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DIGNIDAD

Ante un mundo gobernado por gente sin escrúpulos, que deliberadamente se han propuesto
destruir todo lo que nos hace dignos y honorables, todo lo que representa los principios de
Humanidad, todo lo que entraña los valores y las virtudes del Ser Humano, aquello que nos
confiere la facultad de creatividad, de construcción, de progreso, de evolución… solo nos
queda aferrarnos, resistir y luchar con las armas que nunca podrán quitarnos porque
pertenece a nuestra naturaleza y libertad interior: la Dignidad.
Puede que hayan oído hablar de ella y no recuerden en profundidad, pero seguro que sí la
reconocen, aunque esté sepultada bajo capas y capas de superficialidad. Lo que ocurre es
que han intentado hacérnosla olvidar, entre tanto consumismo y decadencia, entre tanto pan
y circo, entre tanta fragmentación y partitocracia, entre tanta historia manipulada por los
vencedores y denigrada para los vencidos, entre tanto odio, destrucción y sangre, entre tanta
educación libertina y tanta religión manipulada, entre tanto trabajo con el sudor de tu frente
y tan poca frente para un trabajo sudoroso. A cambio de nuestra Dignidad nos dieron
diversión, entretenimiento, fantasías, para que tengamos con qué olvidar los sinsabores de
una existencia vacía y artificial, convertida en una jauría humana, en una selva donde se
lucha cada día por la supervivencia e imbuido cada quien en sus problemas e intereses, sin
alzar la cabeza hacia arriba, sin vernos en los demás, sin levantar un dedo por el prójimo,
por la injusticias, por la esclavitud, por la degradación.
La Dignidad es la cualidad de digno y deriva del vocablo en latín dignitas, que significa
valioso, con honor, merecedor de algo, porque se hace valer como persona, se comporta
con responsabilidad, rectitud y respeto, no dejando que lo humillen ni degraden, pues el
mismo respeto que muestra hacia los demás lo tiene hacia sí mismo.
La Dignidad Humana es un derecho natural, fundamental e inviolable, es un valor inherente
al Ser Humano que tiene libre albedrío para decidir, crear, construir y cambiar las cosas.
Las diferencias de cada persona no son sino la aceptación y tolerancia de la diversidad,
igualmente merecedora de la misma dignidad, respeto y libertad que todos los seres
humanos tienen al nacer. Pero para ello es importante primero reconocernos como Seres
Humanos, no dejando que nos traten como números o meros objetos de intercambio, como
peones insensibles, como tontos útiles fácilmente sustituibles, como ganado para alimento,
como ciudadanos manejables y sometidos, como esclavos consentidos.
La Dignidad no es cuestión de cargos importantes ni tipos de trabajo, puede tener tanta
dignidad un abogado como un barrendero, incluso puede que este último tenga más.
Tampoco es cuestión de dinero ni del lugar donde se vive, pudiendo tener tanta o más
dignidad aquel que vive en la calle, sin más posesiones que lo puesto, que quien vive en un
palacio y en la opulencia. Se trata de ser digno como Ser Humano, como esencia libre y
soberana que decide y toma sus propias decisiones en el devenir de su existencia.
La Dignidad es la excelencia que realza al Ser Humano, su pensamiento, su palabra y su
accionar. Su comportamiento va dejando una estela de virtudes: de rectitud, de decencia, de
caballerosidad... de respeto, de consideración, de generosidad… de nobleza, de honor, de
lealtad. La Dignidad preside sus acciones y su caminar, mejorando todo lo que toca y
enalteciendo a los demás, pero sin soberbia ni orgullo, pues quien es digno ni avasalla ni se
deja avasallar, se conduce con honradez, simpleza y honestidad, siendo su guía el
equilibrio, la sencillez y la humildad.
La Dignidad es innata a cada persona y totalmente individual. Debe ser respetada por todos,
pero no es otorgada por nadie, salvo por uno mismo cuando se hace cargo de sus acciones y
consecuencias, no culpando a otros ni eludiendo su responsabilidad. Sin embargo, puede y
debe unirse a otros con similares propósitos para conseguir lo que uno solo no podría, para
sumar a un colectivo unido que lucha por su libertad.
En sentido profundo, la Dignidad es lo que nos confiere el respeto, el Amor y la
responsabilidad que nos ganamos para nosotros mismos y que damos a los demás, pues en
el fondo es nuestra seña de identidad, nuestra consciencia, nuestra herencia, nuestro linaje a
salvaguardar, pues terminará siendo nuestro legado que ha de quedar. No la vendamos
nunca por conseguir prebendas, por un me gusta o por elogios, por conseguir cargos ni
aprobación, por protagonismo o necedad. Por ningún plato de lentejas, pues estos son los
tesoros en el cielo que nadie nos puede robar.
Ángel Hidalgo

Taller
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Nota: El taller lo deben entregar el día de hoy hasta las 12 Pm como máximo plazo.

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