrir
su celda.
- Ok, pero ¡recuerda quien te saco de aquí! - le dijo el joven temeroso de que
fuera un criminal e intentara una vez fuera, dañarlo a él o a su amiga.
Saliendo el oficial busca en el escritorio del vigilante y saca una pistola con un
magazine de 15 tiros y ayudado por el joven, los dos abandonan la zona de
detención, observan que hay decenas de estos seres que van en dirección a la
chica, que busca desesperadamente abrir alguna de las oficinas.
- ¡En ese cuarto están los casilleros de mis compañeros, seguro hay una
pistola, búscala!, porque esto no me alcanzara para nada- le dijo el oficial
quedándose tras los monstruos que cada vez se aceran más a la joven.
Recordando que, el doctor que mato, solo dejo de moverse con un disparo en
la cabeza, así aprovecharía la mayor cantidad de balas, comenzó a dispararle a los
primeros que caían y efectivamente ya no se volvían a parar, sin embargo,
tardaba apuntando a otro pues no había recuperado las fuerzas perdidas.
Derribo solo a ocho, pero aun así la pequeña horda seguía cruzando el patio
tras aquella dama, por lo que decidió apuntar a la cerradura de la oficina, que
estaba justo a la izquierda de la joven, disparo tres veces y se abrió.
- ¡Vamos a dentro! y cierra con el pasador superior- le informo el oficial
Enrique, mientras llegaba el joven desconocido con una pistola.
- ¡fue la única que encontré, pero ya no hay cargadores! - le explico el joven,
entregándole el arma.
- Parece que solo tiene 10 tiros, tendré que aprovecharlos- dijo el oficial.
Apunto y disparo en 4 ocasiones la primera pistola solo acertando a tres de
estos muertos, cambio de arma y empezó a disparar solo acertando cinco veces,
muchos seres se dieron vuelta y empezaron a avanzar contra los dos hombres,
otros llegaron hasta la oficina golpeando la puerta para entrar a comer.
El panorama era muy desalentador, ya sin munición y con más de 20
monstruos listos para atacar, el oficial estaba muy débil como para enfrentarlos, y
el joven por lo visto no tenía nada de experiencia enfrentando a esos malditos
muertos vivientes.

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Enrique distingue las luces de alguna patrulla que llega frente a la puerta del
cuartel, después de unos segundos empieza a entrar muchos sobrevivientes
cargando diversas armas como hacas, machetes, palos de metal y hasta piedras,
se colocan tras los muertos y comienzan a golpearlos en la cabeza cayendo al
piso y rematándolos allí mismo.
De entre toda esa matanza sale un hombre muy alto y fuerte, alcanza a detener
del cuello al caminante más cercano al oficial Enrique y lo lanza aun

lado, donde se encontraba otra persona armada con un bastón de volante


antirrobo, que utiliza para golpear en la cabeza al sujeto y matarlo
definitivamente.
- ¡Están bien!, soy Diego Moreno, jefe del departamento de bomberos de esta
ciudad, él es Castillo, él de allá Vaca y él que está aplastando la cabeza de esa
mujer es López.
Mientras convencían a la joven que se encontraba encerrada en la oficina del
comandante de la policía, el oficial Enrique tomaba agua del garrafón que
afortunadamente se había salvado de ser derribado en toda esta locura.
- ¿qué hacían encerrados aquí en el cuartel? - preguntaba el jefe Moreno,
dándole una manzana y galletas a Enrique quien solo escuchaba y comía.
- Soy Daniel Domínguez, y ella es mi hermana Danna, somos youtubers muy
famosos por nuestras exploraciones urbanas, seguramente nos vieron o
escucharon de nosotros DANNY & DANNA- exclamo el youtuber.
- ¡No, para nada! - contesta Castillo, moviendo la cabeza.

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- ¡por gente como ustedes!, que no está preparada, nos hemos metido en
cuevas, arboles, alcantarillas, túneles etc. ¡Para rescataros! - dijo Vaca.
- ¡tranquilos!, pero ¿cómo fue que terminaron aquí? - volvió a preguntar el
jefe.
- Pues estábamos en una exploración urbana por los túneles que conectan con
la iglesia de San José, pedimos permiso pues lo publicaríamos en el canal,
hablábamos con el padre cuando entraron varias personas y nos empezaron a
atacar, escapamos por una de las entradas a los túneles, sin embargo el Cura
Amador empezó a volverse loco, al revisarlo, nos dimos cuenta que fue una
mordida, nos persiguió por muchos minutos hasta que lo perdimos, salimos por
una cueva que esta junto a la cárcel, tuvimos que romper ladrillos que obstruían y
aquí nos refugiamos, pensamos que sería un lugar seguro, pero estábamos
equivocados, no, nos quedó otra, más que encerrarme en la cárcel y mi hermana
se escondió en la ventila de la pared, en la otro celda se encontraba este tipo,
quien sabe si sea de fiar, pero no pude dejarlo ahí dentro pues ya llevaba muchas
horas, sin tomar agua o comer- dijo el youtuber Daniel Domínguez.
-perfecto y tu mi amigo, me podrías explicar, ¿qué hacías dentro de la cárcel?
es por seguridad de todos estos sobrevivientes- exclamo Diego Moreno.
- ¡Sí!, mi nombre es Enrique Arcos y soy oficial de policía, el viernes pasado,
me enfrente contra un sujeto con las características de estos infectados, lo mate,
pero no pude explicar que pasaba, por lo tanto, quede retenido hasta que
terminaran las diligencias correspondientes, pero algo paso y el guardia me
abandono, llevo 39 horas, esperando que alguien me saque de esa celda-explico
el oficial.
- Yo sufrí un accidente y desperté en el hospital, llego una horda de estar
creaturas y arrasó con todo el edificio, ¡escapamos de milagro! y decidimos venir
a buscar refuerzos o armas ya que, lo que traemos, lo hemos encontrado en la
calle y construcciones cerca, ¿nos podría ayudar a encontrar armas? - pregunto el
jefe Moreno.
- ¡Sí, claro! en la última puerta está la armería, doblando a mano derecha, sale
uno a la cárcel y ahí se encuentra otra armería, la combinación está en una libreta
en el escritorio del comandante, donde la muchacha estaba encerrada, yo buscare
en las cosas decomisadas haber que encuentro- dijo el oficial.
- ¡Muy bien ya lo escucharon, encuentren esa clave para abrir los candados y
organícense para registrar el lugar, muévanse! - grito Diego Moreno.

