Siglo XXI: ¿Qué hemos reflexionado sobre el género?
Durante el trascurso de la Historia hemos podido identificar que los conceptos de
sexo y género han sido tergiversados por una ideología que ha puesto en magnitud claras diferencias entre ellos, mientras que el término sexo hace referencia a la condición de nacer hombre o mujer, el género constituye una construcción cultural, y por lo tanto es un aspecto claramente modificable dentro de una sociedad. Si establecemos una “normalidad” del género, evidentemente traerá consigo una equidades y equilibrio a el formato social entre hombre y mujer, la pregunta es ¿por qué no hemos logrado normalizar el género? Hemos establecimos una normativa entre hombre y mujer, según la política de una forma de vida patriarcal, entonces podemos preguntarnos ¿la Sociedad construyo el género? Desde siempre se ha considerado que el sexo era lo que define la diferencia entre hombre y mujer, y causante de las grandes diferencias entre ellos, pero desde hace algunas décadas, no solo se reconoce a la identidad masculina y femenina desde el punto de vista de la genética, si no, también existen otros factores que son muy importantes para definir la identidad de la persona como; factores psicológicos, sociales, culturales y también, no menos importante la lucha constante del poder, por ende, podemos afirmar que existen rasgos que pertenecen al dominio simbólico de lo sociológico y de lo genérico y que, por lo tanto, los individuos no nacen psicológicamente como hombre o mujeres, si no que la masculinidad y la feminidad son rasgos parentales resultantes de un largo proceso de construcción social que se va armando a medida que la sociedad avanza durante el tiempo. Actualmente vivimos en una sociedad basada en un sistema binario, y además heteronormativa, en donde solo existen dos identidades; femenino y masculino muy contrastantes entre ellos y se genera este sistema llamado sexo-género que es solo una forma establecida por una sociedad patriarcal, Judith Buttler filósofa estadounidense propulsora del movimiento Queer afirma que el “sexo” entendido como la base material o natural del género, como un concepto sociológico o cultural, es el efecto de un pensamiento que se genera dentro de un sistema social que plantea la normativa del género, es decir se plantea una idea del sexo como algo natural y es esta norma, la que se ha configurado dentro de la lógica del binarismo de género. Judith Buttler nos señala en su libro “Deshacer el género” ( Buttler, 2004, pág. 70) lo siguiente: “ Si el género preexistiera a la reglamentación, entonces podríamos tratarlo como un tema y proceder a enumerar los diversos tipos de reglamentos a los cuales estamos sujetos y las maneras en las que se da la sujeción” para llevar profundizar lo señalado debemos considerar dos aspectos importantes del pensamiento de Foucult antes de generar los diversos reglamentos que podrían regir el género en su concepción y son: “el poder regulador no sólo actúa sobre un sujeto preexistente, sino que también labra y forma al sujeto” “Estar sujeto a un reglamento es también estar subjetivado por él, es decir, devenir como sujeto precisamente a través de la reglamentación”. En función de lo planteado por Buttler y los pensamientos de Foucault podemos analizar que no se puede perpetuar al género como una norma o regla como lo observamos hoy en día, pero que inevitablemente debe existir un poder regulador que establezca la forma, y que a la vez estamos siendo encajonados por el mismo, básicamente se crea una paradoja. Buttler en su libro “El Género en disputa” (1990 pág. 57) nos señala lo siguiente: “Cuando la cultura pertinente que «construye» el género se entiende en función de dicha ley o conjunto de leyes, entonces parece que el género es tan preciso y fijo como lo era bajo la afirmación de que «biología es destino». En tal caso, la cultura, y no la biología, se convierte en destino” Buttler nos quiere señalar con esto, que los prototipos de leyes biológicas que deben reafirmar el género pasan a ser normados por una sociedad cultural claramente establecida por régimen humanitarios, ya no es la ciencia el conducto regular del pensamiento para llegar a una determinación, si no que la sociedad cultural tomo ese rol. Claramente podemos identificar que el concepto del género ha sido mermado siempre por la heteronormativa y por un construccionismo social , en donde todo lo que sale de este sistema binario queda fuera de la norma, pero no podemos concebir el género sin implementar una forma que lo pueda regir, y considero que es el principal problema para lograr una equidad del género, en donde el sexo masculino y femenino puedan establecer parámetros de igualdad y mediante esto se genere una nueva construcción del género con normativas no basas en el construccionismo social, si no desde el cuestionamiento del sexo como origen o forma peyorativa del lenguaje. Si los planes de estudios a nivel escolar y universitarios se establecieran dentro del contexto actual y se reformularan para crear una educación sobre esto, el hecho por ejemplo de las identidades sexuales que se desprende del género y el sexo no sería un tema de discusión, ya que formaría parte de un formato habitual de ver y comprender el mundo. Bibliografía: Judith Buttler 1990 “El género en disputa,” el feminismo y la subversión de la identidad. Editorial Paidos Barcelona, Buenos Aires, México Judith Buttler 2004. “ Deshacer el Género” . Editorial Paidos Barcelona, Buenos Aires, México