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Climatología aplicada
1 Introducción
Ninguna ciencia puede quedarse al margen de las necesidades de la sociedad, por
ello la climatología ha tenido siempre, y cada vez más una importante vertiente
aplicada. En esta linea se han desarrollado diversas lineas de trabajo de las que
pueden destacarse 5:
1. Agroclimatología
2. Climatología urbana
5. Clima e hidrogeomorfología
2 Agroclimatología
Algunos de estos elementos climáticos forman parte de lo que, desde el punto de-
vista de la ecología o la agronomía, se denominan recursos y condiciones ambien-
tales cuya variación en el espacio y el tiempo condiciona la distribucióngeográfica
de las distintas especies animales y vegetales.
Por condiciones ambientales se entiende los factores abióticos que varían en el
espacio y el tiempo, y al que los organismos responden de modos distintos. Toda
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condición ambiental exhibe un rango de valores dentro del que una especie en-
cuentra su nivel óptimo y niveles extremos en los que su rendimiento varía pudi-
endo llegar a verse afectada su supervivencia.
Los recursos incluyen las materias de que están constituidos sus cuerpos, la en-
ergía que interviene en sus actividades y los lugares o espacios en los que pasan
sus ciclos vitales. Se diferencias de las condiciones ambientales en que son con-
sumidos.
El crecimiento de una planta resulta de la acción combinada de dos procesos:
Fotosíntesis que tiene lugar durante el día y Respiración que tiene lugar durante
la noche:
F: C02 = C + O2
R: C + O2 = CO2
tanto las condiciones ambientales como los recursos van a afectar a este balance.
2.1 Temperatura
Todos los organismos intercambian calor con su entorno en la dirección del gra-
diente térmico. Por otro lado la variedad de regímenes térmicos sobre la Tierra
implica que unas plantas deberán especializarse en disipar calor y otras en limi-
tar las pérdidas. Las plantas han adaptado sus ciclos vitales a los ciclos térmicos,
es decir a la variabilidad cíclica de la temperatura, sin embargo la aparición de
valores extremos puede afectarlas
Las temperaturas elevadas pueden llevar a la desnaturalización de los enzimas
de las plantas, desequilibrio metabólico o deshidratación pudiendo ser letales en
función del tiempo de exposición. Los umbrales de temperatura elevada varían
mucho de unas especies a otras aunque en general son tan sólo un poco más altos
que el óptimo metabólico.
Los umbrales inferiores que resultan letales son más homogeneos. Muchas es-
pecies mueren si la temperatura es inferiores a -1 grados centígrados. Por otro
lado a una temperatura suficientemente baja (aún sin llegar a 0grados centígra-
dos) hay un descenso de la actividad metabólica que puede no ser perjudicial a
corto plazo pero debilita el organismo a largo plazo. Incluso una temperatura lig-
eramente inferior al óptimo va a dar lugar a un letargo del organismo. Sin embargo
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muchas plantas tienen la capacidad de adaptarse y resistir temporalmente a las ba-
jas temperaturas. Este fenómeno, llamado endurecimiento, varía en relación a la
fase de desarrollo en que se encuentre la planta.
La temperatura afecta también a los ciclos de Fotosíntesis y Respiración. La fo-
tosíntesis se realiza por la absorción de CO2 por parte de los estomas y posterior
asimilación del mismo. Esta asimilación depende de la temperatura siendo nula a
0grados centígrados y aumentando progresivamente hasta un límite que depende
del contenido de CO2 en la atmósfera. La respiración aumenta también con la
temperatura pero sin que exista un máximo
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ablemente en espacios muy reducidos. No es raro, por ejemplo, que la humedad
relativa sea casi del 100 nivel del suelo, entre la vegetación densa, mientras que el
aire situado inmediatamente por encima de la vegetaci6n, a unos 40 cm, presente
una humedad relativa de tan sólo el 50%.