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En efecto, encontraron la clave de ambas armerías y al abrirlas, encontraron 4
fusiles FX-05; 10 fusiles H&K G3; 12 pistolas Glock 43, además de una gran
cantidad de cargadores para cada una de las armas.
Enrique entro al cuarto junto con varios sobrevivientes, donde están
decomisadas muchas cosas y están en espera de que sean recogidas por el
Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, sin embargo, también se
encuentran muchas armas aun que están en espera de pasar a la SEDENA u otras
dependencias.
Había más armas que de costumbre, parecía que hubo algún enfrentamiento
con algún Cartel peligroso, hasta una Browning M2, pero es muy pesada y ya no
hay muchas municiones existentes.
- ¡Por aquí, ustedes llévense esas pistolas, otros carguen con los cuchillos, yo
me llevo este subfusil y esta catana! – dijo el oficial-
- Pero ¡qué es esto! - exclamo el Dr. Bruno al descubrir muchos aparatos de
laboratorio y el recipiente cilíndrico cuya etiqueta decía SALUTIS VEYRN.
- ¿qué sucede, quien es usted y que son estos aparatos? - preguntaba Enrique
mientras se acercaba paso a paso al científico.
- Soy el Doctor Bruno Borges y estaba tratando de mejorar esta cura, para un
virus que fue creado por la empresa DOMITOR, encargada de crear armas
biológicas para terroristas, venia en camino el Dr. Robinson con una muestra del
virus y también, muestra de la cura no perfeccionada, pero nunca llego a mi
laboratorio- le explico el Dr. Bruno, caminando hacia atrás por la actitud
amenazante del oficial Enrique.
- ¡Usted sabía que este apocalipsis llegaría y no hiso nada por advertir al
gobierno! - pregunto el policía, acercándose cada vez más al científico mientras
apretaba con su mano diestra una daga.
- ¡Cálmese por favor, yo no sabía!, por eso trabaje lejos del proyecto, no para
el virus, sino para lograr perfeccionar una cura, de un virus ya existente, el primer
contagio humano en el que trabaje, fue, el de mi ayudante, pero aún le faltaba una
dosis, cuando escapo de la cuarentena en mi laboratorio y solo recibí un mensaje
de él, que al sentirse nuevamente con fiebre fue al hospital del IMSS y parece
que se transformó en una de esas cosas, porque no encontré su nombre en los
pacientes atendidos, esa es la verdad, pero olvide eso, este es el paquete que he
esperado tanto, ahora solo es cuestión de ir a mi laboratorio y mezclarlo con el

96
suero que trabajé, para que sea una sola dosis y pueda salvar a los demás - dijo el
Dr. Borges con clara alegría y franqueza.
El oficial Enrique a pesar de estar muy enojado con los científicos que usaron
sus conocimientos para crear un arma de destrucción mundial, entendió que
también ellos podrían reparar el daño.
- ¡Iremos a su laboratorio y perfeccionará esa vacuna, después de que
acabemos con esta pesadilla, le disparare en una pierna! - dijo el oficial Enrique
sujetando su maleta con armas y se marchó de ese lugar.
Terminando de registrar el lugar y obtener muchos objetos para defenderse, se
reúnen en el patio principal de aquella institución, el jefe Moreno, levanta el
brazo para captar la atención de los cincuenta sobrevivientes, para después
llevarse el dedo a los labios en señal de silencio, todos sin excepción estaban
completamente callados, la enfermera Rebecca cargaba al recién nacido quien
dormía profundamente.
El mutismo de los sobrevivientes se ve alterado por el sonido progresivo de
lamentos provenientes de las calles vecinales del cuartel de la policial.
- ¡Están por todos lados! - afirma Vaca, entrando al cuartel por la puerta
principal y dejando apagadas las luces de la ambulancia que sirvió de transporte a
todas las personas.
- ¡Cierren las puertas! – ordena el jefe Moreno a los que estaban cerca de la
entrada.
Moviendo las puertas de madera y atrancándolas con casilleros, estantes y
sillas, queda por finalmente bloqueada la entrada, pero al mismo tiempo la salida.
Los caminantes empiezan a llegar en decenas hasta la puerta de ese recinto,
atridos por el sonido del tiroteo anterior, los cuerpos agraciados atléticamente de
muchos policías caídos daban paso a la mutación fase 2 del virus,
transformándolos en creaturas más fuertes, que podían aporrear y derribar las
puertas de madera.
- ¡No tardaran mucho en entrar, tenemos que salir de aquí, por el área de la
cárcel! - dijo el policía Enrique, mientras caminaba hacia esa zona, seguido casi
de inmediato por la gente víctima de la zozobra, por encontrarse nuevamente
atrapada.

