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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS Y FARMACIA


ESCUELA DE QUÍMICA FARMACÉUTICA
DEPARTAMENTO DE FARMACOGNOSIA Y FITOQUÍMICA

Examen Final
Especies vegetales y sus metabolitos secundarios como insecticidas y larvicidas

Orlit Angelica Coyoy Say 201315483


Aldo Ernesto García Avalos 201611398
María José Meléndez Rodas 201616842
Diana Lucía León Solis 201616864

Guatemala, 10 de noviembre de 2020


Índice

Introducción ................................................................................................................................ I
Especies vegetales y sus metabolitos secundarios como insecticidas y larvicidas ......................... 1
Generalidades ......................................................................................................................... 1
Plantas con actividad insecticida y larvicida ........................................................................... 3
1. Curcuma (Curcuma domestica). ................................................................................... 3
2. Neem (Azadirachta Índica) .......................................................................................... 3
3. Ajo (Allium sativum). ................................................................................................... 3
4. Ajenjo (Artemisia Absynthium). .................................................................................... 4
5. Hierbabuena (Mentha spicata)...................................................................................... 4
6. Albahaca (Ocinum Basilicum) ...................................................................................... 5
7. Barbasco (Lonchocarpus Nicou o Phylastus Lathyroides). ............................................. 5
8. Achiote (Bixa Orellana). ............................................................................................... 6
9. Eucaliptus globulus ...................................................................................................... 6
10. Quassia (Quassia amara): ......................................................................................... 6
11. Árbol Paraíso (Melia azedarach L.): ......................................................................... 7
Métodos para evaluar actividad insecticida ............................................................................. 8
Ensayo con Artemia salina Leach:........................................................................................ 8
Ensayo In vivo ..................................................................................................................... 9
Conclusiones ............................................................................................................................... II
Referencias Bibliográficas ......................................................................................................... III
Introducción

En la presente investigación se describen diferentes especies vegetales y sus metabolitos


secundarios los cuales poseen actividad como insecticidas y larvicidas, además diferentes
métodos para evaluar actividad insecticida. Con el fin de identificar e investigar especies
comunes que poseen actividad insecticida y larvicidas ya que actualmente los productos que
poseen estas actividades son químicos que no son muy recomendables, es importante de igual
forma identificar qué métodos son los ideales para evaluar la actividad insecticida.
Los insecticidas son muy importantes ya que sus funciones son muy variadas desde un control
de plagas en el campo o industria hasta el control de mosquitos en las casas, es importante
considerar que muchos de estos productos insecticidas y larvicidas son utilizados cerca niños
y de mascotas, es por eso que se busca una alternativa más saludable con el humano y con el
planeta, es por eso que se estudian diferentes plantas que dentro de sus mismos metabolitos
posean la actividad insecticida, es de gran importancia innovar en estos temas ya que puede ser
de gran utilidad en controlar problemas como dengue o zika que son enfermedades que se
transmiten por medio del piquete de un mosquito.

I
Especies vegetales y sus metabolitos secundarios como insecticidas y larvicidas

Generalidades
La mayoría de las plantas, que se infieren, tienen actividad insecticida y actividad larvicida. Según
estudios, un compuesto larvicida actúa por absorción a través de la cutícula o el tracto respiratorio o por
ingestión a través del tracto gastrointestinal. Una vez en el interior de la larva el tóxico alcanza el sitio
de acción causando un efecto sistémico por difusión en los diferentes tejidos, conllevando a la muerte
de la larva en minutos o en horas según la dosis que se utilice y la toxicidad del producto (Leiva, Et.al.
2017).

El principal conflicto en la introducción de resultados en cuanto a la actividad larvicida de plantas radica


en la dificultad en añadir formulaciones de aceites o sus extractos en los sitios de cría de mosquitos, sin
cambiar la textura, el sabor del agua o sin afectar a la fauna acompañante en el caso de criaderos
naturales (Leiva, Et.al. 2017).

Estudios alentadores se han realizado para evaluar una lectina obtenida de Moringa oleífera, la cual es
soluble en agua, atrayente a la oviposición y con acción ovicida, además de inhibir mecanismos
enzimáticos en cepas susceptibles de referencia y resistentes de laboratorio de Aedes aegypti (Leiva,
Et.al. 2017).

