PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

FICHA DE LECTURA

N° Gr.: Luisa Fernanda Vargas Pérez Título del documento: El saber proscrito. Prólogo
Esp2019-I Temática: Victimización desde la niñez Autor: Alice Miller
Fecha de elaboración: 10 de mayo de 2019 Fuente: Edición Tusquest Editores
N°Fch: Hora de elaboración: 3:00 p.m. Fecha de publicación: 1990
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Cita textual:

“Algunas personas me acusan de exagerar cuando califico de malos tratos a los que ellos consideran una educación severa pero
«normal», que «nada tiene de extraordinario». Pero es justamente el hecho de que ese tipo de educación esté tan extendido lo que
hace necesario poner en guardia contra él.” (Prólogo; Pág. N° 28)

Análisis conceptual del Documento:

La gran mayoría de autores coinciden en que uno de los elementos más importantes en cuanto al análisis del conflicto, su
resolución y la transformación del mismo, es la población que lo ha padecido (víctimas y victimarios); donde es indispensable
trabajar en torno al sufrimiento social o a aquel fenómeno donde la gente que ha sufrido el conflicto, bien sea en tiempos de guerra
o en tiempos de paz, sufre junta, como quiera que es la unidad primaria a partir de la cual deberá iniciarse el proceso de
construcción de paz.

Analizar el sufrimiento social implica la utilización de métodos complejos que permiten llegar a tal sensibilidad donde es
posible identificar el origen del daño y encontrar las formas de reparación que más convengan a la población. Cobra especial
relevancia que, para poder lograr un efectivo estudio de dicho fenómeno y, consecuentemente, que la construcción de paz sea
efectiva, estable y duradera, será necesario identificar aquellos patrones socio culturales preconcebidos en la población que
propenden a la violencia aún cuando cuenten con una aceptación social arraigada.

Trabajar por la recomposición del tejido social violentamente afectado debe partir, de una parte, del análisis del individuo, la
mirada que tiene de sí mismo y de su rol en la sociedad, como quiera que es dicho sujeto el verdadero elemento sobre el cual debe
trabajarse para propender porque un territorio en donde se libró un conflicto violento pueda transformarse; y, en segundo lugar, por
la identificación de aquellas conductas que resultan ser fuentes de violencia socialmente aceptadas, bien sea por desconocimiento
o por estarse frente a un circulo vicioso donde no se encuentra otra manera de actuar frente a una determinada situación para
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modificarlas de tal manera que no se perpetue la violencia en el inconsiente del individuo ni de la sociedad, y se pueda, así
transformar a algo mejor.

Tal vez uno de los mayores y mejores ejemplos de lo anterior es la posición de avalar la violemcia como medio para educar o
la pedagogía severa desde los padres hacia los hijos habida cuenta que es el método que ha perdurado a lo largo del tiempo y que,
tal y como lo evidencia Miller en su escrito, la naturalización de dichos comportamientos no significan un beneficio para el individuo
en el presente y en su futuro sino una perpetuación de los ciclos de violencia.

Comentario Personal:

Los acuerdos o pactos de paz que puedan darse entre gobierno, víctimas y victimarios son una simple recopilación o exposición de
los puntos generales que regirán nuevas relaciones sociales entre dichos actores a partir de la base de la verdad, la justicia, la
reparación y la no repetición de los hechos violentos; no obstante, los modelos que pretendan ser implementados en los territorios
para el cumplimiento de dichos pactos no solo deben versar en acciones a futuro sino en la recomposición del tejido social, desde
el análisis y la sanación de todos y cada uno de los individuos que lo componen, donde se pretendan aplicar para que conlleven a
un efectivo progreso de la sociedad y avance de la misma.

Así las cosas, cobra especial relevancia la lectura de Alice Miller habida cuenta que expone claramente como la forma de
educación que es común en los padres para lograr que lo hijos se autocontrolen y comporten adecuadamente en sociedad, está
directamente relacionada con métodos que tienden a utiliar con demasiada frecuencia tanto la fuerza física como la intimidación
verbal; que dicha pedagogía ha sido la regla general generación tras otra; y que el hecho de ser una costumbre no significa
necesariamente que sea la manera correcta de obtener resultados. Pero lo que es más impactante es como dicho modelo de
disciplina es una reproducción del trato violento avalado por el sistema y que naturaliza la violencia con fines educativos así como
para reafirmar la posición de poder de los padres frente a los hijos.

Por lo anterior es necesario hacer un llamado a reaccionar frente a esta costumbre e iniciar con el trabajo de recomposición
del tejido social violentamente afectado desde la forma de enseñanza o educación impartida por padres a hijos tendiente a romper
con el circulo vicioso de pedagogía por medio de la violencia por no encontrar otra manera de actuar al ser lo único conocido y en
aras de proteger la niñez de la violencia desde su mismo nucleo familiar para que ésta no se perpetúe en el inconsiente del
individuo ni de la sociedad, y se pueda, así transformar a algo mejor.