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Daniel y Danna al ver el peligro en el que estaban sabiendo que el cuartel
estaba siendo sitiado por esa plaga, alcanzan a Enrique y le platican sobre una
idea que acaban de tener.
- ¡Están por todas las calles, no podemos salir por allí!, pero nosotros venimos
por los túneles que recorren muchos lugares de la ciudad y podemos guiarlos, no
conocemos todos, pero tres caminos tienen salida lejos de estas hordas; el
primero, va a dar a la iglesia de San José; el segundo es largo y llega a un
mausoleo en el cementerio Palo Verde y el tercero desemboca en la cueva de la
orquídea, pero ese no lo recomiendo, porque la entrada está muy accesible para
esas hordas, y no existen rutas de escape - menciona Daniel deteniendo por un
momento el caminar decisivo de Enrique.
- ¡Es una fortuna encontrarte a chicos como ellos, que tienen conocimiento de
estas salidas, tomemos sus sugerencias y salgamos de este lugar! - dijo la
enfermera Rebeca mientras arrullaba con sus brazos al bebé.
- ¡Muy bien! muéstranos el camino- acepto finalmente el oficial.
Siguieron bajando escaleras hasta abrir la puerta de hierro de la prisión, la
gente comenzó a pasar por los fríos pasillos con celdas en dirección a la oficina
principal, cuando el jefe Moreno comenzó a escuchar voces provenientes de las
ultimas celdas.
-ayuda, por favor- clamaban los presos, que al igual que el oficial Enrique ya
tenían muchas horas sin recibir agua y alimentos, Diego llego hasta las celdas y
encontró a ocho personas al borde de la muerte.
-busquen las llaves y déjenlos salir, traigan agua y comida- dijo el Jefe.
-pero son criminales, por algo están aquí- opinó el bombero Catillo.
-Solo recibirán una segunda oportunidad, nada más, no armas, no ayuda, si
quieren sobrevivir tendrán que ganarse la confianza de todos y solo la tendrán
trabajando para ayudar a las demás personas, ¿entendieron? si intentan algo se las
verán conmigo- afirmo el musculoso jefe de bomberos.
- ¡Si, por favor, podemos ser de mucha ayuda! - contesto otro reo.
Una vez fuera recibieron sus botellas de agua y una porción de sus frutas que
algunos sobrevivientes sustrajeron del mercado de San José anexo a la iglesia
homónima.

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Danna y Daniel, mostraron por donde habían entrado y todos comenzaron a
retirar los ladrillos cuarteados de la pared, haciendo más grande la entrada a estos
túneles, de las escobas y herramientas sacaron antorchas envolviendo retazos de
ropa y utilizando alcohol del botiquín hallado en la oficina principal del
comandante, empezaron por fin a adentrarse por los fríos conductos subterráneos
que recorren grandes distancias de la ciudad.
Una vez que las 58 personas sobrevivientes estaban ya en el túnel, Danna
explico que entre más se adentraran, tendrían que ser muy rápidos, pues
comienzan a tener problemas para respirar y por el tramo que van a recorrer, tal
vez se presenten algunos desmayos o alucinaciones, pero, tienen que seguir
caminando para salir rápido de ese lugar, el tiempo que tomara atravesarlo es
aproximadamente de 30 min.
Danna y Daniel empiezan a grabar desde su celular, la misión de llevar a todos
los sobrevivientes a través de los túneles hacia un lugar seguro, al ritmo del trote
comienzan a avanzar, mientras linternas alumbran hacia adelante y antorchas
atrás, para evitar que se intoxiquen las personas con el humo.
El túnel es interminable, da mucho miedo al llegar a alguna intersección ya
que los caminos que cruzan el túnel principal se encuentran totalmente en
penumbras, transcurridos unos 10 minutos de trote, el camino empieza a ser más
inclinado obligándolos a descender más, la temperatura se reduce varios grados y
el vaho de los individuos comienza a ser muy notable,
Los bomberos que protegen la retaguardia de la hilera, se pusieron alerta ya
que escucharon ruidos extraños, como el crotorar de las aves, provenientes de un
túnel alterno por el cual ya habían cruzado y lo comenzaban a dejar atrás, Castillo
decidió bajarle la intensidad del trote dejando que avanzaran mas sus
compañeros, con una mano sostenía una antorcha y con la otra un fusil, el ruido
de los pasos de su grupo se desvaneció, mientras aumentaba el sonidos de los
lamentos y jadeos infernales que solo una horda de muertos puede provocar.
De inmediato lanzo su antorcha hacia la obscuridad del túnel y apareció la
silueta del párroco de la iglesia de San José que guiaba a la horda, en cuanto
vieron a Castillo empezaron a avanzar más rápido tratando de ganarse ese trofeo
de jugosa carne fresca.
- ¡Contacto! - grito Castillo mientras empezó a soltar una ráfaga de balas
directo a los cuerpos de esos caminantes quienes caían e impedían el paso,
haciendo un cuello de botella, lo que permitió solo por unos segundos, el escape
desesperado del bombero.
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La gente empezó a gritar mientras fortalecía y aceleraba el trote, se había
generado la histeria, empujando a los que no avanzaban rápido y provocando
caída en algunos, los bomberos y médicos se distribuyeron a lo largo de la hilera
recogiendo a los caídos y ayudándolos a seguir.
- ¡ya puedo ver la salida, vamos rápido! - exclamo Danna mientras comenzó a
ver las marcas en la pared que señalaban el inicio de cada túnel.
Una puerta de madera era la única que se interponía entre ellos y la noche de
luna llena, llegando, observaron el candado bien cerrado y tal vez imposible de
abrir por la corrosión en la que se encontraba envuelto.
- ¡Disparen a la puerta! - dijo el jefe Moreno sabiendo que les darían alcance
esas bestias.
Los sobrevivientes comenzaros a disparar a la puerta de madera y lograron
rápidamente destruirla, saliendo apresuradamente, se escuchaban disparos desde
la parte final de la hilera tratando de contener la llegada de esos seres.
El jefe, de bomberos analizo velozmente la situación, la salida estaba cubierta
por cuatro columnas débiles que sostenían una plancha de concreto, apta para
tapar la entrada de ese pasadizo.
- ¡Oficial, López y Vaca, a las columnas! - grito el jefe Moreno, dándose a
entender que dispararan a las columnas.
- ¡Castillo sigue adentro! - dijo Vaca pues aún se escuchan las detonaciones
del arma de Castillo, cuando los últimos integrantes del grupo terminaban de
salir.
- ¡Derríbenlo! - dijo con tristeza el jefe sabiendo que si esperaban corrían el
riesgo todos de ser alcanzados por esa horda.
Comenzaron a disparar ante la mirada de todos hasta que la construcción
comenzó a ceder, algunos sobrevivientes lloraban por la inevitable perdida del
Bombero heroico, que se quedó para impedir el paso de esas creaturas.
De pronto y al momento que la plancha de concreto estaba por derrumbarse,
salió Castillo rápidamente lanzándose a un costado del obelisco, al mismo
instante en que la loza colapso, tapando definitivamente la entrada.
- ¡Castillo, estas bien! - pregunto la enfermera Rebecca acercándose con él
bebe en llanto.