La actividad reguladora de crecimiento en insectos con productos naturales señala a metabolitos


secundarios que provocan inestabilidad hormonal, lo que impide el desarrollo normal del insecto. Dicho
desequilibrio genera mudas prematuras o tardías y la muerte de los individuos al ser imposible emerger
de las pupas. Los procesos de muda y metamorfosis se encuentran regulados por 2 hormonas efectoras:
la 20-hidroxiecdisona (ecdisona) y la hormona juvenil (HJ). Si la 20 hidroxiecdisona inicia y coordina
cada muda y regula cambios que ocurren durante la metamorfosis, la hormona juvenil previene los
cambios en expresión génica inducidos por la ecdisona, cambios que son necesarios para que tenga
lugar la metamorfosis, impidiendo de esta manera que la larva se desarrolle antes de tiempo y
permitiendo que ocurran las mudas necesarias para el crecimiento. Especies de plantas enmarcadas en
los géneros Pteridium, Polypodium, Osmunda constituyeron en el pasado fuentes de ecdisona y
ponasterona, mientras que Ajuga remota de cyasterona y ecdisterona y Azadirachta indica y Melia
azederach del limonoide Azadirachtin. Si bien es cierto que la actividad inhibidora del desarrollo está
directamente relacionada con la fase larval, presenta las mismas dificultades de implementación que la
acción larvicida; la transformación de las características organolépticas del agua en los sitios de cría y

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su influencia en la biodiversidad del ecosistema adyacente. Por lo que, de encontrar candidatos
promisorios para ambas actividades, debe ser complementada con estudios de toxicidad en mamíferos
y organismos acuáticos (Leiva, Et.al. 2017).

En las plantas que presentan actividad adulticida, los análogos de metabolitos secundarios interfieren
con una serie de enzimas vitales que actúan directamente en la síntesis y almacenamiento de
neurotransmisores, comprometiendo la activación y liberación de receptores y enzimas responsables de
las señales de transducción. Los insectos mueren debido al efecto neurotóxico que se produce donde
predominan los síntomas de hiperactividad e hiperexitabilidad destacándose un efecto rápido de
inmovilización y muerte. El potencial repelente de plantas es uno de los aspectos más evaluados en
diferentes países. Algunos estudios consideran estas dos actividades muy relacionadas, pero los
mecanismos que intervienen son diferentes. Estudios actuales demuestran que el DEET (dietil
toluamida), un conocido repelente sintético y ampliamente utilizado contra insectos se activa
selectivamente o inhibe receptores olfatorios (OR) en los mosquitos. Otras sustancias repelentes pueden
estimular ORs específicos o inhibir las respuestas de los OR para atrayentes en Ae. aegypti. Por lo tanto,
los mensajes recibidos por las células neurosecretoras se mezclan lo que resulta en la desorientación del
insecto. La citronela es utilizada como repelente botánico e interactúa con dos vías moleculares distintas
que median la repelencia. La citronela interactúa con el co- receptor olfativo Orco y con los canales
TRPA1 en An. gambiae y D. melanogaster. Mientras que la mayoría de los repelentes de mosquitos se
estudian en un contexto de receptores olfatorios, algunos trabajos plantean que los repelentes pueden
ser detectados por medio de los receptores gustativos ubicados en el labellum lo que conlleva a la
disuasión de alimentación (Leiva, Et.al. 2017).

Dentro de los componentes de algunos repelentes naturales se encuentra el 3.8-diolparamentano (PMD),


se obtiene de la destilación de Corymbia citriodora (Myrtaceae). El PMD puede ser fabricado
sintéticamente a partir de materiales derivados de fuentes naturales. Tiene un efecto muy similar al
DEET y es recomendado por el CDC (Centros para el Control de Enfermedades) debido a su demostrada
eficacia en la prevención de malaria proporcionando protección por varias horas (Leiva, Et.al. 2017).

