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Discurso del método para conducir bien la razón y buscar la verdad en las ciencias

RESUMEN DEL LIBRO I

INTRODUCCIÓN
Publicado en 1637, como prólogo a tres ensayos: La dióptrica, Los meteoros y La
geometría. Su título ya nos pone sobre la pista de que cabe entenderlo como la
continuación de las Reglas para la dirección del ingenio que Descartes comenzara a
redactar en 1629, al trasladarse a Holanda, obra que dejará incompleta e inédita. Por
su contenido, podemos concluir que está en línea con El mundo o Tratado de la luz,
obra que retiró de las prensas en 1633, cuando se enteró de la condena de Galileo,
pues según el resumen que el propio Descartes nos ofrece del Discurso, en la quinta
parte del mismo expone el orden de las cuestiones de física que ha investigado. Según
este mismo resumen, en las 4 anteriores expone:
1) diversas consideraciones sobre las ciencias
2) las reglas del método 
3) las reglas referentes a la moral
4) pruebas de la existencia de Dios y del alma humana
En la 6 y última, los requisitos para avanzar en la investigación de la naturaleza

Primera parte:
Párrafo 1:
Buen sentido=razón=facultad de juzgar bien y distinguir lo verdadero y lo falso. Igual
en todos los hombres. Si hay diferencias en las opiniones, porque conducimos nuestros
pensamientos por diversas vías. No niega que haya diferencias entre los hombres
(pues hay diferencias en memoria e imaginación, como apunta en párrafo 2) pero las
grandes almas pueden tener grandes vicios, y puede avanzar más quien, aunque
lentamente, sigue el camino correcto. 
Párrafo 2:
Descartes confiesa no tener un espíritu mejor que la media. A veces ha deseado tener
mejor memoria e imaginación, facultades que establecen las diferencias entre los
hombres, pues la razón, siendo lo que distingue a los hombres de los animales, su
forma, no admite ni más ni menos, como aquellas, que son accidentales. Conforme al
principio escolástico: solo los accidentes admiten más o menos, la forma común a los
individuos de una especie no. 
Párrafo 3:
Desde la juventud ha formado un método que le ha permitido, a pesar de la
mediocridad de su espíritu (Descartes no peca de presunción, una de las fuentes del
error según Montaigne) ya progresar en la investigación de la verdad, lo que le ha
hecho pensar que su tarea es de las más importantes. 
Párrafo 4:
Aunque puede que se equivoque, porque nos solemos equivocar en lo que nos atañe y
no podemos fiarnos de la opinión (benévola) de los amigos. De ahí que decida
presentar su vida, como en un cuadro, a fin de que el lector pueda juzgar por sí mismo,
y el hacerse una idea de si se equivoca o no a partir de la respuesta de estos.
CARÁCTER AUTOBIOGRÁFICO DEL DISCURSO.
Párrafo 5:
Su propósito no es enseñar el método que debe seguir cada uno para conducir bien su
razón, sino el que él ha seguido. Propone el escrito como una fábula que puede ser útil
a otros por el ejemplo. (Cautela de Descartes, filósofo enmascarado según Leroy, pues
es obvio que considera que su método es universalizable).
Párrafo 6:
Educado en las letras, pensando que estas le proporcionarían un conocimiento claro y
seguro de lo que es útil a la vida. Pero al final del ciclo educativo, parecía no haber
conseguido otra cosa que descubrir su ignorancia (como Sócrates). Y ello a pesar de
haber estudiado en una de las mejores escuelas de Europa (La Flèche, escuela de los
jesuitas) y no haberse limitado solo a lo que le enseñaban sino haber estudiado por su
cuenta otras ciencias más curiosas y raras (Alquimia y Astrología), gozando de la estima
de sus profesores, y siendo su siglo tan fértil en mentes preclaras como cualquier otro.
ES DECIR, DESCARTES PIENSA QUE HA ESTUDIADO EN LAS MEJORES CONDICIONES Y
NO HA CONSEGUIDO SINO RATIFICAR SU IGNORANCIA.
Párrafo 7:
Estimaba lo que se enseña en las escuelas:
las lenguas, para poder entender libros antiguos
las bellas fábulas (literatura), despiertan el espíritu
la historia, nos cuenta acciones memorables que ayudan a formar el juicio.
En suma, la lectura de libros es como una conversación con quienes los escribieron, en
la que estos nos comunican sus mejores pensamientos.
La retórica nos enseña a ser elocuentes, a hablar bien.
La poesía, tiene delicadezas y dulzuras maravillosas.
La matemática, invenciones sutiles que pueden ser útiles para hacer más fácil todas las
artes (en el sentido de las técnicas o ingenierías) y disminuir el trabajo.
La literatura moral (escritos que tratan sobre las costumbres) exhortaciones a la
virtud. 
La teología, enseña cómo ir al cielo. 
La filosofía, medio de hablar verosímilmente de todo, y hacerse admirar de los que
saben menos. 
La jurisprudencia, la medicina y las demás ciencia proporcionan honores y riquezas. 
Incluso vale la pena estudiar los saberes más supersticiosos, para no dejarse engañar
por ellos. 
EN DEFINITIVA, DESCARTES HACE UN RESUMEN DE LO QUE LE HAN ENSEÑADO EN LA
ESCUELA:
LENGUAS MUERTAS (LATÍN Y GRIEGO), NOVELÍSTICA, HISTORIA, POESÍA, RETÓRICA,
MATEMÁTICAS, TEOLOGÍA, FILOSOFÍA, JURISPRUDENCIA, MEDICINA...
Y DE LO QUE HA APRENDIDO POR SÍ MISMO:
CIENCIAS SUPERSTICIOSAS (ASTROLOGÍA Y ALQUIMIA).