100
- ¡Creo que sí, no me alcanzaron, no podía dejar que este chiquito estuviera en
peligro! - dijo Castillo acariciando al pequeño para que dejara de llorar mientras
los niños abrazaban por la cintura a este valiente bombero.
- ¡salgamos de este lugar! adelante hay una estación de radio, donde podemos
resguardarnos – propuso el oficial Enrique.
Sabiendo que caminantes que vagaban por las cercanías del cementerio,
acudirían al sitio del ruido ocasionado por las detonaciones de las armas de
fuego, apresuraron el paso saliendo por la parte trasera del camposanto.
Caminando, bajo la noche calurosa e iluminada por la gran luna jalde que los
acompañaba, llegaron a la imponente estructura abandonada por la radiodifusora
local homónima de la ciudad, este inmueble, mantenía libre de contagio, por las
grandes rejas perimetrales que dificultaban el acceso, ayudándose a pasar por un
extremo ya conocido por los exploradores urbanos, todos los sobrevivientes
entraron al gran salón principal, sabiendo que estarían a salvo por lo menos esa
noche, en la cual estuvieron a punto de morir.
A la mañana siguiente, el jefe Moreno acompañado de López y del oficial
Enrique, daban un recorrido por las instalaciones, asegurándose de estar libres de
infectados, llegando hasta el tercer y último piso, donde había mucho material
obsoleto y empolvado.
- ¡Jefe, creo poder reparar este sistema de radio, tiene más potencia, pero
necesito piezas de los radios portátiles que conseguimos del cuartel de la policía!
- aseguró López, quien era un experto en sistemas de comunicación.
- ¡Perfecto!, dejémoslo que trabaje, mientras observamos que pasa desde la
azotea de este lugar- manifestó Diego Moreno.
Llegando al roof garden del edificio, se dio cuenta que muchos infectados
empezaban a llenar las carreteras y las calles cerca de la zona de Animas.
- ¡estamos bien en este edificio, tenemos como protegernos, tenemos víveres
que fácilmente nos mantendríamos un mes aquí encerrados! - analizaba Moreno
recargándose en el barandal.
- ¡Sí!, además, ¿A dónde podemos ir? La policía ya no existe, no sabemos el
alcance de este contagio, debemos quedarnos y que se recuperen los pacientes de
sus males para volvernos más fuertes, en el caso de un ataque de esas bestias,
ustedes han estado protegiendo a estas personas y lograron traer una cantidad

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considerable de sobrevivientes, además de que, si no hubieran llegado a ese
cuartel, sin duda no estaríamos aquí– contesto Enrique.
La platica fue interrumpida por lejanos disparos, mientas los caminantes
empezaban a avanzar con dirección a la salida del parque Natura.
- ¿qué sucederá, habrá más sobrevivientes? – pregunto Enrique.
- ¡sin duda!, espero que tengan suerte, pero no podrán llegar a resguardarse a
en esta estación de radio ya que las calles están repletas de estos seres- manifestó
el jefe,
- ¡Jefe, hay alguien que está transmitiendo desde la torre animas! - interrumpió
López, quien llego cansado se subir por las estrechas escaleras que finalizaban en
el roof garden.
Los tres personajes llegaron a donde estaba el sistema de radio improvisado y
arreglado por el experto López. Solo se limitaron a escuchar, para no entorpecer
el mensaje y averiguar de que se trataba esa comunicación.
- ¡Repito, el helicóptero no esperara!, tienen hasta la 7:00 pm para llegar,
cambio - mencionaba un sujeto en la torre animas.
- ¡Espero llegar a tiempo!, transportamos a empresario importante, pagará lo
acordado, por nuestro lugar, CAMBIO - insistía un sujeto desconocido, al parecer
escolta de un empresario.
- ¡Solo hay lugar para 7 personas, con destino al convoy militar Templanza,
esperaremos lo más que se pueda, pero a las 7:00 encenderemos motores, el
camino hacia la torre está lleno de infectados, tengan cuidado!, no tardaran en dar
con nosotros, CAMBIO- respondió el piloto del helicóptero al parecer.
El jefe quedo en silencio, pensando ¿Cuál sería la mejor estrategia? para que
pudiera sacar a la mayor cantidad de sobrevivientes de ese infierno.
-Tienes que irte, tú eres oficial de la policía y puedes, una vez estando en el
convoy, mandar a más elementos navales a rescatar a todas estas personas- le
expuso sus planes a Enrique, quien analizaba esa propuesta.
-si logro subir a ese helicóptero, hare lo que sea por traerles ayuda, pero tiene
que ir el Dr. Bruno con nosotros, pues él tiene una posible cura para esta
pandemia y su laboratorio está en un piso de esa torre - seguro el oficial Enrique.
Mientras el oficial Enrique explicaba la información que tenía acerca del virus
y la cura por parte del Dr. Bruno Borges, López se encontraba transmitiendo un
102
mensaje, para sobrevivientes que estuvieran cerca y pudieran llegar a la nueva
fortaleza, logrando que por la radio se empezara a recibir un llamado de auxilio.
- ¡me escuchan, hola, donde están, por favor ayúdennos, estamos en una casa
de vigilancia del parque Natura, cerca del acceso norte! - dijo el extraño sujeto.