La importancia de comprender el modo de acción de los repelentes de insectos y cómo estos productos
químicos o naturales interactúan con las señales sensoriales de los insectos, permitirá diseñar
formulaciones con los candidatos más promisorios en este campo. Aunque se han estudiado unas pocas
plantas, esta es una de las variantes más aplicables en el uso de plantas. No obstante, para proponer una
planta como repelente de uso tópico, deben realizarse estudios de inocuidad, irritabilidad dérmica y
oftálmica, toxicidad aguda. Una planta que tenga actividad repelente y no sea confiable su uso tópico
en humanos, pudiese ser utilizada su formulación, en la fabricación de espirales o vaporizadores (Leiva,
Et.al. 2017)

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Plantas con actividad insecticida y larvicida

1. Curcuma (Curcuma domestica): es originaria de India y el


sudoeste del Asia. Sus rizomas, aparte de utilizarse como
condimento, se usan para la protección de cultivos. Es
insecticida y repelente contra plagas como gorgojos, orugas
y gusanos, razón por la cual tiene gran valor en las labores
de almacenamiento. El insecticida se obtiene al pulverizar
los rizomas, los cuales cuentan con compuestos como la
curcumina (diferuloylmethane), demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina, que
tienen actividad insecticida (Prasad, et al., 2010).

2. Neem (Azadirachta Índica). es originario de India y


Pakistán, y actualmente se encuentra en algunas
regiones de Centroamérica, la costa occidental de
África y el Sub Sahel, el sudeste asiático y el
archipiélago Fiji, entre otros lugares. Es insecticida,
actúa principalmente contra afidios, nematodos,
gusanos de la mazorca y comedores de follaje, arañas,
barrenadores, trozadores, la mosca mediterránea y la
mariposa de la col. Debido a que su principio activo es descompuesto rápidamente por
los rayos ultravioletas, se recomienda efectuar su aplicación durante la noche.
Finalmente, es bueno anotar que el neem tiene poco o ningún efecto sobre insectos
benéficos para los cultivos. (Stevens, et al, 2001.)

3. Ajo (Allium sativum): es una especie de la familia


de las amarilidáceas, Es una especie estéril de
amplia variabilidad morfológica y fisiológica es
altamente probable que sea originaria de Asia
occidental y actualmente es una planta que se cultiva
a nivel mundial. El ajo tiene diferentes propiedades
farmacológicas, pero los metabolitos principales que
actúan como insecticidas y larvacida se encuentran
la alicina y el ajoeno (ajocisteína), las cuales se
obtienen al machacar el diente que posee el ajo, su
actividad de potencia en presencia de etanol o
acetona (Ramos, Santacruz, 2012).

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4. Ajenjo (Artemisia Absynthium): llamada
comúnmente ajenjo, asensio, ajorizo, artemisia amarga
o hierba santa. Es una planta aromática y medicinal
cuyos aceites son ricos en tuyonas y Cineol,
metabolitos que le brindan propiedades acaricidas,
insecticidas y fungicidas. Entre los principales
componentes de sus aceites esenciales están α y β-
tuyonas, mirceno, sabinil acetato (trans), β-pinano, 1,8-cineol, camfor, cis-
epoxiocimeno, crisantenil acetato (Navarro, Burrillo y Gonzáles, 2017).
El té de hojas de esta planta controla babosas, grillos, cochinillas e insectos en general
en los cultivos y pulgas en los animales (SINTAP, 2008).
Se deben hervir 500gr de ajenjo seco en 5 litros de agua durante 20 minutos en un
recipiente tapado. Dejar reposar durante un día y filtrar. Agregar 45 litros de agua y una
cucharada de jabón de coco (no detergente) y 20 gr. de sal (SINTAP, 2008).

5. Hierbabuena (Mentha spicata): su principio activo es


mentol, cinol, linalol, piperitona, acetato de linalilo, y
pulegona (Terralia, 2019). Es una planta excelente para el
control de insectos chupadores como piojos, pulgones,
miones, áfidos, etc. en árboles frutales (Terralia, 2019).
Excelente insecticida para repeler palomilla en tomate
(SINTAP, 2008).
500 gramos de hojas secas y pulverizadas se ponen en infusión en 10 litros de agua,
dejar reposar durante 24 horas, luego se filtran y adicionan 90 litros de agua y una
cucharada de jabón de coco no detergente. Esta infusión controla el gorgojo del arroz y
de harina, áfidos, pulgones, piojos y ácaros.
Puede ser nocivo en caso de ingestión. Puede ser nocivo por el contacto con la piel
(SINTAP, 2008).

