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UNIVERSIDAD RICARDO PALMA – FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

SEMINARIO DE HISTORIA Y TEORÍA DE LA ARQUITECTURA


Arq. Elio Martuccelli

Alumna: Inés Sindy Giraldo Ruiz Código: 200910871

QUINTA RESEÑA

¿MAMÁ POR QUÉ ME PARISTE EN EL PERÚ?


Día a día camino por las calles limeñas y percibo en las edificaciones un mismo patrón; cemento,
ladrillos, acero y vidrio; componen una ciudad fría y gris; entonces me pregunto: ¿esta es realmente la
arquitectura peruana o será acaso que sólo se hace arquitectura en el Perú?, para resolver esta
interrogante formulé otra pregunta, ¿Qué es la arquitectura peruana y cuáles son las características
que la componen?, pues como resultado de mi investigación concluí que la arquitectura peruana es
aquella que se origina en el territorio peruano y además se compone de características propias de las
creencias y costumbres oriundas. Un ejemplo de estas características eran los “ejes” en las
edificaciones que por lo general se orientaban hacia algún punto del firmamento con el objetivo de
alinearse con algún astro importante, pudiendo ser estrellas, luna, sol, etc. Además se relacionaban en
perfecta armonía con la naturaleza, para lo cual usaban “materiales naturales”, practicaban bastante el
tema de la composta y reciclaje de tal manera que no causaban un impacto negativo en el entorno.

Una vez aclarado la definición de arquitectura peruana y sus características, volví a plantearme la
pregunta inicial cuya respuesta es: “sólo se hace arquitectura en el Perú”. Para explicar esta respuesta
plantearé una analogía entre la “comida peruana” y la “arquitectura peruana”.

La primera está compuesta por ingredientes extranjeros como el arroz, el limón, la cebolla,
condimentos, etc. (ingredientes que, cuando llegaron al Perú adquirieron nuevas características de
sabor, olor, y color que se hicieron propios); y es cocinada por peruanos que “crean” un plato con las
características, esencia y espíritu propio del territorio. La segunda está compuesta por materiales
extranjeros como el cemento, ladrillo, acero, vidrio, etc. (materiales que por lo general poseen las
mismas características que en el extranjero); y son realizadas por peruanos que “copian” la
“arquitectura a la vanguardia” dejando a un lado las características, esencia y espíritu propio del
territorio.

Ambos casos se originan en el territorio peruano, sin embargo a diferencia de la arquitectura, la


comida peruana se compone de características propias de las creencias y costumbres oriundas, este
hecho produce en el territorio un sentimiento de pertenencia e identidad.

Este hecho me lleva a una reflexión, ¿Cómo ciudadana, que tan involucrada me siento ante una idea de
“inyectar” la esencia oriunda en la arquitectura, o será acaso que me siento cómoda con la ciudad que
me rodea? Y ¿Cuál es el la labor de un arquitecto comprometido con su ciudad?

Con respecto al primer punto, hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad alienada, con el
pensamiento de “copiar” las tendencias que se ofrece en el extranjero, por tanto es aceptable que el
ciudadano adopte este concepto y lo haga propio. Sin embargo esto no genera identidad con la esencia
del Perú, lo que provoca una total indiferencia del ciudadano a su ciudad, convirtiéndose en la base
para los conflictos sociales (delincuencia, desorden, contaminación, etc). En base a esto pienso que es
necesario “inyectar” esa esencia Peruana en nuestra ciudad teniendo como instrumento o herramienta
la arquitectura, vivir en el Perú no es solo existir en el Perú, el concepto de vivir abarca vivencias,
emociones y sensaciones que uno experimenta a diario, por tanto ¡Qué mejor que vivir en una ciudad
que te haga sentir como en casa¡ ¿Recuerdas la casa de tus padres?, aquella que mantenía la esencia
de tu familia, la cual estaba adornada y decorada con los gustos de los tuyos, ese lugar donde corrías
con los ojos cerrados por todos lados porque sabías donde se ubicaba cada ambiente y cada cosa, ese
lugar donde aprendiste a ser un miembro más y por el cual llevas con orgullo tu apellido. Pues ahora
imagina que destruyeron tu casa y te trasladaron a la casa “moderna” de tu vecino, ya no están tus
adornos y decoraciones, los ambientes se reubicaron y no sabes por dónde ir. Es un hecho que con el
pasar del tiempo te adaptaras al cambio adquirirás nuevas costumbres, pero ¿tu familia, tu apellido, tu
esencia?, seguro pondrás decoraciones, adornarás o quizá pintes la casa con el objetivo de tenerlos
presente. En la actualidad vivir en el Perú es como vivir en la casa del vecino pero hasta la fecha no
hacemos nada por devolvernos aquella esencia, sólo nos acostumbramos a lo nuevo.

Sin embargo el segundo punto de la reflexión puede otorgar una luz de esperanza a esta problemática,
ya que es el arquitecto quien tiene el compromiso de devolver aquella esencia a su ciudad. En la
actualidad existen profesionales de la arquitectura realizando proyectos con el objetivo fundamental
de generar una arquitectura que integre a la ciudad con el ciudadano mediante la identidad peruana e
impacto positivo con la naturaleza.

El primer referente de este tipo de arquitectura es el arquitecto Luis Longhi, aunque a simple vista su
arquitectura luce sobria, los materiales, colores y sobre todo la forma en como ubica el edificio
aprovechando la geografía de la zona, permite rescatar las características de la identidad peruana. Un
ejemplo de esto es su obre “la vivienda unifamiliar Pachacamac”

Como segundo referente se tiene al arquitecto Jorge Burga Bartra quien propone una “arquitectura
vernácula” para rescatar la identidad, Burga afirma que es necesario que el arquitecto conozca cada
rincón del país, debido a que existen infinidad de estilos por la diversidad cultural. “es una lástima que
haya arquitectura sin arquitectos en estos territorios de etnias y pueblos alejados”. Los grandes aportes
de este arquitecto no solo se dan por su arquitectura sino también por sus publicaciones como
“arquitectura vernácula peruana”, “arquitectura popular en la cosa peruana”, “rincones artesanales”,
etc.

Y como tercer referente aunque con un estilo más moderno tenemos el legado que nos dejó el
arquitecto Emilio Soyer, quien siempre buscó integrar el espacio físico y humano, provocando un juego
de volúmenes que hace referencia a la arquitectura prehispánica, un claro ejemplo es el ministerio de
cultura ubicado en el distrito de San Borja. Soyer afirmó que los arquitectos jóvenes han mejorado el
nivel académico y profesional, sin embargo la ciudad está cada vez peor.

Junio, 2018

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