CAPITULO 10
LA TORRE

Los infectados que estaban cerca de la plaza comercial Animas, fueron


atraídos por el ruido de las ráfagas producidas por los fusiles automáticos,
también los cuerpos que yacían tirados por las calles aledañas a la torre, donde
se encontraba el helicóptero, cobraron vida y comenzaron a Caminar en
dirección a la camioneta, que se encontraba volteada por el costado del piloto,
adentro 4 personas, en estado inconsciente, verían su final, si no lograban
despertarse y salir de ese vehículo ahora convertido en una cruel trampa
mortal.

103
El copiloto reacciono y aun mareado por el tremendo choque sufrido, oprimió
el botón ubicado en la lleve, abriendo el maletero que contenía más munición,
para su arma y tratar así alejar a los malditos, con mucho trabajo, desabrocho su
cinturón de seguridad, sujeto su arma y decidió salir, pateando el parabrisas
fracturado, hasta que logro romperlo, acto seguido camino hasta la retaguardia
del auto, donde consiguió cargadores para su AR.15, abrió fuego contra los
infectados más cercanos a ellos para después, disparar al medallón trasero de la
camioneta y sacar por ese lugar a los pasajeros.
Los caminantes se acercaban por todos lados y sus compañeros seguían sin
recobrar el conocimiento, seria cuestión de minutos, antes de que no pudiera
apartar más a esos seres o que se le agotara la munición.
- ¡vamos, despierten, tenemos que huir! - gritaba el copiloto, obteniendo
respuesta solo de la persona que usaba un costoso traje, pues los demás
pasajeros usaban chalecos antibalas.
- ¿Qué paso? - dijo extrañado el sujeto, mientras se arrastró cerca el elemento
de seguridad que continuaba disparando a los infectados que se aproximaban a
ellos.
- ¡tome el arma señor y defiéndase! - le dijo el copiloto suspendiendo su labor y
entregándole una Beretta cargada.
- ¡son muchos, no lograremos escapar! - dijo aquel hombre trajeado quien
apunto y acciono su arma siete veces errando en todos sus intentos.
Un caminante, que no fue detectado por estos hombres, salió por un costado
del auto, dispuesto a morder al sujeto más próximo, cuando de proto fue
derribado por un disparo, justo en la nuca, propinado por el pistolero “flaco”
Tovar, quien acudía junto con su grupo en auxilio de los hombres accidentados.
- ¡Que no se acerquen! - dijo Mario “la cruz” Diaz- llegando a rescatar a los
que se encontraban aun dentro de la camioneta, mientras su grupo llegaba a
formar y perímetro de seguridad disparando sus armas y golpeando justo en la
cabeza de los caminantes.
Mientras el copiloto saco a su compañero por el cristal roto del asiento
trasero, Diaz fue a la parte delantera del vehículo y soltó el cinturón de
seguridad del ensangrentado piloto, sin embargo, al colocar sus dedos sobre el

104
cuello, no logro localizar el pulso del hombre por lo cual decidió retirarse ya que
había perdido mucha sangre sufriendo una hipoxia.
-no hay nada que hacer, por este hombre, vámonos al estacionamiento de la
torre, tal vez podamos cerrar las rejas de acceso- menciono Mario, no sin antes
surtirse de más munición cargando con los magazines que había en un maletín.
Entre Ángel y Pablo, ayudaron al sujeto inconsciente y avanzaron con
dirección al estacionamiento, mientras los demás los escoltaban y disparaban
contra los infectados amenazantes que bloqueaban su andar.
Una vez llegaron a su destino, Paula y Violeta sujetaron las rejas ubicadas en
los extremos d la entrada al estacionamiento y comenzaron a jalar con fuerza
logrando cerrar el aparcamiento del inmueble.

No hay ningún candado a la vista- expuso muy preocupada violeta pues los
caminantes se acercaban peligrosamente a la reja.
- ¡usa mi cinturón! - contesto Pablo, mientras ágilmente se despojó de su
correa, lanzándosela a la chica, quien aseguro momentáneamente el flujo del
andar de los infectados.

105
Una vez adentro, se dieron cuenta que los cristales que aseguraban el lugar ya
no existían, algo había ocurrido en ese lugar, colocaron al centro el maletín con
los cartuchos y empezaron a repartir los que servían para recargar los fusiles y
pistolas, mientras el trajeado y el copiloto trataban de despertar a su
compañero.
- ¿Que paso aquí? - pregunto Paula mientras todos se repartían, los
cargadores que les daba Pablo para que prepararan sus armas.
- Parece que aquí hubo un incendio, pues las paredes están cubiertas de
cenizas en la parte superior- dijo Adriano, muy seguro de lo que decía.
- ¡Muy bien chico listo!, pero eso no se explica ¿cómo los cristales están
regados fuera de la torre? ya que esos vidrios están blindados y su grosor son
de aproximadamente 24 mm- expuso Diaz al pequeño.
- ¡Fue una explosión!, tal vez de la línea de gas o de un artefacto explosivo-
sostuvo Adriano
- ¡Tienes mucha razón!, todo el edificio se quemó, ¡eres buen investigador! -
le dijo Mario al pequeño mientras lo despeino colocando su mano sobre su
cabeza.
- ¡Si, es muy listo y le gusta mucho investigar sobre varios temas! - le dije muy
orgulloso a Diaz.
-Si te vuelves mi alumno, tal vez algún día puedas llegar a dirigir mi
organización, cuando me retire, si es que queda alguna célula viva- expuso el
líder criminal, caminando a donde se encontraban los extraños que ya habían
reanimado al sujeto que habíamos salvado.
- ¡Gracias por la ayuda!, mi nombre es Marco Miller, dueño de Caribean
Miller, los cruceros más grandes del caribe y ellos son mí grupo de seguridad,
Alex y Mauro- informo el señor Marco.
- ¡Vaya seguridad, casi mueren a lo pendejo! ¿Ustedes vienen también al
helicóptero? Pregunto Pablo ante el evidente enojo de los guardaespaldas.
-Ellos, son Ángel y su hijo Adriano, Paula, Violeta, Pablo y yo soy Mario Diaz
líder del cartel de la cruz- menciono Mario.