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6. Albahaca (Ocinum Basilicum): es una hierba aromática que se
produce en todo el mundo. Es fuente de compuestos aromáticos y
aceites biológicos que poseen propiedades insecticidas,
nematicidas, fungicidas y antimicrobianas. su principio activo es
linalol, estregol, leneol. Repelente, insecticida, acaricida, controla
polillas, áfidos, arañas rojas y moscas (SINTAP, 2008).
Los compuestos más activos contra plagas como Sitiphilus oryzae,
Rhizopertha dominica y Cryptolestes pusillus son el linalol, S-
carvanona y geraniol. Mientras que otros monoterpenos como el
limoneno, terpenteno son más activos para C. pusillus.
El aceite esencial se puede obtener por el método de destilación,
este método más comúnmente utilizado para la producción de la
mayoría de los aceites esenciales. El método de destilación convierte el líquido volátil
(aceites esenciales) en vapor, luego condensa el vapor en un líquido. Es el método más
popular y rentable que se utiliza hoy en día en la producción de aceites esenciales
(Hernandéz, 2010).

7. Barbasco (Lonchocarpus Nicou o Phylastus Lathyroides):


contiene sustancias Rotenoides de alto poder insecticida y rápida
degradación, controla parásitos externos. Es un potente insecticida
en diferentes cultivos y son icxtiolotoxicos (desalojan el oxígeno) y
es de baja toxicidad para los mamíferos (SINTAP, 2008).
La parte de la planta que más se utiliza son las hojas y tallos, estos
se maceran y se extraen 20 a 40 cm3 de látex, según se desee
controlar larvas pequeñas o grandes, y se diluyen en 10 litros de
agua para su aplicación (Torres, Et. al. 2013).
El extracto obtenido del follaje de barbasco en las condiciones
óptimas, con una dosis de 25g/L, tiene una mortalidad superior al
50% de larvas de Anopheles benarroche, lepidópteros y otros
insectos tratadas en la primera hora y un 71,42% en la segunda hora (SINTAP, 2008).

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8. Achiote (Bixa Orellana): la pulpa del fruto aplicado sobre la piel actúa como repelente
de insectos, principalmente de zancudos (SINTAP, 2008).
El achiote contiene xantofila y carotenoide oxigenado. Se trata de
una mezcla de los colorantes bixina y norbixina, si bien este
último es resultado de la saponificación de la bixina. Según el tipo
de extracción predomina una de las sustancias sobre la otra. Si se
utiliza hidróxido de sodio para su extracción, también se produce
sal sódica de la norbixina. El achiote se considera seguro para la
salud con el inconveniente de que deja una leve coloración en la zona de la piel aplicada
(Gupta, 1995).
Las semillas son duras, el tegumento contiene varios apocarotenoides hidrosolubles o
liposolubles y para liberarlos se deben tratar con agua o con aceite o grasa comestible
calientes, respectivamente. La extracción se facilita si las semillas se muelen varias
veces (Gupta, 1995).

9. Eucaliptus globulus: E. globulus posee actividad


repelente debido a la presencia de 1,8 cineol, que podría
actuar tanto solo como sinérgicamente con los demás
compuestos del aceite esencial.
Además señalan que a pesar de que el modo de acción del
aceite esencial aún no se ha identificado completamente,
la repelencia de los insectos puede deberse a la asfixia e
inhibición de diferentes procesos de su metabolismo.
E. globulus afectó la emergencia de insectos adultos,
obteniéndose resultados, donde la F1 fue de 50,6% (49,4% de inhibición) y 47,7%
(52,3% de inhibición), en las dosis de 4 y 8%, respectivamente. A pesar de que no se
encontraron diferencias estadísticas entre los tratamientos, ni interacción especie-
concentración, al analizar las de especies de Eucalyptus por separado (González, et, Al.,
2016).