2.3 Radiación
La radiación solar es la única fuente de energía disponible para la actividad metabólica
de las plantas verdes. La energía llega a la planta en forma de flujo o radiación
procedente del Sol, de modo directo, tras haber sido difundida por la atmósfera
o reflejada o transmitida por otros objetos. Las cantidades relativas de radiación
directa y difusa que llegan hasta una hoja dependen de la cantidad de polvo exis-
tente en el aire y, particularmente, del grosor de la capa de aire dispersante que se
encuentra entre el Sol y la planta (lo que depende de la latitud y la hora).
El régimen de luz varía a lo largo del día y del año (variaciones sistemáticas), a
ello se añade las variaciones producidas por otras hojas que modifican la calidad
y la cantidad de luz recibida (variaciones no sistemáticas). Las formas en que un
organismo o un órgano vegetal reaccionan ante variaciones en el abastecimiento
sistemático (predecible) o no sistemático (impredecible) de un recurso refleja su
fisiología actual y su evolución anterior.
Los elementos sistemáticos de la variación de la intensidad luminosa son los rit-
mos diarios y anuales de la radiación, la planta pasa por períodos de exceso y
defecto cada 24 horas y por estaciones de exceso y defecto a lo largo del año.
La caída estacional de las hojas de los árboles caducifolios refleja estos ritmos,
debido a ello una hoja perenne de una especie del sotobosque puede experimentar
cambios sistemáticos ya que el ciclo estacional de producción de hojas en las ca-
pas altas del estrato arboreo modifica la cantidad de radiación que puede penetrar
hasta el sotobosque. La luz que recibe una hoja está sometida a variaciones menos
sistemáticas causadas por cambios en el tipo y posición de las hojas vecinas.
La dependencia de la vegetación respecto a la radiación está en función de tres
factores a tener en cuenta:
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• Duración del dia, factor esencial en la producción de materia orgánica al
reducir las diferencia entre fotosíntesis y respiración
2.4 Precipitación y ET
Durante la fotosíntesis los estomas pierden agua por transpiración, por tanto nece-
sitan un suministro continuo de agua para reemplazarla y tomar nutrientes del
suelo debido al efecto de bomba hidraúlica.
La cantidad de agua empleada en la fotosístesis es muy reducida, en comparación
con la cantidad de agua que pasa a través de la planta durante el proceso. Ningún
organismo ha desarrollado unas membranas que permitan el paso del CO2 impi-
diendo al mismo tiempo el paso del vapor de agua, ya que la molécula de H2 O es
más pequea. Por consiguiente, cualquier organismo terrestre que obtiene CO2 de
la atmósfera pierde, al mismo tiempo, H2 O
La hidratación es necesaria para que se produzcan las reacciones metabólicas
del organismo. Ningún organismo es hermético al agua, y por ello su contenido
debe ser renovado continuamente. Para las plantas terrestres, los compromisos
impuestos por los problemas de la economía hídrica son complicados no sólo
porque el agua puede salir de la planta cada vez que penetra en ella el CO2 , sino
también por el hecho de que las plantas están enraizadas y no pueden desplazarse
en búsqueda de agua.
Si hay un desequilibrio entre absorción y transpiración se produce el marchita-
miento de la planta que puede llegar a morir si se traspasan ciertos límites. En
caso de sequía, el cierre de los estomas para reducir la pérdida de agua por tran-
spiración, impide la fotosíntesis lo que disminuye la productividad de la planta y
puede llegar a afectar su viabilidad.
Por encima del suelo, la economía del agua y CO2 están estrechamente asociadas,
pero por debajo de la superficie el CO2 carece de importancia como recurso. Las
plantas terrestres tienen un acceso directo al agua, interceptando la lluvia o con-
densando el rocío, y absorbiendo luego el agua a través de la superficie foliar; pero
este proceso tiene probablemente una importancia menor. El principal recurso de
agua para las plantas terrestres se encuentra en el suelo, que sirve de reserva. El
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agua penetra en esta reserva en forma de lluvia o de nieve fundida, y atraviesa los
poros del suelo.