106
Los tres tipos se sorprendieron mucho, al saber que Mario era el criminal más
buscado de todo el estado, pero alcanzaron a disimular su preocupación y
sugirieron verificar, si los tres elevadores internos y el panorámico aun servían,
pues eran importantes para subir lo más rápido posible los veintidós pisos con
los que cuenta esta imponente estructura, más los dos estacionamientos
subterráneos y la sala gigantesca sala de recepción.
- ¡Quédate aquí!, tu misión es quedarte cuidando las municiones, mientras
nosotros revisamos los elevadores, si llegan a entrar los infectados, dirígete a las
escaleras de servicio – Le mencione a mi hijo, señalando el lugar donde se
encontraban dichas escaleras.
En mi reloj se distinguían las 6:10 pm, debíamos encontrar algún ascensor
funcionando pues subir 22 pisos no sería tarea fácil, mientras Violeta y Mario
revisaban el elevador principal, Paula y Yo, examinaríamos el panorámico.

El señor Marco y sus escoltas, fueron hasta donde se encontraban las


escaleras de servicio, tratando de abrir, pero estaban cerradas por dentro,
alguien había puesto alguna tranca para impedir el paso de los infectados.
- ¡Hay que buscar alguna herramienta para utilizar de palanca y abrir este
paso de servicio! - menciono el guardaespaldas Alex.
Llegamos hasta el elevador, el cual se encontraba encendido, sin embargo,
por alguna causa se había bloqueado, y los frenos automáticos lo detuvieron en
algún piso de esa gran torre.

107
- ¡No está aquí!, aun marca que se quedó en el piso 12, crees que ya no
funcione- me dijo Paula, mientras oprimía varias veces el botón de PB y
posteriormente la flecha que indica el descenso sin obtener respuesta alguna.
-su maquinaria se bloqueó y quedo suspendido momentáneamente, tenemos
que ocasionar alguna descarga en el sistema para que vuelva a reiniciar el
servicio y desactive los frenos, espero sea esa la solución, aprendí viendo a un
amigo, Gerardo Murrieta, el era un buen técnico electricista y algunas veces
recibí consejos de él- le platique a Paula mientras trataba de destapar el centro
de mando con la navaja de Adriano.
- ¡Sabes muchas cosas, por eso me gustas! - dijo Paula dándome una nalgada
que me hizo saltar, y sacando de mí una sonrisa.
Ella y yo nos habíamos entendido de inmediato, sin duda había muchas cosas
que me gustaba de ella aparte de sus rasgos físicos, era más joven que yo, pero
muy inteligente, era muy femenina pero valiente a la vez y sobre todo se
preocupaba por Adriano y él agradecía eso, si no fuera por este apocalipsis
nunca la hubiera conocido.
- ¡Ya está, logre abrir el tablero!, si cruzo estos cables, ocasionaré una
descarga de energía como la que queremos- dije en voz alta, mientras Paula
daba dos pasos hacia atrás, buscando protegerse.
- ¡No te vayas a morir electrocutado, por favor! - me dijo en voz baja,
cerrando los ojos para no ver que sucedería.
Dando un chispazo que también me asustó, retrocedí de inmediato,
escuchándose como se liberaron los frenos, dando paso a la iluminación del
tablero, marcando que el ascensor venia descendiendo.
Los dos festejábamos y nos abrazamos cuando la luz de PB se iluminó,
abriéndose la puerta automática y dejado salir a un infectado que se lanzó hacia
nosotros.
Lo sujete de los hombros, pero su necesidad de alimentarse era muy grande,
por lo cual imponía más fuerza en lograr su objetivo, para descargar dicha
fuerza, camine hacia atrás, hasta que me recargue en un muro, observando
como Paula levantaba la navaja de Adriano y sagazmente regresaba para
clavársela en la cien a este infectado, dejándolo sin vida, acto seguido, me
abrazo y sin decir nada me planto un beso muy largo, apasionado y exquisito.
108
- ¡Sabes, hay algo que me estaba preguntando y lo acabo de resolver! - dijo
Paula, alejando sus labios de mí.
- ¿Qué, te me vas a declarar o qué? - le pregunte viéndola directamente a los
ojos.
- ¡Ja, ja, ja, no, eso lo tienes que hacer tú! me refería a que estuve pensando,
si este edificio estaba lleno de personas trabajando en diferentes áreas,
entonces, ¿qué había pasado con ellas? pues claro, aún siguen aquí, si estalló
una bomba y no hay cuerpos quemados, tal vez, se encerraron en los demás
pisos, ¿no crees? – expuso mi chica con mucha lógica.
Me quede por un momento pensando en toda esa gente trabajando en el
edificio, arquitectos, abogados, científicos, empresarios, oficinistas, personal de
mantenimiento, de limpieza y de seguridad, si se quedaron resguardados en sus
oficinas, puede ser que sigan vivos, pero sería muy peligroso porque si alguno
resultara infectado, se propagaría de inmediato, justo en este momento, se me
vino a la mente, lo que pudo haber pasado, dentro de esa torre, pudo haber
estado siendo atacada, por eso cerraron las escaleras de servicio.
- ¡Oh, Dios! Tengo que impedir que habrán las escaleras de servicio! – le
mencione a Paula, que tenía una mirada de terror, al saber lo que podría pasar.
Sali corriendo hasta el otro extremo de la torre Animas, esperando llegar a
tiempo e impedir esa peligrosa acción, llegue hasta donde estaba Mario y
Violeta, quienes solo vieron la cara de preocupación que reflejaba, llegue por fin
hasta donde el guardaespaldas, estaba jalando con fuerza un tubo de metal que
ocupaban como palanca, para forzar la apertura de esa ruta de evacuación.
- ¡Ayúdalo también, no te le quedes viendo! - decía el señor Marco a su
guardaespaldas Mauro.
- ¡No, no habrá esa puerta! Les grite de lejos mientras corría hacia ellos.
- ¡mira, encontramos la forma de abrir estas puertas! - exclamo el empresario,
avanzando hacia mí, mientras los dos guardaespaldas dieron el ultimo tirón a
esas puertas que no aguantaron más y terminaron cediendo.
Mares de infectados salieron de sorpresa, atrapando a Mauro y
desprendiéndole al instante las extremidades superiores a mordiscos y jalones,
no se podía evitar el paso de esa jauría de seres hambrientos y feroces,