10. Quassia (Quassia amara):


En cuanto a las propiedades insecticidas de los extractos
metanólicos obtenidos, tanto en madera, corteza como hojas
de Quassia amara, señalan que la mayor concentración de

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quassia en la corteza y la madera podría explicar que fuera éste el compuesto más activo
en la defensa frente a los insectos y básicamente su única funcionalidad, ya que la
quasina resulta prácticamente inactiva como antitumoral, antimalárica o herbicida

En Quassia amara se han aislado e identificado un número importante de quasinoides


en su madera y corteza, algunos de ellos glicosilados: quasina, 1-αO-metilquasina, 1-
dihidro-α-hidroxiquasina, 18- hidroxiquasina, 14,15-dehidroquasina, 11-dihidro-12-
norneoquasina, neoquasina, 16-α-O-metilneoquasina, quasialactol, nigakilactona A,
11-α-O-(β-Dglucopiranosil)-16-α-O-metilneoquasina, paraína, 1- hidroxi-12-α-
hidroxiparaína, 12-α-hidroxi-13,18- dehidroparaína, 12-dihidro-α-hidroxiparaína, 11-
αacetilparaína e isoparaína (López & Pérez, 2008).

11. Árbol Paraíso (Melia azedarach L.):


Con este se puede producir un insecticida
botánico. La potencialidad de esta especie
como productora de principios activos con
efecto insecticida, acariciad y nematicida
ha sido demostrada a nivel internacional
por diferentes autores.
En relación con la actividad insecticida de
M. azedarach, ésta se encuentra en hojas, tallos, frutos y semillas, y se debe a un grupo
de triterpenoides, biológicamente activos que poseen efecto antialimentario. El
mecanismo de acción de la mayoría de las substancias provenientes de M. azedarach
consistiría en inhibir la acción de las oxidasas en el intestino medio, por lo que el insecto
inmaduro muere o se convierte en pupa o adulto anormal por deficiencia de nutrientes
o interferencia en los procesos fisiológicos. Esto se traduce en inhibición de la
alimentación, disminución del crecimiento y desarrollo, descenso de la tasa metabólica
relativa, emergencia de adultos deformes, inhibición de la oviposición o mortalidad
(EcuRed, 2015).

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Métodos para evaluar actividad insecticida
La amplia acción insecticida de plantas, en gran número de estudios, es respaldada, además de los
bioensayos, permiten determinar no solo cualitativamente y cuantitativamente la composición química
de aceites esenciales y extractos, sino también responsabilizarlos por la toxicidad encontrada (Leiva,
2017).

Ensayo con Artemia salina Leach:


Para el ensayo con Artemina salina Leach se sigue la metodología propuesta por Meyer et al. 1982 y
Gupta et al 1995.
● Materiales y equipo: Bomba aireadora, cubeta plástica (16 x 35 x 12 cm), frascos pequeños,
embudo, papel filtro, lupa de escritorio, lámpara para la lupa, balanza analítica, huevos de A.
salina, levadura seca, sal de mar comercial, bicarbonato, agua destilada y extracto vegetal (Soto
& García, 2000).
● Metodología: En la preparación de las concentraciones se procede de la siguiente forma: Se
procede a realizar el cálculo de concentración tomando como peso final 10 g. En cada vial se
aplica el peso correspondiente, la muestra se seca con ayuda de un secador eléctrico. Se adiciona
el agua de mar hasta completar 10 g, se agita y se adiciona 20 nauplios por vial. Se agita con
cuidado empleando agitadores diferentes para cada muestra (especie) (Soto & García, 2000).
El agua de mar artificial se prepara en agua destilada con sal de mar comercial, 3.8 g de sal por
100 mL. La sal se disuelve con una bomba de aire y luego se filtra. Se le adiciona a la salmuera
1 g de bicarbonato para aumentar pH.
En un recipiente plástico se coloca 50 mg de huevos de A. salina Leach en 1 litro de agua de
mar. Se acondiciona el recipiente en una pared divisoria con pequeñas perforaciones de 2 mm
de diámetro. Se coloca una bomba de aire con burbujeo lento y una bombilla encendida para
aumentar la temperatura (Soto & García, 2000).
Al pasar 48 horas (tiempo en el cual inicia la incubación), se oscurece el lado más grande del
recipiente envolviéndolo en una bolsa plástica de color negro. Los nauplios se colectan con una
pipeta, facilitando su conteo a contraluz. El número de nauplios empleados para cada repetición
es de 20 por ser el número adecuado para un análisis Probit (Soto & García, 2000).
En cada botella se adicionan 10 mL de agua de mar, la concentración y una gota de suspensión
de levadura (3 mg de levadura seca en 5 mL de agua de mar artificial). Las botellas se colocan
en un lugar iluminado, cubierto con una malla de tul para disminuir el polvo y los insectos
atraídos por la luz. El conteo de mortalidad se realiza a las 24 horas (Soto & García, 2000).
Se incluye un testigo, el cual solo contiene agua de mar y un blanco que contiene etanol. Los
resultados se evalúan con el programa Probit para determinar la LC50. LC50 menores a 1000
ppm se consideran promisorias en la evaluación de actividad biológica y a partir de ellas se