V fPG
I= (1)
12A
donde
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3 Climatología urbana
La ciudad es el mayor ejemplo de alteración humana sobre el medio natural,
incluso en aspectos relacionados con la composición del aire y los elementos
climáticos (temperatura, precipitaciones, vientos). La influencia de las ciudades
sobre el clima está además muy en relación con los problemas de contaminación
atmosférica que se tratarán posteriormente.
Las alteraciones del clima de las ciudades son también importantes por su in-
mediata infiuencia en el bienestar físico y psicológico de sus habitantes y en sus
actividades.
en esa modificación actúa de manera decisiva la morfología de la ciudad, por lo
cual su consideración: v en la edificadeberia ser imprescindible en el planeamiento
urbano.
Por todo ello el clima urbano ha despeertado el interés de diversas ciencias en los
últimos años estableciéndose observatorios especiales, que en las grandes urbes
forman redes densas, de medición de variables físico-químicas de la atmósfera.
Tales estudios se iniciaron hace poco en España aunque han experimentado un im-
portante desarrollo en los últimos años. Las investigaciones sistemáticas comen-
zaron en la década de los 80 aunque sólo en un número muy limitado de ciudades
y con diferente amplitud.
Las diferencias entre el clima urbano y el clima de la región en que se sitúa la
ciudad se deben a una serie de factores geográficos que actúan a escala de esta.
Estos se superponen los factores (astronómicos, atmosféricos y geográficos) del
clima regional.
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Las consecuencias que tienen todas estas alteraciones son:
Difusión vertical.Los gases emitidos por los diferentes focos emisores tienden a
elevarse debido a la acción de las corrientes turbulentas y por las diferencias de
densidad de los gases con el aire que les rodea. Aparece así una capa de mezcla,
cuya extensión vertical varía desde unas decenas de metros, en condiciones de
estabilidad, hasta varios kilómetros, en una situación de inestabilidad. Tres son
las situaciones que podemos encontrar:
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1. Estratificación neutra: la curva de estado coincide con la adiabática seca,
es decir, el gradiente térmico vertical es igual a 0.98o C/Km. En estas
condiciones, los gases expelidos por una chimenea o por los distintos fo-
cos emisores se elevarán como consecuencia de su mayor temperatura y de
la baja densidad de los gases. Este movimiento ascendente se mantendrá
hasta alcanzar una zona de la atmósfera en la que el aire tenga la misma
densidad y temperatura, momento en que se produce el equilibrio entre los
gases y el aire que le rodea.
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• Con estratificación inestable o condiciones superadiabáticas, los movimien-
tos verticales se ven muy favorecidos y la dispersión será tanto vertical
como horizontal hasta los niveles que alcance la inestabilidad.
• Con estratificación neutra o adiabática, los residuos alcanzan las capas altas
con mayor facilidad que en caso de estabilidad y , por tanto, la dispersión
es mayor. Este es el estado más frecuente en días de viento y sobre zonas
rugosas oacci dentadas: la turbulencia crea y soporta grandes torbellinos de
eje horizontal que trasladan constantemente hacia arriba y hacia abajo un
elevado porcentaje de masa aérea en movimiento, con desplazamientos casi
adiabáticos.
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desiertos o sólo 100 o 200 metros sobre los bosques o lagos, dependiendo
de la intensidad del calentamiento superficial. El límite superior de la zona
de mezcla activa o altura de mezcla coincide con la inversi6n de subsidencia
y por tanto recubre la capa de mezcla superficial.
• En los valles estas situaciones tienen una especial incidencia por la forma-
ción de vientos fríos nocturnos descendentes. En los muy cerrados y de
paredes abruptas, se observa una inversión neta sobre el valle o, en el mejor
de los casos, una zona baja de débil gradiente vertical y otra más alta de
isotermia o inversión. La dispersión horizontal está limitada por las propias
paredes del valle y las concentraciones pueden alcanzar niveles muy altos,
especialmente de madrugada, cuando se integran las inmisiones de toda la
noche. Con las primeras radiaciones diurnas, las capas bajas se calientan,
por lo que se produce una intensa fumigación hasta que desaparezca la in-
versión.
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