109
empezaron a disparar contra ellos, pero salo para escapar pues no habría
munición para acabar con todos los trabajadores infectados de la torre,
corrimos para reunirnos en la recepción cerca de la entrada el estacionamiento
donde estaría Adriano esperándonos.
- ¡por aquí, al elevador! – nos gritó Paula interrumpiendo nuestra carrera,
Mario y violeta cambiaron de dirección y llegaron a donde estaba mi chica.
-¡iré por Adriano! – le mencione, dando la vuela y prosiguiendo con mi
movimiento para llegar donde lo había dejado vigilando.
Llegue al punto de reunión, pero mi hijo no estaba, ¿a donde se fue, lo
atacarían los infectados? y escapo, pero no había ninguno rastro, baje
rápidamente las escaleras hasta el primer estacionamiento donde observe el
lugar rápidamente, pero sin divisarlo, después baje por la rampa de
automóviles, llegar a las rejas de entrada al complejo, que aun eran atacada por
caminantes, el cinturón lucia fuerte y sin problemas, ¿Dónde estaba mi hijo?
regrese al estacionamiento superior y me apresure a llegar las escaleras, me
detuve en seco, ya los caminantes estaban ingresando al estacionamiento.
No sabía que hacer, ¿cómo escaparía de esa situación y que seria de mi hijo?
de pronto empecé a escuchar un claxon de un automóvil cerca de donde estaba,
era un Mustang clásico, de color ocre, con mi hijo abordo haciendo señal para
que me alejara de los infectados, me aproxime al auto, Adriano abrió la puerta y
me dejo entrar.
- ¿Por qué desobedeciste? Le pregunte a mi hijo, dándole un fuerte abrazo
por la felicidad de saber que estaba a salvo.
-Perdón papá, encontré unas llaves tiradas, supe que eran de un Mustang y bajé
para saber si encontraba el auto, en este podíamos escapar con estilo - dijo
Adriano con la cabeza agachada y apretando el bate de beisbol, sabiendo que
había hecho mal.
-Hijo, debes de pensar muy bien las cosas, ahora, en esta realidad, si decides
mal, acabaras siendo como ellos- de explique viendo como la horda de muertos
empezaba a chocar con el poderoso auto tratando de entrar de alguna manera.
-Si papá lo recordare, ahora sácanos de aquí- propuso Adriano dándome las
llaves.

110
-de verdad son muy bonitas- le dije, ya que siempre platicábamos, sobre que
auto no compraríamos cuando recibiera un crédito y nuestro sueño era manejar
un Mustang ocre 1965 convertible, no podía culpar a mi hijo por seguir soñando
como le enseñé, además, era lo que nos mantenía cuerdos en este nuevo
mundo perturbado y lúgubre.
Metí las llaves en el llavín del auto, las hice girar, pero no encendió, el auto
estaba descompuesto o algo le pasaba pero no serviría para sacarnos de esa
situación, volví a ver mi reloj y marcaba 6:35, perece que nuestro transporte se
iría sin nosotros.
Los infectados cada vez empujaban más el hermoso auto, quien estaba siendo
rayado por las uñas y dientes de esos terribles seres, que bueno que en ese
momento no había ningún infectado fase 2 o 3 ya que esos podían ponernos en
serios aprietos.
Entre tantos rostros infernales de aquellos seres, distingo a lo lejos en las
escaleras observándonos con lágrimas en los ojos a Paula, acompañada de Pablo
quien se le podía divisar cargando su AR15.
--¡Agáchate, hijo, tal vez salgamos de aquí! - le explico, mientras protejo su
cabeza, justo cuando comenzamos a escuchar los disparos de “Flaco” en contra
de la horda, logrando que muchos infectados caigan producto de los impactos
de bala en los cráneos, sin embargo, el cargador no era eterno, agotándose
rápidamente y solo enfureciendo a muchos caminantes que centraron su
atención en sus nuevas víctimas.
Inmediatamente después de vaciar su fusil saco de su funda, su revolver y
comenzó a acercarse al auto, despachando y liberando posibles armas
atrapadas, pero no era suficiente tendríamos que salir por nuestra cuenta, pero
los seres estaban tan juntos y empujando al mismo tiempo el auto que las
puestas no podían abrirse.
Hoy no veré a mi hijo caer, en manos de estos monstruos, oprimí el botón del
toldo retráctil del convertible, descubriendo la salida superior del vehículo.
-papá, ¿cómo saldremos de aquí? - me dijo mi hijo llorando y sujetándose a
mi cintura.

111
-te agacharás y buscaras llegar a donde esta Pablo, yo te cubriré, utiliza el
bate para empujar a quien te pretenda morder, confía en mi- le explique
sujetándolo de los hombros y mirándolo a los ojos.
Sin ninguna cuenta o advertencia, nos lanzamos los dos, encima de esos
infectados, una vez abajo, protegí a mi hijo, golpeando a todos los que querían
sujetarlo, al fin Paula alcanzo los brazos de Adriano y lo jalo con ayuda de Pablo
quien disparaba a todos los que buscaban lapidarnos en ese lugar.
Salimos corriendo de ese lugar hasta llegar al elevador, Paula oprimió el botón
varias veces hasta que se abrieron las puertas, se notaba muy nerviosa,
asustada, aterrada; una vez dentro del ascensor, ya a salvo, observe que se le
escurrían las lágrimas, mientras apretaba mi mano muy fuerte, súbitamente
sentí un dolor muy fuerte en mi brazo izquierdo y en el trapecio cerca del cuello,
al girar mi cabeza observe que estaba empapado de sangre, mi camisa clara se
había teñido de rojo, en ese momento, comprendí el llanto de la chica, a la que
nunca podré volver a besar.