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seleccionan las especies vegetales con las que se continuará el proceso de fraccionamiento y
los bioensayos con insectos (Soto & García, 2000).

Ensayo In vivo
Para la determinación de la actividad insecticida In vivo se realizan ensayos preliminares de laboratorio,
como por ejemplo el ensayo realizado con Artemisa salina Leach, para determinar una actividad
insecticida adecuada para este ensayo. La metodología utilizada para evaluar dicha actividad fue una
adaptación de la citada por Vargas (2005).
● Materiales y equipo: Extracto de muestra, probetas, agua destilada, aspersor, placas de Petri de
150 mm de diámetro, papel filtro (Sánchez, 2019).
● Metodología: Se aplican 4 concentraciones de extracto acuoso (30%, 45%, 60% y 75%)
utilizando un control de agua. Los extractos son obtenidos a partir de una disolución madre a
una concentración (m/v) del 50%, quedando las concentraciones expuestas con anterioridad. Se
asperja 2 mL de la solución en los diferentes extractos acuosos sobre la especie de insectos a
utilizar, los cuales se encuentran en placas Petri de 150 mm de diámetro con papel de filtro
colocado en la base de cada una. Se establecen 5 réplicas por tratamiento, constituyendo cada
placa Petri una unidad experimental, con 20 individuos adultos del insecto cada una. Los
ensayos fueron mantenidos bajo condiciones ambientales, realizando intervalos de observación
de mortalidad a las 12 h, 24 h, 36 h y 48 h. Durante ese periodo los insectos son alimentados
con hojas de plantas de pimiento. Se considera “muerto” el insecto que no tiene actividad
locomotora propia, ya sea en forma espontánea o cuando es estimulado con un objeto, esto con
el fin de unificar el diagnóstico, siendo el cálculo de la siguiente forma (efectividad técnica):
ET= ((P - Pi) / P) * 100
Donde:
P - Cantidad de organismos vivos antes del tratamiento.
Pi - Cantidad de organismos vivos después del tratamiento.
(Sánchez, 2019).

Estudios complementarios que respaldan la actividad insecticida de plantas


Estudios complementarios realizados con aislamientos en la mayoría de los casos contra plagas de la
agricultura refuerzan que metabolitos como:
1,8-Cineol provocan inhibición de la acetilcolinesterasa en adultos de Sitophilus oryzae. Causa
toxicidad por contacto y actividad antialimenticia y afectación de las funciones reproductivas contra
adultos de Tribolium castaneum. Presenta acción fumigante contra Tribolium castaneum, Sitophilus
oryzae, Oryzaephilus surinamensis, Musca doméstica, Blattella germanica y Pediculus humanus capitis
(Leiva, Et. Al., 2017).

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Limoneno Posee actividad fumigante contra Sitophilus oryzae, Oryzaephilus surinamensis, Musca
domestica, Blattella germanica y Tribolium castaneum; actividad repelente contra Blattella germanica,
Periplaneta americana y Periplaneta fuliginosa y Pediculus humanus capitis y actividad larvicida
contra Ae aegypti (Leiva, Et. Al., 2017).

α-Pineno y β-Pineno Manifiesta actividad fumigante contra adultos de Tribolium castaneum, Pediculus
humanus capitis, Blattella germanica, Periplaneta americana y Periplaneta fuliginosa (Leiva, Et. Al.,
2017).

4 terpineol Evidencia actividad larvicida y adulticida contra Leptinotarsa decemlineata fumigante


contra Sitophilus zeamais, Tribolium castaneum, Anisopteromalus calandrae y Trichogramma deion.
Causa toxicidad por contacto contra adultos de Bovicola ocellatus (Leiva, Et. Al., 2017).

Mirceno Presenta actividad fumigante contra Tribolium castaneum (Leiva, Et. Al., 2017).
Eugenol Causa actividad fumigante contra Blattella germanica, adulticida contra Pediculus capitis
repelente contra Pediculus humanus capitis, Geranial y neral Presenta actividad repelente contra Cx
pipiens, Rotundifolona Evidencia actividad larvicida contra Ae aegypti (Leiva, Et. Al., 2017).

Algunos estudios enzimáticos ayudan a corroborar la actividad insecticida de los aceites esenciales. Los
mecanismos de acción de los metabolitos secundarios de muchas plantas coinciden con los utilizados
por los insecticidas sintéticos en los insectos. Estudios sugieren a compuestos de origen vegetal como
sinergistas de insecticidas sintéticos, al actuar inhibiendo la actividad de enzimas detoxificadoras. Esta
inhibición o estimulación de enzimas implicadas en los mecanismos de detoxificación, produce de
similar manera un desbalance hormonal, que explica el deterioro en el crecimiento y finalmente la
inducción de la muerte del insecto, luego de haber sido expuesto a plantas con actividad insecticidas
(Leiva, Et. Al., 2017).

Evaluaciones de suma importancia y que escasean en este tipo de plantas, son los bioensayos de
toxicidad que se realizan en modelos de animales y en organismos no objeto de control. Casi siempre,
estos ensayos se encuentran realizados con plantas de interés puramente medicinal y no por su actividad
insecticida (Leiva, Et. Al., 2017).

La toxicidad de una molécula se debe a la naturaleza de su estructura química y no a su origen y no se


puede considerar a los productos de origen vegetal como productos inocuos solo por ser naturales. Si
bien es cierto que estudios realizados plantean que plantas medicinales comunes pueden ser tóxicas bajo
el efecto de sobredosis y que en todos los casos que las fracciones responsables de estos síntomas son
metabolitos secundarios, todo extracto, aceite esencial o aislamiento, en las dosis específicas puede

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causar el efecto deseado; como el 4-terpineol encuentra actividad insecticida contra infestaciones
oculares de Demodex folliculorum en personas de avanzada edad o un efecto gastroprotector del 1,8
cineol (Leiva, Et. Al., 2017)

Por lo que todos los estudios que se realicen con candidatos naturales vienen a corroborar la posible
utilización o no de productos vegetales para el control de insectos (Leiva, Et. Al., 2017).

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Conclusiones
● La utilización de extractos vegetales para el control de plagas tiene la ventaja de no
provocar contaminación, debido a que estas sustancias son degradadas rápidamente en
el medio.
● Las especies mencionadas poseen metabolitos que ejercen la actividad de protección
insecticida y larvicida para protegerse del medio en donde se encuentran, al realizar
diferentes investigaciones se comprueba que estas propiedades también pueden ser
utilizadas para el beneficio humano.
● Las metodologías propuestas para medir la actividad insecticida de las especies son de
fácil aplicación, bajos costos y resultados rápidos, permitiendo evaluar varias especies
y demostrar una alternativa para un uso racional y responsable en el uso de insecticidas.
● La importancia de los insecticidas radica en sus variadas funciones en el control de
plagas en los cultivos vegetales agrícolas u ornamentales y controlar la presencia de
mosquitos en los hogares. Así mismo su uso debe ser responsable ya que, muchas veces
son utilizados en plantas que están al alcance de niños y mascotas y se deben evitar
accidentes como intoxicaciones por ingesta.
● Es de suma importancia la realización de evaluaciones de toxicidad en este tipo de
plantas, ya que a partir de estas evaluaciones se puede determinar qué tan peligroso es
su uso y así establecer el beneficio/riesgo de utilizarlas, ya sea para el ser humano, como
para otras especies vegetales con el fin de eliminar o reducir la presencia de insectos.

II
Referencias Bibliográficas

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Enlaces externos

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