Párrafo 8:
Inicia la crítica, en este caso de la literatura, de la historia y las lenguas. Conocer sobre
el pasado es como viajar, y eso es bueno para conocer otras costumbres y no aferrarse
a las propias, pero tiene sus peligros, uno puede convertirse en extranjero en su propio
país, conocer el pasado e ignorar el presente, las historias no nos cuentan las
circunstancias menos ilustres y más bajas, y la literatura, presentándonos cosas
fantásticas, nos puede hacer creer que somos capaces de realizarlas (¿alusión al
Quijote?). 

Párrafo 9:
Aunque estimaba la elocuencia y la poesía, estas más dones del espíritu que fruto del
estudio. 

Párrafo 10
De las matemáticas admiraba la certidumbre y evidencia de sus razones, pero les
reprocha que solo sirvieran para las artes mecánicas. La moral de los antiguos,
infundamentada y muchas veces justifica cosas terribles como el suicidio o el
parricidio.

Párrafo 11
La teología no es necesaria para ganarse el cielo y las verdades de la religión son
misterios por encima de nuestra inteligencia.

Párrafo 12
En la filosofía reinaba el disenso más absoluto. No tenía la presunción (alusión a
Montaigne) de obtener más éxito en ella que los demás. Se inclinaba a tomar por falso
todo lo verosímil (como hará luego con la duda metódica).

Párrafo 13
Como el resto de ciencias se fundamentan en la filosofía, su estado no era mejor. A
Descartes no le importaba la fortuna o la (falsa) gloria que pudieran reportarle.
Respecto a la alquimia, la astrología o la magia, le parecían simples engaños. 

Párrafo 14
Por eso abandonó el estudio de las letras y decidió no buscar más ciencia que la que
pudiera encontrar en sí mismo o en el libro del mundo, por ello se dedicó a viajar,
conocer cortes y ejércitos, y gente de diversa condición, pues le parecía posible
encontrar más verdad en los razonamientos que hace uno sobre los asuntos que le
importan y cuyas consecuencias son inmediatas si se equivoca, que en los de los
hombres de letras, alejados del sentido común para alimentar su verdad. Tenía un
deseo extremo de distinguir la verdad de la falsedad para obrar con seguridad. CRITICA
AL PRINCIPIO DE AUTORIDAD Y DEFENSA DEL INDIVIDUALISMO EPISTEMOLÓGICO (YA
EN GALILEO, QUIEN TAMBIÉN HABLABA, AUNQUE EN OTRO SENTIDO, DEL LIBRO DEL
MUNDO).

Párrafo 15
Encontrando tanta diversidad en las costumbres como en las opiniones de la filosofía,
aprendió a no conceder demasiado crédito a lo que solo se apoyaba en el ejemplo y la
costumbre (LUEGO VERÁ EN EL PREJUICIO -LA COSTUMBRE- UNA DE LAS FUENTES DEL
ERROR). Así aprendió a librarse de errores que pueden ofuscar nuestra luz natural
(razón=buen sentido=facultad de distinguir la verdad de la falsedad, etc.). Trató de
adquirir experiencia viajando por el mundo. 

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