No dije nada, mientras los números del ascensor se iluminaban


progresivamente, 4, 5, 6, comencé a ver mi vida pasar frente a mí, mi juventud,
mi deporte preferido, mi matrimonio, el nacimiento de mi hijo, mis amistades,
la muerte de mi esposa.
Se abrió el ascensor y caí de rodillas, alcance a mirar el reloj 6:55, mientras
Paula y Pablo me tomaban de los brazos y trataban de ponerme en pie, Adrian o
estaba llorando frente a mí, no que pasaba si estaba débil por la pérdida de

112
sangre o que ya me estaba convirtiendo en una de esas cosas, el dolor era
inmenso sentía que la sangre que cubría mi brazo me quemaba.
- ¡No te rindas, estamos muy cerca! solo falta subir las escaleras, hazlo por tu
hijo, hazlo por mi- me decía- Paula.
- ¡Vamos compañero, no te rindas! - me alentaba Pablo
Saque las ultimas fuerzas que me quedaban, para ponerme de pie, aunque
sabía que no los podría acompañar, pues pondría en peligro a todos los amigos
que había hecho en durante mi camino en esta aventura de muerte.
Podía escuchar el ruido de las hélices del helicóptero, que esperaba solo un
instante más, a que llegaran mis seres queridos, pero también distinguí algo
más, las pisadas de algo grande que se acercaba por las escaleras de servicio,
una respiración muy fuerte como si de un toro se tratase, no solamente yo lo
escuché, todos se quedaron mirando las escaleras, cuando esa bestia se hizo
presente.
- ¡Papá, es Blue Demon! - dijo mi hijos con voz entrecortada por el miedo, ya
que nuestro luchador favorito estaba parado frente a nosotros, sin embargo no
se parecía en nada al que vimos en aquella pelea, sino que solo conservaba
retazos de su máscara manchada con sangre, y trazos de carne desprendida de
su rostro, parecía que el virus había transformado al poderoso atleta en un
camínate fase 2, mucho más fuerte y rápido que los infectados normales, en la
mano derecha sostenía el cuerpo de un desafortunado trabajador de seguridad
a quien soltó y empezó a caminar hacia nosotros.
-hijo dame el bate y ve con ellos, rápido, te quiero y no puedo dejar que
pierdas ese helicóptero, Paula, amor llévatelo de aquí- les implore, mientras
tomaba el bate que sostiene Adriano, y Paula l alejaba por última vez de mi.
Con lágrimas en los ojos, vi como las personas que más quería se alejaban de
mí, subiendo los últimos escalones hacia la puerta que se encontraba abierta.
Me preparé apretando el bate con las dos manos y colocándome en posición
de bateo, para colocar esa cabeza lo más lejos del estadio, respire profundo,
mientras ese infectado caminaba acercándose a dos metros de distancia, calcule
bien y al encontrarse en una posición cercana y apta, solté mi swing, como
nunca lo pude hacer, fuerte y exacto a su cabeza sintiendo, a través de mi bate y
escuchando el tronido de su cráneo.
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Su cuerpo en el trayecto de la caída, choco conmigo empujándome y
haciéndome perder el equilibrio, mi cabeza se estrelló en el piso y empecé a
perder el conocimiento, alcance a escuchar como el helicóptero se preparaba
para el despeje, con mis amigos dentro, que felicidad, aunque no pueda ver a mi
hijo crecer, que tristeza, pero ya mis fuerzas se han ido, mi visión se nubla, al
girar mi cabeza, veo sombras que se acercan hacia mí, terminare siendo comido
por esos seres.
Todo está obscuro, creo que he muerto, no puedo ver nada, trato de abrir los
ojos, pero no puedo, ya no escucho el sonido del helicóptero, así será la muerte,
creo escucho algo, voces que se hacen cada vez más fuertes.
- ¡Levántate, amigo, aun no has muerto! me llamo Diego Moreno, ¡eres el hijo
de puta con más suerte, que conozco! tenemos la cura, solo tenemos que llegar
al laboratorio para administrártela- me explicaba una persona llamada Diego,
con mucho trabajo abrí los ojos y había muchos sobrevivientes observándome.
- ¡Creí que era mi fin! - les dije, mientras los acompañaba a una puerta que
estaba abierta y dentro había mucho material científico.
Me acostaron en una plancha quirúrgica y me ponían suero por ambos
brazos, entro un hombre con bata y se me acerco preparando una inyección
muy extraña.
- ¿Quiénes son ustedes? - pregunté a Diego Moreno, que estaba parado
frente a mí.
-somos sobrevivientes y subimos a uno de nosotros en ese helicóptero para
mandarnos ayuda, si esta posible cura funciona, seremos nombrados los
conquistadores del mundo de los muertos- me dijo el hombre.
Qué bueno ya quiero rencontrarme con mi familia, creo que se llevarán una
gran sorpresa.

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ÍNDICE

CAPITULOS

1. EL REGALO……………………………………………………………………………
2. EL JUEGO DE BEISBOL…………………………………………………………..
3. LUCHA LIBRE………………………………………………………………………..
4. LA HORDA……………………………………………………………………………
5. EL POLICIA……………………………………………………………………………
6. EL BOMBERO………………………………………………………………………
7. NARCOS VS ZOMBIES……………………………………………………………
8. EL DESPERTAR…………………………………………………………………….
9. LA SALIDA……………………………………………………………………………
10.LA TORRE…………………………………………………………